Genética forense

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Genética Forense: Un delator llamado DNA
Qué es la Genética Forense? Con la denominación de genética forense se define el uso de ciertas técnicas
empleadas en genética para la identificación de los individuos en base al análisis del DNA. El ácido
desoxirribonucleico o DNA, es una sustancia química que se encuentra en el núcleo de todas las células del
cuerpo y permanece invariable; por ello en la actualidad es muy usado en ciencia forense como una
herramienta fundamental para la determinación del vinculo filial ya que el DNA proviene un 50% del óvulo
materno y el 50% restante, del espermatozoide paterno. La función del DNA dentro de la célula es transmitir
los caracteres hereditarios y esto lo realiza ordenándole a la célula (codificando) que fabrique determinadas
proteínas. A un sector de la cadena de DNA que codifica la fabricación de una proteína se la denomina Gen;
por ejemplo, el color de los ojos, color del pelo, grupo sanguíneo, etc., son manifestaciones de los genes que
poseemos. Los genes, de todos los seres humanos son poco variables y constituyen un gran porcentaje de la
información contenida en la molécula de DNA; la información restante, incluye sectores que pueden exhibir
un cierto grado de variabilidad entre los individuos, en consecuencia: todos los seres humanos tenemos
sectores del DNA en común y otros que no lo son. El llamado Análisis de DNA es un conjunto de técnicas
utilizadas para detectar sectores en la cadena de DNA que son variables en la población. Estas regiones son
denominadas regiones polimórficas o polimorfismos. Al analizar un determinado número de regiones
polimórficas la probabilidad de que dos individuos sean genéticamente iguales es prácticamente nula, excepto
en los gemelos univitelinos.
Nace una nueva especialidad, nace la Genética Forense.
La Hemogenética Forense nace a principios del siglo pasado, cuando Karl Landsteiner describe el sistema
ABO de los eritrocitos y Von Durgen y Hirschfeld descubren su transmisión hereditaria. Esta ciencia surgió
como una rama de la Criminalística cuyo objetivo era la identificación genética tanto en casos de
investigación criminal como en estudios biológicos de la paternidad. Inicialmente, las investigaciones se
centraban en el estudio de antígenos eritrocitarios (sistema ABO, Rh, MN), enzimas eritrocitarias y sistema
HLA. Con el estudio de dichos marcadores podía incluirse o excluirse a una persona como posible sospechoso
por poseer una combinación genética igual o diferente a la del vestigio biológico hallado en el lugar de los
hechos.
Pero fue a mediados del siglo pasado cuando gracias al descubrimiento del DNA y de su estructura y al
posterior avance en las técnicas de análisis de dicha molécula, que la Hemogenética Forense evolucionó
considerablemente hasta el punto de que hoy en día puede hablarse de una nueva subespecialidad dentro de la
Medicina Forense: la Genética Forense.
Esta subespecialidad se centra básicamente en tres áreas:
• Identificación de personas desaparecidas a partir del cadáver.
• Investigación de la filiacion, tanto desde el punto de vista de la reclamación como de la impugnación.
• Criminología, análisis de restos orgánicos como pelos, semen, saliva, sangre, etc. que han quedado en
la escena de un crimen o de un delito sexual.
Para realizar su objetivo la Genética Forense emplea dos técnicas principalmente: la RFLPs (Fragmentos de
restricción de longitud polimórfica) y la PCR y la elección de la técnica a aplicar estará determinada por la
cantidad y calidad del DNA presente siendo la segunda la más utilizada, ya que la RFLPs presenta grandes
restricciones en estos aspectos.
Estas limitaciones son superadas por la PCR o amplificación en cadena de la polimerasa, ya que esta permite
amplificar más de un millón de veces una muestra de ADN. Con el uso de la PCR muestras tan mínimas como
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pueden ser las halladas en un pelo con raíz, una minúscula mancha de sangre o semen e incluso caspa son
suficientes en muchos casos para llevar a cabo un análisis de identificación genética. Las regiones o
fragmentos utilizados son los llamados marcadores genéticos, microsatélites o STRs.
Estos marcadores genéticos son regiones conocidas del DNA, muy variables de un individuo a otro y que se
heredan sin cambios de una generación a la siguiente. A las distintas formas heredables de estos marcadores
genéticos se les denomina alelos, por lo tanto constituyen una herramienta muy valiosa en los estudios de
identificación genética y filiación ya que: cada individuo tendrá unos marcadores genéticos distintos a los del
resto, tendrá sus propios alelos.
La reacción en cadena de la polimerasa (PCR), es una técnica de biología molecular mediante la cual un
pequeño fragmento de ácido desoxirribonucleico se clona o duplica varias veces para obtener copias
múltiples.
La PCR fue ideada por el bioquímico estadounidense Kary B. Mullis en 1983 y desarrollada posteriormente
por Mullis y su colaborador Fred A. Faloona en la Cetus Corporation de Emeryville, California. Aunque la
utilidad de esta técnica no se reconoció inmediatamente, en 1991 su uso ya se había generalizado. En 1993
Mullis obtuvo el Premio Nobel de Química por este trabajo.
La PCR opera en forma de ciclos. Cada ciclo duplica la cantidad de DNA, por lo que permite obtener hasta
mil millones de copias de un solo fragmento en unas pocas horas. La técnica es sencilla y pueden utilizarla
científicos sin demasiada formación en biología molecular.
La reacción en cadena de la polimerasa imita el fenómeno de replicación o reproducción del DNA que ocurre
de forma natural en las células vivas. La mayor parte del DNA es de doble cadena (es decir, cada cadena de
DNA está apareada con otra complementaria). Durante la replicación las dos cadenas se separan y una enzima
(una proteína que inicia reacciones químicas) especializada llamada polimerasa hace una copia de cada una de
las cadenas, utilizando la original como plantilla o modelo. Normalmente este proceso de copia tiene lugar
cuando la célula se divide y da lugar a la formación de un par de cadenas hijas por cada una de las cadenas
parentales.
La polimerasa necesita otros dos ingredientes para copiar DNA. El primero es una reserva de los cuatro
bloques básicos que constituyen la molécula de DNA, llamados nucleótidos o bases (ATP, GTP, CTP, TTP).
El segundo es un cebador oligonucleotídico o primer. La PCR utiliza estos mismos ingredientes para copiar
ADN en una ampolla.
La reacción tiene lugar en tres fases: Desnaturalización: la plantilla o fragmento original de DNA se calienta
hasta una temperatura de 90º a 95 ºC durante 30 segundos; esto provoca la separación de las dos cadenas.
Templado: la temperatura de la mezcla se rebaja hasta 55 ºC durante 20 segundos para que los cebadores
oligonucleotídicos se enlacen con el DNA escindido.
Polimerización: la temperatura de la mezcla se eleva hasta 75 °C para que la polimerasa copie rápidamente la
molécula de DNA.
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Estas tres fases tienen lugar en la misma ampolla y constituyen un ciclo completo de PCR, que se realiza en
menos de dos minutos. Teóricamente, el ciclo de PCR se puede repetir sin límite, pero la polimerasa, los
nucleótidos y los cebadores suelen renovarse al cabo de unos 30 ciclos. Estos 30 ciclos, que duran menos de
tres horas, bastan para producir mil millones de copias de DNA.
La polimerasa utilizada en los primeros experimentos de PCR resultaba fácilmente destruida por el calor, lo
que obligaba a añadir más enzima en cada ciclo para sustituir a la inactivada por las elevadas temperaturas de
la primera fase. Pero en las versiones modernas de la PCR se utiliza una polimerasa termoestable llamada Taq
polimerasa, extraida de una bacteria termofila, como ésta proteína no resulta destruida por las elevadas
temperaturas a las que transcurre la PCR, basta con añadirla una vez, al principio de la reacción. La Taq
polimerasa hoy en día se fabrica con bacterias modificadas genéticamente.
El uso de la PCR exige mucho cuidado. Lo más importante es evitar la contaminación de la mezcla reactiva.
Es tan sensible, que permite multiplicar accidentalmente cantidades mínimas de DNA contaminante. Se
utilizan procedimientos especiales para evitar la contaminación.
Una vez amplificado el DNA, los fragmentos resultantes son separados por medio de un proceso de
electroforesis, proceso en el que se utiliza una corriente eléctrica controlada con la finalidad de separar
biomoléculas según su tamaño y carga eléctrica a través de una matriz gelatinosa. La electroforesis consta de
las siguientes etapas:
− El DNA extraído de la muestra se trata con una endonucleasa de restricción, que es una enzima que corta el
DNA en donde tenga una secuencia característica. La enzima que se usa más frecuentemente para el análisis
legal es HaeIII, que corta el DNA en la secuencia 5'−GGCC−3'.
− Tras la digestión del DNA, los fragmentos resultantes se separan según su tamaño mediante electroforesis
en geles de agarosa, que es un carbohidrato extraído de un alga. Durante la electroforesis, las moléculas de
DNA, que poseen carga negativa, migran hacia el electrodo positivo. Al avanzar las moléculas de DNA, su
velocidad de migración se ve reducida por la matriz del gel de agarosa. Las moléculas menores se mueven
más deprisa a través de los poros del gel que las de mayor tamaño. Como resultado, se produce una separación
continua de los fragmentos de DNA de acuerdo con su tamaño, de modo que los fragmentos más pequeños
avanzan la mayor distancia con referencia al origen o punto de aplicación de la muestra.
Debido a que se analizan regiones polimórficas que varían de un individuo a otro según la distribución de
nucleótidos estas describen distintos distribuciones de las bandas originadas por la electroforesis de acuerdo al
peso de los fragmentos, llamada huella
genetica.
Genetica.
La ciencia ha entrado en los ámbitos judicial y policial por la puerta de las investigaciones de crímenes
violentos y de desaparecidos, pero su uso no ha hecho más que empezar.
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El procedimiento de investigación para la identificación forense comienza cuando se comparan patrones
genéticos del sospechoso o la víctima, con aquellos derivados de una muestra o evidencia; con sólo uno de los
dos alelos que sean distintos, ya es suficiente para excluir en forma categórica al sospechoso.
El examen de estos polimorfismos o de patrones característicos presentes en las secuencias de nucleótidos es
hoy la herramienta más poderosa para confirmar o descartar la existencia de parentesco entre individuos. El
análisis del DNA nuclear por métodos como la técnica PCR, particularmente considerada en el presente
trabajo, permite detectar determinados fragmentos de DNA que difieren en su longitud, según los individuos,
porque se trata de secuencias cuyo número varía de una a otra persona. Estos polimorfismos, se heredan
siguiendo las leyes de Mendel y dan lugar, en el análisis por electroforesis que separa los segmentos de ADN
por su masa o longitud, a un patrón de bandas que constituye lo que se ha llamado "huella genética". Este
patrón, resulta de la combinación de patrones de bandas de los padres, por la tanto de acuerdo a las
coincidencias con ellos se puede excluir o incluir a un presunto padre. El uso adecuado de esta metodología
permite establecer la inclusión de la paternidad con una certeza mayor del 99,99%.
Existe un ADN, el de las mitocondrias (ADN mt), que se hereda sólo a través de la madre. El ADN
mitocondrial está constituido por dos hebras circulares: H (heavy) y L (light). Cada molécula se aloja en los
recovecos externos de la membrana interna de la mitocondria. El mayor peso de la hebra exterior se debe a su
adjunción a esta membrana. Una burbuja de iniciación en la cadena pesada, llamada D−loop, parece ser un
mecanismo de control. Es una región polimórfica con dos regiones hipervariables, muy útiles para seguir
linajes maternos. siendo por lo tanto apropiada para determinar la individualidad genética. Cabe señalar que si
bien esta región evoluciona con la suficiente rapidez como para que pueda tener una función caracterizadora,
lo hace en una medida tal que permite el reconocimiento de patrones comunes con parientes maternos
próximos.
La amplificación del loop D mediante la técnica PCR y su posterior secuenciación permiten evaluar si dos
individuos son hijos de la misma madre. La probabilidad de que dos personas no emparentadas tengan la
misma secuencia de nucleótidos en el loop D del ADNmt es muy baja, sólo del 0,27 % . Sin embargo, a pesar
de la importancia implícita en este hecho, es otro el rasgo que concede un valor inestimable a este método:
cuando hay sólo un pariente sobreviviente y éste se encuentra a más de una generación de distancia del
individuo en cuestión, la identidad sólo puede ser resuelta mediante este procedimiento, en cuyo caso el
parentesco debe ocurrir por vía materna. Este método a sido de mucha utilidad para identificar cadáveres NN
hallados en fosas comunes.
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En Chile desde la segunda mitad de los años 90, se incorporan las pruebas de DNA cuando se establecen dos
laboratorios: la Policía de Investigaciones, dedicado a los aspectos de criminalística, y el Servicio Médico
legal, encargado de la identificación de personas.
Por medio de la utilización de las pruebas de DNA se han podido resolver casos emblemáticos en nuestro
país, como por ejemplo el caso Matute Johns y se han logrado identificar los restos de detenidos
desaparecidos. En ambos casos existía la posibilidad de comparar la huella genética con las muestras
aportadas por sus familiares, lo que en el caso de los segundos se ha estructurado en un banco de DNA para
evitar que los decesos de las parientes de más edad impidan seguir este arduo proceso.
En Chile operará en un futuro no muy lejano un sistema de registro de DNA por ley, el que funcionará de la
siguiente forma: si un individuo comete un delito deberá entregar una muestra de DNA con lo que se obtiene
un perfil que se incorporará a un registro estatal, entonces si después es responsable de otro delito y se obtiene
su huella genética a partir de la muestra hallada en la escena del crimen, éste va a coincidir con la que ya
existe registrada y se va a saber a quién se culpa.
Hay crímenes que quedan en la memoria colectiva como la idea de que la justicia no llegó a la verdad, que se
castigó a inocentes o que no pagaron todos los culpables. Esta es otra aplicación de la Genética Forense,
demostrar que ciertas personas condenadas no son las responsables de los crímenes.
La incorporación de las pruebas de DNA ha revolucionado la investigación policial y los sistemas de
identificación, gracias a el descubrimiento del DNA y la creación técnicas de identificación de individuos hoy
en día se pueden resolver casos que hace algunos años atrás hubieran quedado en el misterio dando un
consuelo a los familiares de las victimas pagando los verdaderos responsables del crimen, o en el caso de
identificación de cuerpos los familiares tienen la seguridad de que realmente son sus familiares.
Los hijos pueden crecer con una mejor calidad de vida al saber que quien es realmente su padre, también se
benefician tanto a las mujeres que buscan reconocimiento de filiación para sus hijos como los hombres que
desean demostrar que están siendo acusados falsamente de ser padres biológicos de un niño que es imputado
como suyo.
Creemos que los estudios realizados pueden ser de gran utilidad no sólo en el campo forense para el
esclarecimiento de hechos delictivos, identificación de cadáveres y pruebas de paternidad, sino también en el
entorno de la zoología, la antropología, la paleontología y la arqueología, a pesar de que el estudio de ADN
antiguo ha generado siempre controversia debido a la elevada probabilidad de contaminación.
Creemos que este es un campo en el cual queda mucho por descubrir.
vínculo jurídico, determinado por la procreación, entre los progenitores y sus hijos
La polimerasa es una enzima que cataliza la unión de las subunidades nucleotídicas en el DNA
fibra corta de RNA formado por varios nucleótidos a partir de la cual la polimerasa comienza la síntesis de
DNA.
Cebador
Base nucleotídica
Resultado final de la PCR y electroforesis.
Las zonas que se encuentran más abajo tienen menor peso.
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La distribución de las bandas es única para cada individuo si se analizan regiones polimórficas.
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