Fortalezas, retos y recomendaciones

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3.
Fortalezas, Retos y Recomendaciones
3.1
Evaluación del Diseño del Programa Hábitat
Hábitat se define como un programa con propósitos de articulación de los objetivos de la
política social y de desarrollo territorial y urbano, para lo cual organiza un conjunto de
acciones dirigidas a mejorar la infraestructura básica, el equipamiento de las zonas
urbanas marginadas y la prevención de desastres, la entrega de servicios sociales y de
desarrollo comunitario.
Este programa social responde a un diseño que destaca los principios fundamentales de
eficiencia, eficacia y focalización de las acciones, con el objetivo de que un mayor
número de personas en condiciones de pobreza reciban los beneficios programados y los
recursos disponibles.
El marco institucional de Hábitat responde a los requerimientos de la SEDESOL de
contar con un instrumento de política que integre la dimensión social y la espacial
territorial a fin de permitir la focalización de los beneficios de los programas sociales,
ampliar la cobertura y mejorar la calidad de los servicios y acciones dirigidas a personas
y grupos sociales en situación de pobreza.
Los principales desafíos del programa tienen que ver con la magnitud del problema, pero
también con su alta concepción federalista. Lo anterior implica la necesidad de contar con
una efectiva coordinación intergubernamental e interinstitucional, al mismo tiempo que
un fino sistema de monitoreo e información oportuna y de calidad.
La concentración urbana de la población en condiciones de pobreza patrimonial es
atribuida a diversos procesos que ha experimentado el país, a partir de la acelerada
urbanización y procesos de crecimiento urbano. Ello, aunado a la inequidad de género y
ciclo de vida, con lo cual busca abrir un campo de oportunidades para que espacios y
servicios, adquiera atributos de equidad e inclusión de hombres y mujeres en sus diversas
etapas vitales.
En este sentido, es importante que Hábitat apoye el fortalecimiento de los marcos
institucionales locales y el desarrollo institucional de las áreas municipales responsables
de la gestión urbana. Particularmente en las ciudades y zonas metropolitanas que han
experimentado una intensa competencia por los usos del suelo, el equipamiento y los
servicios, a partir de la constitución de reservas urbanas de suelo en orden a satisfacer la
demanda futura de los asentamientos humanos en el medio urbano.
Ello permite concluir que Hábitat es parte de un conjunto de programas sociales que
operan bajo la lógica conceptual de la integralidad y la visión de largo plazo en que se
enmarca la política social del gobierno federal. No obstante, aunque los programas contra
la pobreza sean bien diseñados y se les asignen recursos considerables para su aplicación
en acciones definidas, nunca serán suficientes para erradicar la pobreza como tal, sobre
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todo si se tiene en cuenta la magnitud de población bajo esa condición. Los programas
contra la pobreza en una lógica de focalización son definidos como los programas con
mayor impacto, y con más alta probabilidad para una contribución efectiva en la
superación de la pobreza.
En síntesis, las definiciones legales y programáticas de la política social mexicana dan la
pauta para el ejercicio de derechos fundamentales de la población en materia de
desarrollo social y urbano. En este sentido, el mejoramiento en la calidad de los
programas gubernamentales es evidente, aunque no deja de ser necesario realizar una
revisión crítica de lo que se ha hecho con anterioridad, para mejorar lo que ha funcionado
y desechar lo inoperante. Es decir, rescatar el sentido incremental de toda política para
hacer de las experiencias anteriores elementos relevantes en la mejora continua.
En su primer año de operación, el Programa Hábitat se propuso desarrollar acciones solo
en 32 ciudades del país, una por cada entidad federativa, atendiendo al criterio de que en
el año 2000 hubieran registrado una población superior a 100 mil habitantes.
Durante 2003, la selección de ciudades para la cobertura del programa se llevó a cabo en
todo el país, sin criterios de prioridades regionales o urbanas específicas, a partir de un
método que combina la construcción de un índice en base a indicadores de pobreza,
presión demográfica, potencial de generación de riqueza, desigualdad en el ingreso
monetario de los hogares y sustentabilidad. Para el año 2004, la cobertura espacial se
organizó bajo criterios de corte regional y con un sentido estratégico, quedando
enmarcadas las acciones dentro de tres vertientes espaciales: general –dirigido a todo el
país–, ciudades fronteriza –que incluye las dos fronteras-, y centros históricos.
En 2004 aunado a los indicadores demográficos y de rezago social, se consideró el
insumo de autoridades locales y de prioridades establecidas en los programas nacionales
y estatales relevantes y, se realizó una selección de las ciudades según las vertientes
definidas en el programa.
El hecho de que Hábitat se ha organizado en tres vertientes espaciales es indicativo de la
introducción de criterios de regionalización y priorización en la asignación y ejecución de
acciones hacia la población en pobreza patrimonial.
A pesar de que existen factores de pertinencia en la organización de las vertientes
espaciales a efectos de agilizar la operación del programa Hábitat, es importante hacer
explícitos los criterios subyacentes, teniendo en cuenta objetivo, principios normativos y
población objetivo del programa. En términos de la eficiencia operativa y de la eficacia
en relación a los objetivos del programa, es deseable que este se enriquezca con otros
programas sociales que tengan como destinataria a la misma población objetivo, dado
que el programa ha identificado dicha población y los espacios de aglomeración urbana
donde se localizan. Lo cual es una ventaja para su operación, por lo cual se podrían
organizar estrategias integradas en términos de los servicios disponibles para ese grupo y
otorgarlos al menor costo de operación posible.
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El programa Hábitat formulado como instrumento de articulación de las dos dimensiones
de la política social mantiene plena congruencia con los ordenamientos legales que
sustentan esa política. De ahí que la estructura del programa se define a partir de las
prioridades manifiestas que arroja la condición de vulnerabilidad de la población objetivo
y el tipo de acciones, que resultan necesarias desplegar para atender las manifestaciones
más conspicuas de la pobreza urbana y de grupos determinados de personas con carencias
muy específicas.
En este sentido, la focalización de los receptores de los recursos destinados para la
operación del programa se realiza en varias etapas:
1. La asignación de dos terceras partes de los recursos a las ciudades se realiza
mediante el uso de los conceptos de pobreza patrimonial y de déficit en materia
de drenaje, y una tercera parte se asigna utilizando un indicador de desempeño
(igual a 1 por ser el primer año de ejecución del programa).
2. Las condiciones de elegibilidades de los barrios y zonas urbano-marginadas se
basan en “polígonos” que deben contar con al menos la mitad de hogares en
pobreza patrimonial, que presentan déficit de infraestructura, y en los que al
menos 80% de los lotes están ocupados y están localizados en un perímetro
urbano o urbanizable, y que no están ubicados en zonas de preservación
ecológica.
3. Los proyectos deberán contar con un convenio Hábitat de coordinación, tener
objetivos claros y evaluables.
4. Finalmente, las personas y hogares son focalizados mediante la situación de
pobreza patrimonial.
Así, el proceso de focalización del programa Hábitat está relacionado directamente con
los indicadores sobre pobreza y marginación urbana. Sin embargo, debido a que los
recursos financieros no son suficientes para enfrentar las necesidades de urbanización de
los estratos en pobreza patrimonial, la focalización se convierte también como un método
de priorización. La necesidad de establecer una priorización requiere de una selección de
la población sujeta a apoyos financieros, proceso que debe estar sustentado en un método
de focalización que beneficie la asignación de recursos a las poblaciones de menores
ingresos.
El programa, por su naturaleza y ámbito de competencia de la institución que lo coordina
(SEDESOL), no puede atender carencias que se identifican con la pobreza y marginación
urbana, como es el caso de la infraestructura de centros de salud y escuelas, por lo que la
coordinación con otras instituciones es importante para conformar un programa que
propicie la atracción de otras acciones sectoriales a la población focalizada.
Finalmente en lo relacionado con las acciones para mejorar la efectividad de los
programas, se requiere más claridad sobre las acciones e instrumentos para publicitar,
comunicar y discutir los programas incluidos en Hábitat.
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3.1.1
Las Fortalezas del Diseño
♦ El programa es claro en sus definiciones conceptuales, sus diagnósticos son sólidos y
sus estrategias responden a los objetivos y lineamientos de la política social
establecida en los instrumentos normativos, planes y programas en que se plasma el
consenso nacional en torno a la pobreza urbana como problema de alta prioridad para
el Estado y el gobierno mexicano.
♦ Una virtud de Hábitat es la concepción que le dio forma como instrumento articulador
de las dos dimensiones funcionales de la SEDESOL: la política social y la de
desarrollo urbano y ordenación del territorio, además de su vocación municipalista y
su enfoque territorial.
♦ La orientación de Hábitat en relación con la comunidad y la estructuración de las
Agencias de Desarrollo Hábitat es un mecanismo de fortalecimiento de esas
comunidades que reforzaría la capacidad operativa y de impacto del programa.
♦ El principio de equidad de género con que funciona Hábitat le otorga una ventaja
adicional y un punto de convergencia con el conjunto de la política social donde
prima este principio.
♦ Los principios de focalización y cobertura son elementos que permiten instrumentar
políticas más efectivas en términos del impacto sobre una población definida. Hábitat
utiliza esta estrategia para identificar su población y espacio de aplicación de
acciones.
♦ La oportunidad del programa dentro de la estrategia CONTIGO y el propósito de ser
el puente entre las dos dimensiones funcionales de la SEDESOL, le otorgan a Hábitat
una ventaja estratégica única como instrumento para llevar servicios a los grupos más
vulnerables y en condiciones de pobreza urbana bajo el principio de focalización.
3.1.2
Las Retos del Diseño
♦ Los gobiernos locales presentan limitaciones en las capacidades institucionales que
demanda la operación de un programa que se basa en una perspectiva federalista
como es Hábitat, en donde los municipios y otros agentes locales se convierten en
instancias ejecutoras de acciones. El seguimiento, control y corrección son un reto
permanente.
♦ Un riesgo potencial de lo planteado en el cuadro anterior, es la posibilidad de que los
grupos locales desvíen el propósito del programa en función de sus intereses
particulares.
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♦ El concepto de pobreza patrimonial no se ha enriquecido con otros elementos más
allá de indicadores como el acceso a los servicios de agua potable y drenaje, así como
el ingreso percápita; además no es explícita la manera de actualizar el criterio de
ingreso en el tiempo.
♦ La integralidad de Hábitat requiere fortalecerse, mediante la suma de otras acciones
que ya forman parte de la estrategia CONTIGO, pero tienen como destinatarios a la
misma población objetivo, tal como se hizo con los programas de Jefas de Familia y
Superación de la Pobreza Urbana.
3.2.
La Evaluación de la Focalización y Cobertura del Programa Hábitat
Con las acciones del Programa Hábitat se intenta coadyuvar a que la población urbana
pobre abandone su situación de falta de recursos económicos, ausencia de bienes
materiales indispensables y/o de escasez de diversos servicios personales e insuficiencia
de servicios públicos a las viviendas.
La Sedesol recurrió a un modelo de intervención que aspira al mejoramiento integral de
las personas en condiciones de pobreza, abordando como espacio de intervención el
entorno territorial (denominados polígonos) donde ellas habitan, teniéndose que adoptar
entonces algunas definiciones básicas para la hacer operable el Programa.
Conviene indicar que la adopción de esta definición implica realizar las intervenciones
sobre los residentes de estas zonas de atención prioritaria, quienes en su mayoría
enfrentan la pobreza patrimonial y como conjunto comparten las mismas condiciones de
falta de servicios, vulnerabilidad y marginación que imperan en las calles y viviendas de
las manzanas que conforman tales polígonos.
La introducción del polígono como espacio de atención no solamente es innovador, sino
que recupera el espacio en donde la pobreza urbana se expresa de manera mas clara, en el
Hábitat de dicha pobreza. Este concepto resulta fundamental no solo para la comprensión
de Hábitat sino para una adecuada interpretación del ejercicio de evaluación que
desarrollamos, en el cual este espacio es la unidad fundamental. Así, cuestiones como las
de focalización y cobertura, formalmente hablando, deben ser interpretadas en función de
estos espacios y la referencia a otras unidades como el hogar o sus residentes son
referentes importantes como espacios subordinados al de los polígonos.
Las dos modalidades cuyas acciones están dirigidas específicamente a “ampliar las
capacidades y las oportunidades de los integrantes de los hogares”, que son Superación
de la pobreza urbana y Oportunidades para las mujeres (llamado Mujeres jefas de familia
en el 2003), representaron una proporción relativamente baja y en descenso de las
inversiones de Hábitat: 14.12% en 2003 y 9.33% en 2004.
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Poco más de la mitad de los recursos se dedicó a una sola modalidad: Mejoramiento de
Barrios, esto es, acciones para ampliar, mejorar o introducir redes de infraestructura
urbana básica (agua potable, drenaje, etc.), para pavimentar calles, para construir, ampliar
o rehabilitar banquetas, guarniciones, Centros de Desarrollo Comunitario, para
equipamiento de estancias o casas de día, etc.
La adquisición de reservas territoriales para desarrollo urbano y vivienda social, que
constituyen básicamente la modalidad de Suelo, representaron el segundo rubro de
importancia en la distribución de los recursos (poco menos de 30% y 20% en 2003 y
2004 respectivamente). De hecho los subsidios a estas dos últimas modalidades
constituyen la gran mayoría de los apoyos monetarios otorgados por Hábitat: alrededor de
80% en 2003 y 75% en 2004.
Esta distribución de los recursos se orienta a reformar y mejorar el ámbito donde
desarrollan su vida los residentes de los conjuntos de manzanas intervenidos, y aunque es
una manifestación conjunta de las prioridades locales, también refleja la concepción del
Programa, que es afrontar integralmente las carencias en los polígonos, incluyendo las
acciones de las dos primeras modalidades, que están dirigidas específicamente a la
mayoritaria población en pobreza patrimonial.
El universo de áreas de atención de Hábitat, o polígonos seleccionados, ascendió a 429 en
el 2003 y a 2,032 en el 2004. Del total anotado de polígonos seleccionados, en el
ejercicio presupuestal de 2003 se atendieron 428, mientras que en el 2004 la cantidad de
polígonos que obtuvieron apoyo del programa llegó a 817.
El Programa muestra un avance innegable del 2003 al 2004, teniendo un aumento relativo
del “nivel de atención de la pobreza patrimonial” de alrededor de 183% (de 7.63% a
21.63% en hogares y personas), lo cual supera la proporción de crecimiento del
presupuesto asignado a Hábitat, que fue del 123% al pasar de 1,681 millones en 2003 a
3,753 millones en el 2004, y que da cuenta de una mayor eficiencia del Programa en 2004
que un año antes, con independencia del incremento de su presupuesto. Lo cual se aprecia
en la reducida cuantía que alcanza el promedio por persona del monto anual del apoyo
recibido por Hábitat, que en 2004 ascendió a 2018.18 pesos por persona en situación de
pobreza patrimonial, pero que disminuye en la realidad a 982.49 pesos por persona
residiendo en las manzanas de polígonos con acciones. Es decir, que aún considerando la
aportación de los gobiernos locales y no obstante sus avances, el Programa Hábitat
todavía tiene una presencia entre la población urbana en pobreza patrimonial.
Para 2003, 7.63% de los hogares pobres dentro los polígonos atendidos con respecto del
total fueron cubiertos por el Programa, en cantidades absolutas representaron poco más
de 343 mil hogares. Para el año 2004 se percibieron mejoras en la cobertura, ya que el
nivel de focalización aumentó en todos los estados, a excepción de Veracruz. Incluso 4
estados lograron cubrir a más del 50% de los hogares pobres de los polígonos
seleccionados, son los casos de: Guerrero, con 62.14% de cobertura; Chiapas, con
55.51%; Colima, con 53.53% y Campeche, con 50.13%. En suma, de 2003 a 2004 se
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aumentó la eficiencia en cobertura, aunque hay entidades en las que aún persisten altos
porcentajes de hogares no seleccionados por no estar dentro de los polígonos intervenidos
en las entidades.
Analizando el número de hogares sobre los que ya se han ejecutado acciones del
Programa Hábitat dentro de los polígonos seleccionados en las diferentes entidades
federativas, se encuentra que en el año 2003 se ejercieron acciones sobre poco más de
600 mil hogares pobres. En el año 2004 el nivel de pobreza atendida sobre hogares
intervenidos fue menor respecto del año pasado. Sin embargo, en los niveles de pobreza
atendida encontramos que la mayor parte de los estados, 27 de los 32 en los que Hábitat
realizó acciones, hubo porcentajes por encima del 50%, es decir, se logró que la mayor
parte de los hogares que fueron intervenidos en los estados correspondieran a hogares
pobres.
Estableciendo una relación comparativa entre los años 2003 y 2004, encontramos que la
eficiencia en los niveles de pobreza atendida en los polígonos por entidades disminuyó
ligeramente a nivel nacional, ya que para 2003 se habla de 56.77% de pobreza atendida
pero para 2004 ésta baja a 52.32%, sin embargo se sigue teniendo como mayor parte de
hogares intervenidos a los pobres.
La composición de la selección de los hogares pobres en los polígonos seleccionados de
las entidades, presentó para ambos ejercicios niveles de focalización inferiores al 40%
con respecto del total de hogares pobres en los polígonos, lo cual refleja las dificultades
implícitas a las formas de distribución espacial y organización territorial de la pobreza,
más que problemas inherentes al Programa.
En cuanto a los niveles de focalización los datos indican que en 24 de los 32 estados no
se incluyó en la selección a más del 50% de hogares pobres, al no estar dentro de los
polígonos seleccionados; mientras que sólo en 8 estados la selección fue eficiente pues se
contempló a la mayoría de hogares pobres en los polígonos de cada estado.
Comparando los años 2003 y 2004, se concluye que hubo mejoras de un año a otro, ya
que mientras en 2003 existía un porcentaje de hogares pobres fuera de la selección del
63.09%, para 2004 logra disminuirse brevemente a 61.04%. Y esto es más claro en las
entidades, ya que en 25 de ellas dichos porcentajes disminuyeron, mientras que en las
restantes 7 se presentó un aumento, asimismo en 2003 había 26 estados en los que la
focalización de la selección no rebasaba el 50%, pero para 2004 esto ocurre en 24
estados.
Si bien el programa Hábitat para 2003 logró la cobertura del 7.63% de estas personas
pobres ubicadas en polígonos seleccionados en las entidades federativas, es decir que se
dejó sin atención al 92.37%, ya que se encontraban fuera de los polígonos a los que se les
dio atención del Programa; para el año 2004, Hábitat logró la cobertura del 21.63% que
se encontraban en los polígonos seleccionados, mientras que hubo 78.37% de personas
sin atención por parte del Programa ya que no se ubicaban dentro de los polígonos
atendidos.
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En 2003 del 100% de hogares intervenidos en los polígonos, 56.85% eran hogares
pobres, y 43.15% restante eran no pobres. Con ello se han logrado cubrir zonas de
atención prioritarias, que son aquellas manzanas o polígonos en los cuales al menos 50%
de hogares ubicados en su interior estén en situación de pobreza patrimonial.
Respecto a 2004, el número de hogares pobres atendidos dentro de los polígonos
seleccionados tuvo incrementos, sin embargo lo mismo ocurrió con los hogares no
pobres, e incluso el porcentaje de hogares no pobres intervenidos es mayor que el
registrado en 2003. Con lo cual se aprecia una disminución en el nivel de pobreza
atendida que pasó de 56.85% en 2003 a 52.32% en 2004.
Pero esto se debe más a una situación de heterogeneidad en la distribución de hogares
pobres y no pobres dentro de un mismo polígono. Por tanto, en 2004 hallamos menores
porcentajes de hogares pobres no seleccionados en los polígonos, lo cual es un indicio de
que se está buscando incluir en la selección a un número cada vez mayor de hogares, de
tal manera que aumenten también aquellos hogares que sean intervenidos con las
acciones del Programa.
En resumen, de 2003 a 2004 destaca el aumento de personas pobres atendidas dentro de
los polígonos seleccionados por el Programa, sobre todo en los de las localidades más
pequeñas en las que había rezago en términos de cobertura, aunque los porcentajes de
focalización aún se encuentran por debajo del 50% por tamaño de localidad, lo que
implica importantes cantidades de polígonos con personas pobres sin atención.
Es decir, que de 2003 a 2004 aunque los niveles de pobreza atendida tuvieron ligeros
descensos, se siguió cubriendo a polígonos con mayoría de personas no pobres en su
interior, lo que pone de manifiesto la necesidad de trabajar aun más en tratar de hacer una
selección más eficiente que pueda abarcar a las personas mas necesitadas, en este caso los
pobres.
Por otro lado, en el 2003 el gasto percápita para los 418 polígonos, incluidos en la
evaluación, fue de 396.48 pesos, mientras que para los 808 polígonos en el 2004 fue de
491.19 pesos. A manera de reflexión, se puede ver que en el 2003 y en el 2004, el gasto
percápita por bloque de polígono con muy alta marginación es mucho menor al gasto
percápita que se invierte en los polígonos que tienen baja. Esto a su vez, permite
reflexionar en torno a la prioridad que deban tener las zonas más marginadas, y que en
éste caso, tienen que ser las que presentan muy alta marginación.
Lo anterior, nos permite ver que a medida que aumenta el número de polígonos
clasificados por grado de marginación, incrementa el porcentaje de gasto que se ejerce en
ellos mismos, ello da muestra de que se siguió la misma lógica de distribución del año
anterior, beneficiándose más a los más marginados. Ya que al comparar 2003 con 2004,
se percibe que sigue habiendo una prioridad de gasto ejercido en los polígonos que tienen
marginación muy alta. En este sentido, la eficiencia de los instrumentos de focalización
determinados por el programa, se observó una importante concentración de recursos
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dispuestos sobre los polígonos de atención localizados en espacios urbanos calificados
con grado alto y muy alto de marginación; dicho de otro modo, poco más de nueve de
cada diez pesos fueron invertidos dentro de dichas zonas, proporcionando una adecuada
orientación de los recursos.
3.2.1
Fortalezas de la Focalización y Cobertura del Programa Hábitat
♦ La evaluación de los dos primeros años de operación del Programa Hábitat muestran
la importancia que ha asumido éste, sobre todo en el incremento de polígonos
intervenidos de un año a otro, como del aumento presupuestal que ha registrado,
significando una considerable ampliación de la cobertura del Programa debido a la
distribución de los recursos sobre las localidades con espacios de concentración de
pobreza urbana.
♦ En términos generales, se ha observado como la magnitud del fenómeno es
notoriamente mayor que los recursos invertidos, logrando para el año 2004 acercarse
a ofrecer alguna intervención a sólo una persona de cada cinco en zonas urbanas en
condiciones de pobreza patrimonial; no obstante, el Programa muestra avances muy
importantes del 2003 al 2004, presentándose un aumento relativo del nivel de
atención de la pobreza patrimonial, dando cuenta de una mayor eficiencia de éste en
el 2004, independientemente del aumento del presupuesto.
♦ Del mismo modo, con relación a la eficiencia de los instrumentos de focalización
determinados por el programa, se observó una importante concentración de recursos
dispuestos sobre los polígonos de atención localizados en espacios urbanos
calificados con grado alto y muy alto de marginación; dicho de otro modo,
aproximadamente nueve de cada diez pesos fueron invertidos dentro de dichas zonas,
proporcionando una adecuada orientación de los recursos.
♦ Para el año 2004 se presentó una distribución de los recursos, canalizados a los
polígonos, diferente a la efectuada en el 2003, en donde dicha distribución solamente
tuvo incremento en los polígonos con marginación muy alta. En los demás grados de
marginación hubo disminución, sin embargo, tal disminución se ve compensada en
cierta parte con el incremento de polígonos intervenidos por tipo de marginación que
se presentó de 2003 a 2004.
♦ El Programa muestra un avance innegable del 2003 con respecto al 2004, teniendo un
aumento relativo del nivel de atención de la pobreza patrimonial del alrededor del
183% (7.63% a 21.63% en hogares).
♦ El crecimiento del nivel de atención del Programa en los dos últimos ejercicios
superó la proporción del crecimiento del presupuesto asignado a Hábitat que fue del
123%, al pasar de 1,681 millones en 2003 a 3,753 millones en el 2004, dando cuenta
de una mayor eficiencia del programa en 2004 que un año antes.
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♦ La cobertura a escala de ciudades señala notoriamente un avance del Programa dentro
del periodo analizado, es decir, para el 2003 se abarcaron 60 de 352 ciudades
seleccionadas (17.05%), lo cual fue superado en el 2004 con una cobertura del
49.29% en ciudades, 173 atendidas de 351 posibles.
♦ Respecto a la cobertura a escala de polígonos refleja de igual manera un avance, es
decir, para el 2003 se intervinieron 428 de 429 polígonos posibles, representando
99.77% de cobertura, mientras que el año 2004 se intervinieron 817 de 2,032
polígonos, representando 40.21%; si bien la cobertura es mucho menor en el año
2004, es importante destacar que se intervinieron mucho más polígonos en el 2004
que el año anterior.
♦ Los mecanismos utilizados en la identificación de la población en condición de
pobreza patrimonial se constituyen en una de las principales fortalezas del Programa,
de acuerdo a los propios objetivos planteados por Hábitat.
3.2.2
Retos de la Focalización y Cobertura del Programa Hábitat
♦ Uno de los grandes retos observados en la cobertura y focalización del programa, lo
constituye la fuente de información por medio de la cual se crean los mecanismos de
identificación de las áreas de intervención del Programa, basados sobretodo en el
Censo de Población del 2000.
♦ Si bien la utilización de la base censal nos garantiza trabajar un indicador de pobreza
patrimonial, éste pierde vigencia con el paso del tiempo, afectando la precisión, dado
el desfase del tiempo en que se levantó con respecto al la entrada de operación del
Programa.
♦ Sería bueno una mayor participación de la comunidad y de diferentes autoridades
locales con la finalidad de proponer aquellas zonas que no se contemplan dentro del
universo establecido, y las cuales necesitan un mayor apoyo por parte del gobierno.
♦ Por otro lado, si bien se han logrado resultados importantes en cuanto a cobertura en
las diferentes instancias, todavía es necesario trabajar en tratar de cubrir la mayor
parte de la población que verdaderamente necesita la ayuda.
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