Fonología, fonética y fonémica

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Fonología, fonética y fonémica.
Acústica
El aire, a impulsos de un cuerpo que vibra, adquiere movimiento ondulatorio que se propaga en todas
direcciones en forma de esferas condensadas y dilatadas , de igual manera que la superficie de un estanque se
riza en ondas concéntricas alrededor del punto en que se ha producido un choque.
Las vibraciones rápidas o lentas tienen un periodo más corto o más largo, respectivamente. El número de
vibraciones por segundo es la frecuencia del movimiento ondulatorio, y de ella depende el tono del sonido. A
mayor número de vibraciones por segundo corresponde un sonido más agudo; si el número es menor, el
sonido será más grave. La medición de la duración de los sonidos y de las sílabas se le llama cantidad. Desde
la antigüedad se mide con las denominaciones aproximadas de largas y breves, entendiendo que una vocal, o
sílaba, breve venía a durar la mitad de una larga.
La cualidad del sonido que nos hace distinguir las notas de un cualquier instrumento o hasta de la misma voz
humana, suponiendo que todos produjesen la misma intensidad y el mismo tono, se llama timbre. Depende de
que las vibraciones de un cuerpo sonoro que se producen con un tono determinado van de ordinario
acompañados de otras vibraciones secundarias llamadas hipertonos o armónicos, que se suman al tono
fundamental. Así se origina un movimiento vibratorio complejo, que comunica al sonido su timbre particular.
La distinción entre sonidos y ruidos se basa en la impresión que producen en nuestro oído, y por lo tanto no
puede trazarse una línea divisoria fija entre unos y otros. En los sonidos el movimiento ondulatorio es
periódico, mientras que en los ruidos es irregular, o por lo menos el oído no capta fácilmente su periodicidad.
Las cualidades físicas que el lingüista debe considerar son: intensidad, tono, cantidad y timbre.
La intensidad guarda relación con la amplitud de la onda sonora. Entre dos sonidos de igual amplitud es más
fuerte el más agudo y más débil el más grave. Esto significa que la intensidad física depende de la energía
total del movimiento vibratorio, y que ésta varía también con la frecuencia.
La duración relativa de los sonidos se mide en música por el número de notas que entran en un compás. Su
duración absoluta depende del movimiento o tempo con que la composición musical se ejecuta. De igual
manera importa en el lenguaje la cantidad relativa de sonidos y de sus agrupaciones, es decir, la oposición que
pueda producirse entre unas duraciones y otras: contrastes en la cantidad silábica; contrastes en la extensión
menor o mayor de los grupos fónicos y de las pausas.
Entonación
El tono o altura musical de un sonido depende de su frecuencia, es decir, el número de vibraciones por
segundo. En la voz humana la frecuencia vibratoria de las cuerdas vocales está determinada por su longitud y
por su extensión. Cuanto más largas sean las cuerdas vocales, más grave es el registro de voz, si son cortas, el
registro de voz es agudo. Por esto la voz del hombre es más grave que la de la mujer.
Dentro del registro individual de voz, las cuerdas vocales se tienden y se distienden para cada sonido a causa
de las contracciones y relajaciones de los músculos insertos en los cartílagos laríngeos. A mayor tensión
corresponden notas más agudas.
Entre la multitud de tonos posibles, nuestra arte musical ha establecido unas notas cuya frecuencia vibratoria
guarda de unas a otras una relación fija: el Do2 tiene doble número de vibraciones que el Do1; el Do3 doble
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del Do2; el Do4 doble del Do3 etc... Las notas intermedias de cada escala conservan igual proporción con las
del mismo nombre de la escala siguiente, es decir, con su octava y el número de vibraciones crece de unas
octavas a otras en progresión geométrica.
Las notas musicales son discontinuas, cada una se mantiene igual a sí misma en toda su duración, en tanto que
en el lenguaje se producen elevaciones y descensos de tono dentro de cada sonido, de manera que los sonidos
y sílabas contiguos pueden enlazarse en continuidad tonal.
En el lenguaje llamamos tono a la altura musical de cada sonido. Entonación es la curva melódica que la voz
describe al pronunciar las palabras, frases y oraciones. Los movimientos de la voz en el lenguaje son mucho
más restringidos que en la música. La zona comprendida entre los sonidos lingüísticos más agudos y los más
graves se llama campo de entonación. Su extensión puede variar según las condiciones individuales, estados
afectivos y énfasis de la dicción.
Articulatoria.
La corriente de aire que sale por la glotis sufre diversas modificaciones en la faringe, las fosas nasales y la
boca, en virtud de contactos o estrechamientos que se producen en determinados puntos de su trayectoria.
Tales modificaciones son características de cada fonema, dentro del sistema fonológico de una comunidad
lingüística, y reciben generalmente el nombre de articulación.
Cuando el aire que sale por la faringe encuentra el velo del paladar levantado, de manera que toque a la carea
posterior de la faringe la salida se produce por la boca, y el sonido resultante es bucal. Si el velo del paladar
está caído deja una abertura por la cual se dirige el aire a las fosas nasales y sale por las ventanas de la nariz;
en este caso el sonido es nasal. Puede haber salida de aire también por ambos conductos según la posición del
velo del paladar, con lo cual se producen diversos grados de nasalidad.
El lugar en donde se produce contacto o estrechamiento necesario para articular un sonido se llama punto de
articulación. Intervienen en la articulación órganos fijos o pasivos (dientes, alvéolos, paladar) y órganos
móviles o activos (maxilar inferior, labios, lengua, velo del paladar). Cuando la articulación se forma con dos
órganos movibles, uno de ellos es activo y el otro pasivo. Por ejemplo, al pronunciar las consonantes
bilabiales (p, b, m) el labio superior es principalmente pasivo y el inferior activo; en las velares (k,g,n,x), el
postdorso de la lengua se acerca como órgano activo al velo del paladar.
Según su punto de articulación, los sonidos se clasifican del modo siguiente:
Bilabiales: p, b, m, b.
Labiodentales: f, v, m.
Interdentales: O, z, d, n, l, t,
Dentales: t, d, n, l, s, z.
Alveolares: s, z, n, l, r, r, .
Palatales: l, n, s, y, y, j, i, i, i, e, e.
Velares: k, g, g, n, x.
Bilabiovelares: w, u, u, u, o, o, a.
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Uvulares: n, g, x.
Modo de Articulación
Para determinar y describir la naturaleza de un sonido cualquiera no basta con saber donde se articula, sino
que hay que tener también en cuenta como se produce su articulación. Desde este punto de vista se establece
la clasificación que sigue:
Oclusivas: Son las articulaciones en que los órganos establecen un contacto que interrumpe
momentáneamente la salida del aire espirado: p, t, k, b, d, g.
Fricativas: El contacto de los órganos es incompleto; se produce entre ellos una estrechez mayor o menor, por
lo cuál pasa el aire rozando sin interrumpir su salida: b, f, , z, d, l, l, s, s, z, , l, l, y, x, g. Se las llama también
espirantes , constrictivas o continuas.
Africadas: Están formadas por una oclusión momentánea que se resuelve gradualmente en una fricación. Se
distinguen de las consonantes compuestas en que el paso del contacto oclusivo a la estrechez fricativa no es
brusco, sino gradual, y en que los órganos que producen a ambos son los mismos: s, y. La griega, por
ejemplo es una consonante compuesta (ps) y no africada, porque la oclusión es bilabial y la fracción
dentoalveolar.
Vibrantes: En estas articulaciones la lengua realiza uno o varios movimientos rápidos que interrumpen
alternativamente la salida del aire: r, r, y ciertas variedades enfáticas de la x española (j ortográfica).
Vocales: Se caracterizan porque los órganos forman una abertura mayor o menor, pero siempre suficiente para
que el aire pase sin obstáculo. La cavidad bucal forma entonces una caja de resonancia que comunica a cada
vocal su timbre característico.
Tiempos de la articulación
Se distinguen tres tiempos o momentos en la pronunciación de todo sonido articulado: intensión, tensión y
distensión. Los órganos realizan primero los movimientos necesarios para adquirir la posición característica
del sonido (intensión); la mantienen durante más o menos tiempo (tensión), y finalmente deshacen la posición
adquirida (distensión). Cuando se trata de consonantes oclusivas es frecuente llamar a estos tres tiempos
implosión, oclusión y explosión, respectivamente. Estas denominaciones propias de las oclusivas se aplican
con frecuencia a toda clase de sonidos. Así, al hablar de la sílaba se alude a la posición explosiva o implosiva
de fonemas de cualquier modo de articulación. La tensión es el momento más característico del sonido.
Durante la intensión y la distensión se realizan sus enlaces con los sonidos contiguos en la palabra y en la
frase.
En el habla real es poco frecuente que los sonidos desarrollen por entero estos tres tiempos articulatorios. Lo
normal es que, dentro de la sílaba, supriman, abrevien, alarguen o modifiquen alguno de ellos, de tal manera
que las denominaciones de implosión y explosión se aplican hoy especialmente a la sílaba y van
abandonándose en lo que se refiere a los sonidos singulares.
Fonemas.
Una cosa es el sonido que en cada caso pronunciamos y otra el fonema, especie o tipo ideal a que aspiramos.
La entidad de los fonemas es abstracta; los sonidos son sus realizaciones concretas del habla.
Los fonemas son unidades fonológicas diferenciadoras, invisibles y abstractas. Diferenciadoras porque cada
fonema se delimita dentro del sistema por las cualidades que lo distinguen de los demás y porque es portador
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de una intención significativa diferencial. Son indivisibles porque no pueden descomponerse en unidades
menores, como ocurre con la sílaba o el grupo fónico. Son abstractas, puesto que no son sonidos, sino
modelos o tipos ideales de sonidos.
La fonología se encarga de los fonemas mientras la fonética de los sonidos
Los fonemas no son signos por sí mismos, sino fragmentos o componentes de signos, es decir, de palabras.
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