Celebración Penitencial Rito de Ingreso Monición Ambiental Canto de Entrada: Hacia ti Morada Santa. Entrada solemne del Presidente con capa pluvial (Morada o Blanca), y los presbíteros con Alba, cíngulo y estola (morada o blanca): Saludo del Presidente: R. P. No. 106 La gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, nuestro Salvador, esté con vosotros. R/ y con tu Espíritu. Invocación al Espíritu Santo cantada: (ad libitum) Oremos. R. P. No. 116 Padre de toda misericordia y Dios de todo consuelo, que no te complaces en la muerte del pecador sino en que se convierta, auxilia a tu pueblo para que vuelva a Ti y viva. Ayúdanos a escuchar tu palabra, confesar nuestros pecados y darte gracias por el perdón que nos otorgas. Haz que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas en Cristo, Tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Todos: I R/ Amén. Liturgia de la Palabra Pueden ser estas u otras, si hubiese solamente una lectura, conviene que se tome del evangelio. Monición a la primera lectura. Primera lectura: Gn. 3, 1 – 22 Paso al canto: Salmo 50, Misericordia Mía. Monición a la segunda lectura. Segunda lectura: Nm. 21, 4 - 9 Paso al canto: La marcha es dura. Monición a la tercera lectura. Tercera lectura: Hch. 13, 13 – 16. 26 - 39 Paso al canto: Resucitó o Cristo Jesús es el Señor. Monición al Evangelio. Evangelio: Jn. 3, 1 – 21 Ecos de la palabra. Homilía del Presidente. Ex h o r t a c i ó n (2Co. 5, 17 – 6, 2) Puesto en pie el Presidente y la Asamblea, el Presidente o el catequista hace la siguiente exhortación (con las manos juntas): Hermanos, el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. II Porque en Cristo está Dios reconciliando al mundo consigo; no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡Reconciliaos con Dios! a quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en Él. Y como cooperadores suyos que somos, os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Pues dice Él: en el tiempo favorable te escuché, en el Día de salvación te ayudé. Mirad ahora, el momento favorable; Mirad ahora, el día de salvación. Li t u r g i a de Re c o n c i l i a c i ó n Yo confieso (de rodillas) R. P. No. 131 Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros, hermanos, III la que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor. El Presidente de pie con las manos extendidas en forma Epicléctica sobre la asamblea dice: Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados, y nos lleve a la vida eterna. Todos: R/ Amén. (Se levanta la asamblea) Oración Litánica Se hace en pie, la hace el Presidente. Bendito seas Tú Señor, Padre Nuestro, Dios Santo, Rey Eterno, que por tu gran bondad e infinita misericordia has mostrado tu amor hacia nosotros en el cuerpo de tu Hijo Jesús crucificado por nuestros pecados. Yo, indigno siervo tuyo, llamado a presidir hoy esta asamblea, te pido perdón IV y me apoyo en tu longanimidad, conociendo que tu mismo ser que has mostrado en tu Hijo, es de tener compasión de tu creatura, de modo particular cuando recurre a Ti, y, en vez de esconder su culpa, la confiesa con sincero arrepentimiento porque así está escrito: “Quien esconde sus propios pecados no prosperará, mas quien los confiesa y los abandona alcanzará misericordia.” Bendito seas Tú que has manifestado tu amor cancelando nuestro pecado en la cruz de tu Hijo. Bendito seas Tú que lo has resucitado para nuestra justificación. Por eso nosotros nos confesamos hoy pecadores delante de Ti y de tu Iglesia. Es cierto que hemos sido insolentes, aduladores, violentos, que hemos sido impuros por las bajas pasiones, hemos engañado, mentido, hemos sido murmuradores, rebeldes, hemos violado tus ordenes, despreciado tus mandatos, te hemos ofendido. Hemos sido inicuos, opresores, estamos obstinados por el mal, somos culpables. ¡Ten misericordia de nosotros! V R/ Ten misericordia de nosotros. Es verdad que tantas veces aquello que para Ti es importante nosotros lo hemos juzgado “No Grave”. Señor, Tu que eres rico en clemencia, tardo a la cólera, que perdonas las culpas, en el nombre de tu Hijo Jesucristo acoge nuestra oración y nuestro canto y da a nuestro corazón la conversión, la penitencia y la vuelta a Ti. Por Jesucristo nuestro Señor. R/ Amén. Ahora con las mismas palabras que Jesús nos enseñó, invoquemos a nuestro Padre para que perdone nuestros pecados: PADRE NUESTRO... El Presidente concluye: Oh Dios, que has dispuesto los auxilios que necesita nuestra debilidad: concédenos recibir con alegría y mantener con una vida santa los frutos de Tu perdón. Por Jesucristo Nuestro Señor. R/ Amén. Confesión y absolución individual. VI Acción de Gracias: Anáfora Penitencial R. P. No. 137 P/ A/ El Señor esté con vosotros P/ A/ Levantemos el corazón. P/ A/ Y con tu espíritu Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor nuestro Dios. Es justo y necesario. Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, siempre y en todo lugar, a Ti, Dios Padre, omnipotente y misericordioso. Que admirablemente has creado al hombre, y más admirablemente has hecho en Él una nueva creación. Tú, no abandonas al pecador, sino que lo llamas con la fuerza de tu amor tu has enviado a tu Hijo, para destruir el pecado y la muerte, y en su resurrección, nos has devuelto la vida y la alegría. Tú has derramado el Espíritu Santo en nuestros corazones para hacernos herederos e hijos tuyos. VII Tú, nos renuevas por la fuerza del evangelio y de los sacramentos. Tú, nos libras de la esclavitud el pecado y nos transformas día a día en la imagen de tu Hijo. R/ Tú nos librarás de la esclavitud Por eso alabamos y bendecimos tu nombre y te damos gracia por las maravillas de tu misericordia, y con la asamblea de los ángeles y de los santos cantamos, cantamos, el himno de tu gloria. R/ Santo, Santo, santo… Cuando esta acción de gracias no se canta se termina con lo siguiente: Y cantamos para Ti un cántico nuevo. A Ti gloria por Cristo en el Espíritu Santo, ahora y siempre por los siglos de los siglos. R/ Amén, Amén, Amén… VIII Rito de la Paz Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles mi paz os dejo, mi paz os doy, no mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia y conforme a tu palabra concédenos la paz y la unidad. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/ Amén. La paz de Jesucristo resucitado sea con todos vosotros R/ Y con tu Espíritu Daos fraternalmente la paz. Canto de Paz: Evenu Shalom Alehem. Oración Final Oremos. R. P. No. 137 Padre Santo, tú nos has renovado a imagen de tu Hijo; concédenos tu misericordia, para que seamos testigos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo nuestro Señor. R/ Amén. IX Ri t o De Concl usión El Presidente con las manos extendidas en la forma de saludo dice: El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu Espíritu Ahora las manos las extiende en forma Epicléctica sobre la asamblea. Que os bendiga Dios Padre omnipotente y os acompañe siempre su misericordia. R/ Amén. Que os bendiga nuestro Señor Jesucristo y os acompañe siempre su amor y su alegría. R/ Amén. Que os bendiga el Espíritu Santo y Él os consuele en todos vuestros sufrimientos. R/ Amén. Y la bendición de Dios Todopoderoso Padre, Hijo, y Espíritu Santo descienda sobre vosotros. R/ Amén. El Señor ha perdonado vuestros pecados, podéis ir en paz. R/ Demos gracias a Dios Canto Final X