CERTIFICADO DE DEPÓSITO A TÉRMINO, CDT, EFECTOS DE LA OMISIÓN DEL COBRO DE LOS RENDIMIENTOS FINANCIEROS ORIGINADOS POR UN CDT Concepto Nº 97022420-2. Julio 16 de 1997. SÍNTESIS: Títulos valores. Derechos personales o créditos. Extinción de obligaciones. Pago por consignación. Prescripción extintiva o liberatoria. Prórroga del título (CDT). [§ 0060] EXTRACTOS.-« (…) El Plan Único de Cuentas para el sector bancario, contenido en la Resolución 3600 de 1988, reserva el código 25, correspondiente a la clase pasivo denominado “cuentas por pagar” para registrar en él los importes y obligaciones nacidas de diferentes conceptos que tienen como característica común el hallarse causados y pendientes de pago. A su turno, dentro del citado código 25, la subcuenta 259595 tiene como fin registrar obligaciones constituidas por "otros conceptos", a donde irían las sumas no cobradas correspondientes al capital y a los intereses por suscripciones de CDT, ya que dentro del PUC no hay una subcuenta especial para estos títulos valores. Este asiento deberá realizarse un día después del vencimiento del título o un día después del plazo fijado para su redención por la entidad emisora. Ahora bien, para establecer el tiempo que deben permanecer registrados en la referida subcuenta las sumas correspondientes a obligaciones a cargo de la entidad emisora, se considera necesario hacer referencia previamente al siguiente análisis que sobre el tema efectuó la Dirección Jurídica de esta entidad, mediante concepto 97014450-1 del 23 de junio de 1997: “En virtud de lo ordenado por el artículo 4° del Decreto 2649 de 1993, una de las cualidades que debe reunir la información contable consiste en que ella debe ser confiable, es decir, representar fielmente los hechos económicos realizados por la persona correspondiente, hechos entre los cuales se puede mencionar como más sobresalientes y que interesan al caso que se estudia, las obligaciones de contenido económico o patrimonial a cargo de la entidad. Tenemos entonces que esta clase de obligaciones económicas son las llamadas “derechos personales o créditos”, los cuales se hallan definidos por el artículo 666 del Código Civil como “(…) los que sólo pueden reclamarse de ciertas personas que por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, ha contraído las obligaciones correlativas, como el que tiene el prestamista contra su deudor por el dinero prestado”. La anterior definición, a juicio del autor Arturo Valencia Zea, debería ser complementada agregando que “(…) la obligación o derecho personal es el que concede una persona (acreedor) la facultad de exigir a otra (deudor) una prestación, para cuyo cumplimiento el deudor da en prenda todos sus bienes presentes y futuros' (VALENCIA Zea, Arturo; Derecho Civil, tomo III. De las obligaciones. Editorial Temis, 1982, pág. 2)”. Conforme a lo expuesto, es claro que la subcuenta 259595 del Plan Único de Cuentas, denominada “otros conceptos”, encuadra dentro del capítulo genérico de “cuentas por pagar” y por tanto debe reflejar esta clase de obligaciones de contenido económico. (…). Retomando el concepto precitado: “... los registros materia de consulta deben permanecer en la referida subcuenta por todo el tiempo que la entidad ostente la calidad de deudor y no haya hecho uso de los modos de extinguir las obligaciones que ofrece el Código Civil en su artículo 1625, de acuerdo con la naturaleza del negocio causal, advirtiendo también que la enumeración de esta norma según varios tratadistas destacados no es taxativa. A título de ejemplo, podemos citar las figuras posiblemente aplicables al caso concreto, tales como el pago por consignación de que trata el artículo 1656 y siguientes, si se dan los presupuestos para ello, y de otro, el fenómeno de la prescripción extintiva o liberatoria. 1. Pago por consignación: Señala al respecto el artículo 1656,“... Para que el pago sea válido no es menester que se haga con el consentimiento del acreedor; el pago es válido aun contra la voluntad del acreedor, mediante consignación”. Por su parte el artículo 1657 señala,“... La consignación es el depósito de la cosa que se debe, hecho a virtud de la repugnancia o no comparecencia del acreedor a recibirla,…”. (…). Sobre lo anterior, el profesor Gustavo Vanegas Torres, en su Manual de Obligaciones, página 351, sostiene que: “Para el deudor el pago de su obligación es un deber, pero también un derecho, en tanto le asiste el interés de librarse de la carga que lo grava y si el acreedor no comparece a recibir, la ley lo faculta para que ante juez haga la consignación de la cosa debida y extinga así la obligación que lo vincula o subordina al sujeto activo del derecho procesal”. 2. Prescripción extintiva o liberatoria. El artículo 2512 del Código Civil establece que: “ART 2512 - La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones o derechos ajenos , por haberse poseído las cosas y no haberse ejercido dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo,...”. (…). Definida así la prescripción, se vislumbran los requisitos que han de reunirse para su configuración y posterior alegación por parte del deudor, siendo los siguientes: a) La prescriptibilidad del crédito. En el campo de los derechos patrimoniales, sean estos reales o crediticios como que se instituyen para asegurar la satisfacción de las necesidades económicas de los asociados, la regla general es su prescriptibilidad, salvo las expresas excepciones legales. b) La inacción del acreedor. La figura de la prescripción extintiva o liberatoria se justifica en tanto no es posible la sujeción de un deudor indefinidamente a un acreedor cuya inactividad prolongada demuestra desinterés en el servicio o prestación debida. c) El transcurso de cierto tiempo. La no exigencia de la satisfacción del crédito por parte del acreedor, durante un lapso de tiempo determinado por la ley, hace presumir desinterés de aquél en cobrar la acreencia que tiene a su favor. De esta manera, los requisitos descritos son elementos inseparables para determinar la ocurrencia de la prescripción teniendo en cuenta la literalidad del artículo 2536 del Código Civil, donde se expresa “la acción ejecutiva se prescribe por diez años y la ordinaria por veinte”, se colige que para que pueda alegarse la liberación de una deuda por vía de prescripción, es necesario que el crédito sea prescriptible, que el acreedor no haya adelantado actividad alguna tendiente a obtener el pago de la obligación a su favor y por último el paso del tiempo, esto es, el término de veinte (20) años”. Ahora bien, como quiera que lo consultado, hace relación con el contrato de depósito a término CDT, entonces para efectos de la prescripción de la acción en este evento, habrá de estarse a lo dispuesto en el artículo 2536 del Código Civil citado anteriormente. Veamos por qué: Si bien es cierto, que mediante oficio 01-055 de marzo 05 de 1982 esta superintendencia consideró que los certificados de depósito a término son títulos valores “... por cumplir con los requisitos generales contenidos en el citado artículo 621 del Código de Comercio y los especiales que en un momento dado se exigen para ellos”, no se puede predicar que en el caso analizado se pueda impetrar acción ejecutiva alguna, ya que si el título no es prorrogado a su vencimiento y, al tiempo, no es redimido por su titular, el título se desmaterializa, pasando las sumas o valores incorporadas en él, a la cuenta del PUC del establecimiento bancario llamada “cuentas por pagar”. (…) haciendo una interpretación sistemática de la normatividad expuesta sobre el mismo, encontramos que transcurrido el término de prescripción de la acción ordinaria (veinte (20) años), el acreedor no dispondrá de otro término para impetrar acción alguna en busca del reconocimiento de sus derechos y que tenga vocación de prosperidad, que le permita exigir o constreñir a la respectiva entidad deudora el cumplimiento de la obligación (que originalmente se encontraba instrumentada en un título valor -CDT-), pues esta obligación civil pasa a convertirse en meramente natural y su cumplimiento dependerá exclusivamente del deudor. En este orden de ideas, para que pueda la respectiva entidad emisora del CDT dejar de anotar contablemente los valores de título valor no cobrados al día de su vencimiento, no prorrogado automáticamente el mismo por voluntad de las partes o por imposición de la ley, deberá la misma esperar el transcurso de veinte (20) años, al tenor de lo estipulado en el artículo 2536, inciso primero del Código Civil, o haya operado otro modo de extinción de las obligaciones. Por último es preciso advertir que el tema de la prescripción extintiva o liberatoria aplica para todo tipo de obligaciones y no solo para las originadas en el contrato de certificado de depósito a término, de tal suerte que para cada evento deberá analizarse el elemento causal del crédito, para determinar si existe término especial de prescripción, o de lo contrario lo viable es acudir al término general consagrado en el Código Civil. ... en lo referente a la prórroga de los CDT esta Superintendencia ha establecido en el Título II, Capítulo IV, numeral 2°, literal a), de la Circular Básica Jurídica que: “Cuando sea el caso, los establecimientos de crédito deberán informar oportunamente y por escrito a la dirección del titular del depósito, su decisión de no prorrogar el contrato, salvo que en el texto del certificado se hubiere previsto que, ante el silencio de las partes, el mismo se prorrogará en condiciones previamente determinadas o determinables, y la entidad hiciere uso de tal prerrogativa. En este último evento el certificado se prorrogará por un término igual al inicial y en las condiciones (de tasa, modalidad de pago, plazo, otros) que se hubieren previsto para el efecto” ». VÉASE ADEMÁS: Lisandro Peña Nossa, Jaime Ruiz Rueda, “Curso de títulos valores” Editorial Librería del Profesional, 1986. p. 174.