PENSAMIENTO DE SOMBRERO NEGRO Los niños pequeños se divierten-y objetan- la más mínima desviación del relato de un cuento que conocen bien. La reiteración inspira seguridad. Es razonable suponer que en circunstancias aterrorizantes un animal limita su comportamiento a las pautas de lucha o de fuga que conoce. Se supone que los soldados bajo fuego deben mantener la disciplina. ¿Cuál sombrero debe ponerse primero el pensador, el negro de la inspección negativa o el amarillo de la exploración positiva? Se supone que el sombrero negro debería ser siempre el primero para poder rechazar con rapidez las ideas impracticables, sin necesidad de pasar demasiado tiempo considerándolas. Sin embargo, es mucho más fácil ver los defectos de cualquier propuesta nueva que ver sus virtudes. Posiblemente la química cerebral ya se ha ajustado a miedo ya seguridad. Por eso cuando consideramos nuevas ideas y cambios, tiene mucho sentido adoptar primero el sombrero amarillo que el sombrero negro. El pensar del sombrero negro se ocupa específicamente del juicio negativo. El pensador del sombrero negro señala lo que está mal, lo negativo y lo erróneo. El pensador del sombrero negro señala por que algo no va a funcionar. El pensador del sombrero negro señala los riesgos y peligros. Señala las imperfecciones de un diseño de un diseño. El pensamiento del sombrero negro puede señalar los errores en el proceso del pensamiento y en el método mismo. Puede confrontar una idea con el pasado para verificar si encaja con lo ya sabido. Puede proyectar una idea en el futuro para verificar fracasar o ir mal. El juicio positivo queda para sombrero amarillo. Debe presentarse ideas nuevas, el sombrero amarillo siempre se debe usar antes que el sombrero negro