TEMA II FACULTADES DE LA ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA Y LOS DERECHOS Y GARANTÍAS DE LOS CONTRIBUYENTES Vistas 1. Las ponencias presentadas por los abogados José Rafael Belisario Rincón, Valmy Díaz Ibarra, Eduardo Guevara, Moisés Vallenilla Tolosa, Rolando López Fonseca, Carlos E. Weffe y Fátima Díaz Sivira. 2. El Informe del Relator General Dr. Luis Fraga Pittaluga y las intervenciones y debates efectuados en el curso de la discusión de las ponencias pertenecientes al Tema II. 3. Las notas acumuladas por la Secretaria de la Comisión de Trabajo Dra. María Cristina Jimenez. Considerando 1. Que el proceso contencioso tributario es instrumento fundamental para alcanzar la tutela judicial efectiva en el ámbito de la tributación y por ende deben imperar en el mismo, en toda su extensión, los principios de igualdad y celeridad procesal. 2. Que el principio de la capacidad contributiva lejos de ser una norma meramente programática y no susceptible de protección procesal, es uno de los principios constitucionales fundamentales que presiden el sistema tributario, y que por tanto no sólo vincula al legislador en el diseño de la norma legal tributaria, sino que también se impone a todos los jueces tributarios en la resolución de los conflictos intersubjetivos de intereses sometidos a su conocimiento y a las Administraciones Tributarias en el ejercicio de sus potestades y competencias. 3. Que las obligaciones tributarias y sus accesorios sólo pueden ser exigidas de manera forzosa, en los supuestos, bajo las condiciones y una vez cumplidos los procedimientos establecidos en la ley, con respecto pleno a la garantía del debido proceso. 4. Que la modernización de las Administraciones Tributarias y el mejoramiento de sus relaciones con los administrados, es un proceso constante y complejo que va más allá de la simple adopción de los avances tecnológicos, gerenciales y organizacionales, y que se vincula más con el reforzamiento del postulado constitucional de acuerdo con el cual la Administración Pública está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública, con sometimiento pleno a la ley y al derecho. 5. Que el debido proceso es una garantía constitucional que comprende en sí misma otros derechos y garantías fundamentales como el derecho a la defensa y a la prueba, el acceso al expediente y a toda información y dato relevante para la defensa, a la notificación y motivación debida de los cargos, a la exclusión de las pruebas ilegítimas, al uso de los recursos y excepciones previstas en la ley, al juzgamiento por el juez natural, a la presunción de inocencia, a que no se considere delito ni se aplique pena alguna sin ley previa que así lo contemple, a la no autoinculpación y a la prohibición de ser juzgado y sancionado dos veces por el mismo hecho; y que la aplicación de estos derechos y garantías en el ámbito de las relaciones entre las Administraciones Tributarias y los administrados, no admite duda, relajamiento o moderación alguna, especialmente en el caso del ejercicio de la potestad sancionatoria conferida por ley a dichas Administraciones Tributarias. LAS VII JORNADAS VENEZOLANAS DE DERECHO TRIBUTARIO PROPONEN LAS RECOMENDACIONES SIGUIENTES: 1.- Exhortar a los jueces de la jurisdicción contencioso-tributaria para que en respeto de las garantías de igualdad y celeridad procesal previstas constitucional y legalmente, apliquen el principio de que las partes se encuentran a derecho ya que ello constituiría un gran paso hacia la sustanciación de juicios paritarios y expeditos. 2.- Asumir el principio constitucional de que el ciudadano debe contribuir a los gastos públicos de acuerdo a su capacidad económica, como una directriz normativa que condiciona la creación, interpretación y aplicación de las leyes tributarias en todos los ámbitos del ordenamiento jurídico. Por consiguiente, corresponde a los jueces competentes velar por el debido acatamiento del mencionado principio a través de su función de control concentrado o difuso de la conformidad constitucional de los actos del Poder Público. 3.- Que por cuanto el establecimiento de mecanismos de retención desnaturaliza la esencia y mecánica de los impuestos tipo valor agregado, pudiendo afectar gravemente la capacidad económica de los contribuyentes, su aplicación, de llegar a ser el caso, debe ser excepcional. 4.- Que en aquellos casos excepcionales en que se establezcan mecanismos de anticipación de pago en impuestos del tipo al valor agregado, deberán tomarse en cuenta los principios y garantías constitucionales de los contribuyentes responsables, siendo indispensable la creación de procedimientos breves expeditos, que permitan mantener la neutralidad del tributo y aseguren reintegro oportuno o la compensación de pleno derecho de los créditos contra Fisco derivados de las cantidades retenidas en exceso. y y el el 5.- Que en tanto el Procedimiento de Intimación de Derechos Pendientes es asimilable a una gestión extrajudicial de cobro que tiene por objeto instar al contribuyente al pago voluntario de deudas tributarias líquidas y exigibles y evitar la instauración del Juicio Ejecutivo, debe rechazarse la utilización de este procedimiento para el cobro de obligaciones tributarias y accesorios que aún no han adquirido firmeza. 6. Que es necesario continuar con el proceso de modernización emprendido por muchas Administraciones Tributarias, para que sean modelo de excelencia, debiendo existir en cada una de ellas las correspondientes orientaciones estratégicas que puedan ubicarlas, lo antes posible, en total sintonía con los cambios que se producen en el entorno y así cumplir sus objetivos fundamentales dentro del marco de la Ley. 7. Que las Administraciones Tributarias deben conjugar esfuerzos para estimular el cumplimiento voluntario del mayor número de contribuyentes, sin desnaturalizar su función fiscalizadora, ya que como expresa la doctrina, administraciones tributarias eficientes con actuaciones estrictamente fundadas en la Ley, generarán contribuyentes responsables y cumplidores de sus deberes y obligaciones fiscales. 8. Que el ejercicio permanente de control que debe practicar la Administración Tributaria en el cumplimiento de los deberes formales, se haga mediante procedimiento especial, breve y eficaz, que detalle todas las fases del procedimiento, resguarde las garantías y derechos constitucionales de los ciudadanos, sobre todo el debido procedimiento y asegure a la Administración un desenvolvimiento dentro de los principios de legalidad, justicia y equidad. Dicho procedimiento debería contener: una fase de iniciación, en la que se le notifique al sujeto pasivo los hechos que se investigarán; la instrucción de un sumario previo, que indique el acto u omisión que se le atribuye al investigado en forma clara para luego formularle los cargos respectivos, iniciándose así un procedimiento administrativo de carácter contradictorio; el plazo para la presentación del descargo correspondiente y el lapso para la promoción y evacuación de pruebas que permitan desvirtuar los cargos formulados, lo que dará origen a la emisión del acto sancionatorio, contra el cual será procedente la interposición de las vías recursivas. 9. Instar a los órganos de las Administraciones Tributarias a que en el ejercicio de su potestad sancionatoria para la persecución y castigo de ilícitos tributarios con base en el procedimiento de verificación previsto en el Código Orgánico Tributario, respeten los derechos y garantías constitucionales de los sujetos pasivos tributarios, en especial la garantía del debido proceso y en consecuencia se apliquen, por vía de su integración, las normas del Código Orgánico Tributario que regulan con carácter general los procedimientos a seguir por las Administraciones Tributarias con las normas que regulan el procedimiento administrativo ordinario en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. 10. Exhortar al Poder Legislativo, como dato de lege ferenda, a que en una reforma del Código Orgánico Tributario ajuste la regulación del procedimiento de verificación a las exigencias propias de los principios fundamentales del ordenamiento jurídico venezolano del Derecho Procesal, para que con ello se logre el postulado de disfrute universal indivisible y progresivo de los derechos humanos, en el sentido que lo preconizan el Preámbulo y el artículo 19 de la Constitución. Caracas, a los veintisiete (27) días del mes de noviembre de 2004.