LA COLONIZACIÓN DE LA PATAGONIA Y LA CULTURA LATINOAMERICANA Extensión de texto : 5 hojas A4 ALFREDO TERZAGA MOREYRA Seguramente que todo homenaje a gestas o próceres, inclusive los propios estudios históricos, responden a las necesidades del hoy y no solo a evocaciones nostálgicas o exigencias cientificistas. Es imperioso reconocer cuál es la historia en que estamos envueltos y cuál es la historia ajena en que nos quieren insertar otros, con intereses también ajenos a nuestro destino. Hace algunos años ya, que se propaga preferentemente en Latinoamérica, de modo insistente y con gran presencia mediática, una corriente neoindigenista que busca idealizar las culturas precolombinas, al precio de demonizar y denigrar nuestra cultura latinoamericana, lo que lleva implícito que nosotros, los denominados “blancos” de hoy, seríamos los perpetuos verdugos y supuestos enemigos de aquellas culturas. Es la llamada Leyenda Negra de América que se sitúa en una incesante condena de la conquista española, muy comprensible en los inicios de la colonización, pero anacrónica 500 años después cuando América esta ya colmada de americanos mestizos y los españoles puros residen en Europa. Lo que pudo haber sido una necesidad histórica en el siglo XVI, hoy ya es un anacronismo que no responde a una necesidad fundamental de Argentina, ni a una urgencia nacional ni social de todos los pueblos sudamericanos. En afán de denostar nuestra herencia europea, esa otra mitad que somos, se nos induce a distorsionar la imagen de nuestros propios libertadores, caudillos y gestas. Como por ejemplo el significado unificador de la gesta emancipadora y del Cruce de los Andes, que tenía un sentido integrador y requirió de una alianza táctica con los británicos, y no como se pretende que hubiese respondido a un plan inglés preconcebido,( que si lo hubo ,de última instancia solo pretendía la balcanización de las colonias españolas) Así también con la Conquista del Desierto de 1880 o la política fundante del estado nacional moderno, de la Generación del 80. Con el argumento del “exterminio” se subestima al inmenso logro que fue integrar la Patagonia, simultáneamente con la asimilación política de la ciudad de Buenos Aires al servicio del país; geopolítica genial de Roca que unió dos polos geográficamente escindidos; la Pampa desértica y la “ilustrada” Buenos Aires en un único país. No solo se acabó con las pretensiones secesionistas porteñas,y terminó a la larguísima guerra entre federales y unitarios, sino que integró el desierto a la producción económica de todo el país,y no solo a una clase social. . Hasta entonces nuestra Patria ya había se divorciado de Bolivia, Uruguay, Paraguay y las Islas Malvinas ¿Cuánto faltaba para que un gobierno europeo inventara al sur del Río Negro, a un “Reino Indígena”, con pretensiones de soberanía y “autodeterminación”? Las ambiciones extranjeras sobre zonas patagónicas han recrudecido ahora pero con otros fundamentos diversos: Fundaciones Ambientalistas, Patrimonios Universales de la Humanidad, Protección de la ONU sobre comunidades aborígenes o reservas marítimas y turísticas privadas y por supuesto la muy evidente extranjerización de los recursos naturales energéticos(gas, electricidad,petróleo).La pretendida nación étnica con autodeterminación política,- que 1 nada tiene que ver con el llamado Plan Andinia,- ya cuenta con vastos antecedentes históricos. Roca en su momento acabó con ello, pudiendo simultáneamente bloquear una guerra con Chile,y evitar una segura y sangrienta guerra fratricida.. ** En 1982 M. Tatcher criticaba la presunta ingratitud de los argentinos, que ostentaban un “afán conquistador”, contra quienes “tanto les habían ayudado a liberarse como colonia” (refiriéndose a los propios británicos) y nos denostaba asimismo porque habíamos actuado -según ella –como “invasores”- al desalojar a los indios de “sus tierras”.Este argumento la Corona usó para desprestigiarnos ante el mundo en ocasión de la toma de Malvinas y fue tesis que encontró varios émulos en propios intelectuales argentinos que desfiguran al propio San Martín como actuando según un proyecto británico y no genuinamente argentino, así como que siguen viendo a Roca como un expropiador de tierras ........ argentinas. No sólo nos roban las islas, y el mar territorial, sino también distorsionar el significado de la lucha de nuestros libertadores y estadistas. Ese anacrónico argumento, disfrazado de progresismo libertario, de apelar a lo racial para la redención de los aborígenes marginados, coadyuva a acrecentar una de las peores debilidades de nuestra identidad en proceso : La autodenigración y el complejo de culpabilidad por el mestizaje étnico y cultural que nos impregna. No es nuestro pueblo hispano blanco puro, ni indio, ni descendió de los barcos en 1870; es mestizo desde muy antes, pero no en el sentido de ambigüedad y carencia, sino en el de síntesis y completud , conflictuada y contradictoria sí, pero enriquecida por lo racional y lo mitológico, por lo europeo, lo afro y lo americano precolombino. Mas que multirracial, mestizo,birracial.. Todo lo indígena ya está incorporado – como elemento vivo – a nuestras producciones rurales, a nuestras comidas, idioma, música, toponimia, arquitectura y artes populares. Los ideólogos de la supremacía cultural anglosajona, impregnados de un histórico reformismo religioso( supuestamente superador de nuestra catolicidad – para ellos “atrasada” –) no alcanzan a explicar porqué, en sus sociedades,como es que ellos, autodenominándose progresistas y racionales, justificaron por acción u omisión, tantos genocidios, tantos “apartheid” y “Ku –klux-klan” del que el cine del Far West y el belicista guarda tantos testimonios, de genocidios consentidos., aplaudidos y glorificados. Nuestros bisabuelos,en cambio, a pesar de esa herencia de una nefasta Inquisición- hoy felizmente sepultada,- conservaron al indio y se enriquecieron culturalmente con ellos, ... hasta le dieron su apellido a los hijos mestizos, guachos, gauchos o gaúchos devinieron ciudadanos de una nación con notable tolerancia racial y religiosa. No eran entonces ,por 1979, los criollos del interior y su cultura hispanoamericana-los bárbaros ,como los denigraba Sarmiento-, sino en realidad los Pampas aborígenes, aún marginales en 1880 y ya reacios desde antaño a la propia influencia de la avanzada cultura incaica. ¿ A qué cultura indígena habría que preservar, propia de poblaciones nómades de vida miserable y rasgos prehistóricos ? A los que nos objetarán esta interrogación por decir que nos situamos sólo en un enfoque europeísta o etnocéntrico, les contestaremos con lo que Hernández hacía relatar a Martín Fierro desde sus vivencias genuinamente gauchas durante su exilio en las tolderías; de lo que no hay que dudar que fuera una genuina observación histórica real y no sólo una figura literaria. 2 El indio pasa la vida Robando o echao de panza; la única ley es la lanza A que se ha de someter; Lo que le falta en saber Lo suple con desconfianza El que envenenen sus armas les mandan sus hechiceras; y como ni a Dios veneran, nada a los Pampas contiene hasta los nombres que tienen son de animales y fieras ............ es tenaz en su barbarie, no esperen verlo cambiar, el deseo de mejorar en su rudeza no cabe: el bárbaro sólo sabe emborracharse y peliar ............ Naides puede imaginar una miseria mayor; su pobreza causa horror no sabe aquél indio bruto que la tierra no da fruto sino la riega el sudor ....................... todo el peso del trabajo lo dejan a las mujeres: el indio es indio y no quiere apiar de su condición; ha nacido indio ladrón y como indio ladrón muere ¿ Qué cultura entonces puede dignificar a una población que no reconocía ley más que la fuerza, que carecía del sentido del trabajo como elemento de superación individual y colectiva, que no trabajaba la tierra apropiándose de ella y que vivía saqueando los frutos del trabajo ajeno, como una economía de piratería? La verdadera conquista de la Patagonia no ha concluido entonces hasta que no se incorporen los excluidos aborígenes, nuestros connacionales, pero del mismo modo que todas las poblaciones marginadas de la modernidad (incluidos los nietos desocupados de europeos), a una cultura productiva e integradora, donde todos puedan acceder a la educación y salud pública. No ha concluído hasta no lograr la incorporación al idioma castellano, a todos los reductos dialectales de las subculturas aisladas, cosa de facilitarles la inserción laboral, y que puedan alcanzar todas las conquistas de la modernidad que el Estado debe facilitar a sus ciudadanos en tanto connacionales y no en tanto etnias. Es una tarea del hoy fomentar el acercamiento e integración de todas esas culturas patagónicas no solo distanciadas por la inmensa geografía sino por la multiplicidad poblacional y con tendencia a mantenerse en relativo aislamiento : Galeses, europeoorientales, chilenos, judíos, mapuches, germanos, españoles, criollos y ahora estadounidenses que no han logrado, por su joven historia, el amalgamiento histórico y mestizaje centenario como el que se dió en el Noroeste y Cuyo argentino. La Argentina criolla y latinoamericana no ha alcanzado aún a impregnar al sur patagónico . Son las políticas unificadoras en lo cultural , poblacional y económico, las que debe realizar el Estado Nacional- y no las provincias – para concluir una conquista definitiva y completa. Recordemos cuán poco tiempo hace, de que las protestas de las provincias patagónicas, por mejorar sus recursos coparticipables ,inducían a buscarcomo coacción política-, la amenaza de una secesión para mejor resguardar los intereses provincialesLas formalidades de los límites soberanos y de la pura democracia política no alcanzan aún para una autodeterminación argentina ,plena sobre sus propios recursos naturales. 3 Por supuesto que hay que comprender que el neoindigenismo -adoptado más por blancos que por indios – responda a una necesidad identitaria ante una globalización que despersonaliza todo lo autóctono; pero ello será un recurso insuficiente y no abarcador como para afirmarse. Siendo que tenemos a mano nuestra riquísima herencia cultural de tolerancia e integración, suficientemente consistente , como vemos en su idioma, su música, en sus poetas y fiestas religiosas populares, ¡cuán sagradas y ancestrales son esas peregrinaciones a las grutas de nuestras vírgenes ,que brotan de la sierra y la montaña como flor silvestre! Como el Hombre de Maíz quiché:....... desde la tierra hacia el cielo. En las multitudinarias Fiestas Populares de Semana Santa en Cuzco o en Ayacucho,así como en el resto del Norte Argentino, es muy singular y significativo contemplar ese sinfín de colores diversos de cabelleras, manos vestimentas y sombreros , acompañando el paseo del Cristo, de la Virgen o del Santo Patrono y aunado todo por ese sacro sonido de los sikus, las quenas sublimes y los vigorosos bombos que testimonian la presencia viva de la Pachamama. Típico signo de una vital cultura latinoamericana vivido con genuina aceptación por indios, blancos y mestizos. ¿Tiene sentido entonces avisar a las etnias cobrizas que vuelvan a sus oraciones al Dios-Sol, a la Diosa tierra, o a la que viene del mar.? Tiene sentido que regresen a curarse con hierbas, rezos y bailes o que retornen al sacrificio de vírgenes con profusos derramamientos de sangre ? ¿ Qué prédica es esta sino una apelación disolvente a la Unidad Latinoamericana y una exaltación a los racismos ? Que la necesidad de refugio identitario no nos lleve a confundir sobre cuál es el pueblo dominante y cuáles son nuestras banderas. La IDENTIDAD y la FALSA IDENTIDAD: La tolerancia social, cultural y religiosa no es sólo una cuestión de derecho, sino de hecho, de acto ya logrado históricamente y que tiende a repeler los sectarismos y fundamentalismos, a no ser que ello sea sobredimensionado como una creación artificial y provocación política forzada desde las necesidades de políticas imperiales. Pretender que para reivindicar una raza, se desprecie al mestizaje como “ambigüedad” ,es en sí mismo una ambición racista.Cuando se busca discriminar lo distinto de una síntesis étnica y cultural ya realizada, es entonces cuando se está segregando, con el argumento de la preservación. Cabe destacar,como dato sociológico, esta nueva corriente de costumbres e ideas, predominante sobre todo en estudiantes, profesionales y gente de buen nivel educacional, que viven anhelando un retorno a la vida rural y a adoptar costumbres y hábitos aborígenes, tal como un descubrimiento de lo telúrico, y a la vez, predicando que los descendientes de indios o los de raza pura asuman su autentica tradición.A la vez los culpan por la adopción de formas civilizadas, como si ello fuera una traición propia del mestizaje; ellos “de identidad cruzada”, no entienden como los nietos de indios, quieren aprender un oficio para sobrevivir mejor en las ciudades, quieran vestir como en ellas e inclusive.....aprender computación o ir a la Universidad . Quieren que el indio se conserve solo indio, cuando por el contrario, con ello, enriquece su identidad personal y ayuda al progreso de su comunidad.¡ Es una versión “modernizada” y mas hipócrita de la segregación ! 4 Ello despierta una matriz antropológica ya muy conocida entre nosotros: los prejuicios sociales, especialmente de los que invocan un hispanismo puro, de cultura y herencia de sangre y prestigio del autodenominado “linaje ”.Ello fue una constante de las clases dominantes en el pasado y hoy felizmente un residuo cultural, superado por tanto mestizaje e inmigración en el siglo XIX. Si es por ello también somos lusoamericanos, y de última instancia NI INDIOS NI EUROPEOS, SINO LATINOAMERICANOS como decía Bolívar. Porque es entonces oportuno advertir como los fundamentalismos culturales o religiosos(también los ideológicos) no hacen mas que llamar a su contrario y estimular la división de las naciones y pueblos que en esencia repelen los dogmatismos del que hacen gala las posturas ideológicas académicas y librescas. Las culturas populares y nacionales no son siempre aceptadas como tal por los círculos universitarios, y viceversa. Será un logro que los mestizajes culturales integren lo mejor de las subculturas de las distintas etnias que componen una nación. El tiempo y la evolución que conlleva el progreso de la historia de los pueblos, hará decantar y desechar, lo perimido y dogmático de cada religión y de cada cultura en el trance de una globalización cultural inexorable,que no es necesariamente la de la globalización económica. Lo que potencia las razas y a las culturas es su encuentro, y no su aislamiento en “ghettos”;sino en la consolidación de unidades sociales y políticas cada vez mayores y mas compactas. No es entonces apelando al linaje de la pureza de la sangre o de la superioridad de la propia cultura como se preservará una etnia; las culturas y las religiones no se encierran en fronteras geográficas,ni tampoco se garantizan por matrimonios endogámicos; ello solo conduce a sentimientos de una omnipotencia racial que tendrá que vivir inventando enemigos para autoafirmarse,....a la defensiva.-. A América Latina solo le falta disolver sus fronteras políticas para re-unirse como gran Nación; nuestros países son en realidad provincias que comparten un mismo espíritu humanista y ethos católico predominante, que sin necesidad de apoyarse en dogmatismos confesionales y doctrinarios conforman una misma cultura de integración y de tolerancia fraternal. Bastaría superar las conveniencias de las economías mezquinas y exportadoras de productos primarios para alcanzar políticamente la unión Sudamericana, mas allá de los puertos, esa es la auténtica plataforma a consolidar, antes de globalizarnos aisladamente, a un mundo sin lógica ni brújula espiritual. Alfredo Terzaga (h) Septiembre 2003 Referentes conceptuales: Graciela Maturo: Sustrato Religioso e Integración Latinoamericana Novalis: La Cristiandad, o Europa - 1790 5 Nimio De Anquin: Antropología de los tres hombres históricos - 1951 Abel Posse: Argentina, el gran viraje - 2000 Carlos Astrada: El Mito Gaucho – 1964 Jorge Amado: Tienda de Milagros Roberto Ferrero: Ni hispanismo, ni indigenismo. Cayetano Bruno: La Evangelización de Patagonia y Tierra del Fuego ALFREDO TERZAGA -1976 Historia de Roca:De soldado federal a Presidente de la República.Ed.Peña Lillo 6