JESÚS, AQUÍ ESTAMOS PARA ORAR JUNTOS EN TU NOMBRE. (BIS) Adorar tan grande misterio, misterio de entrega, misterio de amor. Bendecir, tu palabra que es vida consuelo y alegría del que espera en ti. Alabar tu presencia en nosotros y en profundo silencio descubrirte, Señor. Proclamar que estás entre nosotros, cuando nos reunimos en tu nombre, Señor. La locura del Amor Hoy queremos recordar a Santa Rafaela Mª, una mujer con el corazón envuelto por el Corazón de Cristo; que vivió la locura del amor y supo comunicar vida a su alrededor a través de muchas “muertes” que la fueron llenando de vida. Adoró y celebró al Dios de la vida, de quien recibió fuerza y luz para esperar contra toda esperanza, para vivir la locura del amor en medio de la dureza de la vida. Se situó en la vida sin otra luz que la del Evangelio, sin otra fuerza que la certeza del amor de Dios. Así, los acontecimientos oscuros y amargos que la rodearon se transformaron en luz para su camino. Nada ni nadie la pudo separar ni hacer dudar del amor de Dios: ni la tribulación, ni la angustia, ni la marginación, ni los poderes de este mundo, ni ninguna criatura pudo agostar en su corazón la fuente del amor: Jesucristo. Evangelio de San Mateo “En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.” Silencio PALABRAS DE SANTA RAFAELA MARÍA SOMOS DE DIOS... Contemplamos quién es Dios, quién es nuestro Creador... Contemplamos a Dios que nos creó por amor; contemplamos como Dios nos va creando, día a día, acompañándonos en nuestra vida, haciéndonos cada vez más suyos y más al servicio de los demás. “Sentí gran agradecimiento a Dios por la dignidad que había concedido al ser humano...” “Un Dios nos cría y nos da y provee de todo; lo necesario no, sino superabundantísimamente, hasta de lo más insignificante, sin más retribución para usar de todo que, reconociendo estos beneficios tan estupendos, nos sirvamos de ellos para su mayor gloria y por su amor, nada más”. “Soy de Dios y exclusivamente de Dios. Y como soy suya, todos los acontecimientos, prósperos o adversos, debo recibirlos como de su santísima mano” “Todo por Dios, nada por mí. Todo para Dios, nada para mí. Todo en Dios, nada en mí.” Silencio Tú eres mi Dios. Tú eres mi Dios. Sólo Tú, Señor. Sólo Tú eres mi Dios. (Bis) SOMOS AMADOS POR DIOS... Contemplémonos dentro del Corazón de Cristo, dentro del Corazón de Dios... dejando que venga a nuestro corazón todo lo que Dios siente por nosotros... dejando que Dios pueda decir, libremente, cómo nos ama... Esta fue la experiencia de Rafaela María. “Dios me quiere a mí muchísimo, con privilegio especial. Quiere que le conozca para que fomente mi amor hacia Él y una confianza sin límites...” “Yo entendí que singularísimamente.” era amadísima con predilección por Dios, pero “Vi con luz superior lo que mi Dios ha hecho por mí criándome, y sobre todo, dándome un corazón capaz de amarle.” “Ante el Santísimo, veía a mi Dios muy grande y a mí pequeñísima, pero no me encogía, antes me dilataba, porque veía Dios era lo que era y yo soy lo que soy. Viéndome pequeña, estoy en mi centro, porque veo todo lo hace Dios en mí y en mis cosas, que es lo que yo quiero.” Silencio Dejarte obrar y poner gran confianza en ti. Dejarme hacer en ti, nada me faltará. (Bis) SOMOS PARA DIOS… cansados de buscar el amor en las cosas de la vida, llegará el día en que nos “rendiremos” y entregaremos la última certeza de nuestra vida: “somos para Dios”. Dios en el mundo, Dios en el hermano, Dios en la vida, Dios en el trabajo, Dios en el descanso; Dios en Cristo. Dios que recibimos, Dios que compartimos, Dios en Cristo Eucaristía… En todo, Dios… en todo, el Amor. “La criatura es muy débil y se cree impotente en la correspondencia al amor de Dios. ¿Qué ha de hacer, Señor mío y Dios mío? Amar y más amar, el amor todo lo vence; pedir sin cesar este amor.” “Mi vida debe de ser un continuo acto de amor…” “Debo trabajar con toda mi alma para poder decir siempre: no soy yo la que vivo; mi Señor Jesucristo es quien vive en mí” “Como pueda, y si no con oraciones, hacer por que lo conozcan y lo amen.” “Hagamos todo por Él, para Él y en Él. Con perfección y ternura, con todo el corazón” Silencio Amarte a ti, Señor, en todas las cosas y a todas en ti. En todo amar y servir. En todo amar y servir. (Bis) (Gesto: Repetir una palabra o frase de Sta Rafaela o compartir lo que Dios te ha hablado en la oración…) Oración Final Señor Jesús, haz nuestro corazón semejante al corazón de Santa Rafaela María. Corazón CONFIADO, que se apoya en Dios Padre. Corazón SENCILLO, que se puede modelar como el barro Corazón HUMILDE, que se reconoce frágil. Corazón LIBRE, centrado en Cristo. Corazón APASIONADO, que arde con amor humilde Corazón GRANDE, en el cual todos tienen un lugar. Corazón AGRADECIDO, porque sabe que es capaz de amar Corazón ALEGRE, que comparte su felicidad. Corazón que PERDONA, porque experimenta el perdón. Corazón FIEL, que acompaña en el sufrimiento. CORAZÓN QUE CANTA PORQUE DIOS LA HACE FELIZ Yo quiero amar a quien me ama y ofrecer mi amor a quienes no lo hagan. Nunca perder la fe ni la alegría. Abandonarme en el Señor, que Él sea mi guía. Jesús, yo sé cuán pequeña soy, pero Tú estás en mi sembrando mil riquezas. Por eso voy a entregar tu mensaje para enseñar a los demás la gracia de amarte. HAGAMOS TODO POR ÉL Y EN ÉL, CON ILUSIÓN Y ESPERANZA, CON FUERZA Y GRAN CONFIANZA EN QUIEN TANTO NOS AMA Y TAN PODEROSO ES. Recibe hoy, mi Señor, mi alma, mi verdad y todo lo que soy y hazme llegar al camino de amor y humildad que seguía Rafaela María.