Subsecretaría de Salud Dirección de Epidemiología COMUNICACIÓN POR CASO DE LEISHMANIASIS CANINA Semana epidemiológica: 26 Fecha de comunicación: 13 de julio de 2015 Ante la confirmación de un caso de leishmaniasis visceral en un perro proveniente de Córdoba, en la ciudad de Santa Rosa el 7 de julio, y de acuerdo al Manual de Normas y Procedimientos de Vigilancia y Control de Enfermedades de Notificación Obligatoria del Ministerio de salud de la Nación, versión 2007 con el objeto de de establecer y mantener la capacidad para detectar y confirmar casos de infección por leishmania, la Dirección de Epidemiología solicita tener en cuenta las presentes recomendaciones en el marco de la vigilancia de esta zoonosis. Antecedentes La leishmaniasis visceral (LV) urbana, presenta una incidencia anual mundial estimada de 500.000 casos/año y una mortalidad de 59 000/año. En América Latina la tasa de letalidad promedio es del 8%, que sin tratamiento llega a más del 90%, especialmente en niños. A partir del año 1998 la LV se registró en el estado de Mato Grosso do Sul, Brasil, como una parasitosis emergente, llegando a la ciudad de Asunción, Paraguay, en el año 2000. En el año 2004 se registró por primera vez el vector en la ciudad de Clorinda, Formosa, asociado al foco de Asunción. Desde mayo del 2006 hasta julio de 2012 fueron confirmados 103 casos de LV a nivel nacional. El primer caso autóctono de LV humana se notificó en 2006 en Posadas, Misiones, con presencia de Lu. longipalpis y de LV canina. De 2007 a fines de 2011cinco casos de LV humana fueron notificados en la ciudad de La Banda, Santiago del Estero,. A mediados de 2012 un nuevo caso, en la capital de Santiago del Estero, Los estudios de vigilancia entomológica llevados a cabo en esa provincia no arrojaron registro de Lu. longipalpis, encontrándose Migonemyia migonei, vector putativo de LV en la región chaqueña, por lo cual se lo propuso como vector de un ciclo enzoótico de LV con transmisión accidental a humanos llevada a cabo por Mg. migonei Los estudios en la población canina sintomática en La Banda y S. del Estero Capital mostraron un incremento en el número de casos positivos, llegando a 71 casos sobre un total de 189 perros sintomáticos muestreados entre 2007 y 2011. En 2009 en Monte Caseros, Provincia de Corrientes, se comprobó una dispersión hacia el sur de Lu. longipalpis, que se expandió en el año 2010 con el hallazgo del vector en la localidad entrerriana de Chajarí, y en Salto (Uruguay) fue el punto más austral de la distribución. En Argentina, hasta el momento el vector se ha detectado en Salta, Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes y el noreste de E Rios. Las altas tasas reproductivas en la población de perros y el creciente abandono de éstos, junto a la adaptación al ámbito urbano y dispersión del vector, han contribuido a que, en los últimos años, su incidencia, letalidad y dispersión geográfica en nuestro país hayan aumentado de manera preocupante, con un cambio en la epidemiología de la enfermedad que se ha instalado en áreas urbanas y peri-urbanas. Leishmaniasis Las leishmaniasis son transmitidas por la picadura de flebótomos, pequeños insectos de 2 a 3 mm, en América del género Lutzomyia. Se transmiten través de la picadura de la hembra de Lutzomyia, que deben estar previamente infectados con el parásito. No se transmite de persona a persona, ni a través de objetos. Tampoco los humanos transmiten la infección a los insectos. La transmisión en animales puede ser vectorial (picadura del flebótomo), vertical (de madre a cachorro), horizontal (macho-hembra o hembra-macho), iatrogénica (uso de jeringas sucias) y por importación (animales de raza traídos de algunos países europeos y americanos). La enfermedad en humanos tiene 4 formas clínicas principales, dependiendo de la especie parasitaria y de la respuesta inmune del paciente. Estas son: la leishmaniasis cutánea, la cutánea difusa, la muco cutánea y la visceral. La leishmaniasis visceral es una zoonosis grave .Fiebre de larga duración, que tiene comienzo agudo frecuente en sujetos no residentes en áreas endémicas, o progresivo, hepatoesplenomegalia, linfadenopatía, anemia, leucopenia, trombocitopenia, anorexia, pérdida de peso, caquexia y debilidad progresiva. Sin tratamiento este cuadro lleva a la muerte en 1 ó 2 años luego de la aparición de los síntomas. La enfermedad en caninos El período de incubación de los perros infectados con Leishmania infantum es usualmente de 2 a 12 meses. No existen síntomas específicos de la enfermedad, por lo que debe haber confirmación diagnóstica por métodos parasitológicos o serológicos. Se pueden presentar signos cutáneos como alopecía y costras especialmente alrededor de los ojos, seborrea, dermatitis, úlceras que no cicatrizan (semejantes a las que se observan en la leishmaniasis cutánea por L. braziliensis), crecimiento atípico de uñas (onicogrifosis), signos oculares como queratocojuntivitis y uveítis, pérdida de apetito, astenia, adenomegalias, y con el avance de la enfermedad fiebre, diarrea, hepatoesplenomegalia, falla renal y sangrado espontáneo los que conducen al óbito. Situación actual en Argentina (casos humanos) Situación de la leishmaniasis canina en La Pampa El día 7 de julio, La Dirección recibe la notificación de un caso confirmado de leishmania visceral canina desde una veterinaria privada. Se trata de una perra mestiza castrada de diez años de edad aproximadamente, que es traída hace seis meses desde Córdoba por una estudiante. Su dueña relata que la perra fue adoptada en Córdoba proveniente de un refugio hace dos años, momento en el cual ya presentaba lesiones en piel que tras varios tratamientos no mejoraban. En diciembre de 2014, por vacaciones vuelve a Santa Rosa y trae la perra. En febrero consultan con la veterinaria notificante especialista en piel y le diagnostica demodexia, hipotiroidismo y hepatozoon que fueron confirmados. Con los tratamientos el animal mejora mucho pero llega a la recuperación total. La profesional entonces, sospecha de Erlichiosis y Leishmaniasis. Envía muestras para serología a un laboratorio privado de Buenos Aires y resulta positivo para ambos. El antecedente de origen cordobes refiere posibilidad de reacción cruzada con chagas por lo que se envía muestra para serología y punción de ganglios al Inst. Fatala Chaben referente en enfermedades parasitarias,el cual confirma la enfermedad de Leismaniasis. Teniendo en cuenta que en Córdoba no está presenta el vector, se supone que el caso puede haber provenido de zona endémica o ser hija de una madre infectada o haberse contagiado por contacto sexual con un macho infectado. Epidemiologicamente se considera un caso importado de leishmaniasis en una zona de bajo riesgo (hasta el momento no se ha detectado el vector en La Pampa) por lo que se recomendó tratamiento con allopurinol, ponerle repelentes y evitar el tránsito y deambulado, para disminuir el riesgo de transmisión perro-perro. Teniendo en cuenta que existe una posible vía de transmisión por contacto estrecho entre perros mediante mordidas, saliva, etc., es necesario el estudio del perro conviviente cuyas muestras se enviarán para su estudio al Instituto Fatala Chaben. Recomendaciones Mientras no se cuente con una vacuna, las estrategias de control de la leishmaniasis visceral deben estar dirigidas a: • Controlar la población de flebótomos, fundamentalmente mediante manejo ambiental. Debido al intenso tránsito y tráfico de perros en el país y con focos del exterior de América y Europa, con leishmaniasis visceral, ante perros infectados fuera de la zona de transmisión conocida, se debe confirmar la presencia del vector, antes de determinar si existe riesgo de transmisión local. • Diagnosticar y tratar precoz y adecuadamente los pacientes enfermos. Se debe sospechar leishmaniasis visceral en todo paciente que provenga de un área endémica y presente fiebre de más de dos semanas de duración con o sin otras manifestaciones clínicas como hepatoesplenomegalia, distensión abdominal, adenopatías generalizadas, signos de sangrado, edemas, ascitis, anorexia, pérdida de peso, caquexia, debilidad progresiva, alteraciones en la piel y el pelo. • Controlar los reservorios de la enfermedad para interrumpir la circulación de parásitos. Consultar al veterinario .Se debe sospechar leishmaniasis en: todo perro proveniente de un área endémica, con manifestaciones clínicas compatibles con la enfermedad (fiebre irregular, apatía, debilidad, descama-ción y úlceras en la piel principalmente del hocico, orejas y extremidades; conjuntivitis, paresia de extremidades posteriores, heces sanguinolentas y crecimiento exagerado de las uñas). Por la importancia de la infección en los perros en la transmisión de la leishmaniasis visceral, se deben notificar e investigar inmediatamente todos los animales sospechosos o confirmados de leishmaniasis. • Involucrar a la comunidad en el manejo ambiental y la tenencia responsable de mascotas. ¿Cómo notificar el caso de leishmaniasis visceral? Humanos Se deben notificar los casos de leishmaniasis visceral, en la modalidad individual, en el módulo C2 del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS). La notificación incluye los siguientes datos: - Apellido y nombre del paciente - Sexo - Edad - Número de documento Animales Se notifica en forma inmediata telefónica a la Dirección de Epidemiología. 02954418870/ 421566 Se envía “Ficha de notificación de caso de leishmaniasis visceral canina” COMPLETA por FAX 02954421566 dentro de las 24hs. Dirección de Epidemiología Ministerio de Salud Provincia de La Pampa Tel/fax: 02954-418870/421566