Año: 26, Agosto 1984 No. 563 N. D. Fragmentos del artículo «Clerical Materialism in Mexicos Southeast», publicado en The American Spectator, abril de 1984. por Mary Ball. Adaptación por J. Bendfeldt. LA CONEXION EN CHIAPAS MARY BALL Hay una alarmante cantidad de violencia y delincuencia en México hoy día, pero no en donde puede verse. Desde casi todo punto de vista, el país parece estar caminando en una forma halagüeña. Sin embargo, hay un área, poco notoria desde el extranjero y aún dentro del resto de México, que está casi tan candente como partes de Centro América. El estado de Chiapas, esparcido sobre frescas montañas, calurosas planicies y junglas, está tan alelado de los principales centros de población y tan aislado de la capital que parece que fuera otro país. La región lo tiene todo: tierra fértil, agua en abundancia y extensiones grandes, relativamente despobladas, que esperan ser desarrolladas. Chiapas es el futuro de México. Las cosas andan mal allí ahora, aunque es necesario efectuar muchas indagaciones pacientes antes de averiguar qué es lo que está mal. Hace poco estuve en San Cristóbal de las Casas, uno de los principales pueblos de Chiapas. Allí tuve una cita con el Obispo Samuel Ruiz Flores. Yo había conocido a Mons. Ruiz en el Vaticano a mediados de la década de los 70. Algunos obispos Latino Americanos habían sido citados a Roma para hablar con los directivos de las organizaciones católicas de caridad de Alemania Federal, «Adveniat» y «Misere», para que las convencieran que el dinero donado por los fieles alemanes no estaba siendo usado para promover causas izquierdistas (como en realidad lo estaba). Los mayores sospechosos, aún desde ese entonces, eran el Arzobispo Romero, de El Salvador, y el Obispo Ruiz, de San Cristóbal de las Casas. A pesar de todo, los marcos para Marx continúan aún hoy. Tal vez fue esa conexión con el Vaticano lo que puso a Su Excelencia en guardia cuando le pregunté ¿Cuántos guatemaltecos refugiados acampaban en la frontera cercana? ¿Quién los estaba alimentando? ¿Estaba involucrada la iglesia? ¿Las Naciones Unidas? ¿Habían guerrilleros en la región? Si no, ¿Quién estaba invadiendo las granjas y matando a los dueños? Yo tenía muchas preguntas pero después de una hora muy difícil vi claro que Mons. Ruiz no iba a proporcionarme respuestas. Otro contacto que me habían recomendado, un tal Padre Eugenio, resultó que estaba en la cárcel bajo cargo de contrabando de armas a Centro América. Alguien me sugirió que hablara con el supervisor del seminario local. Javier al clérigo «progresista» de Latino América le disgusta que le llamen «Padre» me invitó a su oficina y me explicó que la razón por la cual el seminario parecía estar vacío era porque los estudiantes estaban viviendo y trabajando con los indígenas en las aldeas. Después un joven sacerdote, uno de varios a quienes les ha sido negado un puesto en la diócesis por rehusarse a predicar marxismo, me contó que ya no hay seminaristas, ¡ni uno solo! El Padre Javier me dijo que, gracias a «Adveniat», había estado varios años en una universidad alemana y que ahora formaba parte del equipo de 35 sacerdotes del Obispo Ruiz que han aprendido a predicar en los dialectos nativos y están dedicados a concientizar a los indígenas. «Los católicos en el exterior están siendo generosos», dijo, particularmente con respecto a su trabajo actual de contactar a los refugiados de Centro América. Me enseñó un borrador que estaba corrigiendo de un boletín que sería dado a la prensa en Español y que luego iría al extranjero traducido al Alemán. Vi que el papel contenía exclusivamente reportes de supuestas crueldades cometidas por oficiales guatemaltecos y la tropa contra sus propios campesinos. Mientras leía comencé a sonreír. Javier rápidamente me arrebató el papel, «¿Qué es lo que encuentra gracioso? ¿No cree usted que eso es lo que hacen? ¿Que le cortan la cabeza al hombre, le abren la barriga a la mujer, le meten la cabeza dentro y después la cosen?». Cuando no pude mantener una expresión seria se enojó: «¡Yo sé lo que cree! ¿Usted cree que ésta es propaganda comunista, verdad?». ¡Claro que lo creía! Así como creo que lo que Anthony Lewis escribe en el «New York Times» lo es: «Es práctica común entre los soldados guatemaltecos, tirar a infantes en el aire y recibirlos con las puntas de las bayonetas». Y también lo es lo que el ganador del Premio Nobel, el colombiano Gabriel García Márquez, asevera: «Los militares guatemaltecos sacan el corazón a sus victimas, se toman la sangre y se comen los hígados». Después permanecí varios días con oficiales jóvenes del ejército guatemalteco en un destacamento en lo profundo de las montañas que habían rescatado de los guerrilleros. También pasaría muchas largas horas con familias indígenas en las aldeas, escuchando sus experiencias de terror y éxodo, y oyendo sus expresiones de gratitud por todo lo que el gobierno y el ejército estaba haciendo para ellos. Casi la mitad de la gente de las montañas surorientales de México y virtualmente toda la gente de las montañas del occidente de Guatemala son descendientes de los antiguos Mayas. La vida entre ellos no es muy diferente de lo que era cuando los españoles arribaron a principios del siglo XVI. La izquierda clandestina guatemalteca ha tratado de aterrorizarlos para que se conviertan en marxistas y los 35 sacerdotes de Chiapas tienen la misma meta, llamándole «reavivamiento pastoral». Se dice que los campesinos Latino Americanos están sin tierra por la avaricia de los latifundistas ausentes. Pero en el lugar de los hechos, en Chiapas, uno ve una historia diferente. Cada aldea tiene a su disposición considerables extensiones de lo que se conoce como «tierra comunal», con cantidades sorprendentes de tierra que aún no está cultivada. La tierra en verdad pertenece a los indígenas, pero esa tierra no es la que les interesa a los eclesiásticos ni a los agitadores políticos. Que estas propiedades no son extensos latifundios puede verse en el caso típico del pequeño pueblo de Simojovel, a unos 80 Kms. al norte de San Cristóbal. Allí, durante el invierno de 1982 y la primavera de 1983 fueron invadidas no menos de 40 granjas florecientes. En Chalchihuitán, en la noche del 23 de marzo de 1983, diez miembros de la familia Pérez-López, con edades de 9 a 80 años, fueron arrastrados de sus camas, y sus cuerpos desmembrados fueron dejados a que se quemaran con su granja. En sus escritos para el Excelsior de la Ciudad de México, la columnista Margarita Michelena nota: «En donde Simojovel estaba produciendo tabaco, café, frijoles, y maíz en abundancia, ahora casi no hay maíz para hacer tortillas para las pocas gentes que aún quedan. Toda esta tierra invadida es dejada para ser manipulada por saber qué poderes detrás de bambalinas mientras que las autoridades de la diócesis dan el siguiente paso en su tan aclamado ‘cambio de estructuras». Pero, mientras que los campesinos son capaces de percibir sólo las actividades agitadoras del obispo y de su personal, otros elementos deben ser tomados en cuenta también. Dos partidos políticos menores, el PSUM (realmente el Partido Comunista Mexicano) y el PMT, están trabajando arduamente hacia la meta lógica de violencia total. A la cabeza del PMT (Partido Mexicano del Trabajo) está el Ing. José Alvarez Icaza, prominente entre los círculos católicos de extrema izquierda desde los días del Concilio Vaticano II. De igual manera que el ministro de cultura nicaragüense, el monje Ernesto Cardenal, Alvarez Icaza está involucrado en el Movimiento Cristiano de Paz, con sede en Praga. También hay una joven alemana-oriental, conectada con el ‘Comité del Boycott contra el Turismo a Guatemala, que tiene un restaurante en San Cristóbal. Ese es el centro de información para los periodistas interesados en la historia de los refugiados. Su oficina publica un boletín lleno de ficciones de terror acerca de Guatemala, conjuntamente con boletines médicos de los campamentos de refugiados emitidos por médicos ficticios. En el artículo del Excelsior, la Srita. Michelena reporta haber conseguido un papelito fascinante: la cuenta de teléfono de un sacerdote a cargo de la pequeña iglesia parroquial en Simojovel. El total que se debe por un mes: 69,200 pesos, cerca de 485 dólares. Casi todos los cargos fueron por llamadas a dos números del centro de Managua, Nicaragua. ¿Cómo es posible que Adveniat y Misere sigan dando sus marcos a Marx? A LOS OBISPOS DE AMERICA CENTRAL «Todo hombre de Iglesia deberá tener en cuenta que no puede recurrir a métodos de violencia que repugnan a su condición cristiana, ni a ideologías que se inspiran en visiones reductivas del hombre y de su destino trascendente». Juan Pablo II (Costa Rica, 2 de Marzo, 1983) El Centro de Estudios Económico-Sociales, CEES, fue fundado en 1959. Es una entidad privada, cultural y académica , cuyos fines son sin afan de lucro, apoliticos y no religiosos. Con sus publicaciones contribuye al estudio de los problemas económicosociales y de sus soluciones, y a difundir la filosofia de la libertad. Apto. Postal 652, Guatemala, Guatemala correo electrónico: cees@cees.org.gt http://www.cees.org.gt Permitida su Reproducción educativos y citando la fuente. con fines