Después de 3 años de tramitación: Los 25 logran aprobar la norma para apertura de servicios Los Veinticinco consiguieron en 2006 aprobar, por fin, la polémica norma para la liberalización de los servicios en la UE, tras una tramitación que duró casi tres años y que llegó a contaminar el debate sobre la Constitución Europea. Austria, que ocupó la presidencia de turno de la Unión Europea durante la primera mitad del año, se marcó como uno de los objetivos de su mandato desatascar esta directiva, algo que sólo fue posible una vez eliminadas las cláusulas más conflictivas y después de limitar considerablemente el grado de liberalización. La presidencia austriaca, por un lado, y los principales grupos políticos de la Eurocámara, por otro, tuvieron que hacer un auténtico encaje de bolillos durante la negociación, para consensuar un texto que fuera aceptable por todos. Debido a la profunda transformación a que fue sometida, la norma tiene ya poco que ver con la propuesta inicial, pero eso no ha impedido que el nombre de Fritz Bolkenstein, el ex comisario holandés de Mercado Interior que elaboró la iniciativa original, se haya convertido en sinónimo de liberalización sin escrúpulos. El objetivo de la directiva, que los Estados miembros deberán trasladar a sus legislaciones nacionales en el plazo de tres años, es dinamizar un sector que representa más del 70 por ciento del PIB de la Unión. Para ello, reduce los trámites burocráticos que afrontan las empresas de servicios a la hora de operar en un país distinto al de su establecimiento. Durante su tramitación parlamentaria, los principales grupos políticos se pusieron de acuerdo para suprimir el principio del "país de origen", la disposición que más división causó, y por la que las empresas de servicios quedarían sujetas a la legislación del Estado en que tienen su sede. Esta posibilidad causó el rechazo de los partidos de izquierda y los sindicatos, sobre todo en Francia y Alemania, por el riesgo de que se igualaran a la baja las condiciones laborales en la UE. Ese temor fue uno de los principales argumentos utilizados por los opositores a la Constitución Europea, que quedó bloqueada tras el resultado negativo de los referendos de Francia y Holanda, en 2005. Dentro del debate en la UE, España se situó en el grupo de los países más aperturistas -junto a los nuevos socios de la Unión, Reino Unido, Holanda y Luxemburgo, entre otros-, debido al gran peso de los servicios en su economía y a los beneficios que obtendría de la liberalización de ese sector. Finalmente, en mayo, el Consejo de la UE -Estados miembros- hizo suyo el acuerdo alcanzado en el Parlamento Europeo y la denostada cláusula del "país de origen" quedó enterrada. En virtud de ese acuerdo, se permitirá a los países restringir la apertura del sector servicios por razones de "orden público, seguridad pública, protección al medio ambiente o salud pública", siempre que no discriminen al hacerlo entre empresas nacionales y europeas. Además, se acordó excluir del alcance de la directiva los servicios no económicos de interés general -tal como los defina cada país-, así como los financieros, los audiovisuales, las comunicaciones electrónicas, las empresas de trabajo temporal, la salud, el juego y la seguridad privada. También se limita su alcance sobre los llamados servicios económicos de interés general -postales, sector eléctrico, gas, distribución y suministro de agua y gestión de residuos-. El comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, quien tomó el relevo a Bolkenstein en la defensa de las bondades de la directiva, lamentó en varias ocasiones la menor ambición del texto final, pero sin dejar de recordar que, vista la oposición que generaba en varios Estados miembros, la propuesta original "no tenía ninguna posibilidad de prosperar". La ponente del texto durante su tramitación parlamentaria, la socialista alemana Evelyne Gebhart, consideró que la redacción final es "una simbiosis entre los intereses de los trabajadores y los consumidores, por un lado, y los de las empresas, por el otro". EFE Fuente: Subdpto. de Gestión de Información Comercial - ProChile Diciembre 07, 2006.