LECCION 6: GESTION Y TRATAMIENTO DE AGUA Ley de Aguas de 1985. El objeto de la ley es la regulación del dominio público hidráulico, del uso del agua y de las competencias atribuidas al Estado en las materias relacionadas dicho dominio. El ámbito de aplicación de esta norma son las aguas continentales superficiales, asÃ− como las subterráneas renovables, integradas todas ellas en el ciclo hidrológico. El objetivo que se plantea es el de conseguir y mantener un adecuado nivel de calidad de las aguas, impedir la acumulación de compuestos peligrosos en el subsuelo susceptibles de contaminar las aguas subterráneas y evitar cualquier actuación que pueda degradar el recurso. Dentro de esta Ley se establece la autorización de vertido como aquella actividad susceptible de provocar contaminación o degradación del dominio público hidráulico. Siempre tienen que venir acompañados de un estudio hidrogeológico si dicho vertido pudiera llegar a contaminar los acuÃ−feros o aguas subterráneas. Tienen que reflejar los lÃ−mites a la emisión de contaminantes, importe del canon de vertido en relación con la contaminación emitida e incluso los sistemas de depuración y control a instalar. En cualquier momento esta autorización puede ser revocada por la alteración de las circunstancias que motivaron su autorización o por incumplimiento de las condiciones. El Gobierno es el ente encargado de suspender cualquier vertido no autorizado en caso de que no se quieran adoptar las medidas correctoras oportunas y sin perjuicio de las posibles responsabilidades. Estos incumplimientos en lo concerniente a vertidos conllevan unas infracciones administrativas. Ley de Costas de 1988. Esta ley actualiza y conjunta la normativa sobre vertidos a las aguas marÃ−timas. Tiene como objeto la determinación, protección, utilización y control del dominio público marÃ−timo-terrestre. ( Incluyendo las playas y los rÃ−os hasta el lugar donde se percibe el influjo de las mareas). Como objetivos podemos definir la determinación y conservación del dominio público marÃ−timo terrestre garantizando su uso público y regular la utilización racional de sus bienes para mantener un adecuado nivel de calidad de sus aguas. Para cumplir estos objetivos hay que definir dos zonas diferenciadas: la zona de servidumbre de la protección y la zona de influencia. La primera comprende una franja longitudinal de 100 metros de anchura tierra adentro, medidos desde el lÃ−mite interior de la ribera del mar, ampliable hasta 200 metros. La zona de influencia comprende la franja costera de 500 metros tierra adentro, también desde el lÃ−mite interior de la ribera del mar, donde se subordina la ordenación territorial y urbanÃ−stica a la protección del dominio público marÃ−timo-terrestre. Cualquier vertido y, de ser contaminante, se tiene que indicar la imposibilidad o dificultad de aplicación de otra alternativa, necesita una autorización administrativa. Dicha autorización debe recoger, entre otros, el volumen anual de vertido, sus lÃ−mites cuantitativos, evaluación de los efectos provocados en ella y previsiones para reducir la contaminación. En cualquier momento se puede revocar unilateralmente dicha autorización debido a cambios en la normativa aplicable, por producir daños al dominio público, etc. En los bienes del dominio público marÃ−timo terrestre se prohÃ−ben todos los vertidos de sustancias o introducción de formas de energÃ−a que supongan peligro o perjuicio superior al admisible según la normativa vigente. 1 A partir de la recepción del Derecho Comunitario se procede a adaptar una abundante legislación preferentemente en forma de Directiva. Una de las más importantes es la Directiva 91/217/CEE relativa al tratamiento de las aguas residuales urbanas.- El objeto de esta Directiva es Para la recogida, tratamiento y vertido de las aguas residuales urbanas, asÃ− como el tratamiento y vertido de las aguas residuales procedentes de determinados sectores industriales se han establecido sistemas colectores de las aguas residuales urbanas, se ha establecido un tratamiento secundario o proceso equivalente para las aguas residuales urbanas que cumplan con unos determinados requisitos y se han determinado zonas sensibles (por ejemplo aquellas destinadas a utilización como aguas potables), y menos sensibles para aquellas con capacidad de absorción de la contaminación hÃ−drica. Además, en las zonas menos sensibles se podrá adoptar un tratamiento menos riguroso, si se le da al vertido previo tratamiento primario y un estudio señala su inocuidad para el medio ambiente. Plan Hidrológico Nacional. El objetivo es proteger la calidad de las aguas y optimizar sus usos, armonizar el desarrollo regional y satisfacer las demandas presentes y futuras. El texto legal presentado por el Gobierno va acompañado de unos documentos técnicos que abordan cinco grandes temas: -En relación a los acuÃ−feros compartidos se evalúan y asignan los recursos en los 16 acuÃ−feros compartidos identificados. -Análisis de antecedentes y transferencias planteadas repasa los antecedentes de trasvases en España y las distintas alternativas que históricamente se han planteado para resolver los problemas de suministro hÃ−drico. -Análisis de los sistemas hidráulicos estudia el funcionamiento de todas las cuencas afectadas por los posibles trasvases para determinar la necesidad o no de aportes externos y la disponibilidad de caudales para ser trasvasados desde las cuencas cedentes. La principal solución elegida para hacer llegar el agua a las cuencas deficitarias es el trasvase del Ebro, conectando la estación de bombeo de Cherta en el bajo Ebro y la presa de Tous en Valencia (Júcar). Se considera necesaria la construcción de un determinado número de embalses de regulación en la cuenca cedente. -Análisis ambiental se centra en la evaluación de los impactos ambientales de los trasvases considerando la cuenca cedente, las receptoras y la conducción que las conecta. Al evaluar cada tramo afectado no se ha encontrado ninguna limitación insalvable. -La presentación de análisis económicos.- La inversión total va dirigida al trasvase del Ebro y también se destina a la modernización de regadÃ−os, saneamiento y depuración, abastecimientos, regulación general, acondicionamiento de cauces, restauración hidrológico-forestal, programas de control y calidad de las aguas. La comunidad CientÃ−fica ha establecido sus crÃ−ticas referente al PHN.-En relación a la ausencia de una ordenación y planificación previas de regadÃ−o, especialmente en las cuencas receptoras del trasvase. La aprobación del Plan Nacional de RegadÃ−os (PNR) para un requisito previo imprescindible para acometer el PHN. -Otra crÃ−tica que se plantea se refiere al análisis de los sistemas hidráulicos. La valoración de los recursos de agua subterránea se considera insuficiente; la evolución de caudales en el Ebro; los efectos de los cambios de usos en las cabeceras de las cuencas sobre los caudales disponibles; y los efectos del cambio climático sobre los caudales. 2 -La principal objeción ambiental se centra en la ausencia de una Evaluación Ambiental Estratégica que hubiera analizado diversas alternativas, incluida la de no hacer el trasvase, para satisfacer los objetivos. 3