COMENTARIO DE TEXTOS HISTÓRICOS Los textos son la herramienta fundamental con la que trabaja un historiador; así como la Arqueología tiene como objeto de estudio los restos materiales, la Historia emplea los textos para llevar a cabo la interpretación del pasado conforme a un método científico. El comentario de texto nos sirve para comprender un poco mejor cómo se hace el verdadero trabajo del historiador. Antes de pasar a las pautas para la realización del comentario, es necesario aclarar que no es lo mismo un comentario de texto para lengua que para historia. ¿Por qué? Sencillamente porque al ser dos disciplinas diferentes, tienen objetivos diferentes y por tanto métodos diferentes. A continuación vamos a analizar el modelo de comentario que nos proponen para la Prueba de Acceso a la Universidad, que es con el que trabajamos en 2º de Bachillerato. Para sacar todo el partido posible a los textos que vamos a comentar es necesario PREGUNTAR al texto; según le preguntemos, así nos responderá. Vamos a concretar sobre el modelo PAU: 1. Clasifica el texto explicando tipo de texto, circunstancias concretas en las que fue escrito, destino y propósito del texto. 2. Indica y explica las ideas que aparecen en el texto 3. Responder a dos preguntas de teoría relacionadas con el tema o época del texto 1. El primer punto consiste en hacer una clasificación del texto para encuadrarlo correctamente. A cada aspecto le aplicamos su pregunta a) Tipo de texto. ¿QUÉ ES? La respuesta puede ser muy variada. Todos son textos históricos, dado que los utilizamos como herramienta para la Historia, así que esa categoría tan extensa no nos sirve. La mayoría de los textos que nos vamos a encontrar son: —Políticos: se ve claramente porque tienen una intencionalidad política: así por ejemplo, discursos ante los parlamentos, actos de propaganda, justificaciones de alguna decisión tomada por políticos, programas de partidos políticos u organizaciones obreras, manifiestos revolucionarios etc. —Legislativos: se trata de leyes. La mayoría de las veces se reconocen porque tienen un lenguaje muy impersonal, dividido en artículos y con una exposición sistemática de lo que se regula. El típico lenguaje de jueces y abogados que sólo los que saben Derecho entienden Otras veces vienen acompañadas de largos preámbulos justificativos, y otras veces (sobre todo si son órdenes de reyes) son muy directas. Todas las constituciones son textos legislativos, así como los cánones de los Concilios visigodos o los decretos de los reyes absolutistas. —Jurídicos: son una especie de categoría intermedia, que no son verdaderas leyes pero que tienen un valor legal. Por ejemplo, testamentos, donaciones, tratados, acuerdos o la expresión del deseo de un rey en ámbitos privados. —Historiográficos: son textos escritos después de haber sucedido tales acontecimientos (porque antes es imposible, ya que Nostradamus no entra en nuestra asignatura). Otra categoría que hay que especificar es el tipo de fuente de la que se trata. Los textos son fuentes primarias si están escritos en la misma época de la que hablan, es decir si son contemporáneos a los hechos que tratan. Si el texto es posterior a los hechos, decimos que es fuente secundaria. Según la clasificación anterior, los textos historiográficos serían fuentes secundarias, mientras que políticos, legislativos y jurídicos serían primarias. 1 b) Circunstancias concretas: ¿CUÁNDO? Es decir, cuándo fue escrito. No se trata de vomitar todo lo que sepamos sobre la época del texto, sino de fijarnos en la fecha y construir un marco histórico al texto. ¿Cómo lo hacemos? Intentando encontrar los acontecimientos inmediatamente anteriores, contemporáneos e inmediatamente posteriores que guarden relación directa con el texto. Fijándonos también en el autor, si va firmado, y hablando un poco sobre su papel histórico, envolviendo al texto en el tiempo y en el espacio. c) Destino: ¿A QUIÉN? Todo texto tiene un destinatario. Debemos huir de generalizaciones como “a todo el mundo” o “al pueblo” pues hemos de tener en cuenta que en las épocas que estudiamos, con el alto grado de analfabetismo y las malas comunicaciones, muy pocos textos (las leyes y alguna que otra excepción) van dirigidas a todo el pueblo. De cualquier modo, muchas veces el destinatario está expresado de alguna forma en el propio texto, sólo hay que saber fijarse. d) Propósito: ¿PARA QUÉ? Todo texto se escribe con una finalidad, con una intención, es decir, para algo. Responder a esta pregunta implica ponerse en la piel del autor para averiguar dicha intención. Igual que en el destino, hay que procurar ser lo más concreto posible, ya que una respuesta demasiado general da una impresión de vaguedad que no queremos ofrecer. Una forma siempre elegante de responder a esta pregunta es con un infinitivo, es decir “el texto se escribe para dimitir; para justificar una decisión; para imponer unas condiciones” etc. 2. Para extraer ideas de un texto tenemos que preguntarnos ¿QUÉ ME ENSEÑA? Es decir, las ideas son aquella información que el texto me aporta como historiador. No suelen estar explícitas en el texto, sino que para obtener las ideas hay que interpretarlo, hay que “leer entre líneas”. Éste es el punto que más nos acerca al verdadero trabajo de historiador. En este apartado es muy importante no parafrasear el texto, no resumirlo, y tampoco repetir el propósito, así que no debemos emplear el infinitivo.. Si la idea y el propósito coinciden, es que uno de los dos está mal (casi seguro que será la idea) ya que si fuera la misma respuesta, no haríamos dos preguntas. Normalmente, un texto no tiene una sola idea, sino que tiene una que llamamos principal y otras que llamamos secundarias. Es importante enunciarlas con claridad y también explicarlas, ya que así nos lo pide el modelo de comentario. 3. El tercer punto consiste en responder a las preguntas que nos hagan. La única fórmula para eso es haber estudiado (una fórmula que por otro lado es casi mágica cuando se practica). Proponemos a continuación un modelo de comentario resuelto para que veáis como se pone en práctica la explicación anterior. 2 ABDICACIÓN DE AMADEO I «Grande fue la honra que merecía la Nación española eligiéndome para ocupar su trono, honra tanto más por mí apreciada cuanto se me ofrecía rodeada de las dificultades y peligros que lleva consigo la empresa de gobernar un país tan hondamente perturbado (…) Conozco que me engañó mi buen deseo. Dos años ha que ciño la corona de España, y la España vive en constante lucha., viendo cada día más lejana la era de paz y ventura que tan ardientemente anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos, pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles; todos invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se agitan por su bien, y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar sobre cuál es la verdadera, y más importante aún, hallar el remedio para tamaños males. Lo he buscado ávidamente dentro de la ley y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien ha prometido observarla. Nadie achacará a flaqueza de ánimo mi resolución (…) Estas son, señores diputados, las razones que me mueven a devolver a la Nación y en su nombre a vosotros la corona que me ofreció el voto nacional, haciendo de ella renuncia por mí, por mis hijos y sucesores» Amadeo, Palacio de Madrid 11 de febrero 1873. 1. Clasifica el texto explicando: tipo de texto, circunstancias concretas en las que fue escrito, destino y propósito por los que se escribió (1 punto) 2. Indica y explica las ideas que aparecen en el texto (1 punto) 3. Responde a las siguientes preguntas: (1 punto) c.1 ¿Cómo se llega a la monarquía de Amadeo y cuáles fueron sus características principales? c.2 ¿Qué consecuencias tendrá esta abdicación para España? 1. Se trata de un texto político, ya que a través de este discurso el rey explica su decisión de abdicar de la Corona española. Es una fuente primaria porque es contemporáneo de los hechos de los que habla. Las circunstancias son los momentos finales de la monarquía de Amadeo I, que desde 1871 había ocupado el trono español con numerosas dificultades, ya que no fue bien aceptado ni por republicanos, ni por canovistas ni por el ejército, y su único valedor, el general Prim, uno de los líderes de la Revolución de 1868 fue asesinado días antes de que el monarca llegara a España. Precisamente fue su voluntad de reconciliarse con el ejército lo que llevó a Amadeo a ponerse del lado del Cuerpo de Artillería tras ser éste suprimido por el gobierno después de que algunos de sus integrantes protagonizaran altercados con motivaciones políticas. Sin embargo, las Cortes dieron la razón al gobierno, haciendo ver al rey que no contaba con el respaldo parlamentario, lo que unido al atentado que sufrió le llevaron a abdicar. El destino del texto son las Cortes, como se indica en el texto cuando el rey se dirige a los “señores diputados”. El propósito es explicar las razones de la abdicación y justificar su actuación como rey. 3 2. La idea principal del texto es la división interna del liberalismo español a finales del siglo XIX; el propio Amadeo expone en su discurso que el enemigo del país son las facciones que están más preocupadas de luchar entre ellas y acceder al poder que de gobernar un Estado que llevaba a la deriva largo tiempo. Otra idea del texto sería la debilidad de este sistema liberal, que busca casi a la desesperada una fórmula que le permita afianzarse, en un momento en el que cada cual pretende imponer la suya. Otra idea es la coherencia liberal de Amadeo, que al comprender que no cuenta con el apoyo de las Cortes, órgano que representa la soberanía nacional, no está legitimado para seguir ocupando el trono. También observamos la debilidad de la institución monárquica, muy tocada en su credibilidad después de los problemas surgidos por la actuación de Isabel II. 3. c.1. La monarquía de Amadeo I llega tras la expulsión de Isabel II en la Revolución Gloriosa de 1868, que dejó a España como una monarquía sin rey. Tras muchos problemas para encontrar un monarca, el trono recayó en Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II de Italia, un rey muy apreciado por haber encabezado la unidad de Italia y haberlo hecho desde las bases del liberalismo político. Sin embargo Amadeo se enfrenta a un país dividido, atrasado económicamente y en el que la clase política no le acepta, por lo que le será prácticamente imposible llevar a cabo ninguna de las reformas planeadas. c.2 La consecuencia de esta abdicación será la proclamación de la I República en España, que tendrá una duración efímera y será un periodo de gran inestabilidad al estallar muchas de las tensiones ya existentes desde antes. 4