CURSO DE SAN PABLO Y SUS CARTAS (PROTO-PAULINAS) Tema 1: IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE SAN PABLO Tema 2: FUENTES PARA CONOCER LA VIDA Y PERSONALIDAD DE SAN PABLO Tema 3: AMBIENTE HISTÓRICO – CULTURAL Tema 4: CRONOLOGÍA PAULINA Tema 5: VIDA Y ACCIÓN DE SAN PABLO Tema 6: SAN PABLO, MISIONERO, ESCRIBE A SUS IGLESIAS Tema 7.1: CARTA A LOS TESALONICENSES Tema 7.2: CARTA A LOS GALATAS Tema 7.3: CARTA A LOS FILIPENSES Tema 7.4: CARTA A LOS CORINTIOS Tema 1: IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE SAN PABLO a) Paulinismo y anti paulinismo La figura de Pablo suscita un interés bipolar, por una parte encontramos gran entusiasmo (paulinismo), pero por otra parte descubrimos una oposición radical (anti-paulinismo). Paulinismo: movimiento suscitado por pablo. Se trata de una resonancia del mensaje paulino. Él era visto como un don de dios a su iglesia. La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. (2 Pe 3,15) Anti-paulinismo: movimiento inverso: pablo es rechazado, probablemente por su carácter o algunos aspectos de su doctrina. Algunos le piden que regrese a tarso (Hch 9, 29-30) Hablaba también y discutía con los helenistas; pero éstos intentaban matarle. Los hermanos, al saberlo, le llevaron a Cesarea y le hicieron marchar a Tarso. b) Interés histórico Pablo ha tenido un contacto muy cercano con los acontecimientos del NT, tanto en lo que respecta a la tradición y tradiciones, como lo que se refiere a la redacción (las primeras cartas de san pablo son anteriores a los Evangelios). 1Tesalonisencess ES EL DOCUMENTO MÁS ANTIGUO DEL NT (más o menos en torno al 51, datado gracias a la confirmación de una inscripción latina). ESQUEMATIZANDO: 30 d.C. los acontecimientos del NT 40 d.C. se desarrolla la tradición a la que hace referencia san Pablo (1Cor 11,23) 50 d.C. ven la luz las primeras cartas 60 O 70 d.C. el evangelio de Marcos 70 – 100 d.C. las cartas deutero paulinas, las epístolas atribuidas a Pedro, Santiago y Judas. 70 U 80-90d.C. Mateo Y Lucas; Apocalipsis El contenido esencial de su mensaje es el de la "tradición" (paradosis) apostólica: Jesús de Nazaret muerto y resucitado para la salvación de todos los hombres (1 Cor 15, 1-5). A esta "verdad del Evangelio“no se le puede quitar nada, así como nada puede reemplazarla: Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron. Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles. "Si nosotros mismos o un ángel venido del Cielo les anunciara un Evangelio distinto del que les hemos anunciado, ¡qué sea expulsado!” (Gal 1,6-8; 2,5.14). Pablo no elabora sus escritos en base a los Evangelios. c) Pablo personaliza Pablo habla y vive lo que anuncia. Él está implicado plenamente en lo que sucede y en lo que habla. Él no es un intelectual de escritorio, aunque es el único (además de Lc y el autor de Hb) que posee una preparación intelectual más notable. Pero este mensaje necesitaba ser traducido en un estilo de vida y está destinado a producir una "criatura nueva" (2 Cor 5,17); por eso Pablo se hace educador y pastor. Se convierte en modelo para los cristianos. Sed mis imitadores, como lo soy de Cristo. (1 Cor 11, 1) d) Pablo comparte Pablo experimenta una necesidad de compartir lo que ha visto y oído. Da la impresión que no puede creer solo. Siente una necesidad el creer “junto a los demás” e) Pablo interesa como teólogo - Buena educación intelectual - Nacido en Tarso, la Atenas de Asia menor. Probablemente su lengua era el griego. Estudia en tarso y luego en Jerusalén. Era un rabino, un escriba habituado a pensar, escribir, a investigar la biblia de los LXX. -Por el antiguo testamento -por Cristo como persona viva -por la Iglesia como cuerpo de Cristo -La historia de la Iglesia ha sido marcada indirectamente de la obra de san pablo: la conversión de san Agustín, la interpretación de Lutero y de la contrarreforma. f) Pablo interesa como hombre: Pablo, frecuentemente manifiesta sus sentimientos y sus sensaciones. Él no transmite sólo un mensaje sino su experiencia (1Ts 3,5). Su personalidad era firme e increíblemente incisiva. g) Pablo interesa como Apóstol. Pablo es un don del evangelio y de la vida en la cultura concreta. Cuando sale de la comunidad de Antioquía lleva el evangelio a “los confines de la tierra”. Esto es particularmente interesante para nosotros porque él tiene una capacidad única para entender el evangelio: lo siente, lo gusta y lo vive. Al mismo tiempo tiene una gran capacidad para sentir y vivir los problemas humanos, Pablo es un perfecto inculturador. La cultura de tarso es totalmente diversa de las zonas centrales de Asia menor o de tesalónica, corinto o Atenas. No obstante, él sabe entrar a esas culturas. Tema 2: FUENTES PARA CONOCER LA VIDA Y PERSONALIDAD DE SAN PABLO a) En el Corpus Paulinum (las cartas atribuidas a san Pablo) De los 27 escritos neo testamentarios, 13 llevan el nombre de Pablo. Las cartas de Pablo constituyen la fuente principal para conocerlo. Las cartas son como un espejo tras el cual podemos entrever su fe, su pasión apostólica, su indignación, sus afectos, su doctrina, etc. Las cartas AUTENTICAS o PROTO PAULINAS son: Romanos, 1 Corintios, 2Corintios, Gálatas, 1Tesalonicenses, Filipenses, Filemón. Las Cartas de AUTENTICIDAD PROBLEMÁTICA o DEUTEROPAULINAS son: Colosenses, Efesios, 2 Tesalonicenses Las cartas de AUTENTICIDAD IMPROBABLE o TRITOPAULINAS SON: 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito. No hay que infravalorar en lo que respecta al conocimiento de pablo las cartas deutero y tritopaulinas en cuanto que poseen material paulino. Hubiese sido muy difícil que los primeros cristianos las hubieran aceptado en el canon si se dijera lo contrario. Si no está la mano de Pablo en persona en estos escritos, puede ser la de un discípulo (s) cercano a él. La carta a los Hebreos no es una carta paulina, actualmente: -se afirma que pablo no escribió la carta a los Hebreos, -Hebreos 13,23, ya no se acepta como prueba (añadidura tardía) -el contenido es decisivo para el veredicto definitivo Tradicionalmente Hebreos se consideraba una carta, pero No se encuentran rasgos de ese género literario (posible sermón) -en el encabezado no se dice nada del autor o destinatarios -no hay referencias a situaciones concretas (habitual en pablo) -la cristología de hebreos tiene como idea capital la noción de Jesucristo sumo y eterno sacerdote que se “ofreció una vez para siempre”. Esto no está presente en Pablo. En conclusión: por estas y otras razones prescindimos de Hebreos al investigar la vida y pensamiento de san Pablo. b) El libro de los hechos de los Apóstoles A partir del capítulo 9, san Pablo, es uno de los protagonistas del libro. c) Cartas católicas 2Pe 3,13-16 Por eso, amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprochables, en paz. 15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito 16 en casi todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen (como también las otras Escrituras) para su propia perdición. d) Otros escritos del siglo I al IV -San Clemente Romano: En su epístola a los corintios, enuncia los sufrimientos y su ardor apostólico incansable Por razón de celos y contiendas Pablo, con su ejemplo, señaló el premio de la resistencia paciente. Después de haber estado siete veces en grillos, de haber sido desterrado, apedreado, predicado en el Oriente y el Occidente, ganó el noble renombre que fue el premio de su fe, habiendo enseñado justicia a todo el mundo y alcanzado los extremos más distantes del Occidente; y cuando hubo dado su testimonio delante de los gobernantes, partió del mundo y fue al lugar santo, habiendo dado un ejemplo notorio de resistencia paciente -Fragmento de Muratori, también llamado canon Muratoriano es la lista más antigua conocida de libros considerados canónicos del Nuevo Testamento. Está escrito en latín. Fue descubierto por Ludovico Antonio Muratori (1672-1750) en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, y publicada por él mismo en 1740. Puede datarse en torno al año 170. En este fragmento se dan también algunas noticias, respecto a Pablo. etc. ... en éstos, sin embargo, él estaba presente, y así los anotó. El tercer libro del evangelio: según Lucas. Después de la ascensión de Cristo, Lucas el médico, el cual Pablo había llevado consigo como experto jurídico, escribió en su propio nombre concordando con la opinión de [Pablo]. Sin embargo, él mismo nunca vio al Señor en la carne y, por lo tanto, según pudo seguir..., empezó a contarlo desde el nacimiento de Juan. El cuarto evangelio es de Juan, uno de los discípulos. Los Hechos de todos los apóstoles han sido escritos en un libro. Dirigiéndose al excelentísimo Teófilo, Lucas incluye una por una las cosas que fueron hechas delante de sus propios ojos, lo que él muestra claramente al omitir la pasión de Pedro, y también la salida de Pablo al partir de la Ciudad para España. En cuanto a las cartas de Pablo, ellas mismas muestran a los que deseen entender desde qué lugar y con cuál fin fueron escritas. En primer lugar [escribió] a los Corintios prohibiendo divisiones y herejías; luego a los Gálatas [prohibiendo] la circuncisión; a los Romanos escribió extensamente acerca del orden de las escrituras y también insistiendo que Cristo fuese el tema central de éstas. Nos es necesario dar un informe bien argumentado de todos éstos ya que el bendito apóstol Pablo mismo, siguiendo el orden de su predecesor Juan, pero sin nombrarle, escribe a siete iglesias en el siguiente orden: primero a los Corintios, segundo a los Efesios, en tercer lugar a los Filipenses, en cuarto lugar a los Colosenses, en quinto lugar a los Gálatas, en sexto lugar a los Tesalonicenses, y en séptimo lugar a los Romanos. Sin embargo, aunque [el mensaje] se repita a los Corintios y los Tesalonicenses para su reprobación, se reconoce a una iglesia como difundida a través del mundo entero. Porque también Juan, aunque escribe a siete iglesias en el Apocalipsis, sin embargo escribe a todas. Además, [Pablo escribe] una [carta] a Filemón, una a Tito, dos a Timoteo, en amor y afecto; pero han sido santificadas para el honor de la iglesia católica en la regulación de la disciplina eclesiástica. Se dice que existe otra carta en nombre de Pablo a los Laodicenses, y otra a los Alejandrinos, [ambos] falsificadas según la herejía de Marción, y muchas otras cosas que no pueden ser recibidas en la iglesia católica, ya que no es apropiado que el veneno se mezcle con la miel. e) Los apócrifos Carta a la iglesia de Laodicea, epístolas de san pablo a Séneca, los Hechos de Pedro y Pablo, etc. (nos ayuda a conocer la forma en que murió san Pablo) f) escritos judíos y greco-romanos No contienen referencias a Pablo, pero son útiles para conocer el ambiente de Pablo y sus cartas. (Por ejemplo la obra “la guerras de los judíos” de Flavio Josefo). Tema 3: AMBIENTE HISTÓRICO – CULTURAL Dos factores favorecieron la labor de san pablo. El primero fue la cultura griega (helenista), que después de Alejandro magno se había convertido en patrimonio común, al menos en la región del mediterráneo oriental y en oriente próximo, aunque integrando en sí muchos elementos de las culturas de pueblos tradicionalmente considerados bárbaros. El segundo factor fue la estructura político-administrativa del imperio romano, que garantizaba paz y estabilidad desde Bretaña hasta el sur de Egipto, unificando un territorio de dimensiones nunca vistas con anterioridad. En este espacio era posible moverse con suficiente libertad y seguridad, disfrutando entre otras cosas de un excelente sistema de carreteras, y encontrando en cada punto de llegada características culturales básicas que, sin ir en detrimento de los valores locales, representaban un tejido común de unificación súper partes, hasta el punto de que el filósofo judío Filón de Alejandría, contemporáneo de san Pablo, alaba al emperador Augusto porque "ha unido en armonía a todos los pueblos salvajes... convirtiéndose en guardián de la paz" (Legatio ad Caium, 146-147). Sin sus carreteras, los romanos nunca hubieran podido gobernar un territorio tan vasto como el Imperio Romano. Los caminos fueron construidos por el ejército y obedecían a tres propósitos: mover las tropas por todo el Imperio; permitir el comercio; y hacer posible una recaudación de impuestos eficiente en las provincias. Eran construidas en secciones rectas y planas, evitando obstáculos como colinas y pantanos. Su construcción variaba para adaptarse a las condiciones locales, pero en su mayoría se componían de cimientos de piedras grandes (statumen), cubiertas con piedras pequeñas (rudus), luego le agregaban grava (nucleus) para el drenaje, cubierto a veces con un empedrado (pavimentum). Todo esto formaba un terraplén elevado con desagües de los dos lados, lo suficientemente ancho como para que pasen dos carruajes, y tan fuerte como para que muchas carreteras hayan sobrevivido hasta nuestros días. 3.1 IMPERIO ROMANO Emperadores durante la vida y ministerio de san pablo: CAYO OCTAVIO (Infancia), CAYO JULIO CESAR Octaviano (tras la adopción testamentaria de Julio Cesar), CESAR AUGUSTO (Senado) (63 a.C – 14 d.C) TIBERIO 14-37 d.C. (Pilato: Procurador: 26-36 d.C) CALIGULA (37-41 d.C) CLAUDIO (41-54) Expulsa a los judíos de Roma el año 49: “porque se agitaban por instigación de Crestos” (“Iudaeos impulsore Chresto assidue tumultuantes Roma expulit”. Suetonio , Vita Claudii ,25). NERÓN (54-68 d.C) BAJO SU IMPERIO FUERON MARTIRIZADOS PEDRO Y PABLO, PROBABLEMENTE, EL AÑO 58? 67? 68? Tema 4: CRONOLOGÍA PAULINA Dos tipos de cronología: Absoluta: cronología exacta y Relativa: A partir de los escritos del NT Cronología absoluta: a) La inscripción del procónsul Galión. A finales del s. XIX se halló en Delfos una inscripción en que aparece el nombre de Galión. La inscripción fue hecha mientras Galión ejercía el cargo de procónsul. En ella se nos dan los datos para poder fechar con exactitud la fecha del ejercicio de su cargo. Éste es el texto de la inscripción: Tiber[io Claudio C]és[ar August]o G[ermánico, Gran Sumo Sacerdote, investido de la po]testad [tribunicia] [por duodécima vez, aclamado emperador p]or vigésima sexta vez, P[adre de la Pa]tri[a] […] [a fin de que todo lo que] ahora se dice y [es]tas conti[endas de los ciudadanos] tal co[mo Lucio Ju]nio Galión, mi ami[go] y [procón]sul… (Nota: lo que está entre corcheas, es el texto reconstruido) El texto de los Hechos nos habla de que Pablo en su primera visita a Corinto fue llevado delante del procónsul de la provincia romana de Acaya, Lucio Junio Galión, hermano de Séneca (Hch 18,12-17). Este dato nos resulta precioso a la hora de fechar la visita de Pablo. Siendo Galión gobernador de Acaya, los judíos acordaron unánimemente hacer una manifestación contra Pablo; lo llevaron ante el tribunal y lo acusaron «Este hombre incita a la gente a que adoren a Dios de una manera que prohíbe nuestra Ley.». Pablo iba a contestar, cuando Galión dijo a los judíos: «Judíos, si se tratara de una injusticia o de algún crimen, sería correcto que yo los escuchara. Pero como se trata de discusiones sobre mensajes, poderes superiores y sobre su Ley, arréglense entre ustedes mismos. Yo no quiero ser juez de tales asuntos.» Y los echó del tribunal. Entonces toda la chusma agarró a Sóstenes, que era un dirigente de la sinagoga, y empezaron a golpearlo delante del tribunal, pero Galión no se preocupó por tanto. Pablo se quedó en Corinto todavía por bastante tiempo. Después se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria, acompañado por Priscila y Aquila. Había hecho un voto, y solamente en el puerto de Cencreas se cortó el pelo. Fecha de la inscripción: Fue hecha después de la 26 aclamación de Claudio como Imperator. La aclamación como Imperator no era regular, dependía de los triunfos militares. Las aclamaciones 26 y 27 fueron en el año duodécimo de Claudio (del 25 de enero del año 52 en adelante). La 27 aclamación tuvo lugar el 1 de agosto del año 52. Por tanto la inscripción debe fecharse entre enero y agosto del 52. Por otra parte sabemos que los procónsules de las provincias senatoriales ejercían su cargo durante un año, y entraban en funciones en primavera. Por tanto en la primavera del 52, cuando se hizo la inscripción, Galión estaba empezando o terminando su mandato. •La inscripción deja suponer que Galión ya llevaba tiempo de procónsul, porque supone un informe que Tiberio había recibido previamente. Esto nos lleva a pensar que en la primavera del 52 Galión estaba terminando su mandato y no empezándolo. Por otra parte sabemos por Séneca que su hermano Galión se enfermó y regresó a Roma antes de terminar su mandato, con lo cual hay que suponer que el encuentro de Galión con Pablo debió tener lugar algunos meses antes de la primavera del 52. Todo esto nos lleva a concluir que Pablo fue llevado ante Galión después de la primavera del 51, y antes de enero o febrero del 52. Fitzmyer (experto en Sagrada Escritura) intenta precisar aún más, y dice que es a la llegada del nuevo procónsul cuando le se solían presentar los casos para resolver. Conclusión: partiendo de este punto fijo (llegada de pablo a corinto a finales del 49 o 50 d.C), que se ha conseguido gracias a la inscripción de Galión, se puede ahora con ayuda de la cronología relativa fijar las fechas hacia adelante y hacia atrás. b) La fuga de Damasco Otro elemento que ayuda a establecer una sincronía entre Pablo y los acontecimientos de la historia profana se encuentra en la segunda carta a los corintios. Se trata de la noticia encontrada en 2 Cor 11,30-32. Esta carta pudo haber sido escrita a mediados de los años cincuenta. En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas, vigilaba la ciudad de los damascenos con el fin de prenderme, 33 pero me bajaron en un cesto por una ventana en la muralla, y así escapé de sus manos. esta noticia también se encuentra en Hch 9,24b-25. se trata de un complot de los judíos para matar a Pablo. Y aun vigilaban las puertas día y noche con el intento de matarlo; 25 pero sus discípulos lo tomaron de noche y lo sacaron por una abertura en la muralla, bajándolo en una canasta. La narración de hch es menos precisa que 2 Cor. la mención del rey Aretas contribuye a datar este episodio. La mención de Aretas, que tiene un gobernador en Damasco, nos permite datar el episodio de la fuga de pablo antes del año 39 d.c. porque ese año murió el rey nabateo, Aretas IV. Conclusión: la fuga de san pablo debió ser anterior al año 39 d.C., muerte de Aretas IV. Cronología relativa La segunda fuente para reconstruir el desarrollo cronológico de la vida y actividad de Pablo se encuentra en las cartas paulinas. La comparación de esta documentación (interna) con los datos de la historia profana (externa) nos ayudará a establecer la sucesión cronológica de los acontecimientos que van desde la conversión hasta los últimos días de Pablo. Pablo habla de su conversión o llamada en la Carta enviada a las comunidades de Galacia . Al defender, en esta carta, su ser de apóstol y su método misionero, puesto en discusión por algunos misioneros de origen judío, Pablo presenta una sucesión cronológica, que nos permitirá hacer una hipótesis cronológica. 1. Después del encuentro con Jesús en Damasco (Gal 1, 15-17b) 15. Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien 16. revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, 17. sin subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde nuevamente volví a Damasco. El acontecimiento de Damasco habrá que colocarlo antes de la muerte de Aretas, que controlaba Damasco. Si después de tres años de haber estado en Arabia y Damasco tiene su primer encuentro con Pedro en Jerusalén, se puede datar el encuentro de Damasco hacia el año 34/37 2. Tres años después de regresar a Damasco (Gal 1,18) Entonces, tres años después, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y estuve con él quince días. El primer encuentro con Pedro en Jerusalén, se podría colocar entre los años 37/39 3. En Siria y Cilicia (Gal 1,21) Después fui a las regiones de Siria y Cilicia. En conclusión. El esquema cronológico podría ser el siguiente: Nacimiento: 5 -10 Crucifixión de Jesús: 30 Lapidación de Esteban: 32 Encuentro de Damasco: 34 Pablo en Arabia y Damasco: 34-37 Encuentro con Pedro: 37 Pablo en Tarso: 37-42 Pablo en Antioquía: 42-44 Primer viaje: 45-48 Asamblea Jerusalén: 48/49 Segundo viaje: 1Tes; 18 meses Corinto 49-52 Tercer viaje: Dos años y medio Éfeso, Corintios, Filipos y Filemón 52-54 Macedonia concluye correspondencia con Corintios y Filipenses; carta a los Galatas, Romanos 54-55 Jerusalén: 55-56 Prisión en Cesarea: 56-58 Viaje a Roma: 58/59 Roma: 59-61 Martirio: 64-67? Tema 5: VIDA Y ACCIÓN DE SAN PABLO Nombre: El primer nombre es Shaúl o Saulo (Hch 7,58), que significa "implorado", "deseado". En aquel tiempo era costumbre poner un segundo nombre además del judío, un nombre latinizado o helenizado; el segundo nombre fue Paulo (Hch 13,9) y es el que prefiere y el que usa en todas las cartas (Pablo significa pequeño/exiguo). Otros ejemplos de doble nombre son: Juan Marcos (Hch 12,12), José Barsabas Justo (Hch 1,23), Simeón el Negro (Hch 13,1), Tabita Dorcas (Hch 9,36). Fecha de nacimiento: Nos es desconocida la fecha del nacimiento de Pablo, pero seguramente ha de situarse en la primera década después de Cristo. Como se afirma que era un joven (neanias) cuando Esteban fue lapidado (Hch 7,58), es decir, que tendría entre los veinticuatro y los cuarenta años, y él mismo se llama anciano (presbytés) en Flm 9, su nacimiento no pudo ocurrir después del año 10 d. C. Lugar de nacimiento: Pablo nació en Tarso, en Cilicia, Asia Menor (Hch 9,11; 21,39; 22,3; ver también 9,30; 11,25). Sus padres eran judíos que remontaban su ascendencia hasta la tribu de Benjamín (Rom 11,1; Flp 3,5). Según Hch 23,16, Pablo tenía una hermana. Tarso quedaba a unos quince kilómetros del Mar Mediterráneo, cerca de la desembocadura del río Cidmo, el cual formaba un gran lago poco antes de entrar al mar. Tarso era una ciudad enorme. Conforme a los cálculos de algunos historiadores tenía cerca de 300.000 habitantes. Poseía un puerto muy activo, con mucho movimiento. Por ahí pasaba el camino romano que unía oriente y occidente. También Tarso era un centro importante de cultura. Fue allí donde el emperador Marco Antonio vio por primera vez a Cleopatra (38 antes de Cristo), suceso que cambió la historia del imperio romano. Al sur la ciudad se abría hacia el mar. Al norte se apretaba al pie de los cerros llamados Taurus, que alcanzaban hasta tres mil metros de altura. ¿Cómo fue que nació en una ciudad helenista si era judío? San Jerónimo (siglo IV) conservó una antigua tradición según la cual Pablo había nacido en Giscala, en Galilea. Esta tradición no puede ser verdadera pues contradice la afirmación de Lucas en los Hechos de los Apóstoles y en donde Pablo dice: "nací en Tarso" (Hch 22,3). Sin embargo puede haber un fondo de verdad. Es probable que la familia de Pablo tuviera su origen en Galilea y hubiera emigrado para Tarso antes que naciera Pablo. En aquel tiempo, desde el siglo quinto antes de Cristo, era muy común la migración de judíos de Palestina hacia las ciudades costaneras del mar Mediterráneo. En esas ciudades había comunidades judías bien organizadas. Todas ellas formaban lo que llamamos diáspora. Había mucha comunicación entre las comunidades de la diáspora y la ciudad de Jerusalén, el centro espiritual de todos los judíos. Así se entiende cómo Pablo, habiendo nacido en Tarso, fuera criado en Jerusalén (Hch 22,3; 26,4-5) y tuviera una hermana casada que vivía en Jerusalén (Hch 23,16). Pablo mismo dice: "De lo que fue mi vida desde mi juventud y cómo viví desde el principio en medio de mi nación, lo saben todos los judíos en Jerusalén mismo" (Hch 26,4). Hombre de tres culturas: Pablo ha sido definido por algunos estudiosos como "un cosmopolita". En realidad, en su persona y en su obra se entrecruzan tres mundos y tres culturas: hebreo de religión, se expresa con el idioma y los modos del helenismo, y es un ciudadano romano que se identifica fielmente con el marco político-administrativo del imperio. ¿Qué estudios tuvo san Pablo? Conforme a las costumbres judías de la época Pablo debió haber recibido la formación básica del judío: primero en la casa de los padres y después en la sinagoga local de Torsa y en la escuela ligada a la sinagoga. La formación básica común de los judíos consistía en aprender a leer y escribir; el estudio de la Ley y de la historia del pueblo; la transmisión de la sabiduría de la vida y de las tradiciones religiosas; aprendizaje de oraciones. El método era el de preguntas y respuestas; repetir y memorizar; insistir en la disciplina y la convivencia. Además de eso, en Tarso mismo debió aprender la cultura griega que conocía y usaba (ver Hch 17,28). Aparte de esta formación básica Pablo recibió una formación superior en Jerusalén. Desde su juventud estudió a los pies de Gamaliel, nieto y discípulo del célebre doctor Hillel (Hch 22,3). Pablo mismo declara haber sido un alumno aplicado y esforzado (Flp 3,6). Pablo nunca usó el título de rabino y nunca fue llamado así. Es poco probable que hubiera estudiado para formarse como rabino o doctor de la Ley. Sin embargo, el conocimiento que manifiesta en sus cartas muestra que tenía una sólida formación teológica como la de los rabinos. ¿San Pablo conocía algún oficio? Pablo tenía el oficio de fabricante de tiendas de campaña y otros objetos de cuero (Hch 18,3). Lo más probable es que él, como todo niño de su tiempo, haya aprendido la profesión de su propio padre, es decir, en el mismo Tarso. El oficio era una característica de la familia y pasaba de padre a hijo. El aprendizaje en el taller del padre comenzaba a los trece años de edad y duraba dos o tres años. El pequeño tenía que trabajar de sol a sol, obedeciendo una disciplina muy rígida. El aprendía la profesión del padre para tener un medio de vida o para capacitarse en la conducción de los negocios como sucesor del padre. Esto dependía del tamaño de la fortuna y negocio del padre. ¿Cuántas lenguas hablaba san Pablo? Pablo hablaba griego (Hch 21,37); lo había aprendido en Tarso, su ciudad natal, y lo escribía correctamente conforme lo prueban sus cartas. El griego era la lengua común (koiné) del comercio y del imperio, como ahora es el inglés. Era la lengua del pueblo de las ciudades. Pablo hablaba también el hebreo (Hch 21,40; 26,14), la lengua en la que fue escrita la mayor parte del Antiguo Testamento y que se usaba casi exclusivamente en la celebración de la palabra en las sinagogas. (La lengua por estudio) También hablaba el arameo, que era la lengua del pueblo de Palestina. No se sabe si también hablaba el latín, lengua de los romanos de Roma. (2ª lengua materna) Estado civil: Normalmente se afirma que Pablo era soltero. Sin embargo, vale la pena mirar de cerca esa cuestión. En primer lugar, es necesario tener presente que, sin duda alguna, su conversión tuvo lugar después de los treinta años de edad. Además de eso, se debe recordar un principio bastante común entre los judíos de ese tiempo, es decir, que los jóvenes normalmente se casaban pronto. Se dijo pronto que esa decisión no debía sobrepasar los dieciocho años. El Antiguo Testamento desconoce a lo que corresponde hoy el celibato sacerdotal. ¿Por qué? La razón es muy sencilla, y valía tanto para los muchachos como para las jovencitas. El pueblo de Dios del Antiguo Testamento dependía de una raza. Para ser plenamente miembro de Israel era necesario tener sangre judía. Ese principio conduce luego a una conclusión: para que el pueblo de Dios crezca numéricamente es necesario producir hijos. Por eso se estimulaba la procreación. Las cartas de Pablo no son decisivas en este punto. Existe un texto de la Primera Carta a los Corintios de la cual se podría deducir que Pablo era casado. Al defenderse de los que lo acusan de no ser apóstol, él llama la atención sobre el modo como Pedro y los otros apóstoles actúan, es decir, llevan consigo en los viajes a una mujer (o esposa) cristiana: "¿No tenemos derecho de llevar con nosotros una mujer cristiana, como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?“ (1 Co 9,5). Nótese que la expresión griega "mujer cristiana" se puede traducir por esposa cristiana. Con base en este versículo, algunas personas sostienen que Pablo podría ser un hombre casado y que habría llevado hasta la radicalidad de no pensar económicamente sobre las comunidades por él fundadas. En esta misma carta, sin embargo, tenemos otra frase que hace pensar que Pablo era soltero o incluso viudo. Él afirma: "Digo a los célibes y a las viudas: bien les está quedarse como yo" (1Co 7, 8). La expresión como yo da a entender que Pablo no está unido en matrimonio a otra persona. Pero no queda claro si era soltero o viudo. Como era la salud de pablo: Pablo debió haber tenido una salud de hierro para poder llevar la vida que llevó. Desde sus 40 años viajaba a pie por el mundo, recorriendo en conjunto más de 15.000 kilómetros, soportando cansancio, prisión, azotes, peligros de muerte, flagelaciones, apedreamientos, naufragios, peligros en los caminos, ríos y cerros; peligros por parte de los judíos y por parte de los falsos hermanos; la preocupación constante por las comunidades, sin contar su oficio como fabricante de tiendas de sol a sol; con un salario escaso que lo dejaba con hambre y sed y le obligaba a hacer vigilias y horas extras (ver 2 Cor 11,23-28); ¡Y así con buena salud! Aun así durante el segundo viaje misionero apareció la enfermedad en la vida de Pablo y lo obligó a hacer una parada forzada en Galacia de Asia Menor (Gal 4,13). Aprovechó la ocasión para anunciar el evangelio a los habitantes de la región, con lo cual contribuyó a que surgiera la comunidad de los Gálatas. Probablemente se trataba de una enfermedad en los ojos, pues los Gálatas querían "arrancarse sus propios ojos para dárselos a Pablo" (Gal 4,15). Algunos exegetas encuentran que el misterioso "aguijón de la carne" del que habla Pablo en la segunda carta a los corintios (12,7) se refiere a una enfermedad. Es difícil saber la verdad, pues Pablo nunca lo explica. El hecho de que Pablo se mostrara preocupado por la salud de los compañeros y de recomendar a Timoteo que bebiese un poco de vino para su estómago y su debilidad (1 Tim 5,23) nos muestra a una persona realista que sabía apreciar el inmenso don de una buena salud. Tema 6: SAN PABLO, MISIONERO, ESCRIBE A SUS IGLESIAS San Pablo revela en las cartas su talento de teólogo y escritor, pero sobre todo manifiesta su verdadero carisma, la MISIÓN. 6.1 LOS VIAJES DE PABLO Primera misión (años 45-48; Hch 13,3-14,26). El relato de Hch está evidentemente abreviado, limitándose únicamente a los datos esenciales; en 2 Tim 3,11 hallamos una alusión de pasada. La misión de Pablo se debió al impulso del Espíritu que le designó junto con Bernabé para llevarla a cabo. Los profetas y doctores de Antioquía les impusieron las manos y los enviaron, acompañados de Juan Marcos, primo de Bernabé (Col 4,10). El hecho de que en la primera parte del relato se anteponga el nombre de Bernabé parece indicar que éste era el jefe efectivo en un principio. Partiendo de Seleucia, puerto de Antioquía de Siria, se dirigieron a Chipre y atravesaron la isla desde Salamina a Pafos. Aquí logró Pablo un ilustre converso en la persona del procónsul Sergio Paulo (Hch 13, 7-12). Por desgracia, no es posible fechar exactamente este proconsulado. Desde Pafos los misioneros navegaron hasta Perge de Panfilia, en la costa sur del Asia Menor central. Allí los dejó Juan Marcos, con gran disgusto de Pablo, y regresó a Jerusalén. Pablo y Bernabé siguieron viaje tierra adentro, hacia las ciudades del sur de Galacia: Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe. En Antioquía predicó Pablo primero a los judíos en su sinagoga, como tenía por costumbre, pero ante la resistencia abierta que ellos le opusieron manifestó su intención de dirigirse en adelante a los gentiles (Hch 14,48-50). Después de evangelizar esta zona y encontrar oposición en cada ciudad, Pablo y Bernabé deshicieron el camino desde Derbe, por Listra, Iconio y Antioquía de Pisidia, hasta Perge; embarcaron en Atalía con dirección a Antioquía de Siria, donde Pablo pasó algún tiempo con los cristianos (Hch 14,28). Las numerosas conversiones logradas por Pablo durante los tres años de la primera misión plantearon problemas a la naciente Iglesia. Especialmente las relaciones entre los pagano-cristianos y los anteriores conversos del judaísmo constituían un problema candente que estaba pidiendo una solución. ¿Tenían que circuncidarse los gentiles convertidos? ¿Estaban obligados a observar la Ley de Moisés? ¿Habían de atenerse a las prescripciones farisaicas en materia de alimentos? El problema resultaba muy agudo en la Iglesia antioquena cuando Pablo regresó al finalizar la primera misión. Durante la breve estancia de Pablo en Antioquía al término de la primera misión llegaron allí algunos judaizantes (muy probablemente conversos con un trasfondo fariseo) que empezaron a enseñar la necesidad de la circuncisión para salvarse. Ello provocó una disputa de los mismos con Pablo y Bernabé. La Iglesia antioquena decidió enviar a Pablo, Bernabé y algunos otros (Tito [Gal 2,1]) a Jerusalén para consultar a los apóstoles y ancianos acerca del estatuto de los conversos gentiles. Pablo consigna esta visita a Jerusalén en Gal 2,1 como la segunda después de su conversión («una vez más en catorce años»). En Gal afirma que fue motivada por una «revelación», detalle que no se menciona en Hch 15,2. Esta visita desembocó en el llamado «concilio» de Jerusalem. Segunda misión (años 49-52; Hch 15,40-18,22). Pablo se negó a tomar consigo a Juan Marcos para la segunda misión a causa de la anterior deserción de éste. En su lugar tuvo por compañero a Silas (Silvano). Partiendo de Antioquía, Pablo se encaminó a través de Siria y Cilicia a las ciudades del sur de Galacia, Derbe y Listra (donde tomó por compañero a Timoteo; Hch 16,1-3). Desde allí atravesó Frigia, dirigiéndose al norte de Galacia (Pesino, Ancira y Tavio), donde fundó nuevas iglesias. Habiéndole sido impedido proseguir hacia Bitinia, partió de Galacia hacia Misia y Tróade, donde se le unió Lucas, o al menos donde empieza el diario de Lucas (Hch 16,10-17, las secciones «nos»); Obedeciendo a una visión en sueños, Pablo pasó a Neápolis, el puerto de Filipos; en esta ciudad fundó su primera Iglesia cristiana en Europa. Después de sufrir prisión y azotes en Filipos por haber exorcizado a una esclava que había proporcionado buenas ganancias a sus amos, pasó a Tesalónica (Hch 17,1). Su corta estancia en esta ciudad estuvo ocupada por la evangelización y las controversias con los judíos; finalizó con la huida de Pablo a Berea (Hch 17,10) y el viaje, en su día, a Atenas (17,15), donde Pablo intentó atraer la atención de los atenienses, famosos por su avidez de novedades, sobre el evangelio de Jesús resucitado (Hch 17, 22-31). Pero fracasó: «Te escucharemos acerca de este tema en cualquier otra ocasión» (17,32). Después de esta repulsa, Pablo marchó a Corinto, una de las más importantes ciudades del mundo mediterráneo por aquella época. Allí vivió con Aquila y Priscila (Hch 18,2-3), judeo cristianos recién expulsados de Roma por un edicto del emperador Claudio. Durante su estancia en Corinto, que se prolongó dieciocho meses, convirtió a numerosos judíos y griegos y fundó una vigorosa Iglesia, principalmente a base del elemento gentil. Hacia comienzos del año 51 Pablo escribió su carta a los Tesalonicenses. Hacia finales de su estancia fue llevado por sus adversarios judíos ante el procónsul L. Junio Galión, que desechó el caso, juzgando que era simple cuestión de palabras (Hch 18,15). Pasado algún tiempo, Pablo se retiró de Corinto, embarcándose en su puerto de Céncreas con dirección a Éfeso y Cesárea Marítima. Después de hacer una visita a la Iglesia de Jerusalén (Hch 18,22), marchó a Antioquía, donde se detuvo un tiempo. Tercera misión (años 52-55; Hch 18,23-21,17). Dejando Antioquía, Pablo viajó por tierra, una vez más a través del norte de Galacia y Frigia, hacia Éfeso. La capital de Asia se convirtió en el centro de su actividad misionera durante los tres años siguientes (Hch 20,31); impartió sus enseñanzas en la escuela de Tirano a lo largo de «dos años» (19,10). Poco después de llegar a Éfeso, Pablo escribió su carta a las iglesias de Galacia. También corresponde a esta etapa misionera la carta a los Filipenses, escrita muy probablemente a raíz de un encarcelamiento en Éfeso. Llegaron a Pablo noticias sobre la situación de la Iglesia de Corinto. Para hacer frente a los problemas surgidos —dudas, bandos, inquina contra el mismo Pablo, escándalos—, escribió al menos cuatro cartas, de las que sólo nos han llegado dos, y aun éstas probablemente sólo en forma fragmentaria o miscelánea. Una era anterior a 1 Cor (cf. 1 Cor 5,9), advirtiendo a los corintios que no mantuvieran trato con cristianos inmorales. Después, comentando noticias y respondiendo a preguntas que le habían sido formuladas por los corintios; Esta carta, sin embargo, no fue bien recibida, y sus relaciones con la Iglesia de Corinto, desgarrada por banderías, empeoraron. La situación exigió una apresurada visita a Corinto (2 Cor 12,14; 13,1-2; 2,1 [«una penosa visita»]; 12,21), que realmente no sirvió para nada. Al regresar a Éfeso, Pablo escribió por tercera vez a los corintios «con muchas lágrimas» (2 Cor 2,3-4.9; 7,8.12; 10,1.9). Finalmente, Pablo envió a Tito en visita personal a los corintios, en un intento de suavizar la situación. Durante la ausencia de Tito tuvo lugar la revuelta de los plateros de Éfeso (Hch 19,23-20,1). La predicación del nuevo «Camino» cristiano desarrollada por Pablo incitó a Demetrio, que fabricaba pequeños santuarios de plata copiando el de Artemis de Éfeso, a encabezar una manifestación tumultuosa que penetró en el teatro para protestar contra Pablo y la difusión del cristianismo. Ello motivó que Pablo decidiera partir de Éfeso con dirección a Macedonia. Allí se reunió con Tito (posiblemente en Filipos) y escuchó las consoladoras noticias de que la Iglesia de Corinto se había reconciliado con él. Desde Macedonia escribió Pablo a los corintios por cuarta vez; ésta es la segunda carta canónica (otoño del 57). No se puede afirmar si marchó inmediatamente a Corinto o pasó de Macedonia al Ilírico, por vez primera, para girar una breve visita de evangelización (cf. Rom 15,19). En cualquier caso, Pablo llegó a Corinto —su tercera visita a esta ciudad, permaneciendo tres meses en Acaya (Hch 20,2-3; cf. 1 Cor 16,5-6; 2 Cor 1,16). Entre tanto, Pablo venía pensando en regresar a Jerusalén. Consciente del mandato del «concilio» en el sentido de que era preciso no olvidarse de los pobres, Pablo procuró que sus iglesias gentiles hicieran una colecta para los pobres de Jerusalén. Así se hizo en las iglesias de Galacia, Macedonia y Acaya (1 Cor 16,1; Rom 15,25-26). Planeó llevarla a Jerusalén y terminar al mismo tiempo su tarea de evangelización en el Mediterráneo oriental. Su proyecto era visitar Roma a continuación (Rom 15,22-24) y desde allí marchar a España y el Occidente. Durante su estancia de tres meses en Acaya, Pablo escribió a los romanos. Al llegar la primavera decidió embarcarse en Corinto con rumbo a Siria. Cuando ya estaba para hacerlo, algunos judíos tramaron contra él una conjura y Pablo resolvió regresar por tierra, a través de Macedonia. Le acompañaron algunos discípulos de Berea, Tesalónica, Derbe y Éfeso. Pasaron la Pascua en Filipos. Después de la fiesta, Pablo embarcó hacia Tróade y marchó por tierra a Asos, donde embarcó de nuevo hacia Mitilene. Bordeando la costa de Asia Menor, navegó desde Quíos a Samos y luego a Mileto, donde habló a los ancianos de la Iglesia de Éfeso, a los que había convocado allí (Hch 20,17-35). No le asustaba la predicción de su encarcelamiento inminente, sino que navegó hasta Cos, Rodas, Patara de Licia, Tiro de Fenicia, Tolemaida y Cesárea Marítima. Por tierra llegó a Jerusalén, donde era su intención estar a tiempo para la fiesta de Pentecostés (Hch 20,16; 21,17). Prisión de Pablo-Viaje a Roma Esta etapa abarca varios años después del 58, período de prueba para Pablo en el que hubo de sufrir un largo cautiverio y alcanzó el término de su vida. Última visita a Jerusalén y detención (año 58). A su llegada a Jerusalén, Pablo y sus acompañantes presentaron sus respetos a Santiago en presencia de los ancianos de aquella Iglesia (Hch 21,18). Santiago cayó inmediatamente en la cuenta de que la presencia de Pablo en Jerusalén podría causar alguna perturbación entre los judeo-cristianos. En consecuencia, aconsejó a Pablo que se uniera a otros cuatro individuos que se disponían a realizar las ceremonias del voto de nazireato, pagando sus gastas como gesto de buena voluntad para con los judeo-cristianos. Pablo aceptó; el período ritual de setenta días estaba a punto de cumplirse cuando fue visto en los recintos del templo por algunos judíos procedentes de la provincia de Asia. Le acusaron de patrocinar una violación de la Ley mosaica y de haber profanado la santidad del templo introduciendo en él a un griego. Cayeron sobre él, lo arrastraron fuera del templo y trataron de quitarle la vida. Se salvó gracias a la intervención del tribuno de la cohorte romana estacionada en la Fortaleza Antonia. El tribuno puso de momento a Pablo bajo arresto, para protegerlo (Hch 22,27), y lo condujo a presencia del sanedrín al día siguiente. Pero el temor a los judíos aconsejó al tribuno enviar a Pablo al procurador de Judea, Antonio Félix, que residía en Cesárea Marítima (23,2333). Félix, que esperaba recibir de Pablo un soborno (24,26), le retuvo preso durante dos años. Apelación al cesar, viaje a Roma. Cuando llegó el nuevo procurador, Porcio Festo (probablemente el año 60), Pablo «apelo a cesar», es decir, exigió ser juzgado en Roma (Hch 25,11), en virtud de su condición de ciudadano romano. Festo tuvo que respaldar esta exigencia. Escoltado por un centurión romano (y en compañía de Lucas, como indican las secciones «nos»), embarcó en Cesárea Marítima hacia Sidón y pasó por Chipre en dirección a Mira de Licia. A finales del otoño del año tomó en Mira un navío alejandrino, con previsiones de mal tiempo (Hch 27,9). Su ruta los llevó primero a Cnido (en la costa sur de Asia Menor) y luego, en dirección sur, «a lo largo de Creta hacia Salmone», llegando a Puertos Hermosos, cerca de la ciudad cretense de Lasea (27,7-8). Cuando trataban de arribar al puerto de Fénix, se desencadeno el viento nordeste, que los arrastró durante varios días a través del Adriático hasta Malta, donde finalmente naufragaron (28,1). Después de pasar el invierno en Malta, Pablo y su escolta navegaron hacia Siracusa, en Sicilia; luego a Regio (la moderna Reggio di Calabria), y finalmente a Putéoli (la moderna Pozzuoli, cerca de Nápoles). Su viaje por tierra camino de Roma los llevó a Foro Apio y Tres Tabernas (Hch 28,15). Pablo llegó a la capital del Imperio en la primavera del año 61 y fue mantenido bajo arresto domiciliario durante dos años (61-63) con un soldado para vigilarle (28,16). Esta situación, sin embargo, no le impidió convocar en su casa a los judíos de Roma y evangelizarlos (28,17-28). Durante este arresto domiciliario escribió Pablo sus «cartas de la cautividad» Hechos termina con el breve relato del arresto domiciliario de Pablo. Su llegada a Roma y la predicación ininterrumpida del evangelio allí forman la culminación del relato que consigna la difusión de la buena noticia desde Jerusalén hasta la capital del mundo civilizado en aquella época; Roma simboliza el «término de la tierra» (Hch 1,8). Pero no fue éste el final de la vida de Pablo. La alusión a los «dos años completos» (28,30) no implica que muriera inmediatamente después, al margen de cómo se interprete el enigmático final de Hch. 6.2 LAS CARTAS DE PABLO Después de que fundó numerosas y florecientes comunidades en el mundo helenista él no las privó de su cuidado pastoral. Su preocupación por todas las Iglesias constituyó su presión cotidiana (cf. 2cor 11,28) Estas son algunas de las razones por las cuales él se convirtió en escritor: -Mantener un contacto estrecho con las comunidades -Ayudarles a resolver sus problemas -Hacer más eficaz su testimonio en el mundo circundante -contribuir a que las comunidades progresen en su fe -Defender su doctrina y su autenticidad de apóstol De los 27 libros del NT, la mitad llevan el nombre de Pablo, todos en forma de carta. Los índices de las biblias etiquetan los escritos de san pablo como Cartas o epístolas. Pocos saben sin embargo cuáles son los criterios de este orden, que si bien, no es de tipo cronológico, tampoco es arbitrario. Pues bien, en este orden que se propone y que siguen muchas biblias editadas, las cartas paulinas se ordenan de acuerdo con los siguientes criterios: 1.- Las colectivas, también llamadas doctrinales, por delante de las individuales, llamadas también pastorales. 2.- En cada uno de los dos grupos, las más largas primero, las más cortas después: Y con dos excepciones. La primera, cuando hay dos cartas dirigidas a un mismo sujeto (Corintios, Tesalonicenses y Timoteo), caso en el cual, la escrita en primer lugar va delante de la segunda, sea o no sea más larga, y ésta queda emplazada inmediatamente detrás de aquélla, sea o no más larga que la que le sigue. La segunda, la relativa a la Carta a los Hebreos, que no es de autoría paulina, y que aunque hoy sí esté considerada como parte del canon, no siempre lo estuvo, razón por la que, quizás, suele ser colocada al final. Pablo escribió muchas cartas en el curso de su actividad misionera, sólo trece de ellas se han conservado en el canon del NT. Trece se le atribuyeron en el Canon Muratoriano. Sin embargo, numerosos pasajes paulinos sugieren que el Apóstol escribió otras cartas además de las trece conservadas. En 1 Cor 5,9 se alude a una carta anteriormente escrita a la Iglesia de Corinto; 2 Cor 2,3-4 habla de una carta «escrita con lágrimas», compuesta al parecer entre 1 Cor y 2 Cor. En Col 4,16 se menciona una carta a los laodicenses; en el Canon Muratoriano se rechazan como extra canónicas una carta que lleva aquel título y otra dirigida a los alejandrinos. Al parecer, la colección de las cartas canónicas de Pablo se hizo a finales del siglo I. El mismo Pablo se muestra consciente en 2 Cor 10,10 de que sus cartas estaban siendo muy leídas y Daban lugar a comentarios. La alusión de 2 Pe 3,15-16 a «todas las cartas » de «nuestro querido hermano Pablo» puede referirse a una especie de corpus paulino. Autógrafo o dictado? Sabemos que antiguamente estaban en uso cuatro maneras distintas de escribir cartas: 1) escribir uno mismo; 2) dictar palabra por palabra (a veces incluso sílaba por sílaba); 3) dictar el sentido, dejando la formulación a un secretario; 4) hacer que un amigo o secretario escribiera en nombre de uno, sin señalar el contenido. Las formas más comúnmente usadas eran 1) y 3); los autores antiguos se quejaban frecuentemente de que la forma 2) resultaba muy pesada, sobre todo cuando el escriba no era hábil. ¿Qué método usó Pablo? Rom 16,22 sugiere que dictaba a Tercio . En 2 Tes 3,17; 1 Cor 16,21; Col 4,18 añadió Pablo el saludo de su puño y letra, lo cual implica que el resto fue dictado a un escriba. Este puede ser el significado de la observación de Gal 6,11, donde Pablo compara su propia letra con la de un escriba bien preparado, que había escrito lo anterior. Pero es imposible afirmar con seguridad si era un dictado del tipo 2) o del 3). El estilo personal de sus cartas sería un argumento a favor de un dictado del tipo 2) en la mayor parte de ellas. Las cartas de Pablo, tienen una estructura general de 4 partes. 1.-Formula Introductoria 1.1 Remitente 1.2 Destinatario 1.3 Saludos, Recuerdos o deseo de buena salud 2.-Accion de Gracias 3.- Cuerpo o mensaje de la carta 4.- Formula conclusiva PRINCIPALES NUCLEOS TEOLOGICOS Podemos señalar cuatro principales núcleos de contenido teológico en las cartas paulinas: -Contenido escatológico: es decir, todo lo referente al hecho y a las circunstancias de la consumación de la historia de la salvación. Es una temática presente sobre todo en las cartas a los Tesalonicenses y en el capitulo 15 de 1 Corintios. -Contenido sotereologico: lo referente al papel de Dios -a través de Cristo, por supuesto- y del hombre en el proceso de salvación. Gálatas y Romanos pueden considerarse las cartas paulinas más significativas sobre el particular. -Contenido Cristológico: qué lugar ocupa Cristo en los planes salvadores de Dios y como ha intervenido Cristo en la realización concreta de esos planes. La presencia acaparadora y el papel protagonista de Cristo es una constante en todas y cada una de las cartas paulinas, pero en Filipenses y Colosenses la figura de Cristo adquiere perfiles realmente esplendorosos. -Contenido eclesiológico: cuál es el papel que Dios, por medio de Cristo, ha confiado a la Iglesia en este empeño de llevar a buen término la salvación integral del hombre. En 1-2 Corintios, Efesios y Pastorales encontramos abundante material en relación con este concreto aspecto de la teología paulina. 7.1 CARTA A LOS TESALONICENSES a) la ciudad La ciudad (en tiempos de Pablo) es un puerto de paso obligado para comerciantes, filósofos, misioneros, turistas, etc. Ciudad populosa, fundada en el 315 a.C. por Casandro, general de Alejandro Magno. El nombre de la ciudad está tomado de la esposa del fundador. En ella convergían toda clase de razas y religiones. Los judíos tenían una floreciente colonia, con su propia e importante sinagoga. Por apoyar a Roma (año 42 a.C, en la batalla de Filipos) fue declarada ciudad y puerto libre, lo que le asignaba algunos privilegios. Pero aunque gozaba de un gobierno autónomo, tenía un gobernador romano de la provincia que residía allí. b) La comunidad Esta comunidad fue fundada durante el segundo viaje de Pablo, a tan solo 20 años de iniciado el Camino. Probablemente durante el invierno de los años 49-50 d.C. Después de pisar por primera vez tierras europeas en Neápolis y crear la comunidad cristiana de Filipos, llega por vía terrestre a Tesalónica. Inicia su evangelización entre los judíos, pero al no ser aceptado, funda una comunidad entre los paganos. En la casa-taller de Jasón se realizan las primeras reuniones. Pero, apenas transcurridos tres meses, un motín organizado por los mismos judíos le obliga a marcharse. Aunque fue muy corto el tiempo de evangelización, fue suficiente para que surja una comunidad organizada y con capacidad de defenderse (1Tes 2-10). Es una comunidad joven y fervorosa. Sus miembros son fraternales (4,9-10), y están siendo iluminados (5,8-11); por eso Pablo los elogia. Pero, como en toda realidad humana, pronto se dan dificultades y problemas. Pablo les envía a Timoteo para prevenirles y ayudarles. Cuando regresa Timoteo trae buenas noticias, que alegran el corazón de Pablo; aunque también trae noticias de los problemas que siguen causando los judíos para desacreditar a Pablo. Además algunos miembros siguen con las antiguas prácticas idolátricas y, lo que es más urgente, ante la muerte de los primeros miembros, la comunidad entra en serias dudas porque se está preguntando: ¿Qué va ser de los hermanos que han muerto antes de la segunda venida de Cristo? y ¿Cuándo tendrá lugar esa venida? Como Pablo no puede visitarles (2,17-18; 3,1-2) les escribe afanosamente una carta desde Corinto, probablemente en el verano del 50 ó 51 dC. c) La carta No existen dudas de la autenticidad paulina de esta primera carta a los tesalonicenses. Recordemos que es el más antiguo de los escritos del Nuevo Testamento. Es una carta más pastoral que doctrinal. Refleja los primeros pasos de Pablo como escritor cristiano. Por eso, todo fluye con naturalidad y sencillez. Más que profundidades teológicas se da paso a la afectividad de un padre y los consejos cristianos de un pastor. Pablo se dirige al corazón de la comunidad con gozo, agradecimiento, reconocimientos, plegarias y palabras de aliento y consuelo. En este aspecto la carta tiene su mejor continuación en la carta a los Filipenses. Además del saludo (1,1) y de la despedida (5,23-28), la carta tiene dos partes: En la primera (1,2-3,13) el hilo conductor es la acción de gracias Y en la segunda (4,1-5,22), el elemento exhortativo (instrucciones, recomendaciones y avisos. En la escritura, posiblemente le ayudaron como secretarios, Silas y Timoteo. 4. Tema a estudiar Los temas a tratar de esta carta serán 5 -Santidad y castidad (4,1-8). -Caridad y orden (4,9-12). -Destino de los cristianos que partieron (4,13-18). -Tiempo de la parusía -Exhortaciones para la vida comunitaria Santidad y castidad (4,1-8). (Solo en este tema, lo que esta subrayado es el comentario al versículo citado) 1. Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús a que viváis como conviene que viváis para agradar a Dios, según aprendisteis de nosotros, y a que progreséis más. En el Señor Jesús: Esta instrucción se viene transmitiendo desde el mismo Cristo a través de los apóstoles. Cristo es la norma y la autoridad de todas las exhortaciones y enseñanzas de Pablo 2. Sabéis, en efecto, las instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús. Pablo recuerda las instrucciones ya recibidas y anuncia la que sigue. 3. Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; que os alejéis de la fornicación, Enfoca la moralidad cristiana no desde el ángulo de la ley natural, sino como voluntad de Dios (Mt 6,10). Santificación: Indica un progreso hacia la santidad, una semejanza con Dios (3,13). Esta santidad debe alcanzar también al cuerpo 4. que cada uno de vosotros sepa poseer su cuerpo con santidad y honor, En esta sociedad hedonista, ya no se considera como un valor el dominio de sí. 5. y no dominado por la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. Sin embargo, el conocer a Dios os ha posibilitado tratar al prójimo como persona, no como cosa. 6. Que nadie falte a su hermano ni se aproveche de él en este punto, Pues el Señor se vengará de todo esto, como os lo dijimos ya y lo atestiguamos, Cuando se hace de las relaciones sexuales una manera más de explotar al hombre, el Señor se venga, por así decirlo, a través de la degradación de las relaciones interpersonales. Vosotros mismos podéis comprobarlo observando el mundo pagano que os rodea. 7. pues no nos llamó Dios a la impureza, sino a la santidad. 8. Así pues, el que esto deprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os hace don de su Espíritu Santo. La indiferencia en esta cuestión constituye un rechazo de Dios y de su voluntad. Caridad y orden (4,9-12). 9. En cuanto al amor mutuo, no necesitáis que os escriba, ya que vosotros habéis sido instruidos por Dios para amaros mutuamente. 10. Y lo practicáis bien con los hermanos de toda Macedonia. Pero os exhortamos, hermanos, a que continuéis practicándolo más y más, Existen 3 clases de amor, eros (se fija en el cuerpo), filia (se fija en empatía) y ágape (caridad), el ágape cristiano se extiende a todos los hombres, traspasando las fronteras de la comunidad (se ama aunque no se lo merezca la persona) 11. y a que ambicionéis vivir en tranquilidad, ocupándoos en vuestros asuntos, y trabajando con vuestras manos, como os lo tenemos ordenado Ciertos cristianos de Tesalónica, movidos de un falso entusiasmo o celo, habían descuidado su propio trabajo, turbaban a otros y vivían a sus expensas. Pablo les recuerda de un modo realista sus deberes. El amor fraterno se expresa en el cariño y en la calidad de las relaciones; pero conviene tener en cuenta algunos aspectos de orden social. Para comenzar, el trabajo. Que vuestro anhelo del cielo no os separe de vestiras responsabilidades terrenas. 12. a fin de que viváis dignamente ante los de fuera, y no necesitéis de nadie. La comunidad cristiana debe dar ejemplo de corrección y orden a los no cristianos. La holgazanería y la mendicidad son indecorosas y escandalosas, no dependáis de nadie o no tengáis necesidad de nada: La caridad cristiana exige que quienes pueden mantenerse por sí mismos no sean una carga para los demás; la independencia económica que se propone en este caso no es la estoica autosuficiencia, sino la caridad y libertad cristianas. Todo parasitismo, sea entre vosotros, dentro de la comunidad, o por referencia a la sociedad en general, se opone a los verdaderos principios de la conducta cristiana. Destino de los cristianos que partieron (4,13-18). 13. Hermanos, no queremos que estéis en la ignorancia respecto de los muertos Es característica de vuestra comunidad una experiencia de la fe polarizada por las cuestiones últimas: ¿Qué pasa con los muertos? ¿Cuándo y cómo será la parusía? Cuestiones importantes, pero que fácilmente pierden el auténtico horizonte de la Revelación cristiana cuando domina cierta curiosidad ansiosa por el futuro, para que no os entristezcáis como los demás, que no tienen esperanza. No con una tristeza natural ante la pérdida de los seres queridos, sino con la tristeza de los paganos, desprovista de toda esperanza cristiana 14. Porque si creemos que Jesús murió y que resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús. Si creemos: Es una condición real; se presupone la certeza de la fe. ¿No creemos que Jesús murió y resucitó? Pues Dios se llevará con él, igualmente, por mediación de Jesús, a los que han muerto. 15. Os decimos eso como Palabra des Señor: Nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la Venida del Señor no nos adelantaremos a los que murieron. Pablo abriga la esperanza de vivir hasta el día de la parusía (se creía que la segunda venida del Señor era inminente); por eso se incluye a sí mismo y a sus cristianos entre los sobrevivientes del último Día. Pero aclara que los que vivan «no tendrán ventaja alguna sobre» los que ya hayan muerto cuando venga el Señor. 16. El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. 17. Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Cuando ocurra la consumación de la historia, por iniciativa del Señor de los siglos, todos los que hemos creído en Él resucitaremos y permaneceremos con Él para siempre. Lo normal es que la resurrección final manifieste las fases de la historia de la salvación; pero lo decisivo es que unos y otros, los difuntos y los vivos, desde los primeros justos de la humanidad hasta los últimos creyentes de la historia, todos seremos arrebatados y glorificados. 18. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras. Los cristianos vivimos de la esperanza, a diferencia de los paganos, para quienes la muerte condena la vida humana al sin-sentido y la angustia. Tiempo de la parusía (5,1-11) 1. En lo que se refiere al tiempo y al momento, hermanos, no tenéis necesidad que os escriba. 2. Vosotros mismos sabéis perfectamente que el Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche. Acerca de la fecha y las circunstancias del Día del Señor, sabéis perfectamente que llegará como un ladrón de noche. Nos lo dijo el mismo Señor; así que no necesitáis explicación especial. 3. Cuando digan: «Paz y seguridad», entonces mismo, de repente, vendrá sobre ellos la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta; y no escaparán. El deber de vigilar es para siempre, no se dejen llevar por los falsos profetas, que anuncian una prosperidad permanente 4. Pero vosotros, hermanos, no vivís en la oscuridad, para que ese Día os sorprenda como ladrón, 5. Pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas. 6. Así pues, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. 7. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Los paganos no saben vivir el tiempo: lo llenan con la ilusión del placer. A nosotros se nos ha dado el secreto: la profundidad de lo cotidiano, la capacidad de iluminar con nuevo sentido los momentos oscuros y, sobre todo, el dinamismo de eternidad que conduce el misterio de la existencia. 8. Nosotros, por el contrario, que somos del día, seamos sobrios; revistamos la coraza de la fe y de la caridad, con el yelmo de la esperanza de salvación. Los cristianos ejercitan la vigilancia mediante la fe, la caridad y la esperanza. Son la armadura divina del cristiano contra los poderes satánicos, enemigos de su salvación. Pablo deja la esperanza hasta el final, porque lo que dirige su pensamiento es la tensión de la salvación escatológica (final). El cristiano todavía no ha conseguido la plena posesión de la salvación. 9. Dios no nos ha destinado para la cólera, sino para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, 10. Que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos juntos con él. 11. Por esto, confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros, como ya lo hacéis. Exhortaciones para la vida comunitaria (5,12-24). 12. Os pedimos, hermanos, que tengáis en consideración a los que trabajan entre vosotros, os presiden en el Señor y os amonestan. 13. Tenedles en la mayor estima con amor por su labor. Vivid en paz unos con otros. Respeto a los superiores; se trata quizá de los presbíteros que Pablo puso al frente de las comunidades fundadas por él. Se han hecho cargo de vosotros por el Señor, han de trabajar duro y les toca la ingrata tarea de mantener las exigencias de la conversión, corrigiendo abusos, si es necesario. Por razón de su ministerio mostradles gran estima y amor. 14. Os exhortamos, asimismo, hermanos, a que amonestéis a los que viven desconcertados, animéis a los pusilánimes, sostengáis a los débiles y seáis pacientes con todos. Entre vosotros cuidad con esmero vuestras relaciones; que sean de paz, evitando rivalidades. Por favor, llamen la atención a quienes pierden el control y viven desasosegados, aunque aparezcan con visos de intensa experiencia religiosa (se corrige con caridad y prudencia). Animad a los apocados; sostened a los débiles. El auténtico amor fraterno se muestra en la paciencia de unos con otros. 15. Mirad que nadie devuelva a otro mal por mal, antes bien, procurad siempre el bien mutuo y el de todos. El fruto de la caridad es la constante preocupación por el bienestar de los demás. 16. Estad siempre alegres. 17. Orad constantemente. 18. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros. Pablo presenta el cristianismo no sólo como un conjunto de obligaciones para con Dios y el prójimo, sino como una forma de vida orientada hacia Dios en la alegría, en la plegaria y en la acción de gracias. 19. No extingáis el Espíritu; 20. No despreciéis las profecías; 21. Examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Comunidad bendecida con abundancia de carismas, entre ellos, el que tienen algunos hermanos de hablar inspiradamente. Será necesario discernir; pero no apaguéis la acción del Espíritu. Todo consiste en quedarse con lo bueno, con lo que edifica a la comunidad. 22. Absteneos de todo género de mal. 23. Que El, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. 24. Fiel es el que os llama y es él quien lo hará. La santificación no sólo es voluntad de Dios, sino también obra suya Formula conclusiva 25. Hermanos, orad también por nosotros. La plegaria de unos por otros es expresión de amor y una forma de ayuda que une a los amigos distantes. 26. Saludad a todos los hermanos con el beso santo. 27. Os conjuro por el Señor que esta carta sea leída a todos los hermanos. La lectura pública de las cartas de Pablo en las asambleas cristianas aseguró su conservación y recepción en el canon 28. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Todas las cartas de Pablo terminan con una bendición cristiana; la suprema señal de afecto consiste en desear la gracia de Cristo a los amigos. 7.2 CARTA A LOS GALATAS a) LA CIUDAD: Galacia no es una ciudad en concreto. Son varios pueblos de origen Céltico, emparentados con las tribus de la antigua Galia (hoy Francia). Cuando Pablo les escribe se refiere a las “Iglesias de Galacia” (Gal 1,1), que procedentes de Europa, se instalaron en el centro de Asia Menor después de muchos avatares. Fueron conquistados por los romanos en el 189 a.C., creándose la provincia romana de Galacia, a la que posteriormente se añadieron territorios y ciudades más al sur. La región es una amplia franja que va de Sur a Norte. Es en el Sur donde mejor se desarrollaron ciudades como: Pisidia, Iconio, Listra y Derbe, aquellas que misionó Pablo en su primer viaje. No se sabe mucho de la vida de la Galacia del norte, solo que era una región menos desarrollada y donde no existían muchos judíos. La carta que escribe Pablo está dirigida a las comunidades del Norte. Esa es la región Gálata propiamente dicha. b) LA COMUNIDAD Estos pueblos fueron evangelizados durante el segundo viaje de Pablo (año 55). Junto a Silas pasaron por allí, y, por motivos de enfermedad, permanecieron algún tiempo (4,12). Pasaron también durante el tercer viaje deteniéndose solo para confirmarles en la fe y animarles. Cuando Pablo se encuentra probablemente en Éfeso, le llegan noticias de que sus comunidades de Galacia, están en graves problemas. Son comunidades recién evangelizadas y ya han entrado en una profunda crisis de identidad cristiana. Por el lugar remoto donde vivían y su sangre “gala”, los Gálatas son muy independientes y amantes de la libertad. Existen confusiones y dudas, pero éstas no provienen del interior de la comunidad sino que surgieron a raíz de la visita de unos predicadores procedentes de Jerusalém, quienes desacreditan la autoridad de Pablo y ponen en entredicho el “Evangelio” que les predicó. Ellos querían imponer la ley de Moisés a todos los cristianos. Para salvarse deben circuncidarse y seguir el Evangelio que viene de Jerusalén (Gal 1,7). Pablo no puede visitarles y les escribe una carta de ánimo y aclaración. ¿Quiénes Son Los Judaizantes? Cristianos de origen judío. Estos afirmaban que los gálatas, para ser cristianos, debían en primer lugar circuncidarse, o sea, judaizarse. Para los judaizantes, ser cristiano significa someterse a la práctica de todas las leyes del pueblo judío, que se acercaban al millar. La circuncisión era la puerta de entrada en este proceso que Pablo llama "yugo de la Ley". Una vez observadas todas las prescripciones, la persona se hacía "perfecta", "irreprensible", "justa", Dios quedaba obligado a salvarla y así premiarle su "justicia". En otras palabras, la persona se formaba a medida que iba contabilizando méritos ante Dios, y sólo después era cuando Dios podía intervenir aprobando y sancionando lo que había hecho la persona. La salvación, por tanto, era una especie de "libreta de ahorros": cada ley cumplida era como un depósito en esa libreta. Cuando una persona lograba cumplir todo lo que mandaba hacer la Ley, ella podía considerarse amiga de Dios y salvada; salvada, no por la gracia de Dios, sino por haber contabilizado la salvación mediante una serie de acciones llevadas a cabo. Las personas eran formadas en el sentido de "ganar la salvación", produciendo obras que forzaran a Dios a salvar a quien actuara de esa manera. Pero para esto era preciso asumir integralmente la cultura de los judaizantes. Era preciso hacerse judío. Esta era la justicia que venía de la Ley. Por consiguiente, Cristo sería "otro profeta más", incapaz de romper ese círculo vicioso. Su Muerte no tendría sentido. "Yo, Pablo, declaro: si ustedes se hacen circuncidar. Cristo de nada les servirá a ustedes. Y a todo hombre que se haga circuncidar le declaro: ahora está obligado a observar toda la Ley. Ustedes que buscan la justicia en la Ley se han apartado de Cristo y se han separado de la gracia. Nosotros, en efecto, aguardamos en el Espíritu la esperanza de ser justificados por medio de la fe, porque en Jesucristo lo que cuenta no es la circuncisión o la no circuncisión, sino la fe que actúa por medio del amor“(Gálatas 5, 2-6). c) LA CARTA Es otra de las cartas auténticas de Pablo. Sus preciosos datos autobiográficos, su tono, su estilo y sus ideas lo confirman. Es una carta directa y muy personal. El hombre apasionado y el apóstol celoso se nota en cada párrafo. No se trata solamente de solucionar un “problema” local, sino de algo mucho más profundo. Estaba en juego la esencia misma y el futuro del cristianismo. O existe verdadera fidelidad a Cristo o el cristianismo se convertiría en una simple secta judía. Para defender el Evangelio y su ministerio, Pablo no escatima argumento alguno. Utiliza referencias históricas, interpelaciones, experiencias personales, citas de la Escritura e ironías. De todo ello dimana una especie de bello desorden, una aparente falta de estructura en la que, sin embargo, todas las flechas apuntan al mismo blanco. Defender la fe de la comunidad es el único objetivo que le confiere unidad irrompible a la carta, más allá de cualquier intento disgregante. La carta tiene tres grandes secciones: histórico-apologética (Gal 1 y 2) Pablo reivindica la absoluta legitimidad de su condición de apóstol como fundamento de la autenticidad de su anuncio evangélico Doctrinal (3 y 4) Pablo demuestra que la verdadera salvación viene de Dios a través de Cristo aceptado por la fe (Gal 2,15-4,31). Una fe que es el punto de encuentro entre la impotencia del hombre y el poder salvífico de Dios. Exhortativa (5 y 6). Pablo señala cual debe ser la actitud del hombre liberado por Cristo, y en la que urge a todos los cristianos -representados por los gálatas- a vivir según el Espíritu liberador y no según la carne esclavizante. d) TEMA A ESTUDIAR El tema que tomaremos de esta carta será la exhortativa, aunque explicaremos de manera sencilla cada una de las partes de la carta. Parte I histórico-apologética (Gal 1 y 2) personal e histórica: Pablo defiende su evangelio. Al parecer, los judaizantes habían acusado a Pablo de que su mensaje no provenía de Cristo, sino de otros predicadores, y que lo había adulterado al liberar a los gentiles de la obligación de circuncidarse. Su réplica consiste en reafirmar el origen divino de su misión apostólica y en explicar las relaciones que mantiene con la Iglesia madre de Jerusalén. Parte II doctrinal (3 y 4) Pablo presenta ahora una defensa escriturística y doctrinal de su evangelio. Esta defensa contiene tres partes, en las que Pablo se refiere al reino de la fe y al reino de la libertad cristiana y los ilustra con una alegoría de un pasaje del AT. En el párrafo inicial de la carta, Pablo anticipa ya el postulado central de toda su disertación: la salvación -la gracia y la paz- del hombre viene de Dios a través de Jesucristo que entrego su vida para libramos de nuestros pecados y de la perversión de este mundo. Se da por supuesto que los agitadores de Galacia estaban de acuerdo en que es Dios quien salva a los hombres. Y se da por supuesto también que, cristianos como eran, no podían por menos de asignar un papel salvífico a Jesucristo muerto y resucitado. Pero coma segundo factor decisivo en orden a la salvación, incluían también la observancia de la ley de Moisés, y de forma particular el rito de la circuncisión. En el proceso de salvación del hombre por Dios -decían- son elementos determinantes tanto Cristo coma la ley. Y aquí es donde Pablo se les enfrenta de plano. La ley no salva –dice Pablo-. No se puede colocar al lado de Cristo. Parte III exhortativa (5 y 6). Pablo presenta la vida en el Espíritu (capítulos 5 y 6). Allí muestra él cómo la fe en Jesucristo se traduce en la vida diaria de las personas. Y la primera cosa que descubrimos es que, aun habiendo sido liberados por Jesús, podemos volvernos nuevamente esclavos. La libertad es un don que Dios nos ha hecho en Jesús, pero también es conquista de cada uno y de cada comunidad. Aquí no se trata ya de caer en la esclavitud de la Ley sino en la esclavitud de los instintos egoístas: "Hermanos, ustedes fueron llamados para ser libres. Que esta libertad, sin embargo, no se vuelva pretexto para vivir satisfaciendo los instintos egoístas. Por el contrario, pónganse al servicio unos de otros por medio del amor. Pues toda la Ley encuentra su plenitud en un solo mandamiento: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'... Por eso les digo: vivan según el Espíritu, y así no harán ya lo que desean los instintos egoístas" (5, 13-14.16). San Agustín expresaba lo siguiente: “AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS”. ¿Qué significa esta frase? Acaso san Agustín era un pastor permisivo? No, quien ama, es una persona tan libre, que a la vez no puede dañar a otra persona, porque la ama. Quien ama, no puede hacer daño a ninguna persona, y tampoco es una persona que no le importe lo que pasa a su alrededor, no se puede decir “vive y deja vivir”, si con esta mentalidad se daña a una persona o una comunidad. ¿Qué es vivir según el Espíritu? Pablo afirma que los gálatas al creer en Jesucristo y hacerse bautizar, recibieron el Espíritu Santo (Cf. 3, 2-3). El Espíritu es la fuerza que anima a la comunidad a caminar en la esperanza, ayudándola a corresponder al amor con que Jesús nos ha amado, hasta el punto de entregarse a la Cruz por nosotros, a fin de que fuéramos libres (Cf. 2, 20). Sabemos también que el Espíritu es la memoria de todo lo que Jesús hizo y enseñó (Cf. Jn 14, 26) Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. Por tanto, vida según el Espíritu es vivir del modo como vivió Jesús, creando relaciones de fraternidad, justicia y amor, a fin de que la vida de Dios se manifieste plenamente. Pablo muestra que la vida según el Espíritu y la vida según los instintos egoístas (o de la carne) son como dos árboles con frutos totalmente diferentes: el primero produce frutos buenos; el segundo, frutos malos: "Las obras de los instintos egoístas son bien conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odio, discordia, chismes, ira, rivalidad, división, sectarismo, envidia, embriaguez, orgías y otras cosas semejantes... El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, bondad, benevolencia, fe, mansedumbre, dominio de sí. Contra estas cosas no existe ley. Los que pertenecen a Cristo crucificaron los instintos egoístas junto con sus pasiones y deseos" (5, 19-24). En la lista de los frutos malos, Pablo quiso resumir las relaciones marcadas por el egoísmo. Allí todo está pervertido: las relaciones humanas no van guiadas por el amor, sino por la explotación de unos sobre los otros y por la división (fornicación, impureza, libertinaje, odio, discordia, chismes, rivalidad, etc.) En la lista de los frutos buenos, la carta presenta las relaciones marcadas por el amor. Esto nos ayuda a descubrir que Dios no pide nada para sí. Lo que El desea es un mundo donde las relaciones sean marcadas por el amor. Cuando esto sucede, Dios se da por satisfecho, pues Él es amor. Nosotros, por tanto, nos hacemos adultos en Cristo cuando nuestras relaciones son expresión de justicia, fraternidad y amor. GESTOS CONCRETOS La comunidad es el terreno donde el amor crece y produce frutos. Pablo señala algunos gestos concretos. 1.- El servicio: "Pónganse los unos al servicio de los otros en el amor" (5, 13b). Toda la vida de Jesús fue un servicio a la vida: "Él me amó y se entregó por mi (2, 20b). Amar es entregarse. Quien no se entrega no ama. 2.- la solidaridad que provoca el compartir de todo, inclusive del poder: "Lleven los unos las cargas de los otros y así cumplirán la ley de Cristo. Si alguien piensa que es importante y no lo es, se está engañando a sí mismo. (6, 2-3). A partir de estas recomendaciones podemos desconfiar de que en las comunidades gálatas había disputas por el poder y búsqueda de status social. 3.- el compartir del saber y del tener al mismo tiempo: "Aquel que recibe la enseñanza de la Palabra debe compartir todos los bienes con el catequista" (6, 6). Ya en aquella época la catequesis (=la enseñanza de la Palabra) era una tarea que ocupaba buena parte del tiempo y de la vida del catequista. Este compartía su saber y su fe con los catequizandos. En señal de solidaridad, los catequizandos compartían lo que poseían con los que les transmitían los elementos básicos de la fe. ¿Y cuando alguien se equivoca? En el Antiguo Testamento, cuando la Ley era como un pedagogo que vigilaba y castigaba, al error de alguien se seguía el castigo correspondiente. En el tiempo del Nuevo Testamento, cuando el Pueblo de Dios se hizo adulto por la fe en Cristo, los errores de los hermanos merecen un tratamiento diferente. Veamos lo que Pablo dice: "Hermanos, si alguien es sorprendido en alguna falta, corresponde a ustedes, que son espirituales, corregirlo con mansedumbre. Y cada uno que se cuide para no ser también tentado" (6, 1). En lugar del castigo, la corrección con mansedumbre, pues los cristianos adultos son "espirituales", es decir, se dejan guiar por el Espíritu de Jesús (Cf. lo que dice Jesús en Mt 18, 15-35). Esto nos lleva a creer que ser adulto en Cristo no es ser incapaz de equivocarse, ni querer que las personas sean perfectas, sino ser capaz de ayudar a quien yerra, con humildad, pues nosotros también podemos estar en el mismo error o caer en la misma tentación. Quien ayuda a la persona que ha errado, lo hace creer en la victoria del bien sobre el mal y, sobre todo, en la fuerza del perdón que transforma las relaciones sociales. LO QUE NO ES UN AGENTE DE PASTORAL La Carta a los gálatas revela un momento de crisis en la evangelización. El retrato negativo del agente de pastoral aparece, en la acción de los judaizantes. Son un ejemplo de lo que el agente pastoral no debe ser. Pablo los ve como deformadores, pues el objetivo de ellos es no permitir que las personas sean adultas en Cristo, sino que sean iguales a ellos. Más aún, lo que promueven es un tipo de evangelización o catequesis que mutila los valores de la persona en cuanto tal, generando constante dependencia: "Ellos quieren separarlos a ustedes de mí, para que se interesen por ellos" (4, 17b). Al hacer esto los judaizantes se presentan como meta del camino de las personas y comunidades. Para ellos nada cuenta la persona de Cristo y su acción liberadora. UN RETRATO POSITIVO DEL AGENTE DE PASTORAL Diez certezas que animan La actitud de Pablo en la Carta a los gálatas es un retrato interesante del agente de pastoral. Él es alguien que actúa a partir de unas convicciones. Vamos a ver diez de las certezas que animaron la vida de Pablo y podrán orientar la vida de todo agente de pastoral: 1. "Apóstol no de parte de los hombres, ni por medio de un hombre, sino de parte de Jesucristo y de Dios Padre" (1, 1). 2. "Dios me escogió antes que yo naciera y me llamó por su gracia" (1, 15); 3. "No estoy buscando la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios" (1, 10); 4. "Jesús me amó y se entregó por mí" (2, 20b); 5. "Fui muerto en la Cruz con Cristo" (1, 19b); 6. "Yo vivo, pero ya no soy yo quien vive, pues es Cristo quien vive en mí" (2, 20a); 7. "Yo me glorío en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo fue crucificado para mí y yo para el mundo" (6, 1); 8. "Cristo nos liberó para que seamos verdaderamente libres" (5, 1); 9. "Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre esclavo y nombre libre, entre hombre y mujer" (3, 28a); 10. "Toda la Ley encuentra su plenitud en un solo mandamiento: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'“(5, 14). 7.3 CARTA A LOS FILIPENSES a) LA CIUDAD Filipos es una antigua ciudad griega, fundada a mediados del siglo IV a.C. por Filipo II (de quién toma el nombre) rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno. Está ubicada al norte de Grecia y del mar Egeo, a 12 kilómetros de la costa, cerca del puerto de Neápolis. Por ella pasa la vía Ignacia que unía Italia con el Asia Menor. Los romanos la transformaron en una colonia militar en el 167. En Filipos vivían pocos judíos, por lo que no tenía sinagoga y se reunían junto al río Gangites (Hch 16,13), que pasaba a dos kilómetros de la ciudad. b) LA COMUNIDAD Pablo evangelizó Filipos durante su segundo viaje, entre los años 50 y 51. Llegó acompañado de Silas, Timoteo (Hch 16,1-3) y Lucas (Hch 16,11). Durante el segundo viaje, cambió de rumbo para llegar hasta aquí. La comunidad nace (Hch 16,14) en torno a Lidia (en su casa). Por eso, en esta comunidad se da un liderazgo femenino. Es la primera comunidad en territorio europeo (Hch 16,12). La respuesta de los filipenses a la predicación del Apóstol fue la más generosa, por eso quizá fluyeron las buenas relaciones. Comunidad muy querida por Pablo (Flp 4,1), de ella ha recibido ayudas de todo tipo (Flp 4,10-18). El Apóstol conocía muy bien su sinceridad y la grandeza de su amor, por lo que no temía quedar obligado por ellos. Pero, como en todos los lugares a donde llegaba, tuvo problemas. Filipos no fue la excepción. Allí fue azotado, encarcelado y liberado milagrosamente (Hch 16,20-26). A pesar de todo, a esta comunidad volverá más tarde (Hch 20,1-3) c) 3. LA CARTA Los filipenses se han enterado de que Pablo esta en prisión -las cárceles de entonces eran excepcionalmente duras- y deciden enviarle ayuda por medio de Epafrodito; Pablo a su vez les escribe agradeciéndoles el obsequio. Pero como Pablo no es hombre de cumplidos fáciles ni estériles, aprovecha la ocasión para informarles de cómo van las cosas en relación con el anuncio del evangelio, para ponerles en guardia contra posibles peligros y para animarles a seguir trabajando por la causa del evangelio. Pablo escribe esta carta, probablemente cuando estuvo preso (Flp1, 13-14) en Éfeso, allá por el año 56 d.C. Es otra de sus cartas auténticas. El estilo y tono son genuinos. La doctrina sobre Cristo y la justificación por la fe, sin las obras de la ley, es la misma que en Rom y Gal. Los motivos para escribirles son: el agradecimiento por su generosidad (Flp1, 3-5), informarles sobre la salud de Epafrodito (Flp 2,25-27), avisarles sobre el viaje de Timoteo y su posible visita (Flp 2,19-24). Además para exhortarles (Flp 1,27-2,18) y animarles por la presencia de los judaizantes (Flp 3,1-3). En la carta también se pueden distinguir las buenas relaciones de Pablo con esta comunidad (Flp 1,5; 4,15-16). Todo esto dentro de un ambiente alegre y esperanzador, por la presencia de Cristo. La división más adecuada de la Carta seria: I. Pablo y la comunidad de Filipos (Flp 1,1-3,1a; 4,2-7.21-23). II. Predicadores judaizantes en Filipos (Flp 3, 1b-4,1.8-9). III. Agradecimiento por la ayuda recibida (Flp 4, 10-20). d) TEMAS A ESTUDIAR ¿Qué problemas actuales tiene la Iglesia del siglo XXI y que esta carta de Pablo nos puede ayudar a superar? 1.- La comunidad cristiana, tenemos un ideal como Iglesia nunca alcanzado. En camino a la santidad y el ejemplo de Pablo. 2.- el tema de la alegría en un mundo cerrado sobre sí, triste, que no encuentra otra fuente de paz que la evasión o el narcisismo. Flp 4,4-5. 3.- EL HIMNO CRISTOLOGICO El ejemplo de Pablo 3,12-4,1 12. No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. 13. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, 14. Corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús. 15. Así pues, todos los perfectos tengamos estos sentimientos, y si en algo sentís de otra manera, también eso os lo declarará Dios. 16. Por lo demás, desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante. 17. Hermanos, sed imitadores míos, y fijaos en los que viven según el modelo que tenéis en nosotros. 18. Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo, 19. Cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra. 20. Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, 21. El cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas. Capítulo 4 ,1. Por tanto, hermanos míos queridos y añorados, mi gozo y mi corona, manteneos así firmes en el Señor, queridos. Los filipenses tienen ante sí dos posibles y muy diferentes ejemplos a seguir. Uno el de Pablo que se considera como un atleta que ha comenzado la carrera pero aún no ha llegado a la meta. Por tanto hay que continuar esforzándose. Otro el de los predicadores judaizantes que alardean de participar ya de forma plena y definitiva en el triunfo de Cristo. Pablo rechaza de plano este entusiasmo triunfalista y no duda en pedir a los filipenses que imiten su comportamiento. A los filipenses ya todos los cristianos que en ningún caso debemos considerarnos como atletas ya victoriosos y coronados de gloria, sino como quienes aún nos batimos en plena competición esperando alcanzar la meta. Nuestra salvación no está consumada; se encuentra todavía en proceso de gestación. Un proceso en el que vamos madurando bajo el signo de la cruz. Pero es cierto, y en esto Pablo coincide con sus adversarios de Filipos, que nuestro destino definitivo no es la cruz sino la gloria, no es un cuerpo corruptible y mortal sino un cuerpo transfigurado por la resurrección. Como garantía de que será así, tenemos a Jesucristo, Señor y Salvador. Lo que no dice Pablo, al menos claramente, es cuando, donde y como tendrá lugar la definitiva glorificación del creyente. Pablo no está interesado en el cómo y el cuándo del encuentro con Cristo. Lo que de veras le importa es el encuentro como tal y en el concentra su esperanza y sus afirmaciones. RELECTURA DEL TEXTO CON OTRAS PALABRAS La existencia cristiana es nueva creación, cuyo dinamismo corresponde al Misterio Pascual. Se trata de aquel conocimiento vital de Jesucristo que nos identifica con su muerte y resurrección. Por eso, amigos míos, mi anhelo más profundo es unirme a Él con todo mi ser, y participar en la fuerza de su Resurrección que lo renueva todo, asociándome a sus sufrimientos. Quiero reproducir en mí su muerte para alcanzar, como sea, la vida eterna. No he alcanzado, por supuesto, ese ideal. Estoy lejos de la perfección. Pero lo intento. Lo más hermoso es que, antes de alcanzarlo, ya he sido alcanzado. Aquí reside mi fuerza y mi esperanza, en la certeza de Jesucristo, que me eligió y no me dejará. Olvidando, pues, lo que queda atrás, me lanzo a correr hacia la meta. Hermanos, nos espera un premio inefable, el que corresponde a la llamada que Dios nos ha hecho al ser bautizados en Jesucristo. ¡A ver, no nos durmamos en los laureles, creyéndonos perfectos! Es hora de seguir avanzando en la dirección tomada. Sospecho que en algunos puntos andáis vacilantes. La moral cristiana exige discernimiento; y en las condiciones que os toca vivir, más. Pedid luz, y el Señor os irá orientando. Lo cual vale también para ciertas opiniones mías, que no todos comparten. A veces porque, en efecto, se trata de una opinión; pero otras, porque les falta discernimiento cristiano. Si las concreciones prácticas se hacen discutibles, queda claro, en cambio, mi ejemplo de vida. El mío, o el de otros hermanos, verdaderamente ejemplares, que conocéis. ¿Por qué no lo seguís? La alegría Cristiana 3,1. Por lo demás, hermanos míos, alegraos en el Señor... 4, 4. Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. 5. Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Descubrimos entonces que una característica de la Carta a los Filipenses es la alegría: esto es lo que Pablo nos enseña, el cristianismo está caracterizado por la alegría cuya fuente es la gracia. Así el cristiano es una persona que está “en Cristo”, es el corazón de la espiritualidad paulina la unión con Cristo, estar unidos personalmente con Cristo resucitado. La razón de esta alegría es la presencia de Jesús entre nosotros, así se puede sostener la lucha cotidiana contra la adversidad exterior y las inquietudes interiores, porque “el Señor está cerca”. Nuestra seguridad es que Cristo nos concede su paz, que conserva nuestros corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús. Porque la alegría y la felicidad es una experiencia profunda que el hombre hace de Dios en Jesús. La vida cristiana es una vida de libertad vivida con alegría, porque con la venida de Cristo la ley ha sido superada por la gracia. Entre los frutos del Espíritu encontramos la alegría en Gálatas. Vemos que está en segundo lugar, como una de las tres virtudes de la vida interior, luego de la caridad y la paz. Pablo nos enseña a aceptar las dificultades de la vida como una realidad que contribuye al progreso espiritual del cristiano. Aunque prisionero, cuando escribe la Carta a los Filipenses y con todo lo que le ha sucedido, Pablo puede todavía alegrarse en el Señor. Llegando al final de la carta nos dice: “Mientras tanto, hermanos míos, alégrense en el Señor” (Flp 3,1) y después dice el motivo de esa alegría en el Señor: “Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo” (Flp 3,20). La espera de la venida del Señor Jesús y la transformación de nuestro cuerpo en un cuerpo glorioso semejante al suyo es para los cristianos un motivo para mantenernos llenos de esperanza y alegría. Así, el mensaje de la Carta a los Filipenses puede sintetizarse en este núcleo central: estén alegres, y nos invita a vivir una gran alegría. RELECTURA DEL TEXTO CON OTRAS PALABRAS Vuelvo, una vez más, a insistiros en la alegría cristiana. La tristeza nace de la desesperanza; es como un veneno sutil. La alegría nace del corazón que confía, a pesar de todo, en el amor. Que los no creyentes os sientan amables, misericordiosos, atentos a las necesidades de los que sufren. No viváis inquietos. No os preocupéis por conocer el momento del Fin último, ni tampoco os afanéis por seguridades terrenas. Vivid en la presencia del Señor. Él siempre está cerca. Por eso, dedicaos a la oración; sed fieles a las celebraciones comunitarias. Abandonad en el Señor vuestros cuidados siempre. Es el texto más famoso de la Carta. Literariamente hay que resaltar la solemnidad del comienzo y la estructura rítmica que constituye un precioso himno que casi con seguridad ya existía y se recitaba en las comunidades cristianas cuando Pablo escribe la carta. Normalmente se la considera un "himno" dividido en dos estrofas: a) 2,6-8: la humillación de Cristo b) 2,9-11: la exaltación de Cristo Ideológicamente, Cristo Jesús -que es nombrado al principio, en medio y al final del pasajeconstituye la clave interpretativa del mismo. Puesto que los filipenses son cristianos, es decir, puesto que Cristo es el prototipo a cuya imagen están configurados, tienen la ineludible obligación de comportarse en coherencia con tal condición. Pablo es consciente de que pide a sus cristianos algo realmente difícil, pues el desprendimiento, el altruismo, y sobre todo la humildad no eran precisamente valores apreciados entre la clase alta de aquella sociedad grecorromana. En realidad siguen sin ser apreciados en muchos de nuestros ambientes contemporáneos. Y sin embargo esos son, paradójicamente, los valores que Cristo ha querido encamar en su trayectoria existencial. Pablo se lo recuerda a los filipenses, y nos los recuerda a nosotros, en el magnífico himno que en este momento de la carta incorpora a su discurso. Pablo invoca el ejemplo de Cristo para urgir a los filipenses a que se comporten de manera humilde y servicial. Pero más allá de cualquier intención moralizante, el himno mantiene su autonomía teológica. Es más que probable que el poeta Cristiano autor del himno primitivo, haya querido describir el camino recorrido por Cristo -en oposición al recorrido por la primera humanidad pecadora (véase Gn 3,5.17-24) En efecto, Adán, prototipo del hombre viejo, en su intento de auto divinizarse, encontró el fracaso y la muerte. Cristo recorre el camino inverso, no como destino fatal, sino con absoluta libertad; su destino, y el nuestro si seguimos sus huellas, es la glorificación. En el futuro, por tanto, todo cristiano deberá tener definitivamente claro cuál es el camino a recorrer si de veras aspira a ser coronado de gloria. Adán y Eva, Gn 3,5: PRETENDER SER COMO DIOS Caín y Abel, Gn 4,8: ACTUAR COMO DIOS Lamek, Gn 4,23: JUSTIFICAR ACTUAR COMO DIOS Diluvio, Gn 6,4 ss: DESPLAZAR A DIOS Babel, Gn 11, 1 ss: ELIMINAR A DIOS Por último, cuando el himno dice que Jesucristo se despojó de su grandeza, tomo la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres, afirma sin duda la radicalidad de la comunión de Jesús con los hombres -Jesús es verdaderamente hombre-, pero al mismo tiempo subraya la posición excepcional y única de Jesús dentro del conjunto de los hombres. Jesús es también radicalmente distinto de los hombres porque es Dios. De hecho este himno de Flp 2,6-11 parece ser un buen testimonio de que la comunidad cristiana, ya desde muy temprano, rindió culto de adoración a Jesucristo. 7.4 CARTA A LOS CORINTIOS a) LA CIUDAD: Corinto es una de las principales colonias romanas. El año 27 a.C., se convierte en la capital de la provincia de Acaya, en tiempo de Octavio Augusto. Está estratégicamente ubicada entre dos puertos: uno hacia el mar Egeo (Cencreas) y el Otro (Lecayón) hacia el Adriático. Por eso rápidamente recuperó su antigua prosperidad, económicamente hablando, ya que a nivel social existían grades desigualdades. En ella se da el confluir de todo tipo de gentes e intereses, como corresponde a las metrópolis. La colonia judía era también numerosa. Religiosamente hablando, todos los cultos del Mediterráneo se daban cita en ella. Divinidades griegas, romanas y orientales tenían en Corinto sus santuarios y seguidores. Como en toda metrópoli, la corrupción no está ausente: culto a Afrodita, la diosa del amor (1.000 prostitutas sagradas), desintegración familiar, desenfreno moral de todo tipo (1 Cor 5,1-2) etc. b) LA COMUNIDAD Después de haber fracasado en su intento de evangelizar Atenas, Pablo llegó a Corinto: débil, tímido y temeroso (1 Co 2,3). Esta comunidad fue fundada en su segundo viaje, probablemente en el 50/51. Aquí permaneció un año y medio, por lo que hizo de Corinto el centro de su evangelización. La comunidad que nació se reunía en las casas y estaba formada por una minoría de hermanos pudientes y una gran mayoría de esclavos y libertos (1Cor 1,26). Colaboradores en esta misión son: Silvano, Timoteo y el matrimonio Aquila-Priscila; en cuyo taller trabaja Pablo. Es una de las comunidades que más dolores de cabeza le dieron, porque estaba llena de problemas, sea por las influencias que reciben sus miembros del medio ambiente o por la presencia de los judaizantes que criticaban constantemente a Pablo. c) LA CARTA Parece que Pablo escribió cuatro cartas a esta comunidad. La primera se perdió (1Cor 5,9.11). La segunda es la 1Cor. Y la tercera y cuarta están fundidas en la hoy llamada 2 Cor. La 1 y 2 Cor son cartas auténticas de Pablo. La primera a los Corintios la escribió desde Éfeso en el transcurso del 56/57. Esta carta constituye la respuesta de Pablo a la información que le proporcionaron en Éfeso unos mensajeros de Cloe sobre los desórdenes de la Iglesia de Corinto; da también una serie de respuestas a las preguntas que le han hecho en una carta de la comunidad de Corinto. Los mensajeros habían informado sobre las tensiones creadas en la comunidad por algunas facciones y sobre un grave escándalo que había sucedido (un incesto). La carta, entregada por los delegados de la comunidad, Estéfanos, Acaico y Fortunato, era una consulta a Pablo sobre diversos problemas: matrimonio y virginidad, licitud de comer las carnes sacrificadas a los ídolos, modo de comportarse las mujeres en las asambleas litúrgicas y otros problemas. Las dos cartas que hoy tenemos las escribió para dar solución a los innumerables problemas de esta comunidad. La división de 1 Cor, es: Saludo y acción de gracias (1,1-9); Divisiones y Sabiduría cristiana (1,10-4,21); Desórdenes y amonestación contra los pecados sexuales (5,1-6,20); Problemas concretos (matrimonio-celibato/ carne ofrecida a los ídolos) (7,1-11,1); Desórdenes en las asambleas (11,2-14,40); Sobre la Resurrección (15,1-58) Conclusión (16,1-24). d) TEMAS A ESTUDIAR Nuestro estudio de la carta será sobre: Divisiones y Sabiduría cristiana (1,10-4,21) Desórdenes en las asambleas (11,2-14,40) DIVISIONES Y SABIDURIA CRISTIANA (1,10-4,21) Los cristianos de Corinto eran pocos. Tal vez no pasaban de cien personas, y no tenían ni una misma raza ni un mismo origen. Ya vimos que, desde el punto de vista social, la mayoría de ellos estaban marginados: esclavos, mujeres, gente sin acceso al "saber" intelectual; como dice la misma Carta, gente considerada loca, débil, despreciable, vil y sin ningún valor (Cf. 1, 27-28). Es decir, una comunidad de crucificados a la cual se le anuncia a Cristo crucificado. La sociedad no esperaba nada de estas personas y tampoco les brindaba la oportunidad de participar en la vida social o en los bienes necesarios para la vida y, al carecer de instrucción, eran considerados Ignorantes e incapaces de cualquier decisión. Con el anuncio del Evangelio, estas víctimas de una sociedad injusta pasaron a convertirse en parte del Pueblo de Dios. Comenzaron a vivir una vida nueva, que es anuncio de la libertad y de la vida que Dios quiere para todos en cualquier tiempo y lugar. Sin embargo, la comunidad de Corinto se vio luego rodeada de tensiones y de conflictos. Fue ciertamente la comunidad que más problemas le trajo a Pablo. La Carta, escrita algunos años después, revela la lista de estos continuos inconvenientes. En primer lugar, los "partidos": después de la ida de Pablo, la comunidad se dividió, formando grupos simpatizantes de este o aquel agente de pastoral que pasaba por la ciudad. A pesar de ser una comunidad llena de tensiones y conflictos, Pablo descubre en ella una serie de cosas buenas y no muestra recelo en agradecer a Dios por esto. Él sabe buscar lo dulce de las cosas amargas. Pablo comenzó señalando las luces de la Iglesia de los pobres, luces que provienen de Dios y de la conciencia que la comunidad va adquiriendo a lo largo del camino. Pero también hay sombras. ¿De dónde provienen? Falta tomar conciencia de que los pobres hacen historia. Tanto en el pasado como en el presente se ha pensado que son los grandes quienes construyen la sociedad y la historia. Los pobres, dominados por tal ideología, no hacen sino aumentar su complejo de inferioridad e idolatrar a los poderosos. A fin de cuentas, reproducen en su medio un tipo de sociedad desigual que los pone nuevamente al margen. Esto fue lo que sucedió en Corinto. La búsqueda del prestigio y de la "sabiduría de los grandes" llevó a la comunidad a la división: "Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y en un mismo juicio. Porque, hermanos míos, estoy informado por los de Cloe, que existen discordias entre vosotros. Me refiero a que cada uno de vosotros dice: 'Yo soy de Pablo', 'Yo de Apolo', 'Yo de Cefas', 'Yo de Cristo'. ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" (1, 10-13). Aquí está la primera sombra. Se trata de la división de comunidad en partidos a favor de uno u otro agente de pastoral. Pablo había fundado la comunidad y, después de él, Apolo y Pedro también pasaron por ella. Apolo tenía el don de la palabra y Pedro, al contrario de Pablo, vivió con Jesús algunos años y anduvo con El las calles de Palestina. Además de comprometer la unidad de Cristo, la división hace a los agentes de pastoral "señores de la comunidad". Peor aún, los cristianos de Corinto reproducen entre ellos el mismo tipo de sociedad injusta en la que vivían antes. Pablo rechaza contundentemente tales planteamientos, pues entre los cristianos no hay más que un guía, un maestro, una Única fuente de sabiduría, un Único Señor: Jesucristo. Todos los demás son servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Es normal que se produzcan diferencias dentro de la Iglesia; pero es intolerable que la unidad esté a merced de las preferencias por un líder u otro. No nos damos cuenta de que ponemos en juego la misma fe. La segunda sombra reside en la búsqueda del saber. También en este aspecto la comunidad sigue el modelo de la sociedad circuncidante. Los griegos pedían «sabiduría», es decir, filosofías que intentaran ofrecer una explicación satisfactoria del hombre y del cosmos. Las élites de Corinto imaginaban a un sabio así: hermosa presencia, libre, famoso, rico; El sabio era una especie de "rey de reyes", pues conocía los misterios del mundo y sabía interpretar los acontecimientos. Pocos podían llegar a ser sabios en la vida, pues esto dependía del capricho de los dioses al privilegiar a algunos. En pocas palabras, una sabiduría elitista. La élite intelectual de Corinto se presentaba al pueblo con todos sus títulos y privilegios, y era de este modo como pretendía hablar de Dios. Pablo —que es la imagen del agente de pastoral— se presenta como un marginado (trabaja con sus propias manos, Cf. Hch 18, 3) y anuncia a Jesús crucificado sin recurrir a los artificios de la "sabiduría humana", para mostrar que Dios ha escuchado el clamor de los pobres: "Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios, pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado. Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron demostración del Espíritu y del poder, para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios" (2, 1-5). Estamos llamados a una evangelización, que, a ejemplo de san Pablo, deberá llevarse a cabo con absoluta sencillez, sin confiar en el esfuerzo o la habilidad del evangelizador, en una palabra, bajo el signo de la cruz de Cristo. Porque el lenguaje de la cruz resulta una locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es poder de Dios. Ya lo dijo la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios y haré fracasar la pericia de los instruidos. Sabios, entendidos, teóricos de este mundo: ¡cómo quedan puestos! ¿Y la sabiduría de este mundo? Dios la dejó como loca. Pues el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios cuando ponía por obra su sabiduría; entonces a Dios le pareció bien salvar a los creyentes con esta locura que predicamos. Mientras los judíos piden milagros y los griegos buscan el saber, nosotros proclamamos a un Mesías crucificado: para los judíos ¡qué escándalo! Y para los griegos ¡qué locura! Pero para los que Dios ha llamado, judíos o griegos, este Mesías es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues las locuras de Dios tienen más sabiduría que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres. (1 Cor 18-25) Podemos considerar este pasaje coma presentación y al mismo tiempo exposición sintética de la peculiar teología paulina de la cruz. Pablo ve en Jesús crucificado la manifestación, humanamente desconcertante pero definitiva, de la fuerza salvadora de Dios y afirma que a esa concreta luz es preciso leer toda la realidad histórica del hombre. Por lo que se refiere al contenido del pasaje ya los profetas de Israel habían puesto en evidencia que la sabiduría simplemente humana es por si misma incapaz de salvar a nadie (Is 5,21; 29,14; Jr 8,9). Solo la palabra de Dios es fuente de sabiduría, que equivale a decir de salvación. Pablo se sitúa en la misma línea y rechaza de plano la eterna tentación del hombre que ya desde los orígenes (Gn 3,1-6) pretende bastarse a si mismo y prescindir de Dios que es la única fuente de salvación. Los proyectos de Dios, por incomprensibles que parezcan, son siempre más sabios, y por tanto más eficaces, que los proyectos de los hombres. Dios elige lo débil, pocos argumentos mejores que la comunidad de Corinto y el propio Pablo para probar la validez de la teología de la cruz. Entre los cristianos de Corinto no abundan los ricos, los poderosos, los intelectuales, los aristócratas. Al contrario, son mayoría los esclavos, los trabajadores manuales, los pequeños comerciantes, la gente sencilla y con frecuencia pobre. Y, sin embargo, Dios los ha llamado a la fe trastocando de esta manera el proceder habitual de los poderosos de la tierra que buscan como aliados y privilegian a los fuertes, a los ricos, a los inteligentes, a los de sangre azul en detrimento de los desheredados de la fortuna y del amor. No se trata, por supuesto, de una valoración romántica y sentimental de lo que es pobre, mísero y vil por el mero hecho de serlo. Tampoco está en la intención de Pablo presentar al Dios de Jesucristo como el jefe de un sindicato clasista y discriminatorio, en este caso a favor de los de abajo. La razón de este comportamiento revolucionario de Dios es otra y Pablo la indica con suficiente nitidez: para que nadie pueda gloriarse delante de Dios. El proyecto salvífico de Dios es pura gracia, puro don inmerecido. Nadie puede esgrimir títulos, cualidades, méritos personales o de clase a tener en consideración. Resumiendo: la cruz de Cristo nos revela el rostro autentico del hombre y el rostro autentico de Dios. El rostro del hombre, por cuanto deja al descubierto que el hombre no se salvara con sus propias fuerzas. El rostro de Dios, porque en ella, en la cruz, Dios se solidariza con los humillados, ofendidos, quebrantados y explotados de todos los tiempos. Con los sencillos y ajetreados obreros de aquel puerto de Corinto, pero también con las pobres gentes tantas veces maltratadas de nuestros días. ¿Significa todo esto que el cristianismo es una religión para necios e ignorantes? , ¿Condena Pablo sin apelación posible todo esfuerzo humano por conocer y dominar las realidades temporales y mundanas? Sin duda que no. Pero el proceso dialectico le ha obligado a cargar el acento sobre lo que tienen de negativo los intentos puramente humanos de salvación, para de este modo resaltar por contraste la acción soberana de Dios. LECTURA ESPIRITUAL PARA ENTENDER ESTE TEMA Se hallaba San Francisco en el lugar de la Porciúncula con el hermano Maseo de Marignano, hombre de gran santidad y discreción y dotado de gracia para hablar de Dios; por ello lo amaba mucho San Francisco. Un día, al volver San Francisco del bosque, donde había ido a orar, el hermano Maseo quiso probar hasta dónde llegaba su humildad; le salió al encuentro y le dijo en tono de reproche: -- ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti? -- ¿Qué quieres decir con eso? -repuso San Francisco. Y el hermano Maseo: -- Me pregunto ¿por qué todo el mundo va detrás de ti y no parece sino que todos pugnan por verte, oírte y obedecerte? Tú no eres hermoso de cuerpo, no sobresales por la ciencia, no eres noble, y entonces, ¿por qué todo el mundo va en pos de ti? Al oír esto, San Francisco sintió una grande alegría de espíritu, y estuvo por largo espacio vuelto el rostro al cielo y elevada la mente en Dios; después, con gran fervor de espíritu, se dirigió al hermano Maseo y le dijo: -- ¿Quieres saber por qué a mí? ¿Quieres saber por qué a mí? ¿Quieres saber por qué a mí viene todo el mundo? Esto me viene de los ojos del Dios altísimo, que miran en todas partes a buenos y malos, y esos ojos santísimos no han visto, entre los pecadores, ninguno más vil ni más inútil, ni más grande pecador que yo. Y como no ha hallado sobre la tierra otra criatura más vil para realizar la obra maravillosa que se había propuesto, me ha escogido a mí para confundir la nobleza, la grandeza, y la fortaleza, y la belleza, y la sabiduría del mundo, a fin de que quede patente que de Él, y no de creatura alguna, proviene toda virtud y todo bien, y nadie puede gloriarse en presencia de Él, sino que quien se gloría, ha de gloriarse en el Señor (1 Cor 27-31), a quien pertenece todo honor y toda gloria por siempre. El hermano Maseo, ante una respuesta tan humilde y dicha con tanto fervor, quedó lleno de asombro y comprobó con certeza que San Francisco estaba bien cimentado en la verdadera humildad. En alabanza de Cristo. Amén. DESÓRDENES EN LAS ASAMBLEAS (11, 2-14, 40) La reunión fraternal para celebrar la cena del Señor y para profundizar en el conocimiento del mensaje evangélico era un momento clave en la primitiva vida cristiana. En Corinto tales asambleas fueron perdiendo espíritu evangélico: ostentación en las mujeres, prepotencia de los más ricos, afán de protagonismo. Era preciso recuperar el genuino sentido cristiano de tales reuniones y para ello Pablo ofrece a los corintios y a nosotros una espléndida catequesis sobre el hecho, sentido y exigencias de la Eucaristía (1 Cor 11,23-29). Una iluminadora catequesis sobre el recto uso de los carismas que de suyo son buenos y convenientes para la Iglesia, pero que deben contribuir a la unidad y no a la discordia (1 Cor 12, 1-30 y l 4, 1-39). Y de manera especial una magnifica reflexión sobre el supremo carisma, que es el amor cristiano (1Cor12, 31-13,13). Este himno al amor constituye una de las páginas estelares de la Biblia, una página formidable que nadie puede leer o escuchar sin sentir deseos de ser mejor. EL VELO DE LAS MUJERES. 11,2-16 Antes de tocar este tema, hay que partir de la gran convicción que animó toda la vida de san Pablo y que está expresada en Gálatas 3, 28: "Ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos ustedes son uno en Cristo Jesús". Cuando los adultos eran bautizados e introducidos en la comunidad cristiana, lugar en el que se viven nuevas relaciones y se genera algo nuevo, recibían un "programa de vida" que se había de seguir: suprimir todas las discriminaciones y exclusiones provenientes de la raza, de la condición social o del sexo. Todos quedaban incluidos, ninguno podía sentirse excluido. Eso era lo que Pablo pensaba respecto a las mujeres. Es muy probable que Pablo fuera consciente de la importancia más bien relativa que tenía este asunto del velo. Pero juzga del todo punto necesario, en aquel momento concreto de la convivencia social, mantener la costumbre del velo de las mujeres en las reuniones litúrgicas para no dar la impresión de que el cristianismo era una patente de laxismo y libertinaje que permitía dar al traste con todo tipo de costumbres y tradiciones. En este sentido tal vez lo único que Pablo pretendía era salvaguardar las reuniones litúrgicas de todo aquello que, habida cuenta de las costumbres entonces vigentes, pudiera parecer indecoroso y ofensivo a la santidad del culto tanto en el comportamiento del hombre como en el de la mujer. Lo que realmente crea un cierto desasosiego exegético es que, para apoyar su mandato, Pablo utiliza una serie de argumentos que hoy nos resultan un tanto extraños e incluso difíciles de aceptar en todos sus extremos. La cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios (1 Cor 11,3) con esta "jerarquía" no afirma que la mujer no sea imagen y semejanza de Dios. Al decir que "Dios es cabeza de Cristo", no quiere significar que Jesús esté debajo de Dios, igual sucede en la expresión "el hombre es cabeza de la mujer". Si bien la cultura judía era machista, y se consideraba a la mujer inferior por haber sido sacada del costado del hombre, Pablo intenta corregir esto: "Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor. Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace mediante la mujer. Y todo proviene de Dios" (11, 11-12). En este punto, Pablo toma distancia de la cultura machista judía. Si el hombre nace de la mujer, no puede haber discriminación. LA CELEBRACION DE LA CENA EUCARISTICA. 11, 17-34 De mucha mayor gravedad que la cuestión del uso o no uso del velo por parte de las mujeres en las asambleas litúrgicas, le debi6 parecer a san Pablo el hecho de que en esas mismas reuniones estaba teniendo lugar una violaci6n inaudita de la fraternidad cristiana. No estamos seguros de si ya en los días de Pablo una comida fraternal -el ágape precedía a la celebración propiamente dicha de la Eucaristía, o si la Eucaristía tenía lugar dentro de la comida fraternal. Parece más probable lo primero. En todo caso la comida de hermandad debía estar y estaba íntimamente relacionada con la celebración de la cena del Señor. Por eso el disgusto de Pablo es manifiesto cuando se entera de que allí hay de todo menos fraternidad y comunión. Los más poderosos y desocupados llegan a la reunión con tiempo sobrado, extienden sus viandas abundantes sobre la mesa y se dan el banquete. Cuando llegan los pobres trabajadores del puerto de Corinto, ya "los madrugadores" han comido y bebido en abundancia y apenas han dejado unas migajas. Este comportamiento es tan anticristiano que Pablo no puede por menos de denunciarlo con toda energía. ¿Qué pretendían con esto? En primer lugar, no comer lo que preparaban los pobres, pues no era de la misma calidad que lo suyo y podía caerles mal. En segundo lugar, no querían compartir, y por eso comían lo que ellos mismos traían. En tercer lugar, desligaban la Eucaristía del deber de poner en común todo lo que se tiene. De este modo, su celebración, en vez de eliminar las desigualdades sociales, las aprobaba y fortalecía. Ante esta situación Pablo piensa que recordar el dato tradicional de la institución de la Eucaristía es la mejor requisitoria contra la insolidaria actitud de los corintios. Pablo constata los resultados de este gesto: "Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos" (11, 30). Y ordena: "Así pues, hermanos míos, cuando os reunáis para la Cena, esperad los unos a los otros" (v. 33). El muestra que la Eucaristía es el lugar de la comunión y de la participación de todos en todo, eliminando así los privilegios de clase social. En la Eucaristía ve la más fuerte exigencia de vivencia fraternal, de comunión eclesial. Por eso echa en cara a los corintios el que hayan convertido sus reuniones comunitaritas en verdaderas "anti eucaristías". Porque la Eucaristía es participar todos del mismo pan y allí cada uno come de lo suyo; porque la Eucaristía es compartir todos la misma mesa y allí cada uno organiza su mesa particular; porque la Eucaristía es sentarse todos al lado de todos sin fijarse en categorías y allí los más pobres son tremendamente discriminados. EL MAYOR CARISMA ES EL AMOR (12, 1-14,40) Ya desde el inicio de la Carta, Pablo agradecía la plenitud de dones de la comunidad (Cf. 1, 5-7). Ahora, él hablará de este asunto, dedicándole tres capítulos, lo que significa que es un tema de gran importancia. Una vez más, quiere que la comunidad se distinga de la sociedad que se dejó arrastrar hacia los ídolos mudos (12, 2). En un sentido amplio carisma designa cualquier clase de gracia o don concedido por Dios a sus fieles, con independencia del puesto que puedan ocupar en la institución eclesial. En un sentido más restringido y técnico paso a significar ciertos dones especiales concedidos por el Espíritu de Dios a determinadas personas o grupos para provecho de los demás. Así pues la existencia de carismas se conecta necesariamente con la actividad divina y más en concreto con la acción del Espíritu Santo en el seno de la Iglesia. Por eso existieron, existen y existirán siempre en ella. La abundancia de carismas es signo de juventud y de fervor, de entusiasmo y de vitalidad. Los corintios valoraban los dones espectaculares, en especial, hablar en lenguas y profetizar. Quienes poseían tales dones se creían los mejores cristianos de la comunidad. Así pues, tenemos más de un conflicto entre "fuertes" y "débiles“. Ellos se comparaban al ojo, a la mano y a la cabeza, pues ejercían funciones nobles en la comunidad; mientras los "débiles", que eran comparados a los pies o a los ídolos, debían sólo escuchar y obedecer, dedicándose a las tareas humildes y escondidas. El atrevimiento de los "fuertes" llegó a tal punto que uno de ellos, sintiéndose movido por el Espíritu, había dicho "anatema es Jesús" (Cf. 12, 3) en medio de la comunidad, sin que nadie tomara medidas al respecto. Pronto los carismáticos de Corinto crearon problemas al juzgarse un tanto desligados de la Iglesia-institución y creerse con facultad para moverse a sus anchas, libres de toda norma, en el seno de la comunidad. Pablo ayuda a la comunidad a ampliar los horizontes: "Hay diversidad de cansinas, pero el Espíritu es el mismo, diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo, diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que opera todo en todos" (12, 4-6). Él apóstol habla del Espíritu, del Señor Jesús y de Dios Padre. La Trinidad es, en su comunión y diversidad, el origen de la comunidad y la fuente de donde ella bebe el agua para saciar su sed. Pablo muestra a los "fuertes" que el don de lenguas o el de profecía son menos importantes que otros. De hecho, en la lista de dones que presenta (12, 7-11), coloca la profecía en quinto lugar y el don de lenguas en el último, condicionándolo, además, al don de interpretación. Hablar en lenguas sin intérprete alguno es puro exhibicionismo y no representa ninguna ayuda para el crecimiento de la comunidad. Es pura exaltación, semejante a la idolatría de la sociedad establecida. Así como el pie, por no ser mano; o el oído, por no ser ojo, no dejan de ser miembros del cuerpo (vv. 15-16), de la misma forma la mano no puede decir que no necesita del pie, ni el ojo que no necesita del oído. Todos son importantes, cada uno en su función. Todo esto nos lleva a constatar que la comunidad privilegiaba a los "fuertes" en perjuicio de los "débiles". Los pobres eran víctimas de un complejo de inferioridad creado por las personas "de bien". Pablo afirma que si es necesario privilegiar a alguien en la comunidad, que sea justamente a los pobres y marginados: "Más bien, los miembros del cuerpo que tenemos por más débiles, son indispensables. Ya quienes nos parecen más viles del cuerpo, los rodeamos de mayor honor. Así a nuestras partes deshonestas las vestimos con mayor honestidad" (12, 22-23). ¡Ahí está la intocable opción de Pablo por los pobres! Marginarlos es mutilar el cuerpo de Cristo, pero promoverlos es reconstruirlo. Pablo aprovechó un antiguo himno cristiano (13, 1-13) y lo adaptó. Con esto quiso reformular la cuestión de los carismas. El mayor don que puede existir es el amor. Sin él, todos los demás son pura exaltación y exhibicionismo. Es interesante ver, en este himno, que Pablo comienza citando precisamente los carismas ambicionados por los "fuertes": hablar en lenguas, profecía, conocimiento, fe, etc. Todos ellos, sin el amor solidario, no tienen sentido. Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha. La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad. Después de mostrar que, sin el amor, todo el bien que se haga no pasa de ser exhibicionismo infantil, Pablo recomienda que la comunidad busque este don mayor (14, 1) y que valore la profecía. Ella es la palabra cierta que ilumina los momentos inciertos del camino. Ella percibe el rumbo del proyecto de Dios, para que la comunidad no pierda de vista su misión transformadora en la sociedad. Es la voz que exige fidelidad al Dios fiel en medio de las circunstancias de la comunidad. Pablo sabe "hablar en lenguas" mejor que cualquier corintio. Sin embargo, prefiere decir cinco palabras con su mente, para instruir a los demás (profecía), que diez mil en lenguas (Cf. 14, 18-19). El da la siguiente orientación: "Cuando os reunís, cada cual puede tener un salmo, una instrucción, una revelación, un discurso en lengua, una interpretación; pero que todo sea para edificación. Si se habla en lengua que hablen dos, o a lo más tres, y por turno; y que haya un intérprete. Si no hay quien interprete, quédese en silencio en la asamblea; hable cada cual consigo mismo y con Dios... Pues podéis profetizar todos por turno para que todos aprendan y sean exhortados" (14,26b-28.31). Preguntas para meditar. 1. ¿Cuáles son nuestros dones, servicios y modos de actuar en comunidad? 2. ¿Por qué el amor es el carisma más importante? 3. ¿Nuestra sociedad admira los dones extraordinarios? ¿Y nosotros? 4. Los pobres y los débiles son el don de Dios para la comunidad. 5. ¿Qué entendemos por profecía? ¿Es importante para nosotros?