PLAN DE LECCIÓN DE EDUCACIÓN RELIGIOSA

Anuncio
Plan de lección de Educación Religiosa.
Semana del 23 al 27 de febrero del curso lectivo 2009.
Nivel: Sétimo.
Prof. Andrés Esteban Gómez Alemán.
Institución._____________________________________________________.
Objetivo especifico
Contenido
Actividades de mediación
Valores y actitudes
Estimar
algunas
manifestaciones
de la dignidad y
promoción
humana
según
criterios cristianos.
La dignidad y
promoción
humana según
principios
cristianos
- Oración dando gracias a Dios Padre, por la dignidad
que nos ha dado. Explicación sobre la importancia de
ser seres dignos creados por Dios.
- Realización de la técnica lluvia de ideas, para clarificar
el contenido de dignidad y promoción humana.
Anotamos en el cuaderno dichos conceptos,
- Confrontación del numeral 27 del Catecismo Católico y
del numeral 19 de la GS, con el trabajo realizado.
- Anotación de tres actividades que usted realiza gracias
a la dignidad que Dios le ha dado, de manera pacífica y
de expresión del afecto, la ternura y el amor.
Interés
por
vivenciar
y
practicar en el
entorno
familiar,
escolar
y
comunitario,
acciones
relacionadas con la
promoción de las
personas
como
expresión de la
dignidad humana.
Aprendizajes por
evaluar
Estima
manifestaciones
de la dignidad
humana según
criterios
cristianos,
en
situaciones de la
promoción de la
persona que se
viven
en
el
entorno escolar,
familiar
y
comunitario y lo
expresa
mediante
diversas
técnicas.
Plan de lección de Educación Religiosa.
Semana del 23 al 27 de febrero del curso lectivo 2009.
Nivel: Octavo.
Prof. Andrés Esteban Gómez Alemán.
Institución._____________________________________________________.
Objetivo
especifico
Comparar
derechos,
deberes
y
garantías
con
dignidad
humana desde
la
óptica
cristiana
Contenido
Actividades de mediación
Valores y actitudes
Derechos,
deberes
y
garantías del ser
humano,
implicaciones
para vivencia de
la
dignidad
desde la óptica
cristiana
- Oración inicial dando gracias a Dios por los
deberes y derechos de los cuales todos
nosotros gozamos gracias a su misericordia.
Explicación sobre la importancia de los
deberes y derechos de todas las personas.
- Anotación en el cuaderno de algunos deberes
y derechos que tiene cada estudiante como
hijo de Dios.
- Confrontar dicha actividad con el # 912 y
1738 del Catecismo de la Iglesia Católica.
- Anotación de 3 actividades que usted realiza
gracias a los deberes y derechos que Dios le
ha dado, partiendo de una convivencia
democrática, ética, tolerante y pacífica.
Interés
por
conocer y vivir
derechos
y
deberes
propios
como expresiones
de su condición de
hijo/a de Dios.
Aprendizajes por
evaluar
Compara la relación
entre la dignidad
humana
con
derechos humanos.
Plan de lección de Educación Religiosa.
Semana del 23 al 27 de febrero del curso lectivo 2009.
Nivel: Noveno.
Prof. Andrés Esteban Gómez Alemán.
Institución._____________________________________________________.
Objetivo
especifico
Estimar
las
garantías
del
costarricense a
la luz de criterios
cristianos sobre
la
dignidad
humana.
Contenido
Actividades de mediación
Valores y actitudes
Las
garantías
del costarricense
a la luz de
criterios
cristianos sobre
la
dignidad
humana.
- Oración dando gracias a Dios por las
garantías sociales que gozamos. Explicación
sobre la relación que hay entre garantías
sociales y dignidad humana.
- Realización de la técnica de trabajos en
grupos donde los estudiantes tomarán una
garantía social y la comentaran al resto del
grupo.
- Confrontación del trabajo anterior con los
numerales 152-154 y 197-203 del Compendio
de la Doctrina social de la Iglesia.
- Anotación de 3 actividades que usted realiza
gracias a las dignidad que Dios le confiere con
el recto uso de las garantías, que propician la
tolerancia, la justicia y la equidad entre
géneros de acuerdo a los contextos donde
se desenvuelve.
Interés
por
conocer el sentido
cristiano de las
garantías
del
costarricense.
Aprendizajes por
evaluar
Valora
desde
criterios cristianos
las
implicaciones
que
tienen
los
derechos,
las
garantías
y
los
deberes humanos
en
la
vivencia
cristiana
de
la
dignidad mediante
un foro.
Plan de lección de Educación Religiosa.
Semana del 23 al 27 de febrero del curso lectivo 2009.
Nivel: Décimo.
Prof. Andrés Esteban Gómez Alemán.
Institución._____________________________________________________.
Objetivo
especifico
Juzga la vivencia
de la dignidad y
trascendencia
humana
en
situaciones
concretas de la
vida
personal,
social
y
ocupacional
costarricense.
Contenido
Actividades de mediación
Valores y actitudes
La vivencia de la
dignidad
y
trascendencia
humana
en
situaciones
concretas de la
vida
personal,
social
y
ocupacional
costarricense.
- Oración dando gracias a Dios por el don de la
dignidad que nos ha dado. Explicación sobre la
situación social de algunos sectores del país.
- Realización de la técnica lluvia de ideas
donde los estudiantes comentaran sobre la
situación social de su comunidad.
- Confrontación del trabajo anterior con el #
1879 del Catecismo de la Iglesia Católica.
- Anotación en el cuaderno de algunas
soluciones a la situación social de su
comunidad,
valorando
las
diferencias
culturales de los distintos modos de vida.
Coherencia entre
la vivencia de la
dignidad humana
como hijo e hija de
Dios
con
las
relaciones
que
establece con las
personas en las
diferentes
actividades en las
que participa.
Aprendizajes por
evaluar
Juzga con base en
criterios cristianos
acerca
de
la
dignidad
y
trascendencia
humana,
situaciones
y
acciones de la vida
personal, social y
ocupacional
que
respondan a dicha
condición
y
lo
expresa
mediante
diferentes técnicas.
Plan de lección de Educación Religiosa.
Semana del 23 al 27 de febrero del curso lectivo 2009.
Nivel: Undécimo.
Prof. Andrés Esteban Gómez Alemán.
Institución._____________________________________________________.
Objetivo especifico
Realizar
acciones
personales
que
contribuyen a la
vivencia
de
la
dignidad
y
la
trascendencia en el
medio
escolar,
familiar y comunal.
Contenido
Acciones
personales que
contribuyen a
la vivencia de
la dignidad y la
trascendencia
en el medio
escolar,
familiar
y
comunal.
Actividades de mediación
- Oración dando gracias a Dios por la dignidad
que Dios me ha dado. Explicación sobre las
cosas buenas que podemos encontrar en los
diferentes entornos de acuerdo a la
trascendencia y dignidad del ser humano.
- Realización de la técnica lluvia de ideas
donde se sacaran situaciones donde se
manifieste la dignidad y la trascendencia del
ser humano.
- Confrontación del numeral 27 del Catecismo
de la Iglesia Católica con el trabajo realizado
anteriormente.
- Anotación y meditación sobre los problemas
que se dan en la comunidad y que dañan su
dignidad, ejercitando la resolución de
conflictos de manera pacifica y la expresión
del afecto, la ternura y el amor.
Valores y actitudes
Fomenta en su
grupo de iguales
actitudes
cristianas
de
justicia, respeto y
equidad.
Aprendizajes por evaluar
Realiza
mediante
diferentes
técnicas
formas de vivencia de
la
dignidad
y
trascendencia humana
en el entorno familiar y
comunitario
con
el
comportamiento diario.
Educación Religiosa
Sétimo año
Prof. Andrés Esteban Gómez Alemán
I.
EL DESEO DE DIOS (Catecismo de la Iglesia Católica #27)
El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y
para Dios; y Dios no cesa de atraer hacia sí al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la
verdad y la dicha que no cesa de buscar:
Formas y raíces del ateísmo (Constitución Dogmática sobre la Iglesia en el mundo actual:
GS #19,1)
19. La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios.
Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios. Existe pura y simplemente por
el amor de Dios, que lo creó, y por el amor de Dios, que lo conserva. Y sólo se puede decir que vive en
la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confía por entero a su Creador.
Muchos son, sin embargo, los que hoy día se desentienden del todo de esta íntima y vital unión con
Dios o la niegan en forma explícita. Es este ateísmo uno de los fenómenos más graves de nuestro
tiempo. Y debe ser examinado con toda atención.
Octavo Año.
CIC # 912
Los fieles han de "aprender a distinguir cuidadosamente entre los derechos y deberes
que tienen como miembros de la Iglesia y los que les corresponden como miembros de la sociedad
humana. Deben esforzarse en integrarlos en buena armonía, recordando que en cualquier cuestión
temporal han de guiarse por la conciencia cristiana. En efecto, ninguna actividad humana, ni siquiera
en los asuntos temporales, puede sustraerse a la soberanía de Dios" (LG 36).
CIC #1738
La libertad se ejerce en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana,
creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable.
Todos están obligados a no quebrantar el derecho que cada uno tiene a ser perfecto. El derecho al
ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana,
especialmente en materia moral y religiosa (cf DH 2). Este derecho debe ser reconocido y protegido
civilmente dentro de los límites del bien común y del orden público (cf DH 7).
Décimo año.
CIC #1879 La persona humana necesita la vida social. Esta no constituye para ella algo sobreañadido
sino una exigencia de su naturaleza. Por el intercambio con otros, la reciprocidad de servicios y el
diálogo con sus hermanos, el hombre desarrolla sus capacidades; así responde a su vocación (cf GS
25,1).
Educación Religiosa
Noveno año.
Prof. Andrés Esteban Gómez Alemán
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia
IV. LOS DERECHOS HUMANOS
a) El valor de los derechos humanos
152 El movimiento hacia la identificación y la proclamación de los derechos del hombre es uno de los
esfuerzos más relevantes para responda eficazmente a las exigencias imprescindibles de la dignidad
humana. La Iglesia ve en estos derechos la extraordinaria ocasión que nuestro tiempo ofrece para que,
mediante su consolidación, la dignidad humana sea reconocida más eficazmente y promovida
universalmente como característica impresa por Dios Creador en su criatura. El Magisterio de la Iglesia
no ha dejado de evaluar positivamente la Declaración Universal de los Derechos del Hombre,
proclamada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, que Juan Pablo II ha definido « una
piedra miliar en el camino del progreso moral de la humanidad»
153 La raíz de los derechos del hombre se debe buscar en la dignidad que pertenece a todo ser
humano. Esta dignidad, connatural a la vida humana e igual en toda persona, se descubre y se
comprende, ante todo, con la razón. El fundamento natural de los derechos aparece aún más sólido si,
a la luz de la fe, se considera que la dignidad humana, después de haber sido otorgada por Dios y
herida profundamente por el pecado, fue asumida y redimida por Jesucristo mediante su encarnación,
muerte y resurrección.
La fuente última de los derechos humanos no se encuentra en la mera voluntad de los seres humanos,
en la realidad del Estado o en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios su Creador.
Estos derechos son «universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto».
Universales, porque están presentes en todos los seres humanos, sin excepción alguna de tiempo, de
lugar o de sujeto. Inviolables, en cuanto «inherentes a la persona humana y a su dignidad» y porque
«sería vano proclamar los derechos, si al mismo tiempo no se realizase todo esfuerzo para que sea
debidamente asegurado su respeto por parte de todos, en todas partes y con referencia a quien sea».
Inalienables, porque « nadie puede privar legítimamente de estos derechos a uno sólo de sus
semejantes, sea quien sea, porque sería ir contra su propia naturaleza».
154 Los derechos del hombre exigen ser tutelados no sólo singularmente, sino en su conjunto: una
protección parcial de ellos equivaldría a una especie de falta de reconocimiento. Estos derechos
corresponden a las exigencias de la dignidad humana y comportan, en primer lugar, la satisfacción de
las necesidades esenciales —materiales y espirituales— de la persona:
«Tales derechos se refieren a todas las fases de la vida y en cualquier contexto político, social,
económico o cultural. Son un conjunto unitario, orientado decididamente a la promoción de cada uno
de los aspectos del bien de la persona y de la sociedad... La promoción integral de todas las
categorías de los derechos humanos es la verdadera garantía del pleno respeto por cada uno de los
derechos». Universalidad e indivisibilidad son las líneas distintivas de los derechos humanos: « Son
dos principios guia que exigen siempre la necesidad de arraigar los derechos humanos en las diversas
culturas, así como de profundizar en su dimensión jurídica con el fin de asegurar su pleno respeto».
VIl. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL
a) Relación entre principios y valores
197 La doctrina social de la Iglesia, además de los principios que deben presidir la edificación de una
sociedad digna del hombre, indica también valores fundamentales. La relación entre principios y
valores es indudablemente de reciprocidad, en cuanto que los valores sociales expresan el aprecio
que se debe atribuir a aquellos determinados aspectos del bien moral que los principios se proponen
conseguir, ofreciéndose como puntos de referencia para la estructuración oportuna y la conducción
ordenada de la vida social. Los valores requieren, por consiguiente, tanto la práctica de los principios
fundamentales de la vida social, como el ejercicio personal de las virtudes y, por ende, las actitudes
morales correspondientes a los valores mismos.
Todos los valores sociales son inherentes a la dignidad de la persona humana, cuyo auténtico
desarrollo favorecen; son esencialmente: la verdad, la libertad, la justicia, el amor. Su práctica es el
camino seguro y necesario para alcanzar la perfección personal y una convivencia social más humana;
constituyen la referencia imprescindible para los responsables de la vida pública, llamados a realizar
«las reformas sustanciales de las estructuras económicas, políticas, culturales y tecnológicas, y los
cambios necesarios en las instituciones». El respeto de la legítima autonomía de las realidades
terrenas lleva a la Iglesia a no asumir competencias específicas de orden técnico y temporal, pero no
le impide intervenir para mostrar cómo, en las diferentes opciones del hombre, estos valores son
afirmados o, por el contrario, negados.
b) La verdad
198 Los hombres tienen una especial obligación de tender continuamente hacia la verdad, respetarla y
atestiguarla responsablemente Vivir en la verdad tiene un importante significado en las relaciones
sociales: la convivencia de los seres humanos dentro de una comunidad, en efecto, es ordenada,
fecunda y conforme a su dignidad de personas, cuando se funda en la verdad.432 Las personas y los
grupos sociales cuanto más se esfuerzan por resolver los problemas sociales según la verdad, tanto
más se alejan del arbitrio y se adecuan a las exigencias objetivas de la moralidad.
Nuestro tiempo requiere una intensa actividad educativa y un compromiso correspondiente por parte
de todos, para que la búsqueda de la verdad, que no se puede reducir al conjunto de opiniones o a
alguna de ellas, sea promovida en todos los ámbitos y prevalezca por encima de cualquier intento de
relativizar sus exigencias o de ofenderla. Es una cuestión que afecta particularmente al mundo de la
comunicación pública y al de la economía. En ellos, el uso sin escrúpulos del dinero plantea
interrogantes cada vez más urgentes, que remiten necesariamente a una exigencia de transparencia y
de honestidad en la actuación personal y social.
c) La libertad
199 La libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de
la sublime dignidad de cada persona humana: «La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres
humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida
como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene
derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la
persona humana ».No se debe restringir el significado de la libertad, considerándola desde una
perspectiva puramente individualista y reduciéndola a un ejercicio arbitrario e incontrolado de la propia
autonomía personal: « Lejos de perfeccionarse en una total autarquía del yo y en la ausencia de
relaciones, la libertad existe verdaderamente sólo cuando los lazos recíprocos, regulados por la verdad
y la justicia, unen a las personas ». La comprensión de la libertad se vuelve profunda y amplia cuando
ésta es tutelada, también a nivel social, en la totalidad de sus dimensiones.
200 El valor de la libertad, como expresión de la singularidad de cada persona humana, es respetado
cuando a cada miembro de la sociedad le es permitido realizar su propia vocación personal; es decir,
puede buscar la verdad y profesar las propias ideas religiosas, culturales y políticas; expresar sus
propias opiniones; decidir su propio estado de vida y, dentro de lo posible, el propio trabajo; asumir
iniciativas de carácter económico, social y político. Todo ello debe realizarse en el marco de un «sólido
contexto jurídico», dentro de los límites del bien común y del orden público y, en todos los casos, bajo
el signo de la responsabilidad.
La libertad, por otra parte, debe ejercerse también como capacidad de rechazar lo que es moralmente
negativo, cualquiera que sea la forma en que se presente como capacidad de desapego efectivo de
todo lo que puede obstaculizar el crecimiento personal, familiar y social. La plenitud de la libertad
consiste en la capacidad de disponer de sí mismo con vistas al auténtico bien, en el horizonte del bien
común universal.
d) La justicia
201 La justicia es un valor que acompaña al ejercicio de la correspondiente virtud mora! cardinal1
Según su formulación más clásica, « consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al
prójimo lo que les es debido». Desde el punto de vista subjetivo, la justicia se traduce en la actitud
determinada por la voluntad de reconocer al otro como persona, mientras que desde el punto de vista
objetivo, constituye el criterio determinante de la moralidad en el ámbito Ínter subjetivo y social.
El Magisterio social invoca el respeto de las formas clásicas de la justicia: la conmutativa, la distributiva
y la legal. Un relieve cada vez mayor ha adquirido en el Magisterio la justicia social, que representa un
verdadero y propio desarrollo de la justicia general, reguladora de las relaciones sociales según el
criterio de la observancia de la ley. La justicia social es una exigencia vinculada con la cuestión social,
que hoy se manifiesta con una dimensión mundial; concierne a los aspectos sociales, políticos y
económicos y, sobre todo, a la dimensión estructural de los problemas y las soluciones
correspondientes.
202 La justicia resulta particularmente importante en el contexto actual, en el que el valor de la
persona, de su dignidad y de sus derechos, a pesar de las proclamaciones de propósitos, está
seriamente amenazado por la difundida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de la utilidad
y del tener. La justicia, conforme a estos criterios, es considerada de forma reducida, mientras que
adquiere un significado más pleno y auténtico en la antropología cristiana. La justicia, en efecto, no es
una simple convención humana, porque lo que es «justo» no está determinado originariamente por la
ley, sino por la identidad profunda del ser humano.
203 La plena verdad sobre el hombre permite superar la visión contractual de la justicia, que es una
visión limitada, y abrirla al horizonte de la solidaridad y del amor: « Por sí sola, la justicia no basta. Más
aún, puede llegar a negarse a sí misma, si no se abre a la fuerza más profunda que e el amor». En
efecto, junto al valor de la justicia, la doctrina social coloca el de la solidaridad, en cuanto vía
privilegiada de la paz. Si 1a paz es fruto de la justicia, « hoy se podría decir, con la misma exactitud y
análoga fuerza de inspiración bíblica (cf. Is 32,17; St 32,17), Opi solidaritatis pax, la paz como fruto de
la solidaridad ». La meta de la paz, en efecto, «sólo se alcanzará con la realización de la justicia social
internacional, y además con la práctica de las virtudes que favorecen 1a convivencia y nos enseñan a
vivir unidos, para construir juntos, dando recibiendo, una sociedad nueva y un mundo mejor».
Descargar