Pelea por paternidad de flores http://eltiempo.terra.com.co/hist_imp/HISTORICO_IMPRESO/econ_hist/200501-11/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_HIST-1940246.html Pese a que Colombia es líder en biodiversidad, las semillas de las rosas, los claveles y los crisantemos que exporta son importadas. Asocolflores dice que el país es uno de que tiene menos piratería. "En Colombia mucha gente es conciente de que piratear un CD de Shakira o copiar el libro de Gabo es delito, pero a muchos no les parece malo que se tome una variedad vegetal que está protegida para reproducirla sin pagar regalías". Con argumentos como estos las multinacionales que se dedican a crear nuevas variedades flores para venderlas a los floricultores colombianos se están quejando porque dicen que estos empresarios no están cumpliendo con el pago de las regalías que tienen que pagar por cada mata que siembran. De hecho, la alemana Rosen Tantau acaba de darles un ultimátum a los cultivadores nacionales, que según ella, no le están pagando las correspondientes regalías por la explotación comercial de sus rosas, que en su caso está establecida en 95 centavos de dólar por planta. A los floricultores que tenga rosas suyas sin contrato o que teniendo contrato tengan sembradas más matas de las licenciadas, les dio plazo hasta el 31 de diciembre pasado para informar por escrito y luego legalizar sus plantas, pagando la regalía correspondiente (para esto tendrán hasta el próximo 28 de febrero). Pero, aquellos que no lo hagan dentro de la fecha límite tendrán que pagar regalías de 1,20 dólares por planta y si se les comprueba que las sembraron hace más de un año, la tarifa sube a 1,50 dólares. Si persisten en no legalizar las plantas, los amenaza con llevarlos a los estrados judiciales. Semillas importadas Pablo Felipe Robledo, apoderado de Rosen Tantau, se negó a ampliar la información y a explicar por qué sacaron un aviso con el ultimátum a los floricultores, argumentado que temía ser tergiversado, así que dijo que toda la información al respecto está consignada en el aviso. Sin embargo, Ana María Frieri, abogada de la firma Olarte, Raisbeck & Frieri y especialista en propiedad intelectual, explica que el problema se deriva en que es difícil controlar que los floricultores paguen las regalías, ya que propagar una mata es muy fácil. Pese a que Colombia es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, no produce ninguna de las semillas de las rosas, los claveles y los crisantemos que exporta, sino que todas son importadas. Esto se debe a que el mercado mundial de flores es cambiante en colores, formas y tamaños y para mantener los clientes es necesario sembrar constantemente nuevas variedades, algo similar al mundo de la moda que se renueva con cada temporada. Para obtener "el último grito" en semillas de flores, los cultivadores compran las matas a quienes tienen variedades vegetales (conocidos como obstentores), que son multinacionales y, que al igual que las farmacéuticas, invierten millones de dólares en la creación de nuevas variedades. Con ese argumento, adquieren el derecho sobre las plantas (que en Colombia es por 20 años) y luego las negocian con los floricultores. Con cada uno pactan una forma de pago diferente de las regalías, pero por lo general, el empresario compra la mata y luego paga por cada una de las rosas o claveles que le produce. En caso de que encuentren una planta ilegal, están autorizados para ir a arrancarla. 'No es generalizado' En el país hay sembradas unas 5.700 hectáreas de flores y por eso Frieri insiste en que es muy difícil para los obtentores estar de finca en finca verificando que no haya piratería de sus semillas, aunque las inspecciones son frecuentes. Augusto Solano, presidente de Asocolflores, dice que si bien la amenaza de Rosen Tantau se puede basar en que hay algunos floricultores que no pagan regalías, la situación no es generalizada en el sector. Incluso, asegura que la compra de material vegetal en Colombia está pasando por uno de sus mejores momentos, pues cada vez hay un mayor respeto de la propiedad intelectual y esta está regulada por Ley. "El que no paga las regalías incurre en competencia desleal y por eso todos lo combatimos. De hecho, hoy la situación de piratería es mucho mejor en Colombia, que en otros países europeos, como España", sostiene el dirigente gremial. Sin embargo, Frieri es radical al afirmar que no hay un solo floricultor colombiano que no haya infringido en el pago de la regalía alguna vez. "Es cierto que se ha mejorado, pero no lo suficiente, todavía algunos piratean de manera rampante", enfatiza. Solano, por su parte, asevera que la mayoría de cultivadores está cumpliendo con las regalías, pero que se debe tener en cuenta que a veces hay abusos de parte de los obtentores, que por ejemplo, en algunas ocasiones venden una planta con unas determinadas características, que no se cumplen (como que van salir un número específico de rosas y al final nacen menos) y luego culpan al productor, argumentando que le dio un mal manejo a la planta. "Nosotros a ellos también les exigimos transparencia y que ojalá haya algún tipo de garantía para el floricultor", indica y dice que aunque los contratos entre obtentor y productor son confidenciales, pues forman parte de la estrategia de costos de cada empresario, se tiene la idea de que estas multinacionales cobran mayores regalías en esta parte del planeta, que en Europa. "Si eso es así, lo ideal sería que se pudiera cambiar para que el precio de las regalías fuera igual en todo el mundo", agrega Solano. Sin favoritismos Mientras los obtentores dicen que en Colombia su negocio es menos rentable que en otros sitios, pues la legislación protege a los cultivadores, ellos argumentan justamente lo contrario. No obstante, el ICA, que es la entidad estatal que regula este mercado, sostiene que la Decisión 345 de 1993, en la que está contenido el régimen común de protección a los derechos de los obtentores de variedades vegetales, no favorece ni a uno, ni a otro. En Colombia están protegidas 878 variedades vegetales, de las cuales el 80 por ciento son flores. Según una fuente del ICA es innegable que desde que entró en vigencia la reglamentación, la piratería ha bajado, pero explica que este es un tema que es y seguirá siendo muy sensible, pues todo lo que tenga que ver con propiedad intelectual genera contradicciones. La sensibilidad de este tema es aún mayor de cara a las negociaciones comerciales que se realizan con Estados Unidos, pues precisamente uno de los puntos del acuerdo más difíciles es el de la propiedad intelectual, que algunos califican incluso más álgido que el agrícola. Efecto revaluación Un floricultor y un proveedor de materia prima para el sector explican que el problema de la piratería de flores pudo haber revivido el año pasado, por la grave crisis que está enfrentando esta industria a raíz de la caída del precio del dólar y el fuerte invierno, que dañó muchos cultivos. "Conozco varios floricultores que simplemente se atrasaron con los pagos a sus proveedores porque no tienen flujo de caja y no traen los dólares que les pagaron por las exportaciones, porque pierden más, así que están tratando de aguantar lo más que pueden", indicó uno de los entrevistados. Ambos coincidieron en que las esperanzas del sector están centradas en la temporada de San Valentín, con la que esperan recuperar parte de lo que perdieron el año pasado. LAURA CHARRY Redactora de EL TIEMPO