REDONDILLAS NAVIDEÑAS Baldomero el alfarero va dando vueltas al torno y mete y saca del horno jarras, orzas y pucheros. Luego los carga en el carro y pregona por la aldea: "Salga usted, vecina, y vea; vendo cacharros de barro." Anda muy entretenido cociendo un caballo bayo, siete canicas y un gallo para un niño que ha nacido. -Baldomero, llega enerole grita el pastor Francisco; y llena el zurrón de cisco para hacer un buen brasero. Su zagal cuida el rebaño. Catorce ovejas mamonas corretean, juguetonas, que este año fue un buen año. Las mujeres en el río frotan y frotan la ropa, unas mucha y otras poca, sin jabón, con agua y frío. -Ya te habrán dicho, María, que en el portal de Pascual nos nació anoche un zagal que dicen que es el Mesías. -Lola, la del panadero, dice que es un churumbel bonito como un clavel y alegre como un lucero. -En cuanto haga la colada me voy a freír pestiños pa llevárselos al niño que nació de madrugada. Fermín se baja del mulo. A este pastor tan cagón le ha dado un retortijón y se le está helando el culo. -Vamos deprisa, Fermín, que bajan por la pendiente tres Reyes Magos de Oriente a ver al chiquirritín. -Van montados en camellos cargaditos de tesoros; llevan mirra, incienso y oro y quiero llegar con ellos. Qué ruido y qué jaleo va montando Ceferina con su montón de gallinas y su alegre cacareo. - Co coricá coricó, vamos finas y emplumadas para ver a la alborada al pituso que nació. Ocupado y afanoso, se choca de vez en cuando, mientras va y viene volando, un angelito patoso. Este dulce querubín, aunque nieve, truene o llueva, va a llevar la buena nueva del uno al otro confín. Tres traviesos arrapiezos para hacer carbón de fragua, antes de que caiga el agua, recogen ramas de brezo. El herrero Juan el Lento está haciendo una veleta roja, amarilla y violeta que gire cuando haga viento. A esta paso va a acabar para cuando el niño ande y lo va a pasar en grande con su girar y girar. Con el cuerpo dolorido, por fin llegan los monarcas cargaditos con sus arcas a ver al recién nacido. María canta una nana; José arropa a la criatura; y una calida hermosura ilumina la mañana. El buey muge estremecido porque le da un repeluzno. La mula lanza un rebuzno. Ríe el niño divertido. Rebulle toda la aldea. El pueblo entero es dichoso. -¡Que les crezca el niño hermoso! -Gracias, y usted que lo vea. Autora: Carmen Gil (www.poemitas.com)