Iglesia de Dios Guatemala C.A. Mayordomía General. Estudio: Compra la verdad y no la vendas. Octubre 2012. Visítenos: www.iglesiadedios.com.gt COMPRA LA VERDAD Y NO LA VENDAS… Proverbios 23:23 Introducción: El sabio Salomón, autor inspirado de los Proverbios, escribió en el capítulo 23:23 “Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.” ¿Qué es la verdad? Desde tiempos antiguos, el mundo intelectual, con los pensadores, filósofos, científicos, astrónomos, religiosos y muchos otros intentan definir acerca de la verdad. Cada persona o grupo propone lo que considera la definición correcta para explicar lo que significa la verdad. No se puede definir la verdad con argumentos fuera de la Palabra de Dios. Se cumple la Palabra de Dios conforme a lo que dice Isaías 5:21 “¡Ay de los sabios en sus ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!” Es la Palabra de Dios, inspirada por el Padre Celestial, la que define qué es la verdad. Leamos el evangelio de Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.” El apóstol Pedro enseña que para explicar la Escritura debemos basarnos en la misma Escritura. 1ª. de Pedro 4:11 “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a la virtud que Dios suministra…” Toda enseñanza debe estar basada en la Palabra de Dios, para no quebrantar el mandamiento de Dios, pues quitar o agregar a la Palabra es quedar sujetos al juicio del Eterno. Apocalipsis 22:18-19 “…Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.” Compra la verdad. Todo ser que no se ha convertido al Señor, tiene acceso a la Palabra de Dios, pero no a entender los misterios revelados por Dios a su pueblo. Así lo explicó el Señor en Lucas 10:21 “En aquella misma hora Jesús se alegró en espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, que escondiste estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños: Así, Padre, porque así te agradó.” Para comprar la verdad, primero el Señor nos compró con su sangre preciosa, que es una forma simbólica de explicar que para llegar a entender la Palabra de Dios, primero fuimos rescatados del pecado, perdonados y reconciliados con el Padre Celestial a través de su Hijo Jesucristo. 1ª. Pedro 1:18-19 “Sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata; sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” Es con la sangre preciosa del Hijo de Dios, que compramos la verdad, ya que para entender los misterios del evangelio, para ser perdonados, no existe ningún otro medio, nadie puede llegar al Padre sino a través del Hijo, nadie puede entender la verdad contenida en la Palabra de Dios sino únicamente a través del Hijo. Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Ahora podemos entender la Palabra de Dios porque tenemos la mente de Cristo, 1ª. Corintios 2:16 “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” Ahora el Todopoderoso revela a su Iglesia los acontecimientos en el mundo, escritos en su Palabra, para que podamos estar alertas. Amós 3:7 “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.” Ahora que somos parte del cuerpo del Señor, escudriñamos la Palabra examinándola espiritualmente, como dice el apóstol Pablo en 1ª. Corintios 2:14 “Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de juzgar espiritualmente.” La mayor riqueza que un hombre puede poseer, es la Palabra de Dios, porque a través de ella cada día entendemos más la Obra redentora de nuestro Señor Jesucristo, Por ello el Señor mandó a sus discípulos a escudriñar la Escritura, pues mientras más la escudriñamos, más aprendemos del amor de Cristo. El evangelio del Señor se originó y en el amor y se cumple en amor, por eso el Señor dijo que “Si me amáis, guardad mis mandamientos.” El proverbista nos enseña que compremos la verdad y no la vendamos, en el mismo versículo de Proverbios 23:23, el sabio nos muestra que parte de la verdad es la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia. Con el Señor, con su verdad, somos una cosa, nos espera la vida, ya que aunque muramos, despertaremos para vida eterna, con el Señor la vida tiene un sentido, la existencia tiene una razón, el camino tiene un final glorioso, todas las cosas cercanas y lejanas tienen su propia razón para existir. El salmista explicó que la ley de Jehová vuelve el alma, pues antes de conocer el evangelio del Señor y de entregarnos a él, nuestra vida no tenía un sentido espiritual, y todas las cosas giraban en torno al materialismo, pues las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas. 2ª. Corintios 4:18 “No mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven: porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas.” Al mirar el mundo con los ojos del espíritu, al considerar la vida y todas las cosas que nos rodean, vemos que lo material es un medio que Dios nos da para subsistir, es por ello que el Señor nos manda a no poner nuestra mirada en la materia, a las cosas terrenas, sino a las cosas de arriba. Colosenses 3:2 “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.” De nada le sirvió al rico acumular tanta riqueza, porque cuando le llegó la hora de morir tuvo que dejar lo que había acumulado. Lucas 12:20 “Y díjole Dios: Necio, esta noche vuelven a pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será?” Derechos Reservados. © Iglesia de Dios, Guatemala, C.A. Este estudio puede ser reproducido total o parcialmente siempre y cuando no se altere el contenido del mismo y se cite la fuente. Iglesia de Dios Guatemala C.A. Mayordomía General. Estudio: Compra la verdad y no la vendas. Octubre 2012. Visítenos: www.iglesiadedios.com.gt El apóstol Pablo no se dedicó a acumular riqueza material, pero si se esforzó en buscar la salvación, pudo exclamar al final de su carrera que estaba preparado para recibir la corona de vida. 2ª. Timoteo 4:8 “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” No la vendas. En el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, aprendemos en su Palabra que nosotros somos creación de Dios, somos sus hijos, no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino somos del Señor. Salmo 100:3 “Reconoced que Jehová él es Dios: El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.” Por eso, al final de los siglos, cada ser humano tendrá que dar cuenta de sus actos, pues muchos impíos piensan que por no creer en el Señor, o por despreciar las cosas de Dios, no estará sujeto al juicio. Todos somos creación de Dios, por tanto, todos debemos comparecer ante el tribunal del Señor. 2ª. Corintios 5:10 “Porque es menester que todos nosotros parezcamos ante el tr5ibunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo, ora sea bueno o malo.” En cuanto a la doctrina, el Señor declaró que ésta viene el Padre. Juan 7:16 “Respondióles Jesús y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.” La doctrina que hemos recibido del Señor por medio de su Palabra, es para que la obedezcamos. Romanos 6:17 “Empero gracias a Dios, que aunque fuisteis siervos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual sois entregados.” La doctrina del Señor es para vivirla, ningún miembro de la Iglesia de Dios, ningún ministro, nadie puede manipular la doctrina de acuerdo a sus intereses personales. Por muy buena que parezca una actitud, la doctrina no está sujeta a aspectos de conveniencia, sino a su pleno cumplimiento. Vender la doctrina, vender la verdad, es actuar en contra de la enseñanza que hemos recibido de la Palabra de Dios. Es actuar en contra de la enseñanza. Como Judas, que por 30 monedas vendió al Señor. Volver a las cosas del mundo pretendiendo que sea acepto dentro del evangelio, eso es vender la verdad. El Señor nos manda perseverar hasta el fin. Mateo 24:13 “Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.” Aquellos que habiendo conocido la verdad, miran atrás, no son dignos, porque pretenden vender la verdad mezclando lo santo con lo profano. Esto no agrada al Señor. Lucas 9:62 “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano al arado, mira atrás, es apto para el reino de Dios.” El Señor también nos manda a que defendamos la doctrina, pues sabemos que la doctrina del Señor tiene muchos opositores, falsos profetas, falsos enseñadores, la resistencia carnal del mundo a las cosas espirituales, la influencia malévola de los malos espíritus que no quieren la salvación del mundo sino su perdición. La Doctrina ha llegado hasta nosotros porque muchos hombres y mujeres, jóvenes, niños y ancianos, no doblegaron su cerviz ante los falsos cristos, y aunque intentaron doblegar la voluntad y la fe del pueblo de Dios, la fe aquellos hombres y mujeres, su profundo amor y gratitud por Jesucristo, hizo que se mantuvieran firmes y nos transmitieran la doctrina preciosa del hijo de Dios. Filipenses 1:27 “Solamente que converséis como es digno del evangelio de Cristo; para que, o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, unánimes combatiendo juntamente por la fe del evangelio.” No vendamos la verdad, no vendamos la sabiduría, la enseñanza ni la inteligencia. La sabiduría es el temor a Jehová, y el apartarse del mal la inteligencia. Job 28:28. Perder el temor a Dios, es perder interés en lo espiritual, dar cabida a las cosas de la carne, eso es vender la verdad, vender la sabiduría. Dejarnos envolver por las cosas del mundo, es retornar a las tinieblas, es vender las cosas de Dios. El apóstol nos habla de varones que dejaron el evangelio precioso del Señor por retornar a este siglo. 2ª. Timoteo 4:10 “Porque Demas me ha desamparado, amando este siglo…” Las modas deshonestas, los placeres de la carne, las cosas del mundo son cosas del pasado, ahora veamos hacia adelante, con fe, con convicción, con valor, todo en el Señor. El Señor nos ha dado de su Espíritu para que por fe podamos soportar los dardos de fuego del maligno. Efesios 6:16 “Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.” En la Escritura encontramos hombres y mujeres que prefirieron morir antes que vender la verdad. Es bueno que reflexionemos acerca de nuestro camino, para que nos examinemos a nosotros mismos para ver nuestra disposición a servir al Señor, sin importar las condiciones, los riesgos o lo peligros que esto represente. El Señor quiere que tengamos la misma disposición del apóstol Pablo dispuesto incluso a morir por la Obra del Señor. Hechos 21:13 “Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón? Porque yo no solo estoy dispuesto a ser atado, mas aun a morir en Jerusalem por el nombre del Señor Jesús.” El Señor nos manda que además de vivirla, debemos dar a conocer la doctrina, para que otras almas puedan alcanzar el perdón y la salvación en el Señor Jesús. Mateo 28:19-20 “Por tanto, id y doctrinad a todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” Derechos Reservados. © Iglesia de Dios, Guatemala, C.A. Este estudio puede ser reproducido total o parcialmente siempre y cuando no se altere el contenido del mismo y se cite la fuente.