INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA LA LEY DEL IMPUESTO A LOS DEPÓSITOS EN EFECTIVO, A CARGO DEL SEN. ROGELIO HUMBERTO RUEDA SÁNCHEZ, INTEGRANTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRI. El suscrito, ROGELIO HUMBERTO RUEDA SÁNCHEZ, Senador de la LXI Legislatura del H. Congreso de la Unión, ejerciendo la facultad consagrada en el artículo 71, fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por los artículos 164 y 169 del Reglamento del Senado de la República, someto a la consideración de esta H. Asamblea la siguiente Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforma la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, con base en la siguiente: EXPOSICIÓN DE MOTIVOS Originalmente, el objeto de la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, según la Minuta de la Cámara de Diputados, en su calidad de Cámara de Origen, era establecer un impuesto con un fin extrafiscal y de control, complementario por cierto al del impuesto sobre la renta. De tal suerte que, para la aprobación de la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, por parte del Congreso de la Unión, se partió de la premisa fundamental que, el impuesto que ella contenía era de control, pues, por una parte, al ser acreditable o compensable, obligaría a los contribuyentes a declarar correctamente sus ingresos y sus deducciones; mientras que, por la otra, permitiría identificar a aquellas personas que deberían contribuir al gasto público, toda vez que al encontrarse en la economía informal no lo hacían, por lo que al momento de interrelacionarse con otras personas, o con el propio sistema financiero, habrían de absorber los costos del traslado de este impuesto sin poder acreditarlo ni compensarlo. Sin embargo, tal parece que en los hechos este impuesto está más orientado a una finalidad recaudatoria que de control; con lo cual, la argumentación legislativa que motivó la necesidad de expedir una ley encargada de regular el impuesto a los depósitos en efectivo en nuestro país, ha sido clara y manifiestamente tergiversada por las autoridades hacendarias, ocasionando consecuencias negativas para la débil economía nacional. A lo anteriormente expuesto, cabe agregar que, pese a la estrategia de incrementar la proporción del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, la recaudación por este impuesto disminuyó en un 30.1% en el acumulado de enero a agosto de este año, en comparación con el mismo lapso de 2009, al pasar de 16 mil 956.1 millones de pesos en 2009 a 12 mil 351 millones en este año (contando las acreditaciones la diferencia sería un poco mayor incluso). Ello a pesar de que en este ejercicio fiscal este Impuesto se cobra a partir de los 15 mil pesos en efectivo por depósito, mientras que el año pasado era a partir de 25 mil, aunado a que la proporción de dicho gravamen pasó de 2% en 2009 a 3% en este 2010. Tampoco podría argumentarse que esta situación es generalizada a toda la recaudación federal ya que tratándose del IVA en similares periodos de comparación sus ingresos ascendieron en 9.0% y en el caso del ISR en 19.5%. Es de observar que en el caso de estos gravámenes, al igual que en el IDE, las tasas aumentaron, pero su recaudación, a diferencia del último impuesto, subió en vez de decrementarse. En este orden de consideraciones, conscientes de la gran responsabilidad que tenemos los legisladores federales, de cara a la profunda crisis económica por la que atraviesa nuestro país, consideramos oportuno y conveniente someter a la consideración de esta Soberanía un Proyecto de Decreto por el que se reforma la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, a efecto de que el cálculo que se deberá aplicar, tratándose de importes totales de depósitos en efectivo gravados por dicha Ley, sea del 2%. Asimismo, se propone recuperar el monto acumulado o umbral sobre el cual no aplica el impuesto de referencia. Esto supone regresar al monto de $25,000.00 tal como estaba planteado antes de la 1 reforma que sufriera la ley de este impuesto el pasado año de 2009, publicada en el Diario Oficial del 7 de diciembre del mismo. Lo anterior tiene la finalidad de regresar las condiciones de aplicación del IDE tal como estaban antes de la última reforma. Tal como se señaló con anterioridad, este impuesto fue diseñado con fines de control y no recaudatorios. Al haberse avanzado con las características de origen en los objetivos de control, tal como lo han señalado en diversas ocasiones las mismas autoridades hacendarias, al tiempo de estar observando resultados deficientes en términos recaudatorios, se estima como necesario regresar a las circunstancias originales del tributo en cuestión. Lo anterior sin mencionar que en circunstancias como las actuales, en las que el ingreso disponible familiar así como la situación de numerosas empresas se encuentran sumamente presionados, se considera de la mayor pertinencia racionalizar la aplicación de este impuesto. De aprobarse nuestra propuesta, estaremos contribuyendo a generar más y mejores condiciones para la bancarización del sistema financiero mexicano, a la vez que se estará cumpliendo plenamente el espíritu que anida al interior de dicho ordenamiento legal, así como su finalidad última; es decir, la de control y no, en cambio, la simple recaudación por parte del Estado. Asimismo, es de esperar que la recaudación lejos de caerse se incremente dada la evidente elasticidad negativa del impuesto frente a incrementos en sus tasas. En este sentido, cabe aclarar que, ciertamente, el mecanismo tributario tiene como finalidad que el Estado cuente con recursos suficientes para poder cumplir con sus funciones de gobierno y, en consecuencia, poder realizar las prestaciones sociales que la población requiere, tal y como lo ha expresado nuestro máximo Tribunal dl país [1], pero también es cierto que, conforme a la letra y espíritu de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el Estado no tiene el propósito recaudatorio para beneficiarse a sí mismo, sino para cumplir con las directrices que ella misma le marca sobre el desarrollo social y nacional. De ahí, pues, que podamos colegir que corresponde al Estado, y en particular a esta Soberanía, a través de la función legislativa, armonizar la dialéctica entre las políticas recaudatorias y la rectoría del desarrollo nacional a efecto de lograr el bienestar social. Finalmente, huelga recordar que, que si bien es cierto que el propósito fundamental de las contribuciones es el recaudatorio para sufragar el gasto público de la Federación, Estados y Municipios, tal y como lo ha establecido la Suprema Corte de Justicia de la Nación, también lo es que puede agregarse otro de similar naturaleza, relativo a que aquéllas pueden servir como instrumentos eficaces de política financiera, económica y social que el Estado tenga interés en impulsar, es decir, con fines extrafiscales, - como lo es el caso concreto del Impuesto a los Depósitos en Efectivo-, por lo que ineludiblemente será el órgano legislativo el que justifique expresamente, en la exposición de motivos o en los dictámenes o en la misma ley, los mencionados fines extrafiscales que persiguen las contribuciones con su imposición [2]; y, en el caso concreto que aquí nos ocupa, se trata de un mecanismo extra-fiscal que tiene como finalidad principal controlar el flujo de efectivo en el sistema financiero mexicano, y no simple y llanamente la captación de más recursos por parte del pueblo de México. De conformidad con lo anteriormente expuesto, se propone la discusión y en su caso, aprobación del siguiente: PROYECTO DE DECRETO ÚNICO.- Se reforman la fracción III del artículo 2º, el párrafo primero del artículo 3º, y los párrafos tercero y cuarto de la fracción I del artículo 4º, todos de la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, para quedar como siguen: Artículo 2.- No estarán obligadas al pago del impuesto a los depósitos en efectivo: 2 III. Las personas físicas y morales, por los depósitos en efectivo que se realicen en sus cuentas, hasta por un monto acumulado de $25,000.00, en cada mes del ejercicio fiscal, … Artículo 3.- El impuesto a los depósitos en efectivo se calculará aplicando la tasa del 2% al importe total de los depósitos gravados por esta Ley. … Artículo 4.- Las instituciones del sistema financiero tendrán las siguientes obligaciones: I. … . Tratándose de depósitos a plazo cuyo monto individual exceda de $25,000.00, el impuesto a los depósitos en efectivo se recaudará al momento en el que se realicen tales depósitos. Cuando una persona realice varios depósitos a plazo en una misma institución del sistema financiero, cuyo monto acumulado exceda de $25,000.00 en un mes, dicha institución … TRANSITORIO ÚNICO.- El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. A t e n t a m e n t e, SEN. ROGELIO HUMBERTO RUEDA SÁNCHEZ Dado en el Salón de Sesiones del Senado de la República, a 12 de octubre de 2010. 3