TEMA MÉDICO N° 66 PROGRAMAS DE PREVENCIÓN CAPÍTULO TERCERO “La Obra Social de YPF promueve el acercamiento sistemático a la prevención, tendiente a mejorar la salud desde el individuo, haciendo conocer a la población beneficiaria las posibles acciones tendientes a anticiparse a las manifestaciones de ciertas enfermedades o su detección precoz”. El presente es continuidad de una serie de comunicados con la información de los cuidados preventivos, que nuestros beneficiarios deberán tener en cuenta para prevenir y poder detectar precozmente las enfermedades descriptas en cada uno de ellos. IDENTIFICACIÓN DE LOS FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR Y PREVENCIÓN PRIMARIA DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES DIABETES MELLITUS A pesar de la importante difusión de los síntomas de la enfermedad, se supone que por cada persona diabética hay otra que desconoce su estado. Es por este motivo que resulta indispensable la educación diabetológica como el más importante tratamiento. ¿Qué es la Diabetes Mellitus? La diabetes es un conjunto de afecciones que tienen en común el aumento de la glucosa en sangre (hiperglucemia). Resulta de una alteración en el metabolismo de los hidratos de carbono (harinas, cereales, azúcar), de las proteínas y de las grasas. ¿Cómo se diagnostica? El diagnóstico más simple consiste en controlar la glucemia en ayunas. Cuando este valor es igual o mayor a 126 mg/% en dos mediciones consecutivas se diagnostica Diabetes. A su vez, si se realiza una medición de glucemia en cualquier momento del día y resulta mayor o igual a 200 mg/%, también se diagnostica Diabetes. Cuando las glucemias son inferiores a 126 mg/% el diagnóstico se confirma con la prueba oral de tolerancia a la glucosa. ¿Quiénes deben controlar la glucemia? 1. Personas con antecedentes familiares de diabetes. 2. Personas obesas o con sobrepeso. 3. Mujeres que hayan tenido hijos de más de 4 Kg. al nacer. 4. Individuos sedentarios, con hipertensión arterial o antecedentes cardiovasculares. Síntomas clásicos y señales de alerta: Poliuria (aumento del deseo de orinar). Polidipsia (aumento de la sed). Pérdida de peso con apetito conservado. Alteraciones en los miembros inferiores, ampollas, cambio de coloración u hormigueos. Frecuentes infecciones urinarias o en los genitales femeninos y masculinos. Visión borrosa. Existen diferentes tipos de Diabetes Mellitus: a) Diabetes insulinodependiente o tipo I. b) Diabetes no insulinodependiente o tipo II. c) Diabetes gestacional. ¿Cómo se trata esta enfermedad? Alimentación Se debe seguir un plan alimenticio recomendado por un profesional. La alimentación del diabético permite un esquema con porcentajes normales de hidratos de carbonos, proteínas y grasas. Se debe distribuir en cuatro comidas y se adaptará al nivel de los lípidos en sangre, a la función renal, a la existencia o no de hipertensión arterial y a las afecciones frecuentes relacionadas con diabetes. Actividad física El ejercicio físico produce un aumento del consumo de glucosa que mejora el control metabólico en el diabético, regula la hipertensión arterial, controla el peso corporal, mejora la circulación periférica y los lípidos en sangre. Siempre es importante controlar la glucemia antes del ejercicio para evitar las hipoglucemias. Los síntomas de la hipoglucemia son: cansancio, sudoración, temblor, hormigueo en los labios, palpitaciones, intranquilidad, somnolencia, marcha de ebrio, pérdida del conocimiento. Es imprescindible que el paciente y su familia conozcan estos síntomas para tratarlos eficazmente con azúcar agregada en cualquier infusión (té, café) o ingerir medio vaso de bebida cola o jugo de frutas. Controles (automonitoreos) Las personas diabéticas deben realizar controles domiciliarios denominados automonitoreos, mediante el cual se extrae una gota de sangre del pulpejo del dedo sobre una tira reactiva, que se coloca en un aparato electrónico llamado glucómetro o reflectómetro. Esta técnica permite conocer las glucemias diarias para que el profesional pueda realizar una corrección rápida o ajuste del tratamiento ¿Cuáles son las complicaciones crónicas que se pueden presentar? Dada su condición de enfermedad predominantemente vascular, la Diabetes puede comprometer el funcionamiento de arterias de mayor y menor calibre, lo cual afecta a diferentes órganos tales como el corazón, riñones, ojos y miembros inferiores. Todas estas posibles complicaciones se pueden prevenir con el adecuado control metabólico y la consulta médica periódica. Es fundamental que todo paciente diabético reciba información sobre los distintos aspectos de la Diabetes. Esto le permite comprender la importancia de mantener valores normales de glucemia y otros parámetros de control, para preservar los diferentes órganos de las complicaciones potenciales de la enfermedad. OBESIDAD La obesidad es una enfermedad crónica, polimorfa, de causa multifactorial caracterizada por una excesiva acumulación de tejido adiposo. Más allá de su función de reserva energética, el tejido adiposo es un verdadero órgano endócrino, que según su localización, fabrica y libera al torrente circulatorio sustancias involucradas en el desarrollo de otras enfermedades, esencialmente cardiovasculares y metabólicas. Si bien hay casos especiales secundarios a medicamentos, trastornos genéticos, tumores o enfermedades endócrinas, en la mayoría de los casos las obesidades responden a la combinación de sedentarismo y malos hábitos alimenticios. Grados de obesidad. Complicaciones médicas El Índice de Masa Corporal (IMC) es el parámetro más utilizado para clasificar el grado de sobrepeso. Se obtiene dividiendo el peso de una persona (en Kg.) por su talla (en metros al cuadrado): IMC = Peso (Kg.) / Talla (mts)² Ejemplo: un individuo que mide 1,78 m. y pesa 100 Kg. tiene un IMC de 31,5 100 / (1,78)² = 31,6 VALOR DEL IMC GRADO DE SOBREPESO RIESGO 18,5 a 24,9 Peso normal Normal 25 a 29,9 Sobrepeso Moderado 30 a 34,9 Obesidad grado 1 Alto 35 a 39,9 Obesidad grado 2 Muy alto Más de 40 Obesidad grado 3 Extremo A mayor IMC mayor el riesgo de padecer otras enfermedades y complicaciones médicas tales como: Hipertensión arterial. Niveles de colesterol y triglicéridos elevados. Resistencia a la insulina, síndrome metabólico y Diabetes. Angina de pecho. Infarto cardíaco. Insuficiencia cardíaca. Arritmias. Accidentes cerebrovasculares. Problemas circulatorios, trombosis (formación de coágulos dentro de venas o arterias). Hígado graso o esteatosis hepática, cirrosis hepática. Litiasis vesicular (cálculos en la vesícula biliar). Trastornos hormonales, infertilidad - impotencia sexual. Trastornos del sueño, apneas del sueño. Distintos cánceres (próstata, colon, mama, riñón, vesícula, linfomas, útero). Artrosis, dolores lumbares, hernias. Riesgo quirúrgico aumentado. Complicaciones en un postoperatorio. Si bien el IMC es útil para estratificar riesgos en la población general, no es válido en embarazadas, ancianos y personas con gran desarrollo muscular. Obesidad abdominal El perímetro de cintura es otro parámetro utilizado en la evaluación de pacientes con sobrepeso y es el más importante a la hora de hablar de riesgo cardiovascular y metabólico. Según la distribución en el cuerpo del exceso de tejido adiposo tendremos dos tipos de obesidades: Femoroglútea, localizada preferencialmente a nivel de los muslos y región glútea. Es característica del sexo femenino. Abdómino-visceral, localizada preferencialmente en el abdomen. Si bien clásicamente fue descripta en varones, también se la observa en mujeres. La obesidad abdómino-visceral es la que más nos preocupa Precisamente es este tejido adiposo, el productor de sustancias que promueven el desarrollo de la enfermedad cardiovascular y metabólica La medición con un centímetro del perímetro de la cintura nos da una idea de cuánta grasa hay depositada dentro de la cavidad abdominal: VALORES IDEALES DE PERÍMETRO DE CINTURA Hombre 94 cm. o menos Mujer 80 cm. o menos VALORES ASOCIADOS CON PROBLEMAS CARDIOMETABÓLICOS Hombre 102 cm. o más Mujer 87 cm. o más Estrés y obesidad El estrés crónico predispone a desarrollar obesidad abdominal. Los niveles alterados de cortisol (la hormona del estrés) conjuntamente con la acción de la insulina, hacen que la grasa encuentre un sitio preferencial de depósito dentro del abdomen y se transforme, como ya hemos mencionado, en un importante factor de riesgo. Las alteraciones del ritmo normal del sueño, las dietas de hambre, los ayunos y los largos períodos sin ingesta de alimentos durante el día, representan también situaciones de estrés, que conducen con el tiempo a la obesidad abdominal. Las dietas Volcarse a las dietas, tomar pastillas o recurrir a extraños métodos, es seguir creyendo en soluciones mágicas. El tratamiento del sobrepeso es para toda la vida y las dietas sólo implican modificaciones específicas en la alimentación, para llevar a cabo durante un tiempo limitado. Más allá de que algunas son absolutamente irracionales y hasta peligrosas, las dietas atrofian la capacidad de las personas para comer con libertad y sentido común. Con ellas se aprende a "ser obediente" por un tiempo y a comer "lo que se debe", pero tarde o temprano aparecen los desbordes. Miles de personas siguen haciendo dietas. Inicialmente pierden peso pero al tiempo recuperan más kilos, lo cual suma un nuevo fracaso y más enfermedad. Desafortunadamente en nuestra sociedad, mantener una dieta suele considerarse una virtud y la influencia del medio hace que muchos tengan resistencia para emprender un programa de cambio de hábitos y control de peso sin alguna de ellas. Las dietas de 1000 o menos calorías diarias (dietas de hambre) merecen un comentario aparte: representan para el organismo situaciones extremas de déficit energético y se tornan insostenibles por el estrés psico-físico que imponen. Cuando uno pasa hambre el cuerpo se defiende y activa un efectivo sistema de ahorro inscripto en nuestros genes desde hace miles de años. Así, en forma contrarregulatoria, al comer tan poco baja el metabolismo y aumenta la búsqueda de alimentos con alta densidad calórica. Como consecuencia, el cuerpo retiene más grasa cuando volvemos a comer con normalidad o cuando nos volvemos a dar un atracón, algo que sucede con suma frecuencia. Además, una alimentación tan restrictiva provoca cansancio y baja resistencia al ejercicio, como también trastornos por déficit de nutrientes, constipación, intolerancia al frío o incluso crisis de gota y arritmias fatales. Por otro lado cuando el descenso abrupto de peso se produce a través de estos métodos disparatados, en realidad se pierde más masa muscular y agua que grasa. Esto debilita al organismo y disminuye su habilidad para "quemar" calorías y favorece, tal como se mencionó, una recuperación de peso a expensas de más tejido adiposo. Además también causan problemas en la esfera psicológica. Está comprobado que los que bajan y suben de peso continuamente (efecto yo-yo o weight cycling) corren mayor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca. En efecto, el estrés causado por el maltrato que recibe el cuerpo con estas dietas antinaturales, propicia luego el depósito de grasa dentro del abdomen con aumento del riesgo cardiovascular. Los medicamentos: ¿la búsqueda del milagro? Lo racional Si bien aún no se ha descubierto una pastilla que cure la obesidad, existen al día de hoy tres medicamentos aprobados para el tratamiento complementario de esta enfermedad durante un máximo de tiempo de 2 años. Los estudios clínicos han demostrado un discreto descenso de peso adicional al logrado con cambios en la alimentación y nivel de actividad física en un porcentaje de pacientes. Sin embargo, también se observó que esos kilos perdidos fueron recuperados al suspender su administración. Como todo medicamento, estas drogas poseen indicaciones, contraindicaciones y potenciales efectos adversos, que requieren su debido control. Por estos motivos, en todos los casos deben ser considerados y prescriptos únicamente por un médico: es irresponsable su venta libre en farmacias. Es importante dejar en claro que, sin cambios concomitantes y permanentes en los hábitos higiénicos alimentarios, estos fármacos no ejercen, por acción exclusiva, descenso de peso alguno. Lo irracional Suplementos "quemadores de grasas", cremas, plantillas, pulseras, fajas y aparatos de todo tipo promocionados como milagrosos por distintos medios de comunicación, carecen de utilidad alguna en el tratamiento del sobrepeso. Tampoco hay evidencia seria que avale la utilidad en esta área de prácticas alternativas como acupuntura, láser o auriculoterapia. Las mezclas de medicamentos como anfetaminas u otros anorexígenos, diuréticos, hormona tiroidea, laxantes y/o ansiolíticos, no solo son irracionales en el tratamiento del sobrepeso sino que además, pueden causar graves efectos adversos, desde irritabilidad, calambres y temblores hasta hemorragias cerebrales, arritmias y muerte. Tanto es así que estos preparados magistrales comúnmente llamados "cócteles para adelgazar" han sido prohibidos en el año 2006 en el territorio de la Provincia de Buenos Aires mediante el Decreto 1691. Si somos conocedores de la existencia de alguno de los FACTORES DE RIESGO en nosotros o en algún integrante de nuestra familia, tomemos la decisión y hagamos ya los cambios necesarios para modificarlos. Si aún no lo sabemos, concurramos a la consulta médica para su DETECCIÓN PRECOZ. No considere que esta enfermo solo el que tiene síntomas. Hágase responsable de sus hábitos. Considere que tiene todo a su alcance para resolver el problema. Tenga presente que las enfermedades cardiovasculares no son exclusivas del sexo masculino.