TEMA 1.− CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RELIEVE PENINSULAR

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TEMA 1.− CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RELIEVE PENINSULAR
1.− LA EVOLUCIÓN DEL RELIEVE
La Península Ibérica se encuentra situada en el extremo suroccidental de Europa, entre los paralelos 4° y 10°
(al este y al oeste de Greenwich respectivamente). Es una superficie de forma trapezoidal unida al continente
sólidamente, y apenas separada de África por el estrecho de Gibraltar.
Los rasgos más destacables del relieve son los Pirineos, las cordilleras Cantábricas y Central, los Montes de
Toledo, las Cordilleras Béticas y las Costeras Catalanas. El reto del interior peninsular oscila entre los 500 y
los 1000 mts de altitud, con una media de 660 mts. Sólo se encuentran por debajo las áreas centrales de las
cuencas del Tajo, Guadiana, Guadalquivir y Ebro, y la franja costera, tan estrecha a veces que los relieves se
precipitan directamente sobre las aguas atlánticas o mediterráneas..
El aspecto es rectilíneo y macizo, los entrantes de amplio radio de curvatura a a semejanza del litoral africano.
La costa gallega es la excepción, con un perfil recortado y sinuoso.
La Meseta es un gran bloque de casi 400.000 Km², levemente basculado hacia el Atlántico (un 0.5% de
pendiente), y al que se adosa un cinturón montañoso que acentúa sus rasgos continentales. Fruto de los
movimientos terciarios, se producen en el interior meseteño la Cordillera Central, que divide la Meseta Norte
de la Meseta Sur, y los Montes de Toledo que divide las cuencas del Tajo y del Guadiana.
Entre los rebordes montañosos o cordilleras de antepaís (la Ibérica y Sierra Morena) y los plegamientos
alpinos (Pirineos y Béticas) se sitúan dos amplias depresiones, las del valle del Ebro y el del Guadalquivir.
El interior peninsular aparece afectado por la orogenia alpina. En el centro la Cordillera Central y los Montes
de Toledo. El resto se divide en dos grandes depresiones, la submeseta sur y norte, arropadas por las
Cordilleras Cantábricas (N), Ibérica (NE), Bética (ESE) y Sierra Morena (S).
El plegamientos alpino comprime y eleva los materiales depositados en el geosinclinal de Thetys durante el
Secundario, lo que origina los Pirineos y las Cordilleras Béticas.
Según la teoría de la tectónica de placas, la placa ibérica ha evolucionado con cierta independencia frente a la
europea y la africana. Del precámbrico y del paleozoico peninsulares se tiene escaso conocimientos. La zona
mejor estudiada, el macizo galico−duriense, distingue tres series de materiales sobre los que apoyaron los
terrenos primarios o cámbricos: el zócalo cristalino, al llamado ollo de sapo y las pizarras de Narcea. En el
precámbrico hubo al menos dos grandes convulsiones, seguidas de un largo período de calma durante el que
fueron arrasados los relieves y cubierta gran parte de su territorio pro los mares paleozoicos.
Tras el plegamiento herciniano los territorios occidentales de la Península adquieren una fisonomía semejante
a la actual. Por el norte, este y sur se extendía el gran mar de Thetys, que se fue reduciendo al emerger nuevos
territorios adosados a los ya existentes.
Este movimiento orogénico fue de gran intensidad, afectando a la zona occidental de la Península. El calor y
las fuertes presiones originadas en el interior del geosinclinal transformaron ingentes masas de sedimentos en
rocas cristalinas, que dieron lugar, ya exhumadas, a diversos paisajes: penillanura con tonos oscuros cuando
dominan las pizarras (Extremadura), y relieves salpicados de creterías si lo hacen las cuarcitas (Sierra
Morena) o las calizas paleozoicas (Pirineo Axial devónico).
2.− CALMA OROGÉNICA EN EL SECUNDARIO O MESOZOICO
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Todo el Secundario representa un período de calma orogénica. Los materiales cubren y fosilizan los relieves
hercinianos ya erosionados en el último tercio de la era anterior. La Península está inclinada hacia Levante y
el mar avanza y se retira sobre sus tierras emergidas, pero sin rebasar los 4° de longitud al oeste de Madrid.
Los sedimentos de la primera etapa, el Triásico, son de origen continental, compuestos de aglomerados. El
más común en Levante.
Durante los dos períodos siguientes, el Jurásico y el Cretásico, los sedimentos son fundamentalmente marinos:
margas y calizas. Muy abundantes estas últimas, que dan nombre a la España caliza oriental como contrapunto
a la silicea del oeste.
3.− CONVULSIONES OROGÉNICAS DEL TERCIARIO
Durante el Secundario la Península gira lentamente desde una posición nortlántantica hasta encajarse entre el
macizo francés y el africano.
En el Terciario se suceden los siguientes hechos: a finales del Eoceno (fase pirenaica) se produce el
paroxismo alpino que da lugar a la formación pirenáica. Durante el Mioceno (fase estírica) surgen de la fosa
del sureste las Cordilleras Béticas y las Baleares, y se configuran las depresiones del Ebro y del Guadalquivir.
Estas formaciones se han producido por una doble confluencia por un lado la presión del macizo francés
conforman los Pirineos y por el sur la placa africana provoca la formación de las Cordilleras Béticas y de las
Baleares.
Aún ocurren más fenómenos pues la Meseta queda marcada tanto al norte como al sur: las Cordilleras
Cantábricas e Ibérica por un lado, Sierra Morena por otro. En el interior de la Meseta los materiales se
abomban y cuartean en bloques por su rigidez, lo que da origen a la Cordillera Central y a los Montes de
Toledo. Fuera de los límites de la Meseta, pero dentro del cratón hercínico, el Macizo Central Gallego al
noroeste es fruto de la, al igual que las Cordilleras Costeras Catalanas.
4.− OTROS REAJUSTES DEL TERCIARIO
Durante el Terciario se conforma el relieve peninsular, pero aún faltan la aparición de las depresiones
terciarias, el basculamiento de la Meseta hacia el oeste, los fenómenos volcánicos y la distención generalizada
postalpina, o reajuste isostático, una serie de movimientos verticales de los bloques, frente a los horizontales
de la etapa anterior, que buscan su acomodo definitivo. Todo eso sucede durante la fase rodánica en el
Plioceno.
Las depresiones terciarias son de dos tipos: prealpinas (valles del Ebro y del Guadalquivir) e interiores, que no
son sino un abombamiento del zócalo meseteño por donde discurriran los ríos Duero, Tajo y Guadiana
rellenándolos con sus sedimentos. Todas estas depresiones forman la España arcillosa, con materiales poco
resistentes a la erosión, que dan píe a un paisaje abarrancado y con profundos galachos, quebradas y
torrenteras. Son las llamadas bad lands, zonas pobres de clima árido. Los materiales que las cubres pueden ser
de origen continental o, como en el valle del Ebro de tipo lacustre, y marino en el del Guadalquivir.
El basculamiento de la Península hacía el oeste se produce al final del Terciario, en el Plioceno. Girando sobre
la zona de contacto entre la Cordillera Ibérica y el valle del Ebro a través de una falla cabalgante. El resultado
provoca una gran longitud en el Duero, el Tajo y el Guadiana. El Ebro encontró más dificultades para llegar al
Mediterráneo, abriéndose paso entre los Montes Obarenses y la Cordillera Cantábrica, al oeste y las
Cordilleras Catalanas al este.
El vulcanismo peninsular se circunscribe a la comarca de la Garrotxa en Gerona, el Campo de Calatrava en
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Ciudad Real, y al Cabo de Gata en Almería. Los materiales volcánicos han surgido aprovechando fracturas o
fallas surgidas en los terrenos hercinianos recubiertos de sedimentos terciarios.
De los reajustes tectónicos aparecen numerosas fosas tectónicas repartidas entre la Cordillera Ibérica
(Calatayud−Teruel), Costeras Catalanas (Vallés−Penedés), Pirineos (Cerdanya) y Béticas (Baza−Antequera).
5.− LITOLOGÍA Y FORMAS DEL RELIEVE
El roquedo ibérico es silíceo, calcáreo o arcilloso, lo que unido a la climatología, determina las formas de
relieve bajo los efectos de la erosión.
En la España silícea la roca más abundante es el granito cuyas formas resultantes pueden ser muy variadas en
función de la presencia o no de diversos componentes y de las condiciones climáticas del medio.
La caliza es una roca sedimentaria muy soluble cuando posee una gran pureza, lo que no ocurre muy a
menudo. El relieve cárstico sólo se produce cuando la disolución prevalece sobre otros fenómenos erosivos
(arroyadas, gelivación etc). El agua ha de penetrar profundamente, y han de darse otras circunstancias:
• que sea una roca masiva de gran espesor.
• que este levemente plegada, lo que fomenta las grietas y fisuras.
• que a falta de gran pureza, sea una dolomía, roca compuesta de calcio y manganeso.
Los relieves resultantes pueden ir desde el cañón al lapiaz, pasando por las simas, las dolinas, las uvalas y los
poljés. Se dan en la Península en la Ciudad Encantada de Cuenca, el Torcal de Antequera (Málaga), las cuevas
del Drac (Mallorca) o el Monasterio de Piedra (Zaragoza).
Las arcillas son partículas inferiores a dos micras que se originan en un proceso de descomposición química y
cuya estructura se organiza en laminillas. Pueden ser de varias clases según su contenido y poseen gran
susceptibilidad a la hidratación, aunque son prácticamente impermeables. En pendientes el agua la arrastra
con facilidad, produciendo en un clima como el nuestro, al abarrancamiento, donde predomina la erosión
lineal sobre la lateral.
6.− LA ACCIÓN DE LOS HIELOS CUATERNARIOS
6.1.− MORFOLOGÍA GLACIAR
La Península se vio escasamente afectada por los glaciares, que quedaron reducidos al Pirineo central,
centro−oeste de la Cordillera Cantábrica y algunos reducidos enclaves de la Ibérica, Central y Sierra Nevada.
El modelado periglaciar se extendió por todo el resto del territorio, excepto el valle del Ebro, la orla
mediterránea, el litoral portugués y los cursos medio y bajo de los ríos Tajo, Guadiana y Guadalquivir.
La altitud y la latitud limitan las nieves perpetuas a los 1.800 mts en el Pirineo, los 2.000 mts en el Sistema
Central y los 2.400 en Sierra Nevada. La abundancia de las precipitaciones atlánticas permiten la existencia de
hielos a 1.400 mts en la Cordillera Cantábrica.
El retoque glaciar produce multitud deformas de carácter erosivo. En el Pirineo central aparece la mayor
acumulación de hielos, de oeste a este, a lo largo de 300 Km. Su lengua más larga alcanza los 65 Km en el
Noguera−Pallaresa. En la Cordillera Cantábrica, con una gran abundancia de precipitaciones nivosas pro su
apertura al mar, la acción de los hielos descendía hasta los 300 mts de altitud en la vertiente norte, provocando
impresionantes formas cársticas, valles colgados, morrenas gigantes, circos, etc.
En la Cordillera Ibérica los hielos tuvieron poca importancia, nunca por debajo de los 1800 mts de altitud,
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formando algunos circos y nichos de nivación de escaso desarrollo.
La Cordillera Central sufrió escasos retoques glaciares, con una mayor desarrollo en Gredos donde aparecen
16 glaciares que han formado numerosas lagunas. En la Sierra de Guadarrama, el mayor circo lo ocupa la
laguna de Peñalara.
En Sierra Nevada los restos glaciares son escasos, debido al descenso de las precipitaciones y al aumento de
las temperaturas.
6.2.− EL MODELADO PERIGLACIAR
El sistema periglaciar se define como una dinámica de hielo y deshielo, en los que intervienen la acción del
hielo sobre rocas y suelo, la fusión de la nieve, las arroyadas y el viento. Su importancia es mucho mayor que
la glaciar, afectando a una gran extensión de la Península.
a.− ACCIÓN DEL HIELO. Se refleja en los fenómenos como el pipkrake o bastoncillos de hielo que se
forman bajo los granos de suelo durante una helada elevándolos. Cuando sube la temperatura se licúan y el
grano rueda por la pendiente o sufre un desplazamiento por salto (creeping) o reptación.
Los lentejones son placas de hielo formadas a escasa profundidad. Las cuñas de hielo, por las que se introduce
el agua aprovechando las grietas de las rocas. Al helarse aquella actúa como una palanca y las agranda. El
hidracolito, fenómeno similar al lentejón, pero en altura, formando a veces domos de hasta 10 mts, por
acumulación de hielo bajo la superficie. Cuando se deshiela da origen a una pequeña laguna circular. La
gelifracción es la fragmentación que produce el hielo al introducirse por fisuras, apareciendo aristas,
hendiduras y dientes de sierra. La balma o socavón de una roca o estrato, cuando este es más poroso que los
colaterales: se embebe de agua y sufre los efectos del hielo−deshielo, desmoronándose.
b.− LA FUSIÓN DE LA NIEVE. Pone en circulación el agua retenida , parte de ella la embebe el suelo, por
lo que una helada posterior repite los procesos anteriores. Si no se produce la helada, el suelo se enfanga y
desliza pro las pendientes, formando coladas de barro.
c.− LA ARROYADA. Al llover o nevar sobre suelo helado, la precipitación se desliza sobre la superficie
impermeable.
d.− EL VIENTO. Puede ejercer un efecto decisivo si circula a gran velocidad, si el manto vegetal es mínimo o
nulo, y si actúa sobre suelos blandos o limosos.
6.3.− FORMAS DEL MODELADO PERIGLACIAR
Los procesos anteriores producen formas diferentes si actúan sobre una superficie llana o sobre una vertiente.
En superficies llanas se producen campos de barro sobre materiales finos; acumulaciones de piedras angulosas
que el viento separa y transporta: los suelos poligonales originados pro el hielo−deshielo; el thufur o césped
almohadillado.
En vertientes interactúan varios procesos: los aludes, la crioclástia y la solifluxión. Los aludes se originan en
vertientes pronunciadas (más del 35%) provocando acumulaciones de cantos angulosos. La crionoclástia actúa
sobre los escarpes rocosos con pendientes entre el 30−35%, acumulando derrubios con aristas de diversos
tamaños.
El fenómeno más común es el gréze litée o superficie de derrubios ordenados verticalmente. Aparecen en el
ámbito periglaciar desde la Cordillera Cantábrica hasta el Montsen y Mallorca, y desde los Pirineos hasta las
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Béticas pasando por la Ibérica y Central.
TEMA 2. DEPRESIONES Y RELIEVES EN EL INTERIOR DE LA MESETA
A simple vista la Meseta aparece como una llanura, de elevada altitud, rodeada por destacados relieves que
aparecen incluso en su interior, dividiéndola en dos mitades. Sin embargo no toda ella es una llanura, ni los
caracteres son homogéneos en las dos mitades. Cabe distinguir dos elementos esenciales: el zócalo y la
cobertera sedimentaria.
El zócalo está constituido por materiales arcaicos que sufrió varios plegamientos durante la era primaria. La
orientación de los pliegues es del noroeste al sureste. Durante el secundario la erosión la convirtió en una
penillanura cuyos ríos fluían hacia el este, hacia el Mediterráneo que bañaba el zócalo por el norte, por el este
y, esporádicamente, por el sur, formando una cobertera sedimentaria uniforme que, tras el plegamiento alpino,
dio origen a los relieves que orlan la Meseta.
Por el oeste, desde Galicia a Sierra Morena, predominan los materiales antiguos, de tonos grises y cárdenos y
de consistencia muy dura, que se traduce en abundantes afloramientos graníticos. La red fluvial ocasiona
profundo tajos, evidenciando un predominio de la erosión vertical.
La evolución morfológica de la Meseta ha tenido las siguientes fases: la penillanura poligénica desde finales
del Primario a comienzos del Secundario; la orogenia alpina que reforma los contornos meseteños y abomba o
fragmenta su interior: durante el Mioceno se desarrolla la penillanura fundamental sobre los resaltes alpinos;
en la cuarta fase dicha penillanura sufre los últimos reajustes isostáticos; en la quinta y última fase se forma
una nueva penillanura por arrollada, típica de los climas áridos con precipitaciones esporádicas pero intensas.
1.− LA SUBMESETA NORTE
La submeseta norte o depresión del Duero tiene una altitud media de 850 mts y se encuentra limitada al oeste
por los relieves portugueses de Tras−os−Montes, Montes de León y Cordillera Cantábrica al noroeste y norte,
Cordillera Ibérica al este y Cordillera Central al sur y suroeste. Estos relieves llegan hasta los 2.000 mts de
altitud, lo que debilita la influencia del Atlántico, lo que se traduce en la escasez de lluvias y fuertes contrastes
térmicos.
La depresión es drenada por el Duero, excepto la Bureba burgalesa y el Bierzo leonés, que caen bajo la
influencia del Ebro y del Miño respectivamente. La primaria inclinación hacia el este provocó un gran aporte
de sedimentos marinos en la zona septentrional y oriental, alcanzando en ocasiones espesores importantes, que
aumentaron por subsidencia hasta llegar en alguno puntos a más de 3.000 mts. La red hidrográfica se encaja
profundamente en esta llanura de terrenos de origen terciario. Los materiales finos (yesos) se localizan en el
centro, mientras los bordes aparecen más gruesos (conglomerados). En las áreas intermedias abundan las
arcillas rojas cubiertas por rañas al noroeste y por calizas pontienses hacia el este, mientras que en el sur
aparecen arenas miocénicas procedentes de desmantelamiento de la Cordillera Central.
Esta uniformidad topográfica queda escondiendo realidades muy diferenciadas pro su origen como son las
penillanuras, las plataformas estructurales, los glacis detríticos y las terrazas fluviales
La penillanura es la última fase de un ciclo erosivo del viejo zócalo, aparece en Zamora. La plataforma
estructural se establece sobre un estrato duro de conglomerados o areniscas de borde de cuenca, o sobre
calizas. Los glacis detríticos presentan una pendiente suave y están constituidos por materiales de arroyada
que han cubierto otros más blandos como las arcillas. Las terrazas fluviales son fruto de las alternativas
climáticas durante el Cuaternario. Las indicadas son las grandes unidades morfológicas de la Depresión del
Duero. Existen otras como las cárcavas, sobre materiales blandos, o taludes, bolas de granito, etc, sobre
materiales duros.
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El clima es continental de inviernos rigurosos y veranos cálidos, con escasas lluvias, que provoca una
especialización cerealista sobre las campiñas, con pocas masas boscosas y baja densidad humana.
2.− LA SUBMESETA SUR
También denominada depresión del Tajo, esta limitada por el Sistema Central al norte, la Cordillera Ibérica al
este y Sierra Morena al sur, por el oeste se abre al Atlántico. Se encuentra dividida en dos pro los Montes de
Toledo, drenando el Tajo al norte y el Guadiana al sur. Incluso el sureste ha pasado al dominio mediterráneo
arrastrada por las aguas del Júcar y del Cabriel.
Los materiales de relleno son de origen continental, pertenecen al Terciario, los más groseros en los márgenes
(conglomerados, gravas) y los más finos en el centro (yesos, limos, calizas). La sedimentación se prolonga
hasta el Mioceno superior, basculando la Meseta al oeste durante el Plioceno.
2.1.− LA CUENCA DE MADRID
Se extiende por la margen derecha del Tajo, entre el Sistema Central al norte, la Sierra de Altomira al este, los
Montes de Toledo al sur y Mejorada−Talavera de la Reina al oeste. Está drenada por el Jarama, el
Guadarrama y el Alberche, singularizándose el páramo alcarreño partido en dos por el río Tajuña.
2.2.− LA CUENCA DEL TIÉTAR
Continúa por la de Madrid y pertenece al ámbito del río Tietar. Se caracteriza por la torrencialidad de los ríos
que descienden del Sistema Central, que provocan conos aluviales.
2.3.− LA LLANURA MANCHEGA
De gran planitud y débil drenaje, abunda en zonas endorréicas o semiendorréicas. Ocupa la zona meridional
de la Meseta, limitando al norte con los Montes de Toledo y el Campo de Criptana, por el este con el valle del
Júcar y Sierra de Higueruela y por el sur y el sureste con Sierra Morena y el Campo de Montiel.
La zona centro es una gran llanura aluvial, donde abundan las dunas construidas por el viento. En las áreas
calizas aparecen fenómenos cársticos con dolinas y uvalas, y al píe de los relieves del Campo de Montiel se
distinguen abanicos formados por el río Aznar. El Guadiana drena el Campo de Calatrava y la Serena
extremeña.
2.4.− LA CUENCA DEL JÚCAR
Engloba por el este la de Cabriel, que se abre a la Sierra de Ruibal y la de Martés formando la plana de
Utiel−Requena, por el noroeste limita con Ciudad Real, por el oeste incorpora el Campo de Montiel y por el
sur limita con las estribaciones béticas. En el centro quedan los llanos de Albacete, colmatados por los
sedimentos del río Jardín.
3.− LA CORDILLERA CENTRAL
Es una afloración montañosa que divide la Meseta en dos partes, se fragmenta en bloques debido a numerosas
fallas de orientación noreste−suroeste, con algunas en sentido perpendicular.
La Cordillera o Sistema Central es un fragmento de la Meseta elevado y fallado durante el plegamiento alpino.
Previamente había existido un sistema montañoso de orientación noeste−sureste que fue transformado en una
llanura poligénica. Los movimientos alpinos cuartean y elevan esta superficie de erosión.
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Los relieves alpinos son desmantelados durante el Mioceno, lo que da lugar a una nueva penillanura
fundamental. Mas tarde la Meseta sufre nuevos dislocamientos en el Plioceno, que configuran definitivamente
el Sistema Central, cuyas cumbres aplanadas son fragmentos de aquella penillanura fundamental
finimiocénica.
Las fallas transversales permiten la comunicación norte sur por los conocidos puertos de Bejar, la Paramera de
Avila y Somosierra. Por las fallas longitudinales discurren algunos ríos como el Lozoya, Alberche, Tietar,
curso alto del Tormes y Jerte.
Los materiales dominantes son granitos y neis en Gredos y Guadarrama, y pizarras paleozoicas en
Somosierra. Los materiales son más modernos de oeste a este, finalizando con sedimentos mesozoicos que
enlazan la Sierra de Ayllón y la Cordillera Ibérica.
Junto a las líneas de fractura y las posteriores elevaciones, se desencadena una fuerte erosión fluvial,
diferenciada entre las vertientes norte y sur. La red hidrográfica ha excavado valles abiertos y suaves
interfluvios en el norte, transformándose en valles estrechos y profundos en el sur.
Los hielos cuaternarios dejaron marcas por encima de los 1.600 mts en la Estrella y de los 1.900 en
Somosierra, con navas y hoyos de tamaño reducido, y numerosas lagunas de alta montaña.
4.− LOS MONTES DE TOLEDO
Son fruto del abombamiento sufrido por la Meseta durante el plegamiento alpino. Al igual que la Cordillera
Central, cuenta con la fragmentación en bloques tectónicos elevados (horst) y hundidos (graben), formas
redondeadas o aplanadas en las cumbres y las mismas superficies de erosión. Se diferncia de aquella en su
menor longitud y altitud de los relieves (entre 1.200 y 1.400 mts), en el predominio de cuarcitas y pizarras, y
en la inexistencia de glaciares.
Los relieves se extienden desde el Campo de Criptana hasta la frontera portuguesa. Los Montes de Toledo
hacen de divisoria entre las cuencas del Tajo y del Guadiana, y pueden considerarse como una penillanura
disecada, cuyos materiales están compuestos de pizarras y cuarcitas excepto la formación cristalina del sur de
Toledo.
TEMA 3.− LOS REBORDES ESTE, NORTE Y SUR DE LA MESETA
1.− EL MACIZO GALAICO
El macizo galaico ofrece unos bordes muy precisos en su perímetro occidental, no así en el oeste y sur.
Geológicamente no existe discontinuidad con la tierras de la Meseta, pero la variedad de sus formas, la
abundancia y complejidad de las fracturas, el clima oceánico, el paisaje y la misma cultura de sus gentes han
dotado a la zona de singularidad propia. La altitud media es de unos 500 mts, aunque el relieve
constantemente presente y de forma desorganizada. La red hidrográfica de la zona occidental es abundante, de
recorrido corto, muy encajada y carece de red jerarquizada.
La parte occidental del macizo está formado por granitos y gneis. El tercio más oriental está formado de
cuarcitas y pizarras. Desde finales del Paleozoico al Terciario la inestabilidad de la Península permite la
erosión de los relieves, configurándose una extensa llanura poligénica de la que forma parte el Macizo
gallego. La fisonomía actual se debe a la orogenia alpina, y destaca el racimo de fallas y fracturas.
Los elementos característicos de la morfología gallega son: el Reborde oriental, la Meseta Central, la Dorsal,
la fractura de Carballo a Tui y la Costa.
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1.1.− EL REBORDE ORIENTAL
Está formado por un conjunto de sierras de diversa orientación: de norte a sur, Lorenzana y Meira; de noreste
a suroeste Ancares, Caurel, Segundera y Montes de León; y de oeste a este Cabrera y Culebrera. El relieve de
esta serranía es abrupto de tipo apalachense, con cumbres superiores a los 2.000 mts cuyo aspecto aplanado
nos remite a la antigua penillanura poligénica. En el interior del conjunto existen varias cuencas de origen
tectónico.
La altitud y situación de estas sierras en la ruta de las borrascas atlánticas, permitieron la presencia de
glaciares cuaternarios, que no bajaron de los 900 mts de altura, y de recorridos apenas superiores a un
kilómetro, excepto el que excavó el lago de Sanabria. Más importante fue el modelado periglaciar que dejó
huellas como coladas de bloques, derrubios estratificados, coladas de gelifluxión, núcleos de nivación o conos
de derrubios.
1.2.− MESETA CENTRAL GALLEGA
Al oeste del reborde oriental aparece la penillanura de Chantada que se corresponde con la penillanura
fundamental de la Meseta española. De norte a sur se suceden una serie de fosas tectónicas. Puente de García
Rodríguez, Lugo, Sarría, Monforte de Lemos, Antela y Verín. La primera drenada por el río Eume, las tres
siguientes pertenecen a la cuenca del Miño, Antela a la del Limia y Verín cae bajo el dominio del Duero por
medio de su afluente el Támega.
La altitud de la Meseta oscila entre los 300 y los 500 mts, formándose sobre granitos paleozoicos. Toda,
excepto la franja cantábrica está drenada por el Miño.
1.3.− DORSAL GALLEGA
Las cumbres de esta alineación montañosa se corresponden al Reborde oriental, formando la penillanura
poligénica. Se orientan de norte a sur presentando su mayor altura en la Sierra de Faro con 1187 mts, y sirve
de divisoria de aguas entre la cuenca del Miño y el resto de los numerosos ríos que desembocan en el
Atlántico.
1.4.− FRACTURA DE CARBALLO−TUY
Se extiende a lo largo de 170 kms con una anchura media de dos, y hace de límite entre la Dorsal Gallega y el
Bloque litoral desde Carballo a Tuy. Se origina en una gran falla herciniana, que la erosión ha agrandado.
Hasta las estribaciones de la Dorsal se extiende el Escalón de Santiago, una superficie de formas suaves,
intensamente erosionada, y cuya máxima altitud no supera los 500 mts.
1.5.− LA COSTA
La costa portuguesa es rectilínea frente al recortado litoral gallego, sin embargo todo formaba parte de un
mismo bloque, con la salvedad que la zona gallega sufrió un hundimiento mayor hacia el noroeste tomando
como bisagra el reborde oriental.
La presencia de la tectónica y la erosión fluvial ha originado la aparición de dos tipos de rías: altas o
estructurales cuyo origen se debe a una erosión diferencial sobre las capas más blandas: y bajas o tectónicas
que son fruto de una falla o de una fosa de hundimiento entre dos fallas. Las rías centrales del noroeste son
valles fluviales que cayeron bajo el dominio del Atlántico durante el proceso de subsidencia del Macizo
Gallego.
2.− CORDILLERA CANTÁBRICA
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Es el amplio conjunto montañoso que se extiende a lo largo de 370 kms desde las Sierras de Roñadoiro y los
Ancares al oeste, hasta los Pirineos occidentales (Golfo de Vizcaya). Es uno de los rebordes externos de la
Meseta, a la que separa del mar Cantábrico.
Se distinguen dos partes: el Macizo Asturiano y los Montes vasco−cantábricos, distinción no apreciable a
simple vista, pero si desde el punto de vista de la geología y las formas de relieve esculpidas por la erosión.
La zona más occidental del Macizo Asturiano, es una continuación del Macizo Gallego, formado por pizarras
y cuarcitas del precámbrico. Hacia el este las aguas del geosinclinal cubrieron todo el conjunto sedimentando
materiales hasta espesores de 15.000 mts en la zona vasca, con predominio de las arcillas, calizas, areniscas y
margas.
2.1.− EL MACIZO ASTURIANO
Forma parte del Macizo Gallego. Destacan dos características geológicas: el profundo arco al oeste,
denominado rodilla asturiana, vinculada con la orientación NO−SE de la orogenia heciniana; y por otro lado
la preponderancia de materiales carboníferos y terciarios, formados por numerosas cuencas subsidentes
rellenas de materiales orgánicos.
Hasta el Terciario se forman varias superficies de erosión de las que quedan residuos pequeños y diseminados.
Las formas actuales son fruto de la orogenia alpina que actuó sobre el macizo antiguo fracturándolo. La
anchura media del Macizo supera los 80 kms, pero no se presenta como una cadena, sino como un extenso
territorio montañoso de bloques hundidos y elevados. La mayoría vierte sus aguas al Cantábrico y el resto a la
cuenca del Duero y la fosa del Bierzo.
Se distinguen cinco unidades de paisaje: el litoral, las sierras litorales, la fosa prelitoral, los Picos de Europa y
las montañas del interior.
A.− El litoral, conocido como rasa, es una plataforma costera que alcanza los 250 mts de altitud a través de
peldaños de erosión.
B.− Las sierras litorales forman los primeros relieves interiores de relativa importancia, como el Naranco,
Cima, Sueve y Cuera.
C.− La fosa prelitoral paralela a la costa, se extiende desde oeste a este. Se origina en una falla recubierta de
materiales blandos sobre la que se han instalado los ríos.
D.− Los Picos de Europa son un macizo calcáreo con características de alta montaña por su altitud (hasta
2.648 mts), la vegetación y os efectos de las glaciaciones cuaternarias.
E.− Las montañas del interior hacen de divisoria de aguas y pertenecen a la vertiente meridional. Con algunas
alturas destacadas (Carcedo 2.140 mts). Entre estas y los Picos de Europa hay algunas depresiones como las
de Valdeón y la Liébana.
2.2.− MONTES VASCO−CANTÁBRICOS
Se extienden a lo largo de 250 kms entre el Macizo Asturiano y los Pirineos, denominándose Pirineos
Atlánticos. El conjunto presenta un notable descenso de altitud, que no impide ejercer de separación entre el
clima oceánico y el continental interior. Está compuesto de arcillas y calizas al oeste, y areniscas calizas y
margas al este. Se distinguen tres sectores: el cántabro, el vasco y el vasco−navarro.
A.− Sectos cántabro. Desde Castro Urdiales hasta Valmaseda, Villarcayo y el río Pas. Destaca la Marina o
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zona litoral al norte de las Sierras del Escudo de Cabuérniga, Valle, Gándara y Breñas, por debajo de los 300
mts, con costa de aspecto rectilíneo. Jacia el interior se encuentra la Montaña que alimenta la red fluvial,
donde abundan los fenómenos cársticos debido a la abundancia de calizas y a las precipitaciones.
B.− Sector vasco o arco vasco, destaca la gran depresión prelitoral que parte de Bilbao y se arquea hacia el
este. No es una sola unidad de relieve, sino una cadena de pequeñas cuencas fruto de la erosión fluvial. El
litoral acantilado y sinuoso, resultado de la orogenia terciaria y de la erosión marina.
La red fluvial es caudalosa y encajada hasta su desembocadura, donde forma rías de escaso desarrollo y
parcialmente cubiertas de sedimentos continentales. Al sur de la depresión prelitoral se extiende una barrera
montañosa de orientación NO−SE: Sierra Salvada, Macizo de Gorbea y Aitzgorri, que cambia a la dirección
SO−NE.
C.− Sector vasco−navarro, situado al sur de los relieves anteriores se abren una serie de cuencas rellenas con
materiales cuaternarios o terciarios.
3.− LA CORDILLERA IBÉRICA
Con más de 400 kms de longitud y una anchura media de 100 kms, su orientación predominante es NO−SE,
se extiende desde la Bureba burgalesa hasta el Mediterráneo, bordeando la Meseta por el este y el noreste hace
de divisoria entre el Duero y el Tajo, el Guadiana y el Ebro, además de los levantinos.
No posee ni la continuidad ni la energía de los relieves pirenaicos, está fragmentada por bloques de cimas
redondeadas y de apenas 2.000 mts. Es el reborde de la Meseta fracturado, plegado y erguido pro las presiones
provenientes de los núcleos cantábrico−pirenaico y bético−balear. Sus materiales son secundarios.
3.1.− EVOLUCIÓN GEOLÓGICA
Durante el Paleozoico se depositan numerosos sedimentos. Al desatarse la orogenia herciniana se elevan los
relieves de NO−SE fragmentándose en bloques con numerosas fallas. Estos relieves son intensamente
erosionados dando lugar a la penillanura poligénica, en esta época la Cordillera es la costa del mar de Thetys,
lo que provoca importante sedimentación en la costa levantina. Sobre estos materiales actúa la orogenia alpina
de principios del terciario, y la orogenia alpina eleva el Sistema Ibérico, orientado NO−SE hasta el
Maestrazgo donde gira hacia el sur y suroeste. En el terciario se forma la penillanura fundamental
finimiocénica, que posteriormente es rejuvenecida por el basculamiento de la Meseta a occidente, formando
las depresiones de Calatayud−Calamocha y Alfambra−Miras, se inician los procesos cársticos, etc.
Se pueden distinguir los siguientes sectores: el paleozoico y calcareo del centro−oeste, el mesozoico turolense
y el levantino.
3.2.− PALEOZOICO Y MESOZOICO CALCAREO DEL CENTRO−OESTE
Se prolonga desde la Bureba burgalesa hasta Calamocha (Teruel) de orientación NO−SE, con dos núcleos
paleozoicos en la Demanda y los dos ramales que enmarcan la fosa de Calatayud, formadas pro pizarras y
cuarcitas.
Desde el valle del Ebro aparecen como un potente farallón con más de 1.500 mts, desde la Meseta son sólo un
pequeño reborde.
A.− La Demanda es un viejo macizo rejuvenecido por la orogenia alpina. Sus alturas más destacadas son San
Lorenzo (2.262 mts) y San Millán (2.131 mts). Con aspecto abovedado ocupa el extremo noroccidental de la
cordillera. Hacia el este y el sur se extienden los Cameros formados por calizas y arcillas
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B.− El Moncayo ostenta la mayor altitud de la cordillera (2.316 mts). Entre el Moncayo y el Camero Viejo se
interpone la depresión de Agreda.
C.− La fosa de Calatayud drenada por el Jiloca, se alarga 70 kms hasta Calamocha. Tiene carácter tectónico y
está colmatada por sedimentos de calizas margosas y yesos en el centro y conglomerados y arcillas en los
bordes.
3.3.− EL MESOZOICO TUROLENSE
La Ibérica turolense cae bajo el dominio de los materiales secundarios excepto el núcleo paleozoico de la
Sierra de Albarracín que forma una altiplanicie entre los 1.100 y los 1.400 mts de altitud. Un paisaje
monótono y sólo interrumpido por algunos resaltes topográficos.
Tomando como centro Teruel, se ve rodeada al suroeste y levante por tres grandes macizos: las sierras de
Albarracín, Javalambre y Gúdar.
En el sector turolense existen también varias depresiones o fosas tectónicas originadas por los movimientos
distensivos de finales del Terciario. La más importante, la que va desde Calamocha a Ademuz. La fosa
Alfambra−Teruel tiene menor desarrollo y es de orientación norte−sur y aparece disecada pro la red fluvial.
Por último la fosa del Alto de Mijares cubierta por amplios glacis y orientada NO−SE entre las sierras de
Gúdar y Javalambre.
3.4.− EL SECTOR LEVANTINO
Se forma por calizas mesozoicas, el paleozoico aparece en el Desierto de las Palmas y la Sierra del Espadán,
el terciario ocupa un extenso territorio al SO de Valencia y los aluviones cuaternarios rellenan el arco costero
desde Castellón hasta Denia. La Cordillera Ibérica mantiene rumbo NO−SE en todos el tramo central, por el
noreste gira para encontrarse con las Costeras Catalanas y por el sur se orienta en dirección SO−NO a partir
de la Sierra de la Enguera.
El Maestrazgo ocupa el centro y norte de Castellón, con una altitud máxima de 1.813
mts en Peñagolosa, descendiendo hasta la costa en un graderio de bloques fallados.
A partir de Vinaroz se suceden una cadena de piedemontes cuaternarios de los cuales los más extensos son los
de Benicarló, Plana de Castellón y llano de Sagunto, todos ellos asociados a la actividad de algún río
importante.
La zona central y meridional pertenecen al dominio de los ríos Turia y Júcar, el primero forma gargantas
impresionantes en al comarca de Chelva.
En los límites de Albacete se instala la Meseta terciaria de Utiel−Requena, que es una porción de la Meseta
castellana.
Las zonas costeras del Turia y del Júcar enlazan con al sierra por un extenso piedemonte, entre ambas se
localiza la albufera.
4.− SIERRA MORENA
Desde la Sierra del Andévalo hasta el Pedroso, con suelos paleozoicos abundantes en yacimientos minerales y
afloramientos graníticos. El relieve no es muy acentuado y permite la comunicación entre la meseta extremeña
y el Andévalo onubense.
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4.2.− EL SECTOR CENTRAL
Tiene como eje el batolito granítico de los Pedroches. Aparecen yacimientos de carbón y plomo, pero es un
territorio de baja densidad de población dedicada a la ganadería y la caza.
4.3.− EL SECTOR ORIENTAL
De relieve más accidentado, abundan las rocas calizas cristalinas, la pizarras y las cuarcitas. Los terrenos se
orientan de oeste a este, flexionados pro la presión el extremo suroeste de la Cordillera Ibérica.
La red fluvial ha tenido un papel fundamental en la morfología de la vertiente sur, al sitiarse el nivel base del
Guadalquivir varios cientos de metros por debajo del meseteño. Varios ríos como el Jándula y el Guadalén
penetran por la erosión remontante en los dominios del Guadiana. Existen varios niveles de erosión entre los
que destaca por su importancia el de finales del Mioceno, también conocido como penillanura fundamental.
TEMA 4.− LOS CONJUNTOS EXTERIORES DE LA MESETA
Frente a las cordilleras de formas alomadas y discontinuas (Ibérica) o con fracturas transversales (Costeras
Catalanas), los Pirineos son compactos e ininterrumpidos desde Gerona al Golfo de Vizcaya en 430 kms de
longitud, aunque no todo el conjunto es uniforme en cuanto a altitud, anchura, materiales y forma.
Durante el Paleozoico, hace 270 millones de años, surge un gran sistema orográfico cantábrico−pirenaico, que
es erosionado durante el Mesozoico por otros 230 millones de años, convirtiéndolo en una penillanura
poligénica. A finales del Eoceno (hace 35−40 millones de años) la orogenia alpina volvió a elevar la
superficie de erosión. Los 24 millones de años siguientes pertenecen a un nuevo ciclo de erosión que
desmantela las calizas que cubren el primitivo núcleo paleozoico, dando lugar a la penillanura fundamental.
Tras estos dos ciclos que terminan con un enrasamiento, se produce un dilatado e imperceptible movimiento
ascendente (1cm por año durante un millón de años) que se conoce como epirogénesis, y está asociado a la
tectónica de placas. Tomando como línea de ruptura la falla de Estella a Dax (Francia), la corteza oceánica del
Golfo de Vizcaya se subduce bajo la porción ibérica correspondiente al tramo pirenaico occidental y la placa
del Pirineo centro−oriental realiza el mismo fenómeno bajo la corteza europea.
La altitud conseguida en este movimiento epirogénico reactiva todos los procesos de erosión, consigue
exhumar el eje paleozoico axial, rejuvenecer con los materiales calizos circundantes y rellenar las depresiones
intermedias con los materiales arrancados del entorno.
Posteriormente dentro del Cuaternario, se define la morfología glaciar.
1.1.− CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RELIEVE ALPINO
A.− LA ALTITUD, alcanza sus mayores cotas en el Pirineo central (Aneto 3.404 mts y Posets 3.375 mts)
descendiendo hacia el este y hacia el oeste.
B.− LA ANCHURA, marcadamente disimétrica con más del centenar de kilómetros en el centro, se reducen a
30 en el oeste y a la docena en el este.
C.− LOS MATERIALES pertenecen a tres ámbitos: el Paleozoico integrado por calizas, esquistos, cuarcitas,
dolomias, pizarras y granitos; el Mezosoico formado por una cobertera sedimentaria de margas, calizas y
flich; el Terciario−Cuaternario con materiales más modernos, arenas, yesos y conglomerados.
D.− LAS FORMAS estructurales predominan sobre las de carácter erosivo aunque hay mayor erosión en el
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este, en el centro aparecen los relieves estructurales exhumados y al oeste los relieves genuinamente
estructurales.
En el Pirineo axial domina el granito, las formas escarpadas y abruptas formando pirámides y agujas; en
cambio los contornos se dulcifican cuando abundan las pizarras. En el Prepirineo calizo también se dan
relieves bravíos. En el Somontano, las formas esculpidas sobre los conglomerados o pudingas, tienen unas
características especiales.
Las formas erosivas mayores son fruto de la acción glaciar. La glaciación de Riss cubrió 300 kms. De oeste a
este, con una anchura en la zona media de 65 kms de oeste a este, con una media de 65 kms. Las formas
heredadas son canchales, grandes acumulaciones de bloques desgajados por el hielo formando abanicos al pie
de las montañas: rocas aborregadas sobre granitos; circos o cubetas vaciadas por la acción del hielo; valles en
artesa; valles colgantes, umbrales rocosos, morrenas terminales, lagos o ibones, etc.
La acción periglaciar abarca una superficie más extensa, con efectos como los campos de barro sobre
materiales finos, los suelos poligonales o los aludes sobre vertientes.
En la actualidad el límite de las nieves perpetuas se establece por encima de los 2.800 mts, aunque depende de
factores como son los vientos dominantes que provocan la acumulación de nieves.
Las grandes unidades del relieve alpino son: el Pirineo Axial, las Sierras Interiores, la Depresión Media y las
Sierras Exteriores, estas tres últimas conocidas como Prepirineo.
1.2.− EL PIRINEO AXIAL
Consecuencia de la orogenia alpina y de los hielos cuaternarios, es el núcleo central con mayores alturas. Se
halla vinculado al plegamiento herciniano y está formado por los sedimentos paleozoicos y rocas
metamórficas y plutónicas. Tras el plegamiento herciniano sufrió una prolongada erosión que lo transformó en
penillanura petriásica. Durante el Secundario fue cubierto por sedimentos.
En el Pirineo oriental aparece una larga fosa tectónica (Urgellet−Cerdaña) orientada de suroeste a noroeste y
recorrida por el río Segre. Separa el Priineo Axial del Prepirineo entre la Seo de Urgel y Puigcerdá,
prolongándose hasta Perpignan.
1.3.− LAS SIERRAS INTERIORES
Forman un murallón calizo orientado longitudinalmente, se eleva sobre materiales mesozoicos que en la
orogenia alpina se despegaron del núcleo como mantos de corrimiento vergentes hacia el sur. Los ríos han
tenido que formar profundos desfiladeros en al zona caliza anterior, abren ahora amplias depresiones
transversales de norte a sur.
1.4.− LA DEPRESIÓN MEDIA
Es un gran corredor entre las Sierras Interiores y Exteriores del Prepirineo, se extiende de oeste (Pamplona) a
este (Ainsa) a lo largo de 170 kms y con una anchura media de 20 kms. Aparecen en ella zonas planas, valles
y terrazas fluviales, glacis cuaternarios y relieves destacados como San Juan de la Peña y Oroel.
De oeste a este destacan las cuencas de Pamplona drenada por el río Ara; la Lumbier−Aoiz por el Irati: la
Canal de Berdún y el Campo de Jaca por el Aragón; la del Val Ancha dominada por el Gallego y la de
Boltaña−Ainsa en la confluencia del Ara con el Cinca.
1.5.− LAS SIERRAS EXTERIORES
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Marginales con respecto al eje pirenaico llegan a alcanzar los 2.000 mts en algún punto y se extienden desde
la Sierra del Perdón al sur de Pamplona hasta la del Montsec leridana, pasando por la del Loare, del Aguila,
Guara y Balces. Los ríos de la zona han abierto profundas foces como son los Mallos de Diglos y Agüero.
2.− LA DEPRESIÓN DEL EBRO
2.1.− FORMACIÓN Y EVOLUCIÓN
Tiene forma triangular y está delimitada al norte por los Pirineos, al sur por la Cordillera Ibérica y al este por
las Costeras Catalanas. Es una unidad bien delimitada geográfica y climáticamente. Su historia geológica está
vinculada a la orogenia alpina al hundirse el macizo del Ebro y surgir alrededor los relieves alpinos que lo
convirtieron en un mar interior y luego en un depresión lacustre, hasta que el Ebro se abre paso hasta el
Mediterráneo.
Los materiales son de cuatro tipos: conglomerados, areniscas, margas, yesos y calizas, distribuidos desde el
exterior de la cuenca hacia el centro, quedando los más gruesos al píe de la serranía (conglomerados), a
continuación las rocas detríticas (areniscas y margas) y en el centro materiales de origen químico (yesos,
calizas y sales).
En la mitad septentrional aparecen potentes espesores de conglomerados arrastrados por ríos torrenciales.
La zona pasa a ser exorreica cuando el Ebro atraviesa la Cordillera Prelitoral Catalana, perdiendo importancia
los procesos de sedimentación y ganando los erosivos.
Las formas del relieve en la Depresión del Ebro están gestadas por este río al encajarse sobre materiales poco
consistentes del Terciario. Abundan las formas estructurales debido a que el procesos erosivo se desarrolla
entre una gran variedad litológica de resistencia contrastada y en un medio árido donde extensos interfluvios
escapan a una red hidrográfica poco densa. Las unidades de relieve resultante son: los somontanos pirenaico e
ibérico, las muelas del centro de la depresión y las terrazas y glacis cuaternarios.
2.2.− LOS SOMONTANOS
Son piedemontes y se refiere a las tierras llanas, aunque ligeramente inclinadas, que parte de las Sierras
Exteriores pirenaicas y de los relieves ibéricos hasta el centro de la depresión.
A.− EL SOMONTANO PIRENAICO, se extiende por la margen izquierda del Ebro desde los pies de las
Sierras Exteriores hasta las muelas del centro de la cuenca: Plana de la Negra (646 mts), Montes de Castejón
(744 mts) y Sierra de Alcubierre (812 mts). Su máximo desarrollo se da en el tramo central y se originó sobre
materiales detríticos, sales y yesos, dando lugar a combas, sinclinales colgados y valles anticlinales.
Al norte aparecen los mallos, torreones rocosos, como los Riglos; más al sur las hoyas de Ayerbe, formada
por el Gallego, Huesca por el Flumen y Barbastro por el Cinca. Por úñtimo los cursos fluviales excavan las
depresiones de las Cinco Villas, de Almudébar y de Sariñena.
Hacia el este la Depresión Central Catalana se corresponde con el somontano pirenaico, con relieves sobre
conglomerados como las pudingas montserratinas que han originado las serranías de Montserrat y Sant
Llorenc del Munt, Comiols y Berba.
B.− EL SOMONTANO IBÉRICO, de desarrollo menor por su cercanía con la Cordillera Ibérica, sus formas
son más sencillas debido a la ausencia de una red fluvial que intensifique la erosión. Al oeste, en la Rioja hay
relieves similares a los mallos norteños. En Aragón aparecen tres unidades características: la del Moncayo, la
de Cariñena− La Almunia y la de Belchite− Alcañiz.
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2.3.− LAS MUELAS
Son relieves estructurales de forma amesetada o tabular formadas por la erosión diferencial. Reciben también
el nombre de planas y las más destacables son: en la margen izquierda del Ebro, la Plana de la Negra, el
Castellar y Alcubíerre; y en la derecha la de Borja y Zaragoza y la Plana de Zaragoza, todas entre 600 y 800
mts, con aspecto montañoso.
2.4.− TERRAZAS Y GLACIS CUATERNARIOS
La terraza es una forma de acumulación fluvial, de superficie plana, y con un resalte abrupto hacia el cauce
del río, su formación se relaciona con la mayor o menor potencia del río, originada por períodos más o menos
lluviosos.
Las situaciones pueden ser variadas: que sólo existan en un margen, que su desarrollo sea mucho mayor en
una orilla que en otra, que falte alguna terraza, etc.
Los glacis son superficies detríticas de escasa pendiente al pie de las estribaciones, en este caso de las Sierras
Exteriores o de las muelas del interío. Muestran numerosos contrastes: cantos angulosos, homogéneos y
diseminados por arroyadas superficiales espasmódicas. Existen tres tipos de glacis vinculados a los
somontanos pierenaico e ibérico y a las muelas centrales.
• El pierenaico formado por calizas, concentrado entre los ríos Gallego y Alcanadre.
• El Ibérico,desde el oeste riojano hasta el Bajo Aragón, bien conservados por la escasez de cursos de
agua que los erosionen. Se presentan en los ríos Jalón y Huerva, al pie del Moncayo y el Campo de
Cariñena.
• Los vinculados a las muelas evolucionan según las peculiaridades de cada caso. Los de la margen
izquierda están más diseccionados que los meridionales por la mayor presencia de curso de agua y
barrancos que desciende de las Sierras Exteriores.
3.− LAS CORDILLERAS COSTERAS CATALANAS
3.1.− CARACTERÍSTICA GENERALES
Se extiende 250 kms desde el Ampurdán hasta los Puertos de Beceite (Maestrazgo Ibérico) en dirección
NE−SO, distinguiéndose dos ramales paralelos a la costa y separados por una fosa tectónica cruzada por el río
Llobregat.
El conjunto paleozoico sufrió la orogenia herciniana y el posterior enrasamiento que originó la penillanura
poligénica. El origen del relieve actual se debe al plegamiento alpino de principios del Terciario, formándose
las fosas prelitorales coo consecuencia de una serie de fallas paralelas a la costa.
Las formas resultantes se encuadran en tres tipos posibles: en la zona meridional, los sedimentos forman
pliegues regulares de tipo jurásico; hacia el noroeste predomina el estilo sajónico; y sobre el macizo
paleozoico nororiental se impone el estilo germánico. Al noreste aparecen pizarras y granitos, y al suroeste
calizas, lo que origina buenos suelos con densos bosques de encinas, castaños y alcornoques al norte, y
paisajes de vegetación rala o inexistente por la escasez de lluvia y los suelos pobres al sur.
3.2.− SECTOR NORORIENTAL
El enlace de este sector con los Pirineos orientales se realiza por medio de la Cadena Transversal, que separa
la cuenca de Vic de la Garrotxa y del Ampurdán, y está drenada por los ríos Muga, Fluvía y Ter. La conexión
de los Pirineos con los relieves costeros catalanes se realiza a través de la Cadena Transversal Catalana que
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modifica el rumbo este−oeste girando hacia el sureste.
Los materiales de esta cadena son del Terciario. La depresión del Ampurdán es una fosa hundida que se abre
al mar entre el Pirineo oriental y las Cordilleras Costeras Catalanas, y está cubierto de sedimentos aluviales.
3.3.− LA SIERRA PRELITORAL
Se extiende desde la margen derecha del Ter hasta el delta del Ebro. De sus cimas destacan el Montseny
(1.712 mts), Montserrat (1.232 mts), Sierra de Montsant (1.166 mts) y los Puertos de Beceite (1.147 mts).
3.4.− LA DEPRESIÓN PRELITORAL
Es una fosa tectónica formada por sendas fallas entre la cordillera anterior y la litoral. Se divide en cuatro
cuencas: la Selva, el Vallés, el Penedés y el Campo de Tarragona. Se halla por debajo de los 200 mts de
altitud y debe su modelado a los abanicos aluviales cuaternarios. Las fallas transversales permiten el paso de
los ríos hasta el Mediterráneo.
3.5.− LA CADENA LITORAL
No sobrepasa los 150 kms de longitud desde el cabo de Begur hasta el Campo de Tarragona. No es un relieve
continuo sino fragmentado por fallas transversales. La zona norte hasta la desembocadura del Llobregat
contempla los relieves más vigorosos, aunque siempre por debajo de los 650 mts de altitud. La costa refleja la
relación de la Cordillera Costera con el Mediterráneo, presentándose bravía al norte y plácida en las zonas
deprimidas.
4.− LAS CORDILLERAS BÉTICAS
4.1.− ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS
No forman un macizo compacto sino un complejo orográfico fragmentado en múltiples sierras, hoyas, mesetas
y depresiones.
La aparición de las Béticas corresponde a la última fase de la orogenia alpina, la estírica, cuando también
surgen las Baleares. Intervienen en su formación las placas europea al norte, y la africana al sur, con las
subplacas ibérica y de Alborán respectivamente.
La complejidad de las formas se agudiza por las innumerables fallas existentes, lo que además provoca una
cierta inestabilidad apreciable en una sismología latente, constatable en el predominio de formas estructurales
y en la presencia atlántica, tierra adentro sobre la costa gaditana.
De suroeste a noreste y desde el Golfo de Cádiz al cabo de la Nao en Alicante, las Béticas abarcan unos 600
kms de largo por 200 de ancho entre el Mediterráneo y las estribaciones suroccidentales ibéricas. Aparecen
tres grandes unidades: externa, interna y depresión intamontana, a los que hay que añadir el litoral.
4.2.− LA ZONA EXTERNA
Corresponde a la zona septentrional de la cordillera y se divide en dos subconjuntos: el prebético y el
subbético.
El prebético comprende la zona desde Martos (Jaén) y el cabo de la Nao, haciendo el límite meridional en el
curso del Segura.
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Alguno de los relieves destacables son las Sierras de la Grana y Jabalcuz (al oeste de Jaén), Mágina, Cazorla,
Calar del Mundo, Carrasquete y Aitana.
El subbético va desde Cádiz hasta Elche, está integrado por materiales secundarios y terciarios de estructura
compleja y contrastada debido a la diversidad de materiales y a la presencia de numerosas fracturas y fallas
inversas, como puede apreciarse en las Sierras de Cazorla y Segura. Resulta peculiar el modelado cárstico del
Torcal de Antequera.
4.3.− LA ZONA INTERNA
Conocida como Penibética va desde la Serranía de Ronda hasta el cabo de Palos murciano, logrando ls
mayores alturas peninsulares, aparecen rocass paleozoicas (Serranía de ronda), mezosoicas, metamórficas
(Sierra Nevada) y volcánicas (Cabo de Gata).
Prevalece un cierto desorden geomorfológico. Los fenómenos cársticos son numerosos e importantes. El
modelado glaciar tuvo escas presencia en las Cordilleras Béticas dada su latitud, sólo en Sierra Nevada (3.481
mts en Mulhacen) aparecieron cortos glaciares (10 kms en el valle del Dílar) y una treintena de circos. El
modelado periglaciar fue más importante, con fenómenos de solifuxión, gelifracción, suelos poligonales o
derrubios ordenados.
4.4.− LAS DEPRESIONES INTRAMONTANAS
Llamadas también depresión penibética y surco interbético, separan las cordilleras interiores de las exteriores.
Sus principales características son:
• Aparecen a fines del Mioceno, se instalan en sinclinales o fosas tectónicas, aunque su aparición
siempre es debida a un fenómeno tectónico.
• Están cubiertas por el mar al principio, por lo que cuentan con sedimentos marinos junto a los
continentales.
• Se extienden de oeste a este, de Antequera a Baza, en 250 kms de longitud.
Junto a este corredor se suceden depresiones más pequeñas, como la de Ronda hacia el suroeste y hacia tierras
murcianas y alicantinas. Se elevan de oeste a este y son zonas expuestas a los movimientos sísmicos. La
erosión es galopante, debido a los materiales blandos, a la energía de los relieves periféricos que fomenta la
torrencialidad, la pobreza del manto vegetal, la intensidad horaria de las precipitaciones mediterráneas y la
acción antrópica de los suelos. Su paisaje más peculiar es el abarrancamiento.
4.5.− EL LITORAL
Va desde Gibraltar hasta el cabo de la Nao, resalta lo siguiente:
− la costa no es abrupta, forma una franja litoral continua
− los materiales de las playas son finos si provienen de ríos, y angulosos si provienen de torrenteras.
− es un tramo rectilíneo de costa destacando algunos relieves salientes rocosos y la presencia de zonas llans
formadas por los sedimentos fluviales del Guadiaro, Guadalmina, Guadalhorce, Vélez, Guadalfeo, Adra y
Andráx.
− del cabo de Gata, de origen volcánico, al de Palos la línea de costa toma dirección noreste, el accidente más
notable es el golfo de Mazarrón.
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− el tramo noroccidental se extiende entre los cabos de Palos y San Antonio, donde destacan las lagunas
(salinas) que festonean el litoral: Mar Menor, Torrevieja, de la Mata, Santa Pola y Alicante. La mayor de estas
lagunas es el Mar Menor (135 km² y 4 mts de profundidad media) mantenida abierta artificialmente, en su
interior se hallan cinco islas de origen volcánico.
5.− LA DEPRESIÓN DEL GUADALQUIVIR
5.1.− ORIGEN Y FORMA
Limitada al norte por Sierra Morena y al sur por las Cordilleras Béticas, forma un triángulo. Su aparición
coincide con la orogenia alpina. Al norte la serranía se yergue como un cantil de varios cientos de metros
sobre el valle. El río Guadalquivir ha originado una abierta disimetría en el valle. Su curso mantiene la
orientación bética (SO−NE) hasta Alcalá del Río, donde gira en ángulo recto para desembocar en el Atlántico
por Sanlucar de Barrameda.
5.2.− LOS MATERIALES Y SU MODELADO
La zona meridional está cubierta de arcillas, calizas y conglomerados y margas de origen marino. El resto del
valle está tapizado con sedimentos cuaternarios (arcillas, limos y graves continentales), excepto en el sureste
de Sevilla donde aparecen areniscas y conglomerados. La zona de la desembocadura se ha formado en época
histórica por sedimentos que rellenaron un gran lago de época romana, del que Doñana es el último reducto.
El modelado se caracteriza por la suavidad de las formas sobre materiales arcillosos y de margas. Cuando
surgen mantos de calizas, la erosión diferencial forma mesas alargadas. El resto pertenece al dominio de la
llanura y de la marisma.
5.3. SEMEJANZAS Y CONTRASTES CON LA DEPRESIÓN DEL EBRO
Ambas depresiones tienen forma triangular, están enmarcadas por un sistema de reborde meseteño y de otro
alpino, están cubiertas por sedimentos terciarios, y están drenadas por un gran río de régimen complejo. Las
diferencias son numerosas:
• La depresión del Guadalquivir aparece a finales del Mioceno, lo que explica su inestabilidad, como la
subsidencia costera y los movimientos sísmicos.
• El relleno de la del Ebro tiene carácter continental y lacustre. El valle del Guadalquivir permaneció
sumergido hasta el Plioceno.
• El abarrancamiento y las tierras malas definen la fisonomía del valle del Ebro, no así la del
Guadalquivir con suaves campiñas.
5.4.− LOMA DE ÚBEDA Y CAMPIÑA DEL NOROESTE
Vértice del valle, es un espectacular interfluvio erosionado al norte por el Guadalimar y al sur por el
Guadalquivir. Las campiñas altas del noroeste son elevadas mesas.
5.5.− LAS CAMPIÑAS CENTRALES
Muy llanas y muy fértiles. Aparecen algunos alcores o franjas de materiales calizos.
5.6.− LAS TERRAZAS
Todas en la margen izquierda del Guadalquivir de gran desarrollo en la provincia de Córdoba.
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5.7.− LAS MARISMAS Y LA COSTA
Al sur de Sevilla la planitud es absoluta, es el dominio de las marismas del Guadalquivir que ocupa 2.000 km²
y se hallan en rápido retroceso colmatadas por los sedimentos fluviales. Las aguas marinas circulan por los
esteros en su entrada, y por caños en su salida, creando unas condiciones biogeográficas peculiares.
La costa se halla en pleno dinamismo, con tramos donde el mar acumula flechas litorales que favorecen la
acumulación posterior, y con otros donde retrocede.
TEMA 5.− LOS ARCHIPIELAGOS BALEAR Y CANARIO
1.− LAS ISLAS BALEARES
Forman un archipiélago de 5.014 km² intergrado por numerosas islas de las que destacan : Mallorca (3.640
Km²), Menorca (702 Km²), Ibiza (541 Km²), Formentera (82 Km²) y Cabrera (16 Km²).
Situadas en el Mediterráneo occidental son una continuación de las costas levantinas peninsulares. Todo el
archipiélago excepto Menorca alarga hacia el noreste las estribaciones subbéticas. Todo el conjunto
permaneció unido a la costa peninsular hasta finales del Terciario. En el Cuaternario los últimos movimientos
de la orogenia alpina hicieron surgir diferentes islas, a la vez que se hundía el vínculo de estas con la
península.
La orientación general del relieve es de suroeste a noreste y tiene como base las calizas jurásicas, como puede
verse en la Tramuntana mallorquina. Se divide en tres unidades: Mallorca−Conejera−Cabrera,
Ibiza−Formentera y Menorca.
1.1.− MALLORCA, CONEJERA Y CABRERA
Mallorca es la mayor isla del archipiélago suponiendo el 72% de su superficie. En ella se distinguen tres
partes: la Tramuntana, el Pla y las Sierras de Levante.
A.− LA TRAMUNTANA se extiende de suroeste a noreste durante 90 kms alcanzando las mayores alturas
baleares en Puig Mayor (1.445 mts). La abundancia de precipitaciones y las múltiples fallas y fisuras sobre un
suelo calizo, han creado un relieve cárstico agresivo y rico en formas: dolinas, lapiaces, poljes, simas, etc.
Esta sierra hace de barrera natural ante los vientos fríos del norte, pero también retiene las precipitaciones.
B.− EL PLA ocupa toda la zona central de la isla, desde la Bahía de Alcudia al norte a la de Palma al sur. No
es una zona completamente plana, cuenta con algunas elevaciones como Bonani, Son Segui y Randa, y se
encuentra ligeramente basculada hacia la Alcudia.
C.− Entre la serranía y el Pla existe una zona de transición conocida como el Raiguer que es un piedemonte
compuesto por materiales cuaternarios y algunas manchas miocenas.
D.− En el suroeste del Pla cabe señalar La Marina o el Migjorn (Mediodia), delimitada por la costa y los
relieves de la Randa, que entre Badia Balva y Cap Blanc se precipitan verticalmente (100 mts) sobre el mar.
Hacia el sureste las formaciones de dunas encierran varias lagunas costeras (Es Salobrar y Ses Gambes).
E.− LAS SIERRAS DEL LEVANTE se prolongan por Conejera y Cabrera en la misma orientación SO−NE.
La máxima altitud está en Morei (562 mts) y se encuentran fragmentadas en bloques que permiten la
comunicación con la costa.
1.2.− IBIZA−FORMENTERA
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Forman junto con algunos islotes las Pitusa. Repiten el esquema mallorquín: Ibiza corresponde a la
Tramuntana y Formentera al Pla, aunque la mayor altura no alcanza los 500 mts. Tampoco la serranía es
continua, si no que aparece fragmentada, permitiendo la comunicación entre Ibiza y San Antonio de
Portmany.
La presencia de rocas calizas ha originado el modelado cárstico, con numerosos poljes con fondos tapizados
de terrarrosa.
1.3.− MENORCA
La más oriental de las islas, está vinculada al macizo catalán que se prolonga hacia Córcega y Cerdeña. El
relieve se concentra en el centro de las isla. Aparecen dos paisajes: el norte paleozoico de la Tramuntana
(Menorca fosca, oscura) y el sur mesozoico del Migjorn (Menorca blanca) separados por una falla tectónica
que une Cala de Algairens (NO) con Mahón (SE). Las costas más altas aparecen en la Menorca oscura (El
Toro 350 mts) con formas seniles muy erosionadas. La costa norte se presenta muy fragmentada debido a los
pliegues y fallas sufridos en el Terciario.
Menorca blanca es una plataforma de materiales calizos de menos de 100 mts de altura, ligeramente inclinada
al SO. Los torrentes han abierto profundo tajos y han modelado un paisaje cárstico. La costa es algo agreste y
abundan las pequeñas calas.
2.− LAS ISLAS CANARIAS
El archipiélago canario está formado por siete islas y numerosos islotes, cuentan 7.273 kms² y se localiza a
unos 150 kms al oeste de la costa africana. Es de origen volcánico y relativamente moderno, formando parte
del área denominada dorsal meridiana del atlántico, que se caracteriza por un vulcanismo de tipo explosivo.
Las Canarias forman parte de la placa africana, ubicándose en la zona de contacto entre la litosfera oceánica y
la continental. Las fallas han determinado la alineación insular: NNE−SSO para Lanzarote y Fuerteventura,
NE−SO para Tenerife, la Gomera y el Hierro; y NO−SE para La Palma, Tenerife y Gran Canaria.
Al cruzarse dos de estas fisuras en Tenerife, se produce mayor cuantía en la efusión volcánica, dando la mayor
superficie del conjunto (1.923 kms²) y logrando la cima más alta en el Teide (3.718 mts).
El sustrato de todo el archipiélago es de tipo basal, correspondiente a la corteza oceánica, aflora
mínimamente. El resto son materiales post−miocénicos. El archipiélago está sin consolidar, con un
vulcanismo activo. Se distinguen tres núcleos: macizos antiguos, dorsales y el Teide−Las Cañadas.
2.1.− LOS MACIZOS ANTIGUOS
Surgen al principio del Mioceno y constituyen el sustrato basáltico de todo el archipiélago. Cuando surgen a
lo largo de una fisura forman un domo con dos vertientes; si en el cruce de varias, el resultado es una cúpula
central con derrame circular de los materiales lábiles. Han sufrido un fuerte desgaste erosivo.
2.2.− LAS DORSALES
Son relieves más modernos, por lo que se imponen las formas estructurales sobre las erosivas. Las dorsales
canarias son las de Pedro Gil en Tenerife de NE−SO que forma los valles de la Orotava y Güimar. La segunda
dorsal es la Cumbre Vieja al sur de La Palma. La tercera, o grupo de dorsales, se halla en El Hierro.
El valle de la Orotava tiene personalidad geomorfológica destacable. Es una depresión erosiva en la que
grandes masas de materiales, apoyados sobre un sustrato plástico, se han deslizado hacia la costa por la ley de
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la gravedad.
2.3.− EL BLOQUE TEIDE−LAS CAÑADAS
Se origina por el cruzamiento de los ejes de fractura que han levantado el conjunto isleño, donde abundan las
formas simples y las complejas. Se distinguen tres etapas en su formación: construcción del edificio Cañadas,
apertura de La Caldera y formación de Teide−Pico Viejo.
2.4.− FORMAS DE MODELADO
Influyen en el modelado numerosos factores como el tipo de materiales su grado de fisuración, desnivel,
orientación o clima. Las formas más características son: barrancos, glacis, litoral y entorno periglaciar.
A.− LOS BARRANCOS están formados por un intenso y prolongado arroyamiento superficial, donde
colabora el clima árido, la falta de un manto vegetal tupido, las lluvias espaciadas y torrenciales, etc. Un
ejemplo de este tipo de erosión se da en las Calderas de Tirajana en Gran Canaria y Taburiente en La Palma.
B.− LOS GLACIS poligénicos aparecen sobre todo en Fuerteventura y sobre ellos se encanjan los barrancos.
C.− EL LITORAL es el elemento más dinámico y evolucionado, por la erosión marina. Con la retirada del
mar y la formación de playas bajas, los acantilados de El Golfo (El Hierro) o isla de Dante (Tenerife) se
yerguen como fósiles cuaternarios. En otros lugares aparecen acantilados de más de 500 mts (Los Gigantes,
Tenerife).
Las playas se hayan poco desarrolladas en las islas occidentales y mucho más en las orientales (Lanzarote,
Fuerteventura y Gran Canaria).
D.− EL MODELADO PERIGLACIAR no es muy extenso ni variado. Se reduce al conjunto el Teide−Las
Cañadas pro encima de los 1.800 mts. Hoy día su incidencia es mínima y siempre sobre materiales finos.
TEMA 6.− RASGOS PERMANENTES DEL CLIMA PENINSULAR
1.− LA CIRCULACIÓN GENERAL DE LA ATMÓSFERA
La Península ocupa una posición fronteriza en la zona templada, que cae bajo el dominio de los vientos del
suroeste. Los fenómenos atmosféricos son irregulares al encontrarse aquí dos masas de aire antagónicas, la
polar y la tropical. El resultado es el frente polar. Hay que considerar también la influencia que produce en la
península el desplazamiento hacia el norte y hacia el sur de los diversos cinturones de la circulación
atmosférica.
2.− POSICIÓN DE LA PENÍNSULA
La mayor parte e la Península, excepto la franja norte de Galicia a Euskadi, cae bajo el dominio mediterráneo
en el que los contrastes son permanentes.
La influencia del Atlántico y del Mediterráneo es importante en toda la orla costera, pero se va debilitando
hacia el interior por la barrera montañosa que circunda la Meseta. Las aguas del Atlántico son calentadas por
la corriente del Golfo hasta las costas gallegas, lo que suaviza las temperaturas invernales y aumenta la
nubosidad.
El Mediterráneo ve limitada su influencia climática al ser un mar más pequeño y cerrado, y porque se
interpone una barrera montañosa de norte a sur ente él y las tierras interiores.
21
Durante el invierno hay diferencias de temperaturas escasas entre ambas costas, no así en verano cuando las
aguas del Atlántico son unos cinco grados más frías (20°−25°).
La distribución de las masas continentales es de particular importancia para la Península ya que en invierno se
ve invadida por los vientos fríos procedentes del anticiclón centroeuropeo. En verano s produce la advección
de aire cálido desde el continente africano.
3.− CARACTERÍSTICAS DEL TERRITORIO
El relieve es un agente distorsionador de las condiciones generales de tipo latitudinal. Así provoca:
• la continentalidad, característica de las tierras interiores, que agudiza sus rasgos cuando se interpone
una barrera montañosa. Este es el caso de la Cordillera Cantábrica con respecto a la Meseta norte.
• Las lluvias orográficas producidas por la condensación que provoca la altura (cada 100 mts de subida
el aire húmero se enfría 0,5°C). Esto sucede en la fachad de barlovento, porque a sotavento se invierte
la situación (el aire se caliente 1°C por cada 100mts de descenso una vez seco). Es el llamado efecto
föhn.
• El efecto barrera, consecuencia de la orientación de los relieves frente a los flujos dominantes. La
Cordillera Cantábrica, el Sistema Central, los Montes de Toledo, Sierra Morena y la Cordillera
Penibética, orientados todos ellos, más o menos longitudinalmente, son un impedimento para la libre
circulación de las masas en sentido meridiano (norte−sur). Las Cordilleras Ibérica, Costeras Catalanas
y Subbéticas, impiden de igual modo la circulación de los flujos zonales (este−oeste).
4.− LOS FACTORES TERMODINÁMICOS
Los tipos de tiempo que provocan estas situaciones, generan los climas. Los componentes que los forman son:
la corriente de chorro, los centros de acción, las masas de aire, los tipos de tiempo, las situaciones
atmosféricas y los frentes.
4.1.− LA CORRIENTE DE CHORRO
El Jet Stream o vórtice circumpolar es un flujo de aire en altura que dirige el tiempo en las latitudes
templadas. Normalmente se mueve en torno a los 50° de latitud, a una velocidad de 150 Km/h, en verano
reduce su marcha y se sitúa por encima de dicha latitud, dejando a la Península a merced de los anticiclones
subtropicales.
En invierno se coloca entre los 30°−45° de latitud, aumentando la velocidad y ondulándose de forma que llega
a afectar al norte de África. El frente polar sobre la Península provoca inestabilidad, lluvias y nieves, etc, en
una circulación que ha pasado de zonal a meridiana.
En los equinoccios se vive la transición, donde predominan las situaciones de baja intensidad, excepto cuando
se produce un descenso en latitud de una ondulación del Jet Stream que, debido a sus bajas temperaturas, se
va adentrando en un ambiente más cálido, acelera su velocidad (+de 200kms/h) y se convierte en la llamada
gota fría, que acaba estallando en trombas catastróficas.
4.2.− LOS CENTROS DE ACCIÓN
Son núcleos anticiclónicos y ciclónicos que están vinculados a una determinada zona geográfica, dependen
estrechamente de la corriente en chorro y dirigen las masas de aire en sus desplazamientos. Sobre la Península
inciden los siguientes;
A.− EL ANTICICLÓN DE LAS AZORES de carácter dinámico y semipermanente, se origina en las altas
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presiones subtropicales y se desplaza estacionalmente de norte a sur. Este movimiento determina en gran
medida el clima peninsular, en verano introduce vientos subsidentes y secos, y en invierno proporciona el
componente cálido de la mayoría de las borrascas que llegan a la Península por el oeste.
B.− LOS ANTICILONES POLARES ATLÁNTICOS situados en una posición meridiana dejan bloqueada la
Península frente a la posible llegada de las depresiones atlánticas. Se comportan como una prolongación hacia
el norte del anticiclón de las Azores y se alimentan de vientos fríos del norte o de los que escapan pro
subsidencia de la circulación de chorro.
C.− LOS ANTICICLONES CONTINENTALES EUROPEOS son de carácter térmico y se originan en
invierno sobre Europa debido a las bajas temperaturas. Emiten vientos fríos y secos que al llegar a la
Península provocan heladas. A veces enlazan con el anticiclón de las Azores creando una situación de bloqueo
invernal que impide la entrada de las borrascas noratlánticas.
D.− LA DEPRESIÓN DE ISLANDIA es de origen dinámico y se sitúa en el Atlántico norte entre el
anticiclón polar y el de las Azores. Envía a la Península los vientos marítimos fríos de los anticiclones ártico y
polar, y su extremo prolonga las perturbaciones del frente polar. Alcanza su mayor expansión durante el
invierno cuando la corriente cálida del Golfo de México refuerza sus características.
E.− LAS DEPRESIONES PENINSULARES aparecen en el interior de la Península y durante el verano, son
de origen térmico, provocadas por las altas temperaturas de la Meseta y a la poca influencia del Atlántico que
está ocupado pro el anticiclón de las Azores, lo que provoca una situación de pantano barométrico, que puede
dar lugar a tormentas locales por convección.
Se describen dos depresiones sobre la Península, una invernal y otra veraniega. La invernal es un
desprendimiento de una depresión de la corriente de chorro, origina gran inestabilidad, que suele resolverse
con lluvias abundantes y generalizadas.
La veraniega se vincula a una gota fría en altura. Al caldear el suelo las capas bajas de la atmósfera el aire
asciende y se va enfriando en este movimiento, y cuando se encuentra con la gota fría, da pie a tormentas
ruidosas a veces acompañadas de pedrisco.
F.− LA DEPRESIÓN DEL GOLFO DE GÉNOVA es propia del otoño al encontrarse el área mediterránea
aún cálida. La zona continental empieza a enfriarse y emite vientos fríos hacia el suroeste que al chocar con el
aire cálido provoca inestabilidad, que se hace imprevisible cuando en altura aparece una gota fría.
G.− LA DEPRESIÓN DE AZORES similar a la anterior, los vientos no son de origen continental si no
marítimos polares, originan ciclones que penetran por el Golfo de Cádiz. También aquí es posible la presencia
de una gota fría con similares efectos.
H.− LAS DEPRESION SAHARIANA en superficie que tiene como respuesta un anticiclón térmico en altura,
se inicia en Mayo y dura hasta Octubre. Envía olas de calor al sureste peninsular que se unen a las masas de
origen meseteño. Si encuentran una masa de aire frío en altura puede dar lugar a tormentas veraniegas
vespertinas muy localizadas.
4.3.− LAS MASAS DE AIRE
Son porciones individualizadas de aire, con características propias de humedad, temperatura y presión.
Proceden de un área concreta imponiendo en su recorrido sus características, aunque su base se ve influida por
las propiedades de las zonas por donde atraviesa.
Se generan en áreas muy extensas. La Península se ve influenciada por varias:
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• frías: polares (P) y árticas (A)
• cálidas: tropicales (T)
Ambas pueden ser continentales (c) o marítimas (m) que en conjunto dan lugar a las siguientes masas:
− Ártica marítima (Am) − Ártica continental (Ac)
− Polar marítima (Pm) − Polar continental (Pc)
− Tropical marítima (Tm) . Tropical continental (Tc)
A.− LA MASA ÁRTICA MARÍTIMA (Am) aparece en raras ocasiones por la Península, trae temperaturas
muy bajas, nevadas en el norte y tiempo seco en el interior. Es en origen una masa muy fría y seca, pero al
cruzar el Atlántico absorbe cierta humedad que deposita luego al norte peninsular.
B.− LA MASA ÁRTICA CONTINENTAL (Ac) se genera entre Europa nororiental y la Siberia occidental.
Muy fría y seca mantiene durante todo su recorrido estas características, produciendo heladas y cielos claros
en la Península.
C.− LA MASA POLAR MARÍTIMA (Pm) se desarrolla en una amplia zona del Atlántico norte, donde se
distinguen dos áreas: la más norteña y fría, y una segunda que se forma por debajo del paralelo 50° y es
alimentada por los vientos de la zona norte del anticiclón de las Azores. La primera es siempre invernal, que
se va calentando y humedeciendo en su recorrido, convirtiéndose en inestable al llegar a la Península, donde
descarga fuertes chubascos desde nubes de gran desarrollo vertical (cumulolimbos). La segunda más cálida,
de finales de invierno o principios de primavera, desciende por la fachada continental y penetra por el Golfo
de Cádiz sin originar precipitaciones importantes.
D.− LA MASA POLAR CONTINENTAL (Pc) es la provocadora de las olas frías de la Península. Procede del
aire ártico marítimo, al que el anticiclón térmico siberiano le ha extraído su poca humedad y ha enfriado aún
más. Si consigue adquirir algo de humedad en el Mediterráneo, provoca copiosas nevadas en el interior
meseteño.
E.− LA MASA TROPICAL MARÍTIMA (Tm) se forma en el Atlántico en torno a las Azores, es una masa de
aire cálido y húmedo. Existen dos variantes: la del suroeste y al del oeste. La primera penetra por el Golfo de
Cádiz en invierno dejando apreciables lluvias.
La segunda tiene a su vez dos modalidades, la veraniega y la del resto del año. En verano está asociada al
anticiclón de las Azores y produce tiempo seco y estable. La segunda se activa al perder altitud el anticiclón y
se encuentra a merced de los vientos del oeste.
F.− LA MASA TROPICAL CONTINENTAL (Tc) se forma sobre la zona sahariana del norte de África. Es
tórrida y seca y, si llega a la Península, provoca un calor sofocante, calima y un cielo sin nubes.
TEMA 7.− CLIMATOLOGÍA SINÓPTICA (Ver gráficos y cuadros en el texto)
1.− LOS TIPOS DE TIEMPO
Climatología sinóptica es aquella parte de la climatología que representa los fenómenos relacionados entre sí,
lo que facilita su visión de conjunto.
Tiempo es el estado de la atmósfera al combinarse diversos elementos (humedad, presión temperatura,
vientos, nubes, lluvia o sequía) en un instante preciso. Tipo de tiempo es la reiteración de unas mismas o
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similares condiciones atmosféricas en una espacio determinado. Una misma situación puede producir distintos
tipos de tiempo dependiendo del espacio.
Centros de acción, masas de aire y tipos de tiempo están íntimamente relacionados a la hora de definir un
clima.
2.− LAS SITUACIONES ATMOSFÉRICAS
Son los diferentes estados que pasa la atmósfera en momentos y lugares precisos, y que por reiterativos los
agrupamos formando modelos en la Península son de dos categoría: convecticas y advectivas.
2.1.− LAS SITUACIONES CONVECTIVAS
Predominan en ellas los movimientos verticales del aire. Cuando tales movimientos son descendentes estamos
en una situación anticiclónica, si son ascendentes. Ciclónicas.
La primera es típica del invierno, la Península está ocupada pro un anticiclón de origen europeo reforzado por
las bajas temperaturas locales. No permite la entrada de los ciclones atlánticos y origina tiempo estable con
cielos despejados, fuerte radiación nocturna e inversión térmica con heladas y nieblas matinales.
La situación ciclónica se presenta en las estaciones equinocciales y es fruto de la presencia continuada de
borrascas atlánticas. Provoca tiempo frío y lluvioso.
Cabe un tercera situación convectiva, la de pantano barométrico. Es una situación de bloqueo propiciada por
el anticiclón de las Azores, en la que el aire no circula porque a la acción del anticiclón se une la ausencia de
la corriente de chorro, situada pro encima del paralelo 50°. Se presenta en verano con calmas y calor, roto a
veces por tormentas locales de tipo convectivo.
2.2.− LAS SITUACIONES ADVECTIVAS
Predominan los movimientos horizontales del aire que llega desde otras zonas geográficas. Se generan varias
situaciones, las más características son:
A.− LA SITUACIÓN DEL NORTE. Se plantea con una anticiclón al oeste de la Península en sentido
meridiano, que impide la entrada de las borrascas del oeste. Sobre Europa occidental se instala una gran
depresión por donde llegan los vientos fríos del Ártico de componente norte. Esta situación se puede dar en
otoño y en primavera. Trae frío intenso con cielos despejados, con frecuentes heladas y nevadas ocasionales
en la fachada norte de los relieves septentrionales.
B.− LA SITUACIÓN DEL NOROESTE. Se presenta pro la presencia de un anticiclón atlántico en superficie
y de una baja presión sobre las islas Británicas, viene apoyada por la corriente de chorro que introduce vientos
fríos de noroeste a sureste. El tiempo es inestable y se producen algunas precipitaciones en Galicia y el
Cantábrico, llegando en algunos casos al valle del Duero.
C.− LA SITUACIÓN DE OESTE O ZONAL. Similar a la anterior, con la diferencia que el anticiclón se sitúa
más al sur, lo que permite el paso de las depresiones atlánticas. La situación es propia del invierno y de los
equinoccios. El tipo de tiempo es inestable por la sucesión de frentes cálidos y fríos. Las lluvias son suaves
con un frente cálido que avanza, y fuertes con un frío, debilitándose hacia el este.
D.− LA SITUACIÓN DEL ESTE. Es el resultado de la posición submeridiana de una anticiclón ubicado en
las islas Británicas y de una baja presión en el Mediterráneo. Es una situación propia de invierno, el aire que
penetra en la Península es muy frío por su trayectoria continental, provocando grandes heladas.
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E.− LA SITUACIÓN DEL SUR. Se establece cuando en las costas occidentales de la Península y norte de
África se instala una amplia depresión, y en el Mediterráneo un anticiclón. A través del pasillo entre ambos
llegan vientos tórridos y secos de la masa tropical continental (Tc) sahariana. Es una situación de finales de
primavera y principios de verano.
La lluvia es remota en estas condiciones, y cuando llega se produce la "lluvia de barro" debido a las partículas
de polvo en suspensión.
F.− LA SITUACIÓN DEL SUROESTE. Cuando el anticiclón de las Azores se sitúa frente a las costas
noroccidentales africanas por debajo de las islas Canarias en posición submeridiana, y hacia el norte sobre el
océano una gran depresión frente a las costas portuguesas. Los vientos de la masa tropical marítima (Tm)
penetran por el Golfo de Cádiz. Es una situación más frecuente en invierno. Con ella se elevan las
temperaturas y llegan las lluvias.
3.− LOS FRENTES
El frente es el lugar de encuentro entre dos masas cuyas perturbaciones serán más o menos intensas en función
de los contrastes que presenten. Se constatan cuatro características en estos fenómenos:
• son numerosas y diversas las masas de aire que se aproximan o cruzan la Península
• su encuentro se realiza en circunstancias muy diferentes
• siempre están gobernadas pro la circulación general de la atmósfera
• los frentes son mínimos en verano y más abundantes en el resto del año
Además del frente polar se pueden citar los siguientes: mediterráneo, mediterráneo−sahariano, ártico,
atlántico−mediterráneo y de los alisios.
El frente polar es uno de los factores más decisivos de los climas peninsulares, es la franja de contacto entre
las masas de aire polar y tropical, y está gobernado por la corriente de chorro.
La posición normal es zonal, de oeste a este, pero sufre constantes ondulaciones, avances y retrocesos, a veces
forma un frente frío y a veces un frente cálido. Se sitúa habitualmente por encima de los 40°, sólo influye en
la zona septentrional de la Península. En invierno se sitúa cerca del Golfo de Cádiz y en verano alrededor del
paralelo 50°.
TEMA 8.− LOS ELEMENTOS DEL CLIMA
Los elementos son aquellas propiedades o condiciones de la atmósfera, de comprobada relevancia, que en su
conjunto y unidos a los factores climáticos definen un tiempo o clima. Los rasgos o factores del capítulo
anterior son de carácter permanente y sus variaciones se desarrollan en ciclos dilatados. Sin embargo para
definir un clima existen otros componentes tan necesarios como variables y de complicado seguimiento los
más destacados son: temperaturas, precipitaciones, presión, viento, nubes, humedad e insolación; de los que
estudiaremos los dos primeros.
1.− LAS TEMPERATURAS
1.1.− LA TEMPERATURA DEL AIRE
La temperatura del aire traza las grandes líneas de distribución de la biosfera. El sol no calienta la atmósfera al
traspasarla, si no es el suelo el que transmite su calor a las capas más bajas de aquella. Por ello la temperatura
del aire está en proporción inversa a su altitud. Si una capa está más caliente que sus inferiores, es porque se
ha producido el fenómeno conocido como inversión térmica.
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El proceso de calentamiento se produce de forma vertical, y se transmite en altura de tres maneras: por
contacto, por turbulencia y por radicación.
La recepción/transmisión pro contacto se realiza a través del choque de las moléculas adyacentes: las de la
base de la masa de aire con la del suelo. La turbulencia lleva consigo un fenómeno de convección o
movimientos verticales del aire. Al elevarse el aire cálido con menor densidad, es sustituido por otro más frío
subsidente, este fenómeno se repite una y otra vez. Este movimiento vertical es transmitido horizontalmente
cuando sopla el viento.
La radicación es el fenómeno que se produce entre dos cuerpos separados que están a distintas temperaturas.
Los rayos infrarrojos que emite la Tierra son absorbidos por las partículas atmosféricas tanto líquidas (nubes),
como sólidas (polvo) y gaseosas (vapor de agua), dando lugar al efecto invernadero.
1.2.− TEMPERATURAS MEDIAS ANUALES
En la distribución de las temperaturas medias tiene gran importancia el mar, la latitud y el relieve.
A.− EL MAR deja su huella en gran parte del territorio. La cornisa cantábrica disfruta de temperatura media
elevada si la comparamos con el interior inmediato, o con zonas meridionales teóricamente más cálidas.
También se benefician de la influencia marina, la Meseta sur, los valles del Ebro y del Guadalquivir y la costa
Mediterránea. La Meseta norte queda aislada por los relieves que la circundan.
B.− LA LATITUD está relacionada con la inclinación de los rayos solares. La perpendicularidad de estos y la
temperatura del medio , disminuyen o aumentan, respectivamente, en función del alejamiento o cercanía de la
zona intertropical.
C.− EL RELIEVE. La temperatura desciende como media 0,5°C por cada 100 mts de altura, este fenómeno se
denomina gradiente vertical de la temperatura.
Tras lo indicado se pueden admitir las siguientes conclusiones:
• las isotermas dibujan las características orográficas peninsulares, marcando diferencias entre
presiones y sistemas montañosos de aproximadamente 4°
• estos mismo 4° se repiten entre la costa cantábrica y la del sureste y sur. A la misma latitud, la costa
mediterránea es unos 2° más cálida que la atlántica
• por su situación más septentrional, y por los relieves que la rodean, la Meseta norte es 2° más fría que
la sur.
1.3.− TEMPERATURAS MEDIAS EN ENERO
Es el mes más fríos en la Península, las bajas temperaturas invernales se unen a la menor duración del día con
una prolongada radiación nocturna, a la formación de un anticiclón sobre la Península y a la llegada de masas
de aire frío polar continental o marítimo. Los resultados son:
a.− descenso de la temperatura de sur a norte, y desde la periferia al interior, lo que es más acusado en la
mitad oriental
b.− el paralelo 40° separa dos zonas: al sur de este las costas orientales son más cálidas que las occidentales de
igual latitud, por el influjo del Mediterráneo. Al norte de dicho paralelo, las costas del este reciben la
influencia de la deriva noratlántica, mientras que por el este se introduce aire frío del continente europeo
c.− la Meseta norte oscila entre los 2°−4° de temperatura y la sur entre 4°−6°, diferencia achacable a la mayor
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altitud y latitud de la primera y al influjo atlántico en el sur
d.− el contraste entre el valle del Ebro (4°−6°) y el del Guadalquivir (8°−12°) se explica por la diferencia
latitudinal y el encajonamiento del primero, donde no recibe influencia del Mediterráneo.
1.4.− EL MES DE JULIO
Es el más cálido en el interior peninsular, lo que en las zonas costeras se produce en el mes de agosto. El
verano está dominado por el anticiclón de las Azores, por el carácter continental de la Meseta y por algunas
oleadas de aire cálido de origen sahariano. Las características del verano son:
a.− en la mitad sur las temperaturas ascienden desde la costa al interior. En el norte, excepto en el valle medio
del Ebro, las temperaturas descienden hacia las cabeceras del Duero y Tajo.
b.− al dominar el anticiclón de las Azores, el efecto moderador del Atlántico es mínimo, por lo que la
temperatura aumenta de norte a sur.
c.− la costa mediterránea es más cálida que la atlántica y la cantábrica. A la misma latitud puede haber
diferencias de hasta 6° a favor de la costa oriental.
d.− la Meseta norte queda por debajo de los 22° y la sur supera los 26°
e.− la zona más calurosa es el valle medio del Guadalquivir, donde se rozan los 28°.
1.5.− LA AMPLITUD TÉRMICA
Es la diferencia en grados entre la temperatura del mes más fríos (enero) y el más cálido (julio−agosto). Si
trazamos una línea uniendo A Coruña y Almería se observa:
• el noroeste ofrece la amplitud peninsular más baja
• la amplitud crece hacia el interior
• la costa mediterránea tiene unos valores más elevados que la atlántica
• las áreas de montaña, por sus veranos frescos, tienen una amplitud intermedia media
• la amplitud térmica peninsular tiene su origen en los contrastes invernales, más que en lo veraniegos
• en el interior la latitud y la altitud mediatizan la amplitud térmica, al disminuir esta según aumentan
aquellas.
1.6.− SITUACIONES TÉRMICAS EXTREMAS
Un análisis más minucioso de las temperaturas nos permite distinguir entre máximas medias, mínimas medias,
máximas absolutas y mínimas absolutas. Las situaciones extremas son las de olas de frío y calor. Las máximas
y las mínimas medias están determinadas pro la altitud, la latitud y la continentalidad.
A.− LAS MÁXIMAS veraniegas se dan en el interior andaluz o valle medio del Guadalquivir en el mes de
julio y llegan a superar los 36°. En invierno se producen en la costa mediterránea y atlántica de Andalucía,
Almería y Cádiz, con 17°.
B.− LAS MÍNIMAS MEDIAS corresponden al mes de enero en toda la península, aunque en algunas áreas
costeras se trasladan a febrero. Las mínimas medias mensuales delimitan el techo ecológico de muchos
cultivos, por lo que son importantes para la agricultura. En la Meseta norte oscilan entre los 2° y los −2°, en la
Meseta sur entre los 0° y los 4°, en las costas levantinas superan los 5° y al sur lo 7°.
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C.− LAS MÁXIMAS ABSOLUTAS son situaciones extremas que provocan situaciones catastróficas. Como
por ejemplo los 51° a la sombre de Sevilla el 30 de julio de 1.876. la mitad peninsular rebasa puntualmente los
40°, generalmente oscila entre los 31° y los 39°. Por debajo del paralelo 44° los extremos han alcanzado los
45° en las cuencas medias del Guadalquivir y el Guadiana, siendo general las superiores a 40°.
D.− LAS MÍNIMAS ABSOLUTAS son temperaturas muy bajas que afectan a la Península con relativa
frecuencia. Las condiciones térmicas más extremas se producen por la altitud y el mayor alejamiento de la
influencia marítima. El núcleo más frío se halla en el centro oriental de las tierras turolenses del Sistema
Ibérico. Hacia el oeste de este punto, el Atlántico reduce este tendencia con un repunte en torno al Sistema
Central.
Las olas de calor y frío son situaciones poco frecuentes, de carácter catastrófico. Las olas de calor, propias del
verano, se deben a dos situaciones, con la Península bajo los efectos de un pantano barométrico o bajo los
efectos de una depresión centrada en el norte de África. En ambos casos el anticiclón de las Azores, situado al
oeste y al norte, impide la llegada de las borrascas desde el Atlántico. Aparecen cielos claros y tierras resecas,
alcanzando toda la Península los 40°, y los 45° en el valle medio del Guadalquivir.
Las olas de frío son propias de enero y febrero, aunque son menos homogéneas que las de calor. Llegan del
norte y pueden originarse por aire continental o marítimo, dependiendo si el anticiclón de las Azores se sitúa
sobre las islas Británicas o sobre el Atlántico norte. En el este y sureste aparece una depresión sobre el
Mediterráneo. El anticiclón tiene un desarrollo norte−sur que impide la llegada de los ciclones atlánticos.
La primera situación es la más rigurosa al alcanzar los vientos polares de origen continental la Península. En
el segundo caso, al pasar los vientos sobre el Atlántico, se suavizan algo. El peligro de las olas de frío es su
duración (3−5 días) y su reincidencia.
2.− LAS PRECIPITACIONES
Los tipos de precipitaciones posibles en la Península, teniendo en cuenta la dinámica atmosférica, son tres:
convectivas, orográficas y frontales.
El fenómeno convectivo va asociado a una atmósfera inestable en la que se dan movimientos verticales del
aire debido a la diferencia de su densidad. Si el ascenso viene forzado por un relieve, estamos ante unas
precipitaciones orográficas. Si intervienen dos masas de aire frío y caliente se denominan frontales.
La latitud peninsular permite constatar que las precipitaciones descienden de norte a sur. El emplazamiento
frente a los vientos oceánicos supone un mayor volumen de precipitaciones en el oeste. La configuración del
territorio, donde el interior se ve rodeado de relieves, determina allí un elevado nivel de aridez. El relieve y su
orientación también determinan el mapa pluviométrico de la Península.
2.1.− CANTIDAD DE LAS PRECIPITACIONES
La unidad de medida es el litro por m², o lo que es lo mismo el mililitro. Un mililitro equivale a un dm³, o sea
un litro.
Las isoyetas unen en un mapa puntos de igual volumen de precipitación media. Son muy parecidos a los
mapas de relieve, lo que resalta la importancia que el relieve tiene sobre las precipitaciones. Se considera la
isoyeta de los 800 mm la separación entre la España húmeda y la seca, y la isoyeta de los 300 mm la que
separa está última de la árida.
La Península es abundantemente regada, 700 mm por m², pero su distribución no es uniforme. Las cuencas
cantábricas reciben más de 1.500 mm por m², mientras el sureste no llega a los 400 mm.
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2.2.− LA INTENSIDAD DE LAS PRECIPITACIONES
Es la cantidad caída por m² en un espacio de tiempo, que suele ser de 24 horas. Cuando se hace para todo el
año, el resultado en milímetros se obtiene dividiendo la cantidad total por el número de días de lluvia. El valor
medio así obtenido varía de los 8mm por día de lluvia en las tierras de clima oceánico, y los 4mm de la cuenca
media del Duero.
Son más expresivos los valores absolutos o precipitaciones máximas que suelen darse en 24 horas.
La intensidad de las precipitaciones es un rasgo que encaja con la fisonomía de cada clima. Los valores por
debajo de los 100 mm/dia/m² ocupan el interior peninsular, el noroeste gallego, el Golfo de Mazarrón, los
Llanos de Almería y la Bahía de Cádiz. Superior a los 200 mm se encuentran algunos pocos enclaves
montañosos del interior, la orla mediterránea, puntos de los Pirineos, Guipuzcoa y norte del Ibaizábal
vizcaino.
Algunas máximas (hasta 817 mm en Valencia en 1.987) son diluvios producidos en situaciones en que los
vientos de superficie son cálidos y vienen cargados de humedad tras un recorrido marítimo. En los niveles
altos de la atmósfera un embolsamiento de aire frío provoca la inestabilidad, es la gota fría.
2.3.− FRECUENCIA DE LAS PRECIPITACIONES
La reiteración o periodicidad de las precipitaciones es una de las características de un clima.
Se producen contrastes latitudinales, como Sevilla y Cuenca con igual precipitación desigualmente repartida;
o longitudinales como Cáceres y Tarragona.
Como norma general, el mayor número de días lluviosos se corresponden con las precipitaciones más
elevadas. Disminuyen de norte a sur, de oeste a este, y al descender la altitud. En el noroeste se superan los
160 días de lluvia, mientras en el resto de la Península sólo se rebasan los 100 días en el Pirineo medio
occidental, noroeste de la Cordillera Ibérica, Cordillera Central y Serranía de Cuenca.
Entre 80 y 100 días se sitúa la Meseta norte, excepto su zona central que enlaza con el Pirineo oriental a través
de la Cordillera Ibérica y el curso alto del Ebro.
Por debajo de los 80 días de lluvia se encuentra todo el centro, sur y noroeste y el curso medio del Duero.
Entre 20 y 40 días se encuentra el sureste almeriense y murciano, la cuenca del Segura, los cauces bajos del
Guadalquivir. Con menos de 20 días aún esta el Cabo de Gata, el curso bajo del Almanzora almeriense y las
tierras que se extienden entre Cartagena y Murcia, hacia el bajo Segura.
2.4.− DISTRIBUCIÓN DE LAS PRECIPITACIONES
La Península se divide en cuatro grandes zonas: húmeda, semi−húmeda o de transición, seca y árida.
A.− LA ZONA HÚMEDA recibe precipitaciones por encima de los 800 mm durante más de 120 días. El
máximo de lluvia es invernal y el mínimo veraniego nunca inferior a los 30 mm al mes. Las precipitaciones
son abundantes y bien distribuidas. Se extiende por el noroeste, vertiente norte de la Cordillera Cantábrica y
los Pirineos, más al sur en las sierras del interior, se producen en La Demanda (Ibérica), Guadarrama, Gredos
y Gata (Central), Serranía de Cuenca (Ibérica), Sierra de Andévalo (Sierra Morena) y Serranía de ronda
(Béticas). Los máximos son de predominio invernal en el noroeste, primaveral en el centro−este y otoñal en el
noreste. Se incluyen en esta zona el noroeste mallorquín y el macizo central de la isla de Gran Canaria.
Supone el 23% del territorio y recibe casi el 45% de las precipitaciones anuales.
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B.− LA ZONA SEMI−HÚMEDA se sitúa entre las isoyetas 600−800 mm y rodea la zona húmeda. Abarca al
norte la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica, las Sierras Exteriores pirenaicas y el litoral catalán hasta
Tarragona. En el interior las tierras altas de la Cordillera Central enlazando con la Ibérica, los Montes de
Toledo y Sierra Morena. En las Baleares en la mitad norte y en Canarias en las tierras altas del interior de
Gran Canaria, el centro norte de Tenerife y el noreste de La Palma. Ocupa el 18% del territorio y recibe el
20% de la precipitación.
C.− LA ZONA SECA se sitúa entre los 400 y los 600 mm al año por m², ocupa más del 40% del territorio y
recibe el 30% de las lluvias. Es fuertemente deficitaria al no llegar de media a los 500 mm anuales. Ocupa la
Meseta norte, el valle del Ebro y el Levante desde la desembocadura del Llobregat hasta Alicante. En el
interior ocupa la Meseta sur, Extremadura, Andalucía interior y costera. En las islas, el sur de Mallorca y
Formentera, en Gomera, el Hierro y tierras bajas de Tenerife y Gran Canaria.
A la falta de precipitaciones se añaden largos periodos de sequía, con espacios de entre tres y cinco meses sin
nada de precipitación.
D.− LA ZONA ÁRIDA con menos e 400 mm ocupa el 16% del territorio y recibe el 7% de la precipitación.
El déficit pluviométrico sólo se ve compensado por obras hidráulicas y la captación de aguas subterráneas. La
sequía dura casi medio año. Se extiende por cuatro núcleos: valle medio del Duero (entre Valladolid y Avila),
en el Ebro (Las Bardenas Reales, comarcas de Ateca y la Almunia de Doña Godina y el Bajo Aragón) en la
Mancha (desde la Sagra toledana hasta las Tablas de Daimiel) y en el sureste (provincias de Alicante,
Albacete, Murcia, una parte de Granada oriental y Almería).
Aún con menos precipitación, inferior a los 200 mm se encuentran los cabos de Palos y Gata, Lanzarote,
Fueteventura y las tierras bajas de Gran Canaria y Tenerife.
DISTRIBUCIÓN DE PRECIPITACIONES POR ZONAS
ZONA
Húmeda
Transición
Seca
Árida
TOTAL
EXTENSIÓN %
23
18
43
16
100
PRECIPITACION %
43
20
30
7
100
MEDIA mm
1.250
700
490
350
697
2.5.− LOS GRANDES DOMINIOS PLUVIOMÉTRICOS PENINSULARES
La distribución, diversidad, cuantía y ritmo de las precipitaciones peninsulares son muy complejas. Se puede
dividir en tres grandes dominios pluviométricos: atlántico, interior y mediterráneo.
A.− EL ATLÁNTICO se extiende por el norte, oeste y suroeste, y se caracteriza por la influencia directa del
océano. Los caracteres varían de norte a sur y y de oeste a este, pero adquieren cierta homogeneidad bajo el
influjo marino. Las mayores precipitaciones llegan entre noviembre y febrero, siendo el verano la estación
menos lluviosa.
El carácter invernal de las lluvias tiene su origen en el descenso en latitud del frente polar que permite la
llegada de borrascas atlánticas que no pueden penetrar más por el anticiclón térmico peninsular y por los
anticiclones continentales.
B.− EL INTERIOR no recibe influencia marina, por lo que su máximo pluviométrico se sitúa en primavera.
Limita con los cursos altos del Guadalquivir y del Segura. El mínimo corresponde al verano en ambas
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Mesetas y en las tierras altas orientales de la Cordillera Ibérica y de los Pirineos, el mínimo se produce en
invierno. En verano se producen lluvias convectivas.
C.− EL DOMINIO MEDITERRÁNEO ocupa el Levante desde Gerona hasta Almería, recibe el máximo de
precipitaciones en primavera y otoño, sobre todo en esta última estación. Son lluvias de carácter convectivo.
Con la retirada del anticiclón de las Azores, el descenso de las temperaturas y la presencia en altura de alguna
gota fría, se producen situaciones de gran inestabilidad, que tienen como fuente un Mediterráneo muy
recalentado durante el largo verano.
TEMA 9.− CLASIFICACIÓN DE LOS CLIMAS PENINSULARES Y CANARIOS. EL CLIMA
URBANO
1.− INTRODUCCIÓN RETROSPECTIVA
Del clima depende el tipo de suelo, la vegetación, los cultivos, la vivienda, el alimento, el vestido, algunas
enfermedades, numerosos ritos y festejos, etc. El determinismo climático es evidente, constituyéndose en un
componente decisivo para la vida y los modos de organizarla.
El clima es de difícil definición. Lo que percibimos es una serie ininterrumpida de tipos de tiempo, de los que
se extraen promedios y afinidades. Podríamos definir el clima como una síntesis de los tipos de tiempo,
analizados durante un período no inferior a los treinta años y sobre una región o zona delimitada. Cuanto
menor sea el área estudiada más posibilidades de acierto tenemos.
Los intentos clasificatorios de los climas peninsulares son varios. Nosotros seguiremos el que especifica los
siguientes grupos: climas de influencia atlántica, mediterráneos, interiores, de montaña, de Canarias y
urbanos.
Recordar que la definición de Köepen dividía los climas mundiales en cinco grupos: tropicales (A), secos (B),
templados cálidos (C), de nieve (D) y de hielo (E). De estos sólo los B,C y D están representados en la
Península.
2.− CLIMAS DE INFLUENCIA ATLÁNTICA
Engloba tanto los climas del norte y del noroeste peninsular, la costa suroeste y sur de Andalucía. Ambas
zonas tienen en común hallarse bajo la influencia del mismo océano, pero la diferente altitud y al presencia
del relieve en las inmediaciones de la costa originan contrastes térmicos y pluviométricos notables.
2.1.− CLIMA TEMPLADO HÚMEDO OCEÁNICO (Cfb)
Se extiende por la cornisa cantábrica y al costa gallega, penetrando en el interior un máximo de 100 kms. Su
régimen es poco contrastado, manteniendo un ritmo constante en las precipitaciones, insolación, humedad,
temperaturas, etc.
• LAS PRECIPITACIONES son muy abundantes, casi siempre por encima de los 1000 mm, y bien
repartidas con un máximo en otoño−invierno y un mínimo estival, aunque ningún mes está por debajo
de los 30mm. La lluvia se presenta 150−160 días al año, con baja intensidad de caída y una alta
humedad relativa (80%) durante todo el año.
• LAS HELADAS son poco frecuentes, menos de 10 días al año, pero el granizo es abundante en
Galicia provocado por las tormentas de tipo frontal.
Existe una clara diferencia entre al cornisa cantábrica y el noreste gallego, la primera es algo más fresca y
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nubosa, sin embargo los vientos del sur al pasar la cordillera Cantábrica, eleva las temperaturas de finales de
invierno y comienzo de la primavera, debido al efecto
föhen.
La costa gallega ofrece un régimen más lluvioso y con menores contrastes térmicos, al hallarse bajo los
efectos de las masas cálidas y húmedas procedentes del oeste y suroeste.
2.2.− CLIMA OCEÁNICO SUBTROPICAL (Csa)
Se extiende por la costa andaluza desde la desembocadura del Guadiana hasta los llanos de Almería, y penetra
unas decenas de kilómetros en el interior.
− LAS PRECIPITACIONES oscilan entre los 462 mm de Huelva y los 685 mm de Tarifa y tienden a ser
invernales (noviembre−marzo), provienen del oeste y del suroeste. Disminuyen hacia el noreste y el factor
orográfico determina la captación de grandes volúmenes en las primeras estribaciones de las Cordilleras
Béticas. Los días de lluvia oscilan entre los 40 del Golfo de Cádiz y los 80 de Tarifa, y no llegan a rebasar los
300 mm/día, con escasa presencia del granizo.
• LAS TEMPERATURAS medias anuales son de 18°, en enero en torno a 11° y 25° en julio, con una
moderada amplitud térmica de 14°.
Se diferencia del anterior sobre todo en los veranos. Mientras el norte cae bajo la influencia lluviosa del frente
polar, el sur pertenece a las bajas presiones subtropicales.
2.3.− CLIMA OCEÁNICO DE TRANSICIÓN (Cfb)
El clima oceánico de transición, de invierno frío o semimarítimo, posee características tanto del dominio
oceánico como del continental. El océano aún provoca abundantes precipitaciones de carácter invernal por
encima de los 800 mm. El continente hace bajar las temperaturas a los 6° de media.
Al descender por el sur la Cordillera Cantábrica, las lluvias descienden por debajo de los 600 mm y se eleva
algo la temperatura media del mes más cálido.
Este clima se extiende como una franja paralela al oceánico. Hay que distinguir en el dos ámbitos, el
septentrional y el meridional.
a.− EL SEPTENTRIONAL va desde el interior gallego hasta los Pirineos. El relieve es un factor
determinante, todas estas tierras oscilan entre los 600−700 metros de altitud, adquiriendo rasgos de clima de
montaña las zonas más elevadas. Influyen también poderosamente la orientación de las laderas y la ubicación
de algunos valle abiertos al Atlántico.
b.− EL MERIDIONAL abarca desde el sur de la provincia de Badajoz. Esta expuesto a los vientos atlánticos,
lo que conlleva precipitaciones en torno a los 700 mm de carácter invernal. Este ámbito resulta 2−3° de media
anual más cálido que el anterior, y sufre cuatro meses de sequía frente a uno.
3.− CLIMAS MEDITERRÁNEOS
Se aplica a la estrecha franja que va desde el noeste gerundense hasta Punta Sabinar en el Golfo de Almería.
Es una zona con grandes contrastes, pero con algunas características homogéneas como son:
• Escasez de lluvia, de carácter intensivo, predominantes en otoño y algo en primavera.
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• Temperaturas medias anuales elevadas, entre 15° y 18°. Inviernos suaves, entre 10°−12, y veranos
que superan los 22°.
Se distinguen tres zonas: mediterráneo suavizado, seco y árido
3.1.− CLIMA MEDITERRÁNEO SUAVIZADO (Cfa)
También llamado catalán, se extiende desde el Cabo de Creus hasta las costas de Garraf. Es el más húmedo de
los mediterráneos, con precipitaciones por encima de los 600 mm, sin ningún mes de sequía y con un máximo
lluvioso en otoño y otro secundario en primavera. El mes de agosto supera los 22°.
Presenta fuertes contrastes entre la costa y el interior, y entre la zona más noroccidental y la desembocadura
del Llobregat, contrastes debidos al relieve y a la penetración al norte de las advecciones atlánticas que cruzan
Francia.
Los días de lluvia oscilan entre los 60 y los 80, y las heladas pueden llegar a 40 ó 60 días. Es destacable la
tramontana, viento invernal frío proveniente del este y noreste, acompañado de fuertes lluvias y mar
encrespado y violento.
3.1.− EL MEDITERRÁNEO SECO ( Csa)
Levantino y balear, desde la costa de Garraf hasta el Cabo de la Nao en Alicante. Las precipitaciones
disminuyen de norte a sur hasta situarse por debajo de los 500 mm. Existen fuertes contrastes debido al
relieve, pues las montañas del interior recogen la mayor cantidad de lluvia. El máximo pluviométrico se sitúa
en otoño y el secundario en primavera. No hay ningún mes de sequía total pero si un notable descenso en
verano. Las precipitaciones son pocas, intensas y mal repartidas. Las temperaturas aumentan de norte a sur, la
media anual está en torno a los 16−17°, con 11° en enero y 26° en agosto, con una amplitud térmica moderada
de 15°. Los días de helada son alrededor de 5 en la costa, aumentando hacia el interior.
El clima balear coincide a grandes rasgos con lo descrito, pero cuenta con algunas peculiaridades por su
carácter insular, escasa extensión y ausencia de relieves, excepto en la zona norte de Mallorca. El mar
proporciona una mayor humedad relativa y mayor número de días nubosos. La Cordillera Tramuntana recibe
más de 1000 mm de lluvia, mientras las tierras meridionales no alcanzan los 400 mm, descendiendo las
precipitaciones de norte a sur. Se caracterizan las lluvias por un máximo otoñal y el secundario en invierno,
los días con precipitación oscilan entre 75 y 100, lo que resulta una mejor distribución. La intensidad sigue
siendo alta, con lluvias torrenciales.
3.3.− EL MEDITERRÁNEO ÁRIDO (Bsh)
Desde el Cabo de la Nao hasta Punta Sabinar al sur de Almería. Es la zona más árida de la Península y de
Europa. Las precipitaciones en el Cabo de Gata son inferiores a la media del Sahara en su conjunto.
Es una zona catalogada como clima estepario con verano cálido (Bsh) excepto en Torrevieja (Alicante) y una
zona desde el sur de Cartagena hasta el Cabo de Gata que presenta caracteres desérticos (Bw).
La fórmula es: e=20t+49−7ppw
e= necesidad de agua
T= temperatura media anual
ppw= porcentaje de las lluvias caídas entre octubre y marzo (ambos inclusive) sobre el total anual en
34
milímetros
Cuando las precipitaciones son menores que e, estamos ante un clima subdesértico o estepario. Si dicho total
pluviométrico es menor que la mitad de e, el clima es desértico.
Las precipitaciones quedan por debajo de los 400 mm, e incluso de los 200 en las zonas más áridas.
Predominan las lluvias otoñales y los meses secos oscilan entre los 7 de Alicante y los 12 de Cabo Tiñoso. La
lluvia se presenta en forma torrencial y la influencia atlántica deposita lluvia en la vertiente norte de las
Béticas, que alimenta los ríos Sangonera, Segura y otros, que producen en el valle feraces huertas.
4.− CLIMAS INTERIORES
Se caracterizan por hallarse más o menos alejados de la influencia atlántica, los primeros son de tipo
continental acusado y los segundos de tipo continental suave o atenuado. El grado de aislamiento y la altitud
son dos factores decisivos para delimitar dichos climas en un sentido o en otro. Durante el verano las
diferencias son escasas, en invierno las diferencias térmicas y pluviométricas son acusadas.
La influencia atlántica se ve disminuida por las barreras orográficas y climáticas (presencia anticiclónica y
alejamiento del frente polar), por lo que el régimen continental abarca ambas mesetas y los valles del Ebro y
del Guadalquivir.
4.1.− CLIMA CONTINENTAL ACUSADO (Cs)
Es el dominio climático más extenso, comprendido la Meseta norte, el centro y este de la sur, y el valle del
Ebro. Su aislamiento le procura una amplitud térmica muy acusada (18°−20°) y sus precipitaciones oscilan
entre los 300−500 mm. En verano se sitúa sobre esta zona un pantano barométrico y en invierno los núcleos
anticiclónicos de carácter autóctonos. Las lluvias predominantes son las primaverales y las secundarias en
otoño, tanto el invierno como el verano son secos.
Las fuertes amplitudes térmicas, el aislamiento, la escasez de lluvias y las temperaturas extremas son
características generales que homogeneizan la región. En ella se distinguen tres áreas: la Meseta norte, la sur y
el valle del Ebro.
a).− LA MESETA NORTE (Csb). Son las tierras bajas drenadas por el Duero, rodeadas por las Cordilleras
Cantábricas, Ibérica, Central y los relieves occidentales hispano−portugueses. Las temperaturas invernales son
rigurosas, con tres meses por debajo de los 6°, con una media en enero de 2°, las heladas aparecen desde
septiembre a mayo durante 90−10 días, y las nevadas llegan a 15 días en el interior abulense, burgalés o
soriano. El verano no es caluroso, el mes de julio es inferior a los 22°. Las precipitaciones tienen un ligero
predominio invernal en el oeste debido a la influencia atlántica, volviéndose primaverales hacia el oeste,
siempre por debajo de los 600 mm.
b).− LA MESETA SUR (Csa y Bsk). Su altitud media de 600 metros es un centenar de metros inferior, y se
encuentra más abierta a las influencia atlánticas, su mayor extensión no permite la homogeneidad climática
por la presencia de los Montes de Toledo y Sierra Morena en su interior.
Sus límites climáticos van desde la Cordillera Central hasta Jaén, Córdoba y las tierras bajas de Granada, de
norte a sur, y de oeste a este desde la Extremadura central hasta Albacete y zonas interiores de la Comunidad
Valenciana.
La media de enero se sitúa entre los 4−5° y la de julio rebasa los 22°, siendo la mayor amplitud térmica
peninsular . las precipitaciones están en torno a los 400 mm y son de carácter primaveral, con un máximo
secundario en otoño. La sequía veraniega es profunda. Amplias zonas de Toledo, Ciudad Real, Albacete y
35
Guadalajara pertenecen al ámbito estepario frío (Bsk).
c.− EL VALLE DEL EBRO (Csa y Bsk). No todo el valle pertenece al clima continental acusado, queda fuera
la costa oriental (clima mediterráneo seco) y la montaña pirenaica y el curso alto del Ebro ambos bajo la
influencia atlántica.
El valle soporta inviernos muy fríos por el estancamiento del aire (con fuertes inversiones térmicas) y veranos
calurosos. La amplitud térmica es similar a la de la Meseta sur. El frío invernal se ve acentuado por el cierzo.
Las precipitaciones oscilan entre los 300 y los 400 mm por lo que se puede calificar como un clima estepario.
Con un máximo secundario en verano, con frecuentes tormentas primaverales y veraniegas, y con las lluvias
más cuantiosas en primavera. Es este un clima estepario con invierno frío (Bsk).
d.− EL VALLE DEL GUADALQUIVIR (Csa). El clima continental acusado llega hasta el curso alto del río,
más al norte de Córdoba. Las temperaturas son bajas en invierno, con 6° en enero, y la media anual oscila
entre los 13° y los 15°. El verano es caluroso, por lo que provoca una elevada amplitud térmica.
Las precipitaciones oscilan entre los 400 y los 600 mm, y son de carácter invernal, con un máximo secundario
en primavera, en verano la sequía es muy pronunciada. El valle del Guadalquivir se ve favorecido por la
influencia oceánica, por una mejor distribución de las precipitaciones y por un menor número de tormentas
catastróficas.
4.2.− CLIMA CONTINENTAL ATENUADO (Csa)
Ocupa la franja limitada por el oceánico de transición y subtropical, al oeste, y por el continental acusado al
este. Desde Huesca avanza por la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica hacia León, descendiendo por la
Extremadura occidental y termina en el valle medio del Guadalquivir. Se ubica entre las influencias atlánticas
por el oeste y las continentales del interior. Las precipitaciones invernales próximas a los 600 mm provienen
del océano, y los fríos invernales y los calores veraniegos del interior. Existen dos zonas, la norte y la sur.
a.− La zona sur, desde Cáceres al interior de Málaga, presenta inviernos suaves, enero entre 8−10°, veranos
calurosos con julio por encima de los 26°. Las precipìtaciones oscilan entre los 500−700 mm favorecidas por
los relieves orientados hacia las advecciones atlanticas del oeste y suroeste. El máximo pluviométrico se sitúa
entre noviembre y febrero.
b.− La zona norte forma un arco desde la cuenca del Noguera−Ribagorzana hasta el norte de la provincia de
Cáceres. Los inviernos son fríos, por debajo de los 6°. Los veranos son calurosos, con julio por encima de los
22°.
5.− CLIMAS DE MONTAÑA
El relieve provoca discontinuidad y contraste. Los climas de montaña son varios y los factores que pueden
intervenir en la definición de un clima de montaña son: altitud, latitud, macicez y continuidad.
− Por cada 100 mts de altitud la temperatura desciende 0,5°, lo que favorece las precipitaciones, incrementa
las heladas y disminuye el período vegetativo. Se incrementa la insolación y la radiación, produciéndose
fuertes contrastes térmicos al ser la atmósfera más tenue.
− La latitud modifica las características, apareciendo climas de montaña de influencia marítima, interior y
subtropical.
− La orientación provoca grandes contrastes entre solana y umbría, y entre las laderas lluviosas a barlovento y
las resecas por el efecto föhn de sotavento.
36
− La macicez debilita los efectos benéficos exteriores, al debilitarse esos efectos en los perímetros de la zona
montañosa.
− La continuidad guarda relación con la macicez y con la distancia al mar.
Se pueden establecer los climas de montaña a partir de los 1000 mts, distinguiendo tres niveles o pisos:
subalpino (1000−1500 mts), alpino (1500−2500 mts) y nival (> de 2500mts),
5.1.− CLIMAS DE MONTAÑA MARINA (Cfb y Dfb)
Se localizan desde el macizo gallego hasta las Costeras Catalanas, las primeras de influencia atlántica y las
últimas mediterráneas.
El piso subalpino forma una banda continua desde las sierras orensanas de San Mamed hasta el Monteseny
catalán, con temperaturas medias de unos 10°, con enero alrededor de 0° y julio por debajo de los 22°. Las
precipitaciones son superiores a los 1100mm con un máximo invernal en el oeste y otoñal en el este.
El piso alpino (1500−2500 mts) aparece en núcleos aislados del oeste y los Pirineos. Las temperaturas medias
anuales están por debajo de los 6°, con entre 0° y −3°, los veranos son frescos e inferiores a dos meses. Las
precipitaciones superan los 1200mm y aumentan hacia el oeste.
Existen grandes contrastes dependiendo de la orientación del relieve y de la influencia del Atlántico y del
Mediterráneo. Las zonas de sombra mantienen el suelo cubierto de nieve unos 7 meses o más, dos más que en
las solanas. La influencia atlántica puede llegar a duplicar las precipitaciones (2500mm) de la zona
mediterránea, distribuyéndolas mejor y elevando las temperaturas medias entre 2° y 4°. El bosque continúa
hasta los 2000 mts, donde es sustituido por plantas de menor porte y praderas climácicas.
El piso nival (> 2500 mts) se reduce al Pirineo central. Las temperaturas medias están por debajo de 0°, el
invierno dura más de 10 meses y en el corto verano las temperaturas de las horas centrales pueden superar los
22°, pero el contraste térmico nocturno es muy elevado. Las precipitaciones pueden alcanzar los 3000mm, la
mayor parte en forma de nieve, que no deshiela hasta bien entrada la primavera, tornándose permanente en
zonas de umbrías lo que da lugar a unos poco glaciares. La vegetación desaparece sustituida a veces por
musgos y líquenes.
5.2.− CLIMAS DE MOTAÑA CONTINENTAL O INTERIOR (Cfb)
Los relieves se encuadran en el piso subalpino, centrándose en la Cordillera Ibérica, el Sistema Central, los
Montes de Toledo y la Sierra Morena. A pesar de superar a veces lo 2000 mts, los contraste con las tierras
bajas no son tan espectaculares como ocurre en los Pirineos o la Cordillera Cantábrica, al ser las tierras de la
Meseta también elevadas y sufrir los rigores de la continentalidad.
Las temperaturas medias anuales oscilan entre los 6° y los 10°, los inviernos (0°/−2°) son largos y fríos, y los
veranos cálidos, aunque pro debajo de los 22°, dándose fuertes contrastes diarios. Las precipitaciones llegan a
superar los 1200mm, mucho más elevadas que en las tierras bajas circundantes, están bien repartidas con un
mínimo estival.
La orientación zonal provoca que la vertiente norte es fría y nubosa, y por el sur se recibe el mayor volumen
de precipitaciones.
5.3.− CLIMA DE MONTAÑA SUBTROPICAL (Csb)
Aparece en las Cordillera Béticas sometidas a los influjos de la circulación subtropical. Las temperaturas
37
invernales no son muy rigurosas, siempre por encima e los 0°. Las veraniegas son altas, aunque siempre por
debajo de los 22°.las precipitaciones oscilan entre los 800 y los 1000mm, y varían dependiendo de la altitud y
de la proximidad al mar. El máximo pluviométrico es invernal, seguido por el otoño y la primavera, sufriendo
la sequía en verano. La nieve es frecuente pero poco perdurable.
6.− CLIMAS DE CANARIAS
Canarias se ve afectada por su posición geográfica peculiar por la influencia de la corriente fría de Canarias y
pro el desierto del Sahara.
6.1.− POSICIÓN DEL TERRITORIO
Situada en el Atlántico entre la zona templada y las tropicales. Las influencias templadas son propias del
invierno, estación de máxima pluviosidad. Las influencias tropicales son veraniegas al quedar el territorio bajo
el dominio de los alisios del noroeste, con temperaturas muy agradables y una absoluta sequía.
6.2.− LAS CARACTERÍSITICAS DEL TERRITORIO
Difieren de unas islas a otras, bien por su posición respecto a los vientos dominantes o bien por su relieve,
fundamental este último por su importancia en fenómenos como la inversión térmica, el mar de nubes o las
lluvias invisibles. Los alisios húmedos del noroeste forman una capa de mayor espesor en invierno que en
verano, por encima de esta aparece otra capa más seca y cálida, lo que origina tres niveles de climas
contrastados.
El nivel más bajo es fresco y seco, el nivel siguiente denominado de inversión mantiene las temperaturas pero
aumenta la humedad, formándose un mar de nubes, el tercer nivel aumenta las temperaturas, desaparecen las
nubes y se reduce la humedad. Estos efectos son producto del relieve, y sólo son posibles en Gran Canaria y
Tenerife.
6.3.− LA INFLUENCIA MARINA
Es aquí máxima y se ve modificada por la corriente fría de igual dirección que los alisios; estos vientos se
enfrían al contacto con el océano eliminando cualquier posible precipitación, pero ejerciendo un efecto
refrescante.
6.4.− LA CERCANIA DEL SAHARA
Afecta a la llegada del calor con el desplazamiento hacia el norte del anticiclón de las Azores. La diferencia
térmica entre la masa de aire de los alisios y la sahariana viene a ser de 15°. El aire sahariano es ligeramente
refrescado al circular por encima de la corriente fría atlántica.
6.5.− LAS TEMPERATURAS MEDIAS ANUALES
En las tierra bajas no alcanza los 21°, disminuyendo con la altitud. En el mes de enero se oscila entre los 12° y
los 17°, y en julio entre los 18° y los 24°. La amplitud térmica es entre 6−7° en las zonas bajas, duplicándose
en los observatorios de alta montaña. Lo más destacable resultan las diferencias a una misma altitud entre las
vertientes de barlovento (norte) y sotavento (sur), estas últimas son 15° más cálidas en invierno y 3° en
verano.
6.6.− LAS PRECIPITACIONES
Oscilan entre los 100mm de las zonas secas y los 800mm de las más húmedas. Disminuyen de norte a sur y de
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este a oeste, pero influye sobre todo la altitud y la orientación del relieve. La mitad o más de las
precipitaciones se registran en invierno, con un segundo, máximo en otoño.
Dentro de la irregularidad, son frecuentes los chubascos tormentosos de gran intensidad.
Las llamadas "lluvia invisible" u horizontal, consiste en la condensación llevada a cabo por las hojas de los
árboles de los bosques de lauraceas. Con un volumen captado que triplica el medido por el pluviómetro
normal. En este proceso intervienen tres elementos: a) la estructura y las condiciones físicas de la masa
nubosa; b) las características de la vegetación; y c) la dirección del viento.
6.7.− LOS CLIMAS DE CANARIAS SEGÚN KÖPEEN
La clasificación de los climas canarios siguiendo la fórmula e=20t+490−7ppw, nos lleva a las siguientes
conclusiones:
A.− EL CLIMA DESÉRTICO (Bw) abarca Lanzarote, Fuerteventura y las tierras bajas de las islas
occidentales, incluida Tenerife y una franja de Gran Canaria.
C.− EL CLIMA TEMPLADO CON ESTACIÓN SECA Y VERANO CALUROSO (Csa) ocupa las altitudes
medias de las grandes islas y de las más occidentales. Las precipitaciones dependen de la altura y de la
posición.
D.− EL CLIMA TEMPLADO CON VERANO CÁLIDO (Csb), con temperaturas por debajo de los 22°, se
encuentra en núcleos de gran altura, o en otros más bajos pero situados al norte.
7.− EL CLIMA URBANO
El clima urbano es considerado como un microclima, cuyos efectos repercuten en la mayoría de los habitantes
de una región, a veces concentrados en uno o varios municipios.
La ciudad desde su origen siempre ha tenido unas condiciones físicas distintas, un clima diferenciado de su
entorno rural. Agudizándose estos contrastes a partir de la industrialización.
7.1.− LA NIEBLA URBANA
Contiene además de agua, contaminantes como el humo, hollines, aerosoles nocivos, gases varios, etc. Incluso
puede haber niebla sin humedad, denominada "smog", frecuente en las grandes ciudades en invierno, con
viento en calma y con dominio anticiclónico.
Con respecto al medio rural, el urbano sufre un 100% más de niebla en invierno y un 30% en verano.
7.2.− LA HUMEDAD
El entorno urbano es un 2% más húmedo en invierno y entre un 8−10% en verano, por la carencia de grandes
masas de agua en el perímetro urbano.
7.3.− LA VELOCIDAD DEL VIENTO
Es entre un 10−20% más débil que en el campo, aunque a veces los vientos débiles adquieren velocidad
dentro del casco urbano, al enfilar por una vía larga y estrecha.
Desde el centro urbano asciende una corriente convectiva que al enfriarse desciende por ambos extrarradios.
39
También se establece un intercambio eólico similar al existente entre el mar y la costa: durante el día fluye la
brisa desde la ciudad al exterior, invirtiéndose el sistema durante la noche.
7.4.− LAS PRECIPITACIONES
Son más cuantiosas, entre un 5−10%, explicado por las siguientes causas:
A.− Las corrientes convectivas ascendentes originadas en las isla de calor.
B.− La presencia de numerosos núcleos de condensación que alimentan la formación de nieblas y nubes.
C.− La abundante aportación de vapor de agua por parte de las calefacciones y la industria.
7.5.− LA TEMPERATURA
Es algo más elevada (1−3°) que en el campo, con la diferencia de entre 4−6° durante la noche. El centro ha
recibido el nombre de isla de calor, debido a los factores siguientes:
• La ciudad recibe menor radicación que el campo, pero la contaminación evita la pérdida nocturna del
calor.
• Los edificios y calles acumulan el calor diurno.
• El agua permanece poco tiempo sobre la superficie de la ciudad, al desaparecer la lluvia por los
sumideros, evaporándose una parte muy pequeña.
La isla de calor adquiere su mayor desarrollo con tiempo anticiclónico y viento en calma.
TEMA 10.− CARACTERÍSTICAS HIDROLÓGICAS Y REGÍMENES FLUVIALES
1.− EL CICLO DEL AGUA
Para el clima el agua ocupa un lugar destacado, pero no es tan determinante el volumen de precipitaciones
como su frecuencia e intensidad. Lo importante resulta ser la disponibilidad real que de la misma tienen las
plantas, los animales y el hombre, porque la mayor parte del agua que cae sobre la tierra no está disponible y
finaliza su ciclo sin un uso "rentable" desde nuestro punto de vista.
El agua se halla fluyendo en los ríos o en reposo en los lagos y humedales, sobre la superficie de la tierra, una
parte significativa circula por el interior por infiltración o saturación.
El ciclo hidrológico contempla no sólo el cambio de estado del agua si no también su ubicación en tierra, mar
y aire. El ciclo hidrológico no se agota con el cambio de estado y el transporte del agua, comprende también la
evaporación directa desde el suelo a través de las plantas, la infiltración a escasa profundidad y la saturación
donde se forman los acuíferos.
El agua que no se evapora (nubes) ni se almacena superficialmente (lagos y humedales) o en el interior de la
tierra (acuíferos), discurre hacia el mar por los ríos. De ellos se va a estudiar su caudalosidad, irregularidad y
régimen.
El hombre influye en el ciclo hidrológico, construyendo embalses y derivando sus aguas al regadío, los
procesos industriales o el consumo humano. A veces contamina y modifica de forma letal el ciclo.
2.− LA CULTURA DEL AGUA EN ESPAÑA
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El agua en España es un elemento considerado como de interés general, su uso y distribución forma parte de
las raíces culturales y económicas. Desde el Imperio Romano se construyen canales de riego y para la
navegación, presas, estanques y acueductos. Existen canales de uso agrícola famosos como los de los ríos
Francolí (Tarragona), Mijares (Castellón de la Plana), Palancia y Turia (Valencia). Las presas fueron
numerosas desde aquellos tiempos, Cornalbo y Proserpina abastecían a Mérida, Sónseca al sur de Toledo, etc.
Los árabes refinaron estos sistemas, aprovecharon las infraestructuras romanas y las ampliaron. Inventaron
artilugios como el azud, construyeron acequias y organizaron racional y eficazmente los regadíos.
La economía ganadera de los reinos cristianos tardó en asumir y continuar las pautas agrícolas de los
vencidos. Entre los siglos XII al XIV se construyeron presas en Tudela, Manresa, Almansa y Almonacid.
Carlos I inicia el Canal Imperial del Bajo Aragón, sus obras se inician en 1529, no llegan sus aguas a
Zaragoza hasta 1784. El de Castilla se inicia dos décadas después, y entra en uso tres siglos más tarde (1849).
Su objetivo era convertir en regadío las superficies poco productivas pero no logran convertirse en vías de
transporte masivo.
Actualmente se cuenta con más de 1.000 embalses que acumulan 50.000 hm³, y medio millón de pozos que
proporcionan un caudal de 5.500 hm³, que el regadío consume en su mayoría. La red principal de distribución
(5.500 kms) con una capacidad superior a los 500 l/sg, los muros de contención contra las avenidas (620
Kms), la regulación de cauces (919 kms).
3.− RASGOS DE LA HIDROLOGÍA PENINSULAR
Globalmente España no es un país deficitario de agua. La precipitación media alcanza un total de 340 km³. El
problema está en los profundos desequilibrios espaciales y temporales.
De los 340 km³, 224 km³ se evaporan directamente, 70 km³ se escapan a nuestro control (infiltración,
saturación, escorrentía) y los 46 km³ restantes pasan al consumo (24 km³ agrícola, 15 km³ industrial y 7 km³
humano).
En el último lustro los desequilibrios se han agudizado, por lo que se ha establecido el Plan Hidrológico
Nacional, de aspectos técnicos, como la construcción de embalses y muros de protección, calidad del agua o
modernización de las instalaciones; y de aspectos culturales como son la concienciación de que tratamos con
un bien escaso, que es necesario ahorrar y que hay que mantener sin contaminar. Es indispensable transformar
los regadíos hacia sistemas de goteo, mejorar las conducciones invirtiendo en el mantenimiento de la red.
El archipiélago balear recibe unos 590 mm anuales, lo que representa un total de 2.960 hm³, de los que son
aprovechables 660 hm³, con profundos contrastes entre las diversas islas.
4.− ELEMENTOS DEL RÉGIMEN FLUVIAL
Son las formas que adopta o las circunstancias espacio−temporales que atraviesa un río. Los aspectos
estudiados son la caudalosidad, las variaciones estacionales, las crecidas y los estiajes.
4.1.− EL CAUDAL
Denominado también descarga, es la cantidad de agua en metros cúbicos que pasa por un punto concreto o
sección transversal de un río durante un segundo. De aquí se extrae el caudal modular, el absoluto, la
variabilidad del mismo con respecto a la media interanual, los máximos y mínimos medios, etc.
4.2.− EL MÓDULO
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O caudal modular es el valor medio de las medias registradas durante bastantes años. El río más caudaloso de
España es el Ebro, mientras que en el conjunto de la Península es el Duero gracias a los aportes que recibe en
tierras portuguesas.
4.3.− EL MÓDULO ESPECÍFICO (Me)
O caudal relativo es el resultado de dividir los litros por segundo pro los Km² de la cuenca, aguas arriba a
partir del punto de medición.
4.4.− LA APORTACIÓN ESPECÍFICA (Ae)
Es una relación entre volumen total y la superficie de la cuenca expresada en mm/m².
4.5.− EL COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA (Ce)
Resalta las diferencias entre la aportación específica y las aportaciones por precipitación anual (Pa) es decir
las entradas y salidas.
5.− EL REFLEJO DE LAS ESTACIONES
Los contrastes estacionales caracterizan las latitudes medias, y ello se refleja en el comportamiento de los ríos.
Para llevar un seguimiento sobre la conducta de un río, se compara su caudal medio mensual con el del año,
tomado como unidad, y los altibajos que se produzcan serán la expresión gráfica de su actuación mes a mes.
Un río pequeño se aprecia inmediatamente en al gráfica. Uno largo sometido a la complicación de otros varios
que desembocan en él, y que se alimentan de forma diferente (agua, nieve, resurgencias cársticas, etc.)
presenta agudos contrastes espacio−temporales entre las precipitaciones y la crecida.
6.− REGULARIDAD E IRREGULARIDAD FLUVIALES
Son conceptos que hacen referencia a las variaciones del caudal medio con respecto a la media ponderada en
una serie no inferior a los 30 años. El coeficiente de irregularidad es el resultado de dividir el máximo medio
por el mínimo medio anuales. Si el coeficiente es igual o inferior a 3, el río se considera regular, entre 3 y 7
semirregular o transicional, y por encima de 7 irregular.
Por norma los ríos atlánticos son muy regulares debido al clima. Así son regulares el Ebro en su curso alto y el
Nalón al llegar al Cantábrico. Los mediterráneos son muy irregulares al recibir las precipitaciones intensas
pero espaciadas sobre un suelo desprovisto casi de vegetación. Tal es el caso del Júcar, el Jalón, etc.
7.− DESBORDAMIENTO Y ESTIAJES
Conceptos unidos a caudales máximos y mínimos reales. Los desbordamientos o avenidas suelen ser
catastróficos para el hombre, pero normales en la naturaleza del río.
Los estiajes son menos traumáticos, y sus efectos se pueden paliar por medio de obras de ingeniería.
El tamaño de la cuenca guarda estrecha relación con sus comportamientos extremos, en el sentido de que
existe una relación inversa entre ambos: a menor tamaño mayores son los desbordamientos y más profundos
los estiajes.
Por regla general los ríos de la vertiente norte y noroeste no ofrecen caracteres extremos, y las crecidas son
invernales por la mayor cantidad de precipitación. Los grandes ríos no registran avenidas muy abultadas
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debido a la extensión de su cuenca. Pero cuando la cuenca es reducida, como es el caso de los ríos
mediterráneos, se producen efectos catastróficos, sobre todo durante el otoño.
8.− EL ACARREO DE SÓLIDOS
Es una de las consecuencias inmediatas de los desbordamientos, y sus resultados son evidentes, como son la
colmatación de las llanuras aluviales, la reducción de las marismas, el crecimiento de los deltas o el
aterramiento de embalses.
La capacidad de arrastre y transporte de las aguas está en función de su dinámica (cuantía e intensidad), grado
de las pendientes (relieve) tipo de suelos (permeables o no) y existencia o no el manto vegetal.
9.− LOS REGÍMENES FLUVIALES: SIMPLES Y COMPLEJOS
La procedencia de las aguas, las variaciones estacionales, las crecidas y estiajes, y el grado de regularidad
fluvial son algunos de los aspectos más destacados del régimen de un río. La simplicidad o complejidad de un
régimen depende de los valores que lo integran, de si participa en la formación del caudal aguas procedente de
uno o varios climas. Un río con régimen simple se desarrolla totalmente en un clima homogéneo, alimentado
sólo con precipitaciones.
9.1.− REGÍMENES SIMPLES
A.− RÉGIMEN NIVAL
El río es alimentado principalmente por precipitaciones nivosas, lo que reduce su caudal en invierno y lo
aumenta en primavera a consecuencia del deshielo. Aparece en los ríos de alta montaña como los del Pirineo
central.
B.− RÉGIMEN NIVO−PLUVIAL
El predominio no es totalmente nival, sino que aparecen lluvias otoñales. El caudal vuelve a descender en
invierno hasta primavera, donde el deshielo lo aumenta espectacularmente, hacia mayo se produce el vértice.
El estiaje veraniego no es muy profundo.
C.− RÉGIMEN PLUVIO−NIVAL
Las lluvias tienen hegemonía sobre las nieves. Sucede cuando hay un descenso altitudinal o un aproximación
a la costa. Es el caso de los ríos de la Cordillera Central, del Sistema Ibérico y de la Cordillera Cantábrica. El
máximo caudal aparece a finales de invierno y principios de la primavera y el estiaje veraniego se alarga hasta
entrado el otoño.
D.− RÉGIMEN PLUVIAL−OCEÁNICO
Se caracteriza por un caudal regular y abundante, con un máximo en invierno. Durante el verano se produce
un notorio estiaje, pero alejado de los mediterráneos.
E.− RÉGIMEN PLUVIAL−MEDITERRÁNEO
Todos los ríos tienden a presentar tres picos: final de invierno o inicios de la primavera (febrero−marzo), al
término de la primavera (mayo−junio) y al otoño (noviembre−diciembre), este último el más acusado. Las
zonas centrales (enero, abril y julio) son sequías, sobre todo la última.
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F.− RÉGIMEN PLUVIAL MEDITERRÁNEO CONTINENTAL
Corresponde al interior de la Península, mantiene dos picos: el principal en primavera (abril−mayo) y el
secundario en otoño (noviembre−diciembre), el estiaje veraniego se prolonga de julio a octubre.
G.− RÉGIMEN PLUVIAL MEDITERRÁNEO SUBTROPICAL
Se reduce a los ríos que desembocan en el Mediterráneo. El máximo principal se produce en febrero−marzo,
con un descenso en enero. Durante el verano el estiaje es profundo, con siete meses (de mayo a noviembre)
por debajo de la unidad. Las aguas altas van asociadas a las lluvias invernales.
9.2.− REGÍMENES COMPLEJOS
Un régimen complejo siempre hace referencia a un gran colector que recibe los aportes de numerosos ríos,
cuyas aguas tienen su origen en climas diversos.
El Ebro es el río peninsular de régimen más complejo, al nutrirse de afluentes cantábricas, pirenaicos e
ibéricos, o lo que es lo mismo, de climas tan contrastados como el oceánico, el de alta montaña, el
mediterráneo continental y el mediterráneo puro.
TEMA 11.− LAS CUENCAS HIDROGRÁFICAS
1.− LAS TRES VERTIENTES HIDROGRÁFICAS
La topografía y el clima delimitan las tres grandes vertientes hidrográficas: cantábrica, atlántica y
mediterránea.
1.1.− LA VERTIENTE CANTÁBRICA
Del norte y del noroeste, ocupa el 10.9% del territorio y por ella circula el 40,8% del caudal que drenan todos
nuestros ríos. La regularidad y abundancia de las precipitaciones y unas temperaturas poco contrastadas son
las características de este clima oceánico, que se traduce en unos ríos caudalosos y regulares, con acusada
torrencialidad debido al fuerte desnivel (2000 mts) que deben salvar desde la cabecera hasta la costa (100
kms). La gran capacidad erosiva se traduce en valles profundos que favorecen los desagues rápidos y la
construcción de embalses. Los ríos más importantes son: el Bidasoa, Deva, Nervión, Sella, Nalón, Navia,
Tambre, Ulla y Miño.
1.2.− LA VERTIENTE ATLÁNTICA
Contiene los grandes ríos de la Meseta (Duero, Tajo y Guadiana) además del Guadalquivir. Ocupa el 52,1%
del territorio peninsular y por sus cuencas fluye el 33% de las aguas. Los rasgos de esta vertiente no son
uniformes por su gran extensión, sólo que cae bajo un clima de dominio atlántico por el origen de las
preciptaciones, aunque los contrastes térmicos y la sequía estival muestran una profunda influencia
mediterránea con carácter continentalizados.
Los caudales relativos (l/sg/km²) son bajos, no así los absolutos (m³/sg) por los grandes aportes que reciben
los ríos principales de sus numerosos afluentes.
Se diferencia el ámbito paleozoico o meseteño y el terciario. El primero se reparte entre la Meseta norte
dominada por el Duero, y la sur donde circula el Tajo y el Guadiana separados sólo por los Montes de Toledo.
Entre ambas submesetas la Cordillera Central se alza como divisoria de aguas.
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Casi todo el ámbito terciario corresponde al Guadalquivir. Sus lluvias son de procedencia atlántica e
invernales, y el río se alimenta principalmente de los afluentes béticos de la margen izquierda. Los de la
derecha son cortos y de caudal escaso al descender de Sierra Morena.
1.3.− LA VERTIENTE MEDITERRÁNEA
Con el 37% de la superficie recibe sólo el 26,2% de los recursos hídricos. Las cuencas son muy contrastadas
tanto por el tamaño, las condiciones climáticas, tipos de régiimen fluvial, etc. La cuenca del Ebro aparece
perfectamente organizada con un solo cauce principal, mientras la cuenca sur está integrada por ríos cortos y
espasmódicos, gobernados por una climatología caprichosa. Pertenecen a esta vertiente las cuencas del Ebro,
Segura, Júcar y las del Pirineo oriental.
El volumen de las precipitaciones también marca notables diferencias, aunque también poseen algunos rasgos
en común: todas vierten sus aguas al Mediterráneo, disfrutan de un clima benigno, excepto el interior del valle
del Ebro y zonas de montaña, los cursos de agua son cortos, poco caudalosos y dominados por la
torrencialidad.
2.− CARACTERÍSTICAS DE LAS GRANDES CUENCAS
Las grandes cuencas hidrográficas peninsulares se distinguen entre las meseteñas (Duero, Tajo y Guadiana) y
las extrameseteñas vinculadas a las deformaciones alpinas (Ebro y Guadalquivir).
La forma de las cuencas guarda una estrecha relación con la estructura tectónica o sedimentaria de las mismas.
Cuando predominan los accidentes tectónicos se originan cauces oblongos y recortados como el Tajo,
Guadiana y Guadalquivir, y bajo el dominio sedimentario adquieren forma de pera como las del Ebro y
Duero.
La importancia de esta forma está en función inversa al tamaño de la cuenca. La forma adquiere mayor
importancia en cuencas pequeñas, sobre todo en cuanto se refiere a las crecidas y los estiajes.
3.− LA CUENCA DEL EBRO
Tiene una extensión de unos 86.000 km², el 57% en la vertiente pirenaico−cantábrica y el 43% en la Ibérica.
El cauce circula más próximo a esta última, por lo que sus ríos están menos jerarquizados que los de la orilla
izquierda. Ésta marcada diferencia entre las dos vertientes es el resultado de varios tipos de clima: oceánico
(cabecera y curso alto), de alta montaña (Pirineos), montaña interior con rasgos mediterráneos (Ibérica),
continental acusado (centro del valle), etc.
3.1.− EL RÉGIMEN FLUVIAL
El régimen del río más caudaloso es también el más complejo. El curso alto hasta Miranda presenta un
régimen pluvio−nival oceánico con un máximo entre enero y marzo, y un mínimo veraniego. Hasta Miranda
el río ha recibido el 11% de su caudal por aportación del Nela y el Oca.
El tramo hasta Zaragoza se inicia con la formación de las Conchas de Haro al pasar los Montes Obarenses en
La Rioja, recibiendo aguas en esta comunidad de los ríos Tirón, Naranjillo, Leza, Cidacos y Alhama, y
mermándose con la derivación hasta el Canal de Lodosa de 400 hm³ y por el Canal Imperial del Ebro de 500
hm³ anuales.
Desde Miranda se diluyen los rasgos nivales, tornándose un régimen pluvial mediterráneo por los aportes
ibéricos.
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Pero desde la desembocadura del Aragón y hasta el final de su recorrido en Tortosa, el Ebro vuelve al régimen
pluvio−nival debido a la influencia de los afluentes pirenaicos.
3.2.− CARACTERÍSTICAS DE LA CUENCA
La aportación de los ríos ibéricos es bastante escasa, sin embargo los de la margen izquierda, Ega, Ara y
Aragón aportan al Ebro casi el 80% de su caudal, duplicando el volumen de sus aguas, apoyados por los que
descienden del Pirineo central, Gállego y Segre.
Las obras de ingeniería son tan importantes que han convertido al valle del Ebro en la zona de regadío más
extensa de la Península. Se pueden extraer tres conclusiones:
• Las lluvias invernales son escasas, salvo en el curso alto. A pesar de ello, el volumen está próximo a
la unidad al no registrarse pérdidas por evaporación o usos agrícolas.
• En primavera confluyen las lluvias sobre la Cordillera Ibérica y el deshielo de los ríos pirenaicos,
produciendo el máximo anual.
• En verano el estiaje es pronunciado debido a la escasez de precipitación.
• En otoño se alcanza el máximo secundario por las precipitaciones generalizadas.
4.− LA CUENCA DEL DUERO
Ocupa la totalidad de la submeseta norte, su longitud es de 937 kms y drena una cuenca de 100.000 km²,
aportando 675 m³/sg lo que lo convierte en el río más caudaloso de la Península.
4.1.− EL RÉGIMEN FLUVIAL
Es simple, su cabecera está alimentada de los tres conjuntos montañosos que la rodean: la Cordillera
Cantábrica, el Sistema Ibérico y la Cordillera Central, cuyos ríos tienen en común un régimen pluvio−nival
con el máximo en primavera. Al avanzar por el centro de la Meseta, el régimen el Duero se torna pluvial
mediterráneo interior, con un acusado estiaje veraniego.
Al introducirse en Portugal, mantiene el régimen pluvial, pero ahora de carácter oceánico, lo que provoca un
aumento de sus aguas, la reducción del estiaje veraniego y el adelanto del máximo al mes de febrero, debido a
las lluvias oceánicas invernales.
4.2.− CARACTERÍSTICAS DE LA CUENCA
El Duero nace en la vertiente sur de los Picos de Urbión, desciende en dirección SO hasta Almazan, donde
modifica su rumbo hacia el oeste. Hasta Zamora la pendiente es suave (0,77 m/km) lo que provoca grandes
meandros. Hasta las cercanías de Valladolid el mayor aporte lo realizan los afluentes de la derecha, lo que se
dispara tras la aportación del Pisuerga.
El Pisuerga resulta hasta ese momento más caudaloso que el Duero. De régimen pluvio−nival, es el segundo
afluente tras el Esla. Drena 15.800 km² y aporta 2.250 hm³ al año.
Tras el Pisuerga, el Esla recoje las lluvias de la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica occidental y los
Montes de León, y vuelve a duplicar las aguas que trae el Duero, aportando 5.700 hm³ al año.
Por la izquierda realizan sus aportaciones el Adaja, el Eresma y el Tormes. Al igual que en el Ebro el cauce
norte es el más favorecido por los aportes hídricos.
5.− LA CUENCA DEL TAJO
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Desde la Cordillera Ibérica hasta el Atlántico, el río va acompañado por el sistema Central y los Montes de
Toledo, aproximándose a estos últimos. Los contrastes entre ambas vertientes son de tamaño, altitud y
volumen pluviométrico, al norte se encuentran las sierras más altas y lluviosas, con un rasgo común entre
ambas: la lluvias aumentan progresivamente hacia el Atlántico.
5.1.− EL RÉGIMEN FLUVIAL
La cabecera del río en la sierra de Albarracín presenta un régimen pluvio−nival, con un máximo en abril y un
segundo pico a fines de otoño, el estiaje veraniego no es muy profundo.
En el centro de la cuenca, el Tajo adquiere las caracterísiticas del régimen pluvial mediteráneo interior o
continental.
En el curso bajo el régimen es totalmente pluvial, dependiendo de las precipitaciones invernales, con un único
pico en febrero, y un estiaje rofundo desde mayo a octubre.
5.2.− CARACTERÍSTICAS DE LA CUENCA
Existe un fuerte contraste entre los aportes de ambas márgenes. La primera aportación importante la realiza el
río Gallo por la derecha, el río continua encajado a través de las calizas alcarreñas. Tras el embalse de
Entrepeñas realiza su aporte por la izquierda el Guadiela que triplica las aguas del Tajo con las provenientes
de la serranía de Cuenca.
Tras varios embalses, el Jarama por la derecha aporta 1.700 hm³ al año. Hasta Toledo el Tajo desciende
sinuoso, formando una herradura al llegar a la ciudad. Entre Toledo y Talavera de la Reina desembocan por la
orilla derecha el Guadarrama con 140 hm³ anuales y el Alberche con 800 hm³ anuales.
El encajamiento del río se aprovecha para la construcción de embalses (Azután, Valdecañas y Torrejón) tras
los que desemboca el Tietar con gran abundancia debido a la cantidad de precipitación que recibe de la
vertiente sur de la Sierra de Gredos.
Entre el Tietar y el Alagón se extiende el mayor complejo embalsado de la Península, formado por el
Alcántara I y el II, donde llegan las aguas por la izquierda del río Almonte desde la Sierra de Guadalupe, y el
Alagón por la margen derecha. Al cruzar la frontera el Tajo ha drenado unos 54.000 km² y transporte 293
m³/sg, lo que equivale a 9.200 hm³.
6.− LA CUENCA DEL GUADIANA
El Guadiana es el gran río español de caudal absoluto más reducido. Su longitud de 818 kms drena una
superficie de 70.000 km² y su caudal específico está en torno al litro por segundo y km². Este escaso caudal es
debido a las limitadas precipitaciones que recibe la cuenca, hasta el punto que algún verano, alguno de sus
tramos conoce un estiaje total.
6.1.− EL RÉGIMEN FLUVIAL EL GUADIANA
Es muy simple pues está subordinado a la lluvias, excepto en su primer tramo donde se detecta cierta
influencia cárstica. La pluviosidad es escasa en el territorio drenado por el Guadiana, lo que provoca que una
de sus características sea la irregularidad.
En el curso alto que termina en el embalse de Cíjara, adquieren improtancia las lluvias invernales de carácter
oceánico, con un máximo destacado en febrero, y otro secundario a finales de otoño. El estiaje se incia en
mayo y dura hasta noviembre, llegando casi a cero en agosto.
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6.2.− CARACTERÍSITICAS DE LA CUENCA
El Guadiana discurre reposado al sur de los Montes de Toledo, sobre calizas, sin tajarlas, formando una gran
llanura que pierde altura hacia el sur. La falta de energía del Guadiana es debido a dos razones:
geomorfológica y climática. La cuenca no ha sufrido ningún desgarro tectónico, y el nivel de precipitación es
irrisorio. Esta falta de potencia permite al Cabriel y al Júcar invadir el sector oriental meseteño y llevarse parte
de las aguas ibéricas hacia el Mediterráneo.
La cuenca queda delimitada por los Montes de Toledo por el norte y Sierra Morena por el sur, y el nacimiento
está protagonizado por cuatro ríos: el Záncara y Cíguela de la Serranía de Cuenca, y el Alto Guadiana y el
Asuer del Campo de Montiel, que tras desaparecer por fisuras calizas provocan el acuífero que forma el
Guadiana.
Hasta las Tablas de Daimiel el Guadiana es un río indefinido, hasta que encuentra al Záncara y al Cíguela, y
forma un único cauce, dejando atras gran número de zonas endorreicas, pequeñas y grandes lagunas, etc.
El Alto Guadiana también aparece vinculado a un rosario de lagunas de las que destacan las de Ruidera. El
Asuer es el menos caudaloso de los cuatro ríos que llevan sus aguas a los Ojos del Guadiana, al nacer en una
zona de escasa precipitación, y ser succionado por un suelo poroso.
Todo el conjunto ofrece unos resultados fluviales muy pobres por la falta de lluvias, la infiltración cárstica, el
endorreismo de la región y el alto consumo humano.
A partir del Campo de Calatrava el río se aproxima a los Montes de Toledo, hasta tomar rumbo noreste hacia
el embalse de Cíjara donde gira hacia el suroeste tras recibir las aguas del Estena. Tras este embalse aparecen
otros tantos que riegan tierras cacereñas, de Mérida y Badajoz.
A pocos kilómetros de Badajoz el río gira al suroeste convirtiéndose en frontera a lo largo de 70 kms.
7.− LA CUENCA DEL GUADALQUIVIR
Las características más destacadas son:
− Forma un triángulo isósceles entre Sierra Morena y las Béticas de casi 57.500 km². Que se abre al mar en un
frente de 170 kms.
• Surge en la última fase de la orogenia alpina y permanece un largo período bajo las aguas marinas, de
las que aun no se ha liberado totalmente.
• Presenta una gran disimetría al circular el río pegado a los relieves de Sierra Morena durante dos
tercios de su recorrido.
• No toda la cuenca pertenece al ámbito andaluz. Los ríos Guadalimar y Jándula remontan hacia
Castilla La Mancha, el Guadalquivir Menor hacia Murcia y el Viar hacia Extremadura.
• La aportación anual es de unos 8.000 hm³, con un caudal específico de 4,5 l/sg/km².
7.1.− EL RÉGIMEN FLUVIAL
Es complejo pero sin llegar a los niveles del Ebro. La cabecera del río y los afluentes de la derecha tienen un
régimen pluvial mediterráneo interior o continental. El Guadiana Menor y el Genil introducen la presencia
nivo−pluvial. En el curso alto presenta un máximo en marzo, cuando confluyen las aguas primaverales con el
deshielo en Sierra Nevada, el máximo secundario es en diciembre debido a las precipitaciones atlánticas.
Entre junio y noviembre se produce el estiaje por debajo de la unidad. En enero se produce un segundo
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mínimo debido a la presencia del anticilón invernal y a la retención nivosa en la cabecera. Una vez suavizado
el efecto pluvio−nival del Genil, y hata su desembocadura, el Gudalquivir mantiene el régimen pluvial.
7.2.− CARACTERÍSTICAS DE LA CUENCA
Nace el Guadalquivir entre la Sierras de Cazorla y el Pozo, y recorre 650 kms hasta el Atlántico. Se dirige
primitivamente en dirección sur−norte hasta el embalse del Tranco de Beas, rodea la serranía y toma dirección
este−oeste hacia Montoro, y desde aquí cambia el rumbo hacia el suroeste hasta Alcalá del Río.
En el curso alto hasta Mengibar el río lucha con calizas jurásicas y más tarde se ensancha a los píes de la loma
de Úbeda.
La cuenca del Guadalquivir presenta un notable equilibrio ente ambas márgenes, levemente roto a favor de la
izquierda por el aporte del Genil.
El Guadiana Menor por la izquierda, con 7.200 km² y 500 hm³/año duplica el caudal del Guadalquivir. Por la
derecha el Guadalimar drena Sierra Morena, lo que lo hace el segundo afluente más caudaloso tras el Genil. El
Jándula se adentra profundamente en la Meseta sur, y disputa al Guadiana sus dominios, es un ejemplo de
erosión remontante.
El Genil es el afluente más importante, aportando 1.300 hm³, nace en Sierra Nevada y fertiliza la Vega de
Granada, después se adentra en la Cordillera Subbética donde es embalsado en Iznájar, al salir de la serranía
se dirige al Guadalquivir pasando por Puente Genil, Ecija y Palma del Río.
Desde el embalse de Peñaflor, el río debe descender sólo 52 mts en 200 kms, por lo que forma meandros
discurriendo sin rumbo fijo y formando las Marismas del Guadalquivir, cada vez más reducidas pro los
sedimentos fluviales, y donde se ubica el Parque de Doñana
TEMA 12.− LAGOS Y HUMEDALES
1.− INTRODUCCIÓN
La Península no disfruta de muchos lagos y humedales, sin embargo el papel ecológico que desempeñan
zonas como la albufera de Valencia, la laguna de Gallocanta, las tablas de Daimiel o las Marismas del
Guadalquivir, transcienden a miles de aves de Europa y África. Para que abunden lagos y humedales es
necesario una adecuada distribución de las precipitaciones y la disposición topográfica necesaria para
retenerlas. En el norte y noreste, con abundantes precipitaciones, el relieve accidentado favorece una
escorrentía rápida y completa, y en el interior meseteño sucede a la inversa.
La diferencia entre lagos y humedales, entre aguas lacustres y palustres, está en la profundidad de las mismas.
Los lagos son extensiones de agua permanente que alcanzan cierta profundidad, hasta el punto que ésta
restringue el desarrollo de la vida acuática en todos sus niveles. Los humedales presentan aguas someras, y su
extensión está sujeta a fuertes variaciones de acuerdo con el ritmo de las precipitaciones, que modifican del
mismo modo su salinidad, y favorece en sus márgenes la presencia de ecosistemas acuáticos y terrestres. Los
lagos se clasifican en endógenos, exógenos y mixtos.
2.− LAGOS ENDÓGENOS
Son debidos a fallas, seismos, hundimientos de bloques, volcanes, etc, no son abundantes ni en número ni en
extensión. El más típico, hoy desecado, es el de La Janda en Cádiz. La Laguna de Gallocanta en Zaragoza en
el interior del Sistema Ibérico, se forma a raíz de una falla seguida de un hundimiento tectónico, es la mayor
laguna de España.
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También son escasas las que ocupan el crater de un volcán. La Laguna de Fuentillejo (15 has) Ciudad Real, es
un crater−lago de los varios existentes en el Campo de Calatrava.
3.− LAGOS EXÓGENOS Y MIXTOS
Pueden ser de origen glaciar, cárstico, arreico, eólico y litoral. Los de origen glaciar son numerosos y se
ubican en zonas montañosas debido a la acción de los hielos cuaternarios. Abundan en las cabeceras de los
ríos Gállego, Cinca, Esera y los dos Noguera. En Aragón son los llamados ibones y estanys en Cataluña.
Aparecen también en la Cordillera Cantábrica, Montes de León, Cordillera Central y Sistema Ibérico. En la
Sierra Segundera aparece el mayor de España, el de Sanabria (Zamora) con 320 has.
Los de origen cárstico son fruto de la disolución de rocas calcáreas o yesos. Se encuentran al este de la
Península en las Torcas (Cuenca), Lagunas de Ruidera y Ojos del Guadiana (Ciudad Real).
Los lagos arreicos son construidos por el viento, por el proceso conocido como deflación, que consiste
remover laarena, el limo y la arcilla de las zonas áridas o costeras y trasladarlos a largas distancias. Es el caso
de las closes ampurdanesas (Gerona).
Los lagos mixtos están formados por la conjunción de varios factores ya citados. De este tipo es el de Bañolas
(Gerona) de origen tectónico y cárstico.
4.− HUMEDALES: ALBUFERAS Y MARISMAS
Los humedales son zonas cubiertas permanentemente o temporalmente por aguas poco profundas (palustres),
comprenden áreas pantanosas dulces o saladas que realizan un papel de transición entre el agua y la tierra. Su
papel biológico es excepcional, su escasa profundidad permite una fotosíntesis intensa y su contacto con la
tierra favorece el aporte continuo de ricos y variados nutrientes. Por ello se encuentran internacionalmente
protegidos. Durante siglos fueron considerados terrenos estériles y focos de enfermedades como el paludismo.
TIPO EJEMPLOS
Pliegues
Tectónicos
Origen Fallas Carucedo, La Janda
Endógeno
De crater Fuentilleja
Volcánicos Represados por
corriente de lava
de denudación Pirineo
Glaciares
obstrucción Sanabria
morrénica
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Cársticos por disolución de
yesos o calizas Ruidera
Origen
Exógeno Arreicos Aridez climática Laguna de la Mancha, Ebro, etc
Eólicos Por deflación del viento Closes en el Ampurdan
Litorales Por acción del mar Mar Menor y marismas litorales
Tectónico y cárstico Banyoles
Origen
Mixto
Estructural y arreico Alcázar de San Juan
El carácter somero y tranquilo, y la fluctuación estacional de su área son los rasgos más carácterísticos de los
humedales frente a las aguas corrientes. Biológicamente pueden pasar por tres estadios: oligotrófico, escaso en
nutrientes en función de la temperatura y profundidad de las aguas, aportes terríferos, etc. Eutrófico, el
humedal alcanza su máxima rentabilidad vegetal y animal. Finalmente distrófico, donde las aguas van
formándo turberas. La mayoría de nuestros humedales se hallan en el segundo nivel, no así los lagos que están
todavía en el primero.
Las zonas humedas controlan las avenidas y retienen los sedimentos, alivian o rellenan los acuíferos y regulan
la capa freática. Forman parte de los humedales las lagunas, charcas, navajos, aguazales, ciénagos, tremedales,
marismas y albuferas.
Las lagunas tienen carácter temporal, hondura en torno al metro, aguas más o menos salobres según la época
del año y fluctuaciones que llegan a hacerlas desaparecer en verano. Cuentan con un dinamismo biológico
excepcional, que se traduce en gran cantidad de especies adaptadas a estas condiciones.
Las turberas son zonas encharcadas muy eutrofizadas. La abundante vegetación se va incorporando al sueo,
donde por falta de oxígeno se carboniza lentamente, desprendiendo dióxido de carbono (CO2), metano (CH4)
y agua, formando la turba.
Los lagos litorales se hallan vinculados a la dinámica marina, ayudada por la fluvial. Son las marismas y
albuferas, zonas poco profundas y formadas por el hundimientos costero donde se formó un golfo que se va
colmatando con las corrientes marinas, y con las aguas continentales que lo separan del mar excepto por algún
paso o escalón (grao). El Mar Menor o la albufera valenciana son dos ejemplos.
Las marismas son superficies muy jóvenes aún no han roto sus relaciones con el mar. De hecho confluyen los
aportes de agua marina y fluvial e incluso subterranea, lo que propicia gradientes de salinidad que favorecen
la riqueza y variedad del ecosistema. La ausencia de relieve es total, sólo se distinguen las vetas o franjas de
terreno que sólo quedan bajo las aguas tras las grandes inundaciones. Las zonas más deprimidas se denominan
lucios, y los caños las vías del agua en el interior de la marisma.
5.− LA REDUCCIÓN DE LOS HUMEDALES
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La ley Cambó de 1918, derogada en 1985. Promulgada para luchar contra el paludismo ha provocado la
desaparición de cientos de pequeñas zonas húmedas. De 109 en 1948, sólo quedaban nueve a finales de los
ochenta.
Seguimos incidiendo negativamente sobre los humedales al detraer un volumen importante de agua para
regadíos, modificando mediante dranajes y canalizaciones las características de sus fuentes de alimentación, y
al incidir sobre las vertientes, crear embalses y otras obras de ingeniería.
Han desaparecido, como importantes, la laguna de La Janda en Cádiz, la de Antela en Orense, la Nava en
Palencia, la de Ruiz Sánchez y la de Calderón en Sevilla y las Tablas de Daimiel en Ciudad Real.
TEMA 13.− LA REGIÓN EUROSIBERIANA
1.− ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE BIOGEOGRAFÍA
La biogeografía engloba tanto el ecosistema vegetal como el animal en una relación interactiva e indisoluble.
El hombre incide profundamente en esta relación, desempeñando un papel determinante en el proceso
evolutivo del medio, manipulando el ecosistema, que es la biosfera, o modificando los procesos naturales.
A fines del siglo XVIII con la Revolución Industrial el hombre cambia su forma de incidir sobre el medio,
haciéndola más destructuva y modificando los espacios naturales.
La vegetación denominada natural o espontánea es la que se desarrolla en el margen del cultivo humano
intensivo. Lo mismo cabe decir de las especies animales.
La flora abarca todas las especies vegetales existentes en una región determinada, soslayando la cuantía,
estructura y caracteres de cada una de ellas. La vegetación hace referencia al porte de las mismas, al tipo de
asociación que establecen y a su distribución sobre el espacio.
Un territorio puede ser rico en flora por la variedad de especies existentes y sin embargo ofrecer un aspecto
vegetalmente depauperado. También cabe el fenómeno contrario: mucha presencia boscosa y mínima
variedad florística.
La flora se divide en siete grandes reinos, que a su vez se subdividen. En esta división, España pertenece al
reino holártico y se extiende por las regiones eurosiberiana, mediterránea y macarrónica. Algunos autores
introducen la región boreo alpina o de alta montaña.
La vegetación se halla vinculada a un espacio concreto, a una zona. Se denomina vegetación zonal cuando
ocupa la franja latitudinal que le correponde de acuerdo con sus exigencias mediambientales. Si abandona su
espacio geográfico y se asienta en otra área geográfica que le ofrecen las mismas o parecidas condiciones, se
llama extrazonal. Es azonal cuando la vegetación aparece en ámbitos propios, con cierto carácter extremo y no
sujeta a una subordinación latitudinal.
1.1.− LOS FACTORES FÍSICOS Y HUMANOS Y EL PAISAJE VEGETAL
El organismo vegetal es un ser inmóvil, aunque la especie avance y colonice nuevos espacios. Debe
permanecer en el lugar donde nace, y cuando el entorno se vuelve desfavorable, debe resistir adaptándose o
morir. Por ello son importantes los factores que colaboran en su desarrollo: el clima, el suelo, el relieve y el
hombre.
A.− EL CLIMA se ocupa de las condiciones básicas que precisa la vegetación, el suelo le proporciona
alimentos, el relieve marca sus peculiaridades y el hombre la utiliza en su provecho.
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El clima es el más decisivo de estos factores, a través de su régimen de precipitaciones y temperaturas.
La zona atlántica del norte y del noroeste, con abundantes lluvias bien repartidas y temperaturas suaves,
presenta suelos ácidos (podzoles) mayoritariamente silíceos y mal drenados. Su paisaje está compuesto por
bosque caducifolio, la landa, las praderas y los campos de cultivo.
El clima mediterráneo se extiende por la mayor parte de la Península, destacando la escasez de
precipitaciones, que pueden ser nulas durante el estio. Por lo que la vegetación se defiende con hojas
perennes, duras y a veces punzantes.
B.− EL SUELO es el segundo de los factores que sustentan el manto vegetal.en la Península existen tres
grandes tipos de suelos: silíceos, calcáreos y arcillosos. El primero se asocia a la Ibérica herciniana, el
segundo al plegamiento alpino y el tercero a la franja litoral y algunas zonas de Castilla La Mancha y de las
cuencas del Guadiana alto, Tajo medio y bajo Ebro.
La escasez de precipitaciones eleva la importancia del sustrato edáfico, ya sea silíceo o calcáreo, a la hora de
establecer contrastes entre la vegetación.
Los terrenos silíceos son más frescos, por húmedos, que los calizos donde las aguas se filtran. La vegetación
muestra tales diferencias: las zonas calcáreas atlánticas, mayoritariamente silícea, presenta reductos xerófilos
de encina. A la inversa, los hayedos y brezales hallan refugio en las umbrías montañas húmedas y silíceas de
la provincia mediterránea.
C.− EL RELIEVE modifica la curva de las precipitaciones, el nivel de insolación, el volumen de escorrentía o
las líneas isotermas. Orografía es siempre sinónimo de peculiaridades climáticas.
La solana y la umbría pueden mostrar acusado contrastes, cambia el tipo de vegetación y se extiende o
disminuye al masa vegetal. Es normal encontrar bosques caducifolio en la vertiente norte y encinar en la sur.
También en la cara sur se diversifican los pisos de vegetación, mientrás en el norte una o dos especies ocupan
toda la vertiente.
El efecto föhn llega a producir en las vertientes de sotavento áreas con caracteres subdesérticos.
Los tres factores señalados suelen actuar de manera conjunta, solidaria y armónica, produciendo una
vegetación adaptada al medio que se llama climácica.
La importancia del clima es indiscutible en la zona atlántica, siendo más relativo en el medio mediterráneo y
en el montano. En aquel la falta de precipitación da mayor importancia a los suelos, en la alta montaña la
topografía es determinante.
La vegetación psamófila en suelos arenosos y la gipsófila en suelos salinos esta subordinada a los
condicionamientos edáficos.
D.− EL FACTOR HUMANO. Una presión excesiva del hombre trastoca el equilibrio natural, aunque algunas
especies como los eucaliptos y los pinos, han visto como el hombre ampliaba sus dominios en Galicia y
Huelva respectivamente.
1.2.− EL MITO DE LA IBÉRIA BOSCOSA
Aunque es cierto que la masa boscosa peninsular se ha reducido en tiempos históricos, desde Carlos V y
Felipe II se produjo una fiebre desforestadora para buscar pastizales por la Mesta o las roturaciones del XIX,
también es cierto que la masa boscosa nunca ocupó la totalidad de la Península, los riscos pelados, los
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calveros salinos, existen desde siempre.
El territorio español tiende, por sus carácterísticas, a ocuparse en un 83% por fagaceas (alcornoques, encinas,
hayas, quejigos y robles), un 8% de coníferas, un 5% de vegetación arbórea y el 4% restante de sotos y
bosques ibéricos.
2.− EL BOSQUE ATLÁNTICO
La eurosiberiana es una de las tres regiones del paisaje vegetal peninsular. No es posible establecer lindes
precisos porque parecen singularidades aisladas, microclimas locales, diversos grados de tolerancia vegetal o
transgresiones puntuales del espacio en uno u otro sentido. Se establece esta región desde Galica a los Pirineos
orientales, sin aproximarse a la costa gereundense.
El clima es templado oceánico, con abundantes lluvias bien repartidas por encima de los 800 mm anuales. Las
tempraturas medias están por encima de los 10°, en verano superan los 30° y la media del mes más cálido
queda por debajo de los 22°. Posee esta zona las mismas características climáticas y florísticas que la Europa
occidental.
El bosque atlántico es una formación vegetal densa y con una altura superior a los 30 mts, con un abundante
asparato foliar, cuya penumbra condiciona la densidad del sotobosque. En otoño los árboles pierden sus hojas
y en invierno el frío los obliga a cesar su actividad metabólica y entran en un letargo invernal.
Las especies características son el roble y el haya, de menor importancia son el castaño, el avellano y el arce.
El roble, de tronco grueso y grandes ramas, no soporta el frío de la alturas ni los calores del verano, pudiendo
alcanzar los 40 metros de altura. Se extiende desde el norte de Portugal, por Galicia, la cornisa cantábrica
hasta los Pirineos centrales.
El haya es el árbol más característico de esta región. De tronco liso, amplia copa y abundante follaje. Precisa
gran humedad ambiental, con lluvias abundantes y regulares incluso en verano. Soporta la altitud y lo suelos
silíceos, aunque prefiere los básicos o calcáreos. Se extiende dede las Sierras de Caurel y los Ancares al sur de
Lugo, hasta el Monteseny catalán. Hacia el sur ocupa varios enclaves del Ssitema Ibérico y de la Cordillera
Central.
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