Francesco Borromini Francesco Borromini fue uno de los arquitectos italianos más importantes del siglo XVII. Su auténtico apellido era Castelli, que cambió luego por el de su madre, Borromini. Nació el 25 de septiembre de 1599 en Bissone, junto al lago Lugano. Su padre era cantero, heredando él este oficio, y trabajando en Milán como tallista de mármol entre 1608 y 1614. En este último año se traslada a Roma, donde empieza a trabajar al amparo de Carlo Maderno, pariente de su madre. En 1619 llega a Roma, donde cambia su apellido de Castelli a Borromini, y comienza a trabajar para su pariente lejano, Carlo Maderno en las obras de la Basílica de San Pedro. A la muerte de Maderno en 1629 se une al equipo de Gian Lorenzo Bernini en los trabajos de ampliación y refacción de la fachada del Palazzo Barberini. Borromini trabaja allí como asistente de Bernini, pero luego de unos pocos años se produce entre ambos una enemistad que duraría toda la vida. Durante el pontificado de Inocencio X (1644-1655) , gana la confianza del Papa, lo que le permite desplazar a su eterno rival en el puesto de arquitecto principal de Roma. Sin embargo, con el siguiente Papa, Alejandro VII (16551657) nuevamente renace la estrella de Bernini, acrecentando el enfrentamiento entre ambos arquitectos. A partir de allí Borromini se dedica a completar los interiores de la iglesia de Sant'Ivo della Sapienza, de la actual Universidad romana, y a los trabajos en San Juan de Letrán. Adicionalmente, completa el basamento de la fachada de su primera obra independiente, la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane en el Quirinal. Borromini fue un arquitecto profesional que conocía todos los secretos de la misma por propia práctica. Su vida se encuentra marcada por el constante conflicto con Bernini, al cual asiste hasta 1633, realizando sus grandes obras desde esta fecha hasta su muerte. Era de carácter huraño y solitario, contando con escasos amigos, como el marqués de Castel Rodrigo, el cardenal Spada y el pintor Poussin. Su vida fue bastante atormentada, suicidándose en 1667 como describió Plutarco que lo había hecho Catón el Joven, filósofo estoico. Esta filosofía es en la que habría que inscribir la personalidad de este artista, influida por un pensamiento muy rigorista. La arquitectura de Borromini fue considerada despectivamente por sus contemporáneos más afectos al clasicismo como gótica, de mal gusto y falta de respeto al lenguaje canónico de los ordenes; es bizarra y anticlásica, antinormativa. Esta fama peyorativa se extenderá casi hasta nuestro siglo Carácter La genialidad siempre conlleva caracteres distintivos, circunstancia acentuada en este caso por el trágico final del artista. Así como Leonardo y Miguel Angel han quedado grabados en la historia como hombres del Renacimiento, Borromini puede ser definido sin lugar a dudas como un hombre del Barroco. Todos estos grandes artistas mostraron una motivación común por la investigación y la innovación, y plasmaron su búsqueda en infinidad de bosquejos y borradores. Borromini dejó a la posteridad su obra teórica "Opus Arquitectonicum", pero buena parte de sus escritos fueron destruidos por él mismo antes de su muerte. Tenía reputación de honesto y poco interesado en las riquezas materiales, aunque posiblemente, como todo artista, sintiera necesidad de otras formas de reconocimiento. Daba especial relevancia a la plena libertad de diseño, negándose a "copiar" características u elementos estilísticos en sus proyectos 2, y llegando al extremo de resignar toda remuneración a cambio de tal libertad expresiva. Religioso practicante y devoto, transcurría su vida laica con votos de pobreza3. Se dice que su carácter era huraño y solitario, aunque cultivó amistad con el cardenal Spada, el marqués de Castel Rodrigo y el pintor Nicolas Poussin. Su final, con un suicidio similar al de Catón el Joven hicieron que la posteridad acentuara su estoicismo, que en vida demostró mediante una rigurosa carrera profesional. Posiblemente esta carácteristica fue la que le granjeó enemistades y pérdida de encargos en una época donde el respeto por el ordenamiento clásico limitaba en gran medida la innovación artística. Oratorio de San Felipe Neri (Oratorio dei Fillipini) La congregación de los filipinos tenía ya una de las ioglesias mejor decoradas de Roma, y la orden, muy adepta a la expresión piadosa a través de la música, pensó construir un oratorio que incluía aposentos al lado de la iglesia de Santa Maria in Vallicella (Chiesa nuova), ubicada en pleno centro de Roma. Borromini fue uno de los postulantes para la construcción del proyecto, entre los que se contaba a Paolo Maruscelli. Resultó empleado para el trabajo durante trece años que incluyeron varios períodos conflictivos. Para 1640 el oratorio estaba en uso, y en 1643 se completó la biblioteca. La llamativa fachada cercana a la entrad de la iglesia tiene poca semejanza con las estructuras interiores. Dentro del oratorio el espacio se articula mediante semicolumnas y un complejo ritmo de pilastras. Principales proyectos La siguiente es una lista cronológica de las obras en las que participó Borromini como proyectista, ya sea en forma independiente o en colaboraicón con otros arquitectos: 1622 Sant'Andrea della Valle, Roma. 1629-1631 Palazzo Barberini, Roma. 1631-1633 Baldaquino de San Pedro, Ciudad del Vaticano. 1637 Oratorio de San Felipe Neri, Roma. 1638-1641 San Carlo alle Quattro Fontane, Roma. 1642-1660 Sant'Ivo della Sapienza, Roma. 1645 Fachada de San Pedro, Ciudad del Vaticano. 1645-1650 Palazzo Pamphili, Roma. 1646-1667 Colegio de Propaganda Fide, Roma. 1647-1650 San Juan de Letrán (reconstrucción), Roma. 1652 Sant'Agnese in Agone, Roma. 1653-1665 Sant'Andrea delle Fratte (exterior), Roma. 1659-1661 Biblioteca Alessandrina en Sant'Ivo della Sapienza, Roma. 1662-1664 Capilla de los Reyes Magos en el Colegio de Propaganda Fide, Roma.