La constitució de 1876. La ideologia de Cánovas del Castillo. “El arte de gobernar consiste en marchar siempre adelante, mejorando todo lo existente; pero haciendo cuanto haya que hacer con lentitud, extirpando las causas para matar los efectos sin producir revoluciones, que son en todos conceptos funestas. ¿Quién se opone ni se ha opuesto jamás a las reformas, cuando estas reformas son o pueden ser sinónimo de mejoras? ¿Quién hay que pueda rechazar las mejoras? Pero ¿es esto lo que muchas veces significa la palabra reforma, o es una agitación malsana que hace que se piense que con sólo moverse se mejora, que con sólo alterar se perfecciona, que únicamente destruyendo hoy lo de ayer, para que mañana vuelva a ser destruido, se camina con paso firme por la senda del progreso humano? Yo soy enemigo de toda reforma que no envuelva en sí una mejora indisputada y evidente; yo soy enemigo de que se cambie nada, sin aquella completa certidumbre que racionalmente cabe en las cosas humanas, de que lo destinado a sustituir a lo presente lo aventaja en gran manera y es muchísimo más útil para los intereses del país. Cualesquiera que sean nuestras preferencias teóricas; cualesquiera que sean nuestros temores presentes, pensad, señores, que no sois bastantes a contrarrestar el espíritu de los tiempos, el espíritu liberal que impera en el mundo moderno. Las ideas de este siglo, palpables, potentes, predominantes, irresistibles, empujan a todo el mundo hacia el régimen representativo y van esparciendo la libertad constitucional por todas partes.” “Creo que el Socialismo es hijo legítimo e inevitable del sufragio universal y de la descreencia religiosa, y que el socialismo es ya hoy una grande amenaza, tengo mucha fe aún en la eficacia que, a poco que la ayudéis, encierra una de las instituciones proyectadas; la institución monárquica. Toda sociedad cuyo elemento sea el sufragio universal, y en que se llegue a lograrse y alcanzarse la triste victoria del ateísmo [..] Creo, por lo mismo que la forma de estado, ahora y siempre, principalmente atendiendo al desarrollo legítimo de la personalidad humana, y a la consagración histórica de los derechos individuales, será la forma monárquica. No digo que sea la única; podrán organizarse en otra forma las sociedades humanas, no lo niego; pero creo que así como confirma el más preciso de los derechos individuales , que es la propiedad, la herencia, el principio de una sociedad continua, que guarda en depósito el caudal de las generaciones pasadas para las venideras, que es la atmósfera moral en que el individuo alienta, que es el instrumento más grande de su desenvolvimiento histórico, no es otro que la monarquía hereditaria [..] A vosotros os digo con mayor esperanza, que si queréis conservar la libertad como yo quiero que se conserve, menester es que salvéis también la religión y la monarquía. La libertad, la religión, la monarquía, preciso es estar ciego para no verlo, son los tres grandes y fundamentales sentimientos de que está poseída la Nación española.” "Escójase, pues, entre la falsificación permanente del sufragio universal o su supresión si no se quiere tener que elegir entre la existencia y la desaparición de la propiedad (…). La convicción profunda de que las desigualdades proceden de Dios, que son propias de nuestra naturaleza y creo supuesta esta diferencia en la inteligencia y hasta en la moralidad, que las minorías inteligentes gobernarán siempre el mundo". “Lo que más principalmente ha de dividir en lo sucesivo a los hombres, sobre todo en nuestras sociedades [...] ha de ser más que nada esta cuestión de la propiedad. La propiedad es la verdadera fuente y la verdadera base de la sociedad. Con todos los que real y verdaderamente defiendan la propiedad se creará una grande escuela, se creará un grande y verdadero partido, que, aun cuando entre sí tenga divisiones profundas como todos los partidos las tienen, estará siempre unido por un vínculo, por un fortísimo lazo común.” “Los ejércitos serán por largo plazo, quizá siempre, robusto sostén del presente orden social, e invencible dique de las tentativas ilegales del proletariado que no logrará otra cosa sino derramar inútilmente su sangre en desiguales batallas.”