Golpes militares en Argentina

Anuncio
LA CAÍDA INEVITABLE DE ISABELITA
A las tres veintiuna de la noche (hora local) del 24 de marzo, una Junta Militar de premeditado aspecto más
benévolo que la pinochetista de Chile, tomaba por la fuerza, el poder.
Una semana antes la prensa vaticinaba el golpe que derrocaría a la última y debilitada representación del
peronismo: el régimen caótico de María Estela −Isabelita para sus seguidores− Martínez. Los civiles
intentaban, en un inútil i desesperado esfuerzo, evitar el cuartelazo. Seis partidos, desde la justicialista al
comunista, reunidos el 23 de marzo, pugnaban por aparentar una coalición que ofreciese visos de coherencia.
Era tarde.
La violencia generalizada presentaba un flanco la suficientemente justificable como para que los militares
actuasen. La corrupción, que había alcanzado cotas inimaginables, alzaba como telón de fondo una economía
en bancarrota y una escalada de muertos que se incrementaba, minuto a minuto, con los enfrentamientos de la
triple A (Alianza Anticomunista Argentina) grupo de ultraderecha propiciado por López Rega, escondido en
España, creador y promotor de la corrupción generalizada, los Montoneros −una derivación izquierdista del
propio peronismo− y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo).
Era la mañana del 23, y María Estela Martínez recibía las credenciales del nuevo embajador suizo Wiliam
Frei, desplegando todo el protocolo.
Lorenzo Miguel, el hombre de las sesenta y dos organizaciones peronistas, y veinte personas más dialogan
con la Presidente. Deheza, ministro de Defensa, lo hacía, a su vez, con los tres comandantes en jefe, a los que
creía convencer de que un golpe militar era innecesario. Aún hay salida, argumentaba, sin comprender que
aunque la hubiese, la máquina militar se había ya puesto en marcha.
Mientras tanto, Deheza asegura haber obtenido una tregua. En el Ministerio de Bienestar Social, una antigua
plaza fuerte de López Rega, comienza la evacuación de documentos comprometedores. Deheza visita a María
Estela afirmando que hay esperanzas. <<Tranquilos, muchachos, que no hay golpe>> decía Lorenzo Miguel
al salir de la reunión, asegurando en el Sindicato que no había presos políticos, sino detenidos por terrorismo.
La Presidente sube al helicóptero que ha de conducirla a su residencia, fue conducida al Parque
Metropolitano. El Palacio de Comunicaciones había sido tomado entre tanto por las Fuerzas Armadas.
Prosiguen las reuniones justicialistas. La Cúpula Sindical se ve sorprendida por la llegada de Osvaldo
Papaleo, hombre de relaciones exteriores. Se oyen ya trepidar los carros de combate en el exterior, comienzan
las primeras unidades a desplegarse por el edificio, la desbandada sindical es ya inevitable. Jorge Rafael
Videla, teniente general de Ejército y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, daba su primer mensaje a
la ciudad y a la nación ocupadas.
Se disolvía el Congreso y se prohibían las actividades de los partidos políticos.
El país queda bajo el <<control operacional>> de la Junta Militar con los correspondientes bandos, estado de
sitio, leyes especiales, registros y detenciones. Se iba a restablecer el orden. Gregorio Marañón Moya se
acercaba a las primeras horas del alba al Palacio de San Martín, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, y,
pese a la dificultad para encontrar funcionarios −un capitán en última instancia− reconoció en nombre de
España y en aplicación de la doctrina Estrada, al nuevo gobierno. Seguidamente el Departamento de Estado
norteamericano anunciaba que no sufrirían variación las relaciones entre ambos países.
El Washington Post y el New York Times cargaban las tintas en presentar el golpe como un éxito de la
moderación y el orden.
1
En los primeros días, más de un centenar de comunicados de la Junta Militar. <<En Argentina se ha
implantado un estado de sitio para preservar el orden>>.
El cinturón de dictaduras militares directamente ligadas al Pentágono en el cono Sur, Paraguay, Uruguay,
Brasil y Chile, que habían intercambiado reuniones de altos mandos, acogían benévolamente y con decidido
apoyo −incluso los brasileños, pese a sus diferencias regionales− a la nueva Junta Militar. Se empezaba a
hablar de un <<pinochetismo perfeccionado>>, con cara más presentable. El Fondo Monetario Internacional
libraba, velozmente, un crédito de ciento veintisiete millones de dólares que desde hacía más de un año se
había negado al peronismo. La banca privada norteamericana, animada por el programa económico de
Martínez de Hoz, en el que liberalizaba la penetración de capital multinacional, anunciaba la entrada de
cuatrocientos millones de dólares a las pocas horas del golpe. El punto quinto de los objetivos de la Junta
Militar estimulaba al capital <<nacional y extranjero>> para la inversión en el país.
Tras la censura de prensa, la Junta distribuye las carteras repartiéndolas entre las tres Armas. Se bloquean las
cuentas corrientes de la Presidente y de los principales justicialistas y se encarcela a numerosos dirigentes del
partido comunista. Hay algunos tiroteos en la sede del partido, y la de los sindicatos, y, pese a las proclamas,
continúan las víctimas. El fracaso de la última versión del peronismo afecta a los demás partidos políticos que
participaron en la aventura parlamentaria burguesa, clausurada por los militares.
Se confiesa que en la última decisión, la Presidente propuso entregar el gobierno a los militares si la
mantenían a ella en su cargo. Se habla de la detención de Héctor Cámpora, el líder justicialista que pretendía
una política nacionalista contraria a los intereses norteamericanos en el continente.
En junio de 1973, después de un largo y lucrativo exilio en Madrid, regresaban ya casados a Buenos Aires;
María Estela, Isabelita en las tablas, aportaba ya una extensa preparación para actuar como portavoz del
general, que apenas puede seguir las evoluciones de la política de su país. Víctima y provocadora al mismo
tiempo de una corrupción incontrolable desde Washington, Isabelita estaba destinada a desaparecer. Las
Fuerzas Armadas, el Pentágono y los intereses continentales de las multinacionales así lo exigían.
LA SITUACIÓN ARGENTINA.
En el primer trimestre del año en curso continuó el serio deterioro económico que venía evidenciándose a lo
largo de 1975.
El salario real, durante los tres primeros meses, siguió sufriendo las consecuencias del alza de los precios
(19,7% en enero, 19,4% en febrero, 30% en marzo).
Si bien se mantuvieron altos niveles de empleo, en ello tuvo mucha importancia la considerable absorción de
mano de obra que efectuó el Gobierno y demás organismos oficiales, lo cual disimuló el verdadero desempleo
existente. El número de empleados públicos aumentó un 7% en 1975.
En el sector industrial se registraron síntomas francamente recesivos y el producto sectorial disminuyó un 5%
durante el trimestre. Las continuas modificaciones de los planes de producción ante las alzas sucesivas de los
costos internos, los conflictos laborales y los elevados índices de absentismo, la inexistencia de planes de
inversión, y el insuficiente abastecimiento de materias primas, fueron las principales causas de la caída en la
productividad.
En el sector público, el déficit fiscal, ya muy significativo en 1975, registro una aceleración aún más
acentuada de desequilibrio. En enero de 1976 se verificó un aumento del 637% con respecto al mismo mes de
1975. La progresión ascendente del déficit indica la función que éste cumplió en una economía en crisis:
dinamizar la demanda para cubrir las fallas del sector privado.
2
FUENTE: Instituto de Investigación Económicas de la Universidad Argentina de la Empresa.
ARGENTINA ENTRE SABLES Y LEYES
ALFONSÍN SALE CON LA RENDICIÓN O SALE MUERTO.
El miércoles 15 de abril, todo pareció indicar que en Argentina se reanudaba el fatídico ciclo de los golpes de
Estado que en los últimos cuarenta y seis años sólo permitió a dos presidentes completar su período
constitucional.
A tres años y medio de la llegada del presidente Alfonsín a la casa de gobierno, el Ejército intentó quebrar el
orden constitucional en defensa exclusiva de sus intereses corporativos. Ernesto Guillermo Barreiro, un oficial
con grado de mayor (comandante), acusado de ser un notorio torturador del campo de exterminio La Perla, en
la provincia de Córdoba, procesado por la justicia civil, se refugió en el casino de oficiales del XIV
Regimiento de Infantería Aerotransportada de La Calera, en aquella provincia, a 770 km. al noroeste de la
capital. La situación se agravó el 16, Jueves Santo, cuando el teniente coronel Aldo Rico, un hombre <<de la
Zona del Canal>> adiestrado en contrainsurgencia y curtido en las primeras misiones de combate contra el
ERP en la espesura de la selva tucumana, aparentemente no complicado en la <<guerra sucia>> de los
secuestros y las extorsiones, abandona su acantonamiento en el límite con el Brasil al mando de un número
indeterminado de oficiales jóvenes, entre cincuenta y setenta, y toma la Escuela de Infanteria de Campo de
Mayo, a 20 km de la capital.
Ninguno de los dos grupos sublevados pretende atentar contra la democracia, según sus manifestaciones, sino
forzar la amnistía para los oficiales procesados por sus atrocidades en la represión de la guerrilla, mediante la
aplicación de obediencia debida, y lograr la dimisión del jefe del Estado Mayor del Ejército, general Héctor
Ríos Ereñú, a quien su <<oficialismo>> le había valido la antipatía de sus subordinados.
El origen más cercano de esta situación podía buscarse en la llamada <<ley de punto final>>, en virtud de la
cual prescribía la acción por todos los delitos cometidos en la lucha antisubversiva que no hubieran sido
denunciados antes de un plazo que expiró el 24 de febrero de 1987, con excepción de algunos en los que se
había actuado con especial ferocidad y eran públicamente conocidos.
El mayor Barreiro huyó la noche de ese Jueves Santo y su regimiento se rindió, pero el teniente coronel Rico,
seguramente recibiendo testimonios de apoyo de sus compañeros de armas, se niega a rendirse ante las fuerzas
de represión comandadas por el general Ernesto Alais, a quien sus oficiales tal vez no estaban dispuestos a
seguir en un eventual ataque.
La solución de la crisis tiene dos grandes protagonistas: el pueblo y el presidente. El pueblo de ese nuevo país,
con su clase media empobrecida, se lanzó espontáneamente a la calle, por primera vez en su historia, para
defender la democracia. Estuvo junto al presidente que simboliza el nuevo estado de cosas: la democracia, la
humildad, la esperanza. El pueblo tuvo miedo, además de dignidad y valor, y con ese miedo marchó,
desarmado, con sus hijos, dispuesto a tomar los cuarteles de los sublevados. El pueblo supo así que para el
fascismo no hay inocentes, que todos son culpables o cómplices, y que, de triunfar el golpe, nuevos campos de
concentración esperaban a todos, porque en una dictadura cualquiera puede ser <<culpable>>.
Con el único apoyo seguro del pueblo, la tarde del 19, el presidente Alfonsín fue a exigir la rendición a
Campo de Mayo. La obtuvo. Algunos lo acusan de haber pactado, esgrimiendo como argumento la renuncia
del general Ríos Ereñú y el anuncio de interpretación oficial del principio de obediencia debida.
Alfonsín asegura que el retiro del general Ríos Ereñú estaba decidido antes de la crisis.
Nadie estaba en condiciones de desmentir al presidente, sería palabra contra palabra. El futuro habría de
3
decidir cuáles serían las consecuencias de la solución −fuera una u otra− de la crisis y si la frágil democracia
argentina saldría de ella robustecida.
Al menos, el pueblo demostró que estaba dispuesto a defenderla.
EVA PERÓN
Evita, hija ilegítima de una cocinera, se convirtió en la amante del coronel Perón cuando era adolescente y
trabajaba como cantante y actriz radiofónica. Cuando en 1945 detuvieron a Perón, la "señorita radio" movilizó
a los sindicatos para que lo liberaran; una vez libre, se casó con él. Y cuando un año más tarde accedió a la
presidencia, ella se convirtió en una poderosa líder a su lado.
Evita, legalizó el divorcio, consiguió el voto para las mujeres e instigó reformas laborales y sociales. Después
de dirigir de modo no oficial los ministerios de Sanidad y de Trabajo, quiso acceder a la vicepresidencia, pero
dio marcha atrás cuando el ejército puso reparos: un punto que marcó su declive político. Aunque su vida fue
corta, impulsó toda una serie de transformaciones sociales.
ÍNDICE
La caída inevitable de Isabelita
Introucción al tema................................................................pag.1
La situación Argentina............................................................pag.2
Argentina entre sables y leyes
Alfonsín sale con la rendición o sale muerto..............................pag.4
Biografía de Eva Perón...........................................................pag.6
INTRODUCCIÓN
A lo largo de este trabajo, encontraremos dos apartados diferentes el uno del otro, peró los dos tienen mucho
en común.
El primer tema que se tracta es sobre dos golpes de Estado de Argentina (en diferentes años: 1975, 1983), y el
segundo tema trata sobre la Guerra de las Malvinas.
Sobre los golpes militares de Argentina, solo hemos encontrado información sobre los años nombrados con
anterioridad, ya que sobre otras fechas en las cuales también se dieron golpes militares, no hemos encontrado
información.
En el segundo apartado (Guerra de las Malvinas) es todo información enviada desde Argentina (artículos de
diario de Argentina...). Ello nos ha servido para profundizar más en este tema, ya que el propio país sabe más
de su história que un libro.
CONCLUSIÓN
Al terminar este trabajo, nos hemos dado cuenta que poco a poco hemos profundizado un tema que apenas
sabíamos de él. Apenas teníamos entendidas las causas y las consequéncias de ello. Solo aquello que los
medios de comunicación nos informan, y a pesar de ello nos hemos dado cuenta que la información del país
4
en cuestión es más fiable, más extensa y con todos los detalles. Porque como que no concierne a España, da
los hechos muy por encima. Por ese motivo nos expandimos un poco a la hora de buscar la información.
BIBLIOGRAFÍA
La información sobre la cual hemos elaborado nuestro trabajo, ha sido extraida del Anuario de los hechos
1975−1983, y de documentos enviados desde Argentina.
9
MARTA PARRA PLANA
ALMUDENA MARTOS MARTÍNEZ
1r BAT. E I.E.S.NARCÍS OLLER
HISTÒRIA DEL MÓN CONTEMP.
MONTSE BRUSCO
5
Descargar