Las bolas de pelo en los gatos

Las bolas de pelo en los gatos
Esos indómitos amigos para quienes todavía no sabemos bien, qué significamos: los
gatos, presentan siempre un fenómeno en común: Sueltan pelo… todo el tiempo.
La razón es que al estar bajo la protección de nuestro hogar por largos periodos y sin
exponerse al clima exterior, su pelaje no se ve obligado a desarrollar procesos de
reemplazo y la caída del pelo viejo se da lenta pero continuamente.
Al efectuar su aseo metódico con la lengua el animal traga estos pelos que no se asimilan
en su estómago y aunque normalmente se expulsan con las heces, a veces pueden
generar inflamación del intestino por acumulación y llegar al extremo de requerir cirugía
para su extracción. Eventualmente la vomitan luego de alguna tos recurrente.
La mejor forma de evitarles este problema es cepillarlos con regularidad y tener cuidado
de escoger alimentos ricos en fibra que faciliten el transito del pelo por su sistema
digestivo.
Los síntomas que más indican la posible existencia de un problema con bolas de pelos
son la falta de apetito, baja de peso, tos seca, poca deposición y agresividad producida
por el dolor.
El balance de los alimentos que les brindamos es fundamental para superar estos
problemas. Una dieta rica en fibras vegetales y cereales, además de las proteínas, es
importantísima.
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Hongos mi mascota? Imposible!
El descuido en la revisión periódica del pelaje, las patas y cara de nuestras mascotas
puede darnos una mala pasada.
Las enfermedades de la piel en las mascotas son muy frecuentes y no solo se asocian a
contacto con basuras, sino que además pueden ser generadas en muchos casos por
problemas con hongos, comunes en perros y gatos.
La rasquiña, caída de pelos, presencia de escamas y costras en diferentes zonas del
cuerpo, son síntomas de la posible presencia de un hongo.
Muchas veces se contagian como resultado del contacto directo con otros animales
infectados, con cepillos o elementos usados por perros o gatos enfermos.
Por ser tan contagiosos, se requieren de medidas de higiene adecuadas a cada caso,
pero sobretodo oportunas. Por eso si tiene dudas visite al veterinario.
Sabe cuidar las uñas de su perro?
Otro aspecto importante a tener en cuenta en el cuidado y convivencia con nuestras
mascotas es el cuidado de sus uñas.
Con el cambio que sufre la vida de los seres humanos con el paso del tiempo, igualmente
se transforman algunos hábitos de nuestras mascotas. Es así como anteriormente
nuestras mascotas mantenían un mayor contacto con suelos de desgaste en los patios de
las casas, o con actividades más exigentes como cavar y arañar, con las que sus uñas
tenían un desgaste gradual permanente.
Los tiempos cambian y las uñas de las mascotas son cada vez más asunto del peluquero
o el veterinario. De hecho se recomienda no arriesgarnos a cortarlas más de lo debido y
generarle una dolorosa herida en carne viva.
En ocasiones y por descuido, las uñas se encarnan o se parten causándole dolor y cojera
a nuestro amigo. Si sangran se debe lavar muy bien la zona y aplicarle un ungüento
antibacterial, que evite la infección. Esta curación puede hacerla periódicamente hasta
que sane.
Una alimentación adecuada y balanceada asegura no solo un pelaje sano, sino además
unas uñas más fuertes, que no se partan con facilidad por un desequilibrio en el consumo
de minerales en nuestro animal.
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Los espolones de perros y gatos pueden generarles heridas pues crecen sin desgaste y
se convierten en un gancho con el que pueden enredarse con facilidad.
Por último, el desarrollo de uñas deformes puede ser síntoma de un problema interno o un
infección grave. Nuevamente el concepto del veterinario será muy oportuno.
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Por qué algunos perros son agresivos
Al hablar de agresividad es importante iniciar por comprender que los perros no son seres
humanos. No atienden a nuestras órdenes o palabras solo porque se las digamos con
fuerza o autoridad, a menos que los hayamos entrenado desde pequeños y los hayamos
estimulado con premios para actuar como deseamos.
La agresividad del amo no conduce a la obediencia del perro, sino a una mayor
agresividad.
Cualquier raza puede ser peligrosa sin se le somete a ciertas situaciones que el asocie
como riesgosas para su supervivencia y ante las cuales no se sepa conducir.
La falta de alimento, el riego de ser atacado por alguien o algo, su necesidad de
reproducción y su territorialidad son algunos factores. Es así como un perro puede ser
agresivo con una persona por ejemplo, a la hora de comer, cuando está en posesión de
un hueso de roer o similar, cuando cree que va a ser agredido, en presencia de una
hembra en celo, o para proteger su territorio.
Si no quiere que su perro sea agresivo ante esas circunstancias, enséñele que no pasa
nada si alguien toca su comida, pero hágalo sin violencia, poco a poco y con refuerzos
positivos.
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Si el perro identifica a alguien que suele golpearlo aun si es en juego, como un niño, o si
alguno de sus gestos coinciden con la acción de golpearlo, puede intentar defenderse y
para ello atacará o advertirá antes que lo golpeen.
Una perra en celo siempre generará ansiedad en un perro macho, por lo que debemos o
bien alejarlos, o enseñarles a mantenerse controlados. Una perra con cachorros puede
morder a quien se acerque directamente a sus cachorros; es cuestión de ganar primero
su confianza.
Pero el aspecto que más genera agresividad es el de la territorialidad y para un perro ello
puede ser asunto de un metro cuadrado o de todo el barrio, sobre todo cuando no está
acostumbrado a interactuar con otros perros, personas o niños, porque se le mantiene
alejado y encerrado.
Recuerde que un adiestrador es una buena opción y que los niños deben aprender a ver
al perro como un ser vivo y no un juguete.