E EL LV VE ER RD DA AD DE ER RO OP PR RE EC CIIO OD DE EL LA AA AM MIIS ST TA AD D En el Sahara, un cálido día de verano Aichetu se despertó, mientras su madre preparaba el desayuno. -¿Y papá?- preguntó Aichetu. -Papá se fue, anoche lo llamaron para ir a la guerra, así que sólo quedamos las chicas- respondió su madre preocupada. Después de desayunar, Fatimetu, la mejor amiga de Aichetu, llegó a su casa y la invitó a participar en el campeonato de tenis de mesa que se celebraría en el mes de julio. Aichetu y Fatimetu emocionadas decidieron inscribirse y comenzaron a entrenar. Cada una enseñó y aprendió los trucos de la otra, porque querían ganar el premio. Una tarde cuando volvía a su jaima después de un duro entrenamiento, se encontró a su padre durmiendo con una gran herida en la pierna. Ella se quedó sorprendida y vio como su madre y su abuela preparaban las curas. Aichetu, no pudo resistir con la curiosidad y le preguntó a su abuela que estaba preparando. - Esto es una cura especial para las heridas graves que podrás utilizar en el futuro y ahora para salvar a tu padre. Procede de un cactus que se encuentra en el desierto del Sahara. Éste tiene unos pinchos, cuyas puntas son de color violeta claro, que deben cortarse para que tenga un verdadero efecto el día 7 de julio. - Pero, abuela ese día tengo el campeonato de tenis de mesa, y Fatimetu y yo hemos entrenado mucho para conseguir el premio-dijo la niña pensativa. -Tú decides- le comentó la abuela. Aichetu, preocupada, se lo dijo a su amiga, pero ésta no la entendió y se enfadó con ella. -Encima que he perdido mi tiempo entrenando contigo, ahora me dejas plantada por ir a buscar un cactus en el desierto. El día 7 de julio, tal y como le indicó su abuela, Aichetu se dirigió al desierto, pero cuando llegó se dio cuenta de que se le habían olvidado con las prisas las herramientas para cortar los pinchos. Fatimetu arrepentida por lo que le dijo a su buena amiga fue a su jaima. Allí estaba su abuela nerviosa, porque Aichetu se había olvidado su bolsa. Fatimetu no se lo pensó y se fue al desierto en busca de su amiga. Allí se disculparon y cortaron el cactus. Finalmente el padre de Aichetu se curó y Fatimetu descubrió que la amistad era más importante que cualquier cosa en el mundo. Cuento “contao” de la chimenea al “tejao”. Texto original: Katia Handi Bachir. Corregido y adaptado en gran grupo: alumnos/as 5º Educación Primaria