Aguas Blancas: año diez

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Cuauhtémoc Sandoval Ramírez
En un reciente artículo me referí a la crisis del prd (Excelsior, 11 de
agosto de 2003), a raíz de la renuncia a la Presidencia Nacional de Rosario
Robles y su sustitución por Leonel Godoy Rangel, quien tiene la responsabilidad de conducir en este difícil momento un partido que, según todas las
encuestas, tiene posibilidades de ser gobierno en el 2006.
En otra ocasión nos referiremos a la crisis del pan, hoy inmerso en un
escándalo financiero mayúsculo que involucra el financiamiento a la campaña presidencial de Vicente Fox, para lo cual es recomendable la lectura
del libro de su principal operador financiero Lino Korrodi, Yo me la jugué
(Grijalbo, México, 2003).
Hoy está madura, en la agenda política nacional, la construcción de un
moderno sistema de partidos políticos que nunca ha existido en la historia
reciente de México, a fin de que sustituya al actual sistema político. Por lo
pronto, lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer.
Aguas Blancas: año diez*
Este 28 de junio, fecha en que se conmemoraron diez años de la masacre
de Aguas Blancas, si bien disminuyeron los actos conmemorativos, también
aumentaron un conjunto de factores que posibilitan la reapertura del genocidio de Aguas Blancas. Me refiero a la resolución de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación que no exonera del delito de genocidio a Luis Echeverría
Álvarez y a Mario Moya Palencia de su responsabilidad de la matanza del
10 de junio de 1971; la ratificación del Senado de la República del Estatuto
de Roma que crea la Corte Penal Internacional; la reapertura del caso Digna Ochoa son, entre otros, factores que coadyuvan a que esta matanza no
quede en el olvido.
Hace diez años, tres semanas después de la matanza de Aguas Blancas,
cuatro legisladores perredistas acudimos el 17 de julio de 1995 a la sede
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (cidh) de la oea en
Washington, para llevar un voluminoso expediente sobre esta matanza, en
el que colaboró de manera importante Samuel del Villar, que era secretario
de asuntos jurídicos del cen del prd.
* El Sur, el viernes 1º de julio de 2005.
Guerrero en la transición
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Los entonces legisladores, Félix Salgado Macedonio, Leonel Godoy Rangel,
Jesús Zambrano Grijalva y un servidor, fuimos recibidos por la embajadora
Edith Márquez Rodríguez, secretaria ejecutiva de la cidh, y posteriormente
directora de la oficina de la oea en México, así como por distinguidos juristas
latinoamericanos, quienes dieron entrada a nuestro expediente. Recuerdo
perfectamente la impresión que le causó a la doctora Márquez las fotos que
le anexamos de este genocidio, en especial las que habían publicado los diarios
acapulqueños sobre la siembra de armas a los campesinos asesinados.
A nuestro regreso a México, después de estar dos días en la capital estadunidense, fuimos objeto de una feroz campaña de prensa auspiciada por los
diputados del oficialismo de entonces, donde se nos señalaba que propiciábamos una injerencia extranjera en los asuntos internos de nuestro país.
La ignorancia de los entonces diputados priistas Píndaro Urióstegui,
René Juárez Cisneros, Antelmo Alvarado, Efrén Leyva, entre otros, era infinita
ya que no acudimos a una instancia de un país extranjero, sino a un organismo con el que México ha suscrito diversos convenios internacionales sobre
Derechos Humanos. Finalmente, el Senado Mexicano aprobó la jurisdicción
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la oea, con sede en
San José, Costa Rica.
Posteriormente, otros organismos de Derechos Humanos llevaron sendos
documentos relativos a este vergonzoso caso. Después de muchas audiencias,
comparecencias, visitas in situ y de múltiples documentos que abonaban
nuestra demanda, dos años después la cidh emitió la resolución 49/97, que
iba en la misma dirección de una resolución de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, que elaboró el magistrado Juventino Castro y Castro.
La resolución dice a la letra: “ejercer las acciones penales correspondientes, a fin de que se establezcan las responsabilidades individuales de los altos
funcionarios del estado de Guerrero, identificados en la decisión emitida por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, y en consecuencia se les impongan las
sanciones penales correspondientes a quienes resulten responsables”.
Esta resolución de la cidh de la oea concluyó que la Procuraduría de
Justicia del estado de Guerrero había ocultado las pruebas aportadas durante
la investigación, de tal modo que había exonerado al gobernador Rubén
Figueroa Alcocer, al secretario general de gobierno, Rubén Robles Catalán,
al procurador Antonio Alcocer Salazar, al director de la pje, Gustavo Olea
Godoy, y al general brigadier Mario Arturo Acosta Chaparro, quien coadyuvó
en el diseño operativo de la matanza. Este último se encuentra hoy en prisión
en el campo militar núm. 1 por los delitos de narcotráfico.
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Cuauhtémoc Sandoval Ramírez
Ernesto Zedillo se inclinó por facilitarle una salida a Rubén Figueroa
Alcocer, quien optó por pedir licencia el 12 de marzo de 1996 y, en su lugar,
Emilio Chuayffet designó a Ángel Aguirre Rivero como gobernador interino para
concluir su periodo. A René Juárez Cisneros lo designaron presidente del pri.
He podido hablar con distintos personajes que tuvieron que ver en todo
este periodo en que se acumularon pruebas contra Figueroa Alcocer y que
obligó a Zedillo a solicitar el 4 de marzo de 1996 un informe a los ministros
de la scjn. Posteriormente, el valiente periodista Ricardo Rocha transmitió
por Televisa el video original de la matanza.
He hablado recientemente con Arturo Núñez, quien ahora preside el
grupo Enlace y está muy próximo al prd, hasta ese día fungió como subsecretario de Gobernación. Lo relevó, el entonces diputado Natividad González
Paras, hoy gobernador de NL, con quien trabajamos juntos en el tema de
Doble Nacionalidad. Posteriormente he hablado con el actual presidente
de la cndh, Jose Luis Soberanes; con el anterior procurador Macedo de la
Concha, quien siempre se negó a reabrir el caso y con Mariclaire Acosta, ex
subsecretaria de Derechos Humanos de la sre.
La conclusión a la que he llegado, es que sí es posible reabrir el caso Aguas
Blancas. Todo depende de que la opinión pública nacional e internacional sea
lo suficientemente fuerte a fin de que se ejerza una presión al nuevo Procurador de Justicia de la Nación, para que en función de las nuevas evidencias
y de las recientes resoluciones de organismos nacionales e internacionales se
pueda abrir un nuevo expediente. Pero, sobre todo, necesitamos que haya un
consenso acerca de que no podemos inaugurar un nuevo Guerrero si sigue
abierta esta herida en la conciencia democrática de la nación.
Nada personal*
In memoriam.
Hablar del fallecimiento de mi hermano Pablo Sandoval Ramírez ocurrido hace
4 años, el 22 de octubre del 2000, me crea un problema como articulista de
Excélsior ya que siempre evito hablar de temas personales. Prefiero referirme
sobre todo a temas políticos y la problemática nacional e internacional.
* El Sur, viernes 4 de noviembre de 2005.
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