La importancia de la Prueba de Concepto Rigoberto Cordero - innovaACCION Jueves 23 de Julio de 2009 09:18 A menudo nos encontramos con personas o empresas con ideas novedosas que llaman nuestra atención, y que por su carácter de potencial innovación, nos hace pensar en un gran negocio. Estas ideas o conceptos muy a menudo son incubadas en las mentes de personas durante largos periodos de tiempo, incluso años, y se van plasmando durante este proceso de creación con dibujos sobre servilletas, hojas, e incluso dibujos hechos en Word y hasta Excel, aunque parezca increíble. Estos conceptos se fundamentan en una premisa básica de funcionamiento, de alguna combinación química o física, eléctrica, electrónica o magnética, por decir algunos, y que dan por resultado un nuevo producto, proceso o servicio. El resultado de este trabajo de creatividad, o de investigación realizado quizás por institutos de investigación o universidades, es la formulación de una teoría, un diagrama, un dibujo, etc., que se supone debe realizar tal o cual función. Esto se ve plasmado en publicaciones científicas, e incluso en patentes, donde si un técnico en la materia revisa la invención, no habría duda de su funcionamiento. La prueba de concepto consiste realmente en hacer que las cosas que nosotros explicamos en papel, en una teoría, en un dibujo o en una formula química realmente funciona como decimos que lo hace. Para hacer esta prueba de concepto se debe recurrir, dependiendo de la invención, a un laboratorio que pueda hacer físicamente tangible el producto que surgió de nuestras mentes de manera intangible. Estos laboratorios se ocupan entre otras cosas de: 1- Crear prototipos, modelos de concepto, maquetas, etc., del producto que concebimos. Por ejemplo, el inventor Mason, de Estados Unidos, fue el encargado de diseñar y hacer prototipos de la primera barra de granola que existió en este mundo. 2- Generar mediante iteraciones continuas, cambios sobre la invención. Llega el momento del proceso de creación en que ya no es suficiente seguir dibujando tratando de hacer cambios en papel; hay que construir una, dos o más maquetas o prototipos para hacer cambios de manera tridimensional. Por ejemplo, el inventor Dyson, del Reino Unido, generó más de 5000 modelos del concepto de su sistema de succión sin pérdida para aspiradoras, desde la primera maqueta hasta el prototipo final, lo que le tomo varios años. Ahora es la empresa más importante en diseño de aspiradoras. 3- Refinar la invención para producción industrial. Que lo inventado pueda ser reproducible bajo parámetros de volumen. Esto conlleva generalmente reingeniería, diseño industrial y diseño de producto para hacer más eficiente, más provocador y fácil de producir nuestro producto. 4- Probar el producto en sus condiciones de uso reales. Los prototipos de la fase anterior, son llevados directamente para probarlos con potenciales consumidores. Generalmente, los productos pasan por una prueba Alfa, es decir, la prueba interna de la empresa que los generé entre sus creadores y empleados. Después de esto, y haciéndose las correcciones necesarias, se procede a pasar a la prueba Beta, es decir un lote reducido de productos que son puestos en contacto directo con los consumidores potenciales para recibir retroalimentación del publico. 5- Probar el producto en condiciones de laboratorio Una vez pasada la prueba beta, el producto es sometido a condiciones artificiales de laboratorio, donde se pueden simular condiciones ambientales adversas, por ejemplo la cámara salina, para ver qué tanto nivel de humedad puede soportar una puerta de refrigerador o un mueble determinado. Las pruebas de laboratorio sirven también como pruebas previas para parar las normativas de cada uno de los países. En éstas pruebas podemos determinar la resistencia a la flexión de una pieza de plástico, o la compresión de una pieza de cemento, la flamabilidad de un componente, o el contenido de azufre en alguna sustancia. 6- Probar el producto con el consumidor final Por último, una vez que el producto ha pasado todas estas pruebas y se ha generado la documentación para lanzar el producto, se hace un lote piloto que se monitorea directamente en campo con los primeros clientes. Después de este proceso, de puede completar el lanzamiento de la producción formal. Como se puede apreciar, tener una buena idea no basta para tener un producto en el mercado. Fue buena idea ir a la Luna, pero sólo la Nasa lo pudo hacer posible. La prueba de concepto hace la magia de pasar de una idea, a un producto físico que se puede tocar, probar o sentir. Si esto funciona, deberá entonces pasar por diversas pruebas para alcanzar al consumidor final. Todos estos procesos nos permiten disminuir la incertidumbre en la creación de nuevos productos, y asegurar el éxito en el mercado, asegurando nuestra inversión y nuestras ganancias futuras.