Fallo provisto por elDial.com Expte. n° 76132/2011 - "F., M. A. c/ C., E. s/ aumento de cuota alimentaria" – CNCIV – SALA B 02/12/2013 Buenos Aires, 02 de diciembre de 2013. VISTOS Y CONSIDERANDO: I. Contra la sentencia de fs. 239/241, en virtud de la cual se fijó la cuota alimentaria que debe abonar el demandado a favor de su hijo F. en la suma de tres mil pesos ($3.000) mensuales, interpusieron recurso de apelación la pretensora y la Sra. Defensora de Menores de la anterior instancia. La actora presentó memorial a fs. 250/254, cuyo traslado no mereció réplica alguna. A fs. 262/264 la Sra. Defensora de Menores de Cámara mantuvo y fundó la apelación articulada por la representante del Ministerio Público ante el juzgado de trámite, cuyos fundamentos no recibieron respuesta del demandado. La reclamante se quejó del monto de cuota alimentaria fijado, por resultar aquél insuficiente para afrontar los gastos de su hijo, especialmente en virtud de los reiterados incumplimientos del encartado y el costo que implica mantener el nivel de vida de F.. Asimismo, articuló que el aumento otorgado no refleja los mayores costos de vida imperantes desde la celebración del convenio, ni la mayor edad del hijo, hechos que por sí solos autorizan un incremento en la cuota alimentaria. La Defensora de Menores de Cámara, por su parte, opinó que el aumento establecido en el decisum de grado es insuficiente, pues el monto originariamente reclamado ha quedado desactualizado en razón del transcurso del tiempo y de la mayor edad de F., dado que sus necesidades –incluso desde la promoción del incidente— han aumentado. Se adhiere a su vez al argumento de la actora referido al aumento del costo de vida. II. Encaminados al análisis de los agravios, cabe mencionar –de modo preliminar— que el tribunal de apelación no se encuentra obligado a seguir a los litigantes en todas sus argumentaciones, ni a refutar éstas una por una, en tanto posee amplia libertad para ordenar el estudio de los hechos y de las distintas cuestiones planteadas. Vale decir, que es facultad de los jueces asignar a aquellos el valor que corresponda, seleccionando lo que resulte decisivo para fundar la sentencia. Esto significa que la Sala podrá prescindir de los planteos que no sirvan para la justa solución de la litis. III. Para el estudio del caso, es útil precisar que el derecho alimentario de los hijos deriva de los deberes que impone la responsabilidad parental en cabeza de los progenitores. El mencionado deber implica proveer a los hijos de lo necesario para la cobertura de todos aquellos rubros tradicionales y que hacen a una subsistencia en condiciones de decoro, adecuadas a las circunstancias personales relevantes de las partes en litigio, tratando de mantener el nivel social y económico del cual gozaban hasta el surgimiento del conflicto entre sus padres. Es por ello que, para determinar una suma razonable en concepto de alimentos, deben ponderarse no sólo los ingresos del alimentante, sino también la condición social de las partes y sus modalidades de vida (conf.: CNCiv., Sala H, "K., D. c/ L., L.", 21/04/97, LL, 1997-F, 52-DJ 1998-2, 991, AR/JUR/1290/1997). Debe puntualizarse que la pensión alimentaria originaria es la que resulta del acuerdo celebrado por las partes en el mes de junio de 2010 en el marco del expediente nº 41.804/2010 caratulado "F., M. A. c/C. , E. s/alimentos", que en este acto tenemos a la vista. En dicho momento se estableció que la cuota a sufragar por el demandado sería de mil quinientos pesos mensuales ($1.500), cantidad que corresponde presumir las partes consideraron suficiente para satisfacer los gastos ordinarios del niño, así como posible de ser abonada por el alimentante. En este sentido, se recuerda que los presupuestos de admisibilidad del incidente de aumento de cuota alimentaria se configuran cuando han variado las circunstancias de hecho consideradas al establecerla, ya sea por el incremento de la fortuna o de las posibilidades económicas del deudor, o por el aumento de las necesidades del acreedor a cuya satisfacción debe tender la cuota. En este último caso, la factibilidad del aumento pretendido y sus concretos alcances deben guardar relación con la disponibilidad potencial de recursos por parte del obligado (esta Sala, R.619.128, 31-05-2013, "S.R., M.S. c/ S., P.", eldial.com AA822A; CNCiv., sala D, 9-9-85, ED 122-650; CNCiv., sala H, 27-8-1997 in re "A., M. N. c. F., M. A. y F., M. A. c. A., M. N.", LL 1998-B-917, entre muchos otros antecedentes). De ello se sigue que el objeto de la prueba en el incidente de modificación de alimentos del art. 650 del Código Procesal, se centra en demostrar la variación acontecida en el contexto fáctico que sirvió de base para la fijación de la cuota cuya modificación se pretende. En esa inteligencia, no constituye un dato menor que desde la fecha de suscripción del referido convenio han transcurrido más de tres años, y que el niño tiene ahora casi once años de edad. Así, se ha decidido de modo uniforme que la mayor edad de los hijos autoriza, por ese solo hecho, el aumento de la pensión alimentaria establecida a su favor; pues el crecimiento de los hijos trae aparejado el paralelo incremento de las erogaciones destinadas a la cobertura de sus necesidades; aparecen mayores gastos para atender a sus requerimientos en materia de alimentación propiamente dicha, vestimenta y calzado, nuevas y crecientes necesidades e inquietudes educativas y culturales; a lo que se le suma un aumento en su vida de relación independiente de la de sus progenitores; todo lo cual hace más onerosa su manutención (Conf. Bossert, Gustavo A, "Régimen jurídico de los alimentos", Buenos Aires, Astrea, 1993, pág. 206, pto. 229 y jurisprudencia allí citada; R. 459.679, del 14/02/07; y R. 492.369, del 7/03/08, entre muchos otros). En ese mismo sentido, cabe destacar que la institución educativa a la que concurre F. ha incrementado su costo desde el momento del acuerdo originario, pues en abril de 2010 la cuota que se abonaba era de $852, mientras que en marzo de 2013 los gastos de la educación del niño (incluyendo vianda y viáticos por campo de deportes) eran de $1.245; a lo que debe sumarse como gastos anuales un campamento por $350, un viaje de $1.200, matrícula de $650, materiales de $300 y uniforme por $585 (ver fs. 232). Debido al fuerte incremento del que han sido objeto los aranceles de la educación privada, cabe presumir que los valores han continuado aumentando. La mencionada información se configura central a los efectos de meritar las necesidades de F. y la posibilidad de mantener el nivel de vida contemplado al momento del convenio; así como los requerimientos indispensables para su desarrollo físico y socio-cultural, y otros aspectos tales como vivienda, vestimenta, enseres personales, esparcimiento, vida de relación y salud. Es que al fijarse la prestación alimentaria se deben equilibrar -prudencial y equitativamente- las necesidades de los hijos, las posibilidades del alimentante y la severidad del deber alimentario que deriva de la responsabilidad parental, con la prevención de que no es ajustado a derecho escatimar esfuerzos o medios que conduzcan al pleno cumplimiento de la obligación (conf.: CNCiv., Sala C, R. 30.662, del 04/08/87 y sus citas). IV.- Ahora bien, en lo referido a la situación patrimonial del demandado, de las pruebas producidas en la causa se desprende que se desempeña laboralmente como ingeniero en sistemas, desarrollando páginas web de forma particular bajo los nombres de fantasía "orange web" y "velvet" (fs. 141vta.). Tal y como surge de la información agregada por la AFIP, el Sr. C. figura inscripto en dicha dependencia como monotributista en la categoría "E", que al momento estipula un mínimo de facturación anual de $96.001 y un máximo de $144.000, lo que arroja un promedio mensual de $10.000. A su vez, conforme surge del resultado de la prueba informativa de fs. 197, uno de sus clientes manifiesta haber abonado por los servicios del encartado la suma promedio de $3.000 mensuales. Asimismo, en virtud de que el demandado acordó en estos actuados casi dos años atrás (fs. 75) abonar una cuota alimentaria provisoria de dos mil pesos ($2.000) es dable inferir que contaba y cuenta con recursos económicos para afrontar una cuota alimentaria acorde con las mayores necesidades actuales de su hijo. V. En lo que se refiere concretamente al quantum de la obligación alimentaria, no se colige de las pruebas rendidas en autos que el aumento dispuesto en la sentencia en crisis (que lleva la cuota originariamente pactada al doble de su valor) se revele insuficiente para afrontar los gastos de F., teniéndose en cuenta los gastos por vivienda, comida, higiene personal, medicamentos, vestimenta, calzado, viáticos, compromisos sociales (regalos de cumpleaños de amigos y compañeros), esparcimiento, actividades extracurriculares y/o deportivas, impuestos, expensas y servicios. En virtud entonces de la prueba arrimada al expediente, y de las necesidades que se desprenden de la edad del niño, este tribunal entiende que corresponde confirmar la cuota alimentaria establecida en la sentencia en crisis, con los alcances que después se indicará. Con relación a las cuotas anuales fijadas por el magistrado de grado para afrontar los gastos de materiales y matrícula escolar, ésta se debe mantener sin alteración, por haber quedado consentida la decisión de grado en lo que hace a este punto. VI. A esta altura de nuestro estudio, consideramos adecuado señalar que la sala participa del criterio de que en toda actuación judicial en la que se encuentren involucrados niños, debe velarse por el interés supremo de éstos, que se erige como principio rector del derecho procesal de familia. Sobre el tema, téngase presente que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que la expresión "interés superior del niño" implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración y la aplicación de normas en todos los órdenes relativos a su vida (CIDH, 28/08/2002, Opinión Consultiva OC 17/02, solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, LL 2003-B, 312); y la ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes N° 26.061 lo definió como "la máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías reconocidos por esta ley" (art. 3°). Como consecuencia de lo descripto, en todas las cuestiones de esta índole en las que nos toca intervenir, ha de ser aquel interés primordial de los niños y adolescentes el que ha de orientar y condicionar toda decisión de los Tribunales de todas las instancias llamados al juzgamiento de los casos; y ello conforme a reiterada jurisprudencia de nuestra Corte Federal (CSJN, 6/2/2001, Fallos: 324:122; 2/12/2008, Fallos 331:2691; 29/4/2008, Fallos 331:941, entre muchos otros). En resumidas cuentas, no corresponde en casos como el traído a examen limitarse a la aplicación rigurosamente técnica de pautas formales que llevarían a desentenderse del hecho de hallarnos operando sobre derechos indisponibles. Nótese que la normativa los declara "irrenunciables" (art. 2, párr. 2°, de la ley 26.061), lo que lleva a privilegiar el principio opuesto al dispositivo y, en consecuencia, las facultades de las partes ceden paso a las facultades judiciales (conf.: Morello, Sosa, Berizonce, Códigos Procesales...K, 2da. ed., I-574, "C"; CApel. Trelew, sala A, 10/03/2010, "S, E.B. c/ N., J de la C.", AR/JUR/95785/2010). Vale decir, el orden público es el que se impone y, con él, el deber de los jueces de actuar oficiosamente. Por lo expuesto, tomando en consideración el contexto socioeconómico en el que se dicta la presente resolución, como modo de favorecer y contemplar con especial atención la necesidad del niño y propender a la economía, simplificación y celeridad procesal, así como también a los fines de neutralizar el riesgo de que alguna de las necesidades del adolescente pueda quedar insatisfecha en los meses venideros, el Tribunal entiende acertado que la cantidad establecida en beneficio de F. --$3.000 mensuales— rija hasta el mes de abril de 2014, inclusive. A su vez, de mayo a octubre de 2014, ambos inclusive, entendemos prudente fijar la cuota en la suma de tres mil trescientos pesos mensuales ($ 3.300), y de noviembre de 2014 a abril de 2015 en tres mil seiscientos cincuenta pesos mensuales ($3.650). Esta forma de decidir se entiende adecuada para absorber escalonadamente los próximos presumibles incrementos de costos y necesidades del joven, sin tener que acudir a someterlo –una vez más— al gravoso expediente del incidente de aumento de cuota alimentaria. Por eso, las medidas adoptadas apuntan también a preservar, en la medida de lo posible, la salud psíquica y emocional del hijo en común, para que éste no se vea expuesto periódicamente a las inevitables tensiones que generan la tramitación de pleitos como el presente. VII. Las costas de la alzada, deberán ser soportadas por el demandado en virtud de la naturaleza del presente proceso; esto es, el carácter asistencial de la prestación alimentaria; pues rige el principio general de que las costas deben ser soportadas por el alimentante, a fin de evitar su incidencia en detrimento de la integridad de la cuota (ver, esta Sala, R. 626.614, "D., I. c/ P., A. s/alimentos" entre muchos otros). VIII. En cuanto a los recursos interpuestos por las letradas de la parte actora contra las regulaciones de fs. 241vta., por considerar bajos los honorarios fijados, teniendo en cuenta el modo en que se decide en esta instancia, la naturaleza, importancia, extensión, calidad y eficacia de la labor desarrollada; etapas cumplidas; recursos de apelación por bajos de fs. 247 y lo dispuesto por los arts. 6, 7, 10, 25, 37, 41 y concs. de la Ley de Arancel n° 21.839, con las reformas introducidas por la Ley n° 24.432, se fijan en la suma de pesos mil ($3.000) los honorarios de la letrada patrocinante de la parte actora y en pesos trescientos ($300) los de la letrada de la misma parte por su actuación en la audiencia de fs. 75. Por su labor en la Alzada, se fijan en la suma de pesos novecientos ($900) los honorarios de la letrada que suscribe el memorial de fs. 250/254, los que deberán abonarse en el plazo de diez días. IX. A la luz de todo lo expuesto, el Tribunal RESUELVE: 1) confirmar la sentencia apelada con los alcances dispuestos en los siguientes apartados; 2) Establecer que la cuota a abonar a favor de F. desde la fecha de la mediación y hasta abril de 2014, inclusive, será de tres mil pesos mensuales ($ 3.000), de mayo a octubre de 2014, ambos inclusive, se determina en tres mil trescientos pesos mensuales ($ 3.300), y de noviembre de 2014 a abril de 2015, ambos inclusive, de tres mil seiscientos cincuenta pesos mensuales ($3.650). 3) Tener presente que las partes han consentido las cuotas extraordinarias anuales fijadas en la primera instancia; 4) Desestimar los restantes agravios; 5) Con costas al alimentante; 6) Fijar los honorarios de ambas instancias de acuerdo a la regulación efectuada en el considerando VIII. 7) Regístrese. Notifíquese por Secretaría a las partes y a la Defensora de Cámara en su despacho. Fecho, publíquese (conf. Ac. CSJN 24/13). Cumplido, devuélvase Fdo.: Fdo.: Mauricio Luis Mizrahi - Claudio Ramos Feijóo - Omar Luis Díaz Solimine Citar: elDial.com - AA84B2