La administración de las Naciones Unidas La Comisión de la UE El Consejo de Europa Los jefes de los Estados Los representantes de las Iglesias Tribunales Internacionales Un llamamiento a los principales representantes de las organizaciones internacionales, los Estados y las Iglesias “Dios de fidelidad y sin injusticia, justo y recto es Él.” (Dt 32, 4) “La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.” (Ro 1:18) Hoy vemos que en el contexto de la globalización, algunos países tratan de legalizar las peores perversiones y crímenes contra la humanidad. Los incidentes de la pedofilia, el incesto e infantofilia, es decir, el abuso sexual de niños y bebés, van en aumento. En los países escandinavos, los partidos políticos están trabajando activamente hacia la legalización de estas atrocidades. Los partidos políticos abogan por las personas que cometen esos delitos etiquentando sus actos como “orientación sexual”, a la cual ―de acuerdo con la ideología de género― supuestamente tienen el derecho. Esta ideología, junto con el sistema de justicia juvenil, es una parte del plan despótico para establecer un gobierno mundial. Hay más y más informes diarios sobre los niños que estaban separados de sus padres a sangre fría sin ninguna razón aparente. Muchos países han construido estructuras de trata de niños a través de los servicios sociales, los servicios de enfermería y así llamadas familias profesionales de acogida subvencionadas. Todo esto se realiza bajo el lema “interés superior del niño” de la resolución de la ONU sobre los derechos del niño. Los mediadores de este negocio sucio son a menudo las agencias privadas que están en manos de los familiares de los trabajadores de servicios sociales. Millones se invierten anualmente en las estructuras estatales que arrancan a la fuerza a los niños de sus propios habitantes; sin embargo, no hay dinero suficiente para el apoyo financiero de las familias naturales. El resultado: los padres traumatizados cuyos hijos fueron robados de ellos por su propio Estado; los niños que terminan en manos de los extraños ―padres profesionales subvencionados―. La realidad de esa política es un alto porcentaje de suicidios entre los niños robados, abuso físico, sexual y emocional de los niños en las familias de acogida, y el aumento de la delincuencia. Este es el cinismo político total y el autogenocidio de naciones, que iguala al satanismo. Pero esto no es todo. En 2010, fue fundada la organización “El Tribunal Internacional sobre los Crímenes de la Iglesia y el Estado”. En los actos de esta organización se encuentra mención de los casos de asesinatos, trata de personas, violaciones rituales, torturas y asesinatos de niños. Esta organización acusa a los principales representantes de diferentes Estados, así como los principales representantes de la Iglesia católica ―incluyendo Benedicto XVI, Francisco I, Adolfo Pachón, Justin Welby― de la participación en estos crímenes. Es necesario que dentro de los límites de la justicia los Estados y las organizaciones internacionales investiguen y condenen los delitos contenidos en los actos del Tribunal Internacional sobre los Crímenes de la Iglesia y el Estado. Es inaceptable que estos crímenes más graves sean cubiertos por la inmunidad parlamentaria, oficina de la Iglesia o por los intereses de las familias reales o partidos políticos. Quienes cometen estos crímenes deben ser condenados. Despenalización de los crímenes resulta en el caos y el aumento de la delincuencia. Es importante preguntar de dónde provienen tales delitos, por quienes están organizados y con qué objetivo. No es ningún secreto que detrás de la política mundial, la economía y la jerarquía apóstata de las Iglesias cristianas son los masones. Reclutan en sus filas a importantes familias reales, líderes del gobierno y de la Iglesia. Es un hecho desconocido para muchas personas que en los más altos grados los masones se dedican a satanás por medio de asesinatos rituales. Es él quien es el instigador de todas las injusticias, crímenes y el infanticidio ritual. Naturalmente, estos crímenes son cometidos por personas particulares que se han dedicado a él, y son ellos que deben ser condenados. Un lugar especial entre los Francmasones tienen las familias Rockefeller y Rothschild, que asumieron el control total del gobierno estadounidense y británico. EE.UU. y Gran Bretaña son los primeros en ejecutar el plan masónico del totalitario Nuevo Orden Mundial, es decir, de una sociedad que será bajo el control total y la manipulación de la población. Conforme a una percepción perversa de los masones, este objetivo puede alcanzarse, entre otras cosas, a través de diversas formas de ocultismo y asesinatos rituales paganos de niños y adultos. Este hecho lo demuestran las revoluciones sangrientas insensatas, los conflictos locales provocados por el gobierno estadounidense, así como el genocidio de la población civil p. ej. en la ex Yugoslavia. Un ejemplo colosal de la sed de sangre de la ideología masónica es un proyecto concebido por el Club de Roma bajo el título de “mil millones dorados”, en otras palabras, el “sagrado” (o satánico) asesinato de 5,5 mil millones de personas en las más diversas formas: los conflictos locales, las revoluciones, las guerras, la propagación artificial de las enfermedades, la política de aborto, la ideología de género, la justicia de menores, la vacunación obligatoria, la inducción de pandemias, etc. Es extremadamente importante que la humanidad, los Estados individuales y las organizaciones internacionales condenen la organización satánica semi-secreta de los masones. También es necesario establecer un tribunal internacional independiente que condene los crímenes de esta organización, así como su tentativa de establecer una dictadura de un gobierno mundial, una religión y el control total de la gente, construido en la sangre inocente de los niños asesinados ritualmente. Es necesario que se examinen los vínculos entre los masones y las organizaciones internacionales. Todas las organizaciones que llevan a cabo los planes de los masones deben ser abolidas. Los participantes en los crímenes, ya sean funcionarios públicos o de la Iglesia, deben ser condenados. Es inaceptable que sólo los últimos en la cadena delictiva sean condenados. Es necesario condenar a los ideólogos, los miembros de las logias masónicas y las familias, organizadores y perpetradores. Sólo a través de un trabajo sistemático y la perseverancia el satanismo masónico puede ser erradicado de la sociedad, las oficinas gubernamentales y las iglesias. Jesús dijo: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, le daré gratuitamente de la fuente del agua de vida. El vencedor heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre... “ Apocalipsis 21, 6-8 “Y el diablo, que los engañaba (a las naciones), fue lanzado en el lago de fuego y azufre donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” Amén. Apocalipsis 20, 10 + Elías Patriarca de la Patriarcado Católico Bizantino + Timoteo OSBMr + Metodio OSBMr Obispos Secretarios Ucrania, 20 de noviembre de 2014 Copias a: los medios de comunicación