CELOS La palabra proviene del griego zelain que significa envidia; consisten en la incapacidad de compartir a la persona amada. Es un sentimiento muy común, no necesariamente de tipo sexual aunque con mayor frecuencia se ve como resultado de sentimientos nacidos en atractivos sexuales más que amorosos o eróticos. Para analizar la causa de los celos hay que considerar que generalmente se deben a falta de seguridad de ser correspondido por la persona amada. Sin embargo, también pueden obedecer a experiencias de la infancia, por ejemplo: el haber amado a determinadas personas sin recibir nada a cambio. Se menciona también que proceden de un complejo de inferioridad que consiste en la incapacidad de provocar en la persona amada una pasión suficientemente intensa para neutralizar la acción del rival. En cualquier caso, los celos revelan falta de madurez y de confianza en si mismo de un individuo. La manifestación más elemental de los celos y que es normal en toda persona forma parte del complejo de Edipo, el cual se experimenta en la infancia y representa el amor del hijo hacia su madre. Los celos se caracterizan por un sentimiento desagradable, ultrajante, ofensivo y vergonzoso; la conducta hacia la persona amada puede llegar a la ira dirigida contra una o todas las personas involucradas en la situación. Las manifestaciones de los celos varían de acuerdo con el país, la cultura, la época y aún de una persona a otra en el mismo tipo de ambiente. Los celos pueden estar dirigidos hacia más de una persona a la vez, cuando se supone que hay varios ofensores. Pero la forma típica, y al mismo tiempo la más grave por su intensidad, es cuando se involucra al objeto amado y un ofensor, con la formación del llamado “triangulo amoroso“. Los celos son más frecuentes en la mujer que en el hombre, ante un complejo de inferioridad originado en la mujer por su papel pasivo, puesto que piensa que depende del hombre para percibir el amor, lo cual la hace más sensible a la posibilidad de ser abandonada. Los celos que manifiesta una persona pueden tener su fundamento la conducta realmente desleal del sujeto amado o pueden surgir de la fantasía que hace suponer una conducta inadecuada que no existe. Las manifestaciones de este sentimiento en la persona celosa provocan reclamaciones, altercados, distanciamientos y en ocasiones conducta tan intransigente que hace intolerable la vida en común y puede llevar a la separación o el divorcio. A veces los celos se vuelven una obsesión y hay mujeres celosas que reclaman al marido cualquier manifestación de afecto, cortesía o aún urbanidad, como el saludo que tiene su esposo o amante con una dama que ella considera una rival. El diagnostico no tiene dificultad y lo único que queda por aclarar es si los celos son fundamentados, lo que se considera normal o si son exagerados o infundidos, lo que necesariamente debe hacer suponer un fondo neurótico. Para el pronóstico debe considerarse que los cónyuges provocan inestabilidad en el hogar, disminución de la armonía entre los padres y los hijos alterando la dinámica familiar y pueden crear conflictos que a veces terminan en el divorcio o en el suicidio. Tratamiento. Los casos sencillos con poca alteración de la persona pueden ceder al tratamiento. Las personas más neuróticas requieren de psicoterapia o la atención especializada de un psiquiatra.