Rectificarse sin cambiar el rumbo A lgunas de las políticas públicas de la última década pueden ser adecuadas para determinado contexto socioeconómico y no para otro, y por eso es bueno tener capacidad de rectificación. De otra manera no podrían entenderse decisiones como la creación de la Asignación Universal por Hijo, que hubiera sido innecesaria en un contexto de pleno empleo con niveles nulos de trabajo informal. Todos los hijos de trabajadores y trabajadoras serían en ese caso beneficiarios del salario familiar. Sin embargo, la realidad puede marcar otra cosa, y el proceso de reindustrialización y creación de fuentes de empleo no fue suficiente para alzar esa meta. Lo que sí ha estado claro tanto para Néstor Kirchner como para Cristina Fernández es la decisión de crecer y distribuir ingresos en base al aumento del consumo popular, sin el cual no habría mercado suficiente para nuestros productos, ni creación de fuentes laborales, ni aportes suficientes para nuestros jubilados – nuevos y antiguos- o planes como el Progresar y el Procrear, que tratan de resolver problemáticas sociales incentivando de manera paralela el consumo masivo de nuestra población. Nadie que sea asalariado, profesional o pequeño empresario debería pensar que tiene trabajo hoy sólo por su capacidad personal. Hay niveles razonables de empleo – mucho más altos que hace una década – porque se crearon condiciones para que eso suceda. Lo mismo en el caso de los jubilados, que tienen menos necesidad de ayuda de sus hijos porque hay políticas de parte de una obra social – el Pami – que da respuestas rápidas y de una Anses que otorga un ajuste jubilatorio cada 6 meses. Nadie duda que con la devaluación de la moneda nacional – acelerada por intereses privados - se ha iniciado un proceso inflacionario, en el cual el componente especulativo es central. Ahora el desafío es desarrollar políticas activas para combatirla haciendo las rectificaciones que sean necesarias en el corto plazo, pero sin apartarse de ese rumbo que iniciara simbólicamente Kirchner en su discurso de asunción, cuando se comprometió a no dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada. De nada serviría rectificar el rumbo si eso implicara resignarnos a no seguir avanzando en las políticas que permitieron crecer 128% entre 2003 y 2010(1) y destinar el 6,5% de esa mayor riqueza a la educación; tener una cobertura previsional del 94,6%(2) y un nivel de desempleo por debajo del 7%(3). Muchas de estas políticas, así como el rechazo al ALCA y el proceso de reindustrialización (único en Latinoamérica), no hubieran sido posibles si Argentina no se hubiera sacado la tutela del FMI ni pagado a los acreedores privados sin someterse a las condiciones de nuevo endeudamiento, todo luego haber logrado una quita significativa de parte de los inversores. Esa deuda se pagó primero mayormente con superávit fiscal y luego – cuando se usó ese excedente para incentivar el bienestar y asegurar el empleo- con reservas internacionales, que eran de apenas 14 mil millones de dólares en 2003, en siete años subieron a 52 mil millones y ahora se encuentran en 28 mil millones como consecuencia de esos pagos y de la importación de energía. La deuda pública total se redujo del 105 por ciento del PBI en 2003 a 17,9% en 2013, o al 12,3% si sólo se consideran los acreedores privados (4). El uso se reservas para pagos a organismos internacionales (FMI, BID y Banco Mundial) y a tenedores de títulos públicos ha involucrado unos 43 mil millones de dólares (5), lo que redujo la capacidad de hacer frente a los ataques especulativos a que fue sometido el gobierno nacional desde el final del mandato de Kirchner. Es así que la última ofensiva contra la moneda nacional y el propio proceso económico-social en curso ha tomado al gobierno con las reservas bajas, pero hubiera sido muy difícil haber acumulado más dólares en el Banco Central sin resignar parte de la autonomía de la que gozó el gobierno para desarrollar su política económica, o sin haber hipotecado el futuro del país con tasas de interés abusivas. Por eso es necesario conocer en profundidad cómo estamos y cómo podemos superar esta crisis sin perder de vista cuál es el objetivo que perseguimos con nuestra política. De otra manera, estaríamos sacrificando el largo plazo en pos de superar una coyuntura desfavorablem 1)Evolución del PBI de Argentina 2003-2010: http://www.presidencia.gob.ar/component/content/article/138-indicadores/6192-crecimiento-del-pbi 2) Cobertura previsional http://www.anses.gob.ar/noticia/bossio-la-argentina-tiene-la-cobertura-previsional-mas-alta-de-la-region-893 3) Empleo y desempleo http://www.indec.mecon.ar/ 4) Informe sobre deuda pública http://www.mecon.gob.ar/finanzas/sfinan/documentos/informe_deuda_publica_30-06-13.pdf 5) Análisis de Alfredo Zaiat http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-239896-2014-02-15.html Especial crisis cambiaria 1 El origen de la crisis cambiaria Especial Crisis Cambiaria / Febrero 2014 Equipo Consejo Editorial Eduardo Sigal Secretario de Redacción Germán Celesia gcelesia@fapc.org.ar Diseño Gráfico Jorge Figueroa jrifigue@hotmail.com Impresión Agencia Periodística Cid Avenida de Mayo 666 CABA Comunidad & Desarrollo es propiedad de la Fundación Acción Para la Comunidad (FAPC), con sede en Avenida de Mayo 1480 2º derecha CP 1085ABR CABA Parte del Contenido de esta revista y las actividades de la FAPC son publicados en su sitio web: http://www.fapc.org.ar Registro de Propiedad Intelectual Nº 5.110.404 Ley Nº 11.723. Los artículos firmados reflejan la opinión de sus autores y no necesariamente las de los editores. Queda permitida la reproducción total o parcial de los artículos haciendo mención explícita del autor y la revista. Los autores de las publicaciones impresas deberán enviar con posterioridad a su edición un ejemplar para el archivo de la FAPC Consejo Directivo FAPC Presidente Eduardo Sigal esigal@fapc.org.ar Vicepresidente Américo García agarcia@fapc.org.ar Secretario General Adolfo San Martín asanmartin@fapc.org.ar Tesorero Jorge Marolla Jorge_marolla26@hotmail.com Filial La Rioja Rosa de Santiago650 Bº 25 de Mayo norte Ciudad de La Rioja Comisiones de Trabajo Salud salud@fapc.org.ar Seguridad seguridad@fapc.org.ar Usuarios y Consumidores usuarios@fapc.org.ar Educación educacion@fapc.org.ar Organismos de Control orgdecontrol@fapc.org.ar Inmigración inmigracion@fapc.org.ar Planeamiento Urbano planeaurbano@fapc.org.ar Integración Regional integraregional@fapc.org.ar 2 Especial crisis cambiaria Por Patricio Naradowski * Importaciones de energía, autos y maquinarias, turismo en el exterior y la política de reducción de la deuda pública, explican en buena medida la pérdida de reservas, a las cuales el gobierno no quiso poner en juego tras la devaluación en el mercado financiero E l problema principal de la coyuntura actual es, como todos sabemos, la falta de dólares y la perdida constante de reservas a raíz de una serie de situaciones estructurales y también de una puja que hay siempre alrededor del tipo de cambio y las reservas. Esta cuestión tiene una dificultad importante en términos de coyuntura, porque si esta cantidad de reservas disminuye, cada vez más la presión devaluatoria aumenta y algunas dificultades se multiplican. Quiere decir que si uno no hace algo ahora, un montón de los problemas que nos llevaron a esta situación podrían profundizarse. Lo que esta haciendo el gobierno es enfrentarse a esa perdida de reservas. Voy a explicar como es esta situación de fuga de reservas. En principio hay una cuestión estructural que tiene que ver con un tema histórico del ciclo económico argentino, que es la fuerte dependencia que tiene la economía argentina en su fase de crecimiento respecto de las importaciones. En realidad, cuando la Argentina empieza a crecer, en general lo hace de una devaluación, lo cual es un momento doloroso del ciclo, porque la devaluación tiene un efecto redistributivo negativo del ingreso. Esto es lo que permite ganar competitividad de una manera no siempre genuina, y en general a partir de ese momento hay una fase de crecimiento que es fuertemente dependiente de las importaciones. Lo que hemos hecho durante estos años como modelo, como proyecto nacional, es ir corrigiendo lo que la crisis del 2001 y la necesidad de la devaluación nos tergiversó en términos de distribución del ingreso; es decir, lo que fue pasando es que con una serie de medidas macro se fue equilibrando esa situación que nos había dejado la devaluación, que tuvo que ver con una mejoría en la distribución del ingreso y apunta hacia un modelo fuertemente redistributivo basado en el consumo interno y en el impulso fiscal. Consumo interno e impulso fiscal van juntos, esto es una nota keynesiana, porque el impulso fiscal tiene un multiplicador de consumo que es un tema típico keynesiano; esto significa que el gasto del gobierno, a partir de que tiene un fuerte componente salarial, impulsa el consumo, y junto con una serie de medidas que van ayudando a este aumento del consumo, van haciendo que la economía crezca basada no tanto en las exportaciones, como en el consumo interno, fundamentalmente. (1) Este es un elemento muy importante porque tiene bastante que ver con una decisión política y con la base política nuestra, con la posibilidad de haber generado un crecimiento no basado en las exportaciones. Esta es una decisión importante. No hubo un desafío salvo en términos de excedente para aumentar las exportaciones industriales. Nuestro desafío más bien era disminuir nuestras importaciones industriales. Nosotros no queremos ser Brasil, no queremos tener un modelo basado en exportaciones industriales, ni de más ni de menos valor agregado, en el sentido de que eso es posible solamente una vez que el consumo interno esté resuelto. Esto tiene una lógica a partir de los fuertes déficits sociales, que venia teniendo la Argentina, y acá hay una decisión de ir por ese camino. Entonces el objetivo es crecer en base al consumo, y al mismo tiempo el otro gran desafío era sustituir importaciones. En una primera etapa, el proceso de sustitución de importaciones, desde mi punto de vista, tuvo un cierto éxito; en una segunda etapa, ese proceso tuvo un éxito menor. Como no pudimos realizarlo como hubiésemos querido, la presión sobre las importaciones ha seguido creciendo. Es muy importante tener en cuenta que hay algunos nichos muy importantes de importaciones de combustible. Este tema también está asociado a que la vía que se eligió para el crecimiento ha sido una vía en la que las tarifas eran inferiores en dólares a las que hubiesen sido atractivas para mantener el proceso de inversión en ese campo. Si a eso le asociamos que en un primer momento mantuvimos la política vinculada a Repsol y a toda la cuestión de YPF que ahora se corrigió, ahí tenemos un problema grave que es el tema combustibles. Nosotros tenemos un gran bollo ahí, en los dólares que tenemos que tener todo el tiempo para pagar los combustibles. Esas son facturas concretas que el Banco Central tiene que pagar todo el tiempo para tenerlo. En Argentina el 50% de la electricidad está basada en combustibles fósiles; por lo tanto, todo lo que tiene que ver con la cuestión tarifaria después se va a la demanda de combustible importado. Este es un tema bastante importante de esta pérdida de reservas. La otra cuestión importante ha sido el turismo, que también ha sido corregida. Especial crisis cambiaria 3 Estos sectores, cuando se produce una devaluación encarecen los precios internos. Son sectores que tienen una estructura globalizada. En el caso combustible, cuando hay una devaluación, hace que las importaciones caigan muy poquito. Este es un elemento muy importante. Estos segmentos tienen mucho que ver con el modelo económico. Nosotros no podíamos llevar tarifas a niveles internacionales, si queríamos estar fomentando el consumo interno y si queríamos ser redistributivos en cuanto al ingreso. En el caso del turismo, para no entrar en demasiados temas, pasó algo parecido. El tema de autos y bienes de capital es un tema más complejo, porque ahí hay una tendencia estructural que tiene en economía 50 años, que hace muy difícil sustituir importaciones. Y como estábamos creciendo y crecía la inversión, eso presionaba sobre la importación de maquinas, de bienes de capital, de herramientas; y como aumentaba el consumo, eso presionaba sobre la importación de autos, y eso finalmente también es muy difícil de desarmar. En el medio hubo un tema muy importante, y es que cuando Brasil en el 2001 salió de la paridad con el dólar, no tuvo la crisis que tuvimos nosotros; salió de otra manera y mantuvo un esquema macroeconómico menos popular (a mi criterio) pero más a favor de la inversión extranjera. Por lo tanto, hizo que mucha de estas empresas se radicaran en Brasil. Y en las exportaciones de Brasil de estos productos el principal comprador, setenta y pico de porciento, somos nosotros. mas dudas es por qué nos hemos desendeudado, porque no siento que hayamos encontrado tantos beneficios del desendeudamiento, y hoy esos dólares serían muy patriotas para hacerle frente a la corrida actualm Endeudamiento y desendeudamiento El problema de las reservas se podría haber solucionado con endeudamiento. Eso te obliga a hacer una serie de transformaciones económicas, porque los que te van a prestar te exigen una serie de transformaciones institucionales y de inversiones globales que este gobierno decidió no hacer. La otra solución hubiese sido no desendeudarnos. Ahí es donde perdimos una gran cantidad de dólares, y ahí es donde yo creo que es una estrategia que se revela equivocada. Yo creo que endeudarnos es muy difícil porque no podíamos hacer todas las transformaciones que nos pedían, pero no desendeudarnos hubiese sido una estrategia a la que yo le veo pocos puntos negativos. Yo estoy en contra de desendeudarnos desde hace muchos años. Siempre dije que no entendía porqué lo estábamos haciendo, pero es una cuestión de soberanía política. Lo entiendo, pero ahora estamos todos extrañando esos dólares (11 mil millones) con los cuales hubiésemos defendido la soberanía política contra el mercado que nos está corriendo de otra manera. ¿Qué ventajas tuvimos con desendeudarnos? A mi no me queda claro. Todo lo otro es muy rígido; es muy difícil torcerlo con un modelo nacional y popular. Lo que me produce 4 Especial crisis cambiaria *Economista. Síntesis de su exposición en El Puente Arte y Cultura el 30/01/2014 (1) Según demostró el economista John Maynard Keynes, si alguien aumenta su consumo, eso constituirá un ingreso para algún otro agente económico, quien también aumentara fraccionalmente su consumo, y así sucesivamente. Durante una depresión económica, el inicio de la cadena debe ser un mayor gasto fiscal, ya que los agentes privados tienden a restringir sus erogaciones La oferta de dólares y el sector agropecuario N o tenemos un modelo de exportaciones industriales, por lo que la oferta de dólares viene de las agropecuarias. Y las exportaciones de ese origen provienen de un sector social, económico y político que quiere que se vaya el gobierno; eso desde siempre, pero con mas fuerza desde el 2008. Por lo tanto, lo que está pasando es que hay una política de demorar las liquidaciones de granos para presionar por una devaluación del tipo de cambio. La política del gobierno fue siempre mantener un dólar muy estable, muy fuerte, con muchas divisas atrás en las reservas para sostenerlo, de modo tal que todos supiesen que no podían estar 5 años guardándose la cosecha. Un silo bolsa es una cantidad de dólares fuera de la caja de seguridad. ¿Para qué debería transformarlos a pesos? Ese es el punto central, nosotros necesitamos que ellos lo liquiden y a ellos le conviene tenerlo en forma de silo bolsa, esa es la puja. La manera que se encontró de resolverlo era tener un dólar estable, porque vendían, porque el horizonte del dólar estable era bastante elevado, bastante grande, y cuando la inflación era baja los rendimientos en términos reales de otro tipo de inversiones, era bueno. Por lo tanto, si yo soy productor, yo vendo, me pongo en pesos, el dólar está quieto, me llevo la ganancia especulativa, no la uso para nada y después la paso a dólares cuando tengo ganas. Eso fue semi-exitoso, porque tenía que ver con conservar la inflación en niveles bajos, pero es una trampa, porque eso va generando una hipótesis devaluatoria. A nosotros nos hubiese convenido, según mi punto de vista, tratar de hacer devaluaciones mucho mayores de las que fueron; lo que pasa es que ahora va a venir el tema fiscal, donde siempre existe el riesgo que se dispare todavía más la inflación; por lo tanto, los exportadores liquidaban porque el dólar estaba estable para contener la inflación, desde mi punto de vista, aunque sobre eso hoy hay debates. Al mismo tiempo, las alternativas de inversión del ahorro eran atractivas, y con un dólar estable eran estables en dólares. Se podían prever problemas futuros si alguien se llevaba un 12 un 13% en dólares cuando en otros lugares estaba en 0% en dólares. Si uno hacia lo mismo en cualquier país del mundo, le cobraban por tenerle la plata pero no le daban nada, ni en dólares ni en euros, porque se habían ido a pique todas las tasas. ¿Qué paso después? Empezó a haber una pérdida de divisas producto de esa apreciación; y ellos empezaron a ver la posibilidad de presionar hacia la devaluación; como la inflación aumenta, las tasas empiezan a ser atractivas en pesos y como inversor, si tengo una hipótesis devaluatoria me conviene quedarme en dólares, porque el 15% del plazo fijo se me puede transformar en un rendimiento negativo en dólares, y lo peor de todo es que el gobierno se quedó con menos recursos para enfrentarlos. Cualquier corrección que se hubiera tomado en ese momento hubiese implicado fundamentalmente un nivel de actividad menor; por lo tanto una desocupación mayor a la que tenemos. Una vez que se produce este escenario, cuando se nos empiezan a caer los dólares, ponemos el cepo. A mí me parecía una medida excelente. La medida de cualquier otro gobierno hubiese sido lo contrario: aspirar pesos y que la gente no tenga más dinero para comprar dólares; la movida fue excelente en la medida en que nos dejaron los pesos en el bolsillo para que sigamos consumiendo y para que el país siga creciendo en base a consumo. La movida para mi fue espectacular y es lo que le ha dado aire a la economía nuestra y nos ha permitido además superar varios obstáculos políticos importantes. No sirve que me vengan con argumentos de largo plazo cuando el problema lo tengo el mes que viene. Ahora lo que tengo que hacer es pasar febrero y lograr que algún gringo liquide la cosecha de maíz; esa es mi meta en el corto plazo, eso sucede en febrero – marzo ahí es donde aparece la otra primera alternativa que yo no quise hacer en el otro momento, que es hacer subir la tasa y que la tasa de interés sea positiva. ¿Por qué no lo hubiese querido hacer? Porque eso me frena bastante la economía. Lo que hicieron ahora fue subir la tasa para ver si empiezan a liquidar, y eso es lo que pasó. Especial crisis cambiaria 5 Tarifas y subsidios T uvimos un problema con Repsol. Creo que salimos tarde de esa cuestión y al mismo tiempo tuvimos un problema sobre todo a partir del año 2007-2008, en que presionados mediáticamente y con la cuestión de la clase media, hubo dificultades para modificar el cuadro tarifario. Lo que se proponía era mantener un promedio de tarifas bajas para los sectores populares para incentivar el consumo, que es el modelo que nos habíamos planteado. Lo que no forma parte del modelo es tener una estructura tarifaria tan regresiva; es decir, donde los sectores de más altos recursos gocen de unos subsidios tan elevados. La masa de subsidios fue un elemento muy importante de crecimiento. La distribución de ese subsidio podría haber sido mucho más pro-popular que el que fue, pero ahí hay una gran relación con la clase media y la cuestión electoral que parece también muy dificultosa. Desde el punto de vista estrictamente económico, esos 2 puntos (del PBI) son muy importantes. Si uno la baja la masa de subsidios, repercute sobre el crecimiento de la economía; al mismo tiempo, si uno la mantiene con ese nivel de regresividad, termina perjudicando a los sectores populares en favor de los sectores de mayores recursos, y además presiona sobre la demanda de combustibles que termina presionando sobre la balanza comercial y son dólares que salen de la Argentina. 6 Especial crisis cambiaria El dólar o dos modelos de país Por Alejandro Otero* H ay una tensión muy fuerte que se expresa en los precios, en la evolución del tipo de cambio, en los discursos de los actores económicos y políticos. Pero a veces eso levanta cierta polvareda que nos hace perder la perspectiva de qué es lo que está en la base de esa tensión. Y por suerte estamos en un escenario donde esa tensión se da. Es porque Argentina ha conseguido en esta última década, durante los gobiernos de Néstor y Cristina, una serie de logros que hace que esa tensión se exprese. Pero no es de hoy ni de ayer ni de hace de diez años, sino que acompaña la historia argentina. En la base de esta tensión se están expresando dos modelos de país que se discuten en Argentina desde que somos los que somos. Uno que es el que ha predominado siempre, donde Argentina es un país que exporta materias primas, bienes y recursos naturales para abastecer a los países que generan productos de mayor valor agregado, los que Argentina importa. En su origen, en la colonia, fue la carne; luego el trigo; hoy es la soja, otros cereales y también los minerales. Y por otro lado se importan bienes industriales. En su momento fueron los textiles, hoy son bienes intermedios y de capital. Es un modelo de país que hoy se expresa a través de los sectores que son los que detentan el poder económico en base al comercio exterior. Ese modelo de país que en la dictadura expresó Martínez de Hoz, es un país para pocos. Es un país que fue exitoso en términos económicos a fines del siglo XIX y principios del siglo XX; pero desde el punto de vista de la de capacidad de incluir, de generar empleo, de generar bienestar para el conjunto, es un país que no alcanza. El otro modelo es el que sin despreciar los beneficios que tiene la posibilidad natural de la Argentina de producir materias primas a costos razonables, además busca que Argentina genere productos de mayor valor agregado. Y eso quiere decir que se industrialice, que se genere empleo y una producción diversificada que permita que tengamos bienestar para los 40 millones. Esto es lo que hoy está en la base de la tensión que se expresa en los precios, el tipo de cambio y los discursos, pero lo que se está discutiendo abiertamente es el modelo de paísm *Economista. Ex Director de Rentas de la Ciudad de Buenos Aires Especial crisis cambiaria 7 El impacto sobre los diferentes sectores Por Arnaldo Bocco* E l nuevo piso del tipo de cambio ha permitido establecer previsibilidad y un saldo importante porque hubo una devaluación del tipo de cambio muy grande a lo largo de 2013 y una equivalente a lo largo de los 30 primeros días del año 2014. En ese contexto, se logró devolver competitividad a casi el 99 por ciento de las economías regionales para sus exportaciones. Esas economías, más el turismo, empezaron a tener, con este esquema de dólar, un incentivo muy grande para generar recursos de aquí hacia adelante. A ciertos sectores de la actividad industrial con un componente nacional del proceso productivo, también se les dio un salto importante en términos de capacidad exportadora, y ya hay algunos cálculos de consultoras privadas de que de un balance comercial de 9.500 millones de dólares de superávit comercial externo de 2013, probablemente se salte a 15 mil en 2014. Este es el impacto que tiene sobre algunos sectores de la actividad económica la devaluación. El segundo punto a considerar es que el equipo económico tuvo un rol muy activo en términos de discusión con los formadores de precios, en especial en aquellos sectores que tienen todavía mucha renuencia a abastecer en pesos y que tienen un sesgo de la etapa de la gran expansión del producto bruto al 9% de dolarizar el precio de los productos que venden al mercado interno; llámese proveedores de chapas, proveedores 8 Especial crisis cambiaria de aluminio, de bienes intermedios para la actividad industrial y aquellos que venden insumos para el sector agropecuario. Estos sectores dolarizan sus precios de producción. Y algunas empresas proveedoras de servicios dolarizan los precios de los productos que prestan, de manera que hay una tendencia de en ciertos sectores de trasladar rápidamente sus precios a dólares y el equipo económico ha empezado un trabajo que debe fortalecer y ha dado algunas señales, en el caso de algunos grandes grupos proveedores de bienes intermedios como chapa o acero, para que retrotraigan sus precios al 21 de enero. En otros casos, como la carne y otros productos que han tenido aumentos importantes, la Secretaría de Comercio está trabajando intensamente para alcanzar acuerdos que permitan tener productos en las góndolas de los supermercados. En los próximos 30 o 60 se viene una batalla muy importante para mantener a rajatabla los precios de los productos de la canasta básica. De otra manera, el efecto distributivo sobre las personas con ingresos fijos va a producir una transferencia de renta a los sectores con capacidad de fijación de precios monopólicos u oligopólicosm *Economista. Ex director del Banco Central