Ecosistemas Marinos El mar es un lugar asombroso que alberga una diversidad de especies y ambientes quizá mayor que la terrestre. Sin embargo es aún bastante desconocido sobre todo en la zonas más profundas. En todo el mundo existen 14 tipos de ambientes oceánicos, de estos, 10 están presentes en el Ecuador y son: islas e islotes, arrecifes, bancos aluviales, plataformas continentales, de fondos suaves y duros, taludes continentales, cañones submarinos, planicies abisales, cordilleras submarinas y fosas oceánicas. A continuación encontrará la respectiva información de cada uno de ellos. Arrecifes En el mundo hay varios tipos de arrecifes: los de barrera, los de coral, los rocosos, los parches arrecifales, entre otros. El Gran Arrecife Barrera, ubicado en la costa noreste de Australia, es el de mayor tamaño en el planeta y está conformado por una comunidad de al menos 2.800 arrecifes; algunos de éstos son de barrera (conformados por coral y que actúan como rompeolas cerca del límite de la plataforma continental), otros son pequeños parches coralinos en aguas menos profundas, y hay más tipos. La espléndida comunidad este Gran Arrecife Barrera se extiende a lo largo de más de 2.000 kilómetros y avanza hasta 260 kilómetros afuera en el océano. Allí vive una diversidad de especies tan grande que ha sido comparada con la de los bosques tropicales. En el Ecuador no hay grandes extensiones de arrecifes coralinos como las de Australia u otras del mar Caribe. Más bien, en la Costa los arrecifes son del tipo rocoso, con pocos parches de coral, mientras en Galápagos las formaciones coralinas son incipientes. En la Costa, estos arrecifes rocosos son relativamente pequeños y tienen fuertes pendientes en lugares como las costas expuestas, pero en las costas protegidas y semi protegidas son más extensos y pueden alcanzar profundidades de hasta "25 metros. Los arrecifes rocosos son relativamente escasos en el continente, pues si dividimos la línea de costa en 25 sectores vemos que solo existen en tres. Los arrecifes más investigados han sido los de Galápagos y los adyacentes a las islas, islotes y roqueños del Parque Nacional Machalilla. Estos estudios han permitido determinar la gran diversidad de los peces de arrecife. Por ejemplo, en el Parque Nacional Machalilla, se ha detectado más de 100 especies de peces de arrecife: esto significa cerca de la cuarta parte del total de peces marinos del Ecuador continental. Cañón submarino Solo hay un cañón submarino en el Ecuador, frente a la desembocadura del río Esmeraldas. A grandes rasgos, es un ecosistema similar a los cañones terrestres, profundo y con altas paredes, pero bajo el agua. Este cañón es todavía poco conocido. Cordillera submarina Hay varias cordilleras submarinas en los mares del Ecuador, pero la más sobresaliente es sin duda la llamada dorsal de Carnegie, cuyas cimas más altas forman el archipiélago de Galápagos. Fosa oceánica Se conoce poco sobre este ecosistema. En el Ecuador continental se extiende a lo largo de toda la línea de costa y también está alrededor de Galápagos. La fosa oceánica más profunda del mundo esta en Filipinas. Islas e Islotes Si bien se podría decir que las islas e islotes son ecosistemas terrestres (porque albergan un tipo de vegetación), también podemos observarlas como un gran ambiente en medio del océano en cuyas zonas marinas adyacentes suceden fenómenos particulares. Las islas del Ecuador no son todas iguales y podemos separarlas en dos grandes tipos: las continentales -como la isla de la Plata, la isla Puná o la isla Santa Clara- y las oceánicas de Galápagos. La principal diferencia entre ambos tipos son su origen geológico: las continentales tienen uno mezcla de tectónico, volcánico y sedimentario, mientras el archipiélago Insular tiene un origen exclusivamente volcánico. Este constituye los picos más altos de una cordillera submarina, la dorsal de Carnegie. Pero también hay diferencias entre los ambientes marinos de cada isla. Por ejemplo, en la Isla Santa Clara y en las aguas que la rodean viven especies diferentes que en la isla de la Plata. Asimismo, hay islotes frente al Parque Nacional Machalilla cuyos ecosistemas marinos circundantes varían. Algunas tienen grandes precipicios submarinos, mientras otras se sumergen pausadamente en la plataforma submarina. Planicie abisal Es un ecosistema que se ubica entre los 3.000 y los 5.000 metros de profundidad y por ello es bastante desconocido. Las Plataformas Continentales de fondos suaves y de fondos duros La plataforma continental es la planicie submarina que se extiende desde la línea de costa hasta aproximadamente 200 metros de profundidad. Comprende el lecho marino y el subsuelo de las áreas marinas. Esta planicie puede tener el fondo suave o duro (arena o roca), y según la inclinación puede ser más ancha o angosta. Por ejemplo, frente a la Puntilla de Santa Elena o frente al Cabo San Lorenzo mide apenas nueve kilómetros de largo, mientras en el golfo de Guayaquil alcanza los 120 kilómetros de largo. Se calcula que la plataforma continental del Ecuador mide en total 29.100 kilómetros cuadrados, 12.000 de los cuales están frente al golfo de Guayaquil: allí la plataforma es una extensa planicie sedimentaria que va desde Guayaquil hasta la isla Puna. Este ecosistema marino es sumamente importante para la economía y la seguridad alimentaría del Ecuador, pues allí vive gran parte de los recursos pesqueros. Sin embargo, debido a la práctica intensiva de actividades y comportamientos no sustentables, también es considerado el más amenazado entre los ecosistemas marinos. Por ejemplo, debido a la sobrepesca y la pesca ¡legal han disminuido las poblaciones de muchas especies, y el uso de técnicas como las redes de arrastre conlleva la destrucción del fondo marino. Talud Continental El talud continental se extiende desde el límite de la plataforma continental, a los 200 metros de profundidad, hasta los 2.000-3.000 o más metros de profundidad, según la ubicación. Este ecosistema tiene la forma de una pendiente, a veces muy Inclinada, y se extiende a lo largo de toda la línea de costa del Ecuador. Pese a que es una excelente fuente de recursos pesqueros, el talud continental ha sido poco investigado. Sin embargo, se sabe que alberga una rica diversidad de especies, pues a principios de la década de 1990 se descubrió una singular biota marina en el talud continental cerca de Galápagos, a 2.500 metros de profundidad. Problemas en el Ecosistema Marino www.rincondelvago.com El ecosistema marino es el de mayor tamaño que existe. Los océanos cubren dos tercios de la superficie terrestre, 361 millones de kilómetros cuadrados. Su volumen de 1.370 millones de kilómetros cúbicos representa el 97.6% del agua de nuestro planeta. Los componentes abióticos del ecosistema marino son una parte líquida, el agua, y otra sólida que la contiene, las costas y fondos. Pueden vivir en dos ambientes muy diferentes. Las comunidades que las pueblan conforman el Sistema pelágico y sus comunidades forman el Sistema bentónico. La característica más importante del mar es que se extiende en las tres direcciones del espacio, es decir, el medio es tridimensional e inestable, destacando el fuerte dinamismo que tiene las mareas, corrientes y oleaje. En los océanos no existen barreras geográficas como las de la tierra firme, (desiertos, cordilleras, ríos caudalosos), existen otros factores capaces de limitar la distribución de los seres marinos. Las aguas marinas con profundidades medias de 3.800m y máxima de 11.000m (fosa de las Marianas). Plancton. Esta formado por seres macro y microscópicos que flotan pasivamente en el seno del agua, pudiendo ser arrastrados por los movimientos de esta, pero realizando habitualmente amplios desplazamientos verticales. El plancton autótrofo o fitoplancton, esta formado por protistas. El plancton heterótrofo o zooplancton, presenta representantes permanentes o eventuales. Entre los planctónicos encuentras: protozoos, rotíferos, celentéreos, gasterópodos, crustáceos y procordados, larvas veliger de gasterópodos, lamelibranquios, lavas bipinnaria y pluteus de equinodermos y formas larvarias de peces. Este formado: por las larvas de seres que de adultos ocupan otro sistema, como larvas trocóforas de gusanos, larvas de crustáceos. Bentos. Compuesto por organismos que, encuentran fijados en el fondo o se mueven. A su vez puede ser excavador, reptador o nadador próximo al fondo .El bentos sesil incluye: algas, esponjas, celentéreos procordados y fanerógamas marinas .los movimientos y corrientes verticales permiten el ascenso de los nutrientes depositados en el fondo. Neutro. Formado por el conjunto de seres microscópicos que viven en el seno del agua, desplazándose activamente. Lo integran de los peces, cefalópodos, crustáceos y los mamíferos marinos. Se tiene en cuenta la profundidad de los fondos marinos, se puede distinguir la siguiente zonación a partir de la costa: plataforma continental (0 a 200m), talud continental (200 a 2000 m), llanura abisal (2000 a 6000m) y zona infraabisal o hada (mas de 6000 m).Las masas de agua situadas sobre la plataforma y el talud se denominan región o zona nerítica; las que cubre el resto conforman la región oceánica La región nerítica es una zona iluminada, presenta aguas muy movidas por olas y mareas. Posee alta productividad debido a su riqueza en nutrientes que llegan del continente. Los productores son Algas y en ocasiones fanerógamas marinas, junto a un rico fito plancton. Respecto a la fauna, es la zona más rica de especies, tanto de zooplancton como de interés industrial y alimenticio, y en donde se sitúan las grandes pesquerías. El límite de las aguas es la zona litoral. La región oceánica presenta aguas poco ricas en nutrientes, con baja productividad. Se distingue una zona superior iluminada (eufórica) o epipelágica, que llega hasta unos 200m; y otra inferior oscura (afótica) o batial, que carece de organismos fotosintéticos, sustituidos por las bacterias quimiosintéticos de los fondos. El plancton es mas pobre que el nerítico, faltando larvas de muchas especies nectónicas y bentonitas costeras. Características las formas avísales de peces, cefalópodos y crustáceos, luminosos y de grandes bocas y apéndices. Problema Causas Posible solución Desequilibrio en la dinámica del ecosistema por la sobre pesca La sobre pesca provoca la disminución de la capacidad de reproducción de algunas especies, ya que actúa principalmente sobre las tallas más grandes, que corresponden a la fracción adulta de la población y de mayor capacidad reproductora. Asimismo, puede inducir a desequilibrios en la dinámica de los ecosistemas. Por poner un ejemplo, el descenso de algunas especies de interés pesquero que eran predadores del erizo de Lima ha originado un aumento de la población de dicho equinodermo, compitiendo por los recursos alimenticios con herbívoros tan emblemáticos como la Vieja. Controlar más la pesca. Estudiar las zonas con mayor actividad pesquera y prever las consecuencias posibles al exceso de pesca. Contaminación marina provocada por residuos de origen urbano La contaminación marina provocada por residuos de origen urbano trae consigo la degradación del hábitat, simplificando la estructura de los ecosistemas con la consecuente perdida de biodiversidad. Es aumento de materia orgánica afecta a praderas de fanerógamas, conocidas también como sebadales que son zonas importantes de cría de alevines y juveniles en el ecosistema litoral. Controlar la industria relacionada con el ecosistema marino para que no se viertan al mar grandes cantidades de vertidos tóxicos muy peligrosos. -Molestias en las poblaciones marinas -El impacto que producen determinadas actividades recreativas, como la de observación de cetáceos, que tiene lugar especialmente en el suroeste de Tenerife afectando sobre todo a las colonias de calderón tropical y al delfín mular. Estas actividades causan numerosas molestias sobre estas poblaciones y suponen un riesgo por colisión. -Restringir el acceso libre a estas actividades. Crustáceos Los crustáceos son artrópodos – invertebrados provistos de miembros articulados como los insectos y los arácnidos. Se caracterizan por tener el cuerpo cubierto de una coraza cutánea formada, en parte, por carbonato de calcio, como si fuera un esqueleto externo. Los seis segmentos anteriores están soldados en una región no segmentada, para formar la cabeza. El resto se puede dividir en dos regiones: tórax y abdomen. Algunos de los segmentos toráxicos se pueden unir a la cabeza para formar el cefalotórax. En la cabeza, los crustáceos poseen dos pares de antenas y varios pares de piezas bucales. Sus ojos están, a veces entre pedúnculos movibles. Clasificación: son muchas las clases de crustáceos; sólo mencionaremos dos: Los malacostráceos, conforman un grupo homogéneo. A veces presentan un abdomen largo, que termina en una aleta caudal. Como el langostino y el camarón; otras veces presentan abdomen más o menos redondo, como el ermitaño; y en ocasiones, presentan abdomen muy corto, como el cangrejo común y la centolla. Los entomostráceos, forman un grupo heterogéneo, existiendo, sin embargo, algunas características comunes entre ellos. Los equinodermos (estrellas de mar, erizos, etc.) tienen simetría radial en su etapa adulta. Presentan un esqueleto interno formado por placas calcáreas (constituidas a base de óxido de calcio, o cal). Ciertas formas presentan también una corteza dura, con espinas defensivas. Se conocen 6000 especies vivas y 20000 fósiles. La capa de agua superficial que tiene suficiente luz para la fotosíntesis se llama zona eufótica, allí el agua es muy limpia y transparente puede alcanzar desde la superficie hasta los 100 - 130 metros de profundidad. La zona de penumbra es la zona oligofótica, y por debajo y hasta el fondo se encuentra la zona afótica, en la que no hay luz de origen solar. El agua del mar lleva sales disueltas, en cantidad diferente según el mar: el océano Atlántico entre 35 y 36 gramos por cada kilo de agua y entre 37 y 38 gramos en el mar Mediterráneo. La cantidad de oxígeno disuelto es de 5 a 8 CC por litro, en el aire hay 210 CC por litro. El agua del mar es más densa que el aire, cerca de 800 veces más, cada diez metros de profundidad la presión aumenta una atmósfera. LAS COMUNIDADES MARINAS El medio marino rebosa de formas de vida. Desde la región litoral hasta las grandes profundidades avísales, el océano exhibe una riquísima diversidad biológica. De los Tipos (filos) de organización que una mayoría de zoólogos admiten, quince son endémicos del océano, diecisiete se reparten entre mares y tierras y solo un filum es endémico de la tierra firme. CADENAS ALIMENTICIAS MARINAS Hay dos cadenas alimenticias (es más apropiado hablar de redes) principales: en el sistema pelágico la cadena alimenticia de ingestión, y en el sistema bentónico, la cadena alimenticia detrítica. Vegetales Herbívoros Carnívoros primer Carnívoros orden segundo orden (Fitoplancton) (Copépodos del zooplancton) (Animales zooplanctófagos) de (Animales que se comen a los anteriores) La cadena alimenticia detrítica depende en gran parte del plancton. En el ambiente pelágico son dominantes los copépodos, pequeños crustáceos herbívoros, muy abundantes (pueden representar más del 90%) y excretan los restos de la digestión en forma de pequeñas cápsulas compactas cubiertas por una cáscara protectora, que impide que se disgreguen en el agua y por ello se hunden con rapidez y marchan a los fondos. Donde abundan los copépodos hay una verdadera "lluvia" de cápsulas fecales, muy ricas en materia orgánica y recubierta de bacterias con lo que aumenta su valor como alimento. Detritos + cápsulas fecales de copépodos + bacterias descomponedoras Organismos detritívoros Carnívoros primer orden Carnívoros de segundo orden En las zonas costeras las cadenas alimenticias suelen ser más cortas y de menor complicación que en las zonas oceánicas. En aguas costeras encontramos en general cadenas de cuatro eslabones: fitoplancton zooplancton herbívoro (copépodos) animales zooplanctófagos (sardinas) carnívoros de segundo orden (atún blanco). También pueden existir cadenas de tres eslabones como en la Antártida: macro fitoplancton " krill" ballenas de dos eslabones solamente, como en la costa del Perú: macro fitoplancton peces planctófagos (anchoveta) En las Rías de Galicia se explota con éxito una cadena corta de 2 eslabones: fitoplancton mejillón En las aguas del mar abierto, podemos encontrar cadenas de seis eslabones. Nanoplanct on (pequeños flagelados) micro zooplancto n (protozoos herbívoros) macro zooplancto n (crustáceos carnívoros del zooplancto n) megazooplanct on (quetognatos y eufausiáceos carnívoros) peces planctófag supercarnívor os (agujas, os (pez pez espada) volador) El fondo marino de las profundidades http://www.lighthouse-foundation.org/lighthousefoundation.org/esp/explorer/artikel00555esp.html Las transiciones entre las distintas zonas son fluidas: las zonas eulitoral y sublitoral están marcadas por las mareas y la situación del borde de la plataforma continental, la zona batial incluye el talud continental, la zona abisal engloba el pie del talud continental, las llanuras abisales y las dorsales oceánicas. La zona hadal comprende las fosas por debajo de los 6.000 metros. Si pudiéramos contemplar el fondo marino sin agua, no veríamos solamente abismos. Más bien podríamos contemplar un imponente paisaje, donde abunda la diversidad de formas como en tierra, con montañas y valles, altiplanos y llanuras abisales, extensas cadenas montañosas. Sin embargo, por encima del mismo hay una media de 3.650 metros de agua y, a partir de una profundidad de unos 500 metros, reina la más absoluta oscuridad. Además, con una temperatura relativamente constante de 1 a 3 °C, no es precisamente cálido según criterios humanos y la presión hidrostática del agua aumenta una atmósfera por cada 10 metros de profundidad. ¡Eso supone 1.100 atmósferas a once kilómetros de profundidad! Casi un 80 % del fondo marino está por debajo de los 1.000 metros, por lo que la presión hidrostática normal para sus habitantes es unas cien veces superior a la presión atmosférica a la que estamos habituados. La variación de la presión al aumentar la profundidad en los océanos es un factor que no pueden evitar los organismos vivos y, en consecuencia, tienen que adaptarse al mismo. Evidentemente, estas condiciones adversas no impiden el despliegue de una diversa vida animal, pues incluso en los fondos de las simas más profundas encontramos seres vivos. Si durante mucho tiempo se creyó que las profundidades marinas constituían un hábitat uniforme y escasamente poblado, sobre todo por la falta de nutrientes, esta imagen ha cambiado a lo largo de las últimas décadas. Con el descubrimiento y la exploración de comunidades bióticas desconocidas en las chimeneas hidrotermales o la sorprendente biodiversidad en las montañas submarinas, se confirmó progresivamente la impresión de una considerable variabilidad espaciotemporal de este ecosistema casi inaccesible. Vida bentónica en comunidad: vivir en las profundidades Determinadas zonas del fondo marino, desde la costa hasta las profundidades abisales, están colonizadas por comunidades bióticas características, cuyos miembros –las distintas especies individuales– requieren condiciones ambientales similares como son, por ejemplo, la presión (y, por tanto, la profundidad), la temperatura, la iluminación y la calidad del agua. Estos factores son determinantes en la distribución de los organismos bentónicos, como se denomina a los habitantes del fondo, ya que vinculan a algunas especies con determinados lugares. A diferencia de la tierra y el agua dulce, el mar posee un grupo de animales fijos (sésiles) de gran variedad e importancia ecológica, muchos de ellos con aspecto de plantas (lo que evidencian nombres como “anémona de mar”, “lirio de mar”, etc.). La zonificación de estos animales en el fondo marino suele ser tan impresionante como la zonificación de los árboles en una montaña y existe una base para la clasificación de estas comunidades similar a la de las grandes plantas terrestres. La estructura del suelo o del sustrato determina en gran medida la presencia o ausencia de determinadas formas de vida bentónicas. En los fondos rocosos están representadas principalmente las formas que viven directamente sobre la superficie, en muchos casos fijadas al sustrato, y que se denominan epifauna. En general, la población de animales se compone de organismos urticantes como la anémona de mar y los corales, balanos, gusanos tubícolas, moluscos como los mejillones y ostras o ascidias. Entre medias, encontramos estrellas de mar, erizos de mar, gasterópodos y crustáceos que se mueven libremente. Con luz suficiente y un sustrato seguro para fijarse, crecen las grandes algas que, además, ofrecen protección y alimento para otras especies. Sin embargo, la mayor parte del fondo marino está cubierto de sedimentos sueltos, un hábitat sobre todo para los organismos excavadores que penetran en el sustrato o construyen tubos y cuevas, estos seres son la denominada infauna. Las relaciones entre las especies pueden ser directas, como depredadores y presas, o indirectas, como cuando los tubos deshabitados de una especie son finalmente ocupados por otras especies. Las provisiones vienen de arriba La provisión de alimentos para los organismos bentónicos depende casi exclusivamente de las partículas que se precipitan lentamente como la nieve. Excepto en las zonas costeras iluminadas, en el fondo del mar prácticamente no existe la producción primaria de plantas ya que la luz necesaria para la fotosíntesis no penetra en las profundidades mayores. Lo que llega al fondo, su forma y, sobre todo, su cantidad, depende asimismo de diferentes factores. A veces se trata de cantidades considerables de materia vegetal de origen terrestre, como madera y restos de hojas, que pueden encontrarse incluso a grandes profundidades. Sin embargo, la principal fuente de nutrientes para la fauna bentónica procede de los restos de organismos pelágicos, los que nadan libremente o flotan a la deriva en las capas de agua superiores. Los cambios estacionales en la superficie, como la floración del fitoplancton y las consiguientes fluctuaciones en la población de zooplancton durante el verano, acaban precipitándose finalmente en el menú de la fauna bentónica. Así, en las latitudes templadas, el número de diatomeas que se precipitan al fondo durante el verano puede ser cien veces superior a la cantidad que se deposita en invierno y, de este modo, ocasionar oscilaciones de peso estacionales en la fauna bentónica. Sin embargo, a mayor profundidad, menor cantidad de comida. Mientras que en las zonas de aguas someras la mayor parte del alimento de los organismos bentónicos consigue llegar al fondo, al aumentar la profundidad las partículas van siendo devoradas por otros elementos de la cadena trófica a lo largo de la columna de agua, de modo que sólo llega una fracción de la producción desde la superficie a las profundidades. La fauna bentónica de las profundidades debe conformarse con lo que sobra o recurrir a otros medios. Pues, en última instancia, sólo llegan al fondo abisal los componentes difícilmente digeribles de la materia orgánica, como paredes celulares, conchas y esqueletos. De su descomposición se encargan finalmente las bacterias, presentes en gran número en la superficie de los sedimentos y que constituyen un importante eslabón de la red trófica marina. Los compuestos orgánicos que no pueden ser utilizados directamente por los animales, son descompuestos por las bacterias y, a través de la biomasa bacteriana, son nuevamente introducidos en el ciclo de la materia por los organismos filtrantes de bacterias. El principio de la naturaleza es el reciclaje casi al 100 %. Una comida ocasional para la fauna bentónica son los cadáveres de grandes animales de la zona pelágica, como tiburones o ballenas que, a diferencia de las finas partículas de la “nieve del mar”, descienden hacia el fondo a una velocidad de varios miles de metros al día. Hasta los 3.000 metros de profundidad, los tiburones de aguas profundas constituyen unos comensales agradecidos; más abajo, se encargan de los cadáveres los anfípodos, algunos de hasta 20 centímetros de tamaño, los granaderos y también los calamares. Aparentemente, también en los fondos afóticos de los mares viven animales en cantidades suficientes y con la movilidad necesaria para devorar raciones de carne que caen sólo de forma ocasional e imprevisible. Y, de hecho, se ha comprobado la existencia de crustáceos carroñeros incluso a 9.000 metros de profundidad, en las fosas de las Islas Filipinas. Representantes típicos La diversidad de especies del fondo marino es sorprendente. En una superficie de prueba de sólo 50 metros cuadrados, situada al pie del talud continental en el Atlántico noroccidental, se determinó la existencia de casi 1.600 especies de invertebrados. Al aumentar la profundidad, se incrementa la proporción de formas de vida pequeñas (meiofauna) en la fauna total. A los organismos típicos de las profundidades marinas pertenecen representantes tan enigmáticos como los Xenophyophoria, rizópodos gigantes de hasta 25 centímetros de diámetro, con una concha de cuerpos extraños pegados. O sus parientes lejanos del grupo Komokiacea, unos microorganismos que producen unas estructuras finas e irregulares que parecen estar implicados en la formación de los nódulos de manganeso. Las esponjas de la clase Hexactinella se fijan mediante espículas alargadas al sedimento o directamente sobre un sustrato duro. Si el movimiento del agua es más fuerte, sobre suelos duros nos encontramos también gorgonias y corales duros. También abundan sobre los sedimentos blandos las anémonas de mar excavadoras y las plumas de mar, que pertenecen a los animales urticantes (celentéreos) como los corales y están formadas por largos pedúnculos en forma de látigos, terminados en unos grandes pólipos en forma de estrella. Se han redescubierto especies primitivas que sólo se conocían como fósiles: es el caso del Neopilina, un molusco primitivo que sólo vive en la zona abisal a unos 4.000 metros de profundidad. En general, los moluscos y gasterópodos están representados en gran número. Son exclusivos de las profundidades marinas los moluscos primitivos de la subclase de los protobranquios, que atrapan partículas comestibles del sustrato con sus alargados lóbulos bucales, mientras que el número de moluscos más evolucionados, que se alimentan mediante la filtración del agua que respiran, disminuye al aumentar la profundidad. La mayoría de las grandes especies de la epifauna pertenecen a los mismos grupos de familias que las especies de los mares costeros. Entre estas especies encontramos cohombros o pepinos de mar, ofiuras, camarones y esponjas silíceas; sin embargo, al aumentar la profundidad, disminuye su densidad de población por metro cuadrado de sustrato. Una serie de organismos de la endofauna, en su mayoría con forma de gusanos, pertenecen a los grupos de animales que no tienen representantes, o muy pocos, fuera de los mares. Sus extraños cuerpos plantean tantos enigmas como su modo de vida. De algunos, como los gusanos equiuroideos verdes (Echiurida) hasta la fecha sólo se conocen partes del cuerpo que fueron extraídas junto con muestras de suelo de grandes profundidades. Hoy en día, las profundidades marinas constituyen un hábitat cuyo estudio detallado nos permitiría describir especies aún desconocidas e incluso nuevos filos del reino animal. Las estimaciones ascienden hasta los 10 millones de especies y, si este dato fuese correcto, hasta la fecha sólo se ha descrito la mitad. Y uno de los crisoles o “puntos calientes” de la biodiversidad marina sólo lo conocemos desde hace unos 30 años: hablamos de las comunidades bióticas en torno a las fuentes hidrotermales submarinas. El Bentos Abisal Por: Juliana Chacón Pinilla. http://wwwprof.uniandes.edu.co/~samadrin/biodiversidad/ensayos/j_chacon.html En el fondo del océano entre los 800 y 11000 metros de profundidad se encuentra uno de los paisajes más extraños del planeta. Un ecosistema marino determinado por las condiciones más extremas de presión y temperatura que no se encuentran en ningún otro lugar del globo terrestre. El bentos de los abismos acuáticos también conocido como bentos de la zona hadal o ultraabisal, es uno de los ejemplos más asombrosos de sobrevivencia de organismos; la escasa vida que se encuentra en estos lugares está sorprendentemente adaptada: A la presión, a la oscuridad, a la falta de oxígeno, a la escasez de víveres, a las bajas temperaturas que oscilan entre 5 y 1ºC. Por esto es genial encontrar algún tipo de vida en estas condiciones. Aunque el índice de la biomasa sea prácticamente cero, la vida existe en la zona hadal. (Mundo submarino, Enciclopedia Cousteau, 1979) Aunque la vida no está totalmente ausente en esta zona, especies e individuos son allí infinitamente menos numerosos que en las demás regiones del mar y en los demás ecosistemas terrestres, como por ejemplo las pluviselvas, cuya biomasa triplica la de los abismos. Sin embargo a pesar de ser un ecosistema relativamente pequeño, sus aportes a la biodiversidad son significativos en cuanto a la variedad de especies presentes en él ya que muchos de los organismos que habitan estos abismos son únicos de ellos y no se encuentran presentes en ninguna otro región geográfica de la Tierra. ( en pocas palabras, son especies endémicas de los abismos marinos) Sin embargo para poder comprender estos fenómenos es importante conocer primero cuál es el significado de "bentos abisal". En general el bentos es el conjunto de aquellos animales y plantas asociados con el suelo marino ( Levinton,1995) ; es decir, bentónicas son todas las especies que viven relación íntima con el fondo marino, éste como gran comunidad ecológica, se extiende en el mar desde la línea de rivera, hasta las más altas profundidades (Vegas,1971). La zona abisal es por lo tanto la zona bentónica de los abismos, más allá de la región arquibentónica. La frontera entre las zonas arquibentónica y abisal suele establecerse entre los 800 a 1000 metros de profundidad (Herring et al, 1990). El mar profundo constituye la más dilatada de todas las regiones de nuestro planeta líquido al cubrir cerca del 85% de lo que se conoce como cuencas oceánicas. Así los abismos son en general inmensas cuencas de fondo llano y fosas abisales, que forman las regiones más profundas del océano, entre los 1000 y los 11000 metros de profundidad (Levinton, 1995). En la región abisal las condiciones de vida son muy uniformes: la temperatura varía en conjunto entre 5 y 1ºC, pero localmente es muy estable; no hay luz solar ni estaciones del año y las variaciones de las propiedades del agua son insignificantes, no hay presencia de oxígeno y la presión es inmensa.( Mundo submarino, 1979)Sin embargo a pesar de estos factores la vida existe el zona abisal aunque sea precariamente: Cerca de mil metros bajo la superficie del mar la biomasa es apenas de una milésima de gramo por metro cuadrado.(Mac Donald, Fisher,1996) Aunque la vida no está totalmente ausente en las regiones abisales, especies e individuos son menos numerosos que en las otras regiones del mar gracias a las condiciones ambientales ya mencionadas: La zona abisal carece de luz solar y por lo tanto de algas; el factor principal que limita toda la vida abisal es, pues, el aporte de alimento forzosamente alóctono (proviene de otros lugares diferentes al lugar de vida). En estas condiciones se le da paso a la biomasa más abundante de los abismos:Las bacterias. Una parte de éstas son autótrofas quimiosintéticas, que cubren sus necesidades de carbono, a expensas del ion bicarbonato, oxidando amoniaco, hidrógeno, nitrito, metano o substancias inorgánicas.Las bacterias son prácticamente los únicos productores por debajo de la región iluminada. Otras bacterias, heterótrofas, se nutren a expensas de la masa orgánica disuelta que aporta el agua circulante, así como de toda clase de cadáveres y excresiones.(Enciclopedia del mar,1982) La representación del mundo animal es mucho más amplia. Incluye variadas formas de rizópodos y una gran variedad de esponjas, entre las que son especialmente características las hexaltinélidas Entre los celentéreos se encuentran hidrozoos, como grandes pólipos solitarios, pennatularios y actinias. Se han encontrado 375 especies de equinodermos por debajo de los 2000 metros. Los briozoos abisales son raros, se encuentran algunos anélidos poliquetos y los braquiópodos se encuentran en un número muy notable. La mayor parte de cefalópodos de profundidad son batipelágicos. Hay artrópodos ( crustáceos) y vertrebrados (peces) entre los cuales se encuentran el Barathronus, Benthobatis, etc ( Enciclopedia Nueva Larousse,1979). Estas formas animales se dividen entre los que se alimentan de presas vivas (depredadores), de residuos (detritívoros). Algunas formas viven en contacto con el fondo (bentos) y por lo tanto pueden ser ya sea excavadores, fijos, errantes o libres (o pelágicos). (Pérez, Marcos,1993) Como respuesta al medio estos organismos presentas las siguientes particularidades: La ausencia de luz lleva consigo la atrofia general de los órganos de la visión, compensada por un alargamiento de los órganos táctiles, por lo cual se han observado crustáceos cuyas antenas alcanzan longitudes desmesuradas. Por otro lado la ausencia de luz es la posible causante de la producción de luz orgánica (bioluminiscencia) aunque este fenómeno se le atribuye también a la luciferina. La bioluminiscencia tiene como función la atracción de presas, así por ejemplo el Melanoccetus murrayi , usa como cebo sus órganos luminosos. Por otro lado la pigmentación se da entre tonos rosados y violeta y por lo general también se encuentran organismos con cuerpos transparentes. Esto se debe a que al ser absorbidas las ondas luminosas rojas en las capas superiores del océano, el disponer de una librea de esta coloración no representa ningún inconveniente, ya que se hace invisible al no haber ninguna radiación que reflejar. (Alcalde,1995). Es de suponer que el crecimiento de los seres abisales es lento y su vida muy larga, como consecuencia de la acción similar y acumulada de la escasez de sustento, del frío y de la presión. La escasez de alimento suspendido, exige un cambio en la reproducción de estos grupos que dan larvas planctónicas; sus representantes en la zona abisal pasan a producir menos huevos y cuidan por ende más de los mismos. Un ejemplo es el del erizo Aceste bellidífera, que cría sus hijos en una depresión dorsal de su caparazón, rodeada de espinas en forma de pluma. (Mac.Donal, Eisher,1996) Otra de las características del abismo marino son las chimeneas de Geiseres, por las cuales viaja el agua hasta el corazón del planeta calentándose hasta los 400ºC En torno a estas calderas habitan colonias de gusanos hasta de 20 cm. de largo, que se han acomodado en estas aguas calientes y sulfurosas. Estos gusanos son organismos quimiosintéticos que absorben metano, compuesto letal para otras especies (Lutz, Hayman,1994). La uniformidad de condiciones y lentitud de evolución se manifiestan en una menor diferenciación específica abisal, lo cual no se da en los ecosistemas terrestres (como la pluviselva) , donde las condiciones del medio favorecen la rápida evolución y especiación, llevando así a un aumento de la diversidad y del número de especies en general, de 1400 en los abismos a un millón (aprox.) en las pluviselvas. (Wilson,1992). Por otro lado la biomasa abisal es débil con respecto a la de zonas horizontales: La primera de 22 a 56 gr/m3 entre los 200 y los 500 m, y de 9 a 26 gr/m3 de los 2000 a los 9000 m.La segunda de 165 a 346 gr/m3 (Swartz,1997). Como consecuencia de esto, "el bentos abisal es un mundo miniaturizado y mitigado. No hay manera de adivinar el número de especies presentes".(Wilson,1992) Desde un punto de vista ecológico, las especies de las pluviselvas y del bentos abisal ocupan extremos opuestos de la Tierra. Finalmente para hacer mención de algunas de las expediciones más importantes, tenemos la del "Challenger" (1872-76), dirigida por el ingles Wyville Thomson, que demostró que había vida hasta los 5000 metros de profundidad. Otras han sido la "Meteor" (1950-52), "Danal" I y II, "Discovery" I y II (1925), "Galathea" (1950-52), "Nautile" , "Trieste", "Kaiko" y la más reciente "Shinkai 6500", que llgó hasta lo 10900 metros , desde el cual, a 6400 metros de profundidad, el científico James Hunt, avistó una extraña criatura sobre la que aún no se sabe casi nada...(Cotter,1995) (Hull,1996)...... Y probablemente esto seguirá presentándose. El bentos abisal es tal vez la prueba más grande que la naturaleza le ha impuesto a la evolución.Cada especie que lo habita demuestra que la Selección Natural no se equivoca; que los organismos que componen el ecosistema abisal están allí porque se han impuesto a la naturaleza, a las precarias condiciones que ésta le ha adjudicado al abismo marino. Darwin no se equivoca: Los más fuertes sobreviven, pero sobreviven así sea para formar parte de un ecosistema particular cuya población no sobrepasa a la de ningún otro, pero que indudablemente, por esta condición no deja de ser una de las mejores piezas de la biodiversidad. REFERENCIAS. 1. Mundo submarino, Enciclopedia Cousteau, 1979. TomoVI, Urbion ed, Madrid. 2. Levinton,J,1995. Marine Biology, function, biodiversity, ecology.Oxford University Press. New York. 3. Vegas, M, 1971. Introducción a la ecología del bentos marino. Secretaría General de la Organización de Estados Americanos. Washington D.C. 4. Herring, Campbell, Whitfield, Maddock, 1990. Light and life in the sea, Cambridge University Press. New York. 5. Mac Donald, Eisher, 1996. Life without life, The National Geographic Magazine. Vol 186 (Nº5) : 88-97. 6. Enciclopedia del mar, 1982. 3 ed, Tomo I, Editorial Garriga, Barcelona. 7. Enciclopedia Nueva Larousse, 1979. Tomo I, Plaza y Janés editores. Barcelona. 8. Pérez, Marcos, 1993. Estudios del bentos marino, Instituto Español de Oceanografía, Publicaciones Especiales. Madrid. 9. Alcalde, J,1995. La conquista del abismo, Revista Muy Interesante. Nº 126. 10. Lutz, Haymon, 1994. Rebirth of a deep sea vent. The National Geographic Magazine. Vol 186 (Nº5). 11. Wilson, E, 1992, The diversity of life. W.W. Norton & Company, New York. 12. Swartz,E, 1997. The National Geographic Magazine. Vol 191 (Nº4). 13. Cotter, H, 1995. The sea. http://www.pbs.org/oceanrealm/producers/halbios.htm. deep 14. Hull,S, 1996. The view. http://www.ideam.gv.co/ecosistemas/docs/ecomar.htm. long La fauna abisal y las fluctuaciones del clima http://www.ecotropia.com/n1041004.htm 21/10/04 Ecotropía (Barcelona). El día de mañana ilustró, el pasado verano, la influencia del océano sobre el cambio climático, como un elemento clave que determina si los cambios del balance energético en la atmósfera producidos por las variaciones de las concentraciones de los gases efecto invernadero pueden conllevar un cambio relativamente rápido en la circulación oceánica, lo cual induciría, a su vez, cambios en las condiciones climáticas más rápidos de lo que tradicionalmente se había pensado. Sin embargo, hay otro aspecto que ha sido poco estudiado en relación con los océanos y es el que se refiere a la biodiversidad y a la respuesta de los ecosistemas marinos a los eventuales cambios del clima. Hasta ahora se ha estudiado poco la respuesta de la fauna abisal a las fluctuaciones climáticas. Aparentemente, parecería lógico que dada la inercia térmica de los océanos y las prácticamente inexistentes corrientes verticales de agua a nivel global, los organismos del fondo marino no estuvieran sometidos a las fluctuaciones climáticas que se dan en la superficie, o al menos, que las perturbaciones quedaran muy amortiguadas. Sin embargo, en la revista Science del 24 de julio de este año se publica un artículo en el que se informa del trabajo llevado a cabo por Henry A. Ruhl y Kenneth L. Smith de la Institución Scripps de Oceanografía en California (Science 305, 513-515, 2004) donde, aparentemente, se muestra que las poblaciones de determinadas especies de organismos que viven a unos 4000 metros de profundidad, en el Pacífico, sienten las condiciones climáticas reinantes en su superficie. Los investigadores han analizado los materiales recuperados de trampas de sedimento y han fotografiado las especies marinas presentes en la zona de estudio. Esencialmente, el trabajo muestra cómo los 4 km de agua no «protegen» a los organismos abisales de las fluctuaciones que se dan en el clima de la superficie, que se manifiestan a través de la caída de materia orgánica, como plancton muerto o muriéndose, y de excrementos. El trabajo analiza el comportamiento de diversas especies de «pepino» marino. (En las profundidades analizadas este organismo es el rey.) Su dieta, se basa, precisamente, en la materia orgánica anteriormente mencionada, que cae de la superficie. Lo que los investigadores americanos han descubierto es, pues, que los cambios de las aportaciones de materia orgánica propiciadas por las condiciones en la superficie influencian a las poblaciones de las distintas comunidades de estos organismos. En las medidas realizadas, los investigadores han visto una marcada tendencia en la estructura de la comunidad de la megafauna epibéntica dominante síncrona con la evolución de los episodios de El Niño/La Niña, durante el período 1989-2002. Así, la especie Elpidia minutissima aumentó abundantemente durante el período 1989-1996, para decrecer marcadamente en el período 1999-2000 hasta, prácticamente desaparecer, entre 2001 y 2002. Otra especie, Peniagone vitrea, mostró un comportamiento parecido. En contraste, otros organismos como Abyssocucumis abyssorum, Scotoplanes globosa, Psychropotes longicauda, etc., durante la mayor parte del período estudiado, aparecieron en concentraciones pequeñas mientras que su población creció abundantemente durante el período 2001-2002. Dicho estudio parece aportar una evidencia de cambios en la fauna de las comunidades abisales que se correlaciona con las condiciones climáticas asociadas a las variaciones climáticas dominantes en la superficie. Como todas las medidas climáticas, disponer de series largas es un requisito esencial y, por lo tanto, no puede afirmarse si puede establecerse una relación con la evolución de las comunidades bentónicas y los cambios del clima de origen antrópico. Misterios de los abismos Nuestro Planeta está cubierto en su mayoría por agua, existen precipicios en los océanos de gran profundidad, bajo nuestras aguas se esconden más misterios que en Marte ya que se tienen mucho más datos de este planeta que sobre los mares más profundos, existe más fauna que en la selva y más riqueza que en una mina de oro. Hasta el momento, ningún ser humano ha conseguido bajar a más de 11,000 metros de profundidad. Las temperaturas son bajísimas que sobrepasan los 0 grados centígrados, es una oscuridad absoluta y las presiones son altísimas, existen peces que tienen que soportar el peso de varias toneladas por cada centímetro cuadrado de su cuerpo. Cuando aún vivía John F. Kennedy tenía serias dudas sobre si gastar su presupuesto de ciencia en colonizar la Este es el Kaiko, un robot submarino Luna o en el estudio de los fondos marinos. Al final, decidió japonés que en 1995 quedó a un solo metro del récord mundial de enviar astronautas al lejano satélite, pero es evidente que profundidad registrado en 10,912 sus asesores científicos sabían con claridad que debajo metros. del océano se encuentra toda una maravilla por descubrir, un mundo tan fascinante y desconocido como el universo. Ya todos sabemos que el sueño de conquistar la Luna se ha logrado, nuevamente parece retomar la ciencia la iniciativa de seguir investigando los misterios de los fondos marinos, el hombre ha volado, viajado al espacio y ha puesto más de 100 veces el pie sobre el monte más alto de la Tierra, incluso ha mandado robots más allá del sistema solar para conocer más. Sin embargo aún le falta descubrir que ocurre debajo del agua a grandes profundidades. Japón, Estados Unidos y Francia ya han construido sus respectivos ingenios submarinos y han relanzado así una carrera de proporciones similares a la espacial. En 1960 se logró alcanzar los 10,912 metros de profundidad en la fosa de las marinas gracias al robot Trieste, esta cima se encuentra en el Pacífico Occidental, desde esa fecha su record no ha podido ser superado, en marzo de 1995, el robot japonés Kaiko se aproximo justo hasta los 10,911 metros de profundidad, pero no pudo seguir bajando, por lo que la marca del Trieste quedó intacta, Sin embargo el Kaiko nos pudo proporcionar las primeras imágenes de video en tiempo real de la flora y la fauna abisal y nos abrió la ventana a un fascinante mundo de proporciones inimaginables. En el fondo del océano entre los 800 y 11000 metros de profundidad se encuentra uno de los paisajes más extraños del planeta. Un ecosistema marino determinado por las condiciones más extremas de presión y temperatura que no se encuentran en ningún otro lugar del globo terrestre. El bentos de los abismos acuáticos también conocido como bentos de la zona hadal o ultraabisal, es uno de los ejemplos más asombrosos de sobrevivencia de organismos; la escasa vida que se encuentra en estos lugares está sorprendentemente adaptada: A la presión, a la oscuridad, a la falta de oxígeno, a la escasez de víveres, a las bajas temperaturas que oscilan entre 5 y 1ºC. Por esto es genial encontrar algún tipo de vida en estas condiciones. Aunque el índice de la biomasa sea prácticamente cero, la vida existe en la zona hadal. En esta imagen se aprecia una familia de peces pescadores. Los machos son mucho más pequeños que la hembra y se pasan la vida parasitando la comida que ésta obtiene a más de 1,000 metros de profundidad. Este pez, pertenece a los ceratoideos, presenta conductas extrañas: el macho pasa su juventud buscando una hembra y cuando la encuentra se sujeta con sus quijadas a cualquier parte de su cuerpo y no la suelta, alimentándose a través de la corriente sanguínea de ella. Cada hembra lleva dos o tres machos adheridos, cuyos tamaños apenas pasan de unos centímetros. Aunque la vida no está totalmente ausente en esta zona, especies e individuos son allí infinitamente menos numerosos que en las demás regiones del mar y en los demás ecosistemas terrestres, como por ejemplo las pluviselvas, cuya biomasa triplica la de los abismos. Sin embargo a pesar de ser un ecosistema relativamente pequeño, sus aportes a la biodiversidad son significativos en cuanto a la variedad de especies presentes en él ya que muchos de los organismos que habitan estos abismos son únicos de ellos y no se encuentran presentes en ninguna otro región geográfica de la Tierra. ( en pocas palabras, son especies endémicas de los abismos marinos). Sin embargo para poder comprender estos fenómenos es importante conocer primero cuál es el significado de "bentos abisal". En general el bentos es el conjunto de aquellos animales y plantas asociados con el suelo marino; es decir, bentónicas son todas las especies que viven relación íntima con el fondo marino, éste como gran comunidad ecológica, se extiende en el mar desde la línea de rivera, hasta las más altas profundidades. La zona abisal es por lo tanto la zona bentónica de los abismos, más allá de la región arquibentónica. La frontera entre las zonas arquibentónica y abisal suele establecerse entre los 800 a 1000 metros de profundidad. El mar profundo constituye la más dilatada de todas las regiones de nuestro planeta líquido al cubrir cerca del 85% de lo que se conoce como cuencas oceánicas. Así los abismos son en general inmensas cuencas de fondo llano y fosas abisales, que forman las regiones más profundas del océano, entre los 1000 y los 11000 metros de profundidad Aunque la vida no está totalmente ausente en las regiones abisales, especies e individuos son menos numerosos que en las otras regiones del mar gracias a las condiciones ambientales ya mencionadas: La zona abisal carece de luz solar y por lo tanto de algas; el factor principal que limita toda la vida abisal es, pues, el aporte de alimento forzosamente alóctono (proviene de otros lugares diferentes al lugar de vida). En estas condiciones se le da paso a la biomasa más abundante de los abismos:Las bacterias. Una parte de éstas son autótrofas quimiosintéticas, que cubren sus necesidades de carbono, a expensas del ion bicarbonato, oxidando amoniaco, hidrógeno, nitrito, metano o substancias inorgánicas.Las bacterias son prácticamente los únicos productores por debajo de la región iluminada. Otras bacterias, heterótrofas, se nutren a expensas de la masa orgánica disuelta que aporta el agua circulante, así como de toda clase de cadáveres y excresiones. La representación del mundo animal es mucho más amplia. Incluye variadas formas de rizópodos y una gran variedad de esponjas, entre las que son especialmente características las hexaltinélidas Entre los celentéreos se encuentran hidrozoos, como grandes pólipos solitarios, pennatularios y actinias. Se han encontrado 375 especies de equinodermos por debajo de los 2000 metros. Los briozoos abisales son raros, se encuentran algunos anélidos poliquetos y los braquiópodos se encuentran en un número muy notable. La mayor parte de cefalópodos de profundidad son batipelágicos. Hay artrópodos (crustáceos) y vertrebrados (peces) entre los cuales se encuentran el Barathronus, Benthobatis, etc. Estas formas animales se dividen entre los que se alimentan de presas vivas (depredadores), de residuos (detritívoros). Algunas formas viven en contacto con el fondo (bentos) y por lo tanto pueden ser ya sea excavadores, fijos, errantes o libres (o pelágicos). Como respuesta al medio, estos organismos presentan las siguientes particularidades: º La ausencia de luz lleva consigo la atrofia general de los órganos de la visión, compensada por un alargamiento de los órganos táctiles, por lo cual se han observado crustáceos cuyas antenas alcanzan longitudes desmesuradas. Cuando no hay luz, es preciso recurrir a todo tipo de trucos para comer. Lo mejor es atraer a las presas justo a la altura de la boca, como hace este Cauluphryne jordani con su antena. º Por otro lado la ausencia de luz es la posible causante de la producción de luz orgánica (bioluminiscencia) aunque este fenómeno se le atribuye también a la luciferina. La bioluminiscencia tiene como función la atracción de presas, así por ejemplo el Melanoccetus murrayi , usa como cebo sus órganos luminosos. º Otra característica se da entre tonos rosados y violeta y por lo general también se encuentran organismos con cuerpos transparentes. Esto se debe a que al ser absorbidas las ondas luminosas rojas en las capas superiores del océano, el disponer de una librea de esta coloración no representa ningún inconveniente, ya que se hace invisible al no haber ninguna radiación que reflejar. º Es de suponer que el crecimiento de los seres abisales es lento y su vida muy larga, como consecuencia de la acción similar y acumulada de la escasez de sustento, del frío y de la presión. La escasez de alimento suspendido, exige un cambio en la reproducción de estos grupos que dan larvas planctónicas; sus representantes en la zona abisal pasan a producir menos huevos y cuidan por ende más a los mismos. Un ejemplo es el del erizo Aceste bellidífera, que cría sus hijos en una depresión dorsal de su caparazón, rodeada de espinas en forma de pluma. º Otra de las características del abismo marino son las chimeneas de Geiseres, por las cuales viaja el agua hasta el corazón del planeta calentándose hasta los 400ºC En torno a estas calderas habitan colonias de gusanos hasta de 20 cm. de largo, que se han acomodado en estas aguas calientes y sulfurosas. Estos gusanos son organismos quimiosintéticos que absorben metano, compuesto letal para otras especies. º La uniformidad de condiciones y lentitud de evolución se manifiestan en una menor diferenciación específica abisal, lo cual no se da en los ecosistemas terrestres (como la pluviselva), donde las condiciones del medio favorecen la rápida evolución y especiación, llevando así a un aumento de la diversidad y del número de especies en general, de 1400 en los abismos a un millón (aprox.) en las pluviselvas. º Además, la biomasa abisal es débil con respecto a la de zonas horizontales: La primera de 22 a 56 gr/m3 entre los 200 y los 500 m, y de 9 a 26 gr/m3 de los 2000 a los 9000 m. La segunda de 165 a 346 gr/m3 . Como consecuencia de esto, "el bentos abisal es un mundo miniaturizado y mitigado. No hay manera de adivinar el número de especies presentes". Este animal abisal de aspecto diabólico es un pez “pescador”, utiliza un apéndice luminoso sobre la cabeza para atraer a sus presas. Los camarones se encuentran frecuentemente a grandes profundidades. Los que viven de 4 500 a 6 000 metros abajo de la superficie del mar no son de aspecto muy diferente a los que llegan a nuestras mesas, a excepción de que son más grandes, hasta de 30 centímetros de largo, y a veces de color más vivo. El camarón rojo de las profundidades, llamado Acantephira, lanza una sustancia bioluminiscente a través de sus glándulas situadas a los lados de la boca, con la que atrae a sus presas para capturarlas. Otro notable camarón de los abismos, el Sergestes de color escarlata, lleva una larga antena gruesa, flexible como látigo, en la punta semejando una caña de pescar. De esta antena salen muchos ganchos curvos hacia adelante, capturan a sus presas y las jalan luego hasta que quedan al alcance de sus terribles pinzas. Entre los equinodermos, las holoturias o pepinos de mar de los grandes fondos son muy distintas y extrañas unas de otras; presentan muchos apéndices y prolongaciones que hacen que apenas se reconozcan, pero todas ellas, dentro de esta gran diversidad, tienen como rasgo común la existencia de una superficie ventral plana que les permite deslizarse suavemente por el fondo sin hundirse. Las estrellas de mar se han visto a profundidades de 4 000 metros, conociéndose unas 2 000 especies; los individuos comúnmente tienen cinco brazos, sin embargo, también los hay con 6, 12 y aun 50 brazos; varían de tamaño desde 2.5 centímetros de diámetro hasta varios metros. Los ofiúridos o bailarinas de mar abundan en los fondos oceánicos y las cámaras fotográficas han revelado grandes masas de ellas en las profundidades, con sus brazos semejantes a culebras entrelazadas, de tal modo que forman una sola y gruesa masa. Se han encontrado hasta 500 de ellas por metro cuadrado y son tan frágiles que es muy difícil atraparlas con redes, ya que muchos centenares se rompen y desaparecen por las mallas de las redes antes de llegar a la superficie. Los erizos de mar de las profundidades presentan glándulas cuya picadura puede ser mortal. Otro tipo de equinodermo es el lirio de mar o crinoideo, criaturas de largo tallo con una corona de cinco "hojas" semejantes a plumas en su extremo. Son los primeros fósiles vivientes dragados del mar; actualmente sus esqueletos fosilizados forman una masa de piedra caliza de 60 a 150 metros de espesor. Se creía que estos lirios de mar se habían extinguido hasta que en 1850 el pastor noruego Michael Sars sorprendió al mundo científico con algunos ejemplares vivos. Se han encontrado a profundidades hasta de 8 200 metros y actualmente se conocen unas 800 especies.