Que reforma el artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados

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Que reforma el artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a
cargo del diputado Raúl Domínguez Rex, del Grupo Parlamentario del PRI
El suscrito, Raúl Domínguez Rex, diputado del Grupo Parlamentario del Partido
Revolucionario Institucional, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71, fracción
II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y 6, numeral 1, fracción I,
y 78 del Reglamento de la Cámara de Diputados, presenta ante el pleno iniciativa con
proyecto decreto que reforma el párrafo quinto del artículo 4 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, de conformidad con la siguiente
Exposición de Motivos
El antecedente de la presente iniciativa, lo podemos ubicar durante el siglo XX, al
consagrarse el derecho a la vivienda en la mayoría de las Constituciones Políticas de las
Repúblicas en el Mundo. Lo anterior, generó un progresivo reconocimiento y reformas en
las referidas constituciones en Latinoamérica, Europa y el Oriente, así como la creación de
legislaciones secundarias en materia de derecho a la vivienda, ya sea en lo individual o
familiar y las respectivas obligaciones gubernamentales.
En nuestro país, el derecho a la vivienda es reconocido hasta el 7 de febrero de 1983, que se
publica en el Diario Oficial de la Federación, mediante una reforma a la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual establece en el quinto párrafo del artículo
4o., que “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley
establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”.
Al respecto, diversos autores señalan que el derecho a la vivienda se encuentra previsto
estrictamente en el derecho social, por lo que no confiere al titular o titulares de una acción
ejercitable, sino que se establece un mandato a los poderes públicos o al Estado como tal,
en cuanto a la obligación de diseñar y ejecutar políticas públicas que hagan efectivo el
derecho en cuestión.
En este sentido, se puede afirmar que “La responsabilidad del Estado debe ser entendida, en
consecuencia, como una responsabilidad jurídica, garantizada incluso a nivel
constitucional, de forma que la persona necesitada deje de ser objeto de la relación
asistencial y se convierta en sujeto portador de derechos”. 1
Derecho comparado
El derecho a la vivienda es un derecho universal, que se encuentra reconocido a nivel
internacional por diversos instrumentos jurídicos, tanto de carácter general como sectorial o
local.
En este sentido, podemos señalar que el año de 1948, se reconoce formalmente el derecho a
una vivienda digna en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual establece
en su artículo 25.1 que “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le
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asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el
vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios...”
Posteriormente, los Estados parte del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (México ratifica el pacto en cuestión en el año de 1981), convienen en
el artículo 11 que “...en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel
de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados,
y a una mejora continua de las condiciones de existencia”.
Sin embargo, resulta indispensable reconocer la aportación más avanzada que existe en el
mundo que realiza la República Portuguesa en la materia en cuestión, al determinar en el
artículo 65 de su Constitución, lo siguiente:
“1.Todos tendrán derecho, para sí y para su familia, a una vivienda de dimensión adecuada,
en condiciones de higiene y comodidad, y que preserve la intimidad personal y familiar.
”2. Corresponde al Estado para asegurar el derecho a la vivienda:
”a) Programar y realizar una política de vivienda inserta en planes de reordenamiento del
territorio y apoyada en planes de urbanización que garanticen la existencia de una red
adecuada de transportes y de servicios colectivos.
”b) Estimular y apoyar las iniciativas de las comunidades locales y de la población
tendentes a resolver los respectivos problemas de vivienda y fomentar la autoconstrucción y
la creación de cooperativas de vivienda.
”c) Estimular la construcción privada, con subordinación a los intereses generales.
”3. El Estado adoptará una política destinada a establecer un sistema de alquiler compatible
con la renta familiar y de acceso a la propiedad de la vivienda.
”4. El Estado y las entidades locales ejercerán un control efectivo del parque inmobiliario,
procederán a la expropiación de los suelos urbanos que resulten necesarios y definirán el
respectivo derecho de utilización.”
Al respecto, podemos mencionar que la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999, establece en su artículo 82 que “Toda persona tiene derecho a una
vivienda adecuada, segura, cómoda, higiénica, con servicios básicos esenciales que
incluyan un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias. La
satisfacción progresiva de este derecho es obligación compartida entre los ciudadanos y
ciudadanas y el Estado en todos sus ámbitos”.
En este sentido, la Constitución de la República de Paraguay señala en su artículo 100, que
“Todos los habitantes de la República tienen derecho a una vivienda digna. El Estado
Establecerá las condiciones para hacer efectivo este derecho, y promoverá planes de
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vivienda de interés social, especialmente las destinadas a familias de escasos recursos,
mediante sistemas de financiamiento adecuados”.
De igual forma, la Constitución de la República Oriental de Uruguay determina en su
artículo 45, que “Todo habitante de la República tiene Derecho a gozar de vivienda
decorosa. La Ley propenderá a asegurar la vivienda higiénica y económica, facilitando su
adquisición y estimulando la inversión de capitales privados para ese fin”.
El caso de España es también digno de tomarse en cuenta, debido a que la Constitución
Española refiere en su artículo 47, que “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de
una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones
necesarias y establecerán normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la
utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
Ahora bien, el artículo 23 inciso 20 de la Constitución Política de la República de Ecuador
menciona que “sin perjuicio de los derechos establecidos en esta Constitución y en los
instrumentos internacionales vigentes, el Estado reconocerá y garantizará a las personas los
siguientes:...
”20. El derecho a una calidad de vida que asegure la salud, alimentación y nutrición, agua
potable, saneamiento ambiental; educación, trabajo, empleo, recreación, vivienda, vestido y
otros servicios sociales necesarios.”
Cabe señalar, que el artículo 64 de la Constitución Política de la República de Nicaragua,
determina que “Los nicaragüenses tienen derecho a una vivienda digna, cómoda y segura
que garantice la privacidad familiar. El Estado promoverá la realización de este derecho”.
En este sentido, la Constitución Política de Sudáfrica señala en el artículo 26 que “Todo
individuo tiene derecho a acceder a una vivienda adecuada”.
Contenido de la iniciativa
Como ya mencionamos anteriormente, el quinto párrafo del artículo 4o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, determina que “Toda familia tiene derecho a
disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos
necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”.
El referido precepto constitucional presenta una serie errores si se le compara con la
Declaración de los Derechos Universales y el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales anteriormente referidos, así como varios de los preceptos
constitucionales de otros países que se mencionaron en el apartado anterior, ya que “...en
primer lugar, le asigna el derecho fundamental a “la familia” y no a todos los individuos.
En segundo término, lo que garantiza la Constitución es el “disfrute” de la vivienda, pero
no su adquisición, que siempre suele resultar más difícil que lo primero”. 2
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Además cabe señalar, la gran dificultad que implica la medición de la dignidad y el decoro
de una vivienda. Al respecto, el referido autor comenta que una vivienda digna y decorosa
“...tendría que ver con la extensión de la misma en relación con sus habitantes...si una
vivienda cumple o no con las características que le asigna el texto constitucional se puede
encontrar en el acceso y dotación de servicios que tenga: acceso a agua potable,
electricidad, drenaje...”. 3
En este sentido, la Estrategia Mundial de la Vivienda preparada por la ONU, define el
término “vivienda adecuada”, como “un lugar donde poderse aislar si se desea, espacio
adecuado, seguridad adecuada, iluminación y ventilación adecuadas, una infraestructura
básica adecuada y una situación adecuada en relación con el trabajo y los servicios básicos,
todo ello a un costo razonable”.
Al respecto, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del Sistema de
Naciones Unidas, establece en la Observación General número 4, siete aspectos que la
vivienda debe tener:
a) Seguridad jurídica de la tenencia: ...Todas las personas deben de tener un mínimo de
seguridad jurídica que les garantice contra el desahucio, el hostigamiento y otras amenazas.
b) Disponibilidad de servicios, materiales, facilidades e infraestructura: acceso permanente
a recursos naturales y comunes, a agua potable, a energía para la cocina, la calefacción y el
alumbrado, a instalaciones sanitarias y de aseo, de almacenamiento de alimentos, de
eliminación de desechos, de drenaje y a servicios de emergencia.
c) Gastos soportables: significa que los gastos que conlleva una vivienda no deben de ser
tan altos como para impedir que se satisfagan otras necesidades básicas.
d) Habitabilidad: La vivienda debe garantizar la seguridad física de sus habitantes, así como
protegerlos del frío, calor, humedad, la lluvia, el viento y otras amenazas para la salud.
e) Asequibilidad: Los grupos de la sociedad con mayor desventaja deben tener acceso pleno
y sostenible a los recursos necesarios para conseguir una vivienda.
f) Lugar: La ubicación de la vivienda debe permitir el acceso a las opciones de empleo,
servicios de salud, a centros de atención de niños, escuelas, etc.
g) Adecuación cultural: La forma de construir la vivienda, los materiales utilizados, así
como las políticas públicas que se desarrollen, deben permitir la expresión de la identidad
cultural de sus habitantes.
Podemos observar que el derecho a la vivienda adecuada, se encuentra definido en diversos
documentos internacionales, como un derecho humano fundamental, debido a que la
vivienda es una de las necesidades fisiológicas fundamentales de cada individuo.
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De igual forma, podemos señalar que cuando un individuo ejerce su derecho a la vivienda
adecuada, accede a muchos de los derechos humanos que la Organización de Naciones
Unidas ha instituido como tales, como el derecho a la seguridad personal, el derecho a la
higiene ambiental, el derecho a un nivel de vida elevado de salud física y mental, el derecho
a la libertad de expresión y asociación, el derecho a la no intromisión de la intimidad
personal, familiar, de comunicación, etcétera.
Al respecto, es importante reiterar los errores que presenta nuestra carta magna al no
reflejar lo establecido en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, tanto que el derecho a la vivienda sea un derecho que pueda ejercer cualquier
individuo, como que la vivienda sea adecuada.
En tal virtud someto a consideración de esta soberanía, el siguiente
Decreto por el se reforma el párrafo quinto del artículo 4o. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos
Artículo Primero. Se reforma el párrafo quinto del artículo 4o. de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Artículo 4.
...
Todo individuo tiene derecho a disfrutar de una vivienda adecuada . La Ley establecerá los
instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo.
Artículo Transitorio
Único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario
Oficial de la Federación.
Notas
1 Carbonell, Miguel. Los derechos fundamentales en México. Editorial Porrúa, Universidad
Nacional Autónoma de México y Comisión de Nacional de los Derechos Humanos México,
Tercera Edición, México, 2009, p. 800.
2 Instituto de Investigaciones Jurídicas. Enciclopedia jurídica latinoamericana. Editorial
Porrúa y Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2006, Tomo IV, pp. 335.
3 Ibídem, p. 921.
Dado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a 22 de febrero de 2010.
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Diputado Raúl Domínguez Rex (rúbrica)
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