Concepto 2009011257-001 del 18 de marzo de 2009. RIESGO OPERATIVO,

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RIESGO OPERATIVO, RECOLECCIÓN DE
SUPERVISIÓN DE BASILEA
Concepto 2009011257-001 del 18 de marzo de 2009.
DATOS,
COMITÉ
DE
Síntesis: Riesgo operativo y recolección de datos. La Superintendencia Financiera no ha
impartido criterio alguno en cuanto a la recolección de datos de riesgo operativo, distinta
a la relacionada con registro de eventos previsto en el numeral 3.2.5 del Capítulo XXIII de
la Circular Básica Contable y Financiera. Sobre la recolección de datos, nos remitimos al
documento “Convergencia Internacional de medidas y normas de capital” del Comité de
Supervisión Bancaria de Basilea, el cual expresa que las estimaciones del riesgo operativo
generadas internamente en el banco y utilizadas a efectos de capital regulador deberán
basarse en un periodo mínimo de cinco años de observación de datos internos de pérdida.
«(…) pregunta, cuántos años se recomienda recolectar datos para riesgo operativo y dónde
está consignada esta información.
En primer lugar, es preciso indicar que de conformidad con lo previsto por el artículo 25
del Código Contencioso Administrativo este tipo de consultas “tiene por objeto obtener un
parecer, un dictamen o una opinión sobre determinada temática por parte de las autoridades
competentes. Se trata sin lugar a dudas de una labor eminentemente pedagógica a cargo de
las entidades públicas, la cual busca ilustrar a los particulares sobre temas propios de su
competencia, sin que la respuesta que se emita obligue o sea de imperativo cumplimiento
para sus destinatarios” 1”.
(…)
Con esta premisa, a propósito de su consulta, comoquiera que la inquietud que plantea
obedece a un trabajo de investigación que debe ser adelantado por el interesado, y
amparados en la previsión contenida en el artículo 25 del Código Contencioso
Administrativo, comedidamente nos permitimos, a título meramente informativo, efectuar
los siguientes comentarios:
En primer lugar, es preciso indicar que la Superintendencia Financiera no ha impartido
criterio alguno en cuanto a la recolección de datos de riesgo operativo, distinta a la
relacionada con registro de eventos previsto en el numeral 3.2.5 del Capítulo XXIII de la
Circular Básica Contable y Financiera. Ahora bien, como quiera (que) dicha recolección
está en función del requerimiento de capital por riesgo operativo, de acuerdo con Basilea II,
se presentan tres (3) métodos para calcular dicho requerimiento por riesgo operativo. “En
orden creciente de sofisticación y sensibilidad al riesgo, estos métodos son: (i) el Método
1
Superintendencia Bancaria, concepto 1999029601 del 15 de octubre de 1999.
del Indicador Básico; (ii) el Método Estándar y (iii) los Métodos de Medición Avanzada
(AMA)”.
Complementariamente, en punto al tema de recolección de datos, nos remitimos al
documento “Convergencia Internacional de medidas y normas de capital”2, producido por
el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, el cual expresa sobre el particular, lo
siguiente: “672. Las estimaciones del riesgo operativo generadas internamente en el banco
y utilizadas a efectos de capital regulador deberán basarse en un periodo mínimo de cinco
años de observación de datos internos de pérdida, ya se empleen directamente para
estimar la pérdida o para validar dicha estimación. Cuando el banco desee utilizar por vez
primera los AMA, se aceptará un periodo histórico de observación de datos de tres años”.
Para información complementaria puede dirigirse a:
Banco de Pagos Internacionales
Press & Communications
CH-4002 Basilea (Suiza)
E-mail: publications@bis.org
Fax: +41 61 280 9100 y +41 61 280 8100
En estos términos dejamos atendida su solicitud, con el alcance previsto en el citado
artículo 25 del Código Contencioso Administrativo3.
(…).»
2
3
El documento puede ser consultado por Internet, a través de los buscadores reconocidos.
De conformidad con lo previsto por el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo este tipo de consultas “tiene
por objeto obtener un parecer, un dictamen o una opinión sobre determinada temática por parte de las autoridades
competentes. Se trata sin lugar a dudas de una labor eminentemente pedagógica a cargo de las entidades públicas, la cual
busca ilustrar los particulares sobre temas propios de su competencia, sin que la respuesta que se emita obligue o sea de
imperativo cumplimiento para sus destinatarios” (Concepto 1999029601 del 15 de octubre de 1999).
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