Concepto y origen de la globalización El término globalización es una palabra que esta de moda. A grosso modo la globalización es la creación de un mercado mundial en el que circulen libremente los capitales financiero, comercial y productivo. Pero su origen no es reciente. Debería empezarse con Adam Smith, quien en fecha tan temprana como 1776, ya enfocaba la necesidad del comercio exterior para poder impulsar la expansión industrial, a costa de los excedentes agrícolas, así como el planteamiento ideologizado, recogido por nuestros neoliberales de hoy día como "teoría del rebalse": las riquezas de la metrópoli, según Adam Smith, "rebosarían y se derramarían" a las colonias. Sigue siendo insustituible la obra de Carl Marx, quien desde el análisis de la fase competitiva del capitalismo alcanza a trazar un esbozo de las tendencias primeras de este modo de producción y de sus contradicciones principales. Es asimismo importante adentrarse al debate clásico, de principios del siglo actual, sobre la conceptualización del imperialismo, por lo estrechamente ligado que está al tema de la globalización. Los más interesantes teóricos de esa época, que todavía nos interpelan hoy día. La discusión sobre el imperialismo como política o como fase del sistema capitalista, la internacionalización de la economía como proceso reaccionario o progresista, las alternativas a presentar desde el campo de la lucha por el socialismo, son temas de renovada actualidad, tras el derrumbe de los regímenes del Este. Lo primero a distinguir es la realidad de la globalización en lo que tiene de fenómeno económico objetivo, de lo que hay en ella de políticas concretas del poder hegemónico y de utilización para los fines de la ideología dominante. Escudándose en el fenómeno global, los ideólogos del sistema pretenden que no hay alternativa, que no hay opciones, en una variante de totalitarismo ideológico. El capitalismo del mundo desarrollado manipula el concepto globalización para mejor impulsar sus políticas neo − imperiales : promover la creación de zonas "de libre comercio", conseguir la desprotección aún mayor de las economías nacionales de los países pobres y defender su dogma del "libre mercado". Poco importa que, sus propios impulsores, se cuiden mucho de aplicarse a sí mismos tales recetas. La globalización exhibe la extrema "volubilidad" del capital. Va adonde lo llama el interés. El capital no tiene patria. Por ello mismo, el partido del capital carece también de ella. El capital no tiene patria, pero el capitalista debe contar en sus cálculos con la legislación de los países, la fortaleza y la convertibilidad de sus monedas, los niveles salariales y protección social de la mano de obra, la cualificación laboral de la misma, la estabilidad de los regímenes políticos, etc. La realidad nacional y estatal sigue siendo real, al tiempo que las mercancías inundan los mercados nacionales superando fronteras y los capitales fluyen por sobre cualquier barrera estatal. Esa es la verdad caótica de la llamada globalización. Es un fenómeno que puede y debe ser regulado y ante el que hacen falta estrategias nacionales y legislaciones estatales. Nos quieren hacer creer que el Estado nada puede ante la globalización, cuando, en la realidad, las grandes potencias manipulan sobre estas tendencias internacionales con un sinnúmero de medidas estatales. El teórico de los modernos métodos gerenciales y de reingeniería empresarial, Peter Drucker, señala cuán decisivas fueron políticas monetarias de tres presidentes estadounidenses sucesivos,− Nixon, Carter y Reagan −, dejando flotar el dólar, impulsándolo a la baja o fortaleciéndolo, al igual que con la manipulación de las tasas de interés. Aún cuando no siempre los efectos fueron los esperados, queda claro la importancia de las medidas y su impacto, cuando el propio Drucker afirma que con las nuevas políticas de Nixon "hemos cruzado una divisoria" y "hemos entrado al nuevo siglo". Características Dentro de las principales características, las más visibles lo son las económicas, ya que se considera el fenómeno de la globalización como un proceso económico con sus implicaciones tanto sociales como políticas. Estas características se puede decir que son: • La globalización implica "considerar el mundo como el mercado, fuente de insumos y espacio de acción, 1 tanto para la producción como para la adquisición y la comercialización de productos". • Características de la globalización serían el aumento del comercio exterior y de la exportación de capitales, el menor uso de materias primas y la mayor "desmaterialización" del producto. • Asimismo, los aspectos de la revolución tecnológica, así como los procesos de automatización y robotización de la producción. Para otro autor, notas distintivas de la globalización son: la gran movilidad del capital financiero, la apertura comercial, la inversión externa, la desagregación de los procesos productivos y el control empresarial a distancia y "en tiempo real" mediante el avance cibernético. • Mientras para algunos la tendencia es hacia la construcción del Estado mundial, para otros lo que tiende a imponerse es una "sociedad empresarial". En ella las políticas económicas estatales cuentan cada vez menos, "las realidades se imponen contra todas las teorías económicas" y, dada su complejidad, éste sería un sistema en el que "no es posible la predicción". • Según esa interpretación, "la economía funciona, no según la racionalidad de los economistas, sino de los empresarios". La complejidad del sistema − se nos dice además − resulta evidente si se toma en cuenta que confluyen cuatro economías: la microeconomía de los individuos y de las empresas, la macroeconomía de los Estados nacionales, la economía propia de las empresas transnacionales y, por último, la economía mundial. • Los Estados de los países inferiores se ven cada vez con menos autonomía frente a las presiones internacionales y se ven en la posición de adoptar medidas que no necesariamente son las mas adecuadas para sus naciones, pero son las dictadas por las grandes potencias quienes son los que poseen el control económico sobre estos. • Se forman los llamados bloques económicos, como en el caso de Europa con la Unión Europea (UE), América del Norte con el Tratado de Libre Comercio (TLC), América del Sur con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) con el fin de agrupar naciones en condiciones similares de forma tal que puedan beneficiarse unos de otros, aunque también en estos casos se da que los países mas poderosos siempre logran obtener la mejor tajada. • Las naciones poderosas se van convirtiendo en los únicos productores o dueños de los medios de producción con el desarrollo de las compañías transnacionales, mientras que los países tercermundistas se convierten en cada vez mas consumidores y menos productores de forma que sus economías son cada vez más de comercialización y menos de producción. • Las políticas económicas vienen trazadas, tanto por organizaciones mundiales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) así como por los acuerdos regionales como el de LOME IV. • Es cada vez mayor la presencia de productos extranjeros en los mercados nacionales, dándose competencias en diferencia de condiciones, ya que los productos extranjeros responden a mejores estándares de calidad y tienen menor costo, lo que va provocando la caída de los productos nacionales. • Como consecuencia de lo anterior las empresas nacionales se ven en la necesidad de invertir gran cantidad de sus recursos en mejorar sus productos y sus estándares de calidad, de forma tal que puedan ingresar en el proceso de integración y poder competir con los demás países. • Los abismos sociales son cada vez mayores, es decir los ricos se hacen cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Propulsores No hay que ser un sociólogo especializado o un maestro en economía internacional para darse cuenta que este proceso de globalización es impulsado por las naciones poderosas, en especial el Grupo de los Siete (G7) es decir las 7 potencias mas poderosas económica y políticamente del planeta (Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Japón, Canadá, Francia e Italia). Estas naciones son quienes más se benefician del proceso de libre mercado, pues sus productos tienen mercados inmensamente grandes a los cuales hace 20 años no podían penetrar como China o la Antigua Unión Soviética. Además esto le permite obtener mayores beneficios al obtener mano de obra barata y mejores precios en las materias primas, a esto se suma la gran movilidad de los capitales de manera tal que no tienen ningún tipo de compromiso con ningún otro país y pueden retirarse con mucha facilidad hacia donde 2 las condiciones les ofrezcan mejores beneficios. Y por ser las naciones más poderosas quienes están detrás del proceso, esto nos da una idea de que es imposible llevarles la contraria, ya que quien no entre al proceso de integración sería aplastado por el gran mercado mundial. El capitalismo del mundo desarrollado manipula el concepto globalización para mejor impulsar sus políticas neo − imperiales: promover la creación de zonas "de libre comercio", conseguir la desprotección aún mayor de las economías nacionales de los países pobres y defender su dogma del "libre mercado". Poco importa que, sus propios impulsores, se cuiden mucho de aplicarse a sí mismos tales recetas. Es, más bien, al contrario: Europa, Japón y los Estados Unidos mantienen políticas fuertemente proteccionistas, al tiempo que se preparan para escalar en la guerra comercial entre ellos. Mientras tanto, nos inundan de mercancías, capitales especulativos y plantas maquiladoras de quita y pon. "Abrir la economía", "suprimir los aranceles" o "insertarse en la globalización" son solamente, por tanto, productos del mundo desarrollado para su exportación. Son fórmulas para ser aplicadas por las naciones que dependen de los préstamos del exterior y que aceptan estar sometidas al dictado del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. 3