Enseñar a dibujar y pintar Opinan expertos Enseñar a dibujar y pintar Por Patricia Berdichevsky Noviembre, 2008 Dedico este texto a dos maestras jardineras de la provincia de Formosa: María Eugenia Rodríguez y Liliana Monjes. Seres luminosos, que en ese extremo de nuestro país, decidieron profundizar sus conocimientos sobre la enseñanza de la Plástica. Allí, dónde es difícil conseguir libros especializados, dónde a veces la luz eléctrica es un privilegio y donde pensar en un proyecto de pintura implica, tal vez, decidir si se está dispuesto a sacar más agua del aljibe. Investigaron deseosas de experimentar y de compartir sus hallazgos con sus alumnos, y con otras docentes de su provincia. En esas búsquedas nos conocimos. Son mis discípulas, mis amigas. Las que hacen posible que algo de lo que escribo llegue a los chicos, las que dan sentido a este momento de sentarme a escribir para organiza r mis pensami entos. Del JIN Nº 9 Gladys Sanchez Formosa Capital Docentes Liliana Monges ( Barrio 12 de Octubre) María Eugenia Rodriguez (Barrio San Hilario) Walter Evangelina Esta vez pintura y dibujo llegan entrelazados, liberándome de establecer mezquinas fronteras donde los límites son porosos. Pero es difícil escribir sobre estos temas, porque como dice Luis Felipe Noé: a pintar se aprende pintando. Tomaré prestadas algunas de sus palabras y las del artista conceptual Sol Lewwit para que me salpiquen con sus ideas, sus colores y sus visiones "El uso de palabras como pintura y escultura connota una tradición e implica una aceptación de esta tradición poniendo así limitaciones al artista, que sería reacio a aceptarlas y propenso a hacer más allá de esas limitaciones" 1 "El dibujo y la pintura: si la línea define al dibujo, el color define a la pintura, pero hay quienes pintan en el idioma de la línea (Van Gogh) o sin color (Picasso cuando hizo el Guernica) El límite puede ser impreciso, sobre todo cuando la línea puede ser una mancha o una pincelada". 2 La noche estrellada - Van Gogh Guernica, Pablo Picasso Tampoco pondremos limitaciones a nuestra tarea docentes, delimitando conceptualmente barreras que arte intenta trascender. Y entre enseñanzas y maestros, mi punto de arranque será un texto donde Noé hace: "Reflexiones sobre la enseñanza" 3 "Para mi la enseñanza debe partir de la idea de que se aprende a hablar, hablando. De la misma manera se aprende a pintar, pintando. Con esto quiero decir que el chico cuando habla expresa. Aprender a hablar hablando quiere decir que se aprende hablar expresándose. La conciencia gramatical del lenguaje la va teniendo en la medida que la va ejerciendo (...) En la pintura es exactamente lo mismo. (...) El lenguaje plástico está compuesto de línea, espacio y color, y la conciencia del lenguaje se debe adquirir en totalidad. Esa conciencia de la totalidad uno la va adquiriendo en la misma medida que va haciendo su propio dibujo, midiendo tensiones, espacios y colores.(...) Creo que lo fundamental en la enseñanza es enseñar a ver lo que se está haciendo. La lógica del lenguaje plástico no es la lógica de la palabra. (...) se aprende a pensar plásticamente en la misma medida que se va pintando, o sea diciendo su discurso en ese lenguaje que es la pintura y que es el dibujo" (...)Para mi aprender a pintar ante todo es aprender a ejercer ese pensamiento plástico en la medida que se lo va enunciando" 4 Desde que se descubrieron las pinturas rupestres en las cavernas de Altamira, los seres humanos comprendimos que crear imágenes visuales, es una necesidad que nos es propia desde tiempos remotos. Este impulso de dejar huellas, de crear formas y experimentar con colores para producir imágenes, aparece en todos los niños. Es una forma de expresión, de comunicación, de conocimiento y también de hacer visibles nuestras ideas, nuestras emociones y sentimientos. Al principio a los chicos les basta un bolígrafo, un lápiz o simplemente su dedo sobre un vidrio empañado, para ingresan al universo de lo gráfico, para desenrollar líneas y explorar sus trazos. Y muy pronto estarán usando varios marcadores de diversos colores. Sin embargo, la pintura es algo absolutamente nuevo para quien no la vive en su hogar: las témperas, los pinceles, las paletas, son materiales y herramientas con los que los chicos tienen que experimentar en el contexto del jardín, con la suficiente continuidad para descubrir sus posibilidades, sus secretos y llegar a ejercer ese pensamiento plástico. También necesitarán desarrollar ciertas habilidades en su uso para hacer de este lenguaje vehículo de su propia expresión. Para aprender a pintar tendrán que hacerlo con todos los colores: amarillo, rojo (o magenta), azul, blanco y negro. Usándolos descubrirán que al unirse los colores se mezclan y forman otros y se preguntarán cómo hacer cuando quieren mantenerlos puros (igual que cuando quieren mantener puro el dulce de leche y no quieren que se mezcle con el queso crema) Aprenderán a esperar que la pintura se seque y también a ver qué sucede cuando pintan sobre colores frescos o cuando están ya secos. Pintando, y también observando obras de diferentes artistas plásticos, descubrirán que los colores se ven diferentes según cómo se lo relacione unos con otros sobre la superficie donde se los aplica. Sentirán el placer de hacerlos vibrar junto a otro bien distinto y al ver como esa superficie se va transformando en una imagen única y personal. También podrán apreciar, con nuestra ayuda, que los artistas a veces usan los colores puros, pero que casi siempre los mezclan para formar todos los que necesitan. Entonces además les podremos enseñar los procedimientos para que ellos también puedan obtener innumerables verdes, anaranjados, celestes, rosas, violetas y tierras. Pero mezclar colores tiene sus reglas y pasos. Y así como por ejemplo, cuando los chicos tienen dos o tres años no pueden aprender a jugar a la casita robada, pero si pueden jugar con cartas. También al principio podrán pintar con todos los colores que tengamos oportunidad de darles, preparados en potes diferentes, cada uno con varios pinceles. Aprenderán a usarlos pintando y nosotros, observándolos descubriremos el momento propicio de enseñarles esos procedimientos que les abrirán la posibilidad de obtener todos los colores que quieran, agregando muy de a poquito, pizquitas del color más oscuro dentro del más claro También probarán diversas herramientas y podremos sugerirles que observen las posibilidades que brinda cada una: que un rodillo les permite cubrir grandes superficies y que si arrastran una esponja conseguirán efectos muy distintos a los que lograrían si la apoyan y la levantan; que un pincel bien finito les permite dibujar formas y detalles, y uno grueso tapa demasiado lo dibujado pero sirve para pintar el fondo. Verán que la pintura espesa funciona diferente que cuando la diluyen con agua y que si le ponen mucha comienza a hacerse translúcida y pierde color. Todas estas experiencias se van sumando a momentos destinados a observar tanto sus trabajos, el entorno natural y la producción de los artistas que son el referente de este lenguaje. Estarán siempre muy cerca en los libros de arte, en las paredes de la sala, en las de los museos o en talleres de artistas en alguna visita, serán una invitación a ir más allá, a animarse a hacer algo distinto. La apreciación de sus obras los nutrirá con ideas, recursos, sentidos y permisos. Les mostrará diversas formas de expresar pensamientos plásticos. Nuestra tarea será formarlos como espectadores críticos y sensibles que puedan disfrutar de estas obras. No quisiera detenerme en cierta praxis que lamentablemente suelo ver con frecuencia: la propuesta de pintar como, proponer a los chicos copiar o reproducir obras de artistas. Tema que ya se ha desarrollado en este espacio. 5 Insisto en la diferencia de tomar recursos usados por otros (pintar plano como Mondrian, gotear como Pollock, partir de manchas como Noé, etc.) en una producción personal; o copiar una obra que es una resolución de otro. La modalidad de taller es esencial para enseñar un lenguaje artístico por su posibilidad de aprender haciendo, porque al alternar instancias de producción grupal con otras individuales, los conocimientos, las ideas y los descubrimientos se potencian. A veces pintar en grandes superficies, decidiendo entre todos qué herramientas son adecuadas para resolver una u otra parte, reflexionando y debatiendo sobre las posibilidades que ofrece un pincel finito o uno grueso y una chata pinceleta, descubriendo cómo esfumar un color para conseguir determinado efecto, genera ideas que se reflejan en las producciones individuales. También es interesante debatir acerca de los aspectos expresivos de lo que van produciendo Todo esto construirá una mirada sensible y crítica, los hará más autónomos en la producción de imágenes y de ideas. Dibujar para pintar En ocasiones los chicos pintan directamente usando los colores. Otras veces en cambio, podemos proponerles que elijan uno o varios colores que contrasten con el soporte y dibujen con ellos usando pinceles más finos. Este dibujo los ayudará a organizar la composición estableciendo cierta estructura sobre la que se sostendrá la pintura. Luego, una vez seco el dibujo previo, podrán pintar tanto las figuras como lo que las rodea (el fondo). Y todo eso que descubrieron pintando con témperas los ayudará a probar qué pasa cuando usan pasteles o tizas esfumadas, o cuando pintan al hacer collage con matices de colores recortados en revistas, o cuando combinan técnicas y materiales. Ahora, como de enseñar se trata, invito a disfrutar del Power Point que elaboró un grupo de maestras de las salas de 4 del jardín de infantes La Maquinita de River a quienes tuve el placer de acompañar en esto de enseñar a pintar, pintando murales. Gracias a su trabajo podré hacer visible algo de lo que pretendí teorizar. Porque como decía Picasso, no sé si existe la inspiración, pero si existe, que me encuentre trabajando. Hasta pronto