El 10 de setiembre de 1994 la municipalidad de Benito Juárez puso

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Ciberciudad, incomunicada
Laura Del Giorgio
25 de Mayo 24 – Tel. 02292 – 452310
Benito Juárez – Pcia de Buenos Aires
Argentina
delgiorgio@benitojuarez.org.ar
Introducción
La aparición de las tecnologías informáticas indudablemente produjo un cambio
radical en el mundo. La característica principal de la era digital en que vivimos
es el cambio permanente a velocidad creciente. La incertidumbre es el principal
estado que aparece en procesos de transformación como el que ha operado la
explosión informática. Entre la infinidad de dudas que surgieron, una es clave:
¿Se creará un mundo dividido entre los ciudadanos “enchufados” y los
“desenchufados” que fortalezca la bipolarización de la riqueza?
Existen esfuerzos para evitar esta situación ya tan característica de la
globalización a través de fomentar una democratización del acceso al uso de
las tecnologías informáticas. El distrito de Benito Juárez, parece tener un sexto
sentido que le ha indicado el rumbo que seguirá el mundo y genes
predispuestos a desarrollar una capacidad para subirse al tren de la era digital.
A pesar de haber sido designados como parte de un proyecto que impulsaba la
informatización completa a los efectos de mostrar los beneficios de actuar en
red, Juárez quedó como ciberciudad incomunicada.
Antecedentes históricos
Ya en 1985, se llevó a cabo en la Municipalidad de Benito Juárez un Congreso
sobre Informática, que fue organizado por la Escuela Media Nº 3 “Dr. Benito
Juárez” y la Comisión Argentina de Informática, que ofició prácticamente de
introductorio en materia de digitalización.
El 10 de setiembre de 1994 la municipalidad de Benito Juárez puso en marcha
el Plan de Computación destinado a la Escuela Pública. Este programa se
convirtió en el primero de la Provincia de Buenos Aires y tenía como propósito
brindar igualdad de oportunidades a todos los alumnos considerando que el rol
del estado es garantizar la mejor formación. Participaron la Dirección General
de Cultura y Educación, la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad
Nacional del Centro y la Escuela Media Nº 1 Ministro Zarini de Villa Cacique
(Barker).
En principio, se desarrolló un Curso de Perfeccionamiento para Docentes sobre
Informática Aplicada en el que se capacitaron 30 docentes que luego
enseñaron a sus alumnos en el Centro de Informática de Barker, inaugurado el
3 de abril de 1995 y que fue dotado con 10 computadoras y 3 impresoras. Se
calcula que concurrieron alrededor de 500 alumnos.
El 4 de mayo de 1996, se inauguró el Centro Regional de Informática en la
Escuela Media Nº 3 “Dr. Benito Juárez”. De esta manera, se trasladaba la
experiencia iniciada en Barker a la cabecera del distrito de Benito Juárez,
tomando a su vez proyección regional, ya que se capacitaron docentes de
distritos vecinos como Cháves y Chillar.
El 19 de junio de 1998, los juarenses ni bien se despertaron, escucharon a
través de los medios de comunicación que podrían convertirse en una
ciberciudad. La denominación resultaba desconocida, pero pronto interpretaron
que se trataba de lograr la informatización completa de la comunidad para
actuar como modelo ante el resto del país de las ventajas que suponen la
utilización de la tecnología informática en todos los órdenes de la vida
cotidiana.
Juárez fue elegida porque cumplía con los requisitos para acceder al proyecto:
tener menos de 50 mil habitantes y más de 10 mil; estaba situada próxima a un
centro de excelencia informática (Universidad Nacional del Centro), pero a su
vez estaba alejada de las grandes urbes manteniendo una estructura de ciudad
del interior. Por otra parte, tuvo peso el hecho de haber desarrollado una
experiencia de democratización de la informática a través de los Centros de
Informática inaugurados en Villa Cacique en 1995 y en Juárez en 1996.
La noticia fue dada a conocer por Juan José Marc, presidente de la Fundación
Argentina en la Era de la Información (www.aei.org.ar), después de reunirse
con el intendente Ing. Rafael Magnanini. Marc venía en representación del
secretario de Planeamiento Estratégico de la Nación, Dr. Jorge Castro y de las
tres cámaras del sector informático, estamentos que confluían en la
planificación de los elementos que faciliten el ingreso de la Argentina a la
sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías de la información.
En aquel momento, sostuvo que si Benito Juárez resultara elegida ciberciudad,
podría tener su nodo, y podría convertirse en “el centro de mayor facilidad de
comunicación con Internet en la Argentina”.
Con respecto a la financiación del proyecto, informó que un 40% iba a ser
aportado por organismos internacionales y el 60% por empresas privadas.
El 8 de julio de 1998 en el City Hotel de Capital Federal, se presentó el
proyecto ciberciudad ante una delegación de 31 juarenses representantes del
ámbito político, empresario, educativo y cultural de la ciudad.
El proyecto tenía un desarrollo no menor a tres años, pero no mayor a cinco
años Aunque gran parte de la promoción se debía a la secretaría de
Planeamiento Estratégico de la Nación, a cargo del Dr. Jorge Castro,
funcionario del gobierno de Menem, se aseguraba que no iba a constituirse en
un obstáculo para seguir adelante con el plan, si se producía un recambio
presidencial en el ’99.
El sábado 29 de agosto de 1998 se llevó a cabo en la Escuela Media Nº 3 una
jornada de talleres con la presencia de 35 técnicos y especialistas de la
presidencia de la Nación, de la Fundación Argentina en la Era de la Información
y de las Cámaras argentinas que agrupan a los proveedores de informática.
Los talleres se organizaron por áreas temáticas de acuerdo a los siguientes
rubros: seguridad, salud, educación, municipio, actividad agrícola-ganadera,
industria y comercio, banca estatal y actividad financiera, e instituciones
sociales intermedias. Participaron gran cantidad de representantes de
entidades intermedias de la comunidad y surgieron las propuestas que iban a
fundamentar el desarrollo cibernético en la ciudad.
El 12 de setiembre de 1998, el intendente de Laprida, Arq. Alfredo Irigoin,
manifestó a su par de Juárez, Ing. Rafael Magnanini, su interés por participar
en dicha comunidad como anexo al proyecto ciberciudad. Se firmó un convenio
de cooperación y asistencia para dar a luz a un ciberpolo.
El 4 de noviembre de 1998 se informó que ya estaba en marcha el diseño de la
Página WEB de Benito Juárez, que incluiría todos los aspectos de la vida del
distrito.
La docente de Informática de la Escuela Media Nº 3 Laura Del Giorgio, fue una
de las impulsoras de esta experiencia que había nacido a mediados de 1996,
cuando
utilizando
el
concepto
de
transversalidad
que
impulsó
la
Transformación Educativa, pensó en un trabajo de investigación y recolección
de la información relativa al distrito de Juárez tomada desde distintos puntos de
vista como la geografía, la historia, la economía, la política, integrando a su vez
los distintos departamentos de la escuela.
En esa oportunidad, había pensado en grabar toda la información en un disco
compacto para luego poner una página en Internet cuando Juárez tuviera su
nodo. A partir de la designación de Juárez como ciberciudad, logró el apoyo de
la Fundación Argentina en la Era de la Información, que la vincularon con CWA
S.A., empresa capitalina que diseñó una aplicación para que la administración
de un sitio de gran envergadura pueda ser realizada con facilidad y que ofreció
el asesoramiento y la disponibilidad del uso de la nueva aplicación para el
desarrollo del sitio (www.benitojuarez.org.ar) en forma gratuita.
Inmediatamente se pusieron a trabajar personas de Juárez, impulsadas por la
importancia del proyecto que permitiría no sólo actualizar la página con la
información de la vida socio-comunitaria sino verse reflejados en su historia,
trascender los límites del distrito y salir al mundo a través de la red.
El 13 de enero de 1999 se inauguró el primer nodo de Internet en la Biblioteca
Pública “Juan José Bernal Torres” y se anunció este hecho como la
“introducción tecnológica al proyecto Ciberciudad”.
Al mismo tiempo, se puso en marcha en la biblioteca, el primer centro de
familiarización con la tecnología que permitió el uso de Internet en forma
gratuita para la comunidad. El mismo cuenta con 10 máquinas. Los vecinos
solicitan turnos y pueden consultar durante una hora en la red, y llevarse el
material que resultó de su interés ya sea en copia como en diskette.
En esa ocasión se presentó la página WEB institucional de Benito Juárez
(www.benitojuarez.org.ar) con el trabajo de diseño y desarrollo de contenidos
exclusivamente a cargo de gente de Juárez coordinados por la docente y el
sitio del municipio.
Asistió al acto gran cantidad de público ávido por conocer la intangibilidad que
representaba hasta el momento el proyecto ciberciudad. El ministerio de Obras
Públicas de la Provincia, aportó $50.000 para financiar el primer avance
tecnológico de esta propuesta.
El 20 de enero se formó la subcomisión de informática, encargada desarrollar
el reglamento de funcionamiento del centro comunitario de familiarización
tecnológica de la Biblioteca.
Posteriormente, se instaló Internet en el Centro Regional de Informática que
funciona en la E.E.M. Nº 3 “Dr. Benito Juárez”, donde además se renovó todo
el equipamiento informático. Actualmente, el Centro Regional de Informática,
está abierto a todas las instituciones educativas de Juárez. Para hacer uso de
este espacio deben presentar un proyecto pedagógico que contemple el uso de
la informática y se les otorga un horario semanal para que puedan concurrir los
docentes con sus alumnos.
El 9 de agosto de 1999, a un año de los talleres de participación comunitaria
convocados para la presentación de propuestas a los efectos de desarrollar el
Proyecto de Ciberciudad en Juárez, la Subcomisión de Informática de la
Asociación Popular de Cultura, convocó nuevamente a distintos sectores
representativos de la comunidad para evaluar el avance de las propuestas y la
aparición de nuevas ideas.
En la oportunidad, se informó que ya estaba instalado el sistema informático de
transparencia de la gestión comunal, aunque todavía no era de acceso directo
al contribuyente.
El Director de Cultura informó que se estaba preparando el lanzamiento de un
curso de Internet para 500 docentes y otro para utilizar el sistema de
aprendizaje interactivo (SAI), de la Fundación Proyecto y Desarrollo Argentino
(Proydesa), que finalmente se dictó entre octubre y diciembre de 1999. Además
se estaba desarrollando un curso de informática para empleados municipales.
A principios de julio de 2000 se inauguró un nuevo Centro Tecnológico
Comunitario en el Centro regional universitario. El mismo sólo está destinado
para uso gratuito del sector empresario y productivo de la comunidad.
Se instaló un laboratorio de informática con 5 computadoras de última
generación. El objetivo es vincular a los comercios y la industria local con el
mundo a través de la red y por qué no, intentar venderse a través de la misma.
El 20 de noviembre, la Fundación AEI,
participó en la ExpoPyme TIC,
organizada por la agencia local del Instituto de Desarrollo Empresario
Bonaerense. En la oportunidad, se evaluó que existe una creciente
concientización sobre el uso de la red y el hecho de que la densidad de
cuentas de correo electrónico en Juárez sea tres veces mayor a la que existe a
nivel nacional es un dato a tener en cuenta. Además se han desarrollado varios
sitios de Internet en Juárez www.findetierras.com, www.electronafa.com, ,
www.enavisos.com.ar,
www.campoamor.com.ar
y
www.e-bjuarez.com,
presentado como Caso Exitoso Local durante la ExpoPyme TIC, sitios
escolares y otros más en desarrollo, pertenecientes a Pymes del distrito y a
instituciones de reconocida trayectoria.
También durante el año 2000 se instalaron cinco computadoras más en la
biblioteca, enviadas por la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas
Populares), las que se conectaron a la red y se distribuyeron en lugares claves
para destinarlas al público que desea trabajar o estudiar con ellas y necesita
un espacio aislado del continuo recambio de internautas en el Centro de
Familiarización de las nuevas Tecnologías antes mencionado.
Actualmente, las bibliotecarias del distrito, reciben una capacitación desde la
Dirección General de Cultura y Educación para actuar en una red donde se
carga todo el material bibliográfico disponible en el distrito. No sólo estará
disponible la información para internautas de otros lugares del país, sino
también para los usuarios locales, que podrán saber dónde ubicar un libro que
no está en esta biblioteca, pero sí en otro punto del país.
Críticas
Cuando se anunció el proyecto Ciberciudad, el objetivo era convertir a Juárez
en una experiencia piloto, generando –en escala reducida- las condiciones
necesarias para que toda una comunidad haga uso intensivo de la tecnología
informática.
Han pasado ya tres años del anuncio. Los ciudadanos participaron de los
talleres, propusieron, acompañaron, pero la realidad demuestra que las
bondades de funcionar en torno a una red virtual, no superaron la etapa de una
red escrita y anunciada.
Los bancos, empresas y organizaciones de todo tipo e individuos no realizan
sus transacciones financieras electrónicamente. Tampoco el hospital dispone
de un sistema administrativo computarizado que permita el acceso a registro de
pacientes e historias clínicas por los médicos desde sus consultorios, ni
tampoco reservar turnos a los pacientes en forma automática desde su
domicilio evitando las colas.
Los clientes de las empresas prestadoras de
servicios no pueden hacer los pagos a través de sus PC vinculadas con los
sistemas, ni tampoco solicitar la conexión de nuevos servicios electrónicamente
y mucho menos consultar digitalmente los archivos detallados de las facturas
donde se registran los consumos. La misma imposibilidad se registra para
abonar tasas municipales e impuestos provinciales, como así también para
hacer llegar cualquier reclamo por esta vía. Además, tampoco se puede utilizar
plenamente el servicio de educación a distancia, que se ha facilitado a partir de
la aparición de la red, ya que las ofertas abundan.
Todas estas situaciones que iban a ser moneda corriente en el marco de
Juárez Ciberciudad no han prosperado. La propuesta cibernética ha quedado
paralizada en la instalación de tres centros de familiarización tecnológica, dos
limitados a empresas y educación y sólo uno para la comunidad en general,
que no puede abastecer la demanda.
Es indudable, que no se puede pensar en un desarrollo cibernético, si no hay
un buen desarrollo del servicio de Internet. De nada sirve fomentar la
comunicación digital, si no se cumple con el compromiso de respaldar el
acceso concreto a la tecnología informática, la actualización permanente y la
capacitación continua.
A esta altura, todavía se está luchando por la calidad del servicio y los pocos
que tienen acceso, deben abonar un alto costo ya que no existen proveedores
a nivel local. Desde el anuncio del proyecto ciberciudad no se han invertido
más de $100.000, incluyendo los $50.000 que aportó el ministerio de Obras y
Servicios Públicos cuando se inauguró el nodo de al Biblioteca.
Un trabajo de investigación desarrollado por alumnos de 1º año de Polimodal
de Humanidades y Ciencias Sociales de la E.E.M.Nº 3 “Dr. Benito Juárez”,
orientados por la Lic. Adriana Balbuena, arroja como estadística que en el
centro de familiarización tecnológica de la Biblioteca “Bernal Torres”, se
solicitaban en el año 2000 entre 1400 y 2000 turnos diarios para acceder a la
red y que casi en forma pareja se da el interés en mujeres y varones, siendo
además los horarios de consulta preferidos entre las 15 y las 17 horas.
Estas cifras demuestran que el interés en manejarse digitalmente existe.
Sin embargo, estamos frente a una ciberciudad incomunicada, porque los altos
costos telefónicos no nos permiten conectarnos e impiden la tan mentada
democratización informática.
Fundamentación
“En los años noventa, la revolución digital se ha concentrado en torno a la red.
Con más de cien millones de usuarios, que en algún momento de la próxima
década se calcula llegarán a ser más de mil millones, la red se está
convirtiendo en algo que no podrá pasar por alto ningún funcionario, político o
simple curioso de nuestro tiempo”, dice Juan Luis Cebrián en su texto “La red”.
Más tarde, agrega que “está surgiendo un nuevo medio de comunicación
humana, que podría acabar superando todas las revoluciones anteriores –la
imprenta, el teléfono, la televisión, le ordenador-, por lo que se refiere a su
impacto en nuestra vida económica y social”.
“La red se está convirtiendo en la base de creación de riqueza en las
economías de todo el mundo. Al igual que los tendidos de energía eléctrica, las
carreteras, los puentes y otros servicios constituían la infraestructura de
nuestras viejas economías basadas en la industria y la explotación de los
recursos, la red se está convirtiendo en la infraestructura de una nueva
economía del conocimiento. Estoy convencido –dice Cebrián-, de que ninguna
sociedad puede tener éxito en la economía global si no se cuenta con una
sofisticada infraestructura de la red y con usuarios activos e informados”.
Sin embargo, las posibilidades de acceso a la tecnología digital no han
alcanzado todavía el nivel que por ejemplo se registra en el acceso a la
televisión por cable. Hay comunidades urbanas donde son pocas las personas
que tienen una PC en su domicilio, por lo tanto, tampoco pueden hacer uso o
conocer los códigos de la red.
Para transformar esta situación de imposibilidad, se necesita ampliar la
cantidad de telecentros comunitarios ubicándolos en distintos puntos de la
ciudad y del distrito. Se requiere indudablemente la participación de
organismos no gubernamentales, bibliotecas, escuelas municipalidad y
asociaciones sin fines de lucro que trabajen en función de estos objetivos
sociales.
El escritor y periodista Luis Gregorich, en un artículo publicado en La Nación
titulado “Globales o cosmopolitas”, asegura que el “verdadero poder, quizás
momentáneo, no está en las academias, ni siquiera en las casas de gobierno,
sino en edificios encristalados de las grandes ciudades globales, unidos entre
sí por redes satelitales y manojos de fibras ópticas”.
“A partir de este reconocimiento –estamos globalizados y no somos fuertes-se
impone como un deber nacional, la necesidad de luchar por el pedacito de
autonomía que el mundo global nos deja y del que aparentemente se
desinteresa”, continúa diciendo.
“Estos átomos de autonomía que deben defenderse y ampliarse con uñas y
dientes, con paciencia y astucia, están en los intersticios de la política cultural y
la tradición educativa, en la firmeza inclusiva de la política social, en el rechazo
a degradar a la anomia el Estado y las instituciones ciudadanas”, afirma
Gregorich, que también fue subsecretario de Cultura de la Nación.
Es por eso, que desde los lugares más recónditos y perdidos de la comunidad,
se debe utilizar las posibilidades de la comunicación mediatizada por
computadora, en base a un criterio solidario de red comunitaria que permita
mantener viva la propia autonomía como comunidad en el marco de la
globalización.
Propuesta
Sería importante no solo afianzar los logros, desarrollar lo propuesto y mejorar
la conexión sino también poder ampliar la oferta de telecentros a las
comunidades rurales de Tedín Uriburu, Estación López, El Luchador, Cnel.
Rodolfo Bunge, y en Barker y Villa Cacique aprovechando la infraestructura
informática ya existente.
También debería ampliarse la propuesta a los barrios de la ciudad, usando los
actuales centros de acciones integrales ubicados en Barrio Pachán, Molino,
Parque Muñoz y Flores, porque hemos podido comprobar que el acceso a los
dos centros tecnológicos instalados son usados fundamentalmente por los
vecinos del centro de la ciudad y no tanto por los de la periferia.
En todos los casos se deberá analizar el lugar donde instalar el centro: puede
ser la escuela, el bar, la estancia, el hotel, la delegación.
Los centros tendrán de 3 a 5 computadoras instaladas según la población del
lugar, con servidor, conexión a la red, software básico.
Entre los servicios que prestarán se encuentran el acceso a Internet y correo
electrónico, aplicaciones informáticas con lo que los vecinos podrán acceder a
la información que se ofrece en la red, a capacitación on line, a gestión urbana,
a comunicación global, a desarrollar competencias necesarias para el
teletrabajo etc.
Demás está decir que para la población rural, sería útil poder realizar trámites
bancarios, médicos, y culturales a través de la red.
La instalación de estos nuevos telecentros distribuidos en las poblaciones
rurales y en los barrios servirá para acercar al público del lugar a las nuevas
tecnologías de la Información y Comunicación disminuyendo el desequilibrio
por la segregación socio-espacial.
Hay creemos, voluntad política e instituciones no gubernamentales dispuestas
a continuar y ampliar su compromiso pero falta fundamentalmente el apoyo
anunciado de las empresas.
Hace falta un continuo esfuerzo para alcanzar los objetivos propuestos que
fueron en su momento compartidos por todos.
Juárez no solo cumple con lo requisitos para aquel proyecto de ciberciudad
sino que hoy gracias a la instalación de estos centros, a la capacitación
recibida por miles de personas, una propuesta de este tipo es muy bien
recibida, pues ya no es desconocido el uso de Internet como lo fue en 1999.
Fuentes
Cebrián, Juan Luis, La Red, Bs. Aires, Taurus, 1998.
Susana Finquelievich y otros, ¡Ciudadanos a la red!, Bs. As., Ediciones CiccusLa Crujía, 2000.
Ester Schiavo, “La ciudad de las redes: Una prospectiv@ en.red.ada”
Diario “El Fénix”, diario local-referencias históricas
Diario “Clarín”
Diario “La Nación
www.benitojuarez.org.ar
www.aei.org.ar
www.enredando.com
Benito Juárez Ciberciudad – Video
Inauguración Centro de Familiarización de las Nuevas Tecnologías – Video
Reportajes – Video
Encuesta y solicitud de turnos en Biblioteca JJ Bernal Torres
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