Nuestra Familia Junio - Julio 2015 Boletín Sagrados Corazones - Perú

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Junio - Julio 2015
N° 384 - 385
Tomo XXVII - Año 48
Nuestra
Familia
Boletín Sagrados Corazones - Perú
Editorial
Eucaristía: mesa compartida. Valéria Gomes dos Santos, ss.cc............................................................ 3
Eucaristía mesa compartida
Adoración eucarística para los tiempos de hoy. Pablo Fontaine, ss.cc. ............................................... 4
Mesa compartida. Rosa Isabel Bogado, ss.cc. ............................................................................................ 6
El Sacramento del pan. Manuel Díaz Mateos, s.j........................................................................................ 8
¿Habrá en la Iglesia alguien que se atreva? Pablo D’ors sacerdote y escritor español.................................. 10
Testimonio sobre la vivencia eucarística. Jaime Gálvez.........................................................................11
Experiencia eucarística en la catequesis: Parroquia Nuestra Señora de la Paz - Testimonios.
Sra. Rosa Torres, Jerry Seminario y Ruth Aquino.............................................................................................. 12
Experiencia eucarística en la catequesis: Iglesia SS.CC. Recoleta. Catequitas Luisa y Carmen,
Familia Barrenechea Sifuentes.................................................................................................................... 13
El gran amor de Dios se manifestó en Jesuscristo y se quedó con nosotros presente en la Primera
Comunión. Catequista Parroquia San Miguel Arcangel - Huaripampa, Fiorella Fiol Poma......................................... 14
Una Eucaristía realmente concelebrada. María Javier Echecopar, ss.cc.................................................... 15
Congreso de la Vida Consagrada
“¡Escuchar a Dios donde la vida clama!”. Congreso de la Vida Consagrada. Raúl Pariamachi,ss.cc....... 16
Congreso de la Vida Consagrada - CLAR. Magdalena Figueroa Arévalo, ss.cc........................................... 17
Vida de las Provincias
Fiesta de los Sagrados Corazones “SAUDE PAZ”. Rafael Tacuri, ss.cc...................................................11
Profesión perpetua de nuestro hermano Franklin. Germán Huanca Flores, ss.cc...................................... 19
Acción de Gracias - Profesion Perpetua. Franklin Astorga, ss.cc............................................................. 20
Inicio del Noviciado Interprovincial de América Latina. Novicia Jessica Rosas........................................ 21
Sexta Expo-Jornada: Parroquia “Nuestra Señora de la Paz”. Lucía Cuentas Alvarado............................ 22
Profesión Perpetua de Brian Cruz Carreón ...................................................................................... 24
Razones para hacer los votos perpetuos y Acción de Gracias. Brian Cruz, ss.cc.................................. 24
“Treinta años de comunidad” 1985 - 2015. Comunidad Seglar ss.cc. - Belén.............................................. 25
Contratapa
Eustaquio y su vivencia eucarística ................................................................................................. 26
Hermanos: Provincia del Perú
Hermanas: Provincia del Perú-Brasil-México
Laicos: Rama Secular - Sector Perú
RESPONSABLES
P. Paulino Colque Ccori, sscc
Hna. Valéria Gomes dos Santos, sscc
REDACCIÓN
Hna. Graciela Zúñiga, sscc
Hna. María Javier Echecopar, sscc
DIAGRAMACIÓN, DISEÑO y ADM. WEB
Srta. Delia Amado R.
COLABORADORES
Hno. Rafael Tacuri, sscc
Hna. Ma. Antonia Macas, sscc
IMPRESIÓN
Srta. Rosalynn Moreno V.
APORTES Y SUGERENCIAS
CARATULA
Sr. Fredy Caballero
secretaria@sscc.pe
secssccpbm@gmail.com
sscc.pe
S
U
M
A
R
I
O
Editorial
Eucaristía: mesa compartida
“Llegará un nuevo día, un nuevo cielo y un nuevo mar; en este día
los oprimidos en una sola voz van a cantar. En la nueva tierra, el negro, el indígena y
el mulato; el blanco y todos comerán del mismo plato” (canción Axé, Brasil)
S
entarse a la mesa a comer con alguien es uno de los gestos de mayor expresión de comunión: se inicia desde el preparado de los alimentos, la elección de los ingredientes, el acto de
agradar al invitado con lo que le gusta, el rito mismo de cocinar (sí, cocinar es un “rito”…) con
toda su gama de colores, olores y texturas. Invitamos a comer a quienes hacen parte de nuestro
“círculo de amistades”: ahí compartimos experiencias, vivencias, los sentimientos más profundos y
las banalidades de nuestra cotidianidad. Compartimos el hecho mismo de ser humanos, en busca
de humanizarnos cada día más.
A lo largo de su vida, Jesús propone una nueva forma de comensalidad, donde todos y todas
son invitados, donde no hay distinciones étnicas, ni de status social, ni de puros o impuros. En su
mesa, todos tienen lugar, pero especialmente aquellos que nunca fueron invitados. La comensalidad de Jesús es un signo del Reino, ya presente en la humanidad, aunque no en plenitud, de un
Dios que es Padre-Madre de todos y acoge a sus hijos/as con ternura y compasión para que, alimentados, puedan emprender el camino de una nueva vida.
Así, no es una casualidad que Jesús quisiera recordarnos para siempre el acto de su entrega
última en una comida: Dios encarnado quiso celebrar su entrega haciéndose “comida” e invitándonos a ser “comida” para otros y otras.
En este número del boletín, les proponemos algunas reflexiones y testimonios sobre la Eucaristía. Como nos recuerda el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si:
“En la Eucaristía lo creado encuentra su mayor elevación. La gracia, que tiende a manifestarse de modo sensible, logra una expresión asombrosa cuando Dios mismo, hecho hombre, llega a hacerse comer por su criatura.
El Señor, en el colmo del misterio de la Encarnación, quiso llegar a nuestra intimidad a través de un pedazo de
materia. No desde arriba, sino desde adentro, para que en nuestro propio mundo pudiéramos encontrarlo a él.
En la Eucaristía ya está realizada la plenitud, y es el centro vital del universo, el foco desbordante de amor y
de vida inagotable. Unido al Hijo encarnado, presente en la Eucaristía, todo el cosmos da gracias a Dios. En
efecto, la Eucaristía es de por sí un acto de amor cósmico (…) La Eucaristía une el cielo y la tierra, abraza y
penetra todo lo creado. El mundo que salió de las manos de Dios vuelve a él en feliz y plena adoración.” (236)
Esta experiencia de “divinidad” alimenta nuestro seguimiento y nos confronta en nuestra coherencia: ¿cómo acercarse a la mesa cuando tantos hermanos y hermanas no tienen lo suficiente
para su supervivencia? ¿Cómo compartir y generar nuevas relaciones cuando todavía nos asaltan
los prejuicios y racismos?
Para que lo creado encuentre verdaderamente su mayor elevación en la Eucaristía es necesario que sigamos abriendo nuestras puertas, rompiendo nuestras barreras y ensanchando nuestros
horizontes de relación y convivencia. Es decir, que nuestras mesas estén dispuestas a albergar a
quienes necesitan de nuestro calor humano, a ejemplo de Jesús de Nazaret.
Valéria Gomes dos Santos, ss.cc.
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Eucaristía mesa compartida
Adoración Eucarística para los tiempos de hoy
Pablo Fontaine, ss.cc.
El P. Pablo Fontaine fue maestro de novicios, actualmente trabaja en la parroquia de La Unión (Región de los
Ríos), escribe artículos y contesta mails con la diligencia de un cibernauta.
L
a presencia de Jesús en la Eucaristía se parece
a los encuentros con el Resucitado que experimentaron los discípulos, como lo muestran los
Evangelios: “los discípulos aún se resistían a creer por
la alegría y el asombro”(Lc 24, 41).
Algo así será también nuestro encuentro definitivo cuando aparezca el Señor en su Reino: “Estoy
convencido de que Dios que comenzó en ustedes una
obra tan buena, la llevará a feliz término para el día en
que Cristo Jesús se manifieste” (Filip. 1, 6).
Claro que nuestros momentos con Cristo en la
Eucaristía se dan en la oscuridad de la fe, desde unos
corazones que esperan su venida y arden en el deseo
de ver al Señor cara a cara: “¿No ardía nuestro corazón mientras (el Peregrino) nos hablaba en el camino
y nos explicaba las Escrituras?” (Lc 24, 32).
Para entrar en adoración frente a este Cristo que
se inmola, entregando la vida, entregándonos vida,
siendo nuestro alimento y misteriosa presencia en la
Eucaristía, vamos de fortaleza en fortaleza. Quiero
decir que necesitamos fortaleza para permanecer en
ello y salimos después fortalecidos con ella.
Necesitamos fortaleza especialmente en nuestros días porque allí, “al pensar en Jesús amándolo”
como decía Charles de Foucauld, nos llega, como un
aluvión, toda la realidad de nuestros hermanos crucificados y de nuestro mundo crucificado.
el pecado del mundo, que es también nuestro dolor y
nuestro pecado.
En una época tan apurada como la nuestra, con
tal acopio de información y con tal esfuerzo continuo
por vivir más humanamente, no es fácil permanecer
gran tiempo en diálogo de adoración ante la Eucaristía. Feliz el que lo logre con un convencimiento que
prioriza esos momentos.
¡Cómo no conmoverse ante tanto niño sin alimento, sin protección ni abrigo y tanta madre huyendo con
los suyos, de la guerra, de la persecución religiosa o de
alguna catástrofe natural! Tampoco es posible permanecer indiferente ante la pobreza masiva en nuestros
pueblos o las tensiones y pecados de nuestra Iglesia.
Pero más allá de esos instantes privilegiados,
cada uno de nosotros puede mirar con intensidad al
Señor Resucitado al leer los Evangelios o las cartas
de San Pablo, al contemplar la belleza de un lugar o
escuchar una música que nos despierta el alma. También y más todavía al mirar niños que juegan, pobres
que viven una alegría sencilla y jóvenes que se unen
para exigir lo que se les debe en justicia. Y así despertar el espíritu de adoración.
Y también ante nuestro propio pecado que nos
desgarra interiormente cuando estamos frente al
Santísimo, ante aquel que mostró las llagas de sus
manos y de sus pies como diciendo: “Así los he amado”. Fortaleza entonces para permanecer en una actitud receptiva y activa que nos exige, nos anima y
cuestiona. En ella le presentamos a Jesús el dolor y
Digo “mirar con intensidad”. Podría decir con cariño, con un afecto que se hace receptivo, en fin con
amor verdadero. Esto me hace recordar una pareja de
ancianos que, después de una vida conyugal de más
de 50 años, los vi a cada uno en su silla de ruedas,
simplemente mirándose. Poco podían hablar y poco
se oían. Sólo procuraban besarse junto con murmurar
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Eucaristía mesa compartida
algo ininteligible, semejante a las palabras cariñosas
de antaño. Era un bello canto de amor sin artificio,
pero de mucha grandeza.
De modo que en cada adoración podemos dar
esos tres pasos interiores: la realidad crucificada;
Cristo crucificado y resucitado; el Misterio de Dios.
De nuestros encuentros con la Eucaristía, a pesar de la modestia y fragilidad de nuestro caminar,
salimos internamente fortalecidos más allá de lo que
experimentamos en lo inmediato y más allá de lo que
somos inmediatamente conscientes.
En medio de las tempestades que sacuden
nuestro mundo y nuestra iglesia, ambos en continua
gestación, en permanente transformación y esperanza, “corramos con perseverancia en la carrera
que se abre ante nosotros, fijos los ojos en Jesús,
autor y perfeccionador de la fe” (Hebreos 12,1-2).
Fijos los ojos en aquella Eucaristía que alimenta
nuestro compromiso y nos alienta en el seguimiento
de Jesús para colaborar a darle alegría y justicia a
nuestro tiempo.
En la Adoración eucarística se nos invita a mirar nuestro mundo con cariño, uniéndonos a su dolor
y a su esperanza. Y a través de esa mirada, somos
llamados por Jesús a un diálogo con él de pocas palabras o de ninguna. En la Adoración estamos amando
al Crucificado Resucitado que prolonga su sufrimiento
y el triunfo de su amor a través de la historia de nuestras vidas y de nuestros pueblos: “Lo que hicieron con
uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo
lo hicieron” Mat 25, 40. “Conmigo”, con mi Corazón,
los pobres y sufrientes crucificados son “Yo mismo”.
Este diálogo nos sumerge de algún modo en la
Inmensidad de Dios ya que el mismo Señor ha dicho
“el que me ve, ve a mi Padre” (Jn 14, 9). La mirada
intensa interior va más allá, pero siempre a través, de
la Humanidad de Cristo. Es verdadera adoración en
que con el cuerpo y con el alma nos arrodillamos ante
el Misterio del que fluyen nuestras vidas.
Permanecer en silencio ante el Tabernáculo en
una modesta capilla es un acto de amor que recoge y
prepara nuestros sencillos gestos de atención al que
tiene hambre, está enfermo, sufre soledad o siente
que su vida está vacía.
Es también participar de la alegría de Cristo: “Les
he dicho todo esto para que participen en mi alegría, y
su alegría sea completa” (Jn 15, 11). Es aplaudir con
el espíritu su glorificación: “Padre, yo deseo que todos
estos que tú me has dado puedan estar conmigo donde esté yo, para que contemplen la gloria que me has
dado” (Jn 17, 24).
NOTICIAS COLEGIO SS.CC. RECOLETA MES DE JUNIO
• Día de los Sagrados Corazones: el jueves 11 de junio todo
el Colegio SS.CC Recoleta estuvo de fiesta para celebrar
el día de los Sagrados Corazones. Este día estuvo cargado de muchas actividades, iniciando con nuestra Eucaristía para dar gracias a Dios por ser y sentirnos parte de
nuestra Congregación de los Sagrados Corazones. Después, se realizaron diversas actividades en cada uno de
los niveles de Inicial, Primaria, Secundaria y BI en la que
nuestros alumnos expresaron su alegría, respeto y cariño
por esta gran fiesta.
• Día del Padre: del 17 al 19 de junio se desarrollaron las
paraliturgias para los grados de inicial y primaria celebrando el Día del Padre y teniendo gran acogida por nuestros
padres recoletanos. El viernes 19 en la noche se rindió un
homenaje especial los papás de Secundaria y BI con una
Eucaristía y luego se dio la presentación de los elencos
artísticos.
• Primera Comunión: nuestros alumnos y alumnas del 4º
grado de primaria recibieron por primera vez a Cristo Eucaristía en las ceremonias de la Primera Comunión realizadas el 27 - 28 de junio y el 18 - 19 de julio. Nuestros
niños fueron preparados por el P. José Serrand.
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Eucaristía mesa compartida
Mesa Compartida
Rosa Isabel Bogado, ss.cc.
Migrantes llegando a la casa de acogida el Samaritano
C
uando recordamos algo importante en nuestra
vida, lo primero que pensamos es invitar a alguien para celebrarlo o simplemente compartir
ese momento especial con personas que significan
mucho para nosotros, un cumpleaños, la finalización
de una actividad, la llegada de un nuevo miembro en
la familia, una despedida, en fin muchas cosas que
brotan desde lo más profundo de nuestro corazón y
queremos comunicarlo y la manera más visible es a
través de la comida compartida, proceso que nos implica prepararla con esmero, dedicación y mucha anticipación, y así empezar a traer en la memoria a personas que de una u otra manera son parte importante
en nuestra vida, amigos, parientes, vecinos, etc, que
formarán parte de esta mesa de la vida y queremos
que estén con nosotros en esos momentos.
En otro momento vemos a Jesús con Mateo,
hombre pecador, él lo llama, éste lo invita a su casa
(Mt 9 10-13), el hecho no queda solo ahí, los dos comiendo y hablando de mil y una cosa, al final es el
maestro que llegó a mi casa, es la oportunidad de
compartir y desahogarme de contarle lo que me pasa
y muchas cosas más pero…¿qué vemos?, en esa
comida aparece mucha gente; gente indeseable, todos tienen lugar, además Jesús deja claro que son
sus preferidos, sus convidados. Sino no estarían allí,
ese lugar se convierte en un espacio de perdón, de
acogida, donde la misericordia es la que sirve a todos,
lugar de vida y vida en abundancia como nos hace
ver Jn.10,10-11; donde Él es el buen pastor que da
la vida por sus amigos, los notables de ese tiempo ya
lo miraban con otros ojos “este es un loco (v20) borracho, etc. y Él insiste (v14); “conozco, me conocen,
doy mi vida, nadie me lo quita (v.18), los convidados
están compuestos por marginados sociales, unos que
no cumplían la ley, eran impuros… eran nadie para
la sociedad, en Lc 7, 36-50; se nota claramente la intención de Jesús porque conoce quien está con Él …
perdona porque reconoce el gran amor que le tiene la
pecadora (v47) de ahí la conversión, el giro que probablemente haya dado la mujer en su vida, primero
que se reconoce ante el Señor y Él lo reconoce, le
devuelve su dignidad como persona; en el capítulo 9,
13. del evangelio de Lucas notamos que los doce no
son invitados sino anfitriones…”denle ustedes de comer”, eso nos llevaría a pensar que los doce ya están
conscientes de lo que vendría después pero sabemos
En tiempo de Jesús las cosas no fueron muy
diferentes, situémonos en una sala, o cámara alta
(Mt.14,14-15) la mesa compartida aparece explícitamente allí donde en la intimidad comparte con sus
amigos aquello que tiene en lo más hondo de sí y
quiere dar a sus amigos, su propia vida, hace participe a los suyos muy amados, allí en un lugar tranquilo,
acogedor, acerquémonos a ese espacio y notemos
quiénes son sus amigos, gente sencilla, analfabetas,
irascibles (los Bonaerges) apasionados, tiernos, valientes y cobardes, en fin gentes como nosotros.
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Eucaristía mesa compartida
que no fue así, incluso sus defectos de carácter aparecen claramente, discutían de quien será el mayor y
quien iría a su derecha o izquierda y que no están muy
lejos de nuestra realidad, mas adelante descubrimos
a Jesús en un contexto muy especial, un día sábado
en la casa de un fariseo y no cualquier fariseo, sino un
principal, jefes de otros, aquí la cosa es clarísima, la
fraternidad, la mesa compartida excluye toda separación entre los que son considerados por la sociedad,
implica igualdad en un contexto de desigualdad, pobres-ricos, torpes-ágiles, santos-pecadores, etc.
Otro detalle importante dice “no llames a tus
amigos, llama a los pobres… ellos no te pueden corresponder”, la gratuidad, la sencillez de corazón son
fundamentales en esa hora, así todo parece armónico
pero la realidad es que por el hecho de ser convidados de Jesús podemos pensar que nos hace casi de
inmediato limpios, puros, santos, nada de eso al contrario, compartir la mesa con el Señor nos hace vulnerables, o mejor dicho nuestra vulnerabilidad se hace
más notoria, ahí sin más ya nos creemos con el derecho de exigir, de ser reconocidos y como los apóstoles
a preguntarle quién es el mas importante…y empezamos a descuidar el servicio, las cosas no están claras, los ánimos se exasperan, en Hechos 6, 1 el autor
nos hace notar las divisiones que existen y reprocha
tal actitud, para luego hacer caer en cuenta el motivo
real de la cena de Jesús, que es la de participar en
la Alianza, ser actor en la entrega, “cada vez que coman y beban anuncien…” Hay que limar asperezas,
al final estamos llamados a dar el paso de Jesús, la
mesa compartida nos permite avanzar hacia ser quienes realmente somos, espacio común inaugurado por
un gesto de hospitalidad que le ofrece nutrimiento al
otro, esta acción nos abre un espacio de discipulado
en donde ya no hay hambre física ni espiritual.
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Hermanas SS.CC. de México y colaboradores de la casa del Migrante
Hoy nosotros mujeres y hombres de nuestro
tiempo debemos tener muy presente esta invitación
de Jesús de “tomen y coman hagan esto en memoria
mía” (1Cor. 23-26), recordando los momentos “eucarísticos” vividos con personas que son y han sido importantes y donde hemos compartido nuestra vida y
nos dejaron un sabor a querer mas, un deseo de reencontrarlos y compartir el “pan y vino”, personas que a
lo mejor viven en otro lugar, lejos o cerca o seres queridos que ya partieron de esta tierra. El compartir la
mesa juntos no elimina nuestras diferencias sino que
se le celebra: personas de todas las “razas”, clases,
géneros, sanos y enfermos, nos unimos alrededor de
algo que es mucho mayor que las clasificaciones o
categorías que nos ponemos; el propio Jesús a quien
le gusta comer y beber con los excluidos, nos enseña
sobre un Dios que nutre y celebra el amor y la solidaridad en un contexto de una mesa compartida, como
el abrazo profundo del Padre a toda la humanidad,
una invitación a compartir con aquellos que carecen
de todo, donde el pan de cada día es mas escaso…
donde el pan de igualdad, de justicia, de perdón, de
respeto, de ternura son continuamente destrozados e
ignorados; la invitación de Jesús es “denle ustedes de
comer” (Mt 14,17) en otras palabras nos dice: solidarícense, compartan y repartan, únanse, caminen y celebren juntos, “bienaventurados los que tienen hambre
y sed de justicia porque ellos serán saciados” (Mt 5,6).
Compartir la mesa eucarística acorta distancias, une
corazones y nos recuerda que somos llamados a ser
pan para los otros.
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Eucaristía mesa compartida
El Sacramento del Pan *
Manuel Díaz Mateos, s.j.
Tú estás siempre con nosotros en el camino de la vida,
sobre todo cuando tu Hijo nos congrega para el banquete pascual de su amor.
Como hizo en otro tiempo con los discípulos de Emaús, Él nos explica
las Escrituras y parte para nosotros el pan”
(Plegaria eucarística V)
B
uscar al Dios que nos ha buscado primero y nos
ha encontrado en nuestros propios caminos, a
veces equivocados, al entrar en nuestra historia para orientar nuestros caminos hacia la casa del
Padre, esa es nuestra tarea de creyentes. Pero ¿dónde buscarlo y cómo encontrarlo? El evangelista san
Lucas nos da respuesta a la pregunta en una página
de su evangelio de belleza literaria extraordinaria. Se
trata del conocido relato de los discípulos de Emaús
(Lc. 24,13-35) en el que Lucas ha concentrado muchas de sus preocupaciones pastorales. Sobre todo la
gran preocupación por encontrarse con el Señor vivo
los que no han tenido la suerte de los primeros testigos que “comieron y bebieron con él” (Hech 10,41).
Se trata de la situación de su propia iglesia, la iglesia
de la segunda generación que vive de la fe y no de la
visión. ¿Dónde encontramos al Señor? En la vida de
la nueva comunidad se encuentra al Señor vivo, nos
dice Lucas. En la vida y no sólo en el rito. La vida tiene
como su centro privilegiado la mesa compartida, en
memoria del Señor, pero tiene también, corno exigencia que brota de la comunión de mesa, la vivencia y la
construcción de la fraternidad.
A las mujeres que van de madrugada al sepulcro para encontrar “el cuerpo del Señor Jesús” (24,3),
cuerpo muerto de alguien muy querido pero que pertenece al pasado, los ángeles son tajantes en su afirmación: “no está aquí, ha resucitado” (24,6) no está
en el pasado ni en el sepulcro, ni en ritos momificados
y rígidos. La iglesia no vive de un pasado y de una
ausencia, sino de una presencia siempre viva y que la
8
hace vivir. “¿Por qué buscan entre los muertos al que
está vivo?” (24,5). Estar vivo y ser “el que vive” es la
nueva designación de Cristo. Por ser presencia viva
nos puede salir al encuentro en nuestro propio camino
y nos puede sorprender con su presencia que siempre
será dinamizadora y trasformadora. A la exigencia de
no buscar entre los muertos al que vive, responde el
episodio de los discípulos de Emaús.
La narración comienza diciéndonos que “aquel
mismo día”, porque puede ser cualquier día de la vida
de la iglesia, “dos discípulos iban camino de un pueblo
llamado Emaús” (24,13). Es camino de Emaús, no de
Jerusalén donde están “los once y los demás” (24,9),
es, por tanto, camino de la dispersión porque no se ha
entendido el camino de Jesús. Por eso es un caminar
con “los ojos cegados” y con tristeza en el corazón
que se reflejaba en el rostro (24,16.18). Lo maravilloso, sin embargo, es que “Jesús se acercó y se puso
a caminar con ellos” (24,15). Se acerca a los que se
alejan para acercarlos y, en su conversación, va al
fondo de lo que los separa: el incomprensible camino
de Cristo que ellos deben hacer suyo. Por eso la frase “estaban cegados y no podían reconocerlo” (24,16)
no sólo significa que no podían reconocer ahora al
compañero de camino sino que no habían reconocido
al que durante su vida había sido compañero de mesa
y de camino porque su camino terminó en un fracaso
para él y para ellos. “Nosotros esperábamos... pero…”
(24, 21).
Entonces este caminante extraño que no parece
estar al tanto de lo ocurrido en Jerusalén, después de
escuchar la versión de los hechos que le dan los dos
discípulos, llena de admiración y decepción a un tiempo, les recrimina la dureza de corazón para creer y les
interpreta los acontecimientos a la luz de la Escritura.
“¿No tenía el Mesías que sufrir todo esto para entrar
en su gloria?” (24,26). Con ese “tenía que sufrir” se
encuadra toda la vida de Jesús en el designio incomJunio - Julio 2015
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Eucaristía mesa compartida
prensible de Dios (cfr. Hech 2,23 y 4,28). Moisés y los
profetas, es decir, toda la Escritura, clarifican el camino de Jesús que es fiel camino de la vida” (Hech 2, 28)
y no de la muerte como ellos pensaban. La Escritura
aclara la vida, la muerte y la resurrección de Cristo.
El camino conduce a la mesa del encuentro y del
reconocimiento. La palabra compartida ha ido creando entre los caminantes una empatía que hace arder
el corazón en deseos de comunión y amistad: “quédate con nosotros... ¿no ardía nuestro corazón mientras
nos hablaba por el camino?” (24,29-32). Por eso al
“extraño” (v.18) que hace ademán de seguir adelante,
le invitan a compartir la mesa. Notemos que la invitación a este caminante desconocido a compartir la
mesa es antes del reconocimiento, es decir, acogen
a un extraño y comparten el pan con él. Y esa mesa
abierta a extraños es el signo privilegiado del Señor
que comía con extraños y los acogía en su mesa. En
la reunión de las personas que parten el mismo pan se
hace presente el Señor (Mt 18,20) antes de hacerse
presente en el pan partido.
En este momento la situación se invierte, el invitado parece convertirse en el anfitrión que preside
la comida. “Entró para quedarse”, es la gran certeza
que Lucas quiere comunicar a su comunidad que busca al Señor. “Recostado a la mesa con ellos, tomó el
pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo ofreció”
(24,30). Las palabras no sólo miran al pasado y evocan los gestos de Jesús en la última cena, son sobre
todo la proclamación de una convicción presente: que
en la celebración sacramental de la fracción del pan
tiene la iglesia el lugar privilegiado de la presencia de
su Señor. “Entró para quedarse”. “Se les abrieron los
ojos y lo reconocieron” (24,31). Los ojos se abren con
la palabra proclamada y con la mesa compartida.
“Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén donde encontraron reunidos a los once con sus
compañeros” (24,33). Se levantan, es decir, en cierto
modo “resucitan” (anastantes) porque ven claro y les
arde el corazón para emprender el camino, pero es
el camino que integra a la comunidad donde esperan
los otros y donde espera también el Señor. La palabra
y la presencia los moviliza porque los trasforma por
dentro. Por eso no importa que sus ojos no lo vean. “El
desapareció”, dice el texto lacónicamente sin ninguna
añoranza. Desaparece pero no caminan tristes, como
antes, porque lo llevan dentro y lo encuentran en los
hermanos. Por eso la narración continúa diciendo que
mientras hablaban y comentaban cómo le habían reconocido en la fracción del pan, “Jesús se presentó en
medio de ellos” (24,36).
De este modo Lucas nos describe su visión
de la iglesia como sacramento del Resucitado. A la
pregunta por dónde buscar y encontrar al Señor que
vive, responde con la narración de los discípulos de
Emaús abriendo a su comunidad a la triple presencia
del Señor, presencia en la palabra, presencia en el sacramento y presencia en el hermano. La palabra proclamada clarifica el camino de Cristo y de la iglesia,
pero la palabra no es un libro o un conjunto de ideas,
es ante todo una persona, un destino y una misión.
La fracción del pan es la mesa compartida en memoria del Señor, pero no es sólo rito aislado y vacío, es
también palabra eficaz que hace presente la entrega
del Señor y compromete a todos los que comulgan
con él en la tarea de “hacer eso” en memoria suya, de
realizar la misma palabra de comunión, solidaridad y
entrega que el partir el pan expresa. Y por eso, si la
palabra conduce a la mesa, la palabra y la mesa conducen al encuentro con el hermano, a la integración
de la comunidad. Por eso palabra, mesa y comunidad
son los componentes de la identidad cristiana que celebramos en el sacramento del pan. Sobre esa tríada
se asienta la buena salud y el dinamismo de la fe de
la iglesia. Las tres se enriquecen, se complementan y
se necesitan.
La palabra debe ser escuchada, proclamada y vivida. El sacramento de la mesa es el lugar privilegiado
de la proclamación de la palabra porque él mismo es
palabra eficaz que hace presente la palabra de amor
de Dios a los hombres, entregado en la vida de su
hijo y construye la comunidad que es la razón de la
entrega de Jesús. La construcción de la comunidad y
de la fraternidad, expresada en la mesa compartida,
será la mejor proclamación de la verdad y de la fuerza
de la palabra, y la mejor palabra “para que el mundo
crea” (In 17,21).
La vida de la iglesia y sus exigencias brotan de
esta triple presencia de su Señor: presencia en la palabra, presencia en el sacramento y presencia en el
hermano. Escuchar y proclamar la palabra, descubrir,
proclamar y celebrar la presencia y construir la fraternidad son exigencias inseparables de la identidad
cristiana.
* Manuel Díaz Mateos s.j. El Sacramento del Pan – Conclusión: Camino, casa, mesa, comunidad. pp. 219-224.
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Eucaristía mesa compartida
¿Habrá en la Iglesia alguien que se atreva?*
Pablo D’ors, sacerdote y escritor español
L
os sacramentos de la Iglesia ya no
significan casi nada para la inmensa
mayoría de quienes aún participan
en ellos. Un signo que deja de significar ya
no es un signo, sino un juego de magia.
Los ritos cristianos y los símbolos en que
se fundamentan han degenerado, para la
mayoría de los creyentes, en pura magia.
Por supuesto que los hombres y las mujeres de hoy seguimos necesitando de la
magia, es decir, de palabras y gestos que
de un modo automático e irracional nos
vinculen con lo trascendente. Pero esa no
es la cuestión.
Sostengo que muchos de los comportamientos de
sacerdotes y laicos durante la celebración eucarística son
fundamentalmente mágicos, no religiosos. ¿Te imaginas
a los apóstoles arrodillándose ante el pan o a Jesús recogiendo las miguitas del plato? Estos comportamientos
reflejan que nuestra actitud ante el signo sacramental es
mucho más mágica que religiosa.
Para que puedan significar, los signos han de entenderse. La doctrina del ex opere operato, la que postula que el sacramento es eficaz con independencia de la
comprensión de quien lo recibe, ha desvinculado al signo
del sujeto y lo ha degenerado y cosificado. Los sacramentos hay que entenderlos, al menos en alguna medida.
De lo contrario, no sacramentalizan nada, que es lo que
sucede hoy en nuestros templos. Nadie entiende nada. A
lo que más me recuerdan nuestras misas es al teatro del
absurdo de Beckett.
Pongamos el ejemplo de la Eucaristía, cuyos símbolos son el pan y el vino. El pan es, desde luego, algo cotidiano, blando y nutritivo. Que el pan sea símbolo de Dios
significa que Dios es algo cotidiano, que Dios es blando,
que Dios es nutritivo. Pero si el símbolo es el pan, el signo
o sacramento es el pan partido, repartido y comido. Así
que de lo que se trata es de partir y repartir el pan conscientemente; de llevárselo a la boca conscientemente; de,
conscientemente, masticarlo y tragarlo.
Conscientemente significa a sabiendas de que no se
trata solo de dar pan a los demás, sino de ser pan para
ellos, de convertirte en el alimento que alivia su necesidad.
Comer de este Pan nos da fuerza para ser pan. En esta
misma línea, el signo no es simplemente el vino, sino el vino repartido y bebido.
Beber de este Vino nos posibilita ser vino
para los demás. Y el vino es la sangre, es
decir, la vida: ser la vida para los demás.
Y eso de reservar la eucaristía en
un sagrario, ¿a qué viene? ¿No hemos
dicho que el verdadero signo es partirlo?
Prueba de que nuestra mentalidad es
mágica, es que pensamos que Dios está
en el sagrario más que fuera de él. Pero
eso… ¡es absurdo! No es que esté allí
más que en otra parte. Es que está allí
para… significarnos que está en todas
partes, para que lo recordemos. Dios está en todas partes,
decimos, pero luego nos empeñamos en meterle en una
caja. Meterle en unas teorías que llamamos teologías y en
unos símbolos que llamamos sacramentos, pero que no
sacramentalizan nada.
Solo queda una solución: explicarlo todo como si
nunca se hubiera explicado, pues quizá esa es la situación; y queda, por supuesto, realizarlo todo como si fuera
la primera vez, pues acaso lo sea de verdad. Veremos entonces, maravillados, la potencia de nuestros símbolos, redimiremos nuestros ritos, descubriremos, en fin, su poder
transformador del alma humana.
Pero, ¿habrá en la Iglesia alguien que se atreva?
¿Habrá alguien que presente estos símbolos y ritos no solo
como aquellos en los que se cifra la más genuina identidad
cristiana, sino como símbolos y ritos de valor universal,
aptos para todos, cristianos o no? ¿Habrá alguien, en fin,
que presente el cristianismo como religión y humanismo
inclusivo, no excluyente ni exclusivo?
El respeto a la diferencia de otras tradiciones espirituales no debe hacernos perder la visión del cristianismo como
propuesta humanizadora universal. Detecto en mis contemporáneos no solo un hambre de espiritualidad, sino un deseo de recuperar, de forma comprensible y actual, la tradición religiosa de la que provenimos. El cuidado del silencio,
una sensibilidad que está creciendo, comportará un cuidado
de la palabra y del gesto. Pero, ¿habrá en la Iglesia alguien
que se atreva? ¿Dónde estarán los profetas que nos hagan
entender que solo hay posible fidelidad al pasado desde la
creatividad y la renovación en el presente?
* En el Nº2.947 de Vida Nueva - Publicado el 26.06.2015.
http://www.vidanueva.es/2015/06/26/habra-en-la-iglesia-alguien-que-se-atreva-pablo-dors-sacerdote-y-escritor/#sthash.RdmlzByg.dpuf
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Junio - Julio 2015
Nº 384-385
Eucaristía mesa compartida
Testimonio sobre la vivencia de la Eucaristía
Jaime Gálvez
Comunidad Héctor de Cárdenas - Grupo Lebab
L
a Eucaristía para mí es un lugar de encuentro con el
Dios que me ama y su comunidad. Encuentro fecundo, gozoso, en medio de los problemas y fatigas de
la vida cotidiana.
La mayor alegría la experimento cuando este encuentro
es en familia, en comunidad; con misa y mesa; comensalidad
y amistad; sencillez y cordialidad.
En el silencio de la Adoración, la Eucaristía se prolonga y profundiza, se graba en el corazón y alegra la vida, la
contemplación se convierte en misión y servicio.
En cada Eucaristía vuelvo a experimentar el Amor de
Dios, en el Pan de Vida bajado del Cielo, es Jesús que da
su vida por cada uno de nosotros, para que la nuestra sea
abundante y fructífera.
Siempre me siento en deuda con un Dios tan bueno y
misericordioso, siempre me siento discípulo imperfeto, mete
pata, pero amado y contento.
Jaime con su esposa Marcela Muñoz Nájar, sus tres hijos
Jaime Justo, Gabriel y Francisco
No es fácil participar en la Eucaristía con toda la familia,
cuando los niños son adolescentes o muy pequeños, pero
yo trato de ir siempre y logro que alguno me acompañe, para
estar con Jesús en medio de alegrías y penas y también para
tratar de ser un poco mejor persona con la ayuda de la gracia
de Dios y la alegría de compartir la vida en comunidad.
Fiesta de los Sagrados Corazones “SAUDE PAZ”
E
n el contexto del año de la vida religiosa y a nivel de
Congregación en el año del Padre Eustaquio, hemos
celebrado hermanos y hermanas, la fiesta de los Sagrados Corazones el 12 de junio en la casa de espiritualidad
Hermasie Paget – Belén.
Rafael Tacuri, ss.cc.
Nuestra celebración como de costumbre tuvo una
mañana de reflexión en torno a la vida religiosa, bajo las
siguientes preguntas: ¿Cómo está tu salud? ¿Cómo estás
viviendo este año de la vida consagrada? ¿Hay alguna
novedad sugerente para tu vida?
Luego pasamos a un segundo momento para reflexionar sobre lo que significa para nosotros el P. Eustaquio “Saude Paz”. Para este momento, se nos propuso
reflexionar sobre la necesidad que tenemos de ser perdonados y perdonadas, se nos invitó a realizar una pequeña
celebración de reconciliación en pequeños grupos.
Finalizamos la mañana con la eucaristía por los
Sagrados Corazones. Luego de una emotiva celebración
eucarística pasamos al compartir fraterno de un rico almuerzo con alegría y entusiasmo de seguir acrecentando
el espíritu de familia que nos caracteriza como congregación religiosa.
Junio - Julio 2015
Nº 384-385
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Eucaristía mesa compartida
Experiencia Eucarística en la catequesis de la Parroquia
“Nuestra Señora de la Paz” Montenegro, San Juan de Lurigancho
Testimonios: Sra. Rosa Torres (Coord. del Programa Evangelizando en Familia – Primera Comunión)
E
l sacramento de la Eucaristía en mi vida ha sido muy favorable porque Dios está cada momento conmigo y mi
familia. Gracias a mi participación en el Programa Evangelizando en Familia he tenido la oportunidad de aprender mucho sobre la importancia de este sacramento, a través de
los testimonios de muchas familias.
A raíz de dicha experiencia he aprendido a valorar
más a mi familia, he podido acercarme más a ellos, a convivir como una verdadera familia, a comprendernos como
pareja con mi esposo y sobre todo a conocer más a mis
hijos a través de la comunicación y la confianza.
Con eso no quiero decir que mi familia sea perfecta porque
al igual que otras familias tenemos problemas y dificultades;
pero gracias al programa he aprendido a cómo salir de estas
dificultades y saber afrontar nuestros problemas y para eso hay
una sola palabra que lo puede todo y esa palabra es el amor.
Rosa Torres con los niños de la catequesis
Jerry Seminario, catequista animador de niños (Programa Evangelizando en Familia)
cristiano-católico puede aprender y compartir sobre
Dios y el gran amor que nos tiene, sobre Jesucristo y
sus enseñanzas, sobre María y el amor de madre y sobre todo lo que envuelve su misterio.
También es ahí donde encuentras el verdadero
sentido de la Iglesia “la comunidad” ya que uno comparte en comunidad las experiencias de fe y es ahí donde damos a conocer nuestras inquietudes respecto a
nuestra fe y de vivir como Dios desea.
Jerry Seminario, con los niños de la catequesis
S
iempre se dice que la entrada para formar parte de la
iglesia es el bautismo (como regalo de Dios) y se respeta, pero considero que es la preparación de la catequesis
(sacramento de la eucaristía) donde realmente uno como
Por otro lado, es importante saber la historia de
nuestra fe, partiendo de la biblia y sus enseñanzas, de
los distintos escritos que a través del tiempo nos ha
servido para fortalecer nuestra fe.
Y algo no menos importante es la alegría
contagiosa que hace que la fe crezca a través de
dinámicas, cantos, juegos, jornadas, etc… y hay
mucho más.
Ruth Aquino (Catequista Programa Evangelizando en Familia)
P
ara mí la Eucaristía, es un encuentro personal con el Señor que me
alimenta y fortalece espiritualmente. Es
dejar que el Señor entre en mí, aunque
no sea digna de él. Es una bendición.
Ruth con animadores y papás
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Junio - Julio 2015
Nº 384-385
Eucaristía mesa compartida
Experiencia Eucarística en la catequesis de la Iglesia
"Sagrados Corazones - Recoleta"
Catequistas de Primera Comunión: Luisa y Carmen
C
omo catequistas, mostramos nuestro amor mediante la
voluntad de entregarnos para alimentar el crecimiento espiritual de otros, así como el nuestro propio. Lo hacemos
porque queremos comunicar e instruir. Las experiencias son,
como vivimos esas realidades en nuestras vidas cotidianas.
La enseñanza de la religión ayuda a revelar al Dios viviente que está entre nosotros. Cuando enseñamos hacemos
accesibles las tradiciones de nuestra comunidad religiosa,
nuestra rica herencia se hace disponible.
A medida que profundizamos nuestra comprensión de
aquello en que participamos cuando enseñamos, podemos experimentar gran alegría al reconocer que la enseñanza es una
vocación. ¿Por qué enviar a nuestros hijos a la catequesis? y
¿cómo los acompañamos?
Familia Barrenechea Sifuentes
Iglesia SS.CC. - La Recoleta
P
ara nosotros la catequesis significa una forma
de entender y comprender las enseñanzas de
Jesús, el mensaje que nos dejó nos ayuda encaminar nuestras vidas, es por ello que es importante
que nuestros hijos también lo entiendan así, como por
ejemplo entender, ¿Por qué Jesús vino a este mundo?, ¿Qué significado tienen sus parábolas?, entre
otras historias que nos dejó como enseñanza para no
sentirnos solos y seguir el camino hacia lo correcto
fortaleciendo el espíritu; siendo así, nuestro deseo es
que nuestros hijos conozcan todo esto, para que así lo
aprendan y lo apliquen en su vida.
mos actualmente, en donde nuestros hijos están más
conectados a la tecnología, recibiendo mucha información y que sin guía puede llevarlos a un camino
equivocado.
Sin embargo, no solo es cuestión de que nuestros hijos asistan solo a las charlas de catequesis,
como sus padres consideramos que también es importante que los acompañemos en esta preparación
espiritual, brindándoles nuestro tiempo para conversar con ellos, preguntándoles que temas tocan en sus
charlas de catequesis y que significa para ellos lo que
van aprendiendo, más aún en una época en que vivi-
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Eucaristía mesa compartida
El gran amor de Dios se manifestó en Jesucristo y se quedó con nosotros
presente en la Primera Comunión (experiencia)
Fiorela Fiol Poma
Catequista - Parroquia San Miguel Arcángel – Huaripampa
A
inicio del año, se invita a
la población para que se
inscriban a la realización
de la Catequesis Familiar de la
Primera Comunión en los diferentes distritos que conforman la
parroquia San Miguel Arcángel.
Al comienzo se tiene que dar
una gran acogida a los niños y
padres para poder dar a conocer
que la Primera Comunión es un
momento importante en la vida
de fe de un niño porque es cuando, de forma más
consciente, va a experimentar en él, por primera vez,
la presencia y amistad de Jesús. Este hecho será,
por tanto un antes y un después en sus vidas. Hay
muchos aspectos que habría que cuidar para que el
acontecimiento de la Primera Comunión deje una huella especial en el niño.
Puesto que los niños a esta edad no sólo son
muy receptivos, sino que se miran en el espejo de sus
padres, y en consecuencia, considerarán importante
algo en la misma medida que lo sea para ellos. Si ven
que sus padres valoran la catequesis como parte fundamental en su formación, también ellos lo valorarán
igualmente. Los padres, insisto, son en esta edad,
la seguridad y el referente de sus hijos; y son ellos
quienes van a transmitir su fe; es por ello que deben
procurar en todo momento que sus palabras, actos;
reflejen siempre una imagen positiva de Dios; también
es importante que las personas mayores, que rodeamos a los niños de primera comunión les ayudemos
a vivir una experiencia feliz centrada en el amor de
Jesucristo, como el mejor de los amigos, que nos introduce en la vida de Dios.
convivencia. Una catequista con actitud lúdica tendrá que tener presente
que el Evangelio siempre será innovador y renovador; lleva en sí mismo
un “discurso oculto” y desde su mismo origen expresa lo que significa:
“Buena Noticia”; esto nos permitirá a
nosotros y a los niños sentir de manera vivencial el amor de Dios.
Soy catequista hace ya seis años
y sin duda es una de las experiencias
más hermosa por la que he pasado en mi vida. No
solo porque los chicos te llenan de su alegría y frescura, sino que además el Señor se vale de ellos para
darme catequesis, y ayudarme en mi preparación. Lo
que buscamos es que los padres y niños puedan vivir
esta experiencia de fe en comunidad, con el compromiso de construir una sociedad más justa, alejada del
individualismo y su adhesión de su familia a Jesucristo sea totalmente consciente y libre, fruto único de la
conversión del corazón. Asimismo ser catequista significa acompañar a los niños y padres en su fe; dando
testimonio y siendo coherente en nuestra propia vida;
y esto no es fácil, pero nos ayudamos acercándonos a
la Eucaristía que es el alimento del alma, que simboliza el gran amor de Dios que se manifestó en Jesucristo y se quedó con nosotros presente en la Comunión,
y esto hace que se convierta en nuestro compañero
presente en nuestra vida y así hemos de transmitirlo
a los niños.
Tenemos que tomar en cuenta que para la Catequesis de Primera Comunión la Lúdica nos va a
servir para estar siempre en actitud innovadora; la
Lúdica es una actitud personal frente a la vida, caracterizada por rasgos tales como la creatividad, la
espontaneidad, el optimismo y el buen sentido del
humor, rasgos que afloran en las interacciones personales cotidianas y que facilitan la integración y la
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Eucaristía mesa compartida
Una Eucaristía realmente concelebrada
María Javier Echecopar, ss.cc.
E
l 31 de mayo de 1970 un gran terremoto destruyó gran parte del
departamento de Ancash causando tanta muerte, tanta destrucción
y tanto sufrimiento. Ese año, último año
de mis estudios en la universidad tuve
el gran regalo de ser enviada a Huaraz,
capital del departamento, durante tres
meses, como parte de un gran grupo de
religiosas y sacerdotes voluntarios. Fuimos por supuesto sin saber nada, sin
prepararnos, solamente para acompañar, para escuchar a la gente que había sufrido horrores, para escuchar sus relatos e impresiones, para estar simplemente con ellos, acompañarlos y vivir como
ellos en las carpas de los campamentos… A la cabeza
del gran grupo estaba el padre Albano Quinn, sacerdote carmelita que al año siguiente sería nombrado Administrador Apostólico de la Prelatura de Sicuani. Un día
de estos tres meses viví, una experiencia inolvidable.
Ya para terminar los tres meses que se me habían
regalado, tuvimos una celebración eucarística que reunía a los sacerdotes y religiosas que nos encontrábamos
en los campamentos de Huaraz y las poblaciones cercanas. Nos acompañaron también algunos pobladores de
los diferentes campamentos. Fuimos llegando los grupos a una gran explanada a las afueras de lo que fue
Huaraz. A las diez de la mañana se inició la celebración
de la Eucaristía presidida por el padre Albano quien concelebraba con otros dos sacerdotes. En el centro del terreno se había levantado una techumbre de esteras que
protegía una mesa de cocina, muy limpia y arreglada
con grandes ramos de flores. La misa se inició en medio
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Nº 384-385
de un profundo silencio… poco a poco tímidas
voces iniciaron cantos apropiados que eran coreados por la muchedumbre que formábamos.
No recuerdo que se dijo en la homilía. Lo que
quedó profundamente grabado en mi corazón
fue el momento de la Consagración. El padre
Albano y sus dos con-celebrantes empezaron
las palabras de la Consagración con profunda
unción y en ese instante se fueron levantando
muchísimas manos de entre la muchedumbre
presente, hombres jóvenes y mayores, con
ropa ajada y descolorida, en algunos polvorienta… que pronunciaban también esas sagradas palabras. En ese momento sentí que yo también estaba
trayendo a Jesús entre nosotros. Sentí que todos los
presentes, hombres y mujeres éramos realmente los y
las celebrantes. Desde entonces para a mí no es importante si hay o no homilía. Lo importante es el momento
de la Consagración cuando las palabras del sacerdote
o los sacerdotes hacen presente a Jesús Eucaristía,
ese Jesús que dio su vida para salvarnos y que quiso
permanecer entre la humanidad redimida hasta el fin
de los tiempos.
Así la Celebración Eucarística es ese Pan Compartido que nos une a todos, que nos hace realmente
hermanos, que nos une y nos reúne. Lo que nos toca a
nosotros es saber vivir y revivir esa Eucaristía diaria a
lo largo del día, a los largo de todos nuestros días. ¡Es
fácil decirlo, no es tan fácil vivirlo! cada una, cada uno
tiene su propia manera de responder al Amor de Dios
hecho hombre, que nos pide compartir su obra redentora. La nuestra es siendo testigos vivos de su amor
misericordioso.
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Congreso de la Vida Consagrada
“¡Escuchar a Dios donde la vida clama!”
Congreso de la Vida Consagrada
Raúl Pariamachi, ss.cc.
E
l Congreso de la Vida Consagrada de la CLAR
se celebró del 18 al 21 de junio en Bogotá, con
la participación de 1,340 personas. El evento se
abrió con una procesión de jóvenes con las banderas
de los países de América Latina y El Caribe para entronizar la Palabra de Dios en el auditorio. El programa
consideró conferencias por las mañanas y talleres por
las tardes, terminando con la celebración eucarística.
La numerosa delegación del Perú estuvo conformada por 68 personas. Se contó también con la asistencia de hermanas y hermanos de la Congregación de
los Sagrados Corazones que vinieron de Brasil, Chile,
Ecuador y Perú.
El primer día Mons. Pierre Jubinvile cssp (obispo
de Paraguay) describió cuatro escenarios referidos a
los jóvenes, la ecología, la ciencia y la Iglesia en tiempos del papa Francisco, aludiendo a la encíclica Laudato si’ que acababa de publicarse. Los jóvenes presentaron una síntesis de los pre-congresos de las nuevas
generaciones, señalando los signos de vida, las ataduras, las interpelaciones y los sueños. Se siguió con
una serie de preguntas y respuestas que permitieron la
conversación entre las generaciones presentes. En la
tarde los asistentes participaron en 42 talleres agrupados en 10 núcleos temáticos. Entre las temáticas aparecieron: nuevas generaciones; pobres; justicia, paz e
integridad de la creación; interculturalidad; intercongregacionalidad; etc.
En la mañana del segundo día se tuvieron las charlas de la Hna. Mercedes Casas fsps (presidenta de la
CLAR) sobre la interpretación del ícono de Betania (Jn
11,1-12,8) como horizonte inspirador de la vida consagrada, del Card. João Braz de Avis (prefecto de la CIVCSVA)
acerca de la vida consagrada en el magisterio del papa
Francisco, y del P. Víctor Codina sj (teólogo de Bolivia)
sobre una hermenéutica de los documentos del concilio
Vaticano II en referencia a la vida consagrada. Las presentaciones provocaron reacciones de los participantes
sobre los desafíos para la vida consagrada en el presente. Los talleres de la tarde continuaron con la dinámica
aplicada en cada uno de los temas: clamores (1er. día),
convicciones (2do. día) y compromisos (3er. día).
En la tercera jornada se realizó un foro sobre los
rostros de la vida consagrada, con la intervención de
16
los representantes de los superiores y las superioras
generales, de los superiores y las superioras mayores
de Europa, de Canadá, de los Estados Unidos y de España; así como un panel acerca de las intuiciones en
el momento actual, a cargo de la comisión de nuevas
generaciones y del equipo teológico de la CLAR, que se
sintetizó en tres verbos: abandonar, potenciar y crear en
el presente y hacia el futuro. Por la tarde se terminaron
los talleres, entregando al Congreso una serie de compromisos a diversos niveles: personal, congregacional e
intercongregacional. La intensa jornada se cerró con un
concierto organizado por la iglesia local de Bogotá.
La mañana de la última jornada se abrió, como
cada día, con la lectura orante de la Palabra de Dios.
En la sesión plenaria se presentó la síntesis de los
compromisos que despierta el Congreso, en cuatro bloques de temas: nuevas generaciones, humanización y
espiritualidad; pobres, cambio sistémico, y justicia, paz
e integridad de la creación; interculturalidad e intercongregacionalidad; diálogo eclesial, carisma y laicado, y
salida misionera. Luego se escucharon las resonancias
de los asistentes, que destacaron unos y otros compromisos para la vida consagrada en el Continente.
La eucaristía de clausura estuvo presidida por el
Nuncio apostólico en Colombia. Los participantes sentían que se llevaban no un árbol sino una semilla que
tiene que ser plantada y cuidada para que produzca
frutos de vida abundante.
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Nº 384-385
Congreso de la Vida Consagrada
Congreso de la Vida Consagrada - CLAR
Bogotá – Colombia, junio 18 al 21 de 2015
Magdalena Figueroa Arévalo, ss.cc.
Provincia de Colombia
E
n el contexto del año de la Vida Consagrada,
promulgado por el Papa Francisco nos reunimos
aproximadamente 1.300 religiosos y religiosas
procedentes de muchos países, en particular de América Latina y del Caribe (ochocientos extranjeros, según
algunas cifras conocidas y quinientos colombianos)
para participar del Congreso organizado por la CLAR,
que enfocó su tema central en: los “Horizontes de novedad en la vivencia de nuestros Carismas hoy; escuchando a Dios donde la vida clama”. El Congreso se
desarrolló en el Colegio Nuestra Señora del Pilar, de la
Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa
Ana en un sector central de la ciudad de Bogotá.
ción y coordinación de expertos en cada tema. Esta
fue la oportunidad para recoger de manera más concreta el sentir de todos los congresistas, a partir de la
metodología del Ver, Juzgar y Actuar.
En un primer momento recogiendo los clamores
referentes a cada tema, luego las convicciones en el
segundo día y en tercer lugar los compromisos. Cabe
destacar en la dinámica de todo el Congreso, la participación activa y de mucha entrega de las nuevas generaciones representadas en 76 religiosas y religiosos
jóvenes de la formación inicial, que dieron lo mejor de
sí, en distintos servicios, logrando de esta manera una
buena organización y desarrollo de la dinámica propia
de un evento masivo como éste.
Una vez ubicado el contexto organizativo y temático del Congreso comparto con ustedes, las resonancias más importantes de este acontecimiento de fe y
de renovación para la Vida Consagrada de América
Latina y del Caribe.
Como es lo normal, un evento de esta magnitud
fue preparado con mucha anticipación, por un equipo
de la CLAR y religiosos(as) voluntarias y laicos que
consagraron lo mejor de sus esfuerzos para hacer de
este acontecimiento de Iglesia y en ella la Vida Consagrada, un verdadero encuentro de fraternidad donde
se conjugó de manera muy organizada, la acogida, la
liturgia, las ponencias de los invitados especiales para
todos los más de 1,300 participantes del Congreso
en un auditorio cerrado, los talleres con distintos núcleos temáticos tales como: “Nuevas generaciones”,
“Humanización y Espiritualidad”, “Pobres”, “Cambio
Sistémico”, “Justicia, Paz e Integridad de la creación”,
“Interculturalidad”, “Intergeneracionalidad”,“Comunión
eclesial”, “Carisma y laicado” y “Salida misionera”, talleres que se desarrollaron en la tarde con la anima-
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Nº 384-385
En primer lugar me parece que lo más valioso
de este tipo de acontecimientos, es la experiencia de
encuentro de un grupo tan significativo de religiosos y
religiosas que estamos en sintonía de búsquedas y a
la escucha del Espíritu que nos mueve desde dentro
para interpelarnos sobre nuestra identidad y misión en
el mundo actual, reconociendo esos “nuevos escenarios emergentes donde la vida clama”. Esta sacudida
del Espíritu, a la Vida Consagrada manifestada en estas búsquedas de fidelidad, es en sí misma la mejor
manera de reconocer que su acción está manifestándose con mucha fuerza y que en ello no estamos solas, sino que una corriente de novedad y de esperanza
nos acompaña y nos mueve desde la misma presencia,
palabra y testimonio de nuestro Papa Francisco, que
como se dijo en el Congreso nos permite experimentar una “primavera de esperanza” en este papado. Por
otra parte el compromiso decidido y de liderazgo de la
CLAR, anima y despierta a la Vida Consagrada de este
continente Latinoamericano y del Caribe.
Una segunda impresión o resonancia del Congreso, es el sello de juventud que se dejó escuchar
17
Congreso de la Vida Consagrada
a través de las nuevas generaciones, que nos interpelan y que en sus búsquedas de fidelidad al Señor,
nos contagian con la vitalidad de sus sueños y con
la invitación a que vivamos a fondo, el encuentro y
diálogo intergeneracional, que nos permita enriquecer
y unir fuerzas entre el dinamismo de los jóvenes y la
sabiduría de las generaciones que han hecho camino
con el fin de que seamos cada vez más fieles a los
llamados del mundo de hoy, desde una vida religiosa
profética y testimonial.
En tercer lugar tengo la impresión de que cada
uno de los talleres desarrollados en las horas de la
tarde, se convirtieron en espacios privilegiados de
reflexión y de búsqueda más personalizada para todos nosotros los Congresistas que tuvimos la oportunidad de decir nuestra palabra y de enriquecernos
con los aportes de los demás y de los animadores
de cada taller. Los ejes temáticos ya mencionados
anteriormente tocaron puntos claves de nuestra Vida
Consagrada y su misión en el mundo, con lo que se
va creando una dinámica renovada, un estilo, un lenguaje que nos unifica y nos permite caminar en una
misma dirección, no sin desconocer que los procesos humanos personales y comunitarios son a veces
muy lentos y casi que imperceptibles, pero la grandeza de este tipo de esfuerzos como un Congreso, es
que el Espíritu va despertando y haciendo su obra,
allí en donde menos se espera y en su hora, de lo
contrario no se justificarían tantos esfuerzos humanos y económicos como éste.
En cuarto lugar me parece que una de las resonancias más claras en las búsquedas de la Vida
Consagrada, es la llamada a la “unidad” y a reconocer
que ahora más que nunca, no somos una presencia
marcada por situaciones privilegiadas de número, de
grandes obras y de otras características que nos hacían sentir “grandes”, sino un pequeño grupo, cada
vez más reducido, pero amado por Dios y “necesario
para el Corazón de Dios”, llamado por tanto a unirse a
través de la “Intercongregacionalidad” de carismas a
dar una respuesta a las urgentes llamadas que surgen
del mundo de los marginados de este mundo.
En quinto lugar creo que uno de los elementos
relevantes de este Congreso fue el ambiente de oración que marcó la dinámica del mismo, resaltando en
ello el canto y la alabanza animada por un grupo musical, la lectura orante desde el ícono de Betania al
iniciar cada del día de encuentro, y la celebración de
la Eucaristía, celebrada al concluir la jornada donde
se recogía todo lo vivido en una actitud de acción de
gracias y oración comunitaria.
Para concluir este sencillo aporte, bendigo a
Dios, por haberme permitido participar de esta experiencia de gracia, junto con diez hermanas de mi Provincia, dos de la Provincia de Chile, una de la Provincia de Perú-Brasil-México y cuatro de la Provincia de
Ecuador, un hermano de Perú, otro de Brasil y uno de
Chile, y además doy gracias al Señor, por reconocer
una Vida Religiosa Viva, que camina, que busca, que
se interroga, que quiere ser fiel a Dios allí “donde la
vida clama” y que en ello empeña sus mejores esfuerzos, con la certeza de que ésta es su Obra, y que Él,
cuenta con nuestro compromiso de amor y de libertad
en la tarea más importante la “construcción de su Reino” en medio del mundo de hoy.
NOTICIAS COLEGIO SS.CC. RECOLETA MES DE JULIO
• Día del Maestro: El viernes 03 de julio, el coliseo del colegio fue testigo del afectuoso
homenaje ofrecido por nuestros alumnos y alumnas del Consejo Estudiantil Recoletano
a los maestros en su día. Luego La Dirección del Colegio ofreció un almuerzo para homenajearlos.
• Semana Patriótica: El 23 y 24 de julio el Colegio se vestirá de rojo y blanco para celebrar nuestra Fiesta Nacional. Nuestros alumnos y alumnas de Inicial, Primaria, Secundaria y BI se vienen preparando para participar con gran fervor patriótico de las diversas
actividades.
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Junio - Julio 2015
Nº 384-385
Vida de las Provincias
Profesión Perpetua de nuestro hermano Franklin
“Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente” (Mt10,8)
Germán Huanca Flores, ss.cc.
E
l 12 de junio del presente, nuestro hermano
Franklin hizo sus votos
perpetuos en la Congregación
se los Sagrados Corazones
de Jesús y de María. Este
evento se llevó a cabo en la
Iglesia “La Recoleta” en Plaza
Francia, a horas 7p.m.
Franklin nació en el Distrito de San Pedro de Putina
Punco, en la ceja de la selva
puneña. Tierra de frutas, de café y sobre todo tierra
de hermanos que cultivan la alegría y la esperanza
de hacer una vida más digna. Tuve la oportunidad de
conocerlo desde que éramos pequeños, estudiamos
un tiempo en una misma escuela del distrito de San
Pedro de Putina Punco; por esa vez tuve la dicha de
tener como profesor al papá de Franklin. Y sus estudios secundarios los realizó en el colegio Fe y Alegría
N°56 de las hermanas de la Congregación Santa María de la Providencia en San Juan del Oro.
Su experiencia de fe se ha ido formando junto a
sus amigos y amigas de la pastoral juvenil en el Centro Poblado de Yanamayo. Esta experiencia de fe le
llevó a decir un sí al Señor ingresando a la Congregación de los Sagrados Corazones en el año 2007 integrándose a la comunidad del postulantado, la etapa
inicial de su formación religiosa. Luego de pasar tres
años por Chile en su formación de noviciado y en la
casa de formación de profesos, reafirmó su vocación
religiosa profesando temporalmente en el año 2010
en Lima. Y el 12 de junio dio su sí definitivo con la
profesión perpetua.
El sí de Franklin al Señor es un sí
al amor de Dios que fue formándose
desde su infancia. Dios le ofreció su
amor gratuitamente y el fruto de este
amor fue la respuesta de un sí al Señor para siempre. “Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente” Mt 10,8. Su consagración
religiosa, no solo la vive en una relación personal con Dios, sino que es un
Dios que se hace comunidad viva, una
comunidad de hermanos y hermanas
que comparten un mismo espíritu y un
mismo carisma de contemplar, vivir y anunciar el amor
de Dios encarnado.
Como el mismo dirá desde su experiencia de
vida comunitaria,“que lo que habría que hacer primero
es ser un buen ser humano y luego hermano”. Y para
ser un buen hermano tendríamos que tener la suficiente valentía de mirar nuestro propio corazón para
construir un nuevo corazón junto a los corazones de
Jesús y María.
Para muchos de nosotros, el testimonio de fe y
de vida con la profesión perpetua es una invitación
profética de anunciar el evangelio de Jesús a una sociedad que no toma en cuenta a los más débiles. Recordemos que nuestro compromiso cristiano, como se
lo recordaron los amigos a Franklin, “hay que florecer
allí dónde Dios nos ha puesto”.
En este día, Franklin estuvo acompañado por
sus padres, por sus hermanos de la Congregación,
por sus compañeros de ISET (Instituto de Estudios
Teológicos Juan XXIII), por la pastoral juvenil de Plaza Francia,del centro de Pastoral Juvenil “Damián
Joven” y muchos amigos (as) que quisieron ser parte de esta experiencia de testimonio de fe y de vida
consagrada.
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Vida de las Provincias
Acción de Gracias - Profesión Perpetua
Franklin Astorga, ss.cc.
Buenas noches con todos.
Q
ué emoción me produce esta noche poder decir
algunas palabras que me dicta el corazón, también es cierto que aunque quisiera describir esta
emoción de mil maneras distintas, no lograría expresar
con todas ellas ese sentimiento que ya empieza a remecer en mí, latido a latido. Sin embargo, mi corazón me
dice que debo iniciar dando las gracias a las personas
que tanto quiero y que tanto han hecho por mí.
Si mi madre hablara en este momento diría: “Hijito,
no te olvides, si tu madre hubiera estudiado no estaría
aquí, estaría lejos”; de este modo ella me insistía en los
estudios. Y mi padre muy cariñosamente añadiría: “Cinita
(así le dice mi papá a mi mamá por cariño), deja que
nuestros hijos jueguen un rato”. Así mi madre se ocupaba
de casa, además me inculcaba el deber, como si intuiría
que en los libros se escondía todo un futuro. Por otro
lado, mi padre -ahora profesor jubilado- parecía recordarme diciendo: “Lo que no te enseñarán los libros ya te lo
enseñará la vida”. Y mi padre siempre me ha enseñado
a mirar más allá de la puerta de mi casa, que la vida
también está afuera. Gracias mis queridos padres. Querida madre, aquí me tienes, no me he ido tan lejos sin
embargo he dejado la casa en la que tanto bien nos ha
hecho a todos. Querido padre, no he leído tantos libros,
pero seguiré mirando más allá de las puertas de la casa.
Ahora bien, si mi Congregación hablara diría: “Primero sé un buen ser humano, luego hermano. Lo que no
haces hoy ya no lo harás mañana. Y si quieres ser de los
Sagrados Corazones de Jesús y de María primero atrévete a mirar tu propio corazón.” Las enseñanzas que he
recibido han sido una constante invitación a construir mi
vida sobre el corazón. Como si me recordaran siempre
que la vida es una actitud que depende de dónde ponemos nuestra atención y nuestro corazón. Una mirada al
corazón te ayudará a ver con honestidad lo que tienes, lo
que eres y lo que aún puedes ser. En ese sentido, siempre me han hablado del corazón de Jesús que nos habla
de la grandeza del alma. Gracias mis hermanos y hermanas por enseñarme estos caminos que es probable que
nos tome toda la vida, pero hacia allí hay que ir.
Finalmente, si mis amigos hablaran, ustedes dirían:“¡Cuida tu vocación!” He seguido su sabio consejo y
así lo hecho todos estos años. Es por eso que hoy puedo
decirle sí al Señor con toda firmeza, sabiendo que este
20
camino también lo he recorrido muy acompañado por todos ustedes. Gracias mis amigos/as que de algún modo
me recordaban siempre que “hay que florecer allí dónde
Dios nos ha colocado”.
GRACIAS.
Franklin expresando su Acción de Gracias
Hermanos ss.cc. con sus padres y hermana de Franklin
Franklin con sus compañeros del ISET
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Vida de las Provincias
Inicio del Noviciado Interprovincial de América Latina
Jessica Rosas novicia ss.cc. (Chile)
Yessica: “Es muy fácil trabajarse, lo difícil es tomar la decisión de hacerlo…”
E
ste inicio del noviciado ha sido
para mí, aparte de dar un gran
paso en mi camino de formación, hacer conciencia de los “porqués
y para qué” el Señor me ha elegido,
me ha tomado en sus manos, me ha
enviado, a esta tierra maravillosa que
me ha regalado significativas experiencias, y en el “porqué y para qué”
quise renovar mi sí de amor.
Este cambio de nacionalidad no
ha sido fácil, dejar a mi familia y amigos, a las hermanas y hermanos de la provincia chilena, tiene un
cargo extra en el corazón, pero el cariño y apoyo de
las hermanas de esta provincia que me acoge, me
renueva cada día. En ellas, el Señor de la vida me
confirma que quiere esto para mi vida, con todo lo que
ello implica, las penas y alegrías, los éxitos y los fracasos, renunciar a muchas cosas por el bien mayor de
sentirme profundamente amada por mi Señor y saber
y sentir que todo está en mis manos para trabajarme,
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Nº 384-385
porque quiero llegar a ser, algún
día, fiel testimonio de Jesucristo.
Agradezco inmensamente a
las hermanas de la zona de Lima
por acompañarme en este gran
inicio del noviciado y a los hermanos por el cariño y la acogida.
Mis cariños especiales a las
hermanas de Chile, por su entrega
amorosa en todos estos años, por
ser testimonio de Jesucristo, por enseñarme con actos,
el carisma sscc… por mostrarme el espíritu de familia
que nos une con las hermanas de los cinco continentes, porque gracias a eso, hoy me siento en casa.
Gracias también a mi comunidad, por regalarme
la oportunidad de aprender de cada una de ellas, sus
culturas y sus historias, y por permitirme compartir
junto a ellas, la experiencia de Jesús crucificado y resucitado en mi vida.
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Vida de las Provincias
6ta. Expo-Jornada
Parroquia “Nuestra Señora de la Paz”
Lucía Cuentas Alvarado
Asistenta Social de la Parroquia
E
l sábado 13 de junio en el frontis de la capilla “Cruz de
Motupe” se realizó la 6ta. Epo-jornada, organizada
por la Pastoral Social de la Parroquia “Nuestra Señora de la Paz”, la cual está conformada por 27 capillas.
Objetivo: Fortalecer los lazos de la familia con el paciente, acompañándolo en los procesos de cambio y llevando a
cada enfermo el alimento espiritual que fortalezca su fe, esperanza y ganas de luchar por la vida.
Uno de los principales objetivos de nuestros servicios
es: escuchar, apoyar y acompañar a nuestros hermanos
más débiles y pequeños, también de forma especial a las
familias de extrema pobreza con proyectos y programas de
educación, promoción y prevención
2.- PROMOCIÓN HUMANA
Nuestra labor pastoral, es trabajada desde dos ejes
de intervención:
1.- Pastoral sacramental
2.- Pastoral social
Realizan trabajos como:
• Cursos talleres de formación en temas sociales (psicología, violencia familiar, derechos humanos, realidad nacional y realidad local).
• Participa en la mesa de concertación para el desarrollo
distrital.
• Representa a la parroquia en las iniciativas sociales de la
diócesis y vicaría.
• Participan en el centro ecológico La Lombriz Feliz.
En nuestra parroquia, la Pastoral Social tiene varias
áreas de trabajo:
1.- PASTORAL DE SALUD con sus tres sub-áreas de trabajo:
La mesa compartida (diez comedores para niños con riesgo nutricional y en pobreza)
Objetivo: Brindar una alimentación de calidad y balanceada
a los beneficiarios, sin descuidar su formación, capacitación
y prevención de los agentes de la pastoral de los diferentes
comedores.
Red del Adulto Mayor (en cuatro capillas).
Objetivo: Brindar un espacio, para continuar con el desarrollo de sus habilidades, proporcionándoles una buena acogida y un acompañamiento con amor, paciencia y respeto.
3.- RED DE BIBLIOTECAS
Contribuye con el desarrollo humano integral en los
niños, niñas y adolescentes de bajos recursos económicos,
mediante la promoción de la lectura, la expresión y el derecho al juego: ludotecas, internet.
4.-TALLER DE MANUALIDADES
Su campo de acción es generalmente en los pueblos
de Jicamarca anexo 22, allí realizan actividades manuales
de tejidos y bordados. También comparten la palabra de
Dios, oraciones y dinámicas. Participan madres adolescentes, madres solteras y señoras de la tercera edad.
5.- CORAZONES UNIDOS
Visita a los enfermos: actualmente cuentan con ocho
Agentes de la Pastoral y Ministros Extraordinarios de la Eucaristía de las diferentes capillas.
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Brinda un espacio de recreación a niños y jóvenes
discapacitados para mejorar y/o desarrollar sus habilidades
e integrarlos a la comunidad.
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Vida de las Provincias
6.-TALLER DE PRODUCCIÓN
Ayuda a las participantes a descubrir sus habilidades,
y con ganas de superación mejorar su calidad y nivel de
vida, sin descuidar el aspecto espiritual compartiendo sus
experiencias y la intervención del Señor es sus vidas.
Estos seis grupos forman parte de una de las cuatro
dimensiones de la parroquia (Diaconía ó Pastoral Social).
Se nos programó la visita para un 19 de junio del 2010
toda una media mañana.
Desde entonces la Pastoral Social acordó continuar
con la Expo-Jornada todos los años en el mes de junio, para
darnos a conocer a los diferentes grupos de nuestra Parroquia y comunidad como a los pueblos aledaños.
Tiene el objetivo de difundir y dar a conocer las actividades y servicios que realizan a favor de la comunidad, así
mismo captar personas que tengan interés de integrarse a
la Pastoral Social.
La Pastoral Social cuenta con un plan de trabajo y nos
reunimos el tercer martes de cada mes. El 13 de junio día de
nuestra 6ta. Expo-jornada, cada grupo le puso alma corazón
y vida en sus trabajos.
De estas actividades destacamos el trabajo solidario,
como espacio para mejorar y crecer, de acuerdo al carisma
de trabajo.
LEMA DE LA PASTORAL SOCIAL
VIDA DIGNA, VIDA PLENA PARA TODOS
¿Cómo nace?
La diócesis de Chosica cuenta con cuatro Vicarías y
nuestra Parroquia forma parte de la Vicaría III integrada por
12 parroquias ubicadas en el cono este del distrito de San
Juan de Lurigancho – Lima, siendo nuestro obispo Mons.
Norberto Strotmann.
En el año 2010 inician con su visita Pastoral a las
diferentes Parroquias de la Vicaría, su objetivo es darse a
conocer, tener mayor cercanía, así como el intercambio de
experiencia Pastoral.
Áreas pastorales de la diócesis: Pastoral de Salud,
Dignidad Humana, Pastoral Carcelaria y Cáritas. La Diócesis organizó y fijó fechas para la visita a cada parroquia.
Cronograma Hermanas Julio 2015
FECHA
RESPONSABLES Y/O
PARTICIPANTES
ACTIVIDAD
LUGAR
Elaboración y envío de la Adoración
Noviciado
Visita Canónica - Laderas
Valéria Gomes- Susana Villarreal
8
Reunión de Formación Inicial
Comisión FI
9
Fiesta de la Virgen de la Paz
Comunidades
19-21
Visita Canónica - Belén
Liz Fuentes, Zenobia Gamarra y Adriana Salinas
22-23
Visita Canónica – SS.CC. Belén
Valéria Gomes y Liz Fuentes
23-25
Visita Canónica - Arequipa
Adriana Salinas y Zenobia Gamarra
26-27
Reunión del Consejo Provincial
Equipo Provincial
Lima
28-29
Fiestas Patrias de Perú
Encuentro de las comunidades de Lima
Casa Provincial
Belén
Visita Canónica- Casa Provincial
Liz Fuentes y Zenobia Gamarra
3-5
29
30/07-01/08
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Laderas
Noviciado
Comunidades
Belén
SS.CC. Belén
Arequipa
Casa Provincial
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Vida de las Provincias
Desde Colombia:
E
Profesión Perpetua de Brian Cruz Carreón, ss.cc.
l sábado 27 de junio a las 10 a.m.nuestro hermano Brian Cruz profesó sus votos perpetuos en la Parroquia San Antonio
de Padua en Mosquera, un distrito que está a una hora de Bogotá y donde Brian vive actualmente con dos hermanos
colombianos. La Eucaristía fue presidida por Arley Guarín (Viceprovincial de Colombia), quien -delegado por Paulinorecibió la profesión de Brian. Arley comenzó su homilía diciendo algo en lo que todos coincidimos: “Es una alegría celebrar la
profesión de un hermano de la sencillez y la calidad de Brian...”. Cuando se le pidió a Brian que dijera por qué profesaba para
siempre, respondió que daba este paso por tres motivos: en primer lugar por amor a Jesús, por el amor a la Congregación y
por el amor al pueblo al que quiere servir (bien representado por la gente que había asistido). Un momento emotivo fue cuando después de la comunión Brian agarró su guitarra y se puso a cantar “Maestro bueno yo quiero alcanzar la vida eterna y la
felicidad...”, se notaba que le salía del alma. Al final de la misa Brian agradeció a todos, especialmente a las personas que lo
han acompañado desde hace quince años. Después vinieron los saludos cariñosos de la gente. Por supuesto, acabamos con
un delicioso almuerzo, animado por el elenco musical de los jóvenes de la Congregación.
Acción de gracias
En primer lugar, quiero dar gracias a Dios por el don
de la vida, por conducirme hacia el camino que lleva a su
reino, por su llamado a ser su discípulo desde hace quince
años, y por darme siempre la posibilidad de volver la mirada a él cuando muchas veces sentí el cansancio, o la oscuridad de mi propia existencia han segado mi camino. Y hoy
no termina este seguimiento aquí, sino, exige sobre todo el
amor al extremo para responder con sencillez y humildad
el llamado que nos hace a todos.
Razones para hacer los votos perpetuos
Brian Cruz Carreón, ss.cc.
Queridos hermanos y hermanas, la primera razón
para realizar mis votos perpetuos es mi amor por Jesús, por
su proyecto y su destino. Deseo consagrar mi vida a Dios,
porque en Él descubro el sentido de la vida, de mi vida.
Quiero seguir desgastando mi vida en la misión que el Señor me ha encomendado.
La segunda razón es el amor a mi comunidad religiosa
de los Sagrados Corazones, comparto la vida, la misión con
cada uno de ellos y en distintos lugares del mundo. Creemos que es posible una fraternidad universal, una vida comunitaria centrada en la persona de Jesús.
Gracias a esta mi familia de los Sagrados Corazones,
que desde que ingrese siempre me han acogido con cariño
y afecto, me trasmitieron el espíritu de familia, me han corregido y acompañado. En especial quiero agradecer al Padre Raúl Pariamachi aquí presente que es mi acompañante
y amigo. Así mismo al Padre Arley Guarin, que desde que
llegué a Colombia siempre ha estado atento a mi proceso.
A mis formadores de todas las casas de formación, en
especial a Paulino Colque en el postulantado, a mi maestro
de novicios José Vicente en Chile, a mi amigo y formador
Enrique Moreno en la casa San Juan. En año pastoral agradezco a Los hermanos Arnoldo y Luis Alberto. A mi comunidad de este año: Leonardo y Luis Alberto. A todos los hermanos de esta Viceprovincia, en especial a Isaac Moreno
compañero de formación.
La tercera razón son todos y cada uno ustedes que
están aquí presentes. Quiero comprometerme definitivamente en esta vida religiosa para compartir la misión de
Jesús en medio de ustedes, para construir el Reino de Paz,
de Justicia y Amor, con la ayuda y el compromiso de todos
ustedes.
Gracias a todos ustedes por acompañarme en este
día tan especial para mí. A todos los grupos: coros, acólitos,
EPAP, liturgia, catequistas, jóvenes de Planadas, niños de
catequesis. Gracias a todos por acogerme en su país, en su
cultura, en medio de sus familias. Siempre me he sentido
muy bien acogido por todos ustedes, siento el cariño que
me tienen por lo que estoy eternamente agradecido.
Y finalmente por mi familia que desde que inicié este
camino siempre me han apoyado, me han acompañado y lo
siguen haciendo con todo el cariño y afecto.
Gracias a mi familia que desde la distancia me acompaña siempre.
Que Dios nos bendiga a todos. Gracias.
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Laicos Sagrados Corazones
“30 años de comunidad”
1985- 2015
Comunidad seglar ss.cc. Belén
El álbum fue entregado a Martha como la hermana más representativa de quienes iniciamos la comunidad, Martha les agradeció por el trabajo, el cariño
y la dedicación que les tomó hacer tan lindo gesto.
Terminando la ceremonia pasamos al comedor, donde
Giuliana y Lida ofrecieron un baile de milonga que fue
bastante aplaudido.
Comunidad Seglar ss.cc. Belén, acompañadas de la
hermana Graciela Zúñiga
E
l día sábado 16 de mayo, nos reunimos en el
departamento ofrecido gentilmente por Giuliana
para la celebración de 30 años de comunidad,
bajo un ambiente de sencillez y fraternidad.
Tenemos que resaltar que en medio de la mesa
del almuerzo, tuvimos una hermosa y rica torta con los
dos corazones, símbolo de la congregación y con la
inscripción “30 años de comunidad ss.cc.”
Los platos del almuerzo fueron presentados por
Elsa Oblitas, experta en el arte culinario y que fue doblemente aplaudida.
Sentadas alrededor de la mesa, se dio gracias
a Dios por el pan nuestro de cada día, como por los
gratos momentos que nos regala.
La celebración se dio inicio con una oración de
agradecimiento a Dios por el camino recorrido en estos 30 años; contando con la presencia de la hermana
Graciela quien inició y formó nuestra comunidad.
En un momento dado después del almuerzo, Yolanda Hidalgo nos ofreció su tradicional baile “caballo
viejo” quien fue ovacionada por el estilo y gracia que
sólo ella sabe hacerlo.
Después se procedió a unas palabras breves de
la coordinadora, refiriéndose especialmente a lo que
representa la comunidad, como el lugar donde se encuentra respuesta a los anhelos del alma, la fe que de
alguna forma nunca se apaga, y donde el amor y la
fraternidad embarga y renueva, disfrutando un poquito
del reino de Dios aquí en la tierra.
Y siendo cerca de las cinco de la tarde la comunidad dio por terminada la reunión; agradeciendo a la
dueña de casa por su amable acogida.
Luego continuó el homenaje que ofrecieron las
hermanas que se han integrado durante estos últimos
años. En representación de ellas, tomó la palabra
Lucy, haciendo un breve recorrido de fechas y acontecimientos, hizo entrega de un álbum confeccionado
por Mery, Lucy Pilar y Elsa Bañon, conteniendo las
vivencias de nuestra comunidad a través de fotos y
cada foto con su respectiva cita bíblica muy significativa, detalle que ha sido una verdadera joya para la
comunidad.
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EUSTAQUIO Y SU VIVENCIA EUCARÍSTICA
¿Crees que conoces a nuestro hermano Eustaquio van Lieshout...?, ¿o más
bien te es desconocido? Algunos datos proporcionados por Ángel Lucas Martínez ss.cc., quien fue durante muchos años Postulador de la Congregación en
Roma, nos ayudarán a profundizar su vida espiritual.
… En febrero de 1916 fue a Ginneken, (Holanda), donde estudiará la Teología hasta 1919. Al principio Eustaquio era un estudiante deficiente. Tenía
poca memoria y poca inteligencia para las cuestiones metafísicas. Pero poco a
poco, consiguió una intuición teológica. Su criterio en las cuestiones prácticas
pastorales era más que suficiente... Para los profesores no fue ningún problema admitirlo a la ordenación a causa de su capacidad intelectual. Era un
religioso fervoroso y celoso... Lo que sobre todo llamaba la atención en él era
su devoción al Stmo. Sacramento. El P. Gil van Boogaart (su futuro vice-provincial en Brasil) cuenta un pequeño episodio referente a su dificultad en los
estudios, pero que manifiesta también de quién se fiaba y dónde ponía su
confianza: “En los tres días que precedían los exámenes él se dedicó a fondo,
pero ante la dificultad que experimentaba, estuvo a punto de desanimarse; cerrando los libros se salió a rezar”
… Se preparó conscientemente al sacerdocio: “Os ruego, hermanas mías religiosas, seáis durante toda mi
vida sacerdotal, mi Moisés sobre la Montaña. Haciendo esto, dais vuestra vida y vuestros trabajos por el feliz
éxito de mi ministerio sacerdotal. Sed todas juntas apóstoles, apóstoles por la oración y por el amor”. El 10 de
agosto de 1919, en la capilla del Escolasticado de Teología de Ginneken, recibió con otros siete compañeros
más la ordenación sacerdotal.
Ya en Brasil llega en 1942 a Belo Horizonte a escondidas. … Con él, el cambio de costumbres y el renacimiento de la fe fue en progreso continuo. Baste saber que al año y cinco meses de su llegada, muere inesperadamente el Padre Eustaquio, el 30 de agosto 1943, a causa de un tifus exantemático, incurable por entonces;
y que difundida la noticia por la radio, todas las calles, que rodeaban el Sanatorio donde había fallecido, se
hicieron intransitables en pocos minutos por la gente que acudió. Y al día siguiente, la gente de Belo Horizonte, y de otros lugares que vinieron al entierro, abarrotaron la calle de cinco kilómetros, que conducía al
Cementerio de Bonfim, y en silencio y a pie lo acompañaron por última vez llevando sus restos mortales a
hombros. Cosa parecida, aunque en menor escala, se repitió al día siguiente y días posteriores. ¿Qué y Quién
movía esas masas de gente para dar el último adiós a aquel pobre misionero holandés, ‘que (como decía un
abogado, oyente de uno de sus ‘retiros para intelectuales’ en el campo de futbol de Belo Horizonte) hablando un portugués tan malo los tuvo a todos con la boca abierta durante toda la conferencia’? ¿Qué es lo que
movía a aquella gente, que casi no había tenido tiempo de conocerle en su breve estancia en Belo Horizonte?
Preguntádselo a los pobres, enfermos y pecadores convertidos. Su tumba siempre estuvo y está también hoy
día llena de flores, y acompañada de gente que reza y pide con fervor su intercesión.
Que ¿cómo ha vivido el P. Eustaquio el carisma de la Congregación? Cuando se conoce un poco la historia de
la vida del P. Eustaquio van Lieshout, se ve que de alguna manera ella manifiesta la grandeza del hombre, que
encuentra el sentido de su vida en el darse por la causa del Reino, viviendo los valores evangélicos, amor a
Dios y al prójimo, con sencillez, generosidad y olvido de sí mismo. Esta diría ha sido la realidad de la vida de
P. Eustaquio: entrega total a Dios en la intimidad de la oración (profunda devoción al Santísimo Sacramento,
a la Santísima Virgen María y a San José); entrega total a Dios en el cumplimiento de sus deberes sacerdotales
y religiosos, y en el grande celo por el bien de las almas; entrega total y desinteresada hacia Dios en el prójimo,
particularmente en el prójimo más necesitado: pobres, enfermos y pecadores. Él no hablaba de la tantas veces
cacareada y no vivida ‘opción por los pobres’. Tuvo, en cambio, el carisma de vivirla “... porque este hombre
y ese Padre, de alma excepcional, repleta de caridad cristiana, tenía el don de reunir en torno a sí a los que
sufren y que esperan, a los que desean servir a Dios y a su Iglesia, a los que necesitan una palabra de consuelo
y orientación, a los que quieren servir a su prójimo por amor a Dios”
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