Proyecto de Cooperación UE - CAN en Materia de Estadísticas (ASR/AIDCO/2002/0390) SG/REG.CN/X/dt 6 10 de mayo de 2006 6.33.63 DÉCIMA REUNIÓN DE EXPERTOS GUBERNAMENTALES EN CUENTAS NACIONALES DE LA COMUNIDAD ANDINA TERCERA REUNIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO 7 SOBRE CUENTAS NACIONALES DEL PROYECTO ANDESTAD 10 – 12 de mayo de 2006 Lima - Perú TIPOS DE CAMBIO MÚLTIPLES 6. TIPOS DE CAMBIO MÚLTIPLES1 a) El precio de las divisas En las cuentas nacionales de un país dado, la tenencia de monedas extranjeras constituye un activo cuyo valor debe ser expresado en moneda local. Por ello, hay que determinar, para cada una de ellas, el “precio” con el cual valorarla. Ciertamente, es el precio de mercado el que conviene adoptar, es decir el precio al cual es posible comprarla o venderla. Dicho de otra manera, lo que constituye el precio buscado es el tipo de cambio. Toda la reflexión que se acaba de desarrollar alrededor del concepto de precio y de sus variaciones se aplica totalmente a estos tipos de cambio. Se encuentran, sin embargo, algunas restricciones para la libre comercialización de esos objetos económicos. Incluso cuando no hay control de cambios, las divisas no se admiten localmente como medio de pago, y su comercio está frecuentemente reglamentado, a veces incluso su posesión. Por otro lado el gobierno, la mayoría de las veces a través del banco central, tiene un papel específico en relación con las reservas que se han constituido en el país. Pero muchos países introducen normas suplementarias relativas a la adquisición, la posesión y la circulación de divisas, normas que llegan incluso a imponer el precio en el mercado interno. Se habla entonces de control de cambios. En estos casos se manifiesta con mucha frecuencia un mercado llamado “paralelo”, o mercado negro, en el cual se practican precios diferentes. Y no es raro que el propio gobierno imponga tipos diferenciados según la naturaleza de las transacciones realizadas. En una situación de este tipo, es habitual, por ejemplo, frenar las importaciones imponiendo un tipo de cambio más elevado a los importadores, o aprovechar el turismo imponiendo a los no residentes la compra de la moneda local a un tipo de cambio inferior. Ahora bien, hemos visto que el sistema de contabilidad nacional, para registrar flujos comparables, debe hacerlo de acuerdo con un sistema homogéneo de precios para objetos idénticos. Y parece difícil considerar a la misma divisa como un objeto diferente según las condiciones que se le imponen a quien la negocia. Por eso el sistema propone una solución específica para este tipo de situación. b) Análisis económico de los tipos de cambio múltiples Cuando un importador debe pagar las divisas que necesita más caras que el monto que se ofrece a quien las vende, podemos comprender que juzgue esta exigencia como discriminatoria, sobre todo si está obligado a vender a ese precio inferior las divisas que recibe como pago de sus exportaciones. Ciertamente se da por supuesto que esa diferencia es superior a la comisión de cambio habitualmente cobrada en las transacciones de compra y venta hechas con referencia a un mismo tipo de cambio. Por otra parte, es el banco central, responsable de las operaciones de cambio quien se beneficia con la diferencia entre esos dos tipos de cambio. Pero en este caso no se trata de una producción, que es medida por las comisiones habitualmente cobradas en este tipo de transacciones. El fenómeno que nos interesa es de otra naturaleza. En efecto, en el caso de tipos de cambio múltiples, el operador encargado de las transacciones en divisas negocia simultáneamente los mismos activos a precios diferentes según la personalidad de los clientes o la naturaleza de las transacciones que esas divisas van a permitir. En función de los tipos elegidos, y teniendo en cuenta la política que se busca a través de la fijación de esos tipos, el banco central puede encontrarse globalmente beneficiario en las transacciones de cambio que realiza o, por el contrario, encontrarse en la obligación de financiar la política seguida. 1 SCN, Anexo A del capítulo 19. -2- Algunos podrían seguramente proponer considerar esta brecha entre ventas y compras de divisas como una ganancia o pérdida por tenencia, a tomar en cuenta en los flujos de revalorización. Pero esto sería un error de interpretación económica, ya que no se trata del resultado de variaciones temporales del precio de esas divisas, sino de brechas instantáneas. En realidad, la única solución económicamente válida, y que, por otro lado, corresponde a las intenciones declaradas por el legislador, es subvencionar algunas transacciones, o frenar otras con mayores impuestos. Así, no hay ninguna diferencia de comportamiento cuando a uno le imponen un derecho de importación del 10% sobre la compra de un auto extranjero, o cuando a uno le exigen un 10% adicional para la adquisición de las divisas que permitirán comprarlo. c) Tratamiento propuesto Presentamos este tratamiento retomando el ejemplo numérico ofrecido por el SCN en el anexo que explica su propuesta al respecto. * Ejemplo (1ª etapa) Un país exporta por valor de 1.000 en divisas, e importa por valor de 950; paga, por otra parte, 50 de dividendos. Las divisas las negocia el banco central sobre la base de los siguientes criterios: - para las exportaciones: 10 en moneda local, - para las importaciones: 11 en moneda local, - para los dividendos: 12 en moneda local. Al pasar los asientos de estas transacciones sin introducir ningún correctivo con relación a las convenciones básicas, tendríamos: Importaciones Exportaciones Dividendos Saldo transacciones corrientes Moneda nacional Moneda extranjera Ganancias/pérdi das por tenencia Resto del Bienes y mundo servicios 10.450 10.450 10.000 10.000 600 1.050 Gobierno Banco central Economía 600 1.050 -1.050 -1.050 - 1.050 - 1.050 +1.050 +1.050 Esta presentación toma como ganancias y pérdidas por tenencia las diferencias en los tipos de cambio aplicados en el país, lo que confirma lo inapropiado del tratamiento adoptado. Además, en la cuenta del resto del mundo aparece un saldo que no tiene nada que ver con lo que ha pasado realmente (ya que, finalmente, no hay ninguna modificación de la posición en divisas entre residentes y no residentes por el hecho de estas transacciones). Pero si bien es fácil comprender la solución alternativa, que consiste en considerar esas decisiones de tipo de cambio como impuestos o subvenciones implícitas, hay que encontrar una manera adecuada de representarlos. En este caso, el problema consiste, en primer lugar, en saber con relación a qué tipo de cambio teórico ubicarse para medir esos estímulos. La proposición adoptada es la de tomar como tipo pivote el promedio ponderado de los tipos, teniendo en cuenta el peso de las transacciones respectivamente practicadas por cada uno de ellos. En el caso que nos ocupa sería de 10,525. En cuanto a los asientos a realizar, se conviene en mantener, para los sectores involucrados, los costos a los cuales resultan efectivamente las transacciones realizadas. -3- * Ejemplo (2ª etapa) Importaciones Impuestos implícitos/ import aciones Exportaciones Impuestos implícitos/ exportaciones Dividendos Impuesto implícito /transferencias Transferencias Saldo transacciones. Corrientes Moneda nacional Moneda extranjera Ganancias/pérdidas por tenencia Resto del mundo 9.999 Bienes y servicios 9.999 451 10.525 Banco central Gobierno Economía 451 10.525 525 525 600 600 -74 74 1.050 1.050 0 -1.050 -1.050 0 0 0 0 Se ha tomado la opción de hacer aparecer sistemáticamente en una cercanía inmediata los impuestos y las subvenciones asociadas a una transacción. Esto hace más pesada la presentación, pero permite localizar los fenómenos y, sobre todo, verificar en cada caso los montos expresados según los dos tipos en juego. Por otra parte, los flujos de impuestos y de subvenciones deben transitar sistemáticamente por el gobierno, el único habilitado para recibirlos y pagarlos. De acuerdo con este nuevo enfoque, encontraremos finalmente una modificación del monto del PIB, ya que esos impuestos y subvenciones intervienen en su valoración. Ciertamente, esta presentación es muy resumida. Para quienes deban implementar el trabajo, es indispensable una lectura muy atenta del SCN; lectura que desgraciadamente es de difícil comprensión (y además, los asientos propuestos no son retomados de manera sintética en el conjunto de cuentas económicas integradas). d) Determinación de los tipos de cambio La implementación de esta manera de tratar los tipos de cambio múltiples supone como paso previo la definición del tipo de cambio a elegir como pivote; para lo cual se deben conocer las masas que sirven de ponderadores para cada uno de los tipos elementales adoptados; esto quiere decir que la implementación de esta representación se produce necesariamente al término de los trabajos de síntesis, cuando el monto de las diferentes transacciones ya está definido; pero hay que prever desde el inicio los flujos que se necesitarán (ya que, en efecto, es probable que las fronteras entre los tipos de cambio no coincidan con los límites de las transacciones del sistema central). Pero también hay que definir los tipos a elegir. Y aquí aparece un punto delicado: en un contexto de control de cambios ¿hay que tomar o no en consideración el tipo del mercado paralelo, que casi siempre se constituye? En realidad, el criterio a implementar es una continuidad del análisis económico adoptado: ya que este sistema de tipos de cambio se parece a un gravamen fiscal, se considera el mercado paralelo como un mecanismo de fraude. En consecuencia, debe ser ignorado, al menos cuando el Estado no hace nada para alentarlo, ni para tener influencia sobre el tipo que se aplica allí. Por el contrario, si un mercado de ese tipo está autorizado, el tipo de cambio correspondiente debe tomarse en cuenta para el cálculo, para la parte de transacciones que pueden efectuarse allí. La misma norma puede implementarse cuando el mercado paralelo es tolerado, en particular si se ha demostrado que el Estado o el banco central intervienen para orientar el tipo de cambio. Pero resulta evidente que esta decisión abarca una dimensión de política interna, y los contables nacionales pueden no tener la libertad de elegir lo que consideren como la mejor opción. Quedan por determinar los tipos de cambio elegidos. Por cierto, hay que eliminar la parte de comisiones que pueden contener, así como el monto de los impuestos explícitamente previstos para las transacciones en divisas. *****