IMPARTICIÓN DE JUSTICIA Y REFORMA A LA CONSTITUCIÓN Recientemente la Constitución General de la República sufrió una mas de los varios centenares de modificaciones que se le han practicado a partir de su vigencia. En esta ocasión se trató de reformas a sus artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 73, 115 y 123, que tienen que ver con la impartición de justicia, y la seguridad pública. La reforma sin duda obedeció a un reclamo social largamente expresado y para el cual era necesario aportar respuestas y soluciones prácticas. Desde su inicio la iniciativa de reformas estuvo envuelta en la polémica. El debate en comisiones fue muy intenso. Se escucharon voces a favor y en contra. Unas y otras con sobrados argumentos. Aprobada la iniciativa en la Cámara de Diputados, luego fue motivo también de intensa polémica en el Senado de la República. El enconado debate que en la Cámara Alta despertó este asunto tampoco fue menor. A tal punto fue de intensa la discusión que incluso el Senado de la República aprobó importantes modificaciones al proyecto de dictamen enviado por la colegislatura y tuvo que ser de nuevo discutida por ésta. No era para menos. Se trataba de un asunto verdaderamente neurálgico para la vida de la República. La impartición de justicia en México –lo sabemos todos- ha sido por lustros uno de los dolores más intensos de la nación. Hay que decirlo sin ambages. A la injusticia social y a la pobreza se añade con más frecuencia de lo que pudiera esperarse otro flagelo no menor; la corrupción en muchas de las esferas de las instituciones encargadas de impartir o procurar justicia. A este tema se liga otro no menos preocupante: el crimen organizado y la violencia que derivada de él envuelve al país. El dilema se plantea en ocasiones –por supuesto equivocadamente- sobre la disyuntiva de una autoridad que rebasada en sus capacidades por el crimen organizado, coloca sobre la balanza el deber de respetar los derechos humanos o del otro lado, conseguir la efectividad a que esta exigida en el combate y castigo de los delincuentes que rompen el orden jurídico y ponen en vilo la paz pública. 1 Sobre estos dos importantes temas; de una parte seguridad e impartición de justicia, y derechos humanos por la otra, giró buena parte de la discusión. Tal pareció que la reforma constitucional implicaba conseguir uno de los bienes tutelados por el derecho y el estado mexicano, sacrificando el otro. En la controversia que todo esto despertó, los medios de comunicación jugaron un papel importante. Papel que de tan importante parece en ocasiones que desplaza a los congresos como el escenario legítimo que son, de la discusión y las resoluciones legislativas sobre los asuntos cruciales del país, pero ese es un tema al que regresaremos en otra ocasión. Lo cierto es que la llamada reforma judicial luego de ser aprobada por el Congreso de la Unión, se remitió a las Legislaturas de los Estados. Aquí en los estados, la polémica con sus encontrados argumentos, reapareció con fuerza, aún y cuando los medios –como ocurre casi siempre con lo que acontece en las entidades- ya no le dieron el peso informativo correspondiente. En Nayarit nosotros percibimos la necesidad y lo hicimos, de convocar a un foro abierto a toda la sociedad, para que expresara sus puntos de vista y con ellos orientar y dar rumbo a la opinión a que constitucionalmente estamos obligados. Finalmente como todos sabemos, la reforma –luego de todas esas vicisitudes- fue aprobada por las legislaturas de los estados. De paso he de decir que en efecto ya están en nuestro texto jurídico supremo convertidas en verdad constitucional, pero no por eso han dejado de ser controversiales. ¿A que me lleva todo lo anteriormente referido?. A una primera conclusión: todos los temas a que se refiere la Constitución General de la República son importantes –con esto digo una obviedad- y precisamente por importantes, son del alto interés de quienes han suscrito el pacto federal, es decir todas y cada una de las entidades de la república. Siendo de esta manera, me parece que es necesario que revisemos a la luz de un verdadero federalismo, los mecanismos que contiene el artículo 135 de nuestra Constitución relativos al procedimiento para su reforma. 2 No es posible que las entidades federativas, cuando se trata de modificar o adicionar la norma suprema estén constreñidas a decir “simplemente si o simplemente no”, sin derecho a exponer argumentos ni mucho menos a sugerir otras fórmulas que pudieran ser adecuadas al propósito que se plantea. Por esa razón –y aquí llamo respetuosamente la atención de todos ustedes-, el Congreso de Nayarit en ejercicio de la facultad a que se refiere el artículo 71constitucional, fracción III, aprobó el pasado 14 de mayo, una iniciativa de adición al artículo 135 de nuestra Carta Magna, a efecto de que todo proyecto de dictamen en que se contemplen adiciones o reformas a la misma, antes de ser sometido a la aprobación de la Comisión Legislativa competente y de ser turnado al pleno de la misma, deberá cursarse a las legislaturas de los estados, a efecto de que éstas en un término de 30 días hábiles, puedan en su caso, emitir sobre el mismo sus correspondientes opiniones previas. Esto último sin perjuicio del voto definitivo que emitan en términos de lo que actualmente dispone el propio artículo 135 constitucional. Esta iniciativa nayarita ya fue presentada formalmente al Congreso de la Unión y pedimos para ella a todos ustedes su apoyo y adhesión. Respáldenla ante el Congreso General. Creemos que con ello, nuestras legislaturas federales además de concederle a cada entidad federativa la participación que legítimamente debe corresponderles, estarían obteniendo a resultas de esa participación, elementos valiosísimos de juicio que les ayudarían a pronunciarse más objetivamente en uno u otro sentido. De ser aprobada esta iniciativa, estaremos rompiendo con el si o no a que estamos actualmente condicionados los estados de la república. A nosotros nos parece que esto contribuiría a fortalecer grandemente nuestro federalismo. Y lo decimos aquí con voz completa, en un escenario que no podría ser mejor: En la tierra del “Padre del Federalismo”. En Coahuila. La tierra de don Miguel Ramos Arizpe. Muchas gracias. 3