Asuncionistas en Valparaíso Los Religiosos asuncionistas Los Religiosos asuncionistas (agustinos de la asunción), son una congregación religiosa nacida en Francia en 1850. Su fundador es el venerable P. Manuel D’Alzon. Bajo la divisa “Venga a nosotros tu Reino”, desarrollan su labor apostólica en los cinco Continentes y a través de las más variadas obras apostólicas desarrollan su misión en el mundo, destacándose su trabajo en los medios de comunicación, en educación, en pastoral de parroquias y comunidades de inserción, en pastoral de santuarios y en misiones. El 5 de noviembre de1890 los primeros asuncionistas llegaron a Chile, a petición de Don Mariano Casanova, Arzobispo de Santiago, quien los había conocido en Lourdes de Francia. Eran 10 hombres llenos de celo apostólico, de fervor evangélico, de preparación doctrinal, que el entonces arzobispo quiso traer a sus tierras, pues pensó que ellos harían mucho bien a la Iglesia chilena. Cada vez que podía repetía: “La asunción vino a Chile para hacer grandes cosas, harán mucho bien aquí, porque hay mucho que hacer”. Actualmente el Superior General de los religiosos asuncionistas es el Padre Benoît Grière y el Superior Provincial de Chile-Argentina es el Padre Juan Carlos Cisterna, religioso chileno. “El Espíritu de la Asunción se resume en pocas palabras: el amor a Nuestro Señor Jesucristo, a la Santísima Virgen -su Madre-, y a la Iglesia, su Esposa”. (Palabras del Padre Manuel D’Alzon.) Los asuncionistas en Valparaíso Fue en febrero de 1911 que llegaron a Valparaíso los religiosos asuncionistas, encabezados por el P. Gunfrid Darbois, y se instalaron en el Cerro Los Placeres. Por aquellos años la población de Valparaíso era aproximadamente de unos 190.000(Censo 1907, INE), y el Cerro según descripción de los religiosos alcanzaría unos 12.000 a 15.000habitantes. El Cerro recién empezaba a poblarse, eso debido al gran terremoto que había asolado al puerto el 16 de agosto de 1906. Los religiosos asuncionistas, acogiendo la invitación que les hiciera el obispo de Santiago, accedieron a abrir una comunidad parroquial en Valparaíso. A su llegada no contaban con casa, ni parroquia, por los que algunos padres se hospedaron en la casa de las religiosas del Buen Pastor, que habitaban en el cerro y estaban a cargo de una cárcel de mujeres y correccional. Durante ese tiempo el Gobernador apostólico de Valparaíso, Monseñor Eduardo Gimpert, compró un lote de 200 Mts. cuadrados de terreno entre las calles Avda. Matta y Amalia Paz, donde se erigiría la futura parroquia y la casa parroquial. La inauguración del Templo estaba prevista para el sábado 08 de septiembre, sin embargo una lluvia torrencial hacía imposible subir hasta el lugar y transitar con normalidad por las barrosas calles del cerro, por lo que se cambió la fecha para el día 08 de octubre. De ese modo el 08 de octubre, en las puertas de la capilla del Buen Pastor se iniciaba la procesión que dio inicio a la inauguración de la nueva parroquia. Según relatan las crónicas de la época, la ceremonia estuvo presidida por Monseñor Gimpert, y junto a los padres asuncionistas, las religiosas del buen Pastor, una multitud de fieles que alcanzaba las 5.000 personas participaron de dicho momento. Engalanó la fiesta la banda del colegio Salesiano de Valparaíso, y tras sus sones, la comitiva peregrinó hacia el templo parroquial, que fue levantado bajo el nombre de Nuestra Señora de Lourdes. La primera comunidad asuncionista estuvo integrada por el P. Gunfrid Darbois (superior y párroco) y los padres Armando Guillon e Isidoro Gayraud, como vicarios parroquiales De esa historia ya han pasado 100 años, el Cerro ha crecido de manera insospechada hacia todos lados, siendo hoy un centro urbano habitacional importantísimo de nuestra ciudad. Y también un foco universitario de gran importancia, pues en el cerro se ubica la Universidad Federico Santa María, de gran renombre y prestigio nacional. La comunidad parroquial actualmente cuenta con 6 comunidades cristianas: Philippi, el Buen Pastor, San Andrés, Ascensión del Señor, Santo Domingo y Lourdes. Importantes han sido los frutos producidos en esa parroquia y algunos de ellos hasta el día de hoy están vigentes: Academia Santa Mónica; Vía Crucis (Declarado patrimonio cultural intangible de Valparaíso el 2011), la hermandad de Lourdes; Colegio San Pío X, actualmente dependiente de la FODEC (Fundación de Oficio diocesano de Educación Católica de Valparaíso). Muchos han sido los religiosos y sacerdotes asuncionistas que han pasado por esta parroquia, ya sea en su calidad de párrocos, superiores o miembros de la comunidad. Entre ellos muchos se destacaron notablemente por su celo e inventiva apostólica. Insignes testimonio de ello fueron los padres Gunfrid Darbois, primer Párroco, Jorge Neusch, quien entre otras obras fundó el colegio San Pío X y el Vía Crucis viviente, Regis Loec (actualmente residente en Francia), fundador de la Academia Santa Mónica, Juan Donoso, quien organizó los consejos de comunidades y luchó por su unidad pastoral. El P. Regis Loec, que ya en avanzada edad asumió la como párroco y que continuo la labor de sus antecesores, desarrollando una ardua tarea apostólica. El P. Olivier D’ Argouges, que incentivo la participación de los laicos, dándoles siempre protagonismo y espacio de acción evangélica en las comunidades. Actualmente, la comunidad asuncionista está formada por los Padres Ricardo Arellano (Superior y párroco), el P. Mario del Canto y el P. Mauricio Riquelme. También es importante destacar la presencia pastoral que tuvieron en nuestro cerro sacerdotes diocesanos que trabajaron pastoralmente, el P. Patricio Guarda y P. Miguel Woodward (detenido desaparecido); las Religiosas Dominicas Misioneras y Las religiosas Oblatas de la Asunción. Las hermanas Oblatas desarrollaron una importante labor en la parte media y alta del cerro, donde apoyaron la formación de los laicos de las comunidades y se destacaron por una importante labor social a favor de los más pobres. Actualmente, en la población las Palmas, en la parte más alta del cerro, está la presencia de los sacerdotes Columbanos. 100 años de historia, de presencia religiosa, de servicio apostólico y servicio a la Iglesia. 100 años de propagar la devoción a la Santísima virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes en este cerro de Valparaíso. Una ocasión propicia para dar gracias a Dios por sus obras, por su acción en medio nuestro, y para seguir implorando la fuerza de su Espíritu para continuar la misión.