PERSISTENCIA DE UN MODELO DE SEXUALIDAD FEMENINA NACIONAL-CATÓLICO EN EL SIGLO XXI1 Raquel Osborne UNED Resumen: Bajo el franquismo el cuerpo de las mujeres fue considerado, con la ayuda de la ideología católica, un elemento contaminado y pecaminoso y un ámbito, por tanto, sobre el que actuar continuamente. La contaminación opera por medio de un cuerpo femenino visto como muy sexualizado, que será sometido a base de negar paradójicamente su sexualidad. La primera referencia en la prensa de un “delito contra la honestidad” tiene lugar en 1952 para referirse al intento de violación de la niña Josefina Vilaseca, que muere defendiéndose, y ello a costa de proponerla para santa en una década en la que proliferan las niñas santas. Ensalzar a quienes mueren resistiéndose convierte en culpables a las mujeres violadas que sobreviven a las violaciones. El ejemplo que se invoca es el de María Goretti, canonizada a comienzos de la década de los 50. Llamada la María Goretti catalana, en la figura de Vilaseca se busca un aggiornamiento de una figura femenina clásica para actualizar el mandato de pureza, castidad y virginidad para las jóvenes en su camino hacia la sumisión y el servicio. Se intenta construir un modelo de juventud femenina virtuosa para lo que el despertar de la sexualidad tendrá lugar en medio de una férrea educación religiosa. Se establecerán mecanismos de sometimiento del cuerpo y de la sexualidad femenina desde una disciplina corporal y espiritual en el silencio y la humildad para cultivar las virtudes de la castidad y la obediencia. El caso de Josefina Vilaseca resulta una ejemplificación del modelo de mujer pretendido por el franquismo por medio del control de la sexualidad a través del miedo infundido a las adolescentes. Se observa, por lo demás, en los argumentos esgrimidos para la santificación, una óptica pre-feminista y pre-constitucional de la violencia de género, en un contexto de utilización y sometimiento normativo del cuerpo femenino. Por otra parte, sus ramificaciones llegan hasta nuestros días, mientras que sus antecedentes se 1 Este texto ha sido escrito en el marco del proyecto de investigación de I+D+i de referencia HAR201237959-C02-02 titulado “Culturas populares y científicas del amor y la sexualidad. Los años sesenta en España y la construcción cultural de la feminidad y la masculinidad”. 1 remontan a finales del siglo XIX y la realidad del caso Vilaseca procede de mediados del siglo XX. Actualmente existe todo un movimiento asociativo en torno a esta figura a la que se pretende canonizar, con encuentros anuales y webs activas, que nos hace preguntarnos por el sentido actual de esta figura y por las dimensiones del negocio que gira en torno a la misma. A explorar, pues, el valor heurístico y la actualidad del fenómeno de la creación de niñas santas enfocaremos nuestros esfuerzos investigadores. Palabras clave: pureza, violación, resistencia, modelo de mujer, nacional-catolicismo. Los hechos En un NODO de finales de de 1952 o principios de 1953 se narraba lo siguiente: “Sala Bernarda, escenario del heroísmo de la niña Josefina Vilaseca, de 12 años de edad, que sufrió graves heridas al defender su pureza y falleció el día de la Natividad del Señor. El pueblo de Manresa, presidido por el obispo auxiliar de Vic, la familia y todas las autoridades de la ciudad y la comarca, acompañan el cadáver de la niña mártir. Acción Católica, con el rasgo supremo de esta angelical aspirante, ha recibido un ejemplo conmovedor de virtud y de heroísmo, para que Dios y su Iglesia dispongan el premio a sus merecimientos por su proceder de virgen y mártir por la fe y por el honor”. Las palabras clave explícitas de este discurso serían: heroísmo, pureza, virginidad, martirio y Acción Católica. Las palabras clave implícitas nos sugieren otro escenario: sexualidad, violación, resistencia, modelo de mujer, nacional catolicismo. Partimos de la idea de que, una vez pasada la primera etapa del más duro franquismo, este necesita legitimarse a través de la Iglesia Católica, cuyo discurso y acciones iban especialmente dirigidos a las mujeres (Juliano, 2012). Comienza una nueva etapa en la que no se trataba tan solo de vencer sino de convencer. Por ello, a partir de 1945 se pondría en práctica “...la movilización del sentimiento religioso popular, convocando actos –que resultaron multitudinarios- de carácter mariano… (Palacio Lis y Ruiz Rodrigo, 1993: 20). 2 En el año 1952, época de gran incidencia del hecho religioso, la noticia de la muerte de Josefina Vilaseca tuvo un fuerte impacto emocional. La coincidencia en el tiempo con el proceso de canonización de la niña italiana María Goretti (1890-1902), muerta en circunstancias parecidas, y las prédicas propagandísticas del nacional-catolicismo español, explican la dimensión social que adquirió el hecho. La Iglesia ve una oportunidad para expandirse y el régimen para legitimarse. Recordemos, en primer lugar, que María Goretti fue santificada en 1950. Dos años después es asesinada Josefina Vilaseca, y el caso se airea en toda España. De hecho, fue llamada “la María Goretti catalana” porque “se resistió al intento de violación, al igual que la mártir italiana” (Pérez Abellán, 2006). El entierro de Josefina reunió, por su parte, a una muchedumbre nada desdeñable, perfectamente organizada en procesión y con presencia de todas las autoridades civiles y eclesiásticas, como se puede observar en las imágenes del NODO y en numerosos documentos gráficos, y como corresponde al espíritu del periodo analizado. Desde entonces para recordar a Josefina Vilaseca tuvo lugar una concentración anual en Horta de Avinyó –la aldea donde ocurrió el suceso- que se celebró ininterrumpidamente hasta 1982.2 En 1984 se pidió desde el Vaticano la detención el proceso, por la excesiva proximidad de los hechos. Pero en 2002 se celebra el centenario de la muerte de María Goretti a bombo y platillo, en cuyas pompas Juan Pablo II exclamaba: “¡Qué luminoso ejemplo para la juventud! A la mentalidad de apatía, que impregna a gran parte de la sociedad y de la cultura de nuestro tiempo, le cuesta a veces comprender la belleza y el valor de la castidad” –otra palabra clave-.3 Casualidad o no, relativamente poco tiempo después, en 2005, tras 21 años parado, el caso Josefina Vilaseca, que era ya “sirvienta de Dios” como se dice en la web que acabamos de citar (se suele decir “sierva de Dios”), primer paso en el camino de la canonización- se reabre para postular el proceso de beatificación, impulsado desde el Obispado de Vic. La justificación era originariamente, y seguía siendo en la primera década del siglo XXI, que varios testigos habían 2 http://www.hortolana.net/josefina/beatificacion.htm http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/2002/july/documents/hf_jpii_spe_20020708_santa-maria-goretti_sp.html 3 3 asegurado que Josefina, mientras se resistía a la violación, proclamaba a gritos que aquello era pecado y que, por lo tanto, murió por salvar su castidad.4 Según este relato, desde hace más de un siglo se repiten los argumentos sobre la castidad, la pureza de las niñas/mujeres, aunque en realidad podríamos extender hacia atrás en muchos siglos este mensaje a tenor de la retahíla de niñas/jóvenes santificadas por defender su pureza. Las implicaciones de los hechos ¿Para qué puede servir este caso en nuestro análisis de la sexualidad femenina en el periodo franquista vista con los ojos del presente? ¿Qué elementos contiene para que, remontando sus antecedentes a finales del siglo XIX, y sucediendo el caso que nos ocupa a mitad del siglo XX, todavía hoy persista “redivivo”, “revisitado” en pleno siglo XXI? De la influencia del más duro catolicismo tenemos pruebas continuadas, de las últimas más significadas en los últimos meses la condena a muerte o a una vida de sufrimiento y estigma por leyes retrógadas a niñas adolescentes embarazadas, que bien por violación de un familiar bien por peligrar su vida desean/necesitan un aborto que la ley les prohíbe. Nos referimos a las niñas latinoamericanas de El Salvador (mayo-junio 2013) y Chile (julio 2013). Pero tampoco nos tenemos que ir tan lejos, que nuestros neocons particulares también amenazan con reformar de la ley actual para recuperar la ley de supuestos y acabar con la de plazos con una importantísima modificación: la de eliminar el supuesto de malformación del feto, como así defiende el prócer ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón. Este episodio puede arrojar luz sobre los intentos de la Iglesia Católica de controlar la sexualidad femenina como una parte de los pilares que constituyen su armazón de poder social. Nos interesa en cualquier caso el proceso de construcción de una niña santa y a qué propósitos servía en el contexto de la postguerra española. Trataremos de entender qué sucedía a este respecto en la España del primer franquismo. Cuestiones de legitimación ideológica del franquismo y de limpieza simbólica frente a la miseria reinante se hallan en juego. 4 http://www.memoria.cat/franquisme/es/content/el-entierro-de-josefina-vilaseca-1952. 4 Sirve asimismo para estudiar la creación de un modelo de niña/mujer a través de la educación, y en particular la educación religiosa. Un ejemplo de educación de las niñas en la época lo tomamos de la educación religiosa de las elites femeninas (Molina Petit, 2012) sobre las Monjas del Sagrado Corazón. La formación de las “jóvenes piadosas” se realiza desde una disciplina corporal y espiritual en el silencio y la humildad para cultivar las virtudes de la castidad y la obediencia. Este suceso nos muestra además cómo funciona en la práctica, cómo se arma el modelo, que ahora llamaríamos prefeminista, de violencia de género por medio de la necesidad de demostrar resistencia a la agresión para que se la pueda considerar un delito: si no hay resistencia manifiesta se acusa a la víctima ya sea de provocación, de invención o de consentimiento. No se olvide que hasta 1989 el Código Penal tachaba de delito contra la honestidad la violencia de género, que luego pasó a englobarse bajo el título de delitos contra la libertad sexual. El mantenimiento obligado de la virginidad sirve de pretexto para convertir a estas niñas en santas pero solo si se inmolan proclamando su virtud, como Vilaseca, que se resistía porque era pecado y por tanto, no acaba siendo violada –cumpliendo así el mito de que si una mujer se resiste y no quiere no puede ser violada; si por el contrario no se resisten “lo suficiente”, es decir, si son violadas y encima sobreviven –caso de las mujeres violadas en la Guerra Civil Española-, se cierne sobre ellas el desprecio y la sospecha de culpabilidad (Pura Sánchez, 2009). La manipulación del caso analizado contribuye por lo demás a la perpetuación de los dos modelos en que se divide a las mujeres –Eva y María-, la puta y la santa, con la infantilización de las mujeres por medio de proclamar un ideal de inocencia para formar una juventud femenina “cuidadosamente preservada, especialmente ignorante,” como exigencia varonil encaminada a garantizarse un tipo determinado de esposa para lo que se extendía toda una red social se extendía a fin de proteger a estas vírgenes (Lafitte, 2009 [1948]: 133). Otra vertiente del caso es la del negocio. Toda orden que se precie ha de tener su o sus santos. En este caso son l@s monj@s pasionistas, que vinieron a España allá por los años cincuenta con una santa, Gema Galgani, otro ejemplo edificante de estoicismo y sacrificio –sin agresión sexual en este caso-, en un contexto familiar hiperreligioso, como también sucedía con las dos niñas mencionadas -Santa María Goretti y Josefina Vilaseca, de quienes se ocupa igualmente esta orden. Nos encontramos, inclusive, con la explotación familiar/institucional del cuerpo, vivo o muerto, de la niña: familias muy pobres que ven la ocasión de ascenso social y ocupar 5 un espacio inimaginable de otro modo para ellas si no fuera por estas circunstancias. De los numerosos documentos gráficos alrededor de la niña Vilaseca llama la atención el intensivo uso mediático de su cuerpo, tanto durante su estancia en el hospital tras la agresión como tras su muerte, durante el velatorio y el entierro. Ello se relaciona con el interés del estudio de las representaciones gráficas y visuales, incluido el formato comic, del discurso moralizante por parte de la Iglesia en el caso que nos ocupa y, en sentido más amplio, del régimen, que supo usar un formidable aparato propagandístico al servicio de su causa. El efecto multiplicador continúa hoy en día por la utilización de internet para la difusión explícita de toda esta información dada la vigencia del caso y como forma de retroalimentarlo. El lucro familiar: a día de hoy, la casa de Josefina se ha convertido en un lugar de turismo rural para fans de la figura de Josefina; en internet se ven ya en color las cutre fotos del interior de la casa con toda la iconografía de Josefina incrustada allí, en manos de la siguiente generación de quienes vivieron los acontecimientos. Las concentraciones anuales son una forma de movilización social muy extendida en el tiempo alrededor de la figura de Josefina, con reuniones anuales, procesiones, las webs, el merchandising etc.. Todo esto prueba el valor heurístico de este tema histórico que pretendemos analizar con las herramientas de la sociología y la mirada del siglo XXI. Referencias: Juliano, D. (2011), Presunción de inocencia. Riesgo, delito y pecado en femenino, Donostia-San Sebastián, TERCERA PRENSA-HIRUGARREN PRENTSA S.L. Lafitte, M., Condesa de Campo Alange (2009) [1948], La secreta guerra de los sexos, Madrid: horas y Horas. Molina Petit, C. (2012), “Monjas del Sagrado Corazón: educación y élites femeninas en la España de Franco”, en R. Osborne (ed.), Mujeres bajo sospecha. Memoria y sexualidad (1930-1950), Madrid, Fundamentos, pp. 235-251. Palacio Lis, I. y Ruiz Rodrigo, C. (1993), Infancia, pobreza y educación en el primer franquismo (Valencia 1939-1951), Valencia: Universitat de Valencia. 6 Pérez Abellán, F. (2006), “Así matan ellos”, Interviu.es, 31-07-2006. http://www.interviu.es/entrevistas/articulos/asi-matan-ellos Sánchez, P. (2009), Individuas de dudosa moral, Barcelona, Crítica. 7