Tribunal Supremo - Sala Primera, de lo Civil 474 FILIACIÓN. Extramatrimonial. Reconocimiento al padre biológico de legitimación para reclamar la filiación no matrimonial aunque falte la posesión de estado. T.S. (Sala Primera, de lo Civil). Sentencia 22 marzo 2002. P.: Marín Castán, Francisco. [Rº Casación 3112/1996. Sentencia nº 250/2002] Disp. aplic.: CC: arts. 133 y 134. FUNDAMENTOS DE DERECHO Primero. Ejercitada en la demanda una acción de reclamación de filiación no matrimonial por quien decía ser el padre del menor, dirigida contra la madre y estimada tanto en la sentencia de primera instancia como en la de apelación, pese a faltar la posesión de estado, con base en una interpretación flexible del art. 133 en relación con el 134, ambos del CC, y en el contundente resultado de la prueba practicada que acreditaría sin duda alguna la paternidad del demandante, reconocida incluso por la demandada en varias cartas manuscritas y unidas a los folios 556 a 559 por más que luego se negara reiteradamente a colaborar en la práctica de la prueba biológica, el presente recurso de casación se interpone por dicha demandada mediante cuatro motivos (el cuarto y último aparece numerado como «quinto») amparados en el ordinal 4.º del art. 1692 LEC de 1881 que, desde distintas perspectivas, plantean como cuestión única la falta de legitimación del demandante para reclamar la filiación no matrimonial por faltar la posesión de estado y, en consecuencia, corresponder la acción exclusivamente al hijo. Segundo. Sobre la cuestión planteada en el recurso existe ya doctrina constante y reiterada de esta Sala que, pese a la literalidad del párrafo primero del art. 133 CC, reconoce al padre biológico legitimación para reclamar la filiación no matrimonial aunque falte la posesión de estado. Así, la S 24 Jun. 1996 (Rec. 3379/92), anterior en unos días a la recurrida en casación, declaró lo siguiente: «Sin embargo, la interpretación sistemática, tomando especialmente en consideración el contenido del art. 134, sin perjuicio de otras normas y los preceptos constitucionales atinentes, extiende al progenitor, aun en casos, en que no haya "posesión de estado" el ejercicio de la acción de reclamación de la filiación no matrimonial. La jurisprudencia de esta Sala ha contrapuesto así una mera versión literalista con otra más flexible y amplia que es la aceptada. En efecto, la sentencia del TS de 8 Jul. 1991, refiriéndose a ambas versiones mantiene que parece ser que esa interpretación literal por el juego de los arts. 134 y 133 demuestran que el 133 es una excepción que taxativamente cierra la posibilidad de ejercicio de la acción de filiación matrimonial cuando falte la respectiva posesión de estado, en cuyo caso, exclusivamente, corresponderá al hijo durante toda su vida; mas frente a esa versión literalista, puede hasta compartirse la versión más flexible de que la regla general al no especificar nada en contrario, del art. 134, que habla que esa sanción opera en todo caso, posibilita que, cuando se ejercite la acción de reclamación conforme a los artículos anteriores, por el hijo o por el progenitor, se permitirá la impugnación de la filiación contradictoria, esto es, como entiende cierto sector de la doctrina, si se está legitimado para impugnar, en todo caso, la filiación contradictoria, también esta impugnación condicionará la habilitación para que se pueda ejercitar la acción de reclamación y, por supuesto, cabe admitir la prevalencia de este art. 134 sobre el sentido restrictor de los antes referenciados en punto al art. 133; que de consiguiente, si por el juego de este art. 134 en relación con el 113.2.º, el ejercicio de la acción de reclamación conlleva necesariamente a reajustar la filiación contradictoria, en la idea de que si se reclama una de esta clase que pugne con la preexistente, es preciso, asimismo, impugnar esta otra, cabe entender que el ejercicio de dicha acción de reclamación implícitamente supone también el ejercicio de la acción concurrente de impugnación de la filiación que se pretende, y que por lo tanto, por esa flexibilidad, es predicable la legitimación del progenitor de reclamación de filiación no matrimonial en mor del art. 134, tesis por lo demás ya sustentada entre otras en sentencias del TS de 19 Ene. y 23 Feb. 1990 que decía: "La aparente antinomia entre los arts. 131 y 134 del CC, ha de resolverse en el sentido de dar una interpretación amplia y de cobertura a este último hasta el punto de catalogarlo como verdadera excepción al primero, ya que el propio art. 134 permite la impugnación de la filiación contradictoria en todo caso, expresión esta tan elocuente, que permite colegir que siempre que la acción de reclamación se ejercite por el hijo o el progenitor, es factible la impugnación de una filiación contradictoria ya determinada, conviniendo así en la tesis favorable a que el progenitor no matrimonial pueda acogerse a lo establecido en el art. 134, deviniendo avalada por el principio de verdad biológica o en el de posesión de estado del hijo como no matrimonial para coincidir así con la realidad sociológica. Esta tesis de la legitimación del padre no matrimonial ha sido consagrada ya por la doctrina de esta Sala en su S 5 Nov. 1987, al entender que si se parte de la reconocida doctrina que configura la legitimación no solo para el proceso, sino para la titularidad de la acción en defensa de un interés protegible, es indudable que este interés existe, como interés legítimo, protegido por la CE, conforme a esos postulados, resulta evidente la legitimación del padre biológico, que le niega la sentencia de instancia". Por tales razones debe estimarse que está legitimado quien funda su acción en su condición de progenitor para reclamar la paternidad y, en consecuencia, ha de acogerse el motivo». En los años posteriores tal interpretación se ha mantenido sin fisuras y en la actualidad puede citarse como ejemplo especialmente representativo de la jurisprudencia al respecto la S 20 Jun. 2000 (recurso núm. 2392/98) cuando en su fundamento jurídico primero declara lo siguiente: «La jurisprudencia más reciente de esta Sala, consolidó el reajuste interpretativo de los arts. 131, 133 y 134 que ya habían iniciado las SS 5 Nov. 1987, 22 Mar. 1988, 19 Ene. y 23 Feb. 1990 y 8 Jul. 1991 para llegar a la doctrina contenida en las últimas SS 24 Jun. 1996, 30 Mar. 1998 y 19 May. 1998, que establecen y reconocen la legitimación del padre en los casos de filiación no matrimonial, al superarse la literalidad del art. 133 del CC que atribuye sólo legitimación al hijo, para decidirse por una interpretación mas flexible, la que resulta mas acomodada a los principios y filosofía de la institución de la filiación, como a su finalidad y toda vez que el art. 134 del CC legitima, en todo caso, al progenitor para impugnar la filiación contradictoria, también le está habilitando para que pueda ejercitar la acción de reclamación de filiación extramatrimonial. Tal legitimación ha de ser entendida no solo para el proceso, sino también para la titularidad de la acción de defensa de un interés protegible y este interés existe y se presenta legítimo en casos como el presente en relación de padre biológico y que le es negado en la sentencia recurrida. La verdad biológica no puede dejarse de lado y conforma la efectiva verdad material y, a su vez, también ha de tenerse en cuenta el derecho natural y, por ello, el interés justificado que asiste a los hijos de saber y conocer quien es su padre y se presenta como encuadrable en tutela judicial efectiva que a los mismos ha de otorgársele por integrarse en la moral-jurídica y normativa constitucional (art. 39), e incluso resulta necesaria para la determinación genética y puede ser vital para preservar la salud. La ocultación de tal situación resulta casi siempre perjudicial por el daño que se le puede ocasionar al menor, al imponerle una vida de encubrimiento y mentiras que a la larga suele cobrar su tributo siempre negativo y sin perjuicio de que, como dice la S 18 Dic. 1999, el hijo menor pueda impugnar la paternidad declarada cuando alcance la mayoría de edad, lo que le autoriza los arts. 137 y 140 del CC». Tercero. De examinar el recurso con arreglo a dicha jurisprudencia no puede resultar más que la desestimación de todos y cada uno de sus motivos, ya que la sentencia recurrida, lejos de infringir las normas o la jurisprudencia que en cada uno se citan, se ajusta plenamente a la interpretación de aquéllas según la jurisprudencia de esta Sala. No ha infringido el párrafo primero del art. 133 CC en relación con el art. 39.2 de la Constitución, ni desde luego la jurisprudencia (motivo primero), porque de lo razonado anteriormente se desprende que dicho precepto constitucional es precisamente uno de los más importantes fundamentos de la doctrina consolidada de esta Sala; tampoco se infringe el art. 134 CC en relación con el párrafo primero de su art. 133 (motivo segundo) porque asimismo se desprende de lo expuesto en el fundamento jurídico anterior que la relación entre ambos preceptos constituye otro de los fundamentos de la jurisprudencia de esta Sala para reconocer legitimación al progenitor biológico para reclamar la paternidad extramatrimonial pese a faltar la posesión de estado; y tampoco se infringen los aps. 2, 1 y 4 del art. 39 de la Constitución ni el art. 24 de la misma (motivos tercero y cuarto, numerado «quinto» en el recurso), porque igualmente resulta de la jurisprudencia de esta Sala que como más beneficioso para el menor se considera la determinación de su paternidad, máxime cuando en este caso resulta que el demandante inicial falleció después de interpuesta la demanda y no se derivarían ya para el menor los perjuicios que de la personalidad conflictiva de aquél se predican en el recurso. Cuarto. No estimándose procedente ninguno de los motivos del recurso, debe declararse no haber lugar al mismo e imponer las costas a la recurrente, conforme dispone el art. 1715.3 LEC de 1881