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Editorial
Diciembre, 2013 1
El siglo XXI es testigo de una creciente disputa entre grandes potencias por el control de
recursos naturales estratégicos (minerales, agua, biodiversidad y toda fuente de energía
primaria) y la creación de nuevas divisas. China, que ya se convirtió en el primer
importador mundial de petróleo conforme a las mediciones de corto plazo de la Agencia
Internacional de Energía (AFP, 10/10/2013) tendrá un papel protagónico. Su participación
será 40% de la demanda global de energía para 2040. La consultora Wood Mackenzie
calcula que 70% de la demanda petrolera china se satisfará mediante importaciones para
2020, un aumento de 146% que implicaría un gasto aproximado de 550,000 millones de
dólares (mdd).
De ahí que Pekín haya decidido apostar por un mayor acercamiento con Medio
Oriente y una mayor inversión en la zona amazónica y del Caribe afín de asegurar sus
fuentes de suministro. En diciembre de 2013, el ministro de relaciones exteriores chino
Wang Yi, realizó una visita a Riad (capital de Arabia Saudita), sede del Consejo de
Cooperación del Golfo (CCG) que integra a seis petromonarquías (Bahréin, Kuwait,
Omán, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos) en el marco de una gira por la
región que incluyó a Palestina, Israel, Argelia y Marruecos. En 2013, el presidente Xi
Jinping visitó México, el Caribe y Sudamérica, siempre con el tema energético presente.
El deslizamiento de Pekín hacia Medio Oriente se ha producido por la pérdida de
credibilidad de la política exterior estadounidense en la región tras su “viraje estratégico”
en Siria e Irán (2013) y los pasos en falso en Afganistán (2001), Irak (2003), Egipto y
Libia (2011). Arabia Saudita entró de la mano de Estados Unidos financiando a los
opositores y perdió confirmando que no está comprometido con ellos (Financial Times,
07/01/2014). Ahora podrían querer jugar a ganador con China a través de una mayor
cooperación económica bilateral (China Daily, 23/09/2013). Tienen 140 empresas chinas
operando en la construcción de infraestructura, las telecomunicaciones y la industria
petroquímica en proyectos que suman 18,000 mdd (Asharq Al-awsat, 20/11/2013). Como
para coronar su visita, Wang convocó al príncipe Saud al-Faisal a iniciar negociaciones
para establecer una Zona de Libre Comercio entre China y el CCG.
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Texto redactado con colaboración de Ariel Noyola Rodríguez, miembro del proyecto OBELA, Universidad
Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones Económicas. Contacto: anoyola@iiec.unam.mx
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China quiere comerciar petróleo en yuanes. La moneda de cotización y
comercialización del petróleo y los metales es una cuestión de distribución mundial de
riesgo y de poder. El crecimiento exponencial del mercado de derivados a partir de 1994
aumentó la volatilidad en los mercados de renta variable en general y de commodities en
particular bajo el argumento de “diversificar el riesgo”. El riesgo hoy está en operar en
dólares.
En el mercado de futuros de petróleo y de commodities operan dos tipos de
inversionistas: los que adquieren contratos de futuros para estabilizar el precio de
compra/venta determinando hoy las condiciones y posponiendo la ejecución de la
operación a “futuro”; y los que especulan, que son los bancos de inversión a cuenta propia
o a cuenta de terceros. Actualmente hay tres mercados de futuros de petróleo en el
mundo y están dolarizados: el London Intercontinental Exchange Futures Market de
Londres; el Nymex de Nueva York y el Dubai Futures Exchange de Dubai. Todos bajo
control mayoritario de la banca de inversión de origen estadounidense. Apuestas
especulativas en el mercado de futuros podrían estar inflando en al menos 50% el precio
del petróleo según diversos especialistas.
Mientras que el Tesoro de Estados Unidos ha introducido un creciente “riesgo
cambiario” a través de su política monetaria y crediticia; China parece dispuesta a
contrarrestar esta situación con la emisión de futuros denominados en yuanes a través de
la Bolsa de Futuros de Shanghái (SHFE por sus siglas en inglés). En un primer momento,
la meta es posicionar a la SHFE como el mercado de referencia petrolero para los países
de Chiang Mai + 3. De acuerdo con el presidente de la SHFE, Yang Maijun: “China es el
único país en el mundo que es a la vez productor, consumidor e importador de petróleo.
Con lo cual reúne todas las condiciones necesarias para establecer un exitoso mercado
de futuros de petróleo” (Reuters, 21/11/2013). Los dados se han tirado.
La SHFE aún no lo específica, pero en caso de que los futuros en el mercado de
Shanghái puedan ser adquiridos por inversionistas no asiáticos, éstos aumentarán de
facto el uso del yuan en el mercado petrolero mundial. La consecuencia previsible será
una reducción de la demanda global de dólares y la consecuente apreciación de las
monedas del resto. Esto es delicado tomando en cuenta que la economía mundial marcha
bajo un contexto de estancamiento que bordea la deflación. La era del petroyuan está por
comenzar.
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