INTRODUCCIÓN El éxito de una cultura de gestión pública se está convirtiendo en el problema central del desarrollo de los países avanzados. Existen dos razones básicas tras este nuevo planteamiento. El crecimiento de todas las actividades administrativas − públicas, semipúblicas y aún las privadas − está sobrecargando de manera extraordinaria los recursos asignables, financieros y humanos, y ya no pueden ser administrados con las herramientas tradicionales de la jerarquía administrativa. Estamos viviendo una verdadera revolución, no solamente en las actividades humanas − materiales e inmateriales, desde las actividades del trabajador asalariado hasta las del empleado oficinista − sino también en el funcionamiento de los sistemas de relaciones de poder. El sistema burocrático que originó la estructura de nuestro aparato colectivo de toma de decisiones ha tenido un gran impacto sobre nuestro sistema industrial, pero no logra ajustarse a las exigencias de la presente era totalmente nueva y diferente. Ahora nos vemos obligados a funcionar dentro de un nuevo paradigma que pudiéramos llamar la cultura de gestión pública. Nuestro razonamiento tradicional, con la figura central del servidor público obediente, que ejecutaba las decisiones adoptadas mediante el debido proceso democrático, no se ajusta a la nueva realidad. El orden de capas burocráticas superpuestas resulta demasiado engorroso para ser aplicado a la complejidad del mundo moderno. Por todas esas razones es que hemos abordado el tema del ROL DEL GERENTE PUBLICO EN LA CARRERA ADMINISTRATIVA, y al mismo tiempo presentaremos una propuesta de plan estratégico de modernización del sector publico. ANTECEDENTES / HISTORIA LOS LIMISTES DEL PARADIGMA BUROCRATICO El paradigma burocrático surgió paulatinamente en los estados naciones europeos de comienzos del siglo XVII, gracias a la tradición patrimonial de imponer un orden formal y crear una responsabilidad ante la Administración Real. Ciertamente que no era democrático; sin embargo, dos siglos más tarde se había convertido en la mejor contraparte de nuestras instituciones 1 democráticas. Una vez establecida la voluntad soberana del pueblo, en reemplazo de los antojos del monarca, dicha voluntad habría de ser ejecutada por servidores públicos obedientes cuyas cualidades de rigor, competencia y responsabilidad eran particularmente admiradas. Max Weber nos ofreció la mejor teoría de esta maquinaria tan maravillosa y eficiente. Los demócratas y el mismo Max Weber a veces temían su falta de sensibilidad y su posible tendencia antidemocrática. Por eso, se propusieron limitarla. No obstante, en su momento nadie cuestionó su eficiencia y su enorme capacidad para obtener logros. Se la consideró la piedra angular del Estado Moderno y casi de la civilización moderna. ¿Por qué entonces ha perdido todo prestigio? ¿Por qué parece haber quedado sumida en el desorden? Esto no se debe a las cuestiones morales que tanto se le criticaron a comienzos del siglo XX, sino al hecho que ya no funciona eficientemente. Los patrones burocráticos han llegado a ser tan difíciles de manejar que no logran dominar la complejidad creciente de nuestras actividades colectivas. Además, la obediencia que antes constituía la virtud cardinal que hacía funcionar el sistema ya no es aceptada de buen grado por los ciudadanos y los empleados públicos, quienes ahora exigen libertad personal y autonomía individual en forma incontrolable. La complejidad ofrece a los agentes la oportunidad de lograr la libertad, mientras que a la inversa, la libertad de los agentes aumenta la complejidad. Los arreglos legales negociados siempre habían existido; no obstante, después que la burocracia se vio en la necesidad de dictar cada vez más reglas para controlar la complejidad, el respeto por las mismas ha declinado y el sistema ha generado confusión e irresponsabilidad. Esta situación radica en prácticas económicas y sociales. La revolución post−industrial que tiende a desplazar rápidamente a las actividades industriales por los servicios y las comunicaciones, interfiere con el conocido ciclo económico basado en la racionalización. En lugar del ciclo producción en masa − consumo masivo, cuyo motor era y sigue siendo la racionalización, nos dirigimos gradualmente a un nuevo ciclo de alta tecnología y servicios cuyo motor es la innovación cada vez mayor. Pero la innovación es ajena al paradigma burocrático. Si hemos de promover la innovación, harán falta nuevas formas de relaciones humanas no burocráticas, pues la innovación nunca ha podido ser dirigida por órdenes. Para lograrla con suficiente rapidez, se requerirán no solamente ideas brillantes y nuevos conceptos sino también toda una cadena de relaciones ágiles, no verticales, a través de las cuales las personas puedan comunicarse con rapidez y franqueza, sobre la base de la reciprocidad. 2 La situación de fragmentación y subordinación que implica el modelo burocrático paraliza las comunicaciones y por ende, restringe la innovación. Es más, para ser innovadores y eficientes, los servicios tienen que depender de una comprensión cabal (que implica saber escuchar de veras) de los clientes potenciales y reales, lo cual a su vez es impedido por el sistema de mando de la burocracia. La administración pública no sólo participa de este paradigma, sino que queda profundamente afectada por el mismo. Después de todo, sus operaciones básicas son de servicios que han de ser prestados a una sociedad de servicios. Necesidad del cambio organizacional El fenómeno de cambios contextuales no es actual ni novedoso. El entorno siempre ha sido algo dinámico y las organizaciones han debido, a lo largo de la historia, ajustarse y adaptarse a él (y en la medida de sus posibilidades han tratado de influir en él). Tal vez la novedad sea la rapidez, la complejidad y la globalidad del cambio actual. Para cada organización, la novedad radica en que la tarea de afrontar el cambio hoy le toca a ella. En ese sentido, conviene distinguir que no podemos comparar a las instituciones del Estado con las instituciones privadas porque se trata, de instituciones en sentido estricto en las que su finalidad primordial es de "existencia", no de producción; se centran en las relaciones humanas, en la trama simbólica e imaginaria donde éstas se inscriben, y no en las relaciones económicas. Operan con seres humanos a los que les posibilitan, o no, vivir, trabajar, educarse, confortarse, curarse, cambiar y "tal vez crear el mundo a su imagen". "Estas instituciones se fusionan de tal modo con los individuos, las familias, la comunidad, que su nacimiento, sus crisis o desaparición suponen consecuencias notables en las dinámicas sociales como en las vidas singulares de los sujetos". Pero si se quiere cambiar y actuar en la nueva realidad para poder dar respuestas a los temas actuales, ¿hacia donde se debe ir?, ¿Qué se debe hacer?. La propuesta de trabajo que nosotros queremos analizar en este momento indica que los objetivos organizacionales actuales y rol del gerente publico serían los siguientes: a) La función de esta gerencia, es la de prestar soporte a los distribuidores que participen o deseen participar en la Contratación de la Administración Pública. 3 b) FLEXIBILIDAD ORGANIZACIONAL acompañada de una gran capacidad de ADAPTACIÓN AL ENTORNO para DAR RESPUESTAS adecuadas y con agilidad a las demandas comunitarias. Para ello debe contarse con mecanismos que permitan una lectura permanente y actual de las necesidades e intereses de la gente. c) NUEVA MODALIDAD DE CONDUCCIÓN y de concepción de la organización que exige: d) PODER DE ANTICIPACIÓN. e) CAPACIDAD DE CREATIVIDAD f) CAPACIDAD PARA TRABAJAR EN EQUIPO g) CAPACIDAD PARA MOTIVAR EN TODOS LOS NIVELES h) CAPACIDAD PARA NEGOCIAR i) CAPACIDAD DE VER LA REALIDAD COMO LLENA DE OPORTUNIDADES Y POSIBILIDADES CONCRETAS. El nuevo rol de la conducción es el de dar vida y dinamismo a la organización pública, dotándola de esa necesaria flexibilidad interior que le permita suplir las carencias de recursos y de tiempos para poder continuar dando respuesta a las necesidades de su entorno y, aún más, para poder conducir a su comunidad por un camino de desarrollo. Pero en este punto advertimos que existe la tentación de caer en formas "seudo participativas" que al decir de Dr. Gerad Mendel "después de un tiempo no muy largo, el sentido crítico de las personas puede percibir que existe una especie de manipulación". No es ese el camino a transitar y se debe combatir con energía este tipo de formas. j) VER A LA ORGANIZACIÓN COMO UN ÚNICO GRAN EQUIPO EN EL CUAL EL TRABAJADOR TIENE UN ROL FUNDAMENTAL. En esto se debe, fundamentalmente, jerarquizar el rol del trabajador, estimulando y dando lugar al desarrollo de su capacidad de crear y de aportar ideas y soluciones eficaces y altamente implementables para los problemas que sufre su propia organización. Juega aquí el principio de que "nadie conoce mejor una tarea, un trabajo o un proceso que aquel que lo realiza cotidianamente" y por tanto esa persona es quien en mayor medida puede colaborar en la sugerencia de como hacer las cosas cada día mejor. Hacer las cosas bien, en un contexto de escasez de recursos, es hacer las cosas a menor costo. De esta manera contemplamos a las personas y sus realizaciones, con todas sus emociones, sus angustias, sueños e ideales, que harán, en la suma total, que la empresa tenga mayor o menor suceso. Por eso creemos que un punto fundamental del cambio pasa por poder involucrar a las personas mediante sus 4 propias realizaciones. d) Visualizar al trabajo de la organización bajo un enfoque de PROCESOS ORIENTADOS A DETERMINADOS FINES, sistémicamente articulados (superando la concepción de tareas aisladas en las que cada uno "atiende su juego" sin poseer ni compartir una MISIÓN y VISIÓN común a toda la organización). Continúa existiendo la necesidad de obtener logros coherentes basados en objetivos compartidos, en un ambiente de mayor libertad, transparencia, respeto a las personas, apertura para escuchar, respondiendo consultivamente y provocando el bienestar en los participantes. La organización no es, en hipótesis alguna, "un lugar de padecimiento donde se pagan los pecados de otra generación" (Dr. Paulo Pizarro). e) Incorporar en la organización la idea de la ORIENTACIÓN AL CIUDADANO, la comunicación directa con el mismo, la generación de mecanismos de participación comunitaria y la de "CREACIÓN DE VALOR" entendiendo como "valor" todo aquello que es legítimamente apreciado por la gente, eliminando así todo gasto superfluo. En este sentido es fundamental lograr la conciencia, en todos los integrantes de la organización pública, de la escasez actual de recursos y por tanto de la necesidad de su acertada utilización. f) Estimular a la búsqueda permanente de la CALIDAD EN TODO lo que realice la organización, entendiendo como "calidad" a todo atributo en los servicios o bienes brindados por la organización que produzca satisfacción en el ciudadano. Bajo esta concepción, al abordarse el trabajo de rediseño de una organización pública determinada, surge que lo importante no es resolver un problema puntual que es el emergente o el síntoma de una cuestión mas profunda. Lo principal es trabajar para que dicha organización adquiera capacidades y destrezas (a través de sus integrantes) para solucionar en equipo (con la participación de los que "saben") todos aquellos problemas que impiden que el ciudadano obtenga el mejor servicio posible, aprovechando al máximo cada porción o recurso en existencia. La tarea es constituir una red humana y laboral en la que los esfuerzos individuales se potencien y concentren tras el logro de una visión compartida, contando con la guía precisa de una conducción con auténtica actitud de liderazgo. k) Capacidad creativa y de compromiso personal que es necesaria desarrollar para posibilitar, a pesar de la existencia de profundas limitantes financieras, la prestación de los servicios públicos. En la actividad de repensar el funcionamiento de las administraciones públicas, posee una fundamental importancia el rol que se asigne al estudio de la creación de mecanismos que permitan la potenciación de las capacidades individuales en orden al cumplimiento de los objetivos planteados por la 5 conducción, alcanzándose una mayor capacidad de adaptación al entorno cambiante. Las medidas dirigidas a la mera asistencia financiera, a cambios estructurales o a reducciones que pretendan meramente "achicar" costos, no constituirán otra cosa que meros recortes, parches o barnices que no resolverán la cuestión de fondo y que, en muchas ocasiones, generarán incapacidad en los organismos públicos para el cumplimiento de sus fines, quedando los mismos (desprovistos de lo mínimo), en una situación de subsistencia: sin poder actuar. Como ha sostenido Henry Mintzberg, "Una organización sin compromiso humano es como una persona sin alma: el esqueleto, la carne y la sangre pueden consumir y excretar, pero no hay fuerza de vida. Y el gobierno necesita desesperadamente una fuerza de vida". Al estado le hace falta potenciar la "dedicación humana" (para la cual no existen sustitutos), que es la que en verdad permitió funcionar al modelo burocrático silenciando sus efectos negativos. Hace falta redescubrir al trabajador como "servidor público" (más que como "empleado público"). Por lo tanto, resulta necesario actuar en orden a la capacitación gerencial y a la introducción de nuevos valores organizacionales y de una nueva cultura del trabajo en la que la participación comunitaria y la satisfacción de las necesidades de la gente sean el eje sobre el cual se planifique y se actúe organizacionalmente. Los cambios organizacionales que se hacen necesarios, no pasan por preestablecer, por ejemplo, rígidas relaciones o proporciones entre personal o áreas sustantivo y de apoyo; resulta imprescindible alcanzar un ambiente de trabajo en el cual se funcione bajo principios aceptados (más que bajo planes meramente impuestos) y con la guía de visiones compartidas y no tanto de objetivos "bajados desde arriba". Hace falta, por lo tanto, pensar las estructuras y las normas adecuadas, de modo que estimulen sistemas de trabajo que posean flexibilidad y permitan la iniciativa personal. Hablamos de estructuras planas y sencillas y de formas de trabajo polifuncional y metodologías en las que se encuentren formalizadas reuniones periódicas de modo de poder alcanzar una misión y visiones conjuntas respecto a los planes a seguir. En este marco, resulta imprescindible desarrollar tareas de selección de las personas que se incorporen a los organismos públicos, teniendo en cuenta fundamentalmente sus valores y actitudes, así como acciones de capacitación y entrenamiento para los nuevos roles y para las nuevas condiciones que en la actualidad requiere la función gerencial. 6 La experiencia suramericana en la creación del Cuerpo de Administradores Provinciales, apunta precisamente a contar con un equipo seleccionado y capacitado no ya para realizar mejor las tareas rutinarias de gobierno, sino para realizar acciones innovadoras, con un estilo totalmente diferente, a lo que conocemos como gobernadores en República Dominicana, que procura ajustarse a lo requerido por los nuevos escenarios definidos por el mundo actual. Asimismo, un elemento importante para la reflexión es la participación del trabajador en un contexto de escasez de recursos, desde un punto de vista económico, en vista a que el actual modelo burocrático weberiano, impregnado de principios tayloristas, conduce a una utilización insuficiente de las capacidades personales, no proveyendo la rapidez requerida en las transformaciones internas, necesarias para responder a los requerimientos de la comunidad. Por otro lado, existe un cambio en la actitud y formación de la gente que, a diferencia de épocas pasadas, genera un rechazo y una negativa a la realización de trabajos que no brindan interés, motivación, posibilidades de realización y responsabilidad; aún cuando la amenaza del desempleo obligue a la aceptación de las reglas del trabajo. Estudios comparados demuestran la estrecha correlación existente entre aumento de la participación sobre bases reales e incremento de la productividad y de la moral de trabajo. Debe haber asimismo una legitimación integral de la capacitación. Otro elemento de análisis es que las Administraciones Públicas podrían plantearse como redes ínter organizacionales mas que jerárquicas (suplantando modelos piramidales por redes), esto es transformar ámbitos donde predominan cruentas luchas ínter burocráticas, en espacios de cooperación y acción conjunta. Resulta necesario conocer los valores culturales, creencias y paradigmas organizacionales existentes para, en un posterior momento, consensuar qué valores de los mencionados serán pertinentes para la nueva cultura. En este punto conviene reflexionar sobre la importancia de la "cultura organizacional" para la planificación estratégica que viabilice el cambio. Siempre conviene recordar la advertencia que Maquiavelo realiza sobre este ítem: "Nótese bien que no hay cosa más ardua de manejar, ni que se lleve a cabo con más peligro, ni cuyo acierto sea más dudoso que el obrar como jefe, para dictar estatutos nuevos, pues tienen por enemigos activísimos a cuantos sacaron provecho de los estatutos antiguos, y aun los que puedan sacarlo de los recién establecidos, suelen defenderlos con tibieza suma, tibieza que dimana en gran parte de la escasa confianza que los hombres ponen en las innovaciones, por buenas que parezcan, hasta que no hayan pasado por el tamiz de una experiencia sólida. De donde resulta que los que son adversarios de tales innovaciones lo son 7 por haberse aprovechado de las antiguas leyes, y hallan ocasión de rebelarse contra aquellas innovaciones por espíritu de partido, mientras que los otros sólo las defienden con timidez cautelosa, lo que pone en peligro al príncipe". Gestión Estratégica Planificación estratégica Parte del proceso de modernización del Estado consiste en someter a las instituciones públicas al exigente y riguroso ejercicio de repensar y/o actualizar su misión institucional de cara a los nuevos desafíos políticos, económicos y sociales de nuestro tiempo. Este ejercicio debe, finalmente, traducirse en el diseño e implementación de planes de trabajo estratégicos que les permitan avanzar en la consecución de sus objetivos centrales. Desarrollo y coordinación de instrumentos de gestión Se trata de fortalecer la experiencia de las metas ministeriales, metas e indicadores de gestión y compromisos de modernización, consolidándolos como instrumentos facilitadores del proceso de planificación y evaluación de la productividad y gestión de cada servicio. Paralelamente se busca coordinar cada uno de estos instrumentos entre sí, para así avanzar en la constitución de un sistema que entregue información regular sobre la calidad de la gestión de los servicios y ministerios. Todo esto posibilitará mayor eficiencia en la asignación de recursos físicos, humanos y financieros, creando un ambiente de confianza respecto del desempeño global de Estado. LA TRANSICION DEL PARADIGMA BUROCRATICO A UNA CULTURA DE GESTION PUBLICA El problema real de la transición Las dificultades han girado siempre en torno a una contradicción básica. Es necesario cambiar uno de los rasgos centrales del sistema social, a la vez que mantener a la sociedad en capacidad de funcionar con suficiente eficiencia. Pero este rasgo que queremos cambiar siempre ha sido considerado como absolutamente necesario para que el sistema funcione. En el periodo actual, estas dificultades van aunadas a la imposibilidad de disociar las dos principales tendencias de nuestro tiempo: la complejidad de nuestras actividades y la libertad del agente individual. Estas dos tendencias operan juntas y pueden parecer complementarias, pero en cuanto se refiere al gobierno y a la gestión, funcionan en abierta oposición. El aumento en la complejidad de las interacciones humanas es fenomenal. En cuanto concierne a ciertas categorías de gerentes, alcanza el mundo entero. Y retroalimenta a la otra tendencia principal, esto es, el movimiento hacia 8 la libertad individual y las crecientes exigencias en ese sentido. Mientras mayor complejidad, mayores oportunidades para que los actores sigan su propio curso con mayor libertad de selección. Pero a la inversa, mientras más libertad tienen los actores, mayor complejidad en sus interacciones. Sin embargo, si estudiamos el gobierno y la gestión, observamos que las mismas dos tendencias son difíciles de conciliar, por lo menos mientras sigamos siendo prisioneros del paradigma burocrático. Necesitamos más intervención pública para dominar la complejidad; de una manera u otra, todos los grupos −aún los de hombres de negocios− exigen la intervención, pero se rehusan a obedecer las reglas que visualizan para otros, no para ellos mismos. Y tienen la capacidad de incumplir las órdenes y las reglas. En cuanto a la dificultad de obtener resultados, la solución fácil es aumentar la presión del sistema burocrático, el cual entonces dictará más y más reglas, las cuales serán acatadas cada vez menos. El problema básico de la transición es, en consecuencia, cómo sobreponerse a la contradicción entre las necesidades crecientes de dominar la complejidad y la declinación de los medios para lograrlo. Sobre el papel, la respuesta es muy sencilla: desregular, dar más poder de decisión a los verdaderos operadores y dejar que asuman responsabilidades, esto es, que cooperen en la solución de sus conflictos. No obstante, las personas involucradas podrían exigir su libertad pero rechazar la responsabilidad, ya que no saben cooperar ni tampoco enfrentar conflictos. Por esta razón, si hemos de progresar tendremos que construir una cultura de gestión pública cuya primera característica básica a de ser la capacidad de todas las personas, en todos los niveles operativos, para cooperar. Una segunda característica tendrá que ir asociada a la anterior, la capacidad de comunicarse abiertamente, con libertad y franqueza, a través de todas las barreras de la especialización. El sistema burocrático también se construyó sobre el paradigma de la especialización. Según este sistema, para resolver problemas es necesario desglosarlos en problemas más pequeños que puedan ser tratados en forma técnica por las unidades especializadas. No obstante, este modelo de coordinación fragmentada representará una carga sobre el aparato burocrático, presionando hasta lograr el crecimiento desmesurado de las oficinas centrales de gestión, donde predomina el "staff" en lugar de la línea, con la consiguiente pérdida de propósito de los empleados operativos. Por tanto, la transición es un proceso prolongado y doloroso, ya que lo que debe cambiar no sólo son las técnicas, que pudieran definirse con claridad, sino todo un sistema humano y cultural, especialmente todo un conjunto de complejas relaciones de poder. Es más fácil obtener logros en la gestión privada porque allí se tiene una percepción mucho más clara de los resultados y de la relación entre las acciones y sus consecuencias en cuanto a los resultados. 9 En la administración pública no disponemos de estos medios de acción. Las relaciones entre los programas y los resultados son vagas. Las metas con frecuencia no son claras o son puramente retóricas, lo cual conduce a una ampliación de los procedimientos y el formalismo. Aún en las agencias públicas que trabajan en negocios privados, tales como las aerolíneas y la energía que se benefician de un cuasi monopolio, observamos la misma tendencia. Si se quiere lograr que un nuevo modelo funcione, las personas deben ser entrenadas para cooperar en el nivel operativo sin tener que esperar instrucciones desde arriba. Lograr un cambio en el comportamiento de los agentes de rangos inferiores no basta. La clave para que el cambio sea exitoso está en una revolución que debe obrarse en el comportamiento gerencial; para poder responder a la complejidad, la gerencia debe cambiar su modo de razonar. En lugar de tratar de cumplir pasando a una mayor especialización, debe responder a la complejidad desarrollando la sencillez en las estructuras y en los procesos. Esta es la lección que se deriva del éxito extraordinario de los japoneses durante su período de crecimiento espectacular. Con el fin de llegar a ser coherentes, habría que depender de unidades autónomas cuyos líderes posean mucha mayor discrecionalidad y puedan ser juzgados por sus resultados y no porque se conforman y son obedientes. Sin embargo, la cultura tendrá un papel central. Una fuerte cultura de comunicación abierta, confianza y cooperación hará posible el logro de la simplicidad en la estructura y los procedimientos. Existe una tendencia general hacia dicha orientación. Se han probado toda clase de esquemas de descentralización. Agencias públicas abiertas a la competencia han venido sustituyendo a los ministerios. Sin embargo, el problema no es tanto llegar a una fórmula mágica sino contar con una buena estrategia para el cambio. Ordenar el cambio a las personas ya no funciona. Por consiguiente, el requisito previo para lograr un cambio exitoso es trabajar duro, por adelantado, y elaborar una estrategia razonable para el cambio. Una estrategia para el cambio 10 a. El conocimiento es prioritario El conocimiento es la clave para la transformación de sistemas humanos, tales como la administración pública. Esto plantea una gran paradoja. Podemos gastar miles de millones y pasar meses haciendo análisis precisos para preparar la implantación de un cambio técnico como la informatización del sistema de comunicaciones, pero no podemos dedicar el mismo tiempo y recursos para el desarrollo de un verdadero conocimiento del sistema humano que vamos a intervenir, y que por humano se va a resistir, pervertir y aún rechazar el nuevo esquema que pretendemos imponer. El contraste es aún más desastroso cuando está en juego una reforma sustantiva como pudiera ser el esfuerzo por tratar de imponer una cultura moderna de gestión pública. Por esta razón propugno la inversión en el conocimiento como la primera inversión indispensable que debe hacerse para elaborar una estrategia razonable para el cambio. Por supuesto que no nos referimos a cual quien tipo de conocimiento, sino a un conocimiento sistémico del funcionamiento del sistema humano en cuestión. Tal conocimiento permitirá al reformador concentrarse en las regulaciones esenciales; hacer cambios sin desordenar todo el sistema y sin estar obligado a despilfarrar una gran cantidad de recursos. El logrará que el sistema trabaje para su reforma porque un cambio regulatorio racional puede hacer que los actores cambien su comportamiento en la dirección esperada. El podrá seleccionar el mejor curso de acción para lograr sus metas. El encontrará la mejor forma de utilizar sus siempre escasos recursos. Además, descubrirá nuevas oportunidades ya que siempre existen fuerzas que operan a favor del cambio que no se ven a nivel gerencial. Personas que parecen oponerse decididamente al cambio quizás estén abiertos al mismo en otras áreas o con otro enfoque. Los reformadores necesitan conocimientos a un nivel muy práctico, especialmente para descubrir por adelantado cuáles acciones pudieran resultar peligrosas y cuáles ofrecen oportunidades para el éxito. Habrá que desarrollar una forma estratégica nueva y sencilla. En lugar de trabajar con el esquema dual tradicional: fijar objetivos y luego determinar la mejor forma racional de lograrlos, se debe trabajar con un esquema triangular más abierto: los fines −los recursos− las restricciones. El reformador naturalmente tendrá en cuenta su fin general en la selección de sus objetivos, lo cual permitirá que utilice sus recursos −especialmente los recursos humanos− y reduzca al mínimo las restricciones, las cuales también suelen ser humanas. Existe otra dimensión potencial en el uso de los conocimientos; se trata de compartirlos con los actores que van a soportar la mayor carga de la reforma. 11 Nosotros hemos experimentado con casos en los cuales la asociación temprana con el análisis del sistema los hizo mucho más receptivos a los resultados, a los cuales contribuyeron con gusto. Además, se les hizo entender que los juegos contradictorios que jugaban entre ellos los perjudicaba a todos. Algunos llegaron a la conclusión que los juegos eran tontos y que estarían dispuestos a abandonarlos. El deseo de ser eficiente mas allá del deber, produce mas resultados positivos para los ciudadanos a los que se sirve este es un recurso muy importante que no suele ser tomado en cuenta por el hecho que no produce notoriedad. Este procedimiento de compartir conocimientos se construye sobre la base de la confianza, del trato directo, cara a cara. Por tanto, no funciona en grandes organizaciones anónimas, sino en algunas partes de estas y en organizaciones pequeñas. Los conocimientos constituyen el mejor recurso para dirigir los cambios, pero hay que recabarlos y utilizarlos en circunstancias especificas, con métodos específicos de los cuales no he descrito mas que su filosofía. En consecuencia, la inversión debe dirigirse en tres direcciones básicas: la preparación de las decisiones, la evaluaci6n de sus resultados y el entrenamiento de los operadores y de los líderes de las instituciones. b. La preparación de las decisiones Los reformadores a nivel gubernamental deben comprender que por el momento, la preparación de las decisiones que se hace por ellos sigue siendo inexperta. Con muy pocas excepciones, las soluciones de moda, inteligentes pero poco profundas, tendrán mayor peso que un análisis cabal de los problemas que experimentan las personas involucradas que serán los actores del proceso de cambio. Si queremos lograr un cambio en el sistema de toma de decisiones, tenemos que invertir en este sistema para transformar la actitud mental de sus miembros y las relaciones entre ellos. Una manera promisoria que ha sido experimentada en algunos países ha sido la formación de células especializadas de analistas profesionales que se concentran en los problemas en lugar de saltar a conclusiones. Si han sido bien entrenados, estos analistas profesionales abrirán toda una gama de alternativas. Si es necesario, llamaran a expertos independientes para que lleven a cabo la investigación. Esto ha funcionado bastante bien en la estrategia de relaciones exteriores y de defensa y también para algunos problemas técnicos. No obstante, en el caso de los problemas de la sociedad se ha progresado mas lentamente. Estos problemas, desafortunadamente, se han tornado mucho mas urgentes y el contraste entre el flujo constante del enorme gasto y el manejo inexperto de la preparación de decisiones es motivo de gran preocupación. La tragedia de la sangre contaminada y de la enfermedad de las 12 "vacas locas" son ilustrativas de esto. Hay una sorprendente falta de profesionalismo en la mayoría de los países en temas de salud, bienestar y asuntos sociales. Las comisiones que deberían, y bien pudieran, jugar un importante papel en la administración de los problemas sociales o educativos, los cuales están plagados de conflictos siguen mal organizadas en la mayoría de los países, y existen demasiadas personas que se consideran voceros de uno u otro grupo y que no tienen ni el tiempo ni los recursos suficientes para trabajar seriamente. No solamente hace falta renovar la cultura de las comisiones y crear células especializadas para la preparación de las decisiones, sino que hay que entrenar a los jóvenes profesionales que serán su personal de planta. Estas personas deben pasar solo una parte de sus carreras como analistas profesionales en los grupos regulares o en las comisiones temporales. Si cumplen sus labores con éxito, deben pasar a posiciones de responsabilidad. c. La evaluación de los resultados La evaluación, ciertamente, es una de las mejores herramientas para influenciar a los miembros de las burocracias administrativas para que abran las puertas al cambio de paradigma que implica una cultura de gestión publica. Esta es la única manera definitiva de hacerles saber para que sirven. Si se organiza y se publicita cuidadosamente con respeto hacia todos los involucrados, se convertirá en un mecanismo que servirá de punto de referencia. En todo caso, será decisivo para progresar hacia la formación de un cuerpo de funcionarios públicos más comprensivos, más conocedores y capaces de escuchar y diagnosticar los problemas con suficiente antelación. Esto le dará un propósito concreto a los funcionarios públicos y los estimulara a cooperar con socios que son indispensables pero que en su creencia, suelen restringir su libertad. Además, la evaluación, tendrá un impacto sobre la forma de fijar las metas y los objetivos. Será cada vez mas difícil preparar programas y aun legislación sin tomar en cuenta la evaluación de los resultados anteriores. No obstante debemos estar claros que no debemos sobrestimar el impacto inmediato del cambio de procedimientos. Lo que realmente significará una diferencia es el impacto cultural que tenga sobre los miembros del sistema de toma de decisiones. Para obtener estos resultados, los evaluadores deben recibir entrenamiento sobre la nueva filosofía de servicios, mas que sobre las técnicas mas sofisticadas las que pueden llevarlos a la construcción de un nuevo y sofocante sistema de auditoria. Si hemos de aceptar que la evaluación se dirige a un cambio de cultura que tendrá éxito en lo técnico, únicamente si también es exitoso en lo cultural, entonces tenemos que aceptar que tomara tiempo. 13 Invertir en la evaluación requiere tiempo y constancia a través del tiempo. Pero también requerirá, primordialmente, profesionales bien entrenados que sean completamente diferentes de los burócratas clásicos y aun de los auditores convencionales. Al igual que las personas que se entrenan para los grupos especializados, estos profesionales deben pasar solo parte de sus carreras como evaluadores para evitar que se forme un grupo burocrático de expertos. Estos jóvenes profesionales tal vez pudieran y debieran ser entrenados en dos tipos de trabajo que sean intercambiables. Podría ser útil ofrecerles parte de su entrenamiento en otros países, ya que esto ampliaría el campo de sus métodos y su filosofía. Nosotros propondríamos para estas difíciles tareas la formación de un pequeño instituto de entrenamiento que se ocupe del entrenamiento y también de la investigación y aun de la acción. Pudiera constituir un dinámico centro intelectual al cual los profesionales desearían regresar periódicamente para recibir aportes intelectuales. d. Entrenamiento de funcionarios públicos para la nueva cultura El entrenamiento es naturalmente la principal herramienta para ayudar a las personas a ajustarse al cambio cultural, no obstante, no debe ir divorciado de la acción como era y con frecuencia sigue siendo el caso. Por consiguiente, los programas de entrenamiento deben ofrecerse en base ad hoc y deben ser diseñados especialmente para el problema especifico del cambio que se prepara o que ya se ha implantado. Cuando existe una convergencia bien preparada entre una buena estrategia, los conocimientos bien compartidos acerca de problemas empíricos y el entrenamiento de las personas para desarrollar el tipo de cooperación que se requiere, entonces se multiplican las probabilidades de éxito . Sin embargo, el problema mas difícil y urgente suele ser el entrenamiento de los líderes. El cambio exige innovaciones y es consecuencia de una sucesión de innovaciones, pero no habrá innovación sin innovadores. Los líderes son innovadores o bien deben contar con el apoyo indispensable de innovadores locales entre su personal subordinado. No deben ser apartados como miembros de una casta superior. Deben involucrarse en el entrenamiento de su personal subordinado y a la vez, deben beneficiarse de programas de entrenamiento especifico sobre el tema de la innovación antes de encargarse de las agencias publicas. El entrenamiento de los líderes es una verdadera prioridad, que debe tener lugar después que el aspirante a líder haya acumulado por lo menos media docena de años de experiencia. Debe tratarse de un entrenamiento prolongado, pero puede hacerse a tiempo parcial. El contenido del entrenamiento seria el análisis y el diagnóstico de sistemas humanos completos que requieren de cambio y casos reales de innovación que han resultado tanto en éxito como en fracaso 14 La transición a una cultura de gestión publica requeriría que las personas consideren toda clase de experiencias similares para inducir su compromiso y analizar su propio comportamiento. Necesitaríamos ciertamente de generaciones sucesivas de este tipo de innovadores bien entrenados en el análisis, el diagnostico y la orientación del cambio a la vez que en el uso del sentido común, acompañado de una extraordinaria filosofía para la acción. Análisis del contexto Actualmente las organizaciones públicas viven enmarcadas por un contexto que presenta características muy diferentes a las dominantes hasta hace poco tiempo atrás. El entorno organizacional se presenta esencialmente cambiante, dinámico y con un alto grado de incertidumbre general. Dominan como características generales del contexto la globalización, las innovaciones tecnológicas, el cambio continuo, la velocidad, las grandes cantidades de información, la complejidad, orientación al cliente o al mercado, la mayor exigencia de calidad por parte de la gente, entre otras. Pero también se evidencian a la par de las características mencionadas (que surgen más bien como consecuencia del gran avance centífico−tecnológico que se experimenta en la actualidad), otros elementos que impactan sobre la organización pública como son: los problemas sociales cada vez mas complejos y mas generalizados, el desempleo, la escasez de recursos, el aumento de la demanda en general. Hoy, por tanto, el mundo se presenta complejo y las organizaciones públicas, inmersas en él, se encuentran en su gran mayoría preparadas o diseñadas para una realidad distinta, mas estable, mas predecible, con mas recursos; en síntesis: se encuentran preparadas para una realidad que hoy ya no existe. Plan Estratégico Proponemos los siguientes objetivos estratégicos para los programas e iniciativas que impulsa el gobierno en el ámbito de la modernización de la gestión pública: · Constituir una red estable de servidores públicos que lideren y se comprometan con un Estado al servicio de la gente, capaces de innovar y adaptar nuevas tecnologías en gerencia y administración. · Mejorar continuamente la certeza, seguridad, accesibilidad, receptividad y acogida que dan los Servicios Públicos y el Gobierno a la ciudadanía. · Garantizar a la ciudadanía la transparencia y probidad en el desempeño de las funciones públicas. 15 · Establecer una institucionalidad del Estado que permita mejorar la eficiencia, flexibilidad y coordinación en aquellas áreas del sector público de mayor complejidad y prioridad. · Perfeccionar la gestión pública priorizando el logro de resultados, estimulando la eficiencia en el uso de los recursos humanos, financieros y tecnológicos e incorporando a la Administración Pública una cultura de la evaluación. · Generar el discurso gubernamental relativo a la modernización de la gestión pública, posicionando el tema y las iniciativas impulsadas por el gobierno como componentes relevantes de la agenda pública de los próximos tres años. Líneas de Acción · Recursos humanos en la Administración Pública. · Calidad de servicio y participación ciudadana. · Transparencia y probidad de la gestión pública. · Gestión estratégica. · Institucionalidad del estado. · Comunicación y extensión. Plan Estratégico de Modernización Recursos Humanos en la Administración Pública Gerencia Pública Es esta área se redefinirá y fortalecerá el rol y perfil de los directivos públicos privilegiando sus capacidades gerenciales por sobre su adhesión política. Este período culminará con el diagnóstico y la formulación de un proyecto integral de gerencia pública que comprenda tanto áreas de capacitación para directivos, como el diseño de una propuesta sobre reclutamiento, carrera funcionaria, remuneraciones y evaluación de desempeño. Capacitación de funcionarios públicos En el desarrollo de una política de recursos humanos de la administración pública, es fundamental contar con una explícita política de capacitación orientada al cambio cultural que contribuya al desarrollo personal y al perfeccionamiento profesional y técnico de los funcionarios. Remuneraciones, incentivos y profesionalización de la administración pública Proyecto que busca estimular la adhesión e interés por el servicio público a través de políticas de incentivos al desempeño tanto individual como colectivo. El gobierno fortalecerá e impulsará esquemas de remuneraciones en los distintos ministerios y servicios públicos, que permitan preservar la excelencia en áreas claves de la gestión. Negociación gobierno−funcionarios. Relaciones laborales. 16 Programa que pretende diseñar, en un clima de diálogo social, un esquema general de consulta y negociación para definir condiciones de empleo y trabajo para los funcionarios de la administración pública. Se considera la posibilidad de presentar una ley de normalización sobre el particular. Plan Estratégico de Modernización Transparencia y Probidad de la Gestión Pública Su objetivo es aumentar la transparencia en el manejo de los recursos públicos, elevar el ahorro de este ítem de gasto y promover mayor acceso y competencia en este mercado. Para ello se contempla el perfeccionamiento de la normativa y procedimientos de compras, instaurar un sistema electrónico de intermediación y uno de información que apoyen esta labor y crear un procedimiento claro para impugnación de quienes se sientan afectados por la acción del Estado. Reglamentación e información sobre contratos de personas Persigue la más amplia transparencia en la asignación y administración de los recursos públicos siguiendo las recomendaciones de la Comisión Nacional de Ética Pública. Se diseñará un procedimiento que permita colocar a disposición de las comisiones de Hacienda de la Cámara y del Senado un resumen periódico que sintetice la información contenida en el registro de los decretos o resoluciones relativos a la contratación de personas naturales sobre la base de honorarios a suma alzada. Balances presupuestarios y de gestión Esta iniciativa pretende normar las publicaciones de balances y memorias anuales de servicios públicos a fin de que la ciudadanía conozca los resultados de la gestión operativa y económica del año precedente, incluido el cumplimiento de objetivos, tareas y metas a que se hayan obligado. Proyectos de ley sobre Probidad Administrativa y acceso a la información Incorporar a la normativa constitucional los principios de probidad administrativa y transparencia como marco referencial para toda actuación de los entes públicos. Normas que propendan a seguir principios de desempeño honesto y preeminencia del interés público por sobre el privado y consagre el libre acceso a los documentos de los servicios públicos. Sistemas de información e Internet A través de este proyecto se busca establecer una política de acceso a la información de la administración pública, mediante un uso inteligente de las nuevas tecnologías de información, en especial de Internet. Éste es un instrumento estratégico de modernización que facilita la coordinación y flujos de información intersectorial y potencia el rol de control social que le cabe a la ciudadanía y a los medios de comunicación. Evaluación de programas públicos Se estableció para evaluar públicamente la pertinencia, diseño, gestión y 17 resultados de diversos programas públicos. En cuanto a la metodología, se definió que la evaluación será realizada por un grupo de expertos, de los cuales, a lo menos el 50%, debe ser de origen externo a los servicios públicos. Las entidades del Estado en toda América Latina, se ven enfrentadas hoy a un imperativo de modernización, la cual ha implicado un nuevo estilo en la organización del trabajo, el empleo de sistemas de gestión y tecnologías de información actuales, orientación al usuario, y el desarrollo de ambientes y condiciones de trabajo motivadoras. Los cambios que se han venido presentando en los últimos años a nivel nacional e internacional, le plantean al estado retos hasta ahora no considerados, consecuencialmenete, nuestras universidades no pueden estar ajenas a estas exigencias y deben participar en la estructuración y divulgación de nuevos conocimientos para interpretar la realidad pública y de esta manera contribuir a la solución de grandes problemas que aquejan al país. La problemática antes expuesta ha generado un aumento sustancial en la demanda de programas de postgrado tanto en el sector público como del privado ; frente a lo cual las universidades vienen produciendo una verdadera en explosión de programas. Sin embargo, se observa que los programas que se ofrecen actualmente continúan enfatizando en aspectos como : Planeación urbana y regional, administración pública y derecho administrativo, lo que no apunta a dar una respuesta real a las exigencias de modernización del Estado, que es la propuesta en que se encuentra el país, o sea, existe una enorme brecha entre la formación del recurso humano y la estructura de demanda del empleo público, es decir que a la Administración pública no llegan personas con la suficiente preparación gerencial. La anterior demanda, la creación de programas de alto nivel en la "teoría y la práctica del gobierno", para mejorar la competitividad de los sectores público y privado y la construcción de una "Sociedad Civil" más participativa. Estos programas deben buscar la formación de gerentes públicos especializados que den cuenta adecuada de la realidad socio−política del país y que sean capaces de gobernar eficazmente. Uno de estos espacios es una "ESPECIALIZACION EN GERENCIA PUBLICA" OBJETIVOS · Proporcionar a profesionales vinculados al sector público, conceptos de gestión actuales, que los habiliten para participar activamente en el proceso de modernización y dirección del sector. · Entregar herramientas y técnicas específicas y actuales, orientadas a potenciar la capacidad de análisis, formulación de alternativas y adopción de decisiones bajo un enfoque estratégico y una visión integral. · Desarrollar destrezas y habilidades personales, a fin de incrementar sus competencias y trabajo en equipo. 18 Objetivo General: Brindar a los profesionales de la región una formación avanzada en los aspectos administrativos de la Gerencia Pública, que esté a tono con los parámetros fundamentales trazados por la Constitución Política de Colombia de 1991 y las leyes que la reglamentan, al igual que las competencias regionales que le confiere a los municipios nuevas funciones en el campo de la gobernabilidad, la administración, las finanzas, el control y la planeación. Objetivos Específicos: · Evaluar e interpretar los fundamentos esenciales de las políticas públicas, así como las principales habilidades con que deberán dotarse los gobernantes y su equipo de trabajo. · Conocer y aplicar las metodologías actuales de las finanzas, del presupuesto del control fiscal e interno de los municipios. · Evaluar y aplicar los elementos teóricos necesarios para comprender los nuevos paradigmas políticos, gerenciales y de planeación, inherentes al Desarrollo Social. CONCLUSIONES El papel del sector público de una economía de mercado es el de proporcionar al público aquellos bienes y servicios de los cuales el mercado no provee en modo suficiente e influir en la economía para ayudar a una redistribución de rentas y riquezas. Podríamos decir, a modo de síntesis, que se trata de abordar el trabajo sobre la organización, desde lo humano. 19 Se trata de hablar de organizaciones públicas "vivas" que lean, entiendan y actúen "en y para" su comunidad. Se trata de hablar de "servidores públicos" mas que de "empleados públicos", de organizaciones de personas que piensan y que en el marco de un clima de equipo trabajan para dar la mejor respuesta posible a las necesidades e intereses de la gente. Se trata de ver que este es un camino para actuar en el marco de la escasez actual de recursos. Hablamos de organizaciones en donde existe un compromiso de la gente y hacia la gente; en las cuales no se realizan estériles tareas rutinarias, acumulando papeles, controles y pases; viviendo, o más bien "durando" en lugares y áreas de trabajo desarticuladas, que no estimulan a nada, sordas a las necesidades de la ciudadanía, cuyo único fin parece ser el "permanecer" y consumir en ello los recursos que se tienen. Se entiende que es necesario otorgar al trabajo público la dimensión fundamental de ser un camino de realización personal a través del servicio; un camino a recorrer por aquellos que tienen la noble función de trabajar para su comunidad. Tal vez, el tema sea el trabajo humano y debamos hablar de reformar, repensar o reinventar el trabajo público. De esta forma para hablar de un verdadero cambio en el Estado o en la administración de lo público, sea necesario hacer mas foco en el hombre y en el trabajo humano que se encuentra en juego, más que en aspectos formales en los que no se considere esta realidad última que da sustento a cualquier organización de que se trate. BIBLIOGRAFIA · Coase, Ronald H. (1937): "The Nature of the Firm," ("La naturaleza de la empresa"), Economica N.S., pp. 386−405. · De Soto, Hernando, 1989, The Other Path ("El otro sendero"), (Nueva York: Harper & Row). · Amaru Guzmán, Raimundo. Administración Publica · Grossman, Herschel, 1991, "A General Equilibrium Model of Insurrections," 20 ("El modelo del equilibrio general de las insurrecciones"), en American Economic Review ("Resumen de la economía estadounidense"), Vol. 81 (4), pp. 912−21. · y Suk−Jae Noh, 1994, "Proprietary Public Finance and Economic Welfare," ("La financiación pública de la propiedad y el bienestar económico") en Journal of Public Economics ("La revista de economía pública)", Vol. 53 (2), pp. 187−204. · 1991b, "The Paradox of Power," ("La paradoja del poder"), en Economics and Politics ("La economía y la política"), Vol. 3 (3), pp. 177−200. · Huntington, Samuel P., 1968, Political Order in Changing Societies ("El orden político en las sociedades cambiantes"), New Haven, Yale University Press. · Democracy: When Politics and Corruption Meet," ("Los funcionarios públicos, los intereses privados y la democracia sostenible: La unión de la política y la corrupción"), en Corruption and the Global Economy ("La corrupción y la economía global"), Kimberley Ann Elliott, editora, (Washington: Inst. for International Econ.) 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