PROGRAMA DE NAVIDAD JESÚS, NUESTRO SALVADOR, ES EL MISMO AYER, HOY Y SIEMPRE CANTO: MENSAJE: A cargo del pastor. ORACIÓN: ESCENA I: “Dios nos ama tanto que para reconciliarnos con él promete enviar a su hijo”. (La conversación de la abuela con los niños sucederá a un costado. En el centro, irán apareciendo los otros personajes) PERSONAJES: Abuela, tres niños junto a ella, Adán y Eva, David, Isaías, Juan el Bautista, Pedro, Pablo, cinco niños de distintas nacionalidades, madre. NIÑO 1: ¡Abuela! ABUELA: ¿Me llamaban? NIÑO 1: Sí, abuela. Estábamos charlando con los chicos algo que escuchamos sobre la Navidad, pero decime: ¿Vos sabés algo de todo eso? ¿Cómo fue? Quisiéramos que nos cuentes... ABUELA: ¡Ay, sí! ¿Cómo no voy a conocerla? Vengan, vamos a sentarnos que les voy a contar una historia muy maravillosa... (Se sientan a un costado, los chicos a su alrededor escuchan atentamente) ... Hace muchos años, Dios hizo a las primeras personas para que habiten esta tierra tan hermosa que Él había creado... (Aparecen Adán y Eva, paseando, juntando flores y frutos, contentos) La había hecho tan linda, llena de flores, de aves, de árboles, pero Él quería que alguien disfrutara de todo eso. Entonces hizo a Adán y Eva... Los quería tanto que les dio todo su amor y toda su creación. Les regaló la vida y todo para vivirla. Pero... pasó un tiempito, y vino el diablo. Ustedes ya saben, él siempre quiere alejarnos de Dios; los convenció para que desconfíen de Él y lo desobedezcan. Ellos así mostraron que no lo amaban a Dios tanto como Él los amaba a ellos... Esta es la terrible historia de la humanidad, que desde entonces anda vagando por el mundo sin saber adonde ir, sin tener a Dios, sin esperanza y sin amor... CANTO: NIÑO 2: ¿Y qué pasó después? ABUELA: ¡Imagínense! Dios no nos quiere abandonar, entonces la única manera de reconciliarnos con Él, era si Él mismo venía en persona, a salvarnos. NIÑO 3: ¿Y cómo lo iba a hacer? ABUELA: Les sigo contando. Él hizo un plan. Y se lo fue contando a toda la gente que nació después. Todas esas personas que creían en Dios formaron un pueblo. Y entre esas personas, una vez hubo un rey muy importante. ¿Saben quién era ese Rey? NIÑO 1: (Piensa) Mm... ¿Puede ser el Rey David? ABUELA: ¡Sí! El Rey David. Era muy creyente, y esperaba la venida del Salvador. (Aparece David en escena) DAVID: “Dios me dijo: Mi hijo eres tú, yo te engendré hoy. Pídeme y te daré por herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra.” NIÑO 2: ¿Hablaba de Jesús? ABUELA: Sí. Pero el Hijo de Dios iba a sufrir mucho, porque Él tenía que ser perfecto, no como nosotros, y tenía que entregar su vida para poder salvarnos. DAVID: “Tú has penetrado mis pensamientos; de noche has venido a vigilarme; me has sometido a pruebas de fuego, y no has encontrado maldad en mí. La muerte me enredó en sus lazos; sentí miedo ante el torrente destructor. Puedo contarme los huesos. Mis enemigos no me quitan la vista de encima; se han repartido mi ropa entre sí y sobre ella echan suertes.” NIÑO 3: ¿Y qué pasó cuando David vio a Jesús? ABUELA: ¡No! Él no llegó a ver. Él murió con la esperanza y con la fe que vendría el Salvador. Pero Dios siguió hablando a través de otras personas... NIÑO 2: ¡Ya sé! ¡Los profetas! ABUELA: ¡Sí, muy bien! Los profetas que también eran muy creyentes. Ellos le hablaban al pueblo para que se mantenga con la esperanza y sean fieles a la promesa. NIÑO 1: ¿y enseguida vino Jesús? ABUELA: No, pasaron muchos años hasta que vino... Pero hubo un profeta que habló de Jesús como si lo estuviera viendo... (Aparece Isaías en escena) ISAÍAS: “Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se le ha concebido el poder de gobernar. Y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” CANTO: ESCENA II: “La promesa de Dios se cumple. Jesús esta con nosotros para siempre.” ABUELA: ¡Y por fin! Después de tantos años de esperar, de querer ver a Dios en persona, cara a cara, nació JESÚS... NIÑO 2: ¿Es verdad que nació en un pesebre? ABUELA: Así es. Porque aunque Él era un Rey, nació en la pobreza, para mostrar que Dios estaba dispuesto a sufrirlo todo por nosotros, y que Él estaba construyendo un Reino que dure para siempre... (Atrás se forma el pesebre viviente, silencioso: José, María, Jesús, pastores y ángeles) NIÑO 1: Abuela, ¿Es verdad que había ángeles esa noche? ABUELA: ¡Y no solo ángeles! Sino también pastores que cuidaban sus ovejas y recibieron la noticia, estaban los papás de Jesús, que eran José y María... (Todos los personajes del pesebre cantan): CANTO: ABUELA: Pero hubo alguien que Dios llamó para que preparase el camino a Jesús. Se llamaba Juan. (Aparece Juan el Bautista) JUAN EL BAUTISTA: Dios quiso que yo naciera unos meses antes que Jesús, para que le preparase el camino. Le hablé a la gente de Él, predicándoles que es necesario que nos arrepintamos primero de nuestros errores, para que podamos ser perdonados por Él. Pero nunca me voy a olvidar el día en que se acercó a mí para que lo bautice. Estábamos en el río Jordán. El vino a mí, y en ese momento reconocí que era el Cristo, el prometido de Dios, así como Él mismo lo declaró...: VOZ DE JESÚS: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí. Yo vine para que tengan vida, y en forma abundante. Vine para servirlos y no para ser servido; por eso me ama el Padre porque yo pongo mi vida, para después volverla a tomar. El que cree en mí, de su interior van a correr ríos de agua viva... Como el Padre me ama, así yo los amé a ustedes, permanezcan en mi amor... Un nuevo mandamiento les doy: Ámense unos a otros, así como yo los amo, en esto se van a dar cuenta que son mis discípulos... Les dije muchas cosas estando con ustedes, mas el Consolador, el Espíritu Santo a quien el Padre enviará en mi nombre, Él les va a enseñar todas las cosas, y les va a recordar todo lo que yo les dije. Donde dos o tres se reúnan en mi nombre, ahí yo estoy con ustedes. No se entristezcan ni tengan miedo; en la casa de mi Padre hay mucho lugar; yo voy a preparar lugar para ustedes. Todo el poder me es dado en el cielo y en la tierra, por esto; vayan y hagan discípulos; yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo. Confíen en mí...” CANTO: ESCENA III: “Todo el que cree en Jesús es parte de su pueblo. Muchos dieron la vida por Él.” ABUELA: Yo sé que Jesús me salva, y que cuando llegue mi último día – que no está tan lejos... – voy a estar con Él, y con todos los que creyeron en Él desde un principio... NIÑO 2: Abuela... ¿Jesús andaba siempre solo? ABUELA: ¡No... Bah! A veces, sí... Pero Él tenía a sus amigos, los discípulos... que son como nosotros, porque Él es el Maestro, y nosotros sus discípulos... A veces temerosos, a veces corajudos, inconstantes... Los primeros que tuvo Jesús... ¿Cómo se llamaban? A ver si se acuerdan...? CANTO: (Aparece Pedro) PEDRO: “Yo soy Pedro. Conocí a Jesús una mañana, a la orilla del lago de galilea. Veníamos de pescar, y Él nos pidió que volviésemos mar adentro... Ya en el mar hizo un milagro como nunca yo vi en mi vida ¡nos llenó de pescados y pescados! Me di cuenta de que estaba delante de alguien que no era solo hombre ¡era el Hijo mismo de Dios! Quise escapa, tenía tanto miedo, me sentía tan insignificante, tan pecador... ¡Pero Él me pidió que lo acompañe y me hizo un pescador de hombres... Mi vida es suya...” NIÑO 3: ¿Y qué pasó con los discípulos después que JESÚS subió al cielo con nuestro Padre? ABUELA: Ellos se unieron más que nunca, y empezaron a predicar el mensaje de este gran amor de Dios mostrado en Jesús. Este mensaje que nosotros hoy también predicamos... NIÑO 1: ¿Y cómo hicieron para predicar por todos lados? ABUELA: Es que Dios siempre sigue llamando a las personas, buscando a las ovejitas perdidas... Hoy también lo hace, a cada momento... Una de ellas fue Pablo... (Aparece Pablo, el apóstol) PABLO: “Yo soy Pablo, servidor de Jesucristo... En un principio, perseguí a la iglesia de Cristo, creyendo que estaba sirviendo a Dios, que eso era lo que tenía que hacer. Pero Dios me frenó a tiempo. Iba yo camino al pueblo de Damasco para destruir a los cristianos, y se me apareció Jesús. Me dio vuelta todo, me cambió la vida. Lo que me daba seguridad, ahora no era nada... Me di cuenta de que Jesús era el salvador prometido por Dios desde siempre al pueblo de Israel y a todo el mundo... Mi vida estaba en las manos de Dios. Me entregué a Él y el Espíritu Santo me fue llevando por distintos lugares del mundo para que llevase el evangelio. Para mí el vivir es Cristo y si me muero, es mejor. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.” CANTO: NIÑO 2: Entonces, todos nosotros tenemos la misma fe que tuvieron David, Isaías... NIÑO 3: Juan el Bautista, Pedro, Pablo... ABUELA: ¡Claro! Por eso estamos todos tan contentos por compartir algo tan importante. Y no solamente entre nosotros, sino también con la gente del todo el mundo... NIÑO 1: ¡Claro! ¡Porque vino a salvarnos a todos! (Aparecen en escena, niños de distintas nacionalidades: Un chino, una india, una española, una holandesa y un mexicano, con una letra que será la que forme la palabra JESÚS) (Chino): Para mí, Jesús es JUSTICIA, porque Dios ya no nos mira como ovejas perdidas, sino como a sus hijos amados. (India): Para mí Jesús es ESPERANZA, porque espero el día de estar en los brazos de Dios para siempre. (Española): Para mí, Jesús es SERVICIO, porque Él nos sirvió con su vida y nos dejó un camino para servir a los demás. (Holandesa): Para mí, Jesús es UNIDAD, porque en Él estamos todos unidos en la misma fe y en el mismo amor. (Mexicano): Para mí, Jesús es SALVACIÓN, porque nos ha amigado con Dios, salvándonos del poder del pecado, del diablo y de la muerte, dándonos vida eterna. CANTO: ESCENA IV: “Nosotros también somos su pueblo. Jesús nos une a todos los creyentes.” (Entra en escena la madre de los niños) MADRE: ¡Mamá! ¿Qué están haciendo? ¡Apúrense que ya vienen los invitados para esta noche! ABUELA: ¡Ay, sí! (Mira el reloj) ¡Cómo se nos fue la hora! Estábamos charlando con los chicos... ¡ NIÑO 1: ¡Pero mami! Estábamos hablando con la abuela de la Navidad... ¡ MADRE: Bueno, pero ahora tenemos que terminar de preparar algunas cosas, vengan a ayudarme. NIÑO 1: ¡Por eso no te preocupes! Lo más importante es hablarle de Jesús a nuestros invitados... NIÑO 2: ¡Claro! ¡Cómo hicieron los discípulos! NIÑO 3: Sí, por eso festejamos la Navidad. MADRE: Tienen razón. Eso es lo más importante. Ahí me parece que llegaron... Todos estamos invitados a la fiesta de la Navidad de Jesús... NIÑO 3: ¿Por qué no cantamos todos juntos NOCHE DE PAZ?