María Dominga Mazzarello nació en Mornés

Anuncio
BIOGRAFÍA DE MARÍA DOMÍNICA MAZZARELLO
María Dominga Mazzarello nació en Mornés (Alessandría, norte de Italia) el 9 de mayo
de 1837, en el seno de una familia numerosa, primogénita de diez hijos. Influenciada
por este entorno, desde pequeña aprendió a abrirse al diálogo y a la colaboración.
Creció en un clima sereno, armónico, humilde y feliz, entre gente sencilla, en un
ambiente de espera paciente de las estaciones, en contacto con la naturaleza y
dedicada a las tareas agrícolas. Sus padres fueron buenos educadores. Su madre,
Magdalena Calcagno, era de carácter alegre y comunicativo. De ella recibió la
formación femenina, acorde con las costumbres de la época, dedicada al trabajo
doméstico y al cuidado de los hermanos. Pero fue de su padre, José Mazzarello, de
quien recibió una sólida formación que la condujo a la asimilación de los valores
humanos y cristianos. De él aprendió a mirar la vida con realismo concreto, sereno, a
trabajar con sacrificio y esperanza, a descubrir el sentido de las cosas, de los
acontecimientos, el significado de la vida del hombre y de su propia vida. Con su
presencia paterna y sus intervenciones oportunas, le reveló a su hija la figura del
verdadero educador. Otra influencia decisiva en la vida de María fue Don Domingo
Pestarino, su asesor espiritual, quien ratificó la educación recibida de su padre y,
durante veintisiete años, la orientó hacia una verdadera formación espiritual. A los 15
años, por invitación de Ángela Maccagno, ingresó al primer grupo de la Pía Unión de
las Hijas de la Inmaculada. La pertenencia a esta asociación le dio la oportunidad de
profundizar la devoción mariana. La Virgen se convirtió en el ideal de vida consagrada
y apostólica. Entonces su compromiso se intensificó y se extendió a las jóvenes, a las
madres de familia y a los enfermos del pueblo. A los 23 años, después de haber
asistido a sus familiares enfermos de tifus, contrajo la enfermedad. Nunca más volvió a
ser la misma de antes, no recuperó sus fuerzas físicas y este acontecimiento la llevó a
decidir un cambio de actividad: ya no sería campesina, sino modista. Esta decisión fue
más que una simple elección. Fue el origen de una nueva misión: la de vivir para Dios,
haciendo el bien a las jóvenes y mujeres del pueblo. Un encuentro trascendente se
produjo en el otoño de 1864, cuando Don Bosco (1815-1888), que había creado la
congregación Salesiana en 1859 en Turín, llegó a Mornés de vacaciones con sus
muchachos. Las Hijas de la Inmaculada se encargaron de prepararlo todo para
recibirlos. María quedó impresionada por la personalidad del sacerdote. “Don Bosco es
un santo y yo lo siento”, dijo a sus compañeras.
Los datos aportados por la historia permiten afirmar que el grupo de Mornés no fue el
único que tuvo en cuenta Don Bosco para orientarse en la fundación de un instituto
religioso femenino, aunque finalmente se decidió por él. En las Hijas de la Inmaculada
de Mornés, el santo encontró un grupo con experiencia de vida en común, receptivo al
espíritu salesiano y con una inserción vital en la sociedad decidida a dedicarse a la
promoción del pueblo y especialmente de la mujer. El 5 de agosto de 1872, María
Mazzarello y sus otras compañeras profesaban sus primeros votos religiosos: nacía
entonces el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Como superiora fue una hábil
formadora y maestra en la vida espiritual. Tenía el carisma de la alegría serena,
irradiando gozo e implicando a otras jóvenes en el empeño de dedicarse a la
educación de la mujer. Cuando la Madre Mazzarello muere en Nizza Monferrato, el 14
de mayo de 1881, el Instituto tiene sólo nueve años de historia pero 26 casas, 166
hermanas, 50 novicias y 22 postulantes. Sus restos se veneran en la Basílica de María
Auxiliadora en Turín. Su fiesta se celebra el 13 de mayo.
Descargar