PARA PUBLICAR A AGROUNS CULTIVOS RESISTENTES A HERBICIDAS: ¿ES LA HERRAMIENTA CONFIABLE DEL FUTURO? J.H. IRIGOYEN, M.R. SABBATINI, M.N. VERNAVA. El Ing. Agr. Jorge Irigoyen es Profesor Asociado, el Ing. Agr. (PhD) Mario Ricardo Sabbatini es Profesor Asociado y la Ing. Agr. (MSc) Natalia Vernavá es Auxiliar de Docencia, todos en la cátedra de Manejo de Malezas del Depto de Agronomía de la UNS. Contacto: jirigoy@criba.edu.ar La adopción continua y masiva de cultivos resistentes a herbicidas (caso de la soja RR y el girasol Clearfield®) en los sistemas agrícolas puede poner en riesgo la sustentabilidad misma del sistema productivo. En los últimos años el desarrollo de cultivos resistentes a herbicidas (CRH) se constituyó en una de las principales vías para el control químico de malezas, debido a que ha generado una nueva estrategia de manejo. Un CRH es una variedad o biotipo de un cultivo que es resistente a la acción de un herbicida que normalmente resulta letal para las variedades tradicionales del mismo cultivo. La obtención de CRH ha sido lograda a través de procesos de selección o de la inserción de genes en el genoma del vegetal, que le confieren la propiedad de alterar o bloquear el sitio de acción donde actúa el herbicida, o bien de acelerar su metabolización. Cultivos resistentes obtenidos por las dos vías mencionadas se emplean comercialmente en nuestro país y el desarrollo actual de dicha tecnología parecería indicar que predominará en el futuro. Un ejemplo del proceso de selección es la obtención de cultivos Clearfield® (maíz, girasol, colza, trigo, arroz, entre otros) resistentes a diferentes principios activos de la familia de las imidazolinonas, cuyo mecanismo de acción radica en la inhibición de la síntesis de ALS (acetolactato sintetasa) afectando en las plantas la formación de aminoácidos esenciales para el crecimiento vegetal. El proceso de inserción de genes implica la obtención de organismos genéticamente modificados, en este caso particular, de cultivos transgénicos. Un ejemplo lo constituye la obtención de resistencia al glifosato por la transferencia de un gen, que codifica para un producto que inhibe la actividad de la enzima EPSP sintetasa, desde una especie de Agrobacterium al genoma de la soja. Este proceso de transferencia génica dio como resultado la obtención de la denominada soja RR (soja Roundup Ready®) resistente a la acción herbicida del glifosato. Posteriormente, dicho gen también fue introducido en el maíz, generando el híbrido de maíz RR (maíz Roundup Ready®). En este cultivo se ha obtenido también la variedad Liberty Link®, resistente a glufosinato de amonio, herbicida no selectivo conocido comercialmente como Liberty®. En este último caso, el gen incorporado codifica para una enzima (fosfinotricin-N-acetil transferasa) que es la responsable de convertir al glufosinato en un metabolito inocuo para el maíz. El desarrollo de CRH ha generado un impacto económico y biológico de magnitud en el agroecosistema, que se ha traducido en beneficios para la producción agrícola. Sin embargo, resulta necesario realizar un balance entre las ventajas y desventajas de esta tecnología para un manejo racional de la misma. Ventajas de los CRH: La adopción de CRH aporta ventajas comparativas con respecto a los métodos tradicionales de control de malezas: - amplían el espectro de malezas controladas, ya que se utilizan herbicidas no selectivos que permiten el control de un extenso espectro de malezas, tanto anuales como perennes. - reducen los daños al cultivo, dada su alta tolerancia a estos herbicidas y al no uso de otros normalmente utilizados en cultivos no resistentes que pueden ocasionar fitotoxicidad. - se reduce el número de labores culturales y mecánicas, previas o durante el ciclo de crecimiento del cultivo, y en el caso del glifosato, se obtiene un menor costo debido al bajo precio del mismo. - simplifican y flexibilizan el manejo del cultivo. La tecnología asociada a los CRH no requiere de un entrenamiento especial por parte del productor y asimismo, facilita algunas de las prácticas relacionadas al cultivo. Un ejemplo de ello es la prolongación del período crítico para la aplicación del herbicida en comparación al de los herbicidas selectivos frecuentemente empleados en cultivos no resistentes, en el que dicho período suele ser muy limitado. Una prueba de las ventajas de esta técnica la constituye el hecho de que el 92% de la totalidad de soja cultivada en Argentina corresponde a soja RR. El uso de este cultivo resistente permite realizar tres o cuatro aplicaciones por año del herbicida, lo cual elimina casi por completo la competencia de las malezas. Desventajas de los CRH: Existen riesgos o amenazas potenciales que son importantes de considerar: - el uso de CRH y de los herbicidas asociados a ellos implica un impacto significativo sobre la composición florística ya que disminuyen la diversidad genética de la comunidad vegetal (erosión genética). - la probable aparición de las denominadas ‘supermalezas’, debido a la transferencia de los genes de resistencia desde los CRH a sus especies silvestres emparentadas. El fenómeno de hibridación por polinización cruzada no es raro en la naturaleza y la probabilidad resulta mayor para las especies emparentadas. Un ejemplo de un cultivo con riesgo de hibridarse es el caso del girasol (Helianthus annus) con el “girasol silvestre” (Helianthus petiolaris). Aquí es importante destacar que la transferencia horizontal de genes entre organismos taxonómicamente muy distantes es poco frecuente en la naturaleza resulta muy relevante en términos evolutivos. La producción de plantas transgénicas acelera en ciertos aspectos la evolución de las malezas, ya que la hibridación representa un riesgo potencial de transferencia de la resistencia a herbicidas desde el cultivo hacia la maleza. - posible reducción en el potencial de rendimiento de algunas variedades o híbridos de CRH como consecuencia fundamentalmente de la adición de genes extraños. Esto ha sido informado en algunos casos puntuales. - algunos de los herbicidas utilizados en cultivos transgénicos tales como glifosato y glufosinato de amonio tienen baja residualidad en suelos y aguas, por lo que presentan escasas restricciones para la rotación de cultivos y además, presentan baja toxicidad para el hombre y animales. Sin embargo, la aparición de CRH del grupo de las imidazolinonas u otros de potencial acción residual, aumentan notablemente los riesgos ambientales por su alta persistencia en el suelo, pudiendo afectar la productividad de cultivos subsiguientes. Asimismo, debería considerarse el riesgo potencial que constituye para la sustentabilidad del agroecosistema el depender técnica y económicamente de una única tecnología. - la factible aparición de CRH ‘guachos’ en lotes donde no fueron sembrados, y que por lo tanto se comportan como una maleza, trae aparejado el grave problema de su control por la resistencia al herbicida involucrado. - cambios en la abundancia y composición florística de las comunidades de malezas por el incremento de especies naturalmente tolerantes al herbicida asociado al CRH. En los últimos años en los lotes de siembra directa y particularmente asociado a la rotación trigo-soja, se ha detectado un incremento de especies tales como “iresine” (Iresine difusa), “ocucha” (Parietaria debilis), “flor de Santa Lucía” (Commelina erecta), entre otras, como consecuencia del uso intensivo de glifosato. - la aparición de especies de malezas resistentes como consecuencia del uso continuo y repetido de un mismo herbicida. Si bien tanto el glifosato como el glufosinato de amonio tienen bajo riesgo de seleccionar biotipos de malezas resistentes, este riesgo es alto para el caso de las imidazolinonas y los aril-oxi-fenoxi-propionatos, cuyos mecanismos de acción se basa en la inhibición de las enzimas ALS y ACCasa (acetil coenzima A carboxilasa) que afectan en las plantas la biosíntesis de aminoácidos y de lípidos, respectivamente. - riesgo de reducción en la exportación de productos de origen transgénico como consecuencia del sentimiento anti-biotecnología que existe en los consumidores de varios países del mundo. Consideraciones finales: Debido a que las malezas continuarán adaptándose a las diferentes metodologías de control implementadas, los agricultores siempre necesitarán de nuevas tácticas y estrategias. La biotecnología ha realizado un valioso aporte al suministrar los CRH como herramientas para el control de malezas. Sin embargo, sería un grave error suponer que esta técnica permitirá anular el problema en el futuro, ya que debemos enfatizar que son sólo herramientas, con fortalezas y debilidades, de las que se vale el hombre en su afán y esfuerzo para controlar las malezas. Un manejo integrado en el que múltiples estrategias son implementadas de manera racional, es la única solución en el marco sustentable del sistema productivo. BIBLIOGRAFÍA AMPLIATORIA Altieri, M. A. (2000) Riesgos Ambientales de los Cultivos Transgénicos: una evaluación Agroecológica. (http://biodiversidadla.org/content/view/full/4815) Herbicide Resistance and Herbicide Resistant Crops (HRCs) (http://www.fao.org/ag/Agp/agpp/IPM/Weeds/). Knezevic, S.Z. & Cassman, K.G. (2003) Use of Herbicide Tolerant Crops as a Component of an Integrated Weed Management Program. Plant Management Network. Online. 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